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INTRODUCCION
El Barroco es un período en el cual se rompe con el concepto clásico del
Renacimiento. Fue un período en el cual la influyente Iglesia Católica en
Europa, tuvo que reaccionar contra varios movimientos revolucionarios
culturales que se produjeron y formaron una nueva ciencia y religión: La
Reforma Protestante. Para ello, se plantea una Contrarreforma, la cual
buscaba realizar cambios para volver a ganar adeptos y esto se vio
manifestado en el arte y la arquitectura, los cuales se vuelven
propagandísticos, apuntando a la comunicación y la demagogia. Se intenta
generar una emoción en el espectador, y para esto, se concentra en el hombre
individual tratando de generar esa emoción, embriaguez, éxtasis y atracción.
Utiliza líneas diagonales y curvas, además de fuertes claroscuros, tratando de
resaltar a los personajes de las obras. Las representaciones en la pintura
cambian y la composición se torna abierta y se destaca la individualidad del
artista. Priman las representaciones religiosas, mitológicas y de la vida
cotidiana. Se representa el momento más teatral y dramático, buscando
representar el instante.
El Rococó a diferencia del Barroco, se caracteriza por la opulencia, la elegancia
y por el empleo de colores vivos, que contrastan con el pesimismo y la
oscuridad del período anterior. En este momento, la atención estaba puesta en
lo mundano y terrenal, dejando de lado las influencias religiosas, tan marcadas
y predominantes que se veían en el período barroco. Predominan las
representaciones de la naturaleza, la mitología, la bellaza del cuerpo desnudo,
el arte oriental y los temas relacionados a lo amoroso y aristocrático. Busca
representar la vida diaria y las relaciones humanas por medio de imágenes
agradables, refinadas y que generen cierto ambiente exótico y sensual.
A lo largo de este trabajo, se nombrarán las características principales de cada
período, haciendo hincapié en la arquitectura y pintura, nombrando los artistas
más representativos y sus obras.
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DESARROLLO
Barroco Este fue un período que mostró desarrollo en varios campos como el de la
literatura, escultura, pintura, arquitectura, danza y música. Se dio
aproximadamente entre el 1600 hasta el 1750 y nació en Italia, luego
expandiéndose al resto de Europa. Fue un período donde la influencia de la
Iglesia Católica fue dominante y reactiva, buscando recuperar los fieles
perdidos a causa del surgimiento de la Reforma Protestante. La Contrarreforma
de la Iglesia Católica nació desde el papado y buscó un cambio en toda Roma,
cambiando la estructura de los edificios y calles, tratando de convertirlo en el
próximo centro de peregrinaje. Las manifestaciones estuvieron puestas en la
fantasía y evocar la imaginación del espectador, lector u oyente. Por ello, se dio
gran importancia al individuo y la relación entre éste y el artista, provocando
que la brecha entre ellos sea menos distante. Se buscaba provocar emociones
en el espectador, hacerlo participe, apelando a los sentimientos, deseos y
admiración, trabajando lo teatral, escenográfico, dramático e instantáneo.
A continuación, se hablará sobre las características del período
específicamente en el área de la pintura y la arquitectura.
Arquitectura
El Barroco, como se ha mencionado anteriormente, fue un movimiento que
rompió con el concepto clásico del Renacimiento y que en todas sus
manifestaciones artísticas se ve esta intención de captar al espectador y
conmoverlo, provocarle algún tipo de emoción o admiración, embriaguez. Esto
se vio aplicado también el la arquitectura, con construcciones cargadas de
detalles que aplican líneas curvas y diversas técnicas ingeniosas para captar
la luz y perspectiva pero sin dejar de lado la arquitectura clásica (la readaptan,
no la abandonan). Algunas de las características generales son las siguientes:
• La arquitectura no abandona las formas clásicas, sino que las readapta
de una manera fantasiosa cargándolas de detalles y haciéndolas más
complejas en su diseño. Se adoptan las formas curvas, contra curvas y
espirales en los entablamentos y frontones.
• Grandes decoraciones en los interiores y exteriores de las edificaciones.
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• Adopción de las formas ovales y elípticas, se lo puede observar en las
paredes cóncavas y convexas y ventanas ovaladas. Se deja de lado la
línea recta y las superficies planas.
• Se ve gran desarrollo de determinadas tipologías como palacios,
jardines, galerías y edificaciones tanto religiosas como urbanísticas. Sin
embargo, prima el impulso del desarrollo de la arquitectura religiosa a
causa de la Contrarreforma Católica, que realiza conjuntos de palacios
con grandes jardines para mostrar el poder político y el aristocrático que
poseían algunas familias.
• Aparece una nueva forma de planta oblicua que da la sensación de
movimiento y dinamismo. En estos espacios se suele emplear el uso de
varios espejos para crear sensación de infinito. La planta suele ser una
sola, de forma elíptica y coronada por una cúpula (elemento que agrega
más curvas en la composición).
• Los tipos de palacios que se vana a realizar son de tipo rural y urbano.
Los más importantes se construyeron en Francia.
• Utilización de los juegos de luz para crear diversas perspectivas. Se le
da mucha importancia a este aspecto en esto de crear efectos y
claroscuro. Además crea cierto ambiente con carga dramática,
escenográfica (está pensado detenidamente en cada aspecto que lo
compone) y teatral.
• Hay desarrollo del urbanismo, concibiendo a la ciudad como un conjunto
de edificios que dan prestigio a los monarcas y el papado, además de
ser funcionales y propicien la buena comunicación. Por ello, se busca
mostrar la exuberancia política y económica creando programas
urbanísticos. Se busca la simetría, perspectiva. Se crean grandes
avenidas con fuentes, plazas y obeliscos, creando un escenario
arquitectónico.
• Importancia y aparición de las fuentes decorativas.
• Los materiales utilizados para realizar estas construcciones son de tipo
noble, como es el caso de la piedra. No es el caso de España, donde la
crisis llevó a que la decoración se concentre en las ventanas y puertas,
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reservando la piedra para estos lugares y el ladrillo, escayola o estuco
para el resto de la construcción.
El foco principal donde se desarrolló este movimiento fue Italia, pero luego se
expandió por el resto de Europa. A causa de esto, las características difieren
en cada zona donde se ha desarrollado, estando embebida del contexto y los
aportes propios de cada país. Algunas de las herencias españolas fueron las
plazas mayores, que aparecen en todas las ciudades importantes, los
transparentes, que mezclan arquitectura, pintura y escultura para crear un
ambiente teatral con la ayuda de efectos de luz, y, por último, el camerín, una
sala casi siempre revestida de oro que se ubicaba en las iglesias donde se
guardaban los tesoros.
Habiendo repasado las características principales de la arquitectura, ahora
pasaremos a nombrar algunos de los arquitectos más importantes del período,
destacando obras principales.
Primero comenzaremos nombrando a Bernini, que fue un escultor, arquitecto y
pintor italiano. Algunas de sus obras fueron: el baldaquino de San Pedro, la
plaza de San Pedro, la fuente de los 4 ríos, la Iglesia de Sant’ Andrea en el
Quirinal, Capilla del Marqués Raymondi en San Pietro, entre otros. Para
analizar tomaremos la plaza de San Pedro:
Plaza de San Pedro, en el Vaticano. Dibujo
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La plaza de San Pedro se encuentra en de la ciudad del Vaticano, en Roma, y
precede a la Basílica de San Pedro. Ésta fue diseñada y planificada por Bernini
entre 1656 y 1657. La plaza tiene una forma elíptica y está rodeada por una
sucesión de columnas. Estas columnas tienen una disposición que por fuera no
permite ver por completo el interior, ya que al poseer tantas, se crea una
especie de situación óptica en la que siempre una columna tapa la vista y no
permite ver por completo lo que hay detrás. Esta estrategia de seducción fue
ideada para captar el interés y la curiosidad de los transeúntes que pasaban
cerca de allí. Es por ello, que se dice que la serie de columnas simbolizan los
brazos que acogen a los peregrinos. La plaza se remata con un entablamento y
con una balaustrada sobre la que se asientan las figuras de cientos de santos
de diferentes épocas, momentos y lugares. Además se complementa con un
obelisco (traído de Egipto) en el centro, con dos fuentes hacia sus costados.
En la plaza, se celebraban algunas liturgias y otros encuentros, aprovechando
su gran espacio para convocar multitudes y ganar adeptos. Hoy día se siguen
celebrando reuniones y está abierta al público para visitas.
Otro arquitecto fue Borromini, el cual basaba sus trabajos en la búsqueda de
generar sensación de movimiento por medio de la utilización de una estética
con líneas onduladas en entablamentos y cornisas, provocando que los muros
Plaza de San Pedro, en el Vaticano, vista desde arriba.
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se destaquen y sobresalgan. También emplea los arcos con líneas curvas o
contra curvas, entre otras líneas, y bóvedas nervadas. Para planificar sus obras
tenía en cuenta el papel de la luz para tratar de generar el claroscuro,
incorporaba materiales simple y económicos, esculturas y buscaba dinamismo
en el espacio. Su gran mecenas fue el Papa Inocencio X. Algunas de sus obras
más importantes fueron: San Carlo alle Quattro Fontane, Sant'Agnese en
Agone, Sant' Ivo alla Sapienza y el Oratorio de San Felipe Neri (Oratorio dei
Fillipini).
Dentro de los arquitectos urbanistas, se puede mencionar a Fontana, al cual se
lo conoce por la construcción de plazas y obeliscos. Dentro de sus obras más
importantes se puede mencionar: la Villa Montalto - Massimo, llamada también
Villa Perretti (1570), la Fuente dell'Acqua Felice o de Moisés (1587), los
palacios papales en el Vaticano (1587), los obeliscos de: Plaza de San Pedro,
Plaza del Pueblo, Plaza de San Juan y Plazoleta Esquilino y construcción de la
Via Felice con el cruce de las Quattro Fontane.
Sant'Ivo alla Sapienza, acceso y fachada.
Fachada de San Carlo alle Quattro Fontane.
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Otra obra que se destacan de este período es la Fontana de Trevi, que es la
más grande (con 25,9 m de alto y 19,8 de ancho) y más ambiciosa de las
fuentes barrocas de Roma. Está decorada con esculturas, columnas, arcos y
bajorrelieves que recuerdan a la época griega y romana.
Por otro lado, en Francia, el barroco se desarrollaba de una manera más sobria
y la mayor preocupación estaba puesta en las residencias de palacios,
haciendo gran hincapié en los diseños de jardines y fuentes. Es por ello, que
los palacios que se encontraban a las afueras de la ciudad, se organizaban en
torno a un patio. Las plantas de los mismos son menos complicadas, las
fachadas son más severas y hay un mayor cuidado en lo referente al efecto
teatral, volviéndose menos violento y chocante. Se transforma en un arte al
servicio de la monarquía. La obra más importante y representativa es la del
Palacio de Versalles, que se construyó en tres etapas. Este palacio consta de
un pabellón de caza y su construcción fue ordenada por Luis XIII, y luego es
remodelado por su predecesor Luis XIV, cambiando sus dimensiones a unas
mayores, donde sobresalen dos espacios: la capilla (de Mansart) y la galería de
los espejos donde se recoge toda la decoración aportada en el período
siguiente: el Rococó.
La Fontana de Trevi en la actualidad
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Por último, en España la arquitectura va a estar gobernada por la sobriedad
(como en Francia) y la falta de ornamentación. Se va a adoptar un estilo
herreriano, de estilo clásico y mesurado, esto a causa de la falta de materiales
provocado por las condiciones socio-políticas que había en el país. Es
fundamentalmente religiosa y se emplean las plantas simples, cúpulas fingidas
o encamonadas (generan volumen por medio de ilusión óptica), sostenidas por
una armazón de madera. Los exteriores son sencillos, y la escasa decoración
se centra en los vanos y en el interior donde se utilizan frontones rotos,
columnas salomónicas, estípites, entre otros recursos.
Uno de los jardines del Palacio de Versalles
Catedral de la Asunción de Valladolid en España.
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La Catedral de Valladolid, fue erigida durante el siglo XVI y diseñada por el
arquitecto Juan de Herrera, es un edificio de estilo herreriano con añadidos
barrocos. Situada en el centro de la ciudad, en una zona ligeramente elevada,
se encuentra cerca de la Iglesia de Santa María La Antigua y fue construida
junto a la Colegiata de Santa María, anterior iglesia colegial de Valladolid,
algunos de cuyos espacios fueron destruidos para continuar con las nuevas
obras.
Pintura
El centro donde se va a desarrollar la pintura también va a ser en Italia. Al igual
que en la arquitectura, los temas van a ser religiosos pero, a su vez, resurge y
cobra protagonismo el desarrollo de la pintura mitológica, y ésta se la puede
observar en frescos realizados con óleo. Las características principales son las
siguientes:
• Importancia de la luz. Ésta cobra importancia y cuyo papel principal era
llegar a generar contrastes por medio de claroscuros. La luz dibuja los
contornos y los difumina, definiendo así el ambiente, la atmosfera del
cuadro y el matiz de los colores.
• Dominio absoluto de la técnica. Esto se ve tanto en la pintura al óleo
sobre lienzo como al fresco.
• Las pinturas cobras gran realismo en este período. Se imita la realidad
según los cánones renacentistas, pero sin su idealización y concepción.
Son representaciones más libres.
• Las composiciones están dotadas de gran movimiento, perspectivas
insólitas y distribución asimétrica de los volúmenes.
• Los contornos no se definen por medio de líneas, sino que predomina el
color, provocando efectos de profundidad, perspectiva y volumen gracias
al uso del claroscuro. Los fondos suelen ser oscuros y las
figuras/personajes son eliminados, llevándolos a primer plano y con los
contornos definidos.
• Se busca representar la teatralidad, el instante y lo dramático con la
ayuda de herramientas como el claroscuro y las composiciones con
movimiento y de carácter realista.
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En Italia, se intenta romper con las líneas manieristas, que aún se veía. Uno de
los pintores más destacados fue Caravaggio, el cual reflejó y pintó lo popular y
real. Algunas de sus obras causaron gran rechazo, pero luego se lo ha
considerado como a uno de los pintores más grandes de la historia. Sus obras
más importantes fueron: La crucifixión de San Pedro (1601), Niño con un cesto
de frutas (1593), Judith y Holofernes (1598-1599), La vocación de San Mateo
(1599-1600), Los discípulos de Emaús (1601), El entierro de Cristo (1602-
1603).
La crucifixión de San Pedro, 1601. Capella Cerasi, Santa Maria del Popolo, Roma.
La vocación de San Mateo. Óleo sobre lienzo, 1599-1600. Capilla Contarelli, San Luis de los Franceses, Roma.
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En Francia, el Barroco fue más una influencia que un movimiento en sí. La
pintura es de tipo clasicista y se utiliza para el decorado de palacios que
buscan un estilo clásico, sobrio y equilibrado. Los temas que se representan
son los mitológicos y también se realizan retratos. Uno de los autores más
destacados fue Nicolás Poussin, que recibió influencia de Italia y buscó
inspiración en la mitología. Algunas de sus obras fueron: La inspiración del
poeta, (1624-1633), Eco y Narciso (hacia 1627-1628), Midas ante Baco (hacia
1630), Bacanal (1634-1635), entre otras. Otros artistas fueron Georges de La
Tour y Felipe de Champaign.
Por otro lado, en Flandes y Holanda, el representante más importante en el
primero fue Rubens, el cual desarrolló una pintura de tipo aristocrática y
religiosa, mientras que en el segundo, fue Rembrandt, el cual se dedicó a
realizar obras burguesas, en las cuales dominaban los temas de paisajes,
retratos y momentos de la vida cotidiana. Algunas de las obras principales de
Rubens fueron: Retrato de María de Médicis (1622), La Adoración de los
Magos (1624), Los filósofos, El tocador de Venus, entre otras.
Bacanal (1634-1635). National Gallery (Londres)
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Algunas de las obras más representativas de Rembrandt fueron: La lección de
anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, (1632), La ronda de noche (1642), Mujer
bañándose (1654), La novía judía (1666), El regreso del hijo pródigo (1669),
entre otras.
La Adoración de los Magos, pintado en 1624 (Museo Real de Bellas Artes de Amberes)
La lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, 1632, óleo sobre lienzo, 169,5 x 216,5 cm, (Mauritshuis, La Haya)
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Por último, en España el Barroco se ve en el trabajo de artistas como
Velazquez, Ribera, Murillo o Zurbarán. La inspiración la encontraron en los
artistas italianos como Caravaggio y su tenebrismo, como también hay
influencia de la pintura flamenca con la legada de Rubens al país. Los temas
representados eran de tipo religioso, ya que España era católica y monárquica.
La mitología y los temas clásicos también serán una constante, pero se repite
con más frecuencia la representación de escenas religiosas. El realismo de las
obras se usará para transmitir al fiel la idea religiosa, por lo que el barroco fue
un arma para la iglesia. Los colores son vivos, con efectos de múltiples focos
de luz que crean otras tantas zonas de sombras, provocando que el tenebrismo
italiano se dejará sentir en todos los pintores españoles. Las figuras no suelen
posar, son captadas con un movimiento exagerado para darle fuerza a la
escena. Los cuadros al óleo son grandes y habitualmente complejos, con
varias figuras y de gestos expresivos.
Tomando como ejemplo a Velazquez, algunas de sus obras principales fueron:
Vieja friendo huevos (1618), El aguador de Sevilla (1620), El triunfo de Baco,
popularmente conocida como los borrachos (1628-29), Venus del espejo
(1650), Las Meninas, entre otras.
Las Meninas, nombre con el que es conocido popularmente este cuadro desde el siglo XIX, es considerada la obra más importante del pintor.
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Rococó
El Rococó fue un período que se desarrolló y nació en Francia durante los años
1730 y 1760 durante los reinados de Luis XV y Luis XVI. Se definió por ser un
movimiento regido por el gusto de los colores luminosos, suaves y claros. En
las obras predominan las formas naturales y referentes a la naturaleza, los
temas del tipo mitológicos, la belleza del cuerpo retratado al desnudo, la
influencia del arte oriental y, por excelencia, la presencia de la temática
romántica y amorosa, además de galante. Se desarrolla un arte del tipo
mundano (vida de mundo real, terrenal y cotidiano), que no se ve influenciado
por la religión, y que retrata temas de la vida diaria y de relaciones humanas.
Buscaba reflejar un aire agradable, con cierta refinación, sensualidad y
excentricidad. Es por esto, que se dice que a diferencia del Barroco, que se
consideraba estar para el servicio del poder absolutista, el Rococó está al
servicio de la aristocracia y la burguesía. El artista deja de ser un servidor del
poder y trabaja con más libertad y se inicia el mercado del arte. El Rococó se
presenta como un arte al servicio de la comodidad, el lujo y la fiesta. Las
escenas de su pintura recogen este nuevo estilo de vida, y la arquitectura se
transforma y se modifica la forma de vivir. Con respecto a la vertiente social, se
inicia un cambio en el papel de la mujer, que se convierte en organizadora de
reuniones para hablar de literatura, política, juegos de ingenio o para bailar.
Este entorno de alta actividad social dentro la alta burguesía es el lugar
adecuado para que los artistas se promocionen y hagan clientes. Los motivos
del Rococó buscan reproducir el sentimiento típico de la vida aristocrática, libre
de preocupaciones, o de novela ligera, más que batallas heroicas o figuras
religiosas.
Al igual que el Barroco, el Rococó se desarrolla en varios países de manera
diferente. A continuación se hablará sobre las características del período
específicamente en el área de la pintura y la arquitectura, para comparar y
señalar los cambios con respecto al período anterior.
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Arquitectura
El Rococó se diferencia del Barroco en que fue un movimiento que se basó en
demostrar la vida, los placeres, la distracción, los intereses, lo íntimo, al goce,
el momento de ocio y todo lo referente a la vida mundana. Por ello, en el caso
de a arquitectura, se produce una diferencia entre exteriores e interiores de las
construcciones. Por un lado, el interior se lo dedica para representar un lugar
de fantasía y colorido, mientras que por el otro, el exterior o fachada, se
caracteriza por la sencillez y la simplicidad. Algunas de las características
generales son las siguientes:
• Abandono de los órdenes clásicos, distinguiendo fachadas de edificios
de características lisas, con alguna que otra moldura para la separación
entre planta y planta o enmarcar puertas y/o ventanas.
• La forma elegida para las construcciones es la circular: un pabellón
central, por lo general entre dos alas bajas y curvas y, casi siempre,
rodeado de un jardín o un inmenso parque natural.
• Aumento del tamaño de las ventanas. Éstas aumentan de medida hasta
la puerta-ventana o “ventana francesa”, obteniendo de esa manera, una
interrelación entre el interior y el exterior, consiguiendo fusionar la
naturaleza con el paisaje y el entorno.
• Adopción de ventanas arqueadas. Hay abandono de los marcos de
ángulos rectos o rígidos.
• Las esculturas quedan relegadas a sólo como ornamentación para
jardines, eliminando por completo o reduciendo la aparición de
esculturas monumentales.
• Importancia en la distribución de los interiores de los edificios. Éstos
debían ser especializados según su función y con una distribución
cómoda. Esto se combina con la elección de colores y mobiliario.
• Hubo poca repercusión en las construcciones de tipo oficial o
eclesiástico.
• Este estilo se aplico para el desarrollo de residencias para nobles y de a
alta burguesía, ya que eran los más ansiosos en cambiar y los más
dotados de capital.
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• Los materiales que se solían emplear para las construcciones fueron la
madera tallada, el hierro y el bronce. Estos se usaban principalmente
para la realización de balaustradas y portales.
• Utilización de terminaciones en dorado que cubren los materiales
metálicos como elemento distintivo.
En Alemania, especialmente en Baviera, el Rococó entra con mucha fuerza y
supera las fórmulas barrocas. Destaca, a diferencia de Francia, la capacidad de
adecuar el estilo a construcciones religiosas. Entre los autores de las obras
más destacadas encontramos a artistas franceses y alemanes como François
de Cuvilliés, Johann Balthasar Neumann y Georg Wenzeslaus von
Knobelsdorff, que realizaron la preparación de Amalienburg cerca de Múnich, la
residencia de Wurzburgo, Sanssouci en Potsdam, Charlottenburg en Berlín, los
palacios de Augustusburg y Falkenlust en Brühl (Westfalia), Bruchsal, el
Palacio Solitude de Stuttgart y Schönbrunn en Viena.
Residencia de Wurzburgo (vista del jardín)
En Francia, por otro lado, las construcciones típicas fueron la de palacios y
casas alejadas del centro de la ciudad o situadas en el campo. En residencias
urbanas, el «hôtel» o mansión en la ciudad, la planta se divide en unidades
espaciales relativamente pequeñas con lo cual se obtienen ámbitos
especializados, de diferente medida según su función: salón, comedor, cuarto,
antecámara, galería, gabinete, que, como se ha dicho, era una de las
cualidades más destacadas de este período: la habitación adecuada a la
función. De esta forma apareció una distribución más práctica que el anterior
de «enfilade», con habitaciones independientes y con acceso individual. Se
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cortaron oblicuamente las esquinas de las mismas para colocar escaleras
secundarias en aquellos espacios y estos se comunicaron entre sí mediante
pasillos, corredores y galerías. Algunos de los arquitectos más destacados
fueron: Jean Courtonne y Robert de Cotte. La obra más representativa de
Courtonne fue la remodelación del Hôtel Matignon (1720) y algunas de las
obras de Cotte fueron: Hôtel d'Estrées, en París (1710), Hôtel de Bourbon
(1717), Castillo de Bonn, Palacio episcopal de Châlons-en-Champagne (1719 -
1720), Palacio episcopal de Estrasburgo, entre otras.
En Italia, los mayores representantes de este estilo fueron: Guarino Guarini,
muy activo en el Piamonte y en Mesina, y Filippo Juvarra que trabaja mucho en
Turín como arquitecto de la casa de Saboya. Algunas de las obras más
Palais de Rohan, Estrasburgo, para Armand Gaston Maximilien, príncipe de Rohan, obispo de Estrasburgo (1709-23). Hecho por Cotte.
Palais de Rohan, vista interior (1709-23). Hecho por Cotte.
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importantes de Guarini fueron: la iglesia de San Filippo, la iglesia de los Padres
Somaschi y la casa de los padres teatinos, todas en Mesina, la capilla del
Santo Sudario en Turín y el palacio Carignano también en Turín. Por otro lado,
retomando el caso de Juvarra, se puede decir que las obras más importantes
fueron: la cúpula de la Basílica de Santa Andrea en Mantua, la cúpula de la
catedral de Como, el campanario de la catedral de Belluno, la basílica de
Superga cerca de Turín, el castillo de Rívoli, el palacete de caza a Stupinigi, el
Palacio Real de Venaria Reale y el palacio Madama en Turín.
.
Salón central de Stupinigi. Arquitecto Juvarra
El palacio de Stupinigi visto por fuera. Arquitecto Juvarra
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En España, el estilo Rococó , plasmado sobre todo en la arquitectura y en los
retablos, no fue exclusivamente de la familia Churriguera, sino que también
destacaron otros artistas, como Pedro de Ribera, que trabajó en Madrid
construyendo el antiguo hospicio de San Fernando (1722–1729, hoy Museo
Municipal), el cuartel del Conde Duque (1720) y el puente de Toledo (1723–
1724). En Toledo trabajó Narciso Tomé y en Sevilla Leonardo de Figueroa, un
arquitecto y decorador muy diestro que hizo la portada del palacio de San
Telmo (1724–1734). Francisco Hurtado Izquierdo realizó los sagrarios de la
catedral de Granada (1704) y de la cartuja de El Paular (Madrid, 1718). En la
comunidad Valenciana destaca el palacio del Marqués de Dos Aguas (1740–
1744) de Valencia, remodelado por Hipólito Rovira, y en la región de Murdia la
fachada de la catedral de Murcia (1741–1792), del valenciano Jaime Bort. En
Galicia hay que citar la gran fachada del Obradoiro (1738–1749), de Fernando
Casas y Novoa. Coexistiendo con este posbarroco autóctono, el Rococó
francés llegó a la corte de Felipe V a través de sus esposas. No llegó a
difundirse demasiado, por ser un estilo elitista y estar alejado de los temas
religiosos. En arquitectura, un ejemplo característico del Rococó en este país
es la Catedral de Cádiz.
La fachada posterior del siglo XIX del Palacio Carignano que da a la plaza de Carlos Alberto. Arquitecto Guarini
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Con respecto a la arquitectura aplicada a edificaciones del tipo religiosas, el
Rococó era visto por la Iglesia como un símil a la música profana, que se
contraponía a la música sacra. Por ello, consideraban que la carencia de
simplicidad, la exterioridad y la frivolidad tenían el efecto de distraer del
recogimiento y de la plegaria. Sin embargo, eliminada su exterioridad más
explícita, el resultado pudo ser aceptado como en consonancia con un
ambiente dedicado al culto. En el desarrollo del Rococó, se puede encontrar
una decoración compatible con el aspecto sagrado de las iglesias. En el interior
de las iglesias, el Rococó pudo ser tolerado, dado que los objetos eran
pequeños como un vaso, una mesita de un corazón, una luz, una barandilla o
una balaustrada y no eran demasiado evidentes. Resulta estar más en
consonancia en la sacristía y en ambientes no propiamente de culto, más que
en la iglesia propiamente dicha. Pero no pudo adaptarse al oficio solemne de la
función religiosa, con el tabernáculo, el altar o el púlpito.
Algunos ejemplos de construcciones de este tipo son:
La fachada de la catedral nueva de Cádiz, España.
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Pintura
El centro donde nace la pintura rococó fue Francia. Se originó a finales del siglo
XVII, en las postrimerías del reinado de Luis XIV, cobrando auge en el
ambiente refinado y frívolo de la Regencia del Duque de Orleáns. Se mantuvo
a lo largo del reinado de Luis XV, para agotarse en torno a los años 1760-1770.
A la fase final del rococó francés se le conoce con el nombre de estilo
Pompadour, por reflejar el gusto de la favorita del rey, Madame de Pompadour.
Los años de auge fueron entre 1730 y 1760. En 1780 lo Rococó deja de estar
de moda en Francia y es reemplazado por el orden y la seriedad del estilo
Neoclásico impulsado por Jacques-Louis David. El Rococó se mantuvo popular
fuera de las grandes capitales y en Italia hasta la segunda fase del Neoclásico,
cuando el llamado estilo Imperio se impone gracias al impulso del gobierno
napoleónico. En Francia, sólo artistas importantes cómo Delacroix y mecenas
como la emperatriz Eugenia redescubren el valor de la gracia y de la ligereza
aplicada al arte y al diseño.
La basílica de Superga
Capitel rococó en Steinhausen.
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Las características más importantes que se desarrollaron en el área de la
pintura fueron:
• La pintura pasa a ser ante todo decorativa. Se utilizaba para adornar
paredes y techos por medio de la técnica del fresco.
• Utilización de la pintura al óleo y popularización de la pintura al pastel
como medio de expresión. Esta técnica constaba del dibujo en color
sobre una hoja de papel, con pinceladas finas que a simple vista no
puede apreciarse.
• El tema del color estará determinado por paletas vivas, luminosas,
suaves y claras. Es una pintura colorida y animada.
• Se tratan de evitar las sombras, optando por representaciones con la
mayor cantidad de luz posible.
• Predominio de las formas curvilíneas, inspiradas por las formas de la
naturaleza, en la mitología, en la belleza del cuerpo desnudo y por los
temas relacionados al amor y lo galante.
• Predominan las representaciones de figuras jóvenes, idealizadas y
graciosas.
• Los temas tratados van a ser básicamente mundanos, evitando
cualquier influencia religiosa. Se ven temas maliciosos o frívolos y trata
sobre la vida diaria y las relaciones humanas.
• Hay inspiración encontrada por influencias orientales. Esto forma un
papel principal en las composiciones.
• Se puede ver en la representación de comidas sobre la hierba de
personajes aristocráticos y aventuras amorosas y cortesanas como
consecuencia de la aparición del género pastoril o de galantería. En
ellas, se recuperaron personajes mitológicos que se entremezclan en las
escenas, dotándolas de sensualidad, alegría y frescura.
• Se incorporan paisajes urbanos donde se incluyen panoramas que dan
lugar al “paisaje con figuras”.
• Hay cultivo del retrato, del tipo cotidiano y sencillo, no idealizado. Los
comitentes ya no eran sólo los miembros de la corte, sino también la
burguesía.
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• Las representaciones de retratos se dan con elegancia y muestran un
vida artificial en el palacio y ambientes de los cortesanos, reflejando una
imagen sobre la transformación de la sociedad.
• Importancia y cuidado en la representación de los ropajes. Éstas debían
estar a la moda y reflejarla, por lo que los tejidos se realizaban con un
trabajo minucioso cuidando trasmitir con precisión sus cualidades
táctiles y de textura, en el caso de los ornamentos (cintas, bordados,
flores, lazos, plumas, etc.).
En Francia, se utiliza la pintura de caballete que refleja ambientes galantes,
refinados y sensuales. Los temas favoritos eran la corte o la mitología, casi
siempre con una carga erótica nada disimulada. El pintor francés por
excelencia de este período fue Jean-Antoine Watteau (1684-1721), que creó
todo un género propio: las fiestas galantes (fêtes galantes), con escenas
impregnadas con un erotismo lírico. Watteau, a pesar de morir a los 35 años
tuvo una gran influencia en sus sucesores.
Después de él, Jean-Marc Nattier el Joven (1685-1766) se distinguió como
retratista, especialmente de damas y de la nobleza.
El reinado de Luis XV estuvo dominado por la obra de François Boucher, pintor
de la sensualidad femenina. Boucher y Quentin La Tour asesoraban en temas
artísticos a Jeanne Antoinette Poisson, marquesa de Pompadour y amante del
Embarque para Citera de Jean-Antoine Watteau (1721, versión de Charlottenburg)
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rey. Su interés por el arte que, como aficionada, practicaba asesorada por
François Boucher o por Quentin de La Tour. Más jóvenes fueron Fragonard y
Greuze, que anticiparon el romanticismo. Jean-Honoré Fragonard (1732-1806)
realizó pinturas galantes, escenas frescas y ligeras, para adinerados mecenas.
Pero simultaneó este tipo de cuadros con otros de carácter más sentimental y
narrativo y se destaca por su lirismo.
Al gran retratista Nattier le siguieron otros, que captaron ya no sólo la
artificiosidad de la vida palaciega, sino también la transformación social que
estaba sufriendo el país, con el ascenso de la burguesía. Estos retratistas de
mediados de siglo prefirieron optar por la pintura al pastel.
El columpio, obra maestra de Fragonard, donde se recoge el espíritu refinado, exótico y sensual propio del Rococó.
El baño de Diana, de Boucher (1750, Museo del Louvre, París). El género mitológico se vuelve delicado y sensual
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En Italia, el artista precursor fue Gregorio de Ferrari (1647-1726), situado en
Génova. Más adelante, nos encontramos con el artista Giovanni Battista
Crosato (1652-1725), el cual se formó en Venecia y fue el representante de
este movimiento en la corte de Turín (Saboya). Contemporáneo suyo fue
Giacomo Del Po (1652-1725), cuyo original rococó se desarrolló esencialmente
en Nápoles. Ante todo, se desarrolló en Venecia, convirtiéndose en el centro de
este movimiento. Destaca sobre todo un genio de la decoración, Giambattista
Tiepolo (1696-1770). Este pintor veneciano resucita el estilo y colorido de El
Veronés, reinterpretándolo en clave rococó. Tiépolo usa la luz y el colorido
típicos de la escuela veneciana. De Tiépolo destaca el Retrato de Antonio
Riccobono, San Rocco y Hércules sofoca Anteo.
En Venecia es donde se desarrolla la pintura vedute, es decir, pinturas de
grandes paisajes urbanos en los que se describe la ciudad y sus principales
espacios: los canales, la plaza de San Marco y el Palacio Ducal. Estas vistas
estaban en gran medida pensadas para los visitantes extranjeros, que se las
llevaban a sus países de origen como recuerdo. En este género destacó
Giovanni Antonio Canal, llamado Canaletto (1697-1768), que realizó, entre
otras obras: Plaza de San Marcos, San Cristobal, San Miguel y Murano, Los
caballos de San Marcos en la plaza, El campo de Rialto en Venecia y Paseo
fluvial con columna y arco de triunfo. El vedutismo fue asimismo cultivado por
Pietro Longhi (1702-1785) y Francesco Guardi (1712-1785). Longhi
representaba los sencillos placeres del pueblo, en el circo y en la calle. Guardi,
por su parte, con un estilo al toque, representa con sus paisajes más
difuminados y oscuros la República que se hunde, realizando cerca de
ochocientos sesenta obras entre las cuales destacan Milagro de un santo
dominico, Concierto en el Casino de los Filarmonici y La Caridad. Pinta fiestas
y bailes de máscaras.
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En Alemania, Bohemia y Austria, el Rococó se fusiona con el Barroco
germánico. En estos países, predomina la pintura de bóvedas.
Se destaca la presencia del italiano Carlo Innocenzo Carloni (1686-1775), el
cual trabajó en Austria y Alemania entre 1710 y 1735, creando unos
imponentes decorados en los que estaban presentes las ligeras formas
decorativas de la tendencia rococó.
El Gran Canal y la Iglesia de la Salute (1730), Houston, Museum of Fine Arts.
El maestro de baile, obra de Pietro Longhi, hacia 1741
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Entre los decoradores alemanes más destacados nos encontramos a Johann
Baptist Zimmermann (1680-1758), hermano del arquitecto Dominicus y Cosmas
Damian Asam (1686-1739), hermano del escultor Egidio Quirino.
La escuela veneciana influyó en el austriaco Paul Troger (1698-1762), quien
durante mucho tiempo residió en Italia y posteriormente dio clases en la
Academia de Viena. En sus muchos frescos se observan figuras más ligeras y
las formas cada vez más libres. Por último, se encuentra el bávaro Matthäus
Günther (1705-1788) y Johann Evangelist Holzer (1709-1770), quienes
imprimieron a sus frescos un sentimiento vigoroso y potente.
En Viena destaca la figura de Franz Anton Maulbertsch (1724-1796), autor de
importantes frescos en Austria, Hungría y Checoslovaquia. Combina curvas
encadenadas, escorzos vertiginosos y un colorido exquisito y variado.
En Inglaterra, los exponentes más importantes que introdujeron el estilo fueron
el francés Philippe Mercier (1689-1760) y Bartholomew Dandridge (1691-
1754), quienes estaban muy influenciados por Watteau.
Como artistas británicos tenemos de referente a William Hogarth (1697-1764),
quien contribuyó a crear una teoría sobre la belleza del Rococó; sin referirse
intencionadamente al nuevo estilo, afirmaba en su obra Análisis de la belleza
(1753) que la curva en S presente en el Rococó era la base de la belleza y de
la gracia presente en el arte y en la naturaleza. Hogarth destacó por sus ciclos
de pinturas satíricas con crítica social y política. Watteau le inspiró las
pequeñas conversation pieces.
Fresco en el Palacio de Nymphenburg realizado por Johann Baptist Zimmermann
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Otro artista de renombre fue Thomas Gainsborough, el cual dotaba a sus obras
de toques delicados y sensibles, reflejando el espíritu rococó. Sus retratos se
ambientan con frecuencia en paisajes.
Por último, queda ver cómo se vio este movimiento reflejado en el arte de
España. Al igual que en Inglaterra, el movimiento fue introducido por artistas
del extranjero atraídos por la corte de los primeros borbones. Este fue el caso
de Miguel Ángel Houasse pintor de Felipe V y autor de pequeños cuadros de
costumbres de refinada gracia rococó; y de Corrado Giaquinto († 1765) que
Primeras horas de la señora de la
casa», una de las escenas del
ciclo satírico El matrimonio a la
moda, de Hogarth (1744, National
Gallery de Londres)
El paseo matinal, de Gainsborough (1785, National Gallery, Londres
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decoró con bellos frescos de un delicado rococó parte del Palacio Real.
También es el caso de Tiepolo y Mengs, que trabajaron en España.
Como pintores del Rococó españoles destacan Luis Meléndez y Luis Paret y
Alcázar. El primero, Luis Eugenio Meléndez (1716-1780) realizó retratos,
especializándose posteriormente en bodegones. Por el otro lado, Luis Paret
(1746-1799) es la más importante aportación española al estilo. Pinta paisajes
con figuras y escenas de género.
Dentro de los trabajos realizados por el artista Goya (1746-1828) sólo un par
pueden decirse que se tratan sobre este período, dada la amplitud de
categorías que poseen sus trabajos. Los cartones para tapices que realizó y
muchos de sus retratos se enmarcan en la estética de este movimiento. Esto
se ve a partir de 1775, empezó a pintar cartones para la Real Fábrica de
tapices en los que, siguiendo el gusto de la época, reflejó una temática
costumbrista y popular. Del mismo modo, en sus retratos no idealiza los
modelos, debiendo recordar que el retrato de la época se caracteriza
precisamente por la reflexión indirecta e irónica, con una observación exacta
del modelo y carente de juicio de valor, como puede verse en el autorretrato de
William Hogarth, con el evidente paralelismo entre el autor y su perro, los
autorretratos de Quentin de La Tour o la escultura de Voltaire de Jean-Antoine
Houdon, en la que el filósofo aparece marchito, cínico y calvo.
La pradera de San Isidro, 1788. Pintado por Goya
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CONCLUSIÓN
A lo largo de este trabajo, hemos podido señalar todas las características de
tanto el Barroco como el Rococó, especialmente en el área de la arquitectura y
pintura, como también se han encontrado y mencionado diferencias entre las
mismas. Estas diferencias son las siguientes:
En la arquitectura:
• El Barroco busca provocar sentimientos y reacciones en el público, de
tipo propagandístico, embriagante, estimulante y sensual por medio de
la teatralidad y el instante. Para esto, las construcciones se ven
cargadas de detalles que aplican líneas curvas y diversas técnicas
ingeniosas para captar la luz y perspectiva pero sin dejar de lado la
arquitectura clásica que readaptan. El Rococó se diferencia del Barroco
en que fue un movimiento que se basó en demostrar la vida, los
placeres, la distracción, los intereses, lo íntimo, al goce, el momento de
ocio y todo lo referente a la vida mundana. Esto se traduce a la
arquitectura con una diferenciación entre exteriores e interiores de las
construcciones. Por un lado, el interior se lo dedica para representar un
lugar de fantasía y colorido, mientras que por el otro, el exterior o
fachada, se caracteriza por la sencillez y la simplicidad.
• La arquitectura barroca no abandona las formas clásicas, sino que las
readapta de una manera fantasiosa cargándolas de detalles y
haciéndolas más complejas en su diseño. Se adoptan las formas curvas,
contra curvas y espirales en los entablamentos y frontones. Por el otro
lado, el Rococó abandona de los órdenes clásicos, distinguiendo
fachadas de edificios de características lisas, con alguna que otra
moldura para la separación entre planta y planta o enmarcar puertas y/o
ventanas.
• El Barroco busca la adopción de las formas ovales y elípticas, se lo
puede observar en las paredes cóncavas y convexas y ventanas
ovaladas. Se deja de lado la línea recta y las superficies planas. Esto es
algo que tiene en común co el Rococó, ya que éste también busca
líneas curvas. Se puede ver en la adopción de ventanas arqueadas. Hay
abandono de los marcos de ángulos rectos o rígidos.
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• En el Barroco se ve gran desarrollo de determinadas tipologías como
palacios, jardines, galerías y edificaciones tanto religiosas como
urbanísticas. Sin embargo, prima el impulso del desarrollo de la
arquitectura religiosa a causa de la Contrarreforma Católica, que realiza
conjuntos de palacios con grandes jardines para mostrar el poder
político y el aristocrático que poseían algunas familias. En cambio, en el
Rococó, la forma elegida para las construcciones es la circular: un
pabellón central, por lo general entre dos alas bajas y curvas y, casi
siempre, rodeado de un jardín o un inmenso parque natural. Este estilo
se aplico para el desarrollo de residencias para nobles y de a alta
burguesía, ya que eran los más ansiosos en cambiar y los más dotados
de capital. Hubo poca repercusión en las construcciones de tipo oficial o
eclesiástico.
• Los materiales utilizados para realizar las construcciones barrocas son
de tipo noble, como es el caso de la piedra, mientras que en el Rococó
se emplea además, madera tallada, el hierro y el bronce. Estos se
usaban principalmente para la realización de balaustradas y portales.
• En el Rococó se le comienza a dar importancia en la distribución de los
interiores de los edificios, esto no ocurría en el Barroco. Éstos debían
ser especializados según su función y con una distribución cómoda. Esto
se combina con la elección de colores y mobiliario.
• En el Barroco, está la planta oblicua que da la sensación de movimiento
y dinamismo. En estos espacios se suele emplear el uso de varios
espejos para crear sensación de infinito. En el Rococó, el dinamismo
estaba dado por medio del aumento del tamaño de las ventanas. Éstas
provocaban una interrelación entre el interior y el exterior, consiguiendo
fusionar la naturaleza con el paisaje y el entorno.
• En el Barroco hay gran atención en lo referente a la luz y cómo captarla
y utilizarla para causar efecto. En el Rococó, no se utiliza el contraste
para llamar la atención.
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En la pintura:
• En el Barroco, la importancia de la luz. Ésta cobra importancia y cuyo
papel principal era llegar a generar contrastes por medio de claroscuros.
La luz dibuja los contornos y los difumina, definiendo así el ambiente, la
atmosfera del cuadro y el matiz de los colores. En el Rococó, por otra
parte, pone gran atención y cuidado en la representación de los ropajes.
Éstas debían estar a la moda y reflejarla, por lo que los tejidos se
realizaban con un trabajo minucioso cuidando trasmitir con precisión sus
cualidades táctiles y de textura, en el caso de los ornamentos (cintas,
bordados, flores, lazos, plumas, etc.).
• El Barroco posee gran dominio de la técnica. Esto se ve tanto en la
pintura al óleo sobre lienzo como al fresco. En el Rococó, hay utilización
de la pintura al óleo, pero se populariza la pintura al pastel como medio
de expresión. Esta técnica constaba del dibujo en color sobre una hoja
de papel, con pinceladas finas que a simple vista no puede apreciarse.
• Por un lado, en el Barroco, las pinturas cobras gran realismo en este
período. Se imita la realidad según los cánones renacentistas, pero sin
su idealización y concepción. Son representaciones más libres. Y por el
otro, en el Rococó se ve el predominio de las formas curvilíneas,
inspiradas por las formas de la naturaleza, en la mitología, en la belleza
del cuerpo desnudo y por los temas relacionados al amor y lo galante,
siendo, en cierta manera, similar en ese sentido al período anterior:
ambos buscaban la naturalidad, aunque por diferentes propósitos.
• En el Rococó hay cultivo del retrato, del tipo cotidiano y sencillo, no
idealizado. Los comitentes ya no eran sólo los miembros de la corte,
sino también la burguesía. A diferencia del Barroco, donde la burguesía
no tenía acceso a esto.
• En el Barroco priman las composiciones dotadas de gran movimiento,
perspectivas insólitas y distribución asimétrica de los volúmenes,
mientras que en el Rococó se puede ver representaciones de comidas
sobre la hierba de personajes aristocráticos y aventuras amorosas y
cortesanas como consecuencia de la aparición del género pastoril o de
galantería. En ellas, se recuperaron personajes mitológicos que se
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entremezclan en las escenas, dotándolas de sensualidad, alegría y
frescura. Se puede decir que el Barroco apela al movimiento, mientras
que el Rococó a lo estático.
• En el Barroco, los contornos no se definen por medio de líneas, sino que
predomina el color, provocando efectos de profundidad, perspectiva y
volumen gracias al uso del claroscuro. Los fondos suelen ser oscuros y
las figuras/personajes son eliminados, llevándolos a primer plano y con
los contornos definidos. A diferencia del Barroco, en el Rococó tema del
color estará determinado por paletas vivas, luminosas, suaves y claras.
Es una pintura colorida y animada, muy contraria a la buscada en el
período anterior. Por ello, se tratan de evitar las sombras, optando por
representaciones con la mayor cantidad de luz posible.
• En el Barroco, se busca representar la teatralidad, el instante y lo
dramático con la ayuda de herramientas como el claroscuro y las
composiciones con movimiento y de carácter realista. En el Rococó, se
representa un momento de ocio y de la vida humana, en donde no se
abusa del contraste sino al contrario, se buscan colores lo más claros
posibles, para crear ese ambiente de fantasía, con carga sensual y
romántica.
• En el Barroco, los temas van a ser religiosos pero, a su vez, resurge y
cobra protagonismo el desarrollo de la pintura mitológica, y ésta se la
puede observar en frescos realizados con óleo. En cambio, en el
Rococó, los temas tratados van a ser básicamente mundanos, evitando
cualquier influencia religiosa. Se ven temas maliciosos o frívolos y trata
sobre la vida diaria y las relaciones humanas. También hay inspiración
encontrada por influencias orientales. Esto forma un papel principal en
las composiciones.
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BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía consultada
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Ediciones Orbis S.A. Milán, Italia. 1994
• EDUCAR CULTURAL RECREATIVA. “Entender la Pintura: Rembrandt”.
Ediciones Orbis S.A. Milán, Italia. 1994
• EDUCAR CULTURAL RECREATIVA. “Entender la Pintura: Velazquez”.
Ediciones Orbis S.A. Milán, Italia. 1994
• MAINSTONE, MADELEINE Y ROWLAND. “Introducción a la Historia del
Arte”. Universidad de Cambridge. Apuntes de cátedra de Historia del
arte. Profesora Mercedes Vaccarezza
• Apuntes y bibliografía dada por la cátedra de Taller de Reflexión Artística
III por la profesora Carla Ferrari.
Webs consultadas
• http://www.arteguias.com/barroco.htm (Consultada el día 02/05/09)
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02/05/09)
• http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/estilos/6.htm (Consultada el día
03/05/09)
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• http://www.arquitectura-antigua.es/rococo/ (Consultada el día 02/05/09)
• http://www.cult.gva.es/mbav/data/es0403.htm (Consultada el día
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(Consultada el día 02/05/09)
• http://www.museothyssen.org/thyssen/coleccion/recorridos10.html
(Consultada el día 04/05/09)
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