XC ANIVERSARIO DE LA RADIO Y LX DE
LA TELEVISIÓN DE CROACIA
El pasado 26 de abril de 2016 aparecía un
sello, acompañado de una viñeta, de marcado
carácter radial. Concretamente conmemora el
90 aniversario de la primera señal de radio que
Zagreb lanzó al éter el 15 de mayo de 1926 y
cuya identificación saltó a las ondas con aquel
clásico “Hallo, Hallo” ¡This is Radio Zagreb!
En ese momento se iniciaba la historia de la
radiodifusión croata; apenas quince naciones
disponían de emisoras de radio (10 de ellas eran
europeas).
Al cumplirse los 30 años de este evento,
otro medio iniciaba su camino: era la televisión
pública de Zagreb que comenzaría con
transmisiones en vivo. Desde los inicios de la
misma historia de las ondas, Croacia fue uno de
esos rincones pioneros en el uso del espacio
radioeléctrico como servicio público que, ahora,
la UE trata de acogotar y, en muchos casos,
cerrar ante las draconianas medidas que los
burócratas de Bruselas imponen a los estados
miembros y en donde los sesudos políticos
parece que tienen un especial interés en
desmantelar todo lo público y que los cuatro
amiguetes [luego] se repartan el pastel que,
convenientemente explotado, generará pingües
beneficios para aquellos embaucadores que se
acercaron al árbol del poder [no perdamos de
vista la que se nos viene encima con el ultra
secreto TTIP que nos tratan de imponer, a todo
el continente, con el beneplácito de los
negociadores de toda Europa, aunque Hollande
ya alzó su voz contra ese pacto a comienzos de
mayo].
Por supuesto, el pretendido pluralismo
brillará por su ausencia y los medios serán tan
corruptos como los corruptores a los que
representan y a los que pretenden hacernos
creer que combaten. Vaya, como diría un ex
ministro de Educación español: en Europa sólo
necesitan consumidores adocenados no
ciudadanos libres. Yo añadiría que ese es un
mal consustancial al momento histórico que nos
ha tocado vivir, la libertad y el pluralismo
saltan por los aires en el momento que se
intenta hacer algo que no conviene al caudillo
de turno y su camarilla de pelotas que nos
tergiversan la historia como si ésta fuera un
mero chicle porque, de otra forma, no se
entiende cómo a estos deslenguados políticos
de nuestros días no los dejan bien sentaditos [y
mejor calladitos] para que las ovejas puedan
disfrutar, tranquilamente, del bello prado
primaveral.
La historia de la radio croata está llena de
capítulos que sobresalen con luz propia, quizá
tenga algo que ver la figura de Nikola Tesla
(1856-1943) por el que la unidad de inducción
magnética lleva su nombre; padre de la radio y
de la tecnología de la corriente eléctrica alterna
(aunque realmente la paternidad es reclamada
por muchos países y personajes), sería Marconi
el que se llevaría los máximos honores y, con
ellos, los beneficios inherentes al
descubrimiento [pocos días antes de escribir
este artículo RTVE-2 emitió en DOCUFILIA
un excelente documental sobre el gran hombre
de radio italiano, por si quieren buscarlo en la
web de la televisión española].
Esos capítulos de la historia moderna, en
fin, nos narran la historia del pueblo croata en el
siglo XX hasta que la explosión de violencia
acabó destruyendo, una vez más, el volcán de
los Balcanes que avergonzó a Europa y provocó
miles de muertos en nuestra propia puerta [no
olvidemos que de allí partieron los dos grandes
conflictos que sacudieron al mundo en el siglo
XX; y el rescoldo no está apagado; algunos
incautos, como el presidente catalán, incluso, se
atreven a recoger el camino de KOSOVO como
ejemplo para Cataluña].
La radio, evidentemente, pasó por esas
etapas de la historia y entre bastidores, también
hubo las gloriosas páginas de la radio de la
diáspora tras el establecimiento de Tito y sus
partisanos en la denominada República
Federativa tras el desastre de la II GUERRA
MUNDIAL; sería el caso de las emisiones que
se realizaban desde Radio Nacional de España
[entonces había una importante colonia croata
instalada en el Levante español], o las
emisiones clandestinas de los ochenta de la
colonia croata instalada en Canadá que
mantuvieron viva la llama de la independencia
del pueblo croata a través [de nuevo] de la onda
corta.
Tras la desmembración yugoslava las
emisiones en español contribuyeron a conocer
la problemática de la región a través de las
emisiones de Zagreb y se mantuvieron hasta el
XXI cuando aquella dulce y melodiosa voz
dejaba la tradicional frecuencia de los 41
metros en silencio: LA VOZ DE CROACIA era
barrida del éter y la lengua de Cervantes volvía
a perder un acento inconfundible.
Actualmente el país tiene cuatro programas
de televisión de alcance nacional [si son como
los de TV3 mejor sería que los cerraran y
liquidaran el imparable coste que ello genera al
ciudadano], tres programas de radio a nivel
nacional y ocho de alcance regional donde se
encuadra el programa internacional que es
accesible a través de la www.hrt.hr que se
nutre, en muchos casos, de su rico archivo de
250.000 horas de grabación audiovisual,
100.000 de radio, 30.000 de música y otros
tantos libros que son utilizados para gestionar el
servicio público de radiodifusión y televisión
croata.
El panorama radial croata es variopinto.
Cerca de 200 emisoras de todo tipo pugnan por
un mercado acotado, excesivamente
fragmentado, que no da para más. Vaya, algo
que se conoce por otros pagos, no hay más cera
que la que arde, decía el político Rojas Marcos
y las dichosas radio fórmulas han acabado
durmiendo a miles de oyentes que simplemente
oyen, pero no escuchan y, con ello, la
pretendida pluralidad que nos vendían desde la
UE para formar ciudadanos críticos y capaces,
simplemente se ha esfumado. También están las
cadenas europeas RTL o Nova, pero éstas
tampoco mejoraron el ambiente y se debaten
ante la cruda realidad de la audiencia y los
números de la rentabilidad. Tratan de buscar un
formato que enganche, pero por ahora lo tienen
difícil y el pastel de la publicidad audiovisual
no deja de fragmentarse ante la manipulación,
el chabacanismo o el buenismo de unos
gestores que confunden el medio que tienen en
sus manos y tratan, descaradamente, de idiotizar
a las masas, aunque no tienen tanto éxito como
en el mercado español donde la dejadez de unos
y la cara dura de otros nos han dejado un
mercado que realmente da pena.
Curiosamente la estatal HRT [HRVATSKI
RADIJA I TELEVIZIJE] se ha ido convirtiendo
en una respetable cadena pública que,
financiada por los telespectadores, parece
querer salir de aquel letargo de la propaganda
nacionalista a la que se vio abocada tras la
proclamación de la independencia de 1991 y
que acabó con la guerra que todos conocemos:
un lustro de violencia y muerte sin cuento, que
en 1995 pararon los Acuerdos de Dayton que
fijaron las fronteras que hoy conocemos. Se
trataron de cerrar heridas pero, no nos
engañemos, cuando el odio se cultiva, aunque
parezca increíble, este tiene muy mala
cauterización.
Algunas de las frecuencias de la onda
media suelen llegar hasta mi QTH en
Tarragona, hay que esperar la noche/madrugada
y, a veces, aunque sea en croata, puede lograrse
suficiente material para elaborar un informe de
escucha. Es cierto que no siempre recibiremos
una tarjeta QSL pero conservo alguna que otra
carta, aunque me imagino que con la moda
actual, las frecuencias de las radios nacionales
podrían verse totalmente abandonadas [ya lo
anunció Noruega que sólo tendrá servicios en
Frecuencia Modulada y otros países, por
ejemplo Suiza, hace años que dieron el paso
¿quién habla, en los medios radiales, de la
presencia de esos países en el éter? Algunos
estados europeos hoy son tan extraños para
nuestros estudiantes como podría ser la exótica
NIUE –bellísimos sellos, paraíso fiscal y que
muchos de los españoles cazados por las
autoridades de lo monetario bien conocen
aunque parece que todos sufren de una gran
amnesia-. La HRT transmite noticias tanto en
croata como alemán, inglés e italiano, sin duda
trata de preservar cierta presencia en el
panorama internacional y lo logra gracias a
miles de referencias radiales en publicaciones
de todo tipo que contrastan con la actualidad
donde prácticamente sólo se hacen eco, fuera de
sus fronteras, para transmitir informaciones de
violencia o con claro contenido negativo. El
turismo que descubre sus tranquilo y bello
litoral suele ser el gran beneficiado de una tierra
realmente encantadora.
El sello conmemorativo es de 3,10 Kunas,
nos muestra a una locutora con su guión ante el
micrófono, en la parte derecha, el cámara en
plena grabación televisiva. La viñeta en la parte
superior lleva una mezcladora en el estudio de
radio y en la parte inferior otro cámara, como
queriendo mantener el mismo trato en este
doble aniversario radiotelevisivo. El diseño fue
de Ivana Vucic y Tomislav Jurica Kacunic, se
realizó en pliegos de 10+10 viñetas y los
laterales de los mismos van ilustrados con
escenas alusivas a los medios audiovisuales
croatas, la tirada fue de 100.000 efectos.
JUAN FRANCO CRESPO