En Tierra del Fuego habitaban los Selk'nam, más conocidos como Onas, pertenecientes a
la raza de los Tehuelches.
El nombre "ona" proviene del idioma vagan y ha prevalecido sobre selk'nam, que era el
nombre que les daban los tehuelches.
Antes de su extinción, eran nómadas terrestres, cazadores y recolectores.
La búsqueda de alimento signaba la vida cotidiana.
Conseguir comida era tarea de los varones con el uso del arco
y la flecha.
Las mujeres cuidaban la casa, y, durante los traslados,
cargaban las tiendas en bolsas de cuero y cestos de junco,
junto con los utensilios y los hijos que aún no caminaban.
Su alimento principal era el guanaco, zorros, roedores o lo que consiguieran, además de los mariscos que las mujeres
pudieran recolectar en las costas.
Recogían hongos y frutos silvestres.
Las mujeres fabricaban un tipo de toras con semillas
molidas y especie de crucífera llamada tay, mezcladas con lobo
marino.
Aprovechaban las pieles de los zorros que
cazaban.
No tenían jefes o caciques, solamente una elite integrada
por "chamanes", sabios y profetas que gozaban de
privilegios y reconocimiento social, inspirados en el temor a sus poderes sobrenaturales.
Se agrupaban en clanes o parentelas de no más de
cincuenta personas, y aun dentro del clan se mantenían
aislados.
La familia era poligámica.
Los chicos se criaban con sus madres y los varones, al llegar a la adolescencia, comenzaban un largo período de iniciación durante el cual
aprendían a obtener comida y a desenvolverse como adultos.
La ceremonia iniciática, era el hain. Una vez superada la última prueba en el hain, los jóvenes podían casarse y largarse por su cuenta.
Tenían varias maneras de hallar esposa: por mutuo conocimiento, por negociación con los padres o por la más expeditiva vía de guerrear con los
hombres de otro territorio y alzarse con sus mujeres.
La Vestimenta la La Vestimenta la realizaban realizaban
exclusivamente con exclusivamente con pieles y cueros de pieles y cueros de
animales, especialmente animales, especialmente Guanacos.Guanacos.
No poseían religión estructurada y temían la muerte por brujería.
Celebraban su inmemorial rito del hain, el centro de su vida religiosa.
Creían en Hashe, el espíritu maléfico encarnado en el árbol seco y otros
espíritus malignos. También existían espíritus benignos que curaban las
heridas.
Creian en la existencia de un ser supremos al que llamaban Temaukel; Kenos, su mensajero, creó todas las
cosas del mundo y fue el héroe civilizador de este pueblo.