Sármatas y Alanos
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En la antigüedad habitaron las estepas euroasiáticas numerosas tribus nomadas. Unos de los
pueblos en surgir de la estepas fueron las sármatas, a los que más tarde se unirían los alanos.
Buena parte de su historia se desarrolla en torno al Mar Negro, pero son más conocidos por sus
relaciones con el Imperio Romano.
Siglos VII – IV a.C.
Los sármatas eran confederaciones de tribus nómadas de ascendencia irania que habitaban
inicialmente la parte de la Estepa Póntica entre los ríos Don y Ural, desde el siglo VII o VI a.C.
Vivían de sus rebaños que les aportaban carne, leche y pieles; desplazándose con ellos en busca
de pastos al sur o al norte según la época del año. Sus hogares eran sus carromatos, que les
acompañaban en sus viajes.
La sociedad sármata primitiva era bastante igualitaria; según Herodoto las mújeres vestían,
montaban a caballo y combatían igual que los hombres. La arqueología parece confirmar éste
hecho ya que en los enterramientos femeninos se han encontrado tanto restos de armas como
esqueletos de niñas con las piernas abombadas que indican que cabalgaban desde muy
pequeñas al igual que los chicos. De hecho se supone que las mujeres sármatas son el origen del
mito de las amazonas, incluso es posible que originalmente las tribus sármatas funcionaran en
base a un matriarcado.
Entre sus costumbres estaba la de tatuarse el cuerpo, principalmente con motivos animales.
Los primeros sármatas que entran en la historia son los llamados saurómatas (derivado de la
palabra griega para sármata) en el siglo V a.C. Heredoto creía que eran el producto de la unión
entre un grupo de amazonas y hombres escitas, lo que explicaría para los griegos esas extrañas
costumbres “igualitarias”. Se sabe que lucharon junto a los escitas, que ocupaban la parte
occidental de la Estepa Póntica, contra un intento de invasión persa por parte de Dario I
(aproximadamente en el 507 a.C).
El siguiente pueblo sármata en aparecer, tras los saurómatas, son los siracos (o siraces); que en
el siglo IV ya se han instalado en la zona del Mar Negro entre el Caúcaso y el río Don. Fueron el
primer pueblo sármata en mantener contactos regulares con los griegos a través de las colonias
griegas del Bósforo Cimerio (Crimea).
El Don marcaba la frontera entre escitas y sármatas. Es probable que
los sármatas realizaran incursiones en el territorio de sus “parientes”
escitas, que eran más prósperos, en busca de botín y esclavos. El
lazo era un “arma” clásica de la Estepa Euroasiática. Ilustración de
G. Embleton.
Siglos III - I a.C.
Los sármatas convivieron durante bastante tiempo con sus parientes escitas, compartiendo
bastantes costumbres, hasta que en en torno al siglo III a.C, atravesaron en fuerza el Don
arrebatando a los escitas sus tierras. Algunos escitas fueron asimilados, mientras otros acabaron
refugiándose en la península de Crimea o más allá del río Dniester; iniciándose su decadencia.
Entre los principales pueblos sármatas en ésta época nos encontramos al oeste del Dnieper una
confederación de tribus en los que tenían la preponderancia los sármatas reales y que incluía
entre otros a las tribus yazigas (o lazigios), los miembros de ésta confederación “occidental”
eran probablemente los descendientes de la horda sármata original que había cruzado el Don. Al
Este del Dnieper estaban los roxolanos (se cree que el nombre significa “alanos occidentales”)
ocupando la zona costera al nordeste del Mar Negro y extendiéndose hacia el interior por el sur
de Ucrania.
La confederación sármata más poderosa era la de los aorsos. Una rama ocupaba la zona entre
los siracos y el Mar Caspio; según Estrabón si los siracos (en el siglo I a.C) tenían 20.000
guerreros, los aorsos del sur tenían 200.000, y los aorsos del norte muchos más. Evidentemente
no podemos tomar las cifras como exactas pero sí como indicación del poderío de los aorsos. Los
aorsos del norte ocupaban los antiguos pastos sármatas, y es posible que se extendieran hasta
el mar de Aral y sean el mismo pueblo que los chinos llamaban yen-ts´ai o an-ts´ai, y que según
los chinos poseían “100.000” arqueros.
Su contacto con el reino helénico del Bósforo les permitió a los sármatas tener alguien con quien
comerciar. A los productos tradicionales nómadas de pieles, cuernos tallados, esclavos... se unió
también el cereal al haberse convertido los sármatas en los nuevos amos de parte de los
granjeros de la costa del Mar Negro. Los aorsos controlaban las rutas de camellos del Mar Negro
a Mesopotamia y la India, lo que les suponía una considerable fuente de riqueza. El contacto con
los griegos también permitió que floreciera un arte griego-sármata. Los siracos serían los
sármatas que más se helenizarían abandonando la mayoría el estilo nómada salvo la aristocracia
que conservo un cierto semi-nomadismo.
Obras de arte sármatas
Los sármatas no se contentaron con comerciar y se involucraron en los asuntos del reino del
Bósforo intentando controlarlo directamente o a través de vasallos. De hecho el propio reino del
Bósforo sufrió un proceso de “sarmatización” sobre todo en las costumbres militares. En el curso
de estos conflictos los roxolanos acabarían enfrentados con el rey del Ponto Mitrídates VI (132-63
a.C), por el control del reino. Se cuenta que 50.000 roxolanos fueron derrotados 6.000 soldados
del Ponto. Una vez solucionada la cuestión, Mitrídates puso todo su empeño en conseguir buenas
relaciones con los sármatas y consiguió que muchos jinetes sármatas pasaran a servir en sus
siguientes campañas, incluida su guerra contra los romanos.
Los sármatas como la mayoría de los pueblos nómadas eran básicamente arqueros a caballo.
Aunque parece que a partir del siglo III ya se ha introducido la lanza pesada a 2 manos no parece
que se extendiera mucho ya que las fuentes clásicas de esos siglos siempre describen a los
sármatas como jinetes ligeros que usan arco y espada. Los arcos en estos siglos eran del estilo
“escita”. La espada tenía una gran importancia simbólica ya que los sármatas, al igual que los
escitas, adoraban al viento (el aliento que da la vida) y la espada era su contrapunto (la que
quita la vida). Las espadas sármatas de ésta época acababan en un pomo circular en el que se
podía incrustar una piedra semi-preciosa.
Los sármatas tenían una ceremonia para “adorar” una espada. Se
clavaba en la arena y se le sacrificaba algún animal. Según los
romanos los sármatas procedían a adorar la espada como si fuera
Marte el dios de la guerra. Algunos historiadores creen que estas
ceremonias pueden formar parte del origen de la leyenda artúrica de
la espada clavada en la roca. Ilustración de G. Embleton.
Siglos I – II d.C.
En el siglo I d.C., el reino helénico del Bósforo era un estado cliente de Roma; los siracos se
implicaron con la facción anti-romana en una de las guerras por el control del reino (49 d.C.),
mientras que los aorsos apoyaban a la facción pro-romana. Los romanos tomaron
represalias contra los siracos atacándolos e iniciando su declive hasta que desaparecen
completamente a finales del siglo II.
En el siglo I hay un nuevo movimiento migratorio iniciado por la llegada de los alanos
provenientes de Asia Central, que alcanzan el Don a mediados/finales de siglo. Los alanos
estaban formados por varios pueblos de origen iranio pero no todos ellos sármatas, por lo cual se
suelen tratar como un pueblo aparte de estos últimos. Entre los pueblos originarios de los alanos
parecen estar los masagetas. Los aorsos más orientales serían empujados hacia el oeste o
asimilados si se quedaban atrás; de hecho parece que hubo una gran fusión entre ambos
pueblos.
En el siglo I los alanos realizan grandes incursiones en regiones controladas por el Imperio Parto,
sobre todo Armenia y Media, causando una gran destrucción. Acabarían llegando hasta la
Capadocia romana donde son derrotados por el gobernador Arriano.
Una costumbre típica de los alanos y poco extendida entre otros sármatas era la deformación del
cráneo usando vendajes en los niños para conseguir un cráneo alargado.
El pueblo sármata más occidental eran los yazygos que se situaban a comienzos del siglo I en la
zona baja del Danubio. De vez en cuando había incursiones de bandidos yazygos en territorio
romano pero no parece que resultaran una gran amenaza. De esta zona los yazygos van a
trasladarse hacia las llanuras de Hungría, “saltando” por encima de Dacia (Rumanía). Los
motivos de este movimiento no están muy claros, puede que se empezara a sentir la presión del
movimiento de los alanos aunque estos todavía no hubieran llegado al Don o puede ser que
fueran “invitados” por los romanos para utilizarlos en esa frontera. El caso es que en el 50 d.C.,
ya se encontraban en Hungría ayudando al pro-romano rey de los suevos contra sus vecinos.
No siempre serían buenas las relaciones entre yazygos y romanos; los yazygos participarían en
las Guerras Marcomanas en la época de Marco Aurelio hasta que fueron vencidos en una batalla
sobre el Danubio helado en el 173 o 174. Los vencidos yazygos aceptaron aportar 8.000
guerreros a Roma, siendo enviados unos 5.000 de ellos a Britania.
Por su parte los roxolanos también se mueven hacia el oeste en dirección al Danubio,
probablemente asimilando a los sármatas reales y otras tribus de la antigua confederación
sármata occidental. En la segunda mitad del siglo I, los roxolanos ya están realizando incursiones
en territorio romano y se muestran menos amistosos que los yazygos y bastante más peligrosos.
Dacia era el puente de enlace entre roxolanos y yazygos, y los roxolanos van a participar
activamente en las Guerras Dácicas enfrentándose a los romanos. Con la victoria romana y la
creación de la provincia de Dacia se abre una brecha que dejará la comunicación entre ambos
pueblos a merced de la buena voluntad del Imperio Romano.
En cuanto al equipo militar, en ésta época ya hay una mayor extensión del típico “caballero
sármata” armado con el kontos (griego) o contus (latín), una lanza a dos manos para jinetes. En
muchas tribus sármatas sólo los lideres y unos cuantos guerreros de élite estaban equipados con
armadura, normalmente de escamas, debido a su alto coste. Otras armas como el arco siguieron
teniendo una fuerte presencia y de hecho los alanos, gracias a sus contactos “asiáticos”,
introducirían el arco huno, mucho más potente que el escita.
Al principio los romanos ven a los sármatas como poco más que bandidos, pero en los siguientes
siglos se van a ir “profesionalizando” y ganándose el respeto como guerreros.
Hay constancia de que en alguna ocasión los sármatas emplearon infantería recurriendo a armar
a los pueblos vasallos que les servían de campesinos.
Catafracto (jinete acorazado) sármata armado con el contus.
Ilustración de Jhonny Shumate. Antiguamente se creía que los
sármatas debían haber conocido los estribos para poder manejar
eficazmente una lanza tan larga y pesada, pero actualmente se
acepta que una silla de “cuernos” proporciona suficiente estabilidad
al lancero aunque los estribos supongan un gran refuerzo a la
estabilidad y su uso permite una mejor circulación de la sangre en
las piernas.
Siglos III – V.
En la primera mitad del siglo III hubo un nuevo movimiento en el mundo sármata-alano con la
llegada a la Estepa Póntica de los godos. Los godos ocuparon la zona al oeste del Don,
desplazando a los sármatas que ocupaban dicha zona. Hay diferentes opiniones sobre que
grupos ocupaban la zona invadida por los godos: algunos creen que los alanos ya habían
rebasado el Don y serían expulsados de vuelta al Este y otros creen que los roxolanos ocupaban
todavía esa zona y se replegaron hacia el Oeste. Parte de las tribus sármatas se quedaron con
los godos donde su influencia llevó a los godos a formar su propia caballería pesada de estilo
“sármata”.
A lo largo del siglo III habría numerosas incursiones de los yazygos (reforzados por una
constante emigración de roxolanos) en territorio romano aprovechando los numerosos
problemas que debilitaron el Imperio Romano en dicho siglo. Los sármatas tan pronto podían ser
enemigos de Roma como aliados y de hecho en el siglo III y sobre todo en el IV se animó a
muchos sármatas a asentarse dentro del Imperio y constituyeron una importante fuente de
tropas para los romanos. El contarius sármata sería un gran aporte e influencia en la evolución
de la caballería romana hacia una caballería más potente y pesada.
Para el siglo IV las llanuras húngaras, se convierten plenamente en la “patria” sármata y
desaparecen las distinciones entre yazygos y roxolanos.
Alrededor del año 330 los campesinos “esclavos” de los sármatas danubianos se rebelaron
formando el pueblo de los limigantes, su existencia fue corta ya que los romanos los
destruyeron en el año 359. Antes de su rebelión habían sido armados por los sármatas debido a
la presencia amenazante de los godos.
En la segunda mitad del siglo IV hay una nueva conmoción. Los hunos que habitaban la estepa al
este de los alanos inician su migración hacia el Oeste. En primer lugar atacan a los alanos que
acaban arrinconados en la zona entre el Caspio y el Mar Negro, dando lugar a la Alania Medieval
(Osetia); otros huyen hacia los godos o acaban uniéndose a los hunos. A continuación los hunos
y sus vasallos atacan a los godos, provocando la huida de godos y grupos de alanos hacia el
Imperio Romano. Finalmente los hunos alcanzan las llanuras húngaras poniendo fin a los últimos
grupos de sármatas independientes.
Debido a la llegada de los hunos los sármatas y alanos tendrán que buscarse la vida dentro del
Imperio Romano entrando en grupos tanto como “invitados” como por la fuerza. Por ejemplo
bandas de alanos lucharan junto a los godos en la batalla de Adrianópolis. Otros muchos optaran
por unirse al “Imperio Huno”, sobre todo entre los alanos.
A comienzos del siglo V uno de los grupos de alanos se unió a vándalos y suevos para penetrar
en el Imperio Romano llegando hasta “Hispania”. Los vándalos acabarían absorbiendo por la
fuerza a la mayoría de estos alanos antes de pasar a África. A la muerte de Atila en el 453, su
imperio se disuelve y los alanos que seguían a Atila acaban dispersándose y despareciendo
como pueblo de la Historia con la excepción ya mencionada del Caúcaso.
Alano y sármata atacados por un huno (Finales siglo IV). Los hunos
supondrían el fin de los sármatas y prácticamente de los alanos.
Ilustración de Angus McBride.
Autor: Flavius Stilicho
Fuentes:
Osprey Publishing (R. Brzezinki & M. Mielczarek): The Sarmatians, 600 BC – AD 450.
J. Harmatta – Studies in the History and Language of the Sarmatians.
http://www.kroraina.com/sarm/jh/index.html