Cuando Saddam Hussein invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990 inició un conflicto
político que provocó una devastadora catástrofe medioambiental. Juró que si lo
“expulsaban de Kuwait por la fuerza, entonces Kuwait ardería”, y resulta que no
estaba bromeando.
Mantuvo su palabra y prendió fuego a todo. Durante la evacuación, las tropas
iraquíes incendiaron casi 700 pozos petroleros en Kuwait. Los incendios
comenzaron en enero de 1991 y el último se extinguió diez meses después. En
total, se estima que se consumieron seis millones de barriles de petróleo al día