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Por Daniel Reséndiz NüFiez* *
Introducción
Desde el título he querido indicar que lo que sigue no es sino una tesis so-
bre la cuestión, es decir, una proposición apoyada en razonamientos calipletos
pero en evidencias errricas fragintarias. Su valor dependerá de que se en-
riquezca ndiante discusión y, eventualmente, se pruebe en la práctica.
La importancia nacional de una industria deperx3e de variables tales caro su
*Trabajo de ingreso a la Academia Mexicana de Ingeniería; junio 25 de 1981 **Director, Instituto de Ingeniería, UNM
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contribución al prcducto interno bruto, la proporción de insumos nacionales
que demanda, el nümero de familias que dependen de ella, la fracción nacional
del capital que la sustenta, y su grado de independencia tecnológica. Si la
importancia se definiera ccimo una función lineal (casi cualquier función u-
neal razonable) de esas variables, se encontrarla que la industria de la cons
trucción, derivación directa de la ingeniería civil, tiene para México una in
portancia superior a la de cualquiera otra rama industrial.
Por otra parte, la civil es la ingenieria de las necesidades básicas, que pa-
recen crecer continuamente en tcx3a sociedad. En las condiciones de adelanto
técnico, estabilidad drréfica y social, y uniformidad de bienestar econ&i
co que caracterizan a los países ms avanzados del mundo, tales necesidades
crecen por imperativos de mejora y diversificación de la infraestructura ya
existente. En los paises donde la tasa de incremento derrcgrfico es aita, el
proceso de urbanización rápido, y hay cambios positivos en el ingreso per
cpita y en la distribución del bienestar, cada uno de estos factores irrpne
demandas adicionales sobre los satisfactores de aquellas necesidades.
En los próxirros 20 años la población de México crecerá al manos 50%, la urba-
na aurrentar 85%, se proyecta que el prcxucto interno per cpita crecerá 250%,
y su distribución deberá mejorar sustancialmente pues la actual es dispareja
hasta el exceso de la injusticia (cceficiente de Gini cercano a 0.5) 1 . Esto
significa que, por el lado de la demanda, el potencial de creciiruiento de la
ingeniería civil en Ixico es muy superior al de cualquier país ms des a-
rrollado. Por otra parte, la nación tiene recursos materiales y
bases técnicas y educativas que son al menos suficientes para
J.A. Esteva, A. Caste1n y F.J. Ramírez, "México en el año 2,000hI, edicí6n mecanografiada, Fundación Javier Barros Sierra, 25 pp., 1981
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transfonnar ese potencial de su ingeniería civil en crecimiento efectivo. Es-
tas consideraciones cualitativas, y otras cuantitativas aportadas recienterren-
te por el Colegio de Ingenieros Civiles de México en su prospectiva de la pro-
fesi6n2 , hacen prever que las actividades de la ingeniería civil mexicana cre-
cern en la próxima generación quizá rn.s que en cualquier otro país, a menos
que los mexicanos cartetarnos algún grave error.
He querido enfatizar de partida la importancia y el potencial de crecimiento
de la industria de la construcción nacional por dos motivos principales:
Porque esa importancia actual y futura implica que debatir los problemas y
oportunidades de la ingeniería civil es en México mucho ms que un proble-
ma acadnico
Porque si estarnos conscientes de tal importancia nos percatarerios de que
nuestra actuación en este campo no podrá limitarse a seguir la huella de
otros países, sino que tendrerros que ser responsables y audaces para con-
tribuir a abrir el camino en la merlida que nos corresponde.
El primer gran error que pcxlríarros caneter sería no reconocer esa responsabi-
lidad, o no aprovechar la oportunidad que ofrece. El segundo sería soslayar
los problemas actuales de la profesión y de la industria que en ella se sus-
tenta.
Los problemas y las oportunidades actuales
He reunido opiniones de personas diversas, dentro de la profesión o farniliari-
zadas con ella, sobre cuales son los problemas principales de la ingeniería
2Prospectiva de la Ingeniería Civíl en México, 1980-2000, Colegio de Ingenie-ros Civiles de Mxico, 243 pp., 1979
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civil de hoy en nuestro país. He clasificado esas opiniones en tres grupos: 28
corresponden a profesionales de la industria de la construcción (diseñadores,
consultores y constructores), 14 a clientes de la misma industria (funciona-
rios públicos y clientes privados) y 15 a educadores e investigadores. En cada
caso he registrado cules son los problemas rns importantes que se perciben
hoy, cuales las causas a que se atribuyen, y cuales las tendencias que se pre-
vén a plazo de algunos años.
Resultó que: 1) en cada sector hay una percepción casi uniforme de cuáles son
los problemas principales; 2) ningún par de sectores coincide en cuáles son
los dos problemas más inprtantes; 3) ningún sector deja de ver al menos sig-
nificativos los problemas considerados principales por los otros, y 4) en las
estimaciones de tendencias y la identificación de causas de los problemas sólo
puede decirse que hay divergencia dentro de cada grupo y entre los tres. Lo
más significativo de estos resultados se resume en la tabla 1.
Quizá es explicable que los resultados sean así. Hay coincencia en la iden-
tificación de los problemas porque estos son objetivos y presentes, aunque ca-
da sector los perciba con intensidad diversa; hay notables diferencias en la
estimación de tendencias a varios años de plazo porque éstas dependen de lo
que se suponga que hareiros, y hay gran divergencia en la búsqueda de causas
detrás de cada problema porque ésta es la más calipleja de las cuestiones plan-
teadas, y porque no ha habido un análisis o un debate amplio del asunto. En
efecto, bajo cada problema puede haber una diversidad de causas, unas más bá-
sicas que otras y seguramente iru.ichas concatenadas.
Cuando se analiza el sistema de seis problemas incluos en la Tabla 1 surgen
paradojas, contradicciones y paraleUnos caro los siguientes:
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Hay escasez de ingenieros civiles y especialistas (problema 1.1). Conse-
cuentarnte, tanto el gobierno cano las empresas privadas estn ofreciendo
altas rnuneraciones a sus ingenieros jóvenes. Sin embargo las inscripcio-
nes a ingeniería civil han crecido a tasas mucho menores que las de otras
áreas (problema 3.2), e incluso tieren a decrecer 3 . Para explicar la pa-
radoja se requiere aceptar que a la ingeniería civil le esté faltando, a
los ojos de los jóvenes, un atractivo no econ&nico. El escaso apego a una
organización, denotado por la gran rrvilidad de los ingenieros ms jóvenes
(problema 1.2) apunta hacia esta misma carencia. ¿Cual podría ser el atrac
tivo faltante?
La escasez de ingenieros que actualniente se siente (problema 1.1) es ya
una manifestación del crecimiento de la demanda que, caro se señaló, pre-
valecerá en la industria de la ccnstrucción mexicana al menos hasta fin
de siglo. La escasez en su expresión actual es un hecho, es decir, no es
rrodificable en sí, sino en su evolución futura, mediante la formación de
ms y mejores ingenieros por las universidades. Pero la absorción de pro-
fesores e investigadores por las actividades ordinarias de la industria
(problema 3.1) frustra esa acción al menos en lo cualitativo. ¿Cmo resol-
ver la contradicción?
La disposición de la industria a expanderse, limitada sólo por la disponi-
bilidad de cuadros técnicos (problema 1.1), el incrnto acelerado del
costo de sus productos (problema 2.1), y la sensación de sus clientes de
que no tienen cpciones (problema 2.2) serían indicadores de un mercado de
escasa cciretencia, una gran rigidez tecnológica y un proceso de deterioro
Direcci6n General de Investigacin Científica y Superación Acadmica, SEP; comunicaci6n personal de datos preliminares correspondientes a 1979 y 1980
de la prcductividad. ¿Qué pedría rrej orar las tres condiciones a la vez?
4. El incremento acelerado de costos en la industria de la construcción (pro-
blema 2.1) tiene sin du'a mültiples facetas negativas. Sin embargo, hay
evidencia de que los mayores avances técnicos que han beneficiado en el
pasado tanto a una industria caiD a la sociedad en su totalidad han ocu-
rrido en las más diversas ramas industriales en condiciones de inestabili-
dad de costos. Por tanto, la situación actual pcxlría contener una gran
oportunidad. ¿Qué hacer para precipitarla?.
Una posible acción
Cualquiera que genere una proposición viable que responda a la vez a las cua-
tro interrogantes anteriores hará una contribución para resolver ese sistria
de problemas. Hasta hoy, a mí sólo se me ha ocurrido una: hacer algo para in-
crementar el dinamismo técnico de la ingeniería civil.
Veamos cmo esto pcdría ser, en efecto, una resruesta a cada una de las cuatro
interrogantes sugeridas por el anterior análisis:
El dinamismo técnico se acelera sólo mediante la búsqueda sistemática de
la innovación tecnológica. flrprender esta búsqueda específicamente en las
rresas de ingeniería civil sería un reto y una motivación intelectual
que reforzaría los vínculos entre los ingenieros jóvenes y su organización,
y crearía una imagen p(iblica ms capaz de canpetir con otras actividades
para inclinar a jóvenes brillantes a estudiar ingeniería civil
La misma acción resolvería la contradicción actual entre la tendencia de
la industria a absorver profesores e investigadores y la necesidad de las
universidades de ofrecer mejores profesores a más estudiantes de ingenie-
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ría y posgraduados. En efecto, las actividades de innovación en cada em-
presa, y los profesionales que las desempeñaran, ixxirían contribuir a las
labores docentes, quizá en las instalaciones de su propia organización, de
manera análca a caro se ccrnbinan la enseñanza de la rredicina y la inves-
tigación biardica en hospitales
La b(isquem3.a de la innovación tecnológica en cada empresa aurrentaría la
caretitividad de todas ellas y crearía nuevos prosos y productos, lo
cual a su vez tendería a detener el increrrento de costos y eliminaría en
los clientes de la industria la sensación de carencia de opciones
Fina Jnnte, es un hecho histórico que la organización y administración del
cambio tecnológico es la l5nica respuesta que las empresas rrodernas han en-
contrado para vivir en el mundo de hoy, lidiar con sus problemas y aprove-
char sus oportunidades.
Lo anterior no necesariairente equivale a decir que la falta de dinamismo tec-
nológico es la causa de todos los problemas de la ingeniería civil, pues en el
cariportaniiento social las relaciones de causa a efecto nunca son unívocas. M.s
bien significa que un increnento en el dinamismo tecnológico tendría efectos
positivos sobre los problemas actuales de la ingeniería civil, independiente-
¡rente de sus causas.
Esa es mi tesis, y dodicaré el resto de ini exposición a explicarla, analizar
su posible efectividad y explorar una manera de hacerla viable.
Tradición, organización y dinamismo tecnológico
Catencerros por precisar conceptos. Llamrenos dinamismo tecnológico a la tasa de
introducción de innovaciones en los productos o procesos de una enipresa o de
toda una industria. Abernathy y Utterback 4 han estudiado la manera en que la
tasa de innovación varía con el grado de madurez de la tecnología que usa una
organización o una industria. Las tendencias son diferentes para los productos
y los procesos, y se muestran en la Fig 1.
En la innovación de productos, la tasa de cambio es muy alta en la etapa tem-
prana de un nuevo producto, y decrece gradualirente en la etapa madura. La tec-
nología de procesos, por su parte, tiene tasas de cambio intermedias en la
edad temprana, bajas en la etapa madura y mx'iinas en la transición de una a
otra etapa. En ambos casos el tipo de innovación se vuelve incremental y la
tasa de innovación se estabiliza a largo plazo, pero no necesariamente tiende
a cero; su nivel de estabilización puede ser mayor o menor según la política
de innovación que se adopte.
Las técnicas y productos de la industria de la construcción están mayoritaria-
mente en etapa de madurez, unas pocas están en la de transición y un número
insignificante en la etapa de introducción o temprana. Esto, que es consecuen-
cia de la naturaleza intrínseca de esta industria, tiende a dar a las empresas
y a la industria de la construcción ccrnpleta un carácter poco dinámico desde
el punto de vista tecnológico, pero también contribuyen a ello las prácticas
organizativas y las políticas de desarrollo que privan en la industria de cons
trucción en casi todo el mundo.
En efecto, la madurez industrial no necesariamente debe ser una etapa de estan
camiento tecnológico. El hecho de que el tipo de innovación en los productos y
procesos maduros sea incranental y su tasa estable hace aún más necesario que
el proceso de cambio se organice y administre en forma más racional y sistemá-
tica, caro ocurre en otras ramas industriales.
W.J. Abernathy y J.M. TJtterback, rPatterns of industrial innovatíon", Inno-vatíon/Technology Review, pp. 58-64, Canibridge, Nass. 1979
Por otra parte, la necesidad de innovaciones mayores no se puede soslayar aun
en industrias tan maduras cano ésta.
Un ejemplo de producto urgido de innovación radical es la vivienda. Es ya muy
claro que muchos seres humanos tendrán por largo tinpo poca esperanza de vi-
víenda apropiada a renos que se desarrollen nuevos conceptos que permitan aba-
tir los costos muy por abajo de los de soluciones convencionales. No será en
este caso un cambio en el proceso de construcción lo que resolverá el problema
mientras el concepto mis-imo del producto terminado siga siendo esencialmente
igual al de los albores de la historia y esté constituido por los miros mate-
riales.
Otro ejenplo de necesidad de innovación radical, en este caso de un proceso,
lo encontrarros en estos días en la Ciudad de Iviéxico. Es evidente que a la urbe
con el tráfico más conflictivo del mundo le urge que en la construcción de
obras subterráneas se usen cada vez menos los métodos de superficie.
La mayoría de las empresas de ingeniería civil y construcción del mundo occi-
dental han anitido organizar y planear la innovación tecnolgica y han concen-
trado la atención de sus mejores hcxnbres en aspectos financieros y de produc-
ción.
En Occidente, la investigación sistemática en ingeniería civil está concentra-
da en institutos universitarios o laboratorios gubernamentales orientados, co-
iro es natural, a investigaciones de interés básico o general o a la solución
de problemas especiales cuyos resultados se divulgan librnte. Las empresas
de esta industria suelen hacer innovaciones sólo de manera informal, por chispas
esporádicas, en respuesta a presiones circunstanciales más que por propósitos
estratégicos, y sin sacar provecho de todos los conocimientos científicos y
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técnicos disponibles en el mundo de hoy. Esta canbinación no es la mejor es-
tructura posible para farentar la innovación, cano lo indica el hecho de que
las ramas industriales tecnológicamente más dinxni cas hayan adoptado para ese
fin fonnas de organización muy diferentes.
Lo que está faltando a la ingeniería civil es cariplrentar la estructura de
investigación no lucrativa con otra cuya orientación sea dar dinamismo técnico
y canpetitividad a la empresa. Esta estructura de investigación adicional es-
taría integrada a la empresa misma, sería parte de sus recursos, y sus progra-
mas formarían parte de la estrategia empresarial. La existencia en la empresa
de programas propios de innovación tecnológica no impediría la colaboración
con los institutos de investigación no lucrativos, sino que seguramente la es-
timularía al darle mayor claridad de propósito.
Necánica de la innovación
la necesidad de esta nueva estructura en la industria de la construcción será
más clara si se analiza la mecánica de la innovación tecnológica. El sistema
mínirto a considerar para este fin estaría integrado por tres subsistemas: las
instituciones tecnológicas no lucrativas, el centro o departamento de investi-
gación de una enpresa, y el resto de la propia empresa incluyendo las relacio-
nes con sus clientes.
Dejemos al lado por un marento las relaciones entre esos tres subsistemas y
analicemos el proceso de innovación en sí mismo. jers y Marquis han estudiado
con detalle más de 500 casos de innovación exitosa en diversas industrias 5 . Si
5 s. Nyers y D.G. Marquis, tvSuccessful industrial innovations: a study of fac-tors underlying innovation in selected firms", Institute of Public Adminis-tration, Washington, D.C. mayo 1969, 124 pp.
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guiendo con aig-unas variantes sus conceptos pcxinos esquematizar ese proceso
dividiéndolo en siete etapas que se indican de izquierda a derecha en la parte
media de la Fig 2.
El proceso se inicia con la identificación de una necesidad o un problema no
- resueltos por los procesos o productos de la empresa (por ejemplo: un procedi-
miento seguro y econiico para excavar túneles de varios metros de diámetro
entre 10 y 25 m de profundidad en el subsuelo de inés baja resistencia y alta
carresibilidad de la C. de México). En la etapa 2 se genera una solución con-
ceptual (por ejemplo. para nuestro problema: un escudo que estabilice el fren-
te con la presión de un fluido en cuyo seno trabaje un brazo excavador operado
a control rto) que se evali5a en relación con las necesidades y posibilida-
des objetivas del mercado y de la empresa. En la etapa 3 se revisan todos los as
pectos técnicos de la solución conceptual hasta establecer o descartar su facti-
bilidad. En la etapa 4 la solución conceptual se transforma en un diseño bésico
mediante análisis, célculos, reunión de información y, quizá, adaptación de téc-
nicas disponibles; en esta etapa la factibilidad de al menos un prototipo se de-
muestra cabalmente y se obtiene un diseño bésico de él. En la etapa 5 dicho pro-
totipo se desarrolla, construye y experimenta. Con las modificaciones al diseño
que los experimentos determinasen se pasaría a la etapa 6, en que el producto o
proceso en cuestión (en nuestro ejemplo el escudo excavador de túneles en suelos
arcillosos muy blandos) se desarrollaría para fines de aplicación, lo que impli-
ca depurar el diseño del prototipo y llevarlo a la escala apropiada para su uso
ccmrcial. Parecería que la etapa 6 fuese el final del proceso, pero en senti-
do estricto no es así, pues sólo se puede decir que ocurre una innovación
cuando la invención o el desarrollo de una nueva manera de hacer las cosas se
usa en la pré.ctica. Sin embargo hay elementos distintivos entre las etapas 1 a
6 y la 7; en efecto, esta última ocurre en un émbito exterior al del grupo que
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condujo las anteriores etapas y con ello la sociedad recibe los beneficios del
desarrollo 6 . La empresa que lo emprendi6 y llevó a buen éxito, por su parte,
estará por ello mismo en ventaja sobre sus ccnipetidoras; por ejemplo, se sabe
que entre las empresas de otras ramas que realizan investigación hay una rela-
ción directa entre ingreso neto y gasto en investigación y desarrollo 7 .
Consideraros ahora las relaciones entre los tres subsistemas de la Fig 2.
Canencros con las interacciones de tipo m.s general. Estas se indican en la
figura mediante flechas gruesas que denotan corrientes que cruzarían las f ron-
teras entre subsistemas. Habría flujo continuo de conocimientos e ideas de las
instituciones tecnológicas no lucrativas al centro de investigación de la em-
presa; caro contrapartida, en éste nacería una corriente de cuestiones no re-
sueltas que al fluir hacia aquellas instituciones las fertilizaría. Por otro
lado, los problemas prácticos surgidos en los departamentos operativos de la
empresa aLimentarían al centro de investigación de la misma con una rica co-
rriente de posibles proyectos de innovación; en el otro sentido fluirían, ade-
rrs de los resultados específicos del proceso de innovación, corrientes de in-
formación tecnológica de interés estratégico para el desarrollo de la empresa.
Estos flujos constituirían los vínculos ms iirx)rtantes entre los tres canpo-
nentes del sistema y crearían un proceso continuo de alimentación y realimen-
tación que mantendría el dinamismo de la industria. Por su carácter, tales
flujos tenderían a establecerse de la manera m.s natural, casi esponténea, por
virtud de la existencia misma de los tres subsistemas.
bE. Mansfield et al., 'Social and private rates of return from industrial in-novations", informe a National Scíence Foundatíon, Pennsylvanía University, 1975; Vol. 1, 31 Pp.; Vol. II, 50 pp.
7 E.B. Roberts y A.L. Frohman, ' tlnternal entrepreneurship: strategy for growth", The Bussiness Quarterly, 1972, pp. 71-78
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emás habría interrelaciones de otra clase entre el departamento de investi-
gación de la empresa y los otros dos subsisternas. Estas responderían a necesi-
dades específicas de cada proyecto de innovación y se indican en la Fig 2 me-
diante flechas de doble sentido, continuas o discontinuas, en varias etapas
del proceso de innovación. A diferencia de las relaciones de tipo general que
se manifestarían en los grandes flujos antes señalados, estas otras relaciones
serían rns formales y podrían ser intennitentes. Con el resto de la empresa es
obvia la necesidad de conexión estrecha en las etapas 1, 2, 4 y 6; con las
instituciones de información e investigación no lucrativas, en las etapas 2,
3, 4 y 6. (Ntese, tanto en esta clase de interrelaciones caro en los flujos
generales de información discutidos antes, el carácter de puente que tiene el
centro de investigación de npresa: sin él, las instituciones tecnológicas no
lucrativas y la empresa quedan incanunicadas).
Habría una diferencia crítica entre las ligas del centro de investigación ha-
cia arriba (con las organizaciones tecnológicas no lucrativas) y aquellas ha-
cia abajo (con el resto de la empresa y sus clientes). Las ligas hacia arriba
indicadas con flechas discontinuas podrían no darse en cierto proyecto sin que
eso implicara mns que cierta pérdida de eficierxia. Las conexiones hacia abajo,
en cambio, son condiciones sine gua non, pues es evidente que las etapas 1, 2,
4 y 6 no podrían realizarse sin la colaboración plena de otras partes de la
empresa.
Lo insustituible de los ingredientes que le llegan al proceso de innovación
desde abajo es prueba suficiente de que el centro de investigación de empresa
es necesario. Si éste no existe, la efectividad con que las instituciones tec-
nológicas no lucrativas pueden llenar el vacío entre ellas y las empresas es
limitada. Esto es así por tres razones principales: a) porque el lenguaje y
las preocupaciones de unas y otras no son iguales; b) porque la empresa nunca
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se sentirá a gusto confiando a personas fuera de ella información que puede
ser crítica para su canpetitividad, y c) porque los institutos de investiga-
ción no lucrativos son generalrrente reticentes a convertirse en fuente directa
de utilidades sólo para las empresas que pueden pagar sus servicios.
Además, está derrostrado empíricriente 8 que los proyectos de desarrollo de pro-
ductos y procesos para explotación carercial tienen mayor éxito si se adminis-
tran al modo empresarial, esto es, si las catiunicaciones con el exterior rela-
tivas al proyecto son monopolizadas o controladas por quien encabeza el equipo
de investigación, en tanto que los proyectos de investigación más básicos y de
carácter más general tienden a ser más exitosos cuando se administran al modo
universitario, es decir, cuando los investigadores todos mantienen una camini-
cación intensa y libre con colegas de fuera de la organización. Por tanto, si
dividimos las funciones de investigación y desarrollo en cuatro categorías:
investigación básica, investigación aplicada de interés general, desarrollo de
productos y procesos, y servicios técnicos, la máxima eficacia se logra cuando
los institutos universitarios y gubernanentales dan preferencia a las primeras
dos categorías y los centros de empresa a las dos tfltiinas.
Así pues, para que el avance tecnológico de la industria de la construcción se
acelere : y para que la canpetencia dentro de ella beneficie a la colectividad
según el postulo de la econcinía clásica, se requiere que sus empresas pongan
el canponente que les corresponde en el sistema de la Fig 2, creando en su pro-
pia organización el centro o departamento de investigación que tan bien arrai-
go esta en las industrias de mayor dinamisrro técnico.
T.J. Allen, N.L. Tushman y D.M.S. Lee, "Technology transfer as a function of posítion in the spectrum from research through development to technical serv-icesi!, Acaderny of Nanageinent Journal, Vol. 22 No. 4, 1979, pp. 694-708
15
Un fragmento de evidencia enpfrica directa
Creo haber explicado mi tesis suficientemente y haber puesto de manifiesto los
argumentos que la apoyan. Pero, siendo ingeniero, estoy seguro de que la lógi-
ca y la concatenación y extrapolación de hechos con base en ella pueden, en el
mejor de los casos, dejar satisfecho a un auditorio riguroso, pero no poner
listo para la acción a un grupo de hcznbres pragmáticos. Y lo que me interesa
es esto tltimo. ¿Ciro lograrlo?
Quizá hace falta, en primer lugar, una suerte de prueba práctica de que la in-
geniería civil es susceptible de vitalizarse tanto en lo técnico cano en lo
canercial mediante una extensión de la firma de ingeniería o construcción que
inplante en la propia empresa la parte del proceso de innovación formal que le
corresponde y, simultáneamente, sirva de puente entre aquella y las institu-
ciones de investigación no lucrativas. En segundo lugar, quizá también hace
falta mostrar que el nanento es propicio.
Exhibir una prueba empírica en este caso no es fácil. En rigor la validez de
cualquier tesis sobre fen&nenos sociales sólo puede derrostrarse en la prácti-
ca. Sin embargo he procedido a buscar información sobre evidencias empíricas
que apoyaran o contradijeran ini tesis. Este tipo de evidencias en industrias
no ligadas a la ingeniería civil existe y es muy convincente, caro ha quedado
indicado en mi exposición. Sin embargo, no se puede aceptar cano prueba, sino
sólo cano indicio favorable, pues el grado de madurez de las tecnologías típi-
cas de la industria de la construcción es rrn.icho mayor que el de las tecnolo-
gías de otras industrias.
No hallé evidencias documentadas en la industria de la construcción de Estados
Unidos; tcxos sabernos que su situación es muy similar a la de México en el as-
pecto que aquí interesa. Hice algunos intentos también infructuosos por hallar
ejeilos en Europa Occidental. Encontré, fina1rrnte, información muy estiirru-
lante scbre casos en Japón. rspués me dí cuenta de que habría sido fácil lle-
gar a éstos siguiendo el hilo de mi propia tesis, es decir, buscando en el país
con la ingeniería civil de mayor dinamismo.
En efecto, segtn iruchos expertos, la industria de construcción que ms avanza
tecnol6gicannte es hoy la japonesa. (Un ejerrplo de ello, al que soy muy sensi-
ble dada mi especialidad, es su tecnología de construcción subterrnea; otro
indicio, al que los empresarios serén los rns sensibles, es el hecho de que
las ccrnpafiías constructoras japonesas canienzan a penetrar exitosanente Esta-
dos Unidos y Europa, después de haber daninado a cctripafías de este origen en
gran parte del Sureste de Asia, Africa y el Oriente Nedio). Cuando se busca el
origen de esa vitalidad se encuentra, desde luego, que pueden influir en ella
diversos factores, desde incentivos y presiones fiscales hasta el dinamismo y
la canpetencia interna propios del país con la proporción de ingenieros a ha-
bitantes rns alta del mundo, pasando por las severas exigencias impuestas por
la orcgrafía, la tectónica y la saturación territorial que caracterizan a Ja-
pón. Pero es significativo, en relación con la tesis que he venido exponiendo,
que también esté presente otro factor: al menos 25 de las ms grandes caupa-
ñías constructoras japonesas tienen sus propios centros y laboratorios de in-
vestigación y desarrollo 9 .
El tamaño de esos centros es variable: va desde los que emplean 200 a 300 in-
dividuos, dos tercios de los cuales son personal de investigación, hasta los
que no tienen sino 15 aiipleados de los cuales 10 son investigadores; pero su
9 B.C. Paulson Jr., "Research in Japanese construction industry", Journal of the Construction Engineering Division, ASCE, Vol. 106, No. COl, mar. 1980, pp. 1-16
17
capacidad global es impresionante, pues el presupuesto directo de cada centro
varía entre 0.3% y 1.0% de las ventas brutas de sus respectivas caupañías o
entre 5% y 6% de su capital (op. cit.) Hasta donde sé Japón es el énico país
del mundo en que esto ocurre.
- Algunos de esos centros se fundaron desde 1945 y 1946, varios rns entre 1950 y
1960 y la mayoría de 1960 a 1970. No tengo datos directos sobre los beneficios
econ&nicos que al país le han reportado, pero podenos inferirlo si tenos en
cuenta que de 1965 a 1976 el ingreso japonés sólo por regalías creció a una
tasa media de 24% por año, el doble de la tasa de crecinuento de los egresos
por el mismo concepto' • Alguien pría suponer que la industria responsable
de esos logros espectaculares de Japón no puede ser la de la construcción, si-
no la electrónica o la autcnotriz. La verdad es que son esas tres y otras r po-
ro que la industria de la construcción es una de las ms dinámicas también en
lo econrnico, pues su contribución al producto interno bruto pasó de 15.6% en
1960 a 20.7% en 1970.
Ya señalé que deben ser varios los factores que influyen en la vitalidad de la
industria de la construcción japonesa; pero dada la relación directa de causa
a efecto que hay entre investigación e innovación, no será difícil concordar
en que a la existencia de centros de investigación internos en las empresas
debe asignarse el crédito principal de ese enonre dinamisno. Esta es la 1nica
evidencia empírica dentro de la ingeniería civil que he encontrado en apoyo de
mi tesis; pero no me parece evidencia despreciable.
10 Clculo basado en datos proporcionados por el Prof. E.B. Roberts, de la Sloan School of Management, M.I.T.
MI
¿Es oportuno el rranento?
Considererros ahora la cuestión de la oportunidad. ¿Por qué habría de ser ahora
y en México, antes que en cualquiera de los países avanzados de Otcidente,
donde se enrendiera la acción propuesta?. Hay razones para ver en ello una
- gran oportunidad:
Un obstáculo al avance técnico de países subeesarrollados suele ser que
sus industrias tienen car.cter subsidiario de las de países avanzados. Es-
to no ocurre en la industria de construcción mexicana, cuya tradición, ini-
portancia y magnitud la hacen única industria nacional en condiciones de
lcxrar, si se lo propone, ventajas internacionales a corto plazo
Otras trabas suelen ser un rrercado local estrecho y la falta de los dos
estratos superiores del sistema de avance técnico, es decir, los institu-
tos de investigación no lucrativos y los centros de empresa. A la indus-
tria de construcción de México le falta sólo el segundo estrato, y ésta
es una condición que prevalece también en los países avanzados de Otciden-
te. Desde este punto de vista, todos estos países podrían llenar el vacío.
Sin embargo, el potencial de la demanda interna de servicios de ingeniería
civil hace que México tenga a la vez una necesidad y una oportunidad mucho
mayores. Enfrentar la demanda interna mediante una expansión basada en la
innovación técnica le daría a nuestra industria, de manera casi natural,
el liderazgo internacional; ya se sabe que la técnica, al contrario de la
ciencia, se universaliza por la vía de probar su validez local. Pero si
tal esfuerzo no se hiciera, no sólo se perdería la oportunidad, sino que
se correría un riesgo, pues la industria mexicana de la construcción po-
dría perder su posición privilegiada y ceder su mercado externo potencial,
y an parte del interno, a empresas de otras nacionalidades
19
Según ciertos postulados sobre el desarrollo econ&nico' 1, la tasa de cre-
cimiento se rnaxirniza si se da prioridad a las industrias con mayor impacto
en otros eslabones de la cadena econ(inica. Cabría considerar en este caso,
por ejnp1o, los efectos que sobre la producción nacional de bienes de ca-
pital tendría la industria de la construcción cuando, caro consecuencia de
su dinanuización técnica, carenzara a desarrollar nuevos productos y proce-
sos
Fina lirente, el iwniento tarrién es oportuno porque el gobierno está of re-
ciendo estímulos para acciones que fortalezcan la posición caTlpetitiva de
la industria mexicana. Cabe señalar aquí al menos uno de ellos, que conoz-
co porque también toca a las instituciones nacionales de investigación: el
crédito fiscal que se otorga a las llarriadas enpresas tecnológicas, esta-
blecido por decreto presidencial publicado en el Diario Oficial del 26 de
novianbre de 1980 y reglamentado por acuerdos de las Secretarías de Patri-
monio y Farento Industrial y de Hacienda, publicados en el mismo diario el
24 de marzo y el 13 de abril del presente año, respectivamente.
Los centros de investigación de empresa que propongo cunplirían con la de-
finición de empresas tecnológicas, y por tanto serían elegibles para los
beneficios fiscales del decreto indicado. El costo de la investigación
realizada por contrato con instituciones nacionales de investigación tam-
bién recibiría crédito fiscal.
El papel de la pequeña empresa
Finalmente, considerenos una cuestión que puede inquietar a muchos: ¿qué posi-
"A.O. Hirschman, La estrategia del desarrollo econ6mico, Fondo de Cultura Econ6mica, México, 1961
20
bilidades de prosperar tendrían las resas pequefias y c6mo pcdrían nacer
nuevas empresas cuando las grandes y medianas tuvieran, ademas de su poder
econico, las ventajas del poder tecnológico que les daría su propio centro
de investigación?.
Ciertamente, los centros de investigación de empresa quizá se iilantarían
priinero en las organizaciones grandes o medianas y con cobertura del mercado
ya establecida. Sin embargo, la experiencia en otras ramas industriales indica
que esto no impediría el nacimiento de nuevas empresas, ni por fuerza reduci-
ría la probabilidad de que prosperaran las pequeñas. Por el contrario, es pro-
bable que un ambiente de mayor caretencia tecnológica redujera la importancia
del capital cano factor daninante de éxito en esta industria. Lo discutido an-
tes en torno a los patrones de innovación en función de la madurez tecnológica
conduciría a anticipar que, de desarrollarse los centros de investigación de
empresa en la industria de la construcción, las empresas grandes tenderían a
la innovación increirental pero sisteintica de procesos irnportantes en el tipo
de construcción que ya daninan, en tanto que las empresas nacientes o peque-
ñas, por una parte, sacarían ventaja de su mayor eficiencia para ccxnpetir con
base en tecnologías del daninio general, y por otra tenderían a aprovechar las
nuevas necesidades del mercado y su propia flexibilidad para desarrollar e in-
troducir productos con innovaciones drésticas y ocasionalmente procesos tam-
bién muy novedosos.
La noción de que la firma pequefia no puede enfrentar los costos de innovar no
deja de ser un mito. El estudio de Myers y Marquis (op. cit.) indica que sólo
un tercio de 567 innovaciones carercia:hnente exitosas examinadas costaron para
su desarrollo mns de 100,000 dólares desde su concepción hasta su canerciali-
zación, y que otro tercio costó menos de 25,000 dólares. También hay evidencia
21
de que la ventaja de la gran aapresa en cuanto a recursos para innovar puede
canpensarse con la mayor eficiencia innovadora de la pequeña' 2 " 3 .
Pecapitulación
Expuse elnentos de juicio sobre la iniportancia de la ingeniería civil en Ivlé_
xico y la potencialidad de dnanda de sus servicios; enumeré sus problaas
principales desde el punto de vista del profesional de la industria de la cons
trucción, el cliente y el educador; postulé una tesis en el sentido de que la
revitalización tecnolgica de la industria incidiría para bien en tcxos y cada
uno de esos prd lemas; expliqué c&ro la creación de centros o departamentos de
investigación en las propias empresas prcxuciría esa revitalización técnica;
señalé evidencia empírica que apoya la tesis directa e indirectamente, y dije
por qué me parece que el mctnento es oportuno.
Dije adern.s que me interesa convencer, pero tarrién inducir a la acción. Acep-
to, sin embargo, que no basta una exposición unilateral para lograr un fin tan
in'tportante. Se requiere que haya réplica, enriqueciruiento de la tesis con la
participación de muchos. La idea pues, debe debatirse en el futuro inmediato,
y propongo buscar oportunidades para hacerlo.
1
"A.C. Cooper, "R & D is more efficient in small companies", Harvard Bussiness Review, may-jun 1964, pp. 75-83
"'C. Kennedy y A.P. Thirlwall, t!Sres in applied economics: technical pro-gress", Economic Journal, Vol. 82, mar 1972, pp. 11-72
Tabla 1. Problemas de la industria de la construcción percibidos ms intensannte por sectores
Sector Problemas principales Observaciones
Profesionales de la industria 1.1 Escasez de ingenieros y técnicos de la construcción (diseñado- capacitados No se descartan los res, consultores, constructo- 1.2 Alta movilidad del personal ms
otros problemas res) joven
Clientes de la industria de 2.1 Tasa de incremento de costos su- la construcción (públicos y perior a la general de inflación en privados) 2.2 Escasez de opciones ante una ne-
cesidad dada
Fncionarios educativos, pro- 3.1 Absorción de profesores e inves- fesores e investigadores tigadores por la industria y el
gobierno Idem
3.2 Población escolar estática o de- creciente
InnovocIn de procesos Tas a de Innovacton
Innovación de productos
1•-
Grado de madurez
Fig 1. Tasa de innovacidn en funcidn d& grado de madurez de una tecnologi'a (Abernathy y Utterback, 1979 )
0
II Corrientes de informocidn con t n u as
CENTRO DE INVESTIGACION 1 DE LA EMPRESA
Sol u ci o'n conceptual
Identifico cidrt y deflnicidn del problema
lndk— 1 muy penable 1 deseable
Conexiones poro fines especrf lCos
Evaluaclo'n de a necesidad y la oportunIdad
INSTITUCION ES TECNOLOGICAS NO LUCRATIVAS
(Centros de lnformccidn e institutos de investigacidn universitarios y gubernamentales )
Conocimientos Cuestiones clent(flcas cIetflcos e Ideas y te'cnlcas rio resueltas tecnologicas
r Desarrollo de í SoiucIdn de1 Evaluac1 problema la solucidn pro- rDesarrolo
de la foc- j__•1j (ancflisis,reu H totlpo (diseño 1 comercIal
tlbilidad J nio'n de Infor- detallado,
—. (depuracio'n
t'cnIca j J maclo'n ' COrlstruccIo'n esca —
diseño ba'slco) 1 experimental y amiento) pruebas)
Problemas de interés prdctico
RESTO DE LA EMPRESA Y CLIENTES
Informoclo'n tcnlca de ir,teres estrate'gico
Aplicacldn y íexplotación
Hg 2. MeCa'nica de la innovacio'n fecnolo'gica (basado en conceptos de Myers y Marquis, 1969 ; con variantes )
1