El director Isaki Lacuesta
Lacuesta (Girona, 1975) ha sido descri-
to como “un cineasta en mayúsculas, el
más prometedor de los jóvenes cineastas
españoles” (Jaime Pena, Festival de Cine
de Buenos Aires). La editorial Phaidon
Press lo incluyó en el libro Take 100 como
uno de los cien cineastas que marcarán
el futuro del cine mundial. Ha estrenado
cuatro largometrajes (Cravan vs Cravan,
La leyenda del tiempo, Los condenados y
La noche que no acaba), así como nume-
rosos cortometrajes e instalaciones para
exposiciones. Los condenados recibió en
2009 el premio Fipresci de la crítica en la
sección oficial del Festival Internacional
de San Sebastián. La leyenda del tiempo,
su segundo largometraje, se presentó en
la sección oficial del Festival de Rotter-
dam siendo premiado en diversos festi-
vales internacionales. Cravan vs Cravan
(2002) fue reconocida por la crítica como
la mejor opera prima del año con el Pre-
mio Sant Jordi RNE. Entre otros premios,
recibió en Sitges los galardones al director
revelación y el del público a la mejor pe-
lícula. También ha escrito varios guiones,
entre los que destaca Garbo, dirigido por
Edmon Roch, Goya al mejor documental
2009. Entre su trabajo expositivo pueden
destacarse Microscopies (Metrònom Bar-
celona, 2003), Los cuerpos translúcidos
y Luz azul (Atrium Vitoria, 2007, junto a
Isa Campo), Google Earth 1.0 Lugares que
no existen (Fundació Sunyol Barcelona,
2009) y las instalaciones Retablo de las
adivinaciones/Mullada llum (Bòlit Girona,
2010, junto a Isa Campo). Lacuesta compa-
gina el cine con la docencia (en el CECC, la
Universidad Pompeu Fabra y la Universi-
dad Autónoma de Barcelona, entre otros)
y con la colaboración en diversos medios
escribiendo sobre cine, música y literatura.
Crítica
“Voy de metamorfosis en metamorfosis
con el propósito de abrazar todos mis
dobles hasta encontrarme un día solo.
De vida en vida, de muerte en muerte,
existiré para siempre”
FRANÇOIS AUGIÉRAS
El cine de Isaki Lacuesta parte de una inquie-
tud que se convierte en búsqueda, y no tan
sólo como cineasta. Parte fundamental de
su experiencia personal, sus películas-viajes
son, en cierta manera, el trasunto de una mi-
rada que explora paisajes, leyendas y mitos…
Un cineasta que se plantea cada trabajo como
una nueva manera de interpretar el lenguaje
cinematográfico, buscando las raíces que le
ayudarán a contar de manera más eficaz la
historia. Lacuesta emprende dos aventuras: la
de buscar nuevas fórmulas que alimenten el
relato audiovisual -actitud que le convierte en
uno de los creadores más singulares del pa-
norama cinematográfico español- y, por otra
parte, la aventura personal que le impulsa a
indagar y a plantearse historias allá dónde su
imaginación, inquietud e innovación lo lle-
ven. Más allá de sus largometrajes para cine,
Lacuesta, ha explorado nuevas formas de len-
guaje que los nuevos tiempos imponen, des-
de exposiciones audiovisuales, cartas-filma-
das, internet, televisión… La revista Caimán
(ex Cahiers) en su número de noviembre de
2008 lo vaticinaba eficazmente como “Un ci-
neasta del siglo XXI”. Lacuesta es un cineasta
completamente imprevisible, cada proyecto
que aborda se convierte en un ejercicio per-
sonal e intransferible, aunque sí es cierto que
podemos reconocerle tendencias e ideas que
se manifiestan en sus obras: como el tema
del doble, la búsqueda de algo o alguien, la
leyenda o mito confundida con la realidad, y
a un nivel formal: la no linealidad del relato,
Especial: Docuficció | 21 de juny de 2012 | Horari: 20.00 h
Los pasos dobles2011, Isaki Lacuesta
Sinopsi
La millor forma de fugir dels teus
perseguidors sense deixar rastre és caminar
enrere, sobre les teves pròpies petjades.
Això creia François Augiéras, que va cobrir
de pintures un búnker militar al desert i
després el va deixar enfonsar-se sota la sorra
per a que ningú el trobés fins el S.XXI. Pero
qui és Augiéras? Un legionari, un pintor, un
escriptor, un pistoler, un sant, un lladre, un
diable... o una barreja de tot l’anterior?
Fitxa artística
Bokar Dembele “Bouba” . François Augiéras
Miquel Barceló . . . . . . . . . . Pintor
Hamadoun Kassogue . . . . . . Corifeo y coronel
Alou Cissé “Zol” . . . . . . . . . Jefe bandidos
Amon Pegnere Dolo . . . . . Amon
Amassagou Dolo . . . . . . . . Amassagou
Abinum Dolo . . . . . . . . . . . Abinum
Soumaïla Sabata . . . . . . . . Ibrahim
Djenebou Keita . . . . . . . . . . Dona jove
Jove albí . . . . . . . . . . . . . . . . . Mahamadou Camara
Fitxa tècnica
Direcció . . . . . . . . . . . . . . . . Isaki Lacuesta
Guió . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lacuesta, Isa Campo
Producció . . . . . . . . . . . . . . Luisa Matienzo,
Dan Wechsler
Música . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gerard Gil
Fotografia . . . . . . . . . . . . . . Diego Dussuel
Muntatge . . . . . . . . . . . . . . Domi Parra
Direcció artística . . . . . . . . Sebastián Birchler
Any . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2011
la difícil frontera entre la ficción y el docu-
mental, una inquietud en filmar los rostros y
los cuerpos de sus personajes.
La génesis de Los pasos dobles arrancó con
un encargo de la productora Luisa Matienzo,
que propuso a Lacuesta filmar el espectáculo-
performance titulado Paso Doble, del pintor
Miquel Barceló junto a Josef Nadj y que se iba
a hacer en el país Dogón, Mali. El encuentro
con el pintor, a quien ya conocía, derivó en
la historia de François Augiéras (1925-1971),
pintor, escritor, aventurero y bandolero que
hastiado de la civilización europea se refugió
en Mali. Allí, en un antiguo búnker militar,
dejó parte de su obra, pintando sus paredes y
creando su particular Capilla Sixtina en me-
dio del desierto maliense, unas pinturas des-
tinadas para los hombres del siglo XXI que,
según sus palabras, entenderían mejor su arte.
Apoyado en esta base extraída de la realidad,
Lacuesta y su co-guionista, Isa Campo, forma-
ron las líneas de lo que iba a ser su relato, o
mejor dicho, la excusa argumental para mo-
ver a sus personajes. Porque Los pasos dobles
nos explica varias historias: por un lado, la
búsqueda del búnker de Augiéras, adentrán-
donos en la figura de alguien tan enigmático y
escurridizo como él; por otro lado, la historia
de iniciación de un joven soldado que intenta
encarnarse en el espectro de otro. Dos rela-
tos que confluyen bajo la atenta mirada del
pintor Miquel Barceló, que podría ser una en-
carnación de Augiéras. Todo se confunde de
manera admirable, todo se transforma y todo
evoluciona. Asistimos a un viaje por el de-
sierto, visitando pueblos y conociendo a las
gentes de Mali; nos quedamos fascinados por
sus narraciones orales, tradición arraigada en
el país africano; nos cruzamos con un grupo
de albinos. Lacuesta nos brinda la oportuni-
dad de conocer y, sobretodo, de mezclarnos
con la sociedad maliense, de convertirnos en
parte de la historia, de ser uno más formando
parte del mito o la leyenda que envuelve no
sólo la vida de Augiéras, sino la propuesta de
Lacuesta. Un cine para sentir, emocionarse y
vivir en toda su plenitud. También un cine
exigente, que se transforma en cada plano.
Un cine que nos hace disfrutar pero también
nos invita a mirar de otra manera, a estar aten-
tos más allá de lo que vemos. Un cine huma-
nista para degustar como los buenos vinos,
con tiempo y disfrutando de cada momento,
cada instante. En palabras del crítico Àngel
Quintana: “…alguns dels temes essencials de
la seva filmografia són la relació entre l’art i
la vida, la suplantació, els simulacres, els do-
bles, la tensió entre allò original i allò fals i
les contradiccions entre allò real i allò mític.
El resultat final és brillant, porta l’espectador
d’un costat a l’altre, l’endinsa cap als paradi-
sos perduts de l’aventura i d’allà el desplaça
cap a cultures ancestrals”.
Los pasos dobles es la película más salvaje e
inclasificable en la filmografía de Lacuesta.
Algunos espectadores se han visto sorpren-
didos por una propuesta tan arriesgada. La
obra es un poderoso ejercicio de estilo a tum-
ba abierta, un film que se define a sí mismo
y no deja indiferente. Alimentada por innu-
merables referencias, tanto cinematográficas
como artísticas, se convierte en un magnífico
artefacto para todos los espectadores que se
quieran acercar y disfrutar con ella.
Dentro de la película hay varias películas.
Nos encontramos con el cine etnográfico de
Jean Rouch y con su concepción cinematográ-
fica de formar parte intrínseca de la obra que
se está filmando. También el cine de Werner
Herzog, en la aventura de filmar y, sobretodo,
sin conocer de antemano dónde nos llevará el
relato, la incertidumbre del éxito o el fracaso.
Son elementos que forman parte de la vida
y, cómo no, del cine de Lacuesta. Detecta-
mos una estructura de película de aventuras
clásica, como Las minas del rey Salomón, o
películas del oeste, al uso de Sergio Leone y
sus spaguetti-western. Incluso su precedente,
el relato de bandoleros que tanto admiraba el
pintor Augiéras, O cangaceiro, del director
peruano Lima Barreto de 1953. También vis-
lumbramos huellas del cine africano de Issi-
dra Queadrogo o de Souleyman Cissé.
Con Los pasos dobles Lacuesta da un paso
de gigante en su carrera cinematográfica y
audiovisual. Sigue firme un camino arriesga-
do, explorando los continuos cambios que se
producen en el mundo de las imágenes. Sus
inquietudes lo llevan a ir cada vez más lejos, a
proponernos nuevas miradas, a que nos sinta-
mos parte de lo que vemos. Situarnos, en fin,
ante un cine sin fecha de caducidad. Lacues-
ta seguramente seguirá investigando sobre
sí mismo, persona y artista, para continuar
avanzando hacia un cine elaborado desde la
más absoluta libertad artística, tal y como le
mostró uno de sus referentes más directos, el
cineasta Joaquim Jordà.
Después del galardón a Los condenados,
ejercicio sobre la idea del traidor-héroe que
se alzó con el premio Fipresci del Festi-
val de San Sebastián, Los pasos dobles se
encumbró con el primer premio absoluto,
la Concha de Oro. El jurado presidido por
la actriz norteamericana, Frances McDor-
mand, le otorgaba un reconocimiento que
llena de entusiasmo y alegría a un cineas-
ta como Lacuesta, y ayuda a que este tipo
de cine, alejado del habitual, sea valorado
para así hacerse un hueco en el pantanoso
y complicado mundo de la exhibición. Este
premio acerca a Lacuesta a la tradición de
aquellos cineastas que durante la década
de los setenta -me refiero a Saura, Patino,
Gutiérrez Aragón, Borau…- hicieron grande
nuestro cine.
Me despido dejándoles con esta brillante
película. Una obra que habla sobre cine,
sobre pintura, del arte de crear y, sobreto-
do, del hecho de trascender en el tiempo
o de que el tiempo trascienda en nosotros,
sobre quiénes somos en realidad, de cómo
nos recuerdan… En definitiva, un obra in-
clasificable que de buen seguro no les dejará
indiferentes. Relájense y disfrútenla, déjense
invadir por sus imágenes, sus historias y sus
leyendas…
José Antonio Pérez Guevara
L’efecte mirall: retratant a qui retrata
Si l’anterior film no agrada, aquí en
tenim un altre, tal com proclamaven
Barceló i Lacuesta a la roda de premsa
de San Sebastián l’any passat. “Jo ho
faig amb els quadres, sempre pinto un
altre perquè no m’agrada l’anterior.
Porto 40 anys així”, responia
irònicament l’artista de la cúpula de
les Nacions Unides a Ginebra. D’aquest
viatge màgic a la seva llar a Mali, Isaki
Lacuesta podria haver filmat moltes
pel·lícules. També són moltes les
crítiques que se’n podrien escriure,
perquè són infinites les riqueses que
habiten a El cuaderno de barro i no
es poden resumir en aquest text. Aquí
només tracem un esbós d’aquesta oda
a les textures més pures i sinceres del
cinema.
L’impol·lut digital s’imposa en els mul-
tisales: sense esgarrapades ni cap de-
fecte. I ara arriba Lacuesta i ens retorna
les veritats primàries del vent, l’olor
del riu i el tacte de la terra. Comença
pintant les roques amb l’aigua colore-
jada per la roba, un eco de la tinta amb
la que Barceló dóna vida, en els seus
quaderns, al més elemental: a allò que
sorgeix del contacte directe i sense in-
termediaris amb la vida. Lacuesta ens
confronta amb sensacions que ja gaire-
bé no recordem, però de les que l’argila
en guarda la memòria. I ens les ofereix.
Ho fa amb una representació dins d’una
representació: enregistrant Paso Doble,
una performance doblement interpre-
tada i doblement sentida. Les missions
del cineasta i del pintor s’entrecreuen:
ambdós artistes, perquè els entenguem
una mica millor, ens endinsen en el seu
procés creatiu. Lacuesta acompanya
a Barceló, i nosaltres a tots dos, en la
metamorfosi que suposa l’acte de cons-
trucció. Com els vídeos que mostren a
Pollock fent dripping i que s’exposen al
Pompidou, Lacuesta es guanya a pols
el dret a entrar als museus. La matèria
prima s’allunya de les grandeses i una
làmina de pissarra i un escalpel són
suficients per donar forma directament
amb les mans. Els cossos d’aquests dos
blancs amb uns simbòlics vestits jaque-
ta negres (control de les èlits del poder)
es fusionen amb la pantalla blanca,
aquesta gran tela de fang que es con-
verteix en escultura i pren vida prome-
teica. Mans, braços i peus, fent forats,
agregant i estripant.
Especial: Docuficció | 21 de juny de 2012 | Horari: 22.00 h
El cuaderno de barro2011, Isaki Lacuesta
Sinopsi
Fa més de 20 anys que el pintor Miquel Barceló viu llargues tem-porades a l’Àfrica, on va aprendre a pintar entre termites i escorpins abans que la calor assequi la pintura i el vent arrossegui les teles. Barceló representa junt amb el coreògraf Jo-sef Nadj la performance Paso Doble i ens descobreix per primera vegada els secrets del seu taller africà.
Fitxa artística
Miquel Barceló
Josef Nadj
Alain Mahe
Amon Pegnere Dolo
Amassagou Dolo
Wani Dolo
Adégne Ana Dolo
Ogobara Dolo
Moussa Konate
Cheick Sogoré
Fitxa tècnica
Direcció . . . . . . . . . . . . . . . . Isaki Lacuesta
Guió . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Isa Campo
Producció . . . . . . . . . . . . . . Luisa Matienzo
Dan Wechsler
Música . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gerard Gil
Fotografia . . . . . . . . . . . . . . Diego Dussuel
Muntatge . . . . . . . . . . . . . . Lupe Pérez García
Duració . . . . . . . . . . . . . . . . 60 min
Any . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2011
Esclataran les nostres butaques
amb la mateixa pura emoció
que la que testimoniem en els
habitants de Gogolí? Per algu-
na cosa interpretar, en francès,
es diu jouer. Com una verita-
ble comunitat, els més grans
amb els més petits, enfilats
sobre arbres per no perdre de-
tall, ens mostren la raó de ser
del cinema, com a acte social i
col·lectiu. Ressusciten la idea
de públic, més completa que
la de l’espectador que veu un
film i marxa. El públic de Go-
golí participa en el sentit del
que està veient, ho desxifra i li
concedeix noves significacions.
La coreografia que el ballarí
Josef Nadj interpreta junt amb
Barceló concentra i fa explotar
“la violència amb la qual s’ha
afirmat la supremacia dels va-
lors blancs, l’agressivitat que ha
impregnat la confrontació vic-
toriosa amb els modes de vida o
de pensament dels colonitzats”
(deia Franz Fanon a Los conde-
nados de la tierra). Potser ara,
més conscients que mai de les
cadenes del turbocapitalisme,
som capaços d’identificar-nos
amb el plaer innocent d’uns
aplaudiments que esclaten a un
altre racó del món.
La fusió del pinzell amb el pa-
pir reprodueix la de les cinc
tonelades de fang amb aquesta
tela: incrustada, rebentada, es-
quitxada i perforada a través
del cos. Avui, que tot és sense
ser realment, necessitem la fi-
sicitat dels materials devorats
pel pas del temps i les termites,
d’aquesta pantalla rugosa i blan-
ca dins la qual ens submergim.
Les màscares esotèriques que
es van transformant una i altra
vegada fins convertir-se en les
danses tribals del poble, evo-
quen aquelles altres cerimònies
que canalitzaven la violència
dels oprimits del colonialisme.
Avui, que tot és intangible i na-
vega pel núvol de la xarxa, -qui
és ara el colonitzador i qui és el
colonitzat?- Barceló i Lacuesta
inventen (o reinventen) un llen-
guatge natural i polisèmic que
alimenta una obra sobre l’altre:
reciclant i reconstruint-la, la
fan eterna.
Tot esdevé una extensió de la
pintura per Barceló, i gràcies
al preciosisme de la obra del
mallorquí, el gironí Lacuesta
pot tornar a una plasticitat en
vies d’extinció en el cinema,
similar a la que fa poc Herzog
ens regalava amb el documental
Cave of forgotten dreams. La
memòria de l’art s’alimenta
amb el temps i no només no
desapareix, sinó que es regenera.
Donem-li la benvinguda amb
calidesa i fermesa: que l’art
de Barceló, Lacuesta i Mali no
esdevinguin quelcom turístic,
sinó familiar. Amb comprensió
i hospitalitat, soyez bienvenus.
Raquel Sánchez Espin