TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS. CÁTEDRA: Levis. DOCENTE: Sol Dieguez- Valeria Olivera – Valeria Acuña -
LAS TECNOPRÁCTICAS Y LOS MODELOS 1:1 EN UNA ESCUELA DE
REINGRESO
Introducción
Podríamos zambullirnos en la tarea de imaginarnos que significan esas horas que
los jóvenes pasan frente a una computadora: qué suma y qué resta en su vida cotidiana y
en su desarrollo tanto personal como intelectual. Podríamos también preguntarnos a qué
futuro se enfrentan si la dinámica de su propia existencia se encuentra enmarcada en los
alcances y límites de las tecnologías de la información. Sin embargo, a través de nuestro
objeto de análisis buscamos indagar sobre una cuestión quizás más modesta, es sin más
tratar de relevar que cambios se suceden desde que la institución escolar ha incorporado
a sus aulas y a su tarea cotidiana una computadora portátil que acompañará parte de la
jornada escolar.
Siguiendo a Bosco (2007) “la mayoría de las características que podemos
atribuir al mundo actual, están relacionadas de una u otra manera con el cambio
permanente, debido, en parte, al incremento de la información disponible, a la
generación de conocimiento y a la proliferación y uso de la tecnología, esta última
implícita en cada una de ellas”. Partimos más que de una premisa de una obviedad: la
tecnología ha invadido nuestra vida. El mundo se rige desde hace décadas por el
imperativo tecnológico. De este modo, no se podría esperar menos: las distintas
generaciones fueron ingresando de modo diverso a este universo y descubriéndolo de
acuerdo a sus intereses, incentivos, posibilidades socioeconómicas, etc.
¿Qué ocurre con la especificidad de las interacciones que las y los jóvenes
construyen en sus ámbitos privados-virtuales cuando ese mismo espacio comienza a
ocupar nuevas dimensiones sociales al ingresar a la escuela? ¿Se puede pensar que las
tecnoprácticas adquieren nuevas formas, otras aperturas, distintos horizontes cuando es
la escuela la que comienza a ser parte del universo propio de las tecnologías de la
información y la comunicación? O bien ¿Qué sucede cuando el uso de las tecnologías
por parte de los jóvenes no se despliega como una dinámica que caracteriza su cotidiano
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y recién le encuentran sentido cuando la PC entró en sus vidas a partir de la escuela?
¿Se corren riesgos de caer en un tecnocentrismo (Área Moreira, 2011) al incentivar el
uso de las TIC desestimando otras herramientas, “creyendo que la presencia de mucha y
variada tecnología generará mejoras automáticas en la enseñanza y el aprendizaje”
(Área Moreira, 2011)? Estos interrogantes surgen a partir de la necesidad de explorar
sobre los usos que los adolescentes dan a las tecnologías y las continuidades,
disrupciones, encuentros y desencuentros en la propia práctica escolar.
Con el fin de acercarnos a posibles respuestas y con la certeza de encontrarnos
con nuevas preguntas, accedimos a una de las escuelas que están equipadas con las
computadoras, en este caso una Escuela de Reingreso. Por lo tanto, antes de adentrarnos
en la materialidad de la institución, es preciso remarcar que si bien el foco estará puesto
en los alcances del Programa Conectar Igualdad en relación con los usos cotidianos que
los alumnos realizan de las TIC el presente abordaje también nos conduce a reflexionar
sobre los consumos culturales y su amplitud en un contexto socio ambiental que es
inherente a la especificidad del espacio educativo seleccionado.
La escuela que visitamos se enmarca en una realidad cuyo relieve invita a poner
en debate las nociones mismas de aprendizaje tradicional, renovándolo en miradas
diferentes donde la vida de los jóvenes es parte inevitable de cada día. Por lo tanto, las
tecnoprácticas que analizamos se caracterizarían de manera diferente si el estudio de
caso se hubiera desarrollado en otro tipo de institución. En este sentido, el objeto de
análisis intentará ser valorado en su cabal dimensión, en su amplitud vivencial y en el
desafío y trabajo diario que docentes, no docentes y directivos del establecimiento
llevan adelante.
Consideraciones generales de la puesta en práctica del Programa Conectar
Igualdad
Se presenta como un requisito que los docentes logren fomentar en los alumnos
“hábitos y actitudes que le permitan seguir aprendiendo durante toda su vida, aprender a
dar significado a la información de que disponen e interactuar con distintos soportes en
los que la información se presenta sin olvidar ponerles en cuestión” (Bosco, 2007). En
este sentido, los aspectos vinculados con los consumos culturales digitales realizados
tanto desde un incentivo lúdico e individual como los estimulados por el docente dentro
2
de un marco pedagógico, es uno de los elementos que definen la relación entre los
alumnos, la tecnología y la institución escolar. En ésta triada, una de las principales
dificultades reside en “encontrar, concebir, desarrollar e implementar, usos
pedagógicamente significativos que favorezcan el proceso de apropiación
socioeducativa de los medios informáticos” (Levis, 2007), dejando de lado tanto la
visión puramente instrumental como también la meramente lúdica.
Estamos en presencia de una “sociedad red” que ha generado transformaciones
en las formas de ver el mundo, en los modos de relacionarse con los otros, en las
maneras de jugar, en el contacto con lo lúdico. Y una escuela que intenta adaptarse a
este nuevo escenario, gravitando con un nuevo actor que viene a derrumbar años de tiza
y pizarrón y que pone de manifiesto la necesidad de que la escuela colabore activamente
con el proceso de apropiación de la tecnología. Asimismo, el ingreso de las netbooks y
su conexión en red “suponen una redefinición del aula como espacio pedagógico”
(Dussel, 2011), elemento que no puede ser abordado sin tener en cuenta la situación de
los docentes cuya “cultura y visión del significado de su profesión que ha cambiado”
(Begoña Gros, 2004).
Ahora bien, centrándonos en la lógica que instaura el Programa Conectar
Igualdad traemos a colación los fundamentos que fueron elaborados para su
presentación:
“Educación con TIC no es solamente el uso instrumental de las nuevas tecnologías sino
que implica el aprendizaje de competencias de gestión de información, comunicación,
intercambio con otros en un mundo global, capacidad de innovación y actualización
permanente. Estos objetivos exceden aunque incluyen las habilidades informáticas”.
“Educación con TIC debe incluir un conjunto de propuestas didácticas como el
aprendizaje por proyectos, la resolución de problemas, el trabajo mancomunado, la
construcción de conocimientos que apuntan a formar a los estudiantes para un
escenario en el que el volumen y el dinamismo de la información se transforman en
forma continua y acelerada”1
1 Se pueden ver los fundamentos en: http://www.conectarigualdad.gob.ar/sobre-el-programa/fundamentos-del programa/fundamentos-del-programa/
3
Resulta alentador encontrar en estas pautas una concepción de educación con
TIC que excede el uso instrumental y se encuentra orientada a desarrollar capacidades
como la de reflexionar, pensar, innovar, gestionar, etc. y a incentivar la facultad de los
alumnos de “realizar operaciones complejas, moverse en distintas plataformas y
aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece la cultura digital” (Dussel, 2011).
Siguiendo con los argumentos del programa, no bastaría sólo con enseñar cómo manejar
las TIC, sino que se exhibe como necesidad el desarrollo de las capacidades de
comunicar, reflexionar y fomentar un espíritu crítico.
Culturas juveniles en la escuela de la periferia
La institución escolar a la que asistimos para llevar adelante el presente abordaje
se encuentra enmarcada dentro del proyecto de Escuelas de Reingreso (ER). Funciona
en el edificio de la fábrica recuperada Cooperativa Gráfica Parque Patricios y es el
resultado de las gestiones que los trabajadores de la empresa han realizado para que en
un sector de las instalaciones se construya un establecimiento educativo perteneciente al
plan Deserción Cero. Medida gubernamental que comenzó en el año 2004 y que entre
sus propósitos se encontraba el de “satisfacer la demanda de un sector importante de la
población joven que no ha podido comenzar sus estudios de nivel medio o ha visto
interrumpida su escolaridad”2. Más ampliamente, tal como lo explica el Director del
establecimiento Néstor Rebecchi en una entrevista realizada para el medio digital
Neuronas Abiertas, “son bachilleratos de cuatro años, y para ingresar hay que tener
entre 16 y 18 años. Los chicos avanzan por materias y no por año; es como un régimen
universitario. Un alumno puede estar cursando al mismo tiempo materias de 1°, 2°, y
3°. La idea es que los chicos armen trayectos individuales que se puedan sostener, para
que se garantice la continuidad de la escolaridad”3
Estamos hablando de un aspecto situacional cuya textura vivencial no podemos
soslayar si a prácticas cotidianas queremos referirnos, si de relaciones entre los usos de
las PC en el aula y las particularidades que los jóvenes depositan en ellas se trata este
trabajo. Porque no partir de este universo donde se refleja de manera palpable las
problemáticas que definen la inclusión educativa, sería no partir de nada o de una
uniformidad que llevaría a descartar la potencialidad y especificidad que adquiere el 2 Ver todos sus fundamentos y objetivos en: http://www.redinnovemos.org/content/view/955/108/lang,sp/3 Extraído de: http://www.neuronasatentas.com.ar/2011/09/la-vuelta-al-barrio-de-un-docente.html
4
caso en cuestión. En la nota realizada a Néstor Rebecchi antes mencionada, él mismo
explica: “Acá nos encontramos con algo distinto. Nosotros veníamos trabajando con
los pobres de siempre, los históricos, la gente de la villa 31, y cuando vinimos acá en
2004 nos encontramos con los nuevos pobres, los que habían surgido como
consecuencia de la política neoliberal de los años 90. Y fue un gran golpe, porque
pensábamos que los catorce años de gimnasia en las escuelas creadas en Capital
Federal durante los 90 para canalizar a las poblaciones marginadas nos habían dado
todos los conocimientos. Pero no fue así. Nos encontramos con una nueva realidad”4.
***
Las computadoras llegaron a la Escuela de Educación Media Nª 2 en octubre del
año 2010. No se ha cumplido aún la entrega total del equipamiento pero están a la
espera de que se complete la partida. No poseen conexión, realidad que impide el uso de
las PC para otros fines que no sean la utilización de los programas y la implementación
de diversos software para la práctica de aprendizaje de algunas de las materias de la
currícula.
“Cuando la escuela queda impactada con la entrega de las primeras máquinas,
comenzamos a implementar su uso y fuimos notando que los estudiantes si bien
manejan a la perfección el Factbook y otras herramientas de la Web 2.0, no están
habituados a trabajar con los programas de procesador de texto o planillas Excel, por
citar un ejemplo. Podríamos decir que no son tan nativos como creemos . Mientras los
chicos manejan mejor las redes sociales, los docentes manejan mucho mejor las
herramientas del paquete office”, manifiesta Javier Iriarte vicedirector de la escuela y
docente de la materia Formación y Ética Ciudadana. Esta visión hace referencia a los
usos para los que actualmente son destinadas las netbook en la institución. En
consecuencia, observamos que las utilizaciones que los jóvenes realizan de las
tecnologías en su vida cotidiana no encuentran, en principio, continuidad en la dinámica
propia que adquiere en la jornada escolar. El Facebook como red social sigue siendo
una de las preferidas de las y los alumnos.
4 Idem
5
Las potencialidades que poseen las netbook en cuanto al trabajo colaborativo en
red, por ejemplo, no escapan a las reflexiones y objetivos que el vicedirector también
tiene presente desde que se inicia la apertura del programa: “Los entornos colaborativos
son una ventana. Este tipo de trabajos rompen con dos de las variables más fuertes que
son el tiempo y el espacio”, afirma convencido mientras proyecta que en un corto plazo
“hasta se pueden armar redes conceptuales y cargar documentos previamente
digitalizados. Algunos docentes ya lo están poniendo en práctica”. Otra de las
herramientas que ya esta siendo utilizada tanto por docentes como por alumnos es el
Google Docs. Este programa les permite compartir archivos y realizar trabajos en
equipo sin necesidad de reuniones presenciales y constituye una de las herramientas
desconocidas por los alumnos (y algunos docentes también) hasta la llegada de las
netbooks. Su utilidad es reconocida principalmente por docentes y por aquellos alumnos
que trabajan o deben encargarse del cuidado de sus familias y por lo tanto no disponen
del tiempo libre que necesitarían para realizar trabajos en equipo de carácter
colaborativo.
Tratando de salvar las dificultades propias de no poseer conectividad dentro del
establecimiento, el profesor de matemáticas ha comenzado a utilizar el programa de
Microsoft Matemática 3.0. La utilización de esta herramienta es acompañada por un
cañón para proyectar sobre el pizarrón las explicaciones, ejemplos, ejercicios, etc. Este
tipo de práctica pedagógica comenzó a implementarse luego del ingreso de las netbooks
y ha generado entusiasmo entre distintos profesores que actualmente intentan adaptar
sus clases para poder volcarse esta nueva tecnopráctica. Quizás la razón detrás de esta
reacción positive radica en la buena predisposición que ha generado entre los alumnos.
En el encuentro que mantuvimos con ellos, se resaltó esta nueva práctica implementada
por el profesor de Matemática y se reconoció que, de esta manera, las explicaciones
resultan más claras y entretenidas, costándoles mucho menos mantener la atención
durante el transcurso de la clase.
Al mismo tiempo, otro de las cuestiones que mencionaron y que nos parecieron
de gran relevancia, remite al hecho de que ninguno de los alumnos estaba al tanto de los
alcances a nivel educativo que podían encontrar en el uso de las tecnologías. Todos
ellos coincidieron en “no saber” que era posible adaptar el uso de las PC para aprender
en el aula y, en principio, no tenían cabal conocimiento de la existencia de programas
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como Matemática 3.0 que les permitían aprender quizás de una manera distinta a la
tradicional. En este ejemplo evidenciamos de qué manera desde que las netbook
hicieron su aparición se han descubierto nuevas facetas de la tecnología que antes se
desconocían.
Otra de las tecnoprácticas mencionadas por el vicedirector, concierne al
descubrimiento por parte de los alumnos de las herramientas, formatos y posibilidades
de edición que presentan los programas de Word y Excel. Numerosos estudiantes no
poseían competencias para trabajar en profundidad con las funciones que habilitan estos
programas, por ejemplo el corrector de ortografía y gramática, la posibilidad de insertar
gráficos, de deshacer escritura, de aplicar filtros, la existencia de un asistente para
currículum, etc. Y esta última función no es un dato menor, ya que la mayoría de los
estudiantes, están viviendo procesos de búsqueda laboral o pretenden hacerlo en un
futuro inmediato.
En referencia a estas tecnoprácticas mencionadas, Javier nos cuenta que algunos
de los alumnos han demostrado un gran interés y entusiasmo al descubrir estas nuevas
posibilidades e incluso han rehecho voluntariamente algunos de los trabajos prácticos
para poner en práctica estos conocimientos. Casualmente en la entrevista que
mantuvimos, Javier tenía entre sus carpetas uno de los trabajos realizados por una de las
alumnas y nos permitió observar todos los cambios efectuados en comparación al
trabajo original. La estudiante puso en práctica numerosas herramientas e inclusive
había descubierto, por sí misma y sin la orientación de ningún docente, la función para
citar correctamente. Este ejemplo también nos permite graficar que en los trabajos de
investigación que producen los jóvenes, se incentiva en la búsqueda de información en
páginas de Internet, en el caso de que puedan acceder a ellas (no todos tienen
computadora en sus hogares y posibilidad de ir a un ciber)
Por otra parte, al ser consultados sobre las nociones de software libre las
autoridades remarcaron sus beneficios y posibles usos y manifestaron que cuando
repartieron las netbooks entre los alumnos, expusieron una explicación bastante acabada
referida a las características de Linux. Sin embargo los chicos nunca repararon en su
importancia y prevalecieron el uso de un sistema operativo ya conocido. Al interrogar a
los alumnos sobre esta cuestión, lisa y llanamente reconocieron no saber de que les
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estábamos hablando. Intentamos explicarles los lineamientos básicos del software libre
pero sin lograr mayor interés.
En consonancia con este desarrollo, el vicedirector también destacó la
solidaridad que se generó alrededor de este nuevo dispositivo: “Los pibes comparten las
netbook, las prestan a aquellos que aún no las tienen”, comenta, al tiempo que sostiene
que “esta herramienta marca una posibilidad de acceso que culturalmente tiene una
referencia simbólica muy importante”. Este no es un detalle menor, ya que a la escuela
asisten alumnos con realidades marcadas en muchos casos por la marginalidad o el
delito. Podríamos aventurar que la posibilidad de contar con un bien con implicancias
educativas materiales y palpables, refuerza la idea de acceso a la que muchos alumnos
no están acostumbrados ya que sus historias personales están atravesadas por carencias
y/o privaciones.
Esta nueva noción de acceso, da inicio y refuerza un proceso de apropiación de
las netbooks que si bien todavía no ha permitido un uso amplio y significativo de las
nuevas tecnologías, conforma un sólido puntapié inicial para una futura apropiación que
permita “encontrar, concebir, desarrollar e implementar, usos pedagógicamente
significativos que favorezcan el proceso de apropiación socioeducativa de los medios
informáticos” (Levis, 2007). Desarrollo que apuesta a dejar de lado tanto la visión
puramente instrumental como también la meramente lúdica.
Hasta aquí algunos indicadores sobre las repercusiones que generó el Programa
Conectar Igualdad en esta institución. Podemos, en este primer acercamiento, arriesgar
que el uso que se realiza de las máquinas en las aulas no encuentra correlación con las
prácticas cotidianas que las y los adolescentes efectúan pero sí nos atrevemos a
adelantar que desde que las netbook hicieron su aparición se han descubierto nuevas
facetas de estas tecnología que antes se desconocían o no se tenía cabal idea de cómo
ponerlas en práctica. Así, programas de edición para montar sus propios proyectos
audiovisuales, o programas de edición de sonido para radio o el uso más intensivo de un
programa de Word para la presentación de un trabajo de investigación sobre trata de
mujeres o el incentivo para buscar información en Internet y así ampliar el desarrollo de
los abordajes, son parte de las exploraciones que se están llevando adelante para
aprovechar el uso de la tecnología sumado a las ideas que se tienen en mente una vez
que llegue la conectividad.
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Territorios de inclusión y una estrategia diferente
El fragmento de un escrito que compartió Javier Iriarte y que resulta de su
autoría reflexiona en torno a la práctica docente y a los desafíos intrínsecos que su andar
despierta. Señala: “En alguna entrevista se nos preguntaba si existe una pedagogía de
reingreso. Desde ya que no. Nuestra potencia reside en desplegar la mirada hacia la
potencia de cada joven que ingresa a la institución, apostando, en términos de Cornú, a
una confianza que genera autoridad. Una autoridad que deviene creadora, inquieta,
auténtica y potenciada por la devolución que de su “apuesta” los jóvenes realizan”
Nos preguntamos acerca de los espacios para la diversión o el entretenimiento,
para lo lúdico y el placer, para la diversión relajada y despreocupada, si cada tanto se
ellos, ellas entran en el calabozo de la comisaría de turno, si sorprende un embarazo y la
vida cambia radicalmente, si la familia se quiebra, si hubo un despido en uno de los
tantos trabajos que en negro aparecieron, si la conflictividad invade en todos sus
ámbitos y el recorrido por las obligaciones diarias se diluye ante lo inesperado, ante la
violencia que obstaculiza la asistencia perfecta. En sus palabras: “Llevarle la comida a
mi hijo es importante, pero si no estudio, siempre voy a estar igual”, afirma una de las
alumnas en un encuentro que se llevó adelante en la escuela sobre Trabajo Juvenil.
Seguimos preguntándonos por las tecnoprácticas y nos encontramos, también,
intercaladamente, con la emergencia de sub culturas juveniles de la pobreza y la
exclusión pero también con una lucha emprendida en medio de todo ello. Y a su vez una
práctica del docente de apropiarse y ser parte del “rincón de la tierra natal” del que
habla Javier citando a Heidegger: “Este rincón no es otro que el barrio de origen de
nuestros pibes y pibas. El ahora, su realidad lacerante y su pasión por ser parte de la
escuela y su propuesta. Es aquí donde entramos a pensar el lugar que le damos a los
actores-nuestros jóvenes- en la posibilidad de aprehender, reinventar y aportar
conocimientos a lo largo de sus trayectorias”.
Cuando nos sentamos con los jóvenes a conversar no nos encontramos con un
aluvión de usos formidables de las tecnologías en su vida cotidiana sino más bien con
un entusiasmo puesto en las posibilidades y las facilidades que les estarían brindando
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las computadoras en las aulas. Se evidenció más un descubrimiento de la tecnología que
una apropiación para potenciar usos cotidianos, una apertura para agilizar la tarea diaria
que la escuela requiere que una manera de incorporar en el ámbito educativo el
aprendizaje informal que se efectúa por fuera de la institución.
Quizás en este contexto particular las implicancias de las netbooks superan el
horizonte educativo y se encuentran enmarcadas dentro de un proceso de inclusión.
Dicho proceso se basaría en dos conceptos claves: posibilidad de acceso y apropiación.
Tomando las palabras del vicedirector referidas a la manera en que los alumnos cuidan
y aprecian sus netbooks, podríamos pensar que uno de los resultados positivos del
Programa Conectar Igualdad es desarrollar en los alumnos un sentido de “posibilidad de
acceso” garantizada por el Estado, que les permite ser “dueños” por primera vez de algo
que les pertenece y que merecen tener. Una de las anécdotas de nuestras visitas a la
escuela refiere a una de las jóvenes que para cuidar la netbook y que sus padres no le
den usos que puedan dañarla les dijo que la misma había sido “diseñada solo para que
la use yo, por lo tanto el teclado solo responde a mis huelas digitales”. Este sentido de
derecho al acceso garantizado por el Estado, podría configurar el requisito necesario
para dar paso al siguiente proceso relacionado con el ingreso de las PC a la escuela, que
sería el de apropiación caracterizada por usos pedagógicos significativos. Si bien este
fin todavía no se encuentra visiblemente presente en las tecnoprácticas observadas,
confiamos en que puedan aparecer a medida que el programa se afiance, aprenda de sus
errores, se corrija y se vaya reformulando.
Ahora bien, en todo este recorrido y en el encuentro con las realidades aquí
delineadas, se hacen presentes otras experiencias que se entrelazan con prácticas
juveniles diversas, otras maneras de compartir, conversar, hacerse ver, conocerse,
intercambiar, denunciar, debatir, reflexionar. Comienzan a tomar forma, se materializan
en la voz y en el cuerpo, hacen sentido con lo oculto, con el silencio que se desparrama
ante la opción de plasmar lo que “somos y queremos, anhelamos y buscamos”. Técnicas
de un cotidiano que va y viene entre los obstáculos y las posibilidades, técnicas de un
hacer halladas en un espacio de prácticas diferentes.
La Revista Utopía es una producción en soporte papel realizada por estudiantes,
docentes y directivos de la institución. Lleva como lema “Una construcción de todos”.
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En ella se difunden los talleres que realizan los jóvenes, hay entrevistas,
reflexiones, recomendaciones de películas y libros, notas de investigación, etc. A través
de esta publicación también nos pudimos acercar a su vida cotidiana como si fuera un
Facebook colectivo y de papel. Debates en torno a la sexualidad, la violencia, la
maternidad, el trabajo en negro, la adolescencia son algunas de las temáticas que
abordan los jóvenes y los docentes.
Entrelazado con esta experiencia, la escuela, desde su creación, viene
organizando talleres optativos en contra-turno. “Nosotros apostamos a abrir el juego
por el lado de la expresión y los medios”, explica el director y amplia: “Tenemos
talleres de música, de muralismo, de radio, video, fotografía, periodismo, etc.” El
objetivo que persiguen es funcionar como canales de expresión a través de los cuales los
estudiantes pueden crear sus propias producciones, expresando perspectivas, realidades,
sensaciones e ideas que quizás no puedan exponer en palabras. Los talleres actúan como
una de las aristas más importantes de la estrategia de inclusión propia de la institución.
Es en el marco del taller de periodismo que la escuela confecciona la revista que luego
será impresa en los talleres por los trabajadores de la Cooperativa Patricios.
Entre las producciones realizadas nos detenemos en una experiencia que se
enmarca en el proyecto Taller fotográfico de Alumnas Madres. En estas jornadas, las
jóvenes han utilizado la tecnología a su alcance para fotografiar sus vivencias y “sus
propias cotidianeidades de crianza o embarazo”5. En entonces, que con relación a las
tecnoprácticas, sí podemos evidenciar aquí una traslación de la vida de las alumnas y de
sus realidades hacia el espacio pedagógico, formulándose una interrelación entre cada
ámbito de convivencia: lo que parece incompatible se convierte en parte de la escena, es
apropiado y debatido, es parte del aprendizaje.
Dentro de este orden de ideas, si bien la revista surge con anterioridad a la
inclusión de las netbooks, con la llegada de las mismas se han facilitado las instancias
propias del proceso de edición de la revista ya que los alumnos utilizan aquellos
programas que les permitan editar textos, imágenes y mantener una comunicación fluida
entre ellos sin necesidad de recurrir a otras PC (algunos alumnos inclusive no tenían PC
5 Revista Utopía. Año V. Nª 10.
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propia) o a juntarse de manera presencial para resolver cuestiones relativas a criterios de
publicación.
La evidencia que nos demuestra el incentivo y predisposición tanto de los
estudiantes, docentes y directivos a la hora de involucrarse en actividades como los
talleres antes mencionados, nos conduce a confiar que, seguido a este proceso signado
por la idea de “acceso garantizado” le seguirá el tan ansiado desarrollo de aspectos
vinculados con la “apropiación social” . Y en este alcance, resultará un hecho el uso
pedagógico y social significativo a las nuevas tecnologías. Por otra parte, los
testimonios que corroboran el surgimiento en los alumnos de un (hasta ahora quizás
desconocido) sentido de “acceso” que los resignifica como sujetos, es un hecho que no
puede ser subvertido si este es el camino elegido, si este es el trabajo que desde los
distintos estamentos se lleva adelante.
A modo de conclusión
Nos detenemos un instante en las palabras que formuló el director del
establecimiento Néstor Rebecchi, en una nota efectuada en septiembre de 2010 por el
periódico Miradas al Sur:
“Acá, más que docentes formamos cuadros, porque uno termina respondiendo
desde coordenadas políticas-ideológicas, y nosotros tenemos en claro que todo el
mundo tiene derecho y merece ser educado (…) En la escuela tradicional hablan de
‘disciplina’ y nosotros de ‘socializar’, en la escuela tradicional no escuchan a los pibes
y nosotros tenemos la obligación de escuchar, ellos ponen énfasis en los saberes y
nosotros en el pensamiento”6
En su texto “Comunicación, juego y educación en la sociedad ciberista” Diego
Levis afirma que existe un “creciente desencuentro entre las tecnoprácticas cotidianas
de niños y jóvenes y los usos dominantes de la tecnología en los procesos de enseñanza
y aprendizaje”. Y en relación a ello reforzando las particularidades que adquieren las
tecnoprácticas en el mundo actual, sostiene que “encontramos que el mayor desafío para
la educación, en el momento ciberista, es promover la formación de espacios
6 Nota completa en: http://sur.elargentino.com/notas/tuvimos-que-aprender-todo-de-nuevo
12
colaborativos que permitan a los estudiantes desarrollar individual y colectivamente
todo su potencial cognitivo y social” 7 (Levis, 2011).
Deteniéndonos en estas afirmaciones, es que al mismo tiempo percibimos que el
espacio de aprendizaje visitado intenta promover, precisamente, estos potenciales
cognitivos y sociales que menciona el autor. Se podría decir, entonces, que hay una
búsqueda diaria de conectar las realidades de las y los adolescentes con la propia
dinámica que se desenvuelve en la escuela, pensando en los “problemas auténticos,
donde las ideas producidas o apropiadas sean tan reales como las cosas, como los
objetos” (Begoña Gros, 2004). Por lo tanto, no habría tal desencuentro si la realidad
indica que se promueve una instancia donde los objetivos están puestos en “pensar,
trabajar, crear, en función de un proyecto de vida”8.
Apostamos a pensar que si nos paramos en el contexto en el cual se erige la
escuela, las traslaciones posibles estarían encaminadas más bien en generar entornos
coherentes con la propia problemática que las envuelve. Espacios colaborativos que
necesariamente recorran los márgenes y acompañen una permanencia “compleja como
las limitaciones que todos arrastramos en nuestras historias de vida y profesionales”,
reflexiona Javier.
Como se ha desarrollado anteriormente, nuestro objeto de estudio nos planteó
nuevos horizontes de análisis donde las problemáticas intrínsecas a este espacio
educativo, son parte ineludible del desafío y de las propuestas que surjan de cada nuevo
proyecto. Pensando en los abordajes futuros respecto al ingreso de las PC,
probablemente el foco no esté puesto, exactamente y en una etapa inicial, en cómo hacer
para que se renueven las tecnoprácticas desde otros usos posibles. Se esta más bien en
una dimensión teórica y práctica donde la dinámica y la especificidad es la clave de la
enseñanza y de cada espacio innovador, donde se piensa en las posibilidades de las
tecnologías para, nuevamente en palabras de Javier, “romper con las representaciones,
abandonar las formas tradicionales de la escuela y comenzar a preguntarnos qué
hacemos con lo que hacemos”.
7 Levis, Diego (2011): “Comunicación, juego y educación en la construcción de la sociedad ciberista” Texto Inédito8 Nota completa en: http://sur.elargentino.com/notas/tuvimos-que-aprender-todo-de-nuevo
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De este modo, si tomamos en consideración primeramente la tradición de la
escuela referida al desarrollo de talleres optativos que buscan “abrir el juego por el lado
de la expresión y los medios”, funcionando como canales de expresión a través de los
cuales los estudiantes crean sus propias producciones, expresan perspectivas, realidades,
sensaciones e ideas; en segundo término el nacimiento de un sentido de “acceso” entre
los alumnos con la llegada de las Netbook que opera como una variable significativa en
el proceso que conduce a los estudiantes a sentirse propietarios de un objeto con
implicancias materiales y simbólicas; y en tercer y último lugar las respuestas positivas
por parte de los alumnos y docentes a la hora de descubrir e implementar en el ámbito
pedagógico las nuevas tecnologías, podríamos aventurarnos a confiar en que en un
futuro próximo seremos testigos del inicio de un proceso de “apropiación social” de las
herramientas que permitirá dar un uso pedagógico y social mas significativo, innovador
y colaborativo a las TIC.
Al mismo tiempo, esta instancia novedosa que acompaña la llegada de las
tecnologías colabora no sólo con el desarrollo personal sino con la posibilidad de
generar más ambientes propicios para el intercambio de ideas y conocimientos. Y
además, parafraseando a Área Moreira, estos espacios tienden a brindar oportunidades
para la elaboración de pensamiento autónomo, aspecto que encuentra correlación con
los objetivos que desde su origen se formula la escuela.
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