TENGO WHATSAPP, LUEGO EXISTO
Un estudio constata que el 5,5% de jóvenes que no usan internet o redes sociales se
sienten en riesgo de exclusión
E. Ocampo | Vigo 10.04.2014 | 11:01
"Los jóvenes que no usan o no frecuentan las redes sociales sienten que están en riesgo
claro de exclusión y marginación por parte de su grupo de iguales ya que o todo pasa en las
redes sociales, o las cosas que pasan fuera se gestionan y preparan en ellas. Quien no
participa de esta dinámica relacional es considerado 'raro' o 'independiente'". Se puede decir
más alto, pero no más claro. Así de preocupantes son -para los adolescentes que no tienen
WhatsApp, por ejemplo-, las principales conclusiones extraídas del estudio "Jóvenes y
Comunicación. La impronta de lo virtual", elaborado por el Centro Reina Sofía sobre
Adolescencia y Juventud e impulsado por la FAD (Fundación de Ayuda contra la
Drogadicción) con el Banco Santander y Telefónica.
Para los jóvenes españoles -de entre 16 y 26 años- la comunicación a través de las redes se
ha convertido en fundamental. Admiten que sin las TIC se sentirían aislados,
incomunicados, incompletos y que no sabrían cómo rellenar rutinas, cómo integrarse o
cómo socializar.
La última encuesta del INE estima en un 5,5% a los jóvenes españoles de entre 16 y 24
años que no usan internet o las redes sociales de forma habitual. "Les afectan en los
ámbitos que más les interesan, las relaciones, en el ocio, la formación, la información y el
trabajo. Todos estos ámbitos están atravesados por las nuevas tecnologías", explicó el
director de la FAD, Ignacio Calderón. "El chico o chica que no usa redes sociales está fuera
de un grupo que se autogestiona, se organiza y que se autodefine a través de las redes
sociales", añadió el director técnico, Eusebio Megía.
Pero los peligros potenciales van más allá. Ante la necesidad de una "actualización
constante" y de una permanente "alfabetización digital" de los conocimientos para hacer
uso de estas herramientas, Megía ha advertido de la posibilidad de que quienes "se queden
fuera" sean "los grupos sociales menos favorecidos".
El estudio también desmiente mitos. Como la fantasía de los "nativos digitales", que
presupone que las nuevas generaciones traen incorporadas las actitudes y conocimientos
necesarios para manejarse sin problemas en entornos digitales. A pesar del estereotipo de
que las nuevas generaciones dominan las nuevas tecnologías, el estudio concluye que
necesitan un continuo aprendizaje y esfuerzo por la complejidad de compatibilizar y
gestionar su yo on-line (dentro de la red) y el yo off-line (fuera de la red, en la interacción
presencial).
Todo tiene una explicación: estar en redes sociales exige de los adolescentes y jóvenes un
gran esfuerzo de aprendizaje continuo, una constante alfabetización digital, por la
necesidad de compatibilizar su yo real con su yo virtual; por mantener gran número de
relaciones sociales de forma simultánea o por la rapidez con la que evoluciona la
tecnología, entre otros aspectos. No estar "a la última" o no saber gestionar bien ambas
presencias (real y virtual) supone quedarse out.
El estudio pone de manifiesto un difícil equilibrio entre ventajas e inconvenientes. Con las
redes sociales, las relaciones se hacen más complejas y los jóvenes deben encontrar el
equilibrio entre el estar siempre presente (consideran fundamental estar siempre
localizables, siempre disponibles por "si ocurre algo"), y que esa exposición no traspase los
límites deseables de uso normalizado. Pese a todo ello, el discurso mayoritario de
adolescentes y jóvenes es positivo: disfrutan de las ventajas y las comodidades que les
ofrecen las redes sociales y pagan con aparente gusto lo que interpretan como
contrapartidas menores.
Entre los posibles inconvenientes, asumen la pérdida de parte de su intimidad como normal
"ya que todos lo hacen", también la dificultad de rechazar o ignorar peticiones de
comunicación o de amistad. - incluso, admiten sentir una cierta dependencia.