Julián Alonso
ARQUITEXTURA(Selección)
Un jurado encabezado por el académico Carlos Bousoño e integrado por José Hierro, Carlos Murciano, José Antonio Suárez de Puga y Juan Van-Halen, otorgó a este libro, del que se reproduce una selección, el “Premio Provincia de Guadalajara, José Antonio Ochaíta”, 1992
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Sabela Branco. “La Uni”. 11/12/2001
“… Las plásticas imágenes de Alonso nos reflejan también el paso del tiempo, la añorada compañía que todos buscamos, las tristes tardes marcadas por la ausencia, haciéndonos sentir huérfanos de cariño, desamparados cómplices de su soledad.
“Toda la obra es un ejemplo de sencillez y sensibilidad; de descripciones casi táctiles que logran identificarnos con el autor. Pero no sólo la melancolía prevalece en este poemario, sino que también es un alegato a la sinrazón, al buen humor y, sobre todo, a la felicidad compartida. Julián Alonso ha sabido transmitirnos por medio de un lenguaje fácil y moderno un conjunto de amorosas impresiones plasmadas en una magnífico libro que seguro que todos, sobre todo los aficionados a la poesía, disfrutaréis……….”
Arquitectura, arquitextura, arquiternura, textura, ternura, templo, epidermis, arco de media piel, de medio punto. Friso, arquitrabe, mano, dedos lentos de amor que se deslizan por el barroco altar de tu edificio.
Es lenta la agonía de estas hojas cayendo sobre un trozo del otoño en donde tu no estás ¿Acaso sueñas en este mismo instante en que yo escribo, con otras hojas muertas y otro otoño tan vacío y tan triste como este?
Tu nombre es transparente. Nunca supe
de dónde lo sacaste tan de agua,
que se puede beber cuando te nombro.
Y tu eres transparente,
con tu nombre rezumando de ti
como agua pura, donde bebí una vez
fuente de sueño, para morir ahogado
entre sus letras.
La noche es toda luz
en tus caricias.
Es toda luna llena,
toda viernes,
en la cómplice voz de Leonard Cohen,
en la guitarra azul de B.B. King
atacando un blues triste,
en los besos robados al olvido,
en el tacto, tal vez recuperado
de un largo déficit de amor
y de sonrisas,
recorriendo la piel como un calambre.
Y es hermoso pensar que todo esto
Al menos ha de hacerte sentir viva.
Y es hermoso pensar que aquella noche
todo sonaba a chino,
todo a chino,
todo,
menos tus labios y mis labios
entablando el idioma de los besos.
“…vivo enredado entre tu pelo”.
Pablo Guerrero
Enredado entre tu pelo.
Cara al viento de un paisaje
sin horizontes posibles.
Intrincada arquitectura
donde no llegan mis manos
amarradas de silencio.
Insatisfecho deseo
perdido en el laberinto
de un corazón sin salida.
El roce de una mano, la mirada,
la sonrisa que apunta desde dentro como un dardo mortal.
El beso tímido que siempre sabe a poco
pero duele y te quema los labios
y los vuelve como esos secos pétalos de rosa que encerraste en un libro de poemas cierta tarde de lluvia
y estar triste. El amor que no llega a consumarse, porque es algo excluyente,
casi oscuro, como las pesadillas del insomnio. Ese temor a ser nosotros mismos, deambular entre ellos,
y que ellos no vean que pasamos a su lado con ese sentimiento, sólo nuestro, que ya no tiene nombre y nos obliga a ser pobres suicidas de novela.
Y tu voz me llegaba de muy lejos,
de interminables horas ya perdidas
en las que me inundabas de palabras.
Bellas palomas blancas
Saliendo de tu boca.
Palabras con sabor, dulces y tiernas,
como regreso, azul, plata, magnolia,
amor, vida, cincel, luna, comienzo,
espejo, agua, verde, Alejandría,
alba, sándalo, cierzo, clavicordio,
que duele pronunciar porque se rompen
formando montoncitos en el suelo
como de vidrio en polvo, o como arena
de una playa vacía.
No he vuelto a abrir un libro
desde entonces,
ni a escribir un poema,
porque tu te llevaste esos vocablos
y están los diccionarios como huérfanos,
poblados de aburridas acepciones.
Regresar al recuerdo
como quien vuelve a casa,
como a una patria antigua
perdida en el pasado.
Alba,
pura pupila
de mi sueño
que despierta
a la luz
y allí te encuentra.
La tarde
se ha marchado
sin aviso.
Ya no ríen
las piedras de la iglesia
con esa risa antigua
que tú sabes
y el plátano más grande del paseo
ha dejado caer
su última hoja.
Alguien cruza la calle
y no me importa.
“sólo el mar de tu oculta geografía, Ese mar aún plagado de misterios…”
L.E. Aute
acaso sea el sueño
ya pasado
de algún tiempo perdido
y ese mar que a ti también te mojo
no tenga apenas islas
ni gaviotas
ni barcos tenues donde rompe el agua
pero yo allí los veo
navegando
por tu océano interno
casi dulce
de eterno fluir
de tantos ríos
como en ti desembocan
cada día.