El género epistolar (las cartas)
Desde el "Estimado señor o señora" (o "Estimada señora Pérez") que se ha hecho usual
en textos formales hasta el "Hola Pedro" de las cartas familiares, existen muchas
posibilidades válidas para encabezar nuestras cartas. El criterio que nos lleva a elegir uno u
otro es la relación que tengamos con nuestro interlocutor, que además puede hacer
innecesaria la presencia de membrete y los datos del interlocutor, que además puede hacer
innecesaria la presencia del membrete y los datos del destinatario. El tono de nuestro saludo
debe estar acorde con el de la despedida, y deben evitarse las abreviaturas,
En cuanto al cuerpo de la carta, su tono debe estar acorde con la relación que tengamos
con el destinatario. Tal y como haríamos si hablásemos directamente con nuestro
interlocutor, debemos evitar los circunloquios y el lenguaje hueco. En las cartas
profesionales o comerciales, se suele exponer en primer lugar el motivo de la carta, para
después argumentar en el grueso del texto y concluir ofreciéndose para contactos futuros y
despidiéndose.
Para aclarar dudas con respecto a la composición gráfica de cartas, consúltese el
siguiente esquema, que recoge uno de los formatos más usuales, que no el único correcto.
RemitenteDomicilioTeléfono
Fecha sin abreviarDestinatario(Cargo)Domicilio
Saludo:
Cuerpo de la carta. Los párrafos se sangran a la misma altura que el saludo. Las cartas exigen como cualquier otro texto la presencia de una estructura. Generalmente presentaremos primero el motivo del escrito, para pasar después a exponer nuestro razonamiento y terminar recogiendo en algunas frases la respuesta que se espera. Sin otro particular, termina este ejemplo.
Despedida,FirmaNombre completo(Cargo)