EL ZAPATERO Y EL HACENDADO
Había una vez un zapatero, pobre, que cantaba todo el día y dormía toda la
noche. Y había también un hacendado, muy rico, que no cantaba nunca y
no dormía casi nada.
¡Ay!-dijo el hacendado-. ¿Cómo hará mi vecino, el zapatero, tan pobre, para
cantar y dormir? Yo, con todo el dinero que tengo, apenas si pego los ojos y
no sé cantar ni “el arroz con leche”.
Así, que el hacendado llamó a la puerta del zapatero y le preguntó: ¿Cuánto dinero
guardas por año?, el zapatero contestó: -Nada. Lo que gano con mi trabajo, me
alcanza justito para comer.
Este hombre es un simple-pensó el hacendado-. Creí que tendría algún
motivo para cantar como canta y dormir como duerme, pero no tiene nada
de nada. Le daré cien monedas de oro para que las guarde.
El zapatero se emocionó tanto que empezó a buscar un lugar seguro
donde guardar las monedas, pero cuando estaba durmiendo, lo despertó
un ruido y se levantó alarmadísimo, pensando que estaban robándole las
cien monedas de oro, pero por más que buscó, no encontró nada.
No pudo dormir y tan cansado estaba, que apenas pudo trabajar, y menos cantar. Un
día dijo ¡Basta!, sacó las monedas y se las llevó al hacendado diciéndole –No las
quiero tener. Por cuidarlas, no hago otra cosa, ni tengo un momento de tranquilidad.
Téngalas usted que está acostumbrado a eso. Yo quiero trabajar en paz, dormir de
noche y cantar de día. Y así fue. Al otro día de nuevo se escuchó al zapatero cantar
desde el amanecer hasta bien entrada la noche.
(259 palabras)
BEARNES, Beatriz. Fábulas. Para leer en voz alta. México, Salvat: SEP, 1993. (Libros del Rincón)
GUÍA PARA EL APLICADOR:
Leer mejorTercer ciclo
EL ZAPATERO Y EL HACENDADO
TEXTO PALABRA
S
Había una vez un zapatero, pobre, que cantaba todo el 10
día y dormía toda la noche. Y había también un 20
hacendado, muy rico, que no cantaba nunca y no dormía 30
así nada. ¡Ay!-dijo el hacendado-. ¿Cómo hará mi vecino, 40
el zapatero, tan pobre, para cantar y dormir? Yo, con 50
todo el dinero que tengo, apenas si pego los ojos 60
y no sé cantar ni “el arroz con leche”. Así, 70
que el hacendado llamó a la puerta del zapatero y 80
contestó: -Nada. Lo que gano con mi trabajo, me alcanza 90
justito para comer. Este hombre es un simple-pensó el 100
hacendado-. Creí que tendría algún motivo para cantar como canta 110
y dormir como duerme, pero no tiene nada de nada. 120
Le daré cien monedas de oro para que las guarde. 130
El zapatero se emocionó tanto que empezó a buscar un 140
lugar seguro donde guardar las monedas, pero cuando estaba durmiendo, 150
lo despertó un ruido y se levantó alarmadísimo, pensando que 160
estaban robándole las cien monedas de oro, pero por más 170
que buscó, no encontró nada. No pudo dormir y tan 180
cansado estaba, que apenas pudo trabajar, y menos cantar. Un 190
día dijo ¡Basta!, sacó las monedas y se las llevó 200
al hacendado diciéndole –No las quiero tener. Por cuidarlas, no 210
hago otra cosa, ni tengo un momento de tranquilidad. Téngalas 220
usted que está acostumbrado a eso. Yo quiero trabajar en 230
paz, dormir de noche y cantar de día. Y así 240
fue. Al otro día de nuevo se escuchó al zapatero 250
cantar desde el amanecer hasta bien entrada la noche. 259
Leer mejorTercer ciclo
ACTIVIDAD:
Después de que el alumno haya leído el texto anterior, formule las siguientes preguntas:
1. ¿Qué tipo de texto consideras que es el anterior?
Leyenda
Fábula
Relato
Informativo
2. ¿Por qué crees que el zapatero decidió regresar las monedas al hacendado?
Ya tenía suficiente dinero
Prefería trabajar y vivir tranquilo
No le gustaba que le regalaran cosas
Porque le gustaba ser pobre
3. ¿Cuál es la enseñanza que te deja la lectura?
Respuesta libre
OBSERVACIONES:
Con esta actividad se valora la comprensión crítica del alumno al juzgar el contenido del texto bajo
su punto de vista personal, emitiendo juicios frente al comportamiento de los personajes de la fábula.
Se incluye la última pregunta con respuesta abierta para que el alumno exprese libremente los
conocimientos que tiene acerca de las situaciones reales e imaginarias.