La Crisis del Oxigeno: la Nueva Amenaza del Calentamiento Global1
Miguel Fuentes2
Una de las primeras imágenes que se nos viene a la cabeza al pensar en los actuales problemas
medioambientales es la de enormes ciudades bajo un denso y negruzco manto de smog.
Recientemente, dichas imágenes han alcanzado un nivel de paroxismo grotesco en el caso de
los altos grados de contaminación atmosférica registrada en algunos países tales como China o
India.
Figura 1. Beijing es una de las ciudades más contaminadas del mundo (CTV News)
Una de las respuestas más lógicas ante escenas como la de arriba es pensar que algo,
definitivamente, no anda bien en nuestra sociedad. Con todo, difícilmente podría alguien pensar
que el oxígeno que respiramos podría estar riesgo. Tan vasta es la abundancia de aquel que su
existencia la damos por sentada. Mal que mal, ni siquiera a los capitalistas más rapaces se les
ha pasado por la mente comercializar el oxígeno atmosférico, o por lo menos no seriamente.
¡Y vaya que han tenido ingenio aquellos para ponerlo todo en venta!
¿Pero es realmente el oxígeno un bien infinito? No, nunca lo fue. Y pronto podríamos
comprender que aquel ha sido, en realidad, un privilegio. Y este privilegio lo estamos poniendo
en riesgo. Es lo que veremos a continuación discutiendo el concepto de “crisis del oxígeno”.
Nociones básicas en torno a la crisis del oxigeno
Antes de responder a que nos estamos refiriendo cuando hablamos de “crisis del oxígeno”, es
necesario indicar algunas cuestiones básicas.
Primero: El oxígeno no ha estado siempre aquí. De los casi 4.500 millones de años de
antigüedad que posee la Tierra, el oxígeno no tiene más de tres mil millones. Es decir, aquel es
un producto de condiciones geológicas y biológicas específicas.
1 Nota publicada en La Izquierda Diario (Argentina). 2 Lic. y Master en Arqueología, Historiador. Coordinador Grupo de Seguimiento de la Crisis Climática Mundial
(www.facebook.com/seguimientocrisisclimatica).
Segundo: Desde la aparición y masificación del oxígeno en nuestro planeta, el cual representa
hoy aproximadamente el 21% de los gases que componen la atmosfera, la casi totalidad de las
especies naturales necesitan de aquel para subsistir. Y aunque todos sabemos que sin suministro
de oxígeno podemos fallecer en cosa de minutos, es importante entender que incluso las
variaciones a mediano y largo plazo de los niveles de este gas en la atmosfera pueden alterar,
muchas veces de modo dramático, la evolución de las especies naturales. Esto ya sea
induciendo en aquellas distintos tipos de respuestas evolutivas, o bien precipitando su
extinción. Un ejemplo de lo anterior fue la importante disminución de los niveles de oxígeno
planetario al final del periodo Pérmico, gatillando con ello la desaparición de más del 95% de
la vida terrestre.
Tercero: El oxígeno está siendo constantemente renovado en la atmosfera por la actividad
fotosintética, la cual aporta aproximadamente el 98% del oxígeno terrestre. De este porcentaje,
entre el 50% y 70% es producido en los océanos por el fitoplancton, correspondiendo el restante
al generado por la cubierta vegetal de los continentes, especialmente por las especies arbóreas.
Figura 2. El fitoplancton genera hasta un 70% del oxígeno terrestre (Balnova.com)
Cuarto: De los responsables de la producción del oxígeno, el fitoplancton es altamente sensible
a los cambios de temperatura. De hecho, aumentos sutiles pueden tener graves consecuencias
en el desarrollo de estos microorganismos. Y en el caso de incrementos drásticos, relacionados
por ejemplo con una mayor acidificación de los océanos, el fitoplancton puede experimentar
reducciones significativas, o bien desaparecer completamente de vastas áreas.
Todo esto es necesario tenerlo en cuenta ya que, tal como veremos ahora, el impacto de la
sociedad industrial sobre el medio ambiente estaría a punto de provocar una alteración
fundamental de los niveles de oxígeno planetarios conocidos por el hombre.
¿Qué es la crisis del oxígeno?
Se entiende por “crisis del oxígeno” una posible reducción drástica de los niveles del mismo,
los cuales podrían caer durante el presente siglo a tasas inéditas desde la aparición de la especie
humana.
Lo anterior no es sólo una posibilidad teórica. De hecho, podría estar ya sucediendo, aquello si
consideramos la serie de estudios científicos que apuntan al desarrollo de una importante caída
de los niveles de oxígeno terrestre durante las últimas décadas.
Uno de los datos más alarmantes en este ámbito consistiría en el rápido declive de las tasas de
oxigeno oceánico, registrándose durante el periodo 1990-2008 una caída de un 0.3% anual en
el Pacifico Norte. Esto último de acuerdo a un artículo de Paul Falkowski y colaboradores
publicado durante el año 2011 en Transactions of the American Geophysical Union (EOS).
Figura 3. Niveles de oxígeno oceánico en el Pacifico Norte (AGU)
Existe acuerdo en plantear que una de las principales causas de este declive se relacionaría,
fundamentalmente, con el avance del calentamiento global y el consecuente aumento de las
temperaturas marinas. Esto debido a que dicho aumento se asociaría, a su vez, a una mayor
acidificación de los mares que perjudicaría el desarrollo del fitoplancton, el cual como dijimos
es el principal productor de oxígeno en el planeta.
Figura 4. Calentamiento oceánico global (NOAA)
Uno de los efectos más recientes de la caída de las tasas de oxígeno en los océanos ha sido la
rápida multiplicación de las llamadas “zonas muertas”; es decir, áreas en las cuales los niveles
de oxígeno son tan bajos o nulos (estado denominado como hipoxia) que la vida es imposible.
De hecho, estas zonas ya sumarian más de 400 alrededor del mundo, abarcando de acuerdo a
la investigadora Lee Bryant de la Universidad de Bath nada menos que el 10% de los mares
del globo.
Figura 5. Zonas muertas oceánicas indicadas en rojo (World Resources Institute)
Otros de los factores que estarían jugando un rol en el declive de los niveles de oxígeno
oceánico serian la quema de hidrocarburos y combustibles fósiles, así como también los
desechos industriales vertidos en los mares y las altas tasas de deforestación vistas en las
últimas décadas.
Con todo, este problema ha estado lejos de reducirse meramente a los océanos. Por el contrario,
uno de los ejemplos de la magnitud que estaría tomando aquel seria la importante reducción de
los niveles de oxigeno atmosférico, registrándose una vertiginosa caída desde un 21% en
tiempos pre-industriales a un 19% en la actualidad. Lo anterior acompañado de caídas aún más
dramáticas en algunas grandes urbes en las cuales se han llegado a registrar niveles de hasta un
15%.
Figura 6. Niveles paleo-climáticos y actuales de oxígeno terrestre (A Green Road)
Ahora bien, ninguna de estas informaciones puede darnos una idea de la gravedad que podría
tomar este problema en el futuro cercano, aquello si consideramos la velocidad y magnitud sin
precedentes que estaría tomando el calentamiento global.
Crisis del Oxígeno, Calentamiento Global… y Apocalipsis
Repasemos un poco algunos datos: caída de un 0.3% anual de los niveles de oxígeno oceánico
en el Pacífico Norte, proliferación de las “zonas muertas” en los mares, reducción significativa
de los niveles de oxígeno atmosférico.
¿Grave? Sin duda ¿Puede ser peor? Sí, mucho peor, aquello si pensamos que todos estos
fenómenos se están produciendo cuando recién hemos alcanzado el primer grado centígrado
de calentamiento global, pudiendo aquel dispararse (de acuerdo a estimaciones de la ONU) a
2, 4 o 6 grados durante este siglo.
¿Y qué efectos podría tener, por ejemplo, un aumento de 6 grados de la temperatura mundial
en este ámbito? Nada menos que el colapso casi total de la producción de oxígeno en los
océanos a cargo del fitoplancton, responsable como dijimos de suministrar más del 50% del
volumen total de dicho gas en la atmósfera. Todo esto de acuerdo a un reciente artículo de los
investigadores Yadigar Sekerci y Sergei Petrovskii en Bulletin of Mathematical Biology. En
otras palabras, una reducción de los niveles de oxígeno terrestre comparable a las ocurridas en
algunos de los eventos de extinción masiva más importantes del pasado geológico,
constituyendo así una amenaza inminente para la propia supervivencia de la especie humana.
Ahora bien, incluso en el caso de que consideráramos un aumento de la temperatura mundial
menos catastrófico, por ejemplo uno que alcance los 3 o 4 grados centígrados (escenario
altamente probable durante las próximas décadas), estaríamos hablando de situaciones
asociadas también a drásticas reducciones del oxígeno terrestre. Y cabe recordar aquí que todo
nivel por debajo de un 14% de oxígeno en la atmosfera es inviable para la vida humana, aquello
ya que dicha cifra implicaría porcentajes iguales o menores al 10% (limite biológico que puede
soportar un individuo) en amplias regiones del globo.
¡El fin del oxígeno! Este podría ser uno de los regalos póstumos de esta banda de maniáticos
que hoy controlan los destinos del mundo: los capitalistas. ¿Puede entonces alguien dudar de
que, en su furia destructiva, el sistema capitalista ha abierto de par en par los portales del mismo
infierno? ¡Bestias enloquecidas! Luego de intentarlo durante la Segunda Guerra Mundial y la
Guerra Fría con esa verdadera espada de damocles que significó la amenaza nuclear, hoy la
burguesía lo ha logrado. Ha convocado nada menos que al Apocalipsis: el enemigo principal,
al fin descubierto, de la Revolución socialista.
El Capitalismo y el Armagedón son ya uno en la dialéctica histórica, asumiendo la burguesía
su último papel en la tragedia final de la lucha de clases: el de discípulo siniestro del fin del
mundo. Trinidad maligna, oscura, cuyo objetivo es la aniquilación total de nuestra especie.
Diciembre 2015