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  • 3 Presentacin

    BICENTENARIO4 Centro y Sntesis de la espiritualidad Salesiana: La caridad pastoral

    TEMA CENTRAL6 Armando Silva los imaginarios y el asombro social10 La ciudad imaginada14 Ambientes sanos y sostenibles: El reto de las metrpolis de hoy18 Ciudad del futuro: de gran tamao y calidad de vida20 La nueva era Smart24 Comunicacin Intercultural en la ciudad hoy26 Ciudad saludable28 Metrpolis: ejes del mundo32 La torre de babel vs. las metrpolis interculturales36 Ciudad, arte y cultura40 Toma del Espacio Pblico: Al Sur del Cielo44 Lgicas de consumo en la ciudad

    COMUNICACIN46 ltimas tendencias en periodismo

    ACTUALIDAD UNIVERSITARIA50 Pausas activas en la UPS52 Un S para siempre54 El Padre Luciano Bellini Fedozzi es condecorado con la Medalla

    Institucional Don Bosco56 Congreso mundial de Discapacidad 60 Estudiantes de la UPS participaron en el 4to Congreso Americano

    Misionero63 UPS channel TV

    ENTRETENIMIENTO66 La farra con buena msica suena en todo el mundo68 De hroe a villano72 Cos fan tutte: la escuela de los amantes76 Libertad dentro de una cabina de radio78 Todosantos: se abre al pblico una joya patrimonial80 Museo del Carmen Alto El patrimonio de las Carmelitas

    INVESTIGACIN EN LA UPS82 Entrenamiento de alto rendimiento en la altura84 Flavio Quizhpi y el Grupo de Energas

    TECNOCIENCIA86 Ahora me ves, ahora no me ves90 La ciencia en la web: se abren los portales del CIDII y del proyecto

    Pequeos Cientficos92 Quitsa-to: el rayo de la identidad en el Ecuador

    ARTFICES98 Antrpolis, un colectivo teatral100 Quin dijo que el rugby no lo podan jugar las mujeres?

    Nmero 82Marzo 2014

    Tiraje: 14.000 ejemplaresISSN N 1390-3519

    CONSEJO DE PUBLICACIONES

    P. Javier Herrn, sdbPRESIDENTE

    Juan Bottasso Boetti, sdbJos Snchez Parga

    Jos Juncosa BlascoJaime Padilla Verdugo

    Floralba Aguilar GordnSheila Serrano Vincenti

    Fabricio Freire MornJohn Calle Sigencia

    Armando Grijalva BritoAlexandra Martnez Flores

    Mnica Ruiz Vsquez

    Luis lvarez RodasEDITOR GENERAL

    Armando Grijalva BritoEDITOR RESPONSABLE

    Andrea De SantisCOEDITOR EN CUENCA

    Csar AndradeCOEDITOR EN GUAYAQUIL

    CONSEJO EDITORIAL

    Ronald Carrillo SalvadorHernn Hermosa Mantilla

    P. Mauricio LeimeXavier Merchn Arzaga

    DISEO E ILUSTRACINSantiago Crdenas

    CORRECCIN DE TEXTOSPal Mio Armijos

    IMPRESINEditorial Universitaria Abya-Yala

    ADMINISTRACINUniversidad Politcnica SalesianaAv. Turuhuayco 3-69 y Calle Vieja

    PBX: (+593 7) 2050000FAX: (+593 7) 4088958

    e-mail: [email protected]

    UTOPA es una publicacin trimestral de la Universidad Politcnica

    Salesiana del Ecuador.

    Las ideas y opiniones expresadas en las colaboraciones son de exclusiva respon-

    sabilidad de los autores.

    NDICEr e v i s t a

  • revistautopa#823

    Las relaciones que construimos con las urbes son motivos de in-vestigacin, reflexin y hasta fa-bulacin, de ah que el esfuerzo de nuestras colaboradoras/es de la revista Utopa haya fijado su atencin en las visiones que constituyen la fuerza productiva de la vida cotidiana.

    Las ciudades y sus significacio-nes, resultados de la meticulo-sa indagacin de las represen-taciones que tenemos de ellas, llevaron a nuestras redactoras y redactores a exponer unas po-cas miradas de los usos y de-cantaciones que aportan los investigadores/as sobre este Te-ma Central, que hoy se oferta a nuestras/os lectores.

    El inicio de esta seccin cardi-nal de Utopa 82 tiene el grato honor de contar con el testimo-nio fecundo de Armando Silva, considerado como el latinoame-ricano ms prolfico en estudios sobre las significaciones y la es-ttica que construyen las ciuda-danas y ciudadanos que habitan las urbes. Otras visiones no me-nos importantes completan es-te componente editorial que da cuenta de los anhelos que se fraguan en las dimensiones de la percepcin y del deseo de la hu-manidad por conocer y sobrevi-vir en estos lugares donde las prcticas sociales se desglosan en la imaginacin, las ideas, las proyecciones e incluso las qui-meras.

    El aporte que brinda el rea Ra-zn y Fe se plasma en la nota que nos ubica en la celebracin del bicentenario del natalicio de

    Don Bosco y su aporte al desa-rrollo de la humanidad.

    La informacin seleccionada en Actualidad Universitaria da cuenta de la productiva tarea acadmica y la vinculacin so-cial que identifican a la UPS en sus tres sedes: Cuenca, Quito y Guayaquil.

    El curso Nuevas tendencias en periodismo, dictado por Ale-jandro Rost, de la Universidad de Comahue-Argentina, finali-z con xito y tuvo la participa-cin de docentes de las carreras de Comunicacin Social de las tres sedes y miembros seleccio-nados de las ASU-UTOPIA, de ello se habla y luego se transcri-be la entrevista realizada al ca-tedrtico que aporta con su co-nocimiento y experiencia sobre el periodismo en la web.

    El Entretenimiento es un com-ponente de esta publicacin que promete perspectivas ansiosas de brindar in-teresantes momen-tos de lectura.

    La Investigacin en la UPS y Tecno-ciencia son fracciones de nuestra revista que ponen a su conside-racin los esfuerzos, avances, hallazgos y satisfacciones, fruto de actividades riguro-sas de la ciencia, la tec-nologa y la innovacin, que tienen como objetivo proporcionar beneficios de vida al ser humano.

    Completa nuestra edicin de Utopa 82 la vitrina de talento humano que se destaca en ac-tividades deportivas, artsticas y culturales de nuestros estudian-tes, cuyos logros merecen des-tacarse y convocan a su curiosi-dad para obtener el apoyo para desarrollar gestiones culturales de mayor trascendencia.

    Las voluntades de los y las in-tegrantes de las ASU-UTOPA en Quito, Guayaquil y Cuenca se muestran ante usted, respe-table lector/a, con la mejor in-tencin de informar y concretar un proceso comunicacional, cu-ya evaluacin ser bien recibida en nuestra direccin electrni-ca: [email protected]

    Buena lectura.

    El editor

    Presentacin

  • revistautopa#82 4 marzo2014

    La espiritualidad se la concibe como la expresin ms pro-funda y dinmica del hombre manifestado en su propio ser: sus motivaciones mayores y ltimas, su ideal, su utopa, su pasin, la mstica por la cual vive y lucha y con la cual contagia; es ese elemento

    dinamizante e integrador de

    la vida.

    En Don Bosco y la espirituali-dad salesiana se evidencia en el sinnmero de maneras y es-tilos constatables a travs de los cuales se expresan la rela-cin y experiencia que l tiene con Dios. En la puesta en prc-tica de los valores a l revelados por Dios a travs del encuentro cercano y humano con el joven. Quien es su punto de partida y de llegada.

    Don Bosco desde su infancia ha tenido una experiencia religio-sa constatable. Podemos co-nocer y documentar muchas de sus relaciones con Dios. Tuvo una educacin religiosa, parti-cularmente impartida por parte de su madre. Aprendi e hizo suyas las experiencias de ora-

    Centro y Sntesis de la espiritualidad Salesiana:

    La caridad pastoral

    Bicentenario

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    cin, de culto y de liturgia de su familia y de su gente.

    En el aguinaldo del 2014, Don Pascual Chvez a esta expe-riencia de Dios en Don Bosco, lo presenta como la caridad pasto-ral dejando en claro que esta ex-periencia es el centro y la snte-sis de la espiritualidad salesiana.

    La caridad como la expresin mxima del amor1 Partiendo de la afirmacin fundamental del apstol Juan: Hemos conoci-do el amor que Dios nos tiene y hemos credo en l (1 Jn 4,16), recordaba que no se comien-za a ser cristiano por una deci-sin tica o una gran idea, sino por el encuentro con un aconte-cimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientacin de-cisiva... Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es slo un mandamiento, si-no la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro (Deus caritas est, 1). Es el punto de llegada de la ma-durez de la persona.

    El encuentro con Dios Amor no slo comprende el corazn, si-no tambin el entendimiento El reconocimiento del Dios vivo es una va hacia el amor, y el s de nuestra voluntad a la suya abar-ca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto nico del amor. De ah la exhortacin del Rector Mayor para que el edu-cador desde su misin debe ser con una entrega de benevolen-cia y amor a sus destinatarios.

    El educar en y desde la caridad repercute en el cambio social por eso la Iglesia y Don Bosco desde en sus primeros aos se caracterizan por ser formado-res de buenos cristianos y por

    ende, de buenos ciudadanos. La caridad es el fundamento, el centro y lo principal del l vida de los cristianos y ms an de los hombres y mujeres que han consagrado su vida al servicio de Dios en los dems.

    La caridad pastoral salesiana para Don Pascual Chvez se evidencia plenamente en el Da mihi animas, cetera tole2

    Es evidenciar en Don Bosco y en el salesiano que el Da mihi animas se demuestra con ac-titudes concretas ms que con palabras en aquellas obras y ac-ciones que sean encaminadas para la gloria de Dios; en todo accionar que contribuye y con-forta la dimensin espiritual e in-tegral de la persona, es decir su libertad, su razn y su dignidad..

    Las almas para Don Bosco son los hombres de su tiempo, son los muchachos concretos con los que debe bregar, cetera to-le significa el desprendimien-to de las cosas y criaturas, un desprendimiento que en l no se traduce en un sentido de aniqui-lamiento de s, del aniquilamien-to de Dios3

    Es clara la vivencia y propues-ta de la caridad pastoral salesia-na, es tomar en consideracin en todo y ante todo a la persona haciendo de ella sujeto activo, propositivo de su propio cam-bio y el cambio de la sociedad, es como se dice en la preventivi-dad que la persona en este caso del joven sea protagonista de su propio cambio, de su propia vi-da, claro que con la ayuda vigi-lante, formativa y educativa del educador.

    El desafo en nuestro accionar educativo es evidente llevara la persona del joven al encuentro

    con Dios quien es el principio y fundamento del valor absoluto de la Persona, para esto el Rec-tor mayor nos recuerda que en todas nuestras acciones educa-tivas o promocin social demos prioridad a la dimensin religio-sa, no en un sentido proselitista, ms bien en un sentido de que en esta dimensin y desde ella tiene el sentido el Da mihi ani-mas, es decir, que en ella se fun-damenta y crece la persona.

    La pedagoga de la caridad pas-toral salesiana es una pedago-ga del alma es decir que cuan-do se la llega a tocar y sentir, es ah donde empieza el verdade-ro sentido y trabajo de la edu-cacin. En el mbito educativo esta caridad pastoral salesiana es el cimiento de todo, en otras palabras es el amor educativo, una expresin de la caridad pas-toral que se traduce en amore-volezza.

    1 AGUINALDO 2014, Comentario del Rector Mayor, pg. 22.

    2 AGUINALDO 2014, Comentario del Rector Mayor, pg. 28.

    3 AGUINALDO 2014, Comentario del Rector Mayor, pg. 29.

  • 6revistautopa#82 marzo2014

    Armando Silva

    los imaginarios y el asombro social

    Tema CentralLas ciudades

    Emilia Ramrez

  • 7 tema central

    Armando Silva es un filsofo colombiano, obtuvo su Ph. D en Filosofa y Literatura Comparada en la Universi-dad de California. Es autor de va-rios libros, entre los que destacan: Imaginarios urbanos, Family Pho-to Album, Ciudades fronterizas y sus dos ms reciente publicacines Imaginarios, el asombro social y At-msferas ciudadanas, que acaban de ver la luz en marzo del 2014. En la parte acadmica, dirige un docto-rado en Estudios Sociales en la Uni-versidad Externado de Colombia. Adems escribe una columna de opinin en el diario El Tiempo.

    Segn Armando, los imaginarios son formas de percepcin grupal que de-terminan maneras de ser y de com-portarse. Los imaginarios aumentan cuando hay gran emotividad social, lo que es, segn su ltimo libro sobre el tema, su principal propiedad en la percepcin

    ER: De qu se trata tu proyecto de ciudades fronterizas?

    AS: Las fronteras han sido manejadas poltica, militar o diplomticamen-te, pero se ha explorado poco la par-te cultural y afectiva. El proyecto que seguira ac en Ecuador, es una nue-va dimensin para estudiar las fronte-ras y ver que estos sitios no son solo de conflicto sino sobre todo de con-vivencia, de fragua entre dos o ms culturas nacionales, y eso es impor-tante para atenuar cualquier efecto militar que pueda ocasionar conflic-tos blicos. Se pretende saber c-mo se conciben las fronteras entre Ecuador, Colombia y Per. La idea es tambin trabajar en las ciudades cntricas como Quito, Bogot y Lima porque las descargas limtrofes vie-nen ms del poder central que desde la propia frontera.

    ER: Qu factores influyen sobre la percepcin que las personas tie-nen sobre su ciudad?

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  • 8revistautopa#82 marzo2014

    Los imaginarios estn hechos de esttica,

    es decir de gusto y de sensibilidad, pero tambin de

    lo que sabemos sobre algo. Por ejemplo, alguien podra decirme

    que una ciudad es peligrosa, pero tambin yo podra sentir que es peligrosa.

    AS: El conocimiento y los sen-timientos. Los imaginarios es-tn hechos de esttica, es de-cir de gusto y de sensibilidad, pero tambin de lo que sabe-mos sobre algo. Por ejemplo, al-guien o una noticia o un libro po-dra mostrarme que una ciudad es peligrosa, y esto afectar pa-ra que tambin yo la sienta peli-grosa. Los imaginarios se cons-truyen en grupos de inters, por edad o gnero, y otros determi-nantes, lo que llamamos pun-tos de vista urabanos.

    ER: Puede confundirse ima-ginario con estereotipo?

    AS: Los imaginarios estn en constante cambio. Mientras un estereotipo es un imaginario con-gelado. Esto ocurre en calificati-vos que se dan a alguien y con los cuales se reconoce, que es gorda, que huele mal , que una pas es violento, etc. Quitar esa percepcin es dificil pues se ha quedado quieta.

    ER: Influye el factor migrato-rio en la construccin de ima-ginarios urbanos?

    AS: Por supuesto. Est el ca-so de ecuatorianos en Espaa o de los latinos en Estados Uni-dos. Por un lado se dice que le quitan el trabajo al resto o que cometen crmenes. Pero des-pus existe el discurso de que los latinos s aportan a la socie-dad estadounidense. Puede ser que un da un bombero de ori-gen latino salve a una persona anglosajona y entonces es bien visto. La vida social es una lucha de imaginarios: o son criminales o importantes contribuyentes. Los imaginarios que hay sobre ellos son cambiantes y esto tien consecuncias en su legalizacin y tambien la contrario. Si no se quieren leglizar se pone en cir-culacin imaginarios negati-vos. He ah la relacin estrecha entre imaginarios y poltica.

    ER: Qu papel tienen los me-dios de comunicacin en la construccin de imaginarios urbanos?

    AS: Los medios de comunica-cin son determinantes en las sociedades modernas. Mira lo que pasa en Colombia con la violencia simblica originadas en las narconovelas de Pablo Escobar y dems, que recargan el sentimiento de Colombia co-

    mo un pas violento y narcotra-ficante. Los imaginarios tienen que ver con los sentimientos y si los medios apelan a la emo-tividad entonces sus discursos pueden ser peligrosos en las ac-ciones y comportamientos con-tra una nacin.

    ER: Cmo es vista Amrica Latina en el mundo?

    AS: Desde Europa, por ejem-plo, se perciben pocos pases que dira comandan y centran la percepcion general, como se-ran Mxico, Argentina y Brasil a los que se les da una imagen autnoma. Hay apreciaciones de grandes grupos y el resto de paise se acomodan, como real-cionar Ecuador o Colombia con Mexico o Uruguay con Argen-tina. Hay otros como Bolivia , Ecuador o Per que se marcan en cuanto a lo andino. Mire co-mo en los ltimos aos Ecuador y Venezuela se asocian, cuan-do lo que yo aprecio es algo my distinto pues Ecuador lo veo muy vital en desarrollo y futuro, todo lo contrario de la cada de Venezuela de Chavez y Maduro.

    ER: Qu cambios determi-nantes han tenido las ciuda-

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    des latinoamericanas en los ltimos aos?

    AS: Durante la crisis mundial de los ltimos aos, Amrica Latina ha logrado avanzar mientras que Europa ha decrecido. Las ciuda-des han entrado en un proceso de organizacin de los espacios. Bogot, por ejemplo, marc la pauta hace ms de diez aos con la idea de espacios pbli-cos, las ciclovas, sistemas gi-les y baratos de trasnporte p-blico que se han implementado en pases como Ecuador o Chile o Mexico. A Quito, como le de-ca, yo la veo como una ciudad con mucho empuje econmi-co. Siento tranquilidad aqu, hay cioerto relax en la gente sobre todo si la compara con Cara-cas!. La cocina de la regin tam-bin ha cambiado los imagina-rios sobre Amrica Latina, hoy en da Lima es considerada un destino gastronmico. Pienso que en general hay optimismo y nuevos orgullos en la regin.

    ER: Existen metrpolis en Amrica Latina o ciudades cosmopolita?

    AS: La metropolizacin se pro-duce cuando las ciudades se salen de su centro y empiezan a tomar pequeas localidades a su alrededor. Visto as, Mxico, Sao Paulo, Bogot. se han salido de sus cauces y se han ampliado. Cosmopolita es una palabra que entr en desuso cuando se empez a utilizar trminos como ciudad global, ciudad digital y ciudad creativa para referir-se a lugares con diversidad cul-tural, uso de tecnologa, acep-tacin de diferencias sexuales, migracin, etc. Pero eso fue ha-ce unos aos, ahora ya no sue-len hacerse esas distinciones, ni se usan mucho estos trminos porque esas caractersticas las tienen casi todas las ciudades,

    ya no es exclusivo de regiones determinadas.

    ER: A propsito de uno de tus dos ltimos libros Atmsfe-ras ciudadanas cmo influ-yen los grafitis en la construc-cin de imaginarios urbanos?

    AS: El grafiti es la escritura de lo prohibido, una prctica urba-na descentradora del poder y siempre est en relacin con el conflicto. Amrica Latina ha si-do muy rica en este sentido, fue meca en los aos 90. A partir de esa poca se rompe su carga poltica y se empieza a tomar te-mas ms sociales e incluso po-ticos. El grafiti ha evoluciona-do mucho y hoy ya no es solo contestatario sino que tam-bin est relacionado a la imagen y al arte pblico. Hay un momento en que el arte se sale de las gale-ras y entra el grafiti. Est revalorizado el grafiti.

    ER: Algunas personas con-sideran al grafiti como arte y otras creen que es van-dalismo cul es el lmite?

    AS: Depende de cmo se mi-re, un grafiti as sea arte tam-bin puede ser vandalismo. La polica est para cuidar que no se hagan grafitis, debe exis-tir una prohibicin porque es un acto de rebelda, de lo contrario no es un grafiti. Impacta en un sistema porque se dicen cosas que no circula en los medios de comunicacin.

    ER: Qu aspiran los grupos que trabajan con los imagina-rios?

    AS: Sobre todo ahondar mucho en las formas de ser de una so-ciedad, que la gente tome con-ciencia de sus procesos de for-macin de identidad y que eso

    les lleve a tener un concepto de nosotros. Mi proyecto es-t en contra va de la globaliza-cin que le interesa ms lo que est en todos, los imaginarios se ocupan ms y mejro de las particularidades de lso grupos, pero no es un proyecto tico que busque descifran el bien y el mal, sino un proyecto estti-co que aborde la creatividad, la cultura, la creacin social. Cada vez ms entramos a una dimen-sin politica pero siempre desde la esttica pblica.

    Nota:

    CIESPAL, publicar para Ecuador ( 2014) la edicin de Imaginarios el asombro social y dos entidades (Flacso y Ciespal) estudian publicar Atmsferas ciudadanas. Estos dos libros solo autorizan ediciones locales co-mo Crujia en Argentina, SENAC y USP en Brasil o Externado y Silueta en Colombia.Armando Silva escribi un artculo llamado La polica y el grafiti en El Tiempo. Se lo puede buscar en www.eltiempo.comPara acceder a ms informacin sobre ima-ginarios urbanos se puede visitar:www.imaginariosurbanos.com

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    Oscar Guaygua

    La ciudad imaginada

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    La ciudad, es el territorio donde convergen miles de personas a diario. Las avenidas, los parques, iglesias, centros comerciales, parada de buses y otros no son solo edificaciones, tambin son cultura, relaciones sociales y econmicas.

    A lo largo de la historia las ciuda-des han sido bastiones de mu-chas culturas en todo el mundo. Atenas, Babilonia, El Cuzco, El Cairo entre otras urbes antiguas, fueron en su momento un puntal para lo que hoy se conoce como ciudad, pero qu se nos viene a la mente cundo pensamos en ciudad?

    Quiz imaginramos en la ac-tualidad que las grandes me-trpolis se construyen en base de sus edificaciones y la efica-

    cia de sus servicios (agua pota-ble, luz, telfono, internet). Pero resulta que las ciudades no son solo asombrosas estructuras f-sicas. La ciudad es el mundo que el ser humano ha creado, es tambin el mundo el que a partir de ahora est condenado a vivir (Rivera Yanz, 2014) Si la ciu-dad es el centro de todo, tam-bin es la cedula de identidad de las personas. Las grandes metrpolis se construyen como; vitrinas para que los dems nos miren, pero tambin miramos a travs de ella. Y an ms de la manera como nos miran pode-mos comprender cmo nos pro-yectamos (Silva, 1992). Por lo tanto, podemos inferir que las ciudades se levantan a partir de los significados que los ciuda-danos le dan a sus espacios f-sicos.

    Pensemos por ejemplo en los monumentos y plazas que se erigen en las ciudades de Sud-amrica, qu significado tienen para los habitantes de las capi-tales de este continente? Si bien se construy algunos de estos lugares para exaltar las proezas de hroes cados en batallas, en la actualidad tiene otro uso, co-mo el caso de Quito, donde su centro es patrimonio cultural de la humanidad y a su vez, sirve como atractivo turstico para ex-tranjeros y nacionales. As, los ciudadanos se apropian de cier-tos espacios de las capitales y le dan un nuevo significado a las cosas, no necesariamente usan dichas edificaciones para los fi-nes con los que se construyeron.

    La urbe es un libro: tiene como destino fijo su lectura, la ciudad tambin tiene una nomenclatura

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    que obliga a ser leda, de all que una buena estructuracin y con un orden claro permitir una mejor y ms fcil lectura (Fernando, 2006) Si la ciudad es un libro abierto que invita a sus ciudadanos a ser leda qu es lo que se tiene que contarnos en sus pginas? Segn Fernando Carrin, catedrtico de la FLACSO, mientras un libro se compo-ne de palabras, secciones y columnas, una urbe tiene una serie de imgenes provenien-tes de las caractersticas de sus barrios, vas monumentos, infraestructuras y gentes, ca-da una de las cuales permite construir expresiones genera-les como, por ejemplo: un li-bro de literatura o un diario de opinin; una ciudad co-mercial, una urbe amable, smbolo de modernidad o expresin de algn orden. Por otra parte, la comuni-cacin es parte fundamental para leer una ciudad.

    Actualmente los habitantes de todas las capitales del mun-do se interrelacionan de dis-tintas maneras, es aqu don-de la comunicacin juega un papel fundamental en las ur-bes. Si bien se piensa en una ciudad construida, tambin existe una que es pensada a travs de la comunicacin. El ciudadano actual, se conec-ta al mundo mediante nuevas significaciones que le da a los espacios que usa. Los centros comerciales ya no son solo si-tios de compras, en la actuali-dad, se han convertido en lu-gares en los que la gente se rene constantemente para dialogar todo lo que le intere-

    sa. Lo mismo sucede con los parques, las calles, las igle-sias, las plazas y dems te-rritorios usados para contar historias cotidianas. Como manifiesta Armando Silva, el ciudadano mediante una se-rie de estrategias discursivas, narra las historias de su ciu-dad, si bien respeta las nor-mas y cdigos para el buen funcionamiento de una ciu-dad, el ciudadano tambin

    desarrollo sus cdigos y nor-mas mediante la comunica-cin para construir una ciudad distinta a la impuesta por las edificaciones.

    Cabe mencionar, que las ciu-dades no solo son narradas desde sus habitantes locales, tambin estn aquellos visi-tantes extranjeros que tienen otros criterios para leer una ciudad. Por lo tanto, una capi-tal, no solo se construye des-de las localidades, sino tam-bin desde las otredades. Por citar, para el visitante extran-jero puede ser que la parte cntrica de las ciudades son el eje social de sus habitantes, pero contrariamente a lo que piensa el visitante, el ciuda-dano local, desplaza la parte cntrica hacia las periferias y es ah donde el ciudadano so-cializa sus ideas.

    Actualmente los habitantes de todas las capitales del mundo se

    interrelacionan de distintas maneras, es aqu donde la

    comunicacin juega un papel fundamental en las

    urbes.

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    Trabajos citados:

    Fernando,C.(2006).LaCiudadesunLibroAbierto.HABITAR, 7- 8. RiveraYanz,F.(23de02de2014).Enquconsiteysustentaelderechoalaciudad?Diario El Telgrafo, pg. 4. Silva,A.(1992).Imaginarios Urbanos Bogot Y Sao Paulo: cultura y comunicacin urbana en Amrica Latina. Colom-

    bia: TERCER MUNDO EDITORES.

    En la actualidad el debate que surge en torno a las metrpo-lis de todo el mundo es; las ciudades se piensan a partir de sus centros? El mismo Ar-mando Silva en su propuesta de imaginarios urbanos decla-ra qu: el centro de la ciudad se ha corrido, una y otra vez, y con este desplazamiento su-ceden tambin cambios en el modo de presentar y recorrer la urbe. Las constantes cons-trucciones que se hacen en las metrpolis tienen un nue-vo significado para las perso-nas; por ejemplo: levantar un centro comercial en un rea que no est dentro de la par-te de cntrica de una capital, hace que sus ciudadanos ya no busquen el mismo abaste-cimiento en el centro, solo es-te hecho con lleva a que los ciudadano ya no vayan al cen-

    tro de la capital, pues el nuevo centro est alcance de su do-micilio. Entonces la ciudad ya no se piensa desde sus cen-tros, los ciudadanos la cons-truyen desde sus localidades, desde sus barrios, casas y de-ms.

    Asimismo, las ciudades se piensan tambin por lo fsico natural. Desde la literatura podemos de ver cmo se evo-can a las ciudades por su be-lleza natural, ejemplos como: Pars, Londres, Buenos Aires, Lisboa, entre otras ms ciuda-des han sido retratadas e in-mortalizadas por grandes es-critores como: Hemingway, Borges, Vargas Llosa, Camus, para quienes ests ciudades sirvieron para escribir gran-des obras de la literatura. Los paisajes se convierten en si-tios de referencia; los cerros, los bosques, los volcanes, son sitios que ciudadanos extran-jeros y locales repasan una y otra vez en sus mentes y que a su vez construyen una ciu-dad pensada desde sus recur-sos naturales.

    Las ciudades son extensio-nes fsicas, pero tambin son mentales. Son extensiones mentales, porque las perso-nas se apropian de los espa-cios pblicos y fsicos de la ciudad y le dan un nuevo sig-nificado. Las personas cons-truyen la ciudad en base a sus necesidades y no necesaria-mente a las normas y cdigo

    de tica que se imponen para el buen el funcionamiento de las grandes metrpolis. Por lo tanto, lo que se busca en las calles de las grandes capi-tales del mundo es la ciudad que no se ve reflejada en los medios de comunicacin, esa ciudad que es ajena al poder poltico y econmico. La ciu-dad que est en los barrios, en las tiendas, en los buses y dems. Deca Ernest Hemin-gway en su libro Pars era una fiesta: Si tienes la suerte de haber vivido en Pars cuando joven, luego Pars te acompa-ara, vayas adonde vayas, to-do el resto de tu vida, ya que Pars es una fiesta que nos si-gue. As, una ciudad deja de ser solo un icono fsico para convertirse en una extensin menta que nunca dejara de asombrarnos.

  • 14revistautopa#82 marzo2014

    David Andrs lvarez Fueltala

    Ambientes sanos y sostenibles:

    El reto de las metrpol

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    de hoy

  • 15 tema central

    En este mundo de 7.000 millones de habitantes, el equilibrio entre pobla-ciones rurales y urbanas ha cambiado irreversiblemen-te hacia la preponderancia de las ciudades y las grandes metrpolis de hoy por sobre el campo. El cambio demogrfi-co urbano ha permitido drs-ticas transformaciones en los diferentes sistemas de salud, concebidos antes de la actual explosin urbana.

    Los cambios repentinos del sis-tema de salud responden a los diferentes problemas sanitarios de la actualidad. Entre los nue-vos problemas de salud en el si-glo XXI podemos citar el caso de un nuevo brote del virus de la gripe porcina AH1N1, que azo-ta al mundo desde 2009. El sur-gimiento de nuevos brotes vira-les por la mutacin gentica y la exposicin humana a la pande-mia del siglo XXI provocada por el virus del VIH y la proliferacin de nuevos parsitos en luga-res no endmicos como en el caso de la leishmaniosis.

    Segn la organizacin Global Footprint Network, centro de reflexin sobre el medio am-biente con sede en California, la huella ecolgica de la huma-nidad ya es enorme: a partir de los 70 la humanidad est en si-tuacin de extralimitacin eco-lgica.

    Ante estos problemas mundiales se desarrollaron sistemas de sa-neamiento en las ciudades, pe-ro qu significa esto. Estamos saneando nuestras ciudades, dice Kundu, sanear significa limpiar el medio ambiente [] eliminar los tugurios, empujar a los grupos de ingreso bajo pa-ra que se marchen de la ciudad.

    Joan Clos, director ejecutivo del programa la ONU para los asen-tamientos humanos dice: el principal desafo urbano con-siste en promover un enfoque integrado de la planificacin y construccin de las ciudades y de asentamientos urbanos sos-tenibles. En el informe de de la ONU (Habitat 2012) se propone la necesidad de reflexionar pro-fundamente el modelo de de-sarrollo urbano en la regin la-tinoamericana. Para ello aporta cifras de las grandes metrpolis.

    Casi el 80% de la poblacin de Amrica Latina y el Caribe vive en las ciudades.

    El nmero de ciudades se ha multiplicado por seis en cin-cuenta aos.

    La mitad de la poblacin resi-de en ciudades de menos de 500.000 habitantes, y el 14% en las megaciudades (ms de 222 millones en las prime-ras y 65 millones en las se-gundas).

    Cerca de 124 millones de ha-bitantes de ciudades an vi-ven en la pobreza.

    La promocin de la salud ha surgido

    internacionalmente como una estrategia importante

    para el logro de equidad, de democracia y de justicia

    social (OPS, 2005).

  • 16revistautopa#82 marzo2014

    La inequidad y la pobreza se refleja en la elevada cifra de habitantes que viven en ba-rrios marginales (111 millo-nes de personas).

    El 92% de la poblacin urba-na dispone de agua por tube-ra, pero 74 millones de per-sonas todava carecen de un saneamiento adecuado.

    El reto actual de las metrpolis se centra en promover polticas de desarrollo saludable y soste-nible que apoyen la prestacin de servicios y de vivienda inclu-sivos; condiciones de vida se-guras y saludables para todos los ciudadanos, especialmen-te para los nios, jvenes, mu-jeres, ancianos y personas con discapacidad; transporte y ener-ga asequibles y sostenibles; fo-mento, proteccin y restable-

    cimiento de espacios urbanos verdes y seguros, agua potable y saneamiento; una buena cali-dad del aire; generacin de em-pleos decentes y mejora de la planificacin urbana y de los ba-rrios marginales.

    En la actualidad existen ms de 300 tratados y acuerdos inter-nacionales, algunos de carc-ter global y otros bilaterales, re-lacionados con la proteccin del medio ambiente y la interac-cin entre las regiones urbanas y el ecosistema. Algunos regu-lan aspectos relacionados con la contaminacin por sustancias peligrosas, otros sobre el clima y la proteccin de la capa de ozo-no, la contaminacin hdrica, las normas de salud preventivas o la proteccin de los ecosiste-mas y la biodiversidad tanto de plantas como animales.

    Adems de los acuerdos jur-dicamente vinculantes, se ha puesto en prctica otra serie de instrumentos complementarios de carcter voluntario por me-dio de una serie de proyectos. Tal es el caso del Plan Nacional de Calidad de Aire y Proteccin de la Atmosfera 2013-2016 (AI-RE) que fue aprobado el 15 de abril de 2013 por el Consejo de Ministros de Galicia. Este pro-yecto propone un nuevo con-cepto de movilidad urbana que implica aprovechar al mximo todos los modos de transporte amigables con el medio ambien-te y organizar la comodidad de los distintos modos de transpor-te colectivo como trenes, tran-vas, metros, autobuses y taxis, as como los diversos modos de transporte individual: automvil, bicicleta y marcha a pie.

    Parque Metropolitano de QuitoSantiago Crdenas

  • 17 tema central

    En el contexto ecuatoriano, se dio un reporte en 2001 por parte del gobierno municipal de Qui-to, que concluy que la ciudad posea 9.000 hectreas de co-bertura de rboles urbanos y se recomendaba duplicar esta cifra para obtener un rango de bene-ficios medioambientales.

    Los estudios sugieren que la co-bertura de rboles absorbe la contaminacin del aire, reduce el consumo de energa al pro-porcionar sombra, disminuye la temperatura global y puede me-jorar la conservacin del agua li-mitando las corrientes de agua de lluvia, junto con el desarrollo de un ambiente agradable pa-ra las personas. Como resulta-do de los anteriores datos, Quito cre su Proyecto de Forestacin y Reforestacin y para 2008 ya se haban sembrado ms de 6 millones de rboles de especies nativas, en su mayora.

    Segn expertos globales en sustentabilidad medioambiental urbana de la Economist Intelli-gence Unit (EIU), se trata de una iniciativa especfica de la ciudad de Quito que incluy el sembra-do total de grandes avenidas con rboles. La ltima de es-tas iniciativas altamente visibles en la ciudad fue emplear traba-jadores y voluntarios para sem-brar o replantar 300.000 rboles perdidos en incendios forestales durante el verano de 2009. En 2006, la ciudad estableci una competencia de sembrado de rboles con grupos de vecinda-rios en 145 distritos, dicha com-petencia denominada Mi barrio est vestido de rboles condu-jo a que se sembraran y mantu-vieran 140.000 rboles.

    El reto actual de las metrpolis

    se centra en promover polticas de desarrollo saludable y sostenible

    que apoyen la prestacin de servicios y de vivienda inclusivos; condiciones de vida seguras y saludables

    para todos los ciudadanos.

  • 18revistautopa#82 marzo2014

    La morada de las personas ha ido evolucionando jun-to con la humanidad. Le-jos han quedado las cue-vas, chozas y otros precarios refugios que nos acogieron en el pasado. Tarde o temprano, las modernas ciudades de las que tanto nos enorgullecemos tambin quedarn obsoletas y sern reemplazadas por ver-siones dignas de formar parte del decorado de una pelcula de ciencia ficcin como El quin-to elemento (1997) y Elysium (2013), las mismas que fueron proyectadas segn las cir-cunstancias y problemas de la poca: falta de oportunidades, conflictos sociales, posguerra y los proyectos futuros.

    El concepto de evolucin si somos lo suficientemente flexi-bles puede aplicarse tambin a las ciudades. Como si fuese un ser vivo, el conglomerado de vi-viendas y calles que habitamos cambia a lo largo del tiempo pa-ra adaptarse a las necesidades de sus moradores. No es dif-cil imaginar lo incmodos que nos sentiramos si siguisemos viviendo en ciudades como las de la Edad Media, con calles de tierra y sin sistemas de tra-tamiento de aguas. Los exper-tos en urbanismo a pesar que sus consejos muchas veces son ignorados y las ciudades cre-cen sin respetar ningn tipo de plan desde hace algn tiempo han comenzado a pensar cmo

    podran ser las ciudades en las que la humanidad vivir dentro de algunas dcadas.

    Las ciudades siempre han sido trascendentales para el desarro-llo de la sociedad. En la Grecia clsica, las polis fueron el origen de la democracia y desde en-tonces nadie duda de que sean el principal motor econmico de los pases. De hecho, el 20% del PIB mundial lo generan las 10 ciudades ms importantes del planeta. En los ltimos aos, el proceso de urbanizacin se ha acelerado y hoy ms del 50% de la poblacin mundial vive en ciudades. Casi todos noso-tros hemos elegido vivir en ciu-dades atrados por las posibili-dades que ofrecen tanto a nivel personal como profesional. En ellas queremos encontrar mejo-res puestos de trabajo, mejores servicios mdicos, mejor educa-cin, un ocio ms interesante o lugares para practicar deporte, en definitiva, dnde realizarnos.

    En el futuro, ciudades menos vulnerables, ms adaptables y ms sostenibles requeriran operaciones urbanas que trans-formen su interaccin con el medio ambiente, el medio fsi-co y el medio institucional. Para mitigar los efectos negativos de la urbanizacin, se hacen nece-sarias nuevas estrategias y pro-puestas de desarrollo. A lo largo de la regin, el reto de las trans-formaciones urbanas vara en su alcance, escala e impacto. Es por ello que se requiere que el BID adopte una estrategia mul-tidimensional, coordinando las intervenciones de distintos or-ganismos, aprendiendo de las experiencias y mejores prcti-cas y, ante todo, diseando pro-gramas y proyectos integrales que envuelvan un amplio rango de actores y que se desarrollen

    Olga Naranjo Riofro

    Ciudad del futuro: de gran tamao y calidad de vida

  • 19 tema central

    en perodos substanciales de tiempo (cinco, diez o ms aos). Si cambiamos el enfoque secto-rial tradicional de las entidades multilaterales por un enfoque te-rritorial, tendramos un impacto ms relevante y significativo.

    El reto ms importante para la regin en el mediano plazo es cmo manejar el crecimiento de las ciudades sin poner en riesgo el medio ambiente, la economa, la gobernabilidad y la calidad de vida. Las transformaciones ur-banas no se pueden improvisar. El crecimiento sustentable re-quiere planificacin para enfren-tar el futuro. Se requiere una pla-nificacin participativa en la que se incluyan a todos los miem-bros de la sociedad y donde se promueva una visin de futuro tanto de la ciudad como de sus habitantes. Esta visin debe ser la de reducir la vulnerabilidad de los habitantes y del patrimonio de la ciudad, basada en princi-pios democrticos de equidad, promoviendo la proteccin del suelo no urbanizable y el forta-lecimiento de la economa. Es indispensable consolidar la re-presentatividad, eficacia, trans-parencia y responsabilidad de las autoridades y los gobiernos locales.

    El crecimiento sostenible de-pender, en los prximos aos, de cuantiosas inversiones en compra de suelo de proteccin y en infraestructura para mitigar riesgos ambientales y manejar las dinmicas urbanas (trans-porte, movilidad, seguridad, co-

    mercio, produccin, etc.). Re-cursos adicionales se requerirn para manejar los desechos lqui-dos y slidos, invertir en espacio pblico, servicios comunales, servicios bsicos y en operacio-nes estratgicas de rehabilita-cin, consolidacin, conserva-cin, mejoramiento y expansin de los usos del suelo urbano.

    Por ello se debe crear un debate abierto entre los habitantes de cada ciudad, para decidir qu soluciones van a adoptarse pa-ra hacer de su entorno una ciu-dad ms sostenible a nivel eco-nmico y social. El proceso de concentracin en las ciudades tiene innumerables beneficios econmicos y sociales, aun-que supone importantes retos, medioambientales, ya que sus infraestructuras no han crecido a la misma velocidad que sus habitantes y se han convertido en el enemigo nmero uno del cambio climtico. De esta for-ma, a pesar que las ciudades ocupan slo el 1% de la super-ficie terrestre, consumen el 75% de la energa mundial y son res-ponsables del 80% de las emi-siones de CO.

    La buena noticia ante todos es-tos problemas es que las solu-ciones ya existen, pero es nece-sario impulsarlas. Los retos del futuro se tienen que empezar a solucionar ahora y es necesario contar con la opinin no solo de los polticos, sino tambin de los ciudadanos, urbanistas, tecn-logos o expertos demogrficos, para ayudar a crear ciudades

    con equipamientos ms adapta-dos a las necesidades de todos.

    No puede haber ciudades com-petitivas sin unas infraestructu-ras adecuadas para que puedan generar riqueza y ser atractivas a la vez que sostenibles eco-nmica, social y medioambien-talmente. Eficiencia energtica, movilidad urbana e interurbana, sanidad personalizada y preven-tiva, gestin del agua y residuos, smart grids (red elctrica inteli-gente), seguridad y automati-zacin industrial, son aspectos claves.

    La inversin para hacer frente a esta situacin puede ser un fre-no para ms de una administra-cin y precisamente por ello es necesario buscar frmulas de fi-nanciacin. El uso de tecnolo-gas sostenibles (cuyos ahorros permiten financiar la inversin), los contratos que garanticen el rendimiento o las frmulas de fi-nanciacin pblico-privada son posibilidades cada vez ms im-portantes que debemos analizar.

    De una u otra manera, no se puede pensar en la ciudad del futuro solamente con autos vo-ladores, distintos niveles de cir-culacin o materiales innovado-res, se debe plantear una nueva dimensin futurstica: mejorar el potencial econmico, los recur-sos humanos, pero sobre todo la calidad de vida de todos los ciudadanos.

    Referencias bibliogrficas:

    Nagy,Gabriel, El retode las transfor-maciones urbanas en Amrica Latina, 7 de noviembre de 2013.

    S. a., Veinticinco ciudades espaolessostenibles, estudio realizado por An-lisis e Investigacin, patrocinado por Siemens y verificado por KPMG.

  • 20revistautopa#82 marzo2014

    Raquel Lincango Moreno

  • 21 tema central

    En el siglo de la innovacin las ciudades se digita-lizan al ritmo en que las necesidades de su entor-no urbano crecen, la demanda de servicios eficientes aumenta y con ello emergen los cambios tecnolgicos que se hacen im-prescindibles; el futuro trae consigo formas distintas de vi-vir, trabajar, convivir y conocer; como consecuencia de ello: las ciudades demandan una rees-tructuracin y una bsqueda de soluciones urgente.

    En la ciudad, la complejidad y modernidad se interrelacionan, las prioridades se comunican, los compromisos se compar-ten, los logros se configuran, las metas se alcanzan, porque s de desarrollo se trata la idea es ge-nerar mejoras no solamente en el mundo exterior, sino que tam-bin es necesario trabajar en el mundo interno, optimizando la comunicacin en la ciudad.

    Frente a los latentes cambios las municipalidades y gobier-nos de las ciudades apuestan por actualizarse con constan-cia; creando diseos para em-plear una nueva planificacin de servicios cuya sostenibilidad permita que mientras la ciudad aprenda se haga autosuficien-te; de este modo el ciudadano contina construyendo ciudad con una interaccin que aho-ra llamamos inteligencia urba-na, la que nos ayudar a migrar de una ciudad sostenible a una Smartcity.

    Qu es una Smartcity?

    Actualmente Smartcity es un trmino no tan popular entre la ciudadana ecuatoriana; son po-cos los conocedores del signifi-

    cado de estas palabras que tra-ducidas del ingls al espaol significan: ciudad inteligente.

    Una Smartcity es una ciudad in-teligentemente eficiente que co-necta economa, tecnologa y medio ambiente con la idea de aprovechar las nuevas tecnolo-gas en beneficio del ciudadano; la ciudad inteligente se desafa para el desarrollo de una ciudad sostenible y un metabolismo ur-bano en crecimiento, su poten-cial de cambio permite partir del mundo fsico para reinventarlo y atravesar el mundo digital-tec-nolgico para proponer servi-cios totalmente nuevos.

    En una Smartcity, como es l-gico existe una extensin de in-formacin en red que integra la gestin de los servicios de co-nectividad, tecnologas digita-les, seguridad, sanidad, educa-cin, transporte y energa en un sistema homogneo que mejora la calidad de vida de las perso-nas y crea un entorno sosteni-ble, tanto a nivel econmico, so-cial y medioambiental.

    Todas estas herramientas de in-novacin son el primer paso de una ola tecnolgica que prin-cipalmente busca resolver los problemas de movilidad y sus incidencias en la ciudad, con el uso de energas alternativas que en un futuro visible den paso a nuevas implementaciones de la mano de grandes compaas pionera en tecnologa a nivel mundial. Fundacin Telefnica por ejemplo promueve e invier-te en proyectos de implementa-cin tecnolgica en el continen-te Europeo y en Amrica latina; en pases como Mxico ha pre-sentado el informe de Smart Ci-ties: un primer paso hacia la In-ternet de las cosas.

  • 22revistautopa#82 marzo2014

    El ciudadano Smart

    En la ciudad de la tecnolo-ga conectada uno de los primeros logros que se de-be buscar es la inversin social para la implementa-cin de una alfabetizacin digital, la que preparar a la gente ante la diversidad de cambios y a mediano pla-zo surgir una ciudadana digi-tal que apoyada en el internet de las cosas (descripcin del mun-do de los objetos fsicos cotidia-nos, que conectados a Internet participan activamente en las actividades humanas desarro-lladas) nos aproximar a la in-mediatez de la comunicacin.

    Los habitantes de la ciudad Smart contarn con una conec-tividad ms amplia, barata y so-bretodo asequible, muy dife-rente a la que accedemos hoy; la ciudad inteligente que que-remos, adelantar sus servicios conectando los medios de infor-macin con los principales pro-blemas de la ciudad (tiempo, sa-lud, y movilidad) y facilitar una solucin rpida a travs de la tecnologa; as las infraestruc-turas sern redes que fusionen lo digital con lo fsico, el internet ser pblico, los barrios autosu-ficientes, la produccin audio-visual inteligente y por supues-to los millones de sensores que habrn colaborarn con el ciu-dadano en todo momento.

    Durante el tercer Campus Par-ty Quito efectuado en Cemexpo, en septiembre del ao pasado se trataron temas afines a ciu-dad y tecnologa; Marco Anto-nio Romero en su ponencia so-bre M2M1 que una Smartcity se resume en el trabajo que hacen

    los sensores existentes dentro de las ciudades y que son ge-

    neradores de inteligencia.

    Qu se necesita para implementar una Smartcity

    Conversamos con Jaime Itu-rralde, Ingeniero en Telecomu-

    nicaciones quien al preguntarle sobre la implementacin de una tecnologa mayor en la ciuda-des, comenta que antes de los cambios tecnolgicos sera ne-cesario crear redes de alfabeti-zacin digital para toda la ciu-dadana, no servira de nada tener un exceso de tecnologa si la gente no la sabe usar; ade-ms, si se pretende hacer posi-ble una ciudad inteligente sera preciso extender grandes redes de fibra ptica, ya que a travs de ella se puede transmitir una enorme cantidad de datos a ve-locidades infinitas.

    Para Carlos Rodrguez, imple-mentar cambios en la ciudad es una cuestin compleja, una larga construccin humana no puede ser cosa simple ni fcil-mente reducible a unos smart-concepts; me preocupa mucho el impacto que tendr en ciu-dades como la nuestra. Sin ser tremendista si no hay una ten-dencia energtica consolidada habrn situaciones caticas.

    Las posibilidades para Quito

    Cuando en una ciudad como Quito se re plantea la urbani-dad se acrecientan tambin los posibles planteamientos de c-mo convertir a la ciudad metro-

    1 M2M=mquina a mquina; es la capacidad de intercambiar datos entre dos mquinas remotas, de forma que mediante este intercambio sea posible controlar de forma automtica ciertos procesos principalmente en los entornos relacio-nados con la telemetra y/o el telecontrol.

    La ciudad inteligente que

    queremos, adelantar sus servicios conectando los

    medios de informacin con los principales problemas de

    la ciudad (tiempo, salud, y movilidad) y facilitar una solucin rpida a travs

    de la tecnologa

  • 23 tema central

    politana en una ciudad inteli-gente sin que esta deje de ser una ciudad patrimonial; Jaime Izurieta Varea, arquitecto quite-o, cree que la arquitectura en la actualidad tiene la misin de contener, acoger y acomodar al usuario, tanto en su interior co-mo en su exterior. Varea tiene una compaa llamada Cit, F-brica de Ideas Urbanas, espacio en el que los dilogos y las bue-nas ideas no faltan para mejorar las ciudades, los usuarios alle-gados al este sitio virtual se co-munican libremente tambin va twitter para compartir experien-cias en lo que a construccin de ciudad se refiere.

    Dentro de las diversas platafor-mas virtuales se encuentran si-tios dedicados a esta tipo de temas, donde adems de com-partir artculos y conocimientos se comparten experiencias so-bre las primeras ciudades in-teligentes en el mundo y como aprender a vivir en ellas.

    En twitter por ejemplo hay va-rios grupos dedicados a char-lar sobre esta temtica; Pablo Osorio, usuario de twitter; cree que somos los ciudadanos quie-nes tenemos el poder de solu-cionar los problemas urbanos: innovando; con una opinin di-ferente a la de Pablo est Ra-ffaela Salgado quien comenta no querer vivir solamente dentro de actividades y posibilidades tecnolgicas, tendramos que adaptarnos constantemente.

    El Ecuador ha crecido mucho en las ltimas dcadas tecnol-gicamente hablando, podemos decir que hoy contamos con al-gunas ciudades innovadoras; Quito y Guayaquil son uno de los primeros ejemplos de diseo de nuevos servicios; la ciudad capital hoy en da es uno de los 7 destinos tursticos ms impor-tantes del mundo; para ella se ha pensado en una transforma-cin inteligente, que la convierta en una nueva ciudad, sostenible

    localmente y que en unos aos pueda visualizarse como el ini-cio de la utopa de la ciudad tec-no- inteligente, que podra ser en unos aos una Smart city.

    En fin, cada accin en el pro-yecto de hacer ciudad para la persona del futuro, nos dejar pensar en una ciudad imagina-da que consiga que los ciuda-danos seamos ms inteligentes y que con la ayuda de la tecno-loga tengamos la opcin de ser Smart para la ciudad eficaz del maana. La ciudad del ma-ana lejos de ser solamente un espacio donde todo ser regido por una tecnologa conectada, ser tambin un territorio don-de los ciudadanos puedan ci-mentar juntos los servicios y los usos en innovacin social, urba-na y tecnolgica para la bsque-da de su bienestar.

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  • 24revistautopa#82 marzo2014

    Comunicacin

    La comunicacin intercul-tural es una de las ramas de la comunicacin que muestra ms que una re-lacin de nombre con la cultu-ra. Es una disciplina que busca analizar la manera como las personas de diferentes or-genes culturales se comuni-can entre s, lo cual implica un abordaje interdisciplinar que incluye otras ciencias y disci-plinas: filosofa, antropologa, estudios culturales, psicologa, comunicacin, lingstica, etc.

    Hoy se vuelve imperativo hablar de comunicacin intercultural.

    En primer lugar debido a que es la heterogeneidad el rasgo que nos caracteriza a los seres hu-manos; y en segundo lugar, por la enorme movilidad que cada da presiona a la humanidad a una convivencia pacfica entre personas de las ms variadas procedencias culturales, que evidencian marcadas formas de vida y quehacer cotidiano de es-tos grupos sociales sobre todo en las ciudades con mayor por-centaje de poblacin.

    En este contexto, la comunica-cin intercultural debe ser en-tendida como un proceso de in-

    tercambio de informacin entre individuos de diferentes culturas en el marco de respeto, igualdad y crecimiento constructivo. Ello significar el abordaje de la in-terculturalidad como un espacio de encuentros, desencuentros, prdidas y asimilaciones entre estos grupos humanos que ca-da da entran en contacto.

    El hombre es un ser bsicamen-te cultural y la cultura es una construccin del ser humano. Cada uno de nosotros nacemos en una cultura o tambin llama-do comunidad de vida, al interior de la cual interiorizamos unas

    Intercultural

    en la ciudad hoy

    Blas Garzn Vera

  • 25 tema central

    maneras de pensar, sentir y ac-tuar muy particulares. Al mismo tiempo que la cultura nos cons-tituye como seres humanos, so-mos nosotros los que hacemos que esa cultura se trasmita, se conserve o se transforme. Esto se produce por la accin comu-nicativa que se da al interior de cada comunidad de vida.

    Estas comunidades de vida, son al mismo tiempo comunidades de sentido que nos proporcio-nan herramientas para compren-der y dar sentido a la realidad que nos envuelve. Por otro lado, la cultura debe su existencia y permanencia a la comunicacin; en otras palabras, es a travs de la comunicacin como la cultu-ra puede manifestarse. Por tan-to, la comunicacin intercultural podra concebirse como un pro-ceso de intercambio de informa-cin y aprendizajes mutuos que se da entre personas de cul-turas diferentes. Mediante es-ta disciplina conocemos sobre lo desconocido, aprendemos a aceptar, respetar y disfrutar de la diversidad, rasgo que a los hombres nos caracteriza e iden-tifica al mismo tiempo.

    Esta postura interaccionista de comprender la cultura, nos per-mite entender que la cultura no es algo inamovible o acabado, todo lo contrario est en cons-tante construccin, producto precisamente de la interaccin de los seres humanos que la construyen. Esto desemboca en una comprensin antropolgica de la cultura, y la comunicacin intercultural se transforma en una herramienta que posibilita-ra una mejor convivencia entre los seres humanos que hoy se concentran sobre todo en gran-des urbes. Convivencia que no est exenta de mltiples proble-mticas, que se generan porque las comunidades de vida son

    variadas, diversas y hasta con-tradictorias entre ellas. Estas comunidades necesitan enton-ces maneras para relacionarse, comprenderse y convivir en el marco que habamos menciona-do del respeto mutuo.

    En el contexto latinoamerica-no, nuestros pases y las ciu-dades son hoy el resultado de la sedimentacin, yuxtaposi-cin y entrecruzamiento de tra-diciones indgenas (sobre todo en las reas mesoamericana y andina), del hispanismo colonial catlico y de las acciones polti-cas, educativas y comunicacio-nales modernas. Pese a los in-tentos de dar a la cultura de lite un perfil moderno, recluyendo lo indgena y lo colonial en secto-res populares, un mestizaje in-terclasista ha generado forma-ciones hbridas en todos los estratos sociales (Garca Can-clini 1990). Este complejo anda-miaje cultural se ha diversifica-do ms en las ltimas dcadas por fenmenos conocidos como la migracin, desarrollo tecnol-gico y fortalecimiento de nuevos actores culturales que buscan y exigen espacios de poder en la administracin de estas ciuda-des y pases.

    Muchos estudios afirman que anualmente se pierden millones de dlares en negocio no con-cluidos, como consecuencia de malentendidos causado por las diferencias culturales, esto slo para ilustrar con un ejem-plo, los resultados que provoca un inadecuado manejo de la co-municacin intercultural hoy en las ciudades. Si esta situacin trasladamos a otros aspectos de la vida de las personas, las prdidas seran incuantificables.

    Para una comunicacin inter-cultural eficaz en las ciudades de hoy, es necesario un cono-

    cimiento lo ms amplio posi-ble de la cultura de la persona con la que se interrelaciona. Pe-ro no es nicamente conocer la otra cultura, sino tambin tomar conciencia de la propia cultura, ya que nuestras comunicacio-nes estn permeadas de valo-res que todo el tiempo trasmiti-mos sin que muchas veces nos demos cuenta de ello. Se trata por tanto de ser conscientes de que somos por naturaleza etno-centristas, pero que debemos trabajar para eliminar los este-reotipos que tenemos de las otras culturas y poder aprender de ellos.

    Esta postura consiente, abierta y fortalecida de identidad cul-tural de las llamadas comuni-dades de vida, requiere final-mente una nueva competencia comunicativa que permita al-canzar una verdadera comuni-cacin intercultural que muchas veces pide renuncias pero tam-bin incorporaciones, prdidas al mismo tiempo aprendizajes. Una que en el contexto actual logre la comunicacin interper-sonal tanto entre pueblos con diferentes sistemas sociocultu-rales, como entre los miembros de diferentes subsistemas que pertenecen a la misma cultura. La mxima podra ser: a ms al-ta conciencia y conocimiento de otra cultura (y de la propia), ms eficaz ser la comunicacin in-tercultural.

    Bibliografa:

    RIZO,Marta yROMEU,Vivian (2006).Cultura y comunicacin intercultural.

    RODRIGO,Miquel,(2000).La comuni-cacin intercultural. Aula Abierta.

    GARCA CANCLINI, Nstor (1990),Culturas hbridas. Estrategias para en-trar y salir de la modernidad.

  • 26revistautopa#82 marzo2014

    Cinthya Tejada Pihuave

    La estrategia ciudades sa-ludables nace en 1984, en Canad, en el congreso Toronto saludable, don-de se lanza la idea del proyecto Ciudades Saludables. Ms all de la Asistencia Sanitaria. En 1986, Toronto obtiene su desig-nacin de Ciudad Saludable, por Len Duhl y Trevor Hancock. En 1986, Lisboa inicia el movi-miento europeo de Ciudades Saludables, iniciativa conjunta de la Promocin de la Salud y Salud Ambiental, de la OMS.

    El punto central de la OMS ha si-do el Proyecto Europeo para la Promocin de Ciudades Saluda-bles, que estableci seis objeti-vos para aquellos pases a los que se les dio cupo en esta nue-va visin.

    Para entender en qu se basa una ciudad saludable se de-be saber qu es. Se trata de una poblacin urbana que llega a obtener buenas condiciones de vida por factores varios que

    aportan a su bienestar. En don-de el crecimiento y desarrollo de la familia est asegurado.

    Cuando se tiene una represen-tacin as, tiende a visualizarse una ciudad llena de reas ver-des, con centros de entreteni-miento para nios, centros de educacin y de salud, la dis-ponibilidad de los servicios b-sicos y la seguridad necesaria para todos algo que se logra con el apoyo de todos los indi-viduos.

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    jene

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  • 27 tema central

    Una ciudad es un organismo que, as como el ser humano, depende de un buen funciona-miento en todos sus sistemas para su crecimiento, pero as co-mo el individuo se ve afectado por enfermedades, la ciudad se ve perjudicada por ciertos pro-blemas que evitan su progreso.

    La ciudad crece, vive y est su-jeta a cambios constantes, y de estos factores depende su de-sarrollo. La ciudad saludable es la que mejora y ampla todos sus recursos con la participa-cin de los ciudadanos, para obtener mejores resultados.

    Los elementos que perju-dican la representacin de la ciudad pueden ser el ra-cismo, el individualismo, la discriminacin, la diferen-ciacin de clases, etc. Esto es algo que obstruye la labor de una ciudad que pretende progresar, aparte del dao que se causa a los individuos.

    Se pueden implantar medidas para que la ciudad goce de sa-lud, pero estas medidas son re-cursos que se les debera dar a los ciudadanos, por ejemplo:

    Paz, un ambiente libre de conflictos y sin dao fsico.

    Vivienda, la cual se ajuste a sus necesidades.

    Educacin, para poder con-tribuir con el progreso.

    Alimentacin, que cumpla los valores nutricionales que necesita el individuo.

    Ingresos proporcionados por un trabajo

    Servicios de calidad, en igual-dad y justicia.

    Cuando se imagina un mode-lo de ciudad as, solo se enfo-can en aspectos positivos. El investigador Hernn Neira, en su teora de la ciudad saluda-ble, considera que la ciudad es una unidad moral, es decir, uni-dad de voluntades en pos de un mismo fin [] En la ciudad, en cambio, a menos que la enten-damos de manera autoritaria, se anan voluntades, se genera un

    consenso, una opinin, un mo-vimiento (prrafo 3).

    Cuando se trata de la palabra salud, esta suele abarcar otras dos palabras claves: tratamien-to y prevencin, pero desde una perspectiva negativa, ya que el punto positivo contribuye a mantener la salud. Debe existir el aporte de los ciudadanos, as como el de su Gobierno, pues debe tener polticas saludables que incluyan:

    Buen entorno natural, pro-mover el respeto y la conser-vacin de la naturaleza.

    Entorno construido, edi-ficaciones slidas, casas comunitarias y ambientes agradables de recreacin.

    Entorno econmico, un buen trabajo y estabilidad.

    Entorno poltico, donde se ejercite la democracia.

    Para obtener este tipo de resul-tados, todo depender de un proceso, donde el primero que debe aplicarse es el aspecto poltico.

    Con el pasar de los aos las ciu-dades cambian, se transforman y evolucionan, tanto en sus as-pectos sociales como en sus cimientos. La pregunta queda: es nuestra ciudad, una ciudad saludable? Ya que tenemos un modelo o una visin de cmo debera ser una ciudad as, to-dos podemos responder.

    La ciudad crece, vive y est sujeta a

    cambios constantes, y de estos factores depende

    su desarrollo. La ciudad saludable es la que mejora y ampla todos sus recursos con la participacin de los ciudadanos, para obtener

    mejores resultados.

    Referencias bibliogrficas:

    Bonilla,N.J.,2011,Imaginarios de ciudad saludable. Pereira, Risaralda. Europa,O.R.,2003-2007,IV fase de la red europea de ciudades saludables de la OMS: objetivos y condiciones. Co-

    penhague, Dinamarca. S.a.,Cajadeherramientascomunitarias,(s.f.),Recuperadoenfebrerode2014,de:http://ctb.ku.edu/es/tabla-de-

    contenidos/vision-general/modelos-de-desarrollo-para-la-salud-en-la-comunidad/cuidades-saludables-comunida-des-saludables/principal

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    28revistautopa#82 marzo2014

    Jossy Crespo

  • 29 tema central

    Alrededor del mundo, y con la era de la globa-lizacin, se extienden decenas de lugares que sorprenden gracias a su desarrollo cultural, econmico y arquitectnico, las metr-polis son sin duda referentes geogrficos que destacan por reunir en un mismo punto terri-torial distintas concentraciones poblacionales provenientes de varias partes del mundo, lo que les convierte en grandes potencias econmicas cuyos mercados se expanden fue-ra de sus fronteras. Ciudades que sorprenden e hipnotizan con sus paisajes y construc-ciones emblemticas, lugares que simplemente no se pueden dejar de conocer y que ahora describimos a vuelo de pjaro.

    Tokio:

    Se podra decir que Tokio es la ciudad que nunca mira hacia atrs. Nacida desde las cenizas y reconstruida en la postgue-rra, esta metrpoli con una po-blacin de 38 197 710 habitan-tes se proclama como la tercera potencia econmica mundial y el principal centro financiero de Asia, basta con mencionar mar-cas como Sony, Toshiba o Toyo-ta para asimilar la magnitud de su industria.

    Escogida como sede para los Juegos Olmpicos del 2020 y declarada como la capital de los videojuegos y el anime, Tokio es una de las metrpolis ms im-ponentes del mundo, un lugar diverso donde la globalizacin y el capitalismo contrastan con la tranquilidad de las tradiciones legendarias.

    Paris:

    Paris no solo se proclama co-mo la ciudad del amor o la ciu-dad luz, esta es una de las cin-co ciudades ms grandes de Europa y el tercer centro eco-nmico ms importante de ese continente1. La Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, la Ave-nida de los Campos Elseos, el Arco de Triunfo, la Baslica del Sacr Cur, el ex Hospital de Los Invlidos, el Panten, el Ar-co de la Defensa, la pera Gar-nier, el barrio de Montmartre, y el Louvre hacen que esta ciudad reciba anualmente un promedio de 42 millones de visitantes; cu-na del arte y la Revolucin Fran-cesa, Paris resulto la ciudad con menos daos y prdidas despus de la Segunda Guerra Mundial, que dieron como resul-tado una transformacin polti-ca y cultural, haciendo grandes saltos tanto en la economa del pas como en la posicin elitista y el renombre que ha alcanzado alrededor del mundo.

    Nueva York:

    New York ser sin duda el ejem-plo ms claro de una metropoli, la estatua de la Libertad y el Wall Street son las cartas de presen-tacin de esta ciudad que ma-neja el comercio mundial; cata-logada la capital del mundo por tener la poblacin ms diver-sa del planeta concentrada en un solo sitio geogrfico, donde convergen casi 170 idiomas y alrededor de 36 culturas distin-tas. La ciudad, que desde siem-pre ha sufrido cambios radica-les, tuvo su mayor cada tras el atentado del 11 de septiembre de 2001, donde aproximada-

    mente 3000 personas murieron tras los ataques suicidas a las Torres Gemelas, hasta ese en-tonces el emblema de la ciudad; provocando una cada financie-ra que no solo ha afectado a los Estados Unidos sino al resto del mundo.

    La ciudad que nunca duerme, recibe al ao un promedio de 40 millones de visitas que fi-jan su mirada en el Empire Sta-te, las producciones teatrales de Broadway, el Central Park y el Rockefeller Center e invir-tien su dinero en compras de lu-jo en la 5th Avenue y Madison, como lo hizo en su tiempo Ju-lia Roberts en su pelcula Mujer Bonita. Hablar de Nueva York es hablar del sistema de metro ms grande y eficaz con un fun-cionamiento de 24 horas, como tambin de sus medios de co-municacin destacando mun-dialmente el New York Time, sin dejar de mencionar el Museo Metropolitano de Arte, la exigen-te Juilliard School, los hot dogs, los pretzels y un sinfn de carac-tersticas que hacen de esta ciu-dad la metrpoli ms famosa del mundo.

    Rio de Janeiro:

    Cobijada bajo la bendicin del Cristo Redentor, Rio de Janeiro se proclama como la metrpo-li insigne de Brasil, sede oficial de la Copa Mundial de Ftbol de 2014; sus limitaciones geogrfi-cas no impiden que esta ciudad se presente al mundo con su fa-moso carnaval donde cada ao desfilan, en el sambdromo, las escuelas de samba que repre-sentan a barrios cariocas y ciu-dades del Estado fluminense;

    1 http://www.ey.com/Publication/vwLUAssets/Why_invest_in_Paris/$FILE/Why_invest_in_Paris.pdf http://www.france.fr/paris-et-ses-alentours/economie-lile-de-france-en-pole-position

  • 30revistautopa#82 marzo2014

    adems las playas de Copaca-bana y el Maracan dan un en-canto nico a la ciudad que res-pira aventura, ftbol y relax para todos quienes la visitan. Pese a que en sus comienzos la ciudad mantena la economa del pas mediante los cultivos de caa de azcar, hoy la ciudad se pro-clama como la sede de las prin-cipales empresas de petrleo y telefona. An con todo esto existe un constante recordatorio de una divisin y corrupcin de la acumulacin de riqueza por ciertos sectores y la extrema pobreza existente en las favelas,

    donde las drogas, la corrupcin y la prostitucin se hacen pre-sentes cada da.

    Jerusaln:

    Entre la religin musulmana, cristiana y juda, la ciudad san-ta se levanta como una metr-poli moderna cargada de mime-tismos y conflictos religiosos; Jerusaln ha sido forjada entre contiendas civiles, designios di-vinos e intervenciones interna-cionales que han repercutido en guerras armadas y una so-ciedad conflictiva, pese a esto la ciudad se presenta al mundo como una cuna cultural sorpren-

    dente y un destino turstico im-prescindible para todo creyente cristiano, la iglesia del Santo se-pulcro, la Va Dolorosa o la Bas-lica de la Agona son los lugares claves para la religin cristiana, mientras que el Muro de las La-mentaciones es el lugar ms im-portante para los judos, pues-to que es el ltimo remanente del Templo construido por Salo-mn, al igual que el Monte del Templo que es considerado el lugar ms sagrado para la re-ligin juda y donde converge igualmente la Cpula de la Roca que es un santuario musulmn, mientras que su templo ms im-

    portante es la mezquita Al- Aq-sa y la Explanda de las mezqui-tas, considerado el tercer lugar sagrado del islam. Pero la reli-gin no es lo nico que abunda en esta metrpoli, puesto que el Museo de Israel, el Museo de Bellas artes, el Santuario del Li-bro entre otros albergan gran-des tesoros literarios, artsticos y arquitectnicos como los Ro-llos del Mar Muerto, pero su lu-gar insigne ser Yad Vashem, el memorial nacional de Israel de-dicado a las vctimas del Holo-causto, que alberga la mayor biblioteca del mundo con infor-macin relacionada con este su-ceso trgico de la humanidad.

    Estambul:

    La antigua Constantinopla se al-za como la ciudad ms occiden-talizada de Turqua, una metr-poli que no debe envidiar nada a otras grandes ciudades, con un sistema de transporte pblico envidiable que van desde auto-buses de trnsito rpido, hasta el Marmaray, un tnel submari-no que conecta a Europa y Asia a travs del estrecho del El Bs-foro, el cual divide en dos partes la ciudad de Estambul.

    Estambul conlleva una ciudad de mezquitas, iglesias cristianas

    y sinagogas, esto conforme al pasado de conquistas, destruc-ciones y peleas civiles que han hecho que hoy se levante como un crisol cultural y tnico, refle-jado en gran manera en su arqui-tectura; sus construcciones em-blemticas hacen de Estambul una de las metrpolis ms be-llas del mundo, complementa-da por sus costas y sus barrios cargado de historias. Declara-da Capital Europea de la Cultura en 2010 y gracias a su situacin entre dos continentes, goza de una economa excelente y esta-ble, haciendo de esta metrpo-li una ciudad con grandes miras de crecimiento a futuro.

    Ciudades que sorprenden

    e hipnotizan con sus paisajes y construcciones

    emblemticas, lugares que simplemente no se pueden

    dejar de conocer y que ahora describimos a

    vuelo de pjaro.

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  • 31 tema central

    Sidney:

    La capital de la pera, propo-ne al mundo una mirada distinta de metrpolis, la ciudad nume-ro uno con mejor calidad de vi-da en el mundo, es sede de 500 multinacionales y duea de uno de los futuros econmicos ms estables y prsperos; Sydney es uno de los principales destinos para inmigrantes de Australia, ReinoUnido,China,NuevaZe-landa, Italia, Lbano y Filipinas. Destaca por sus artes escni-cas y la famosa pera de Sid-ney que alberga una de las sin-fnicas ms espectaculares del mundo, ciudad que se pone en el podio como segunda loca-cin preferida para la filmacin de pelculas gracias a la incur-sin de Fox estudios Australia, ah han surgido pelculas como Matrix, Star Wars, Buscando a Nemo, entre otras y ha visto na-cer a estrellas como Mel Gibson o Cate Blanchett educadas El Instituto Nacional de Arte Dra-mtico. Sidney se proclama co-mo una metrpolis que surge del ocano dndose a conocer al mundo de manera paulatina y con pasos firmes se proyecta a convertirse en uno de los ms grandes exponentes de produc-cin artstica y econmica

    Sudfrica:

    La nacin del arcoris se levan-ta como la mayor economa del continente africano, pese a eso la desigualdad econmica de sus habitantes se hace eviden-te, puesto que la cuarta parte de la poblacin vive con menos de $1,50 al da. Aos de masacres y guerras civiles han desembo-cado en un pas democrtico con un sistema de gobierno par-lamentario, el cual se mantiene en pie gracias a la minera y la

    agricultura. Sudfrica es uno de los pases con una gran diversi-dad cultural que ha enriquecido la msica, el arte y la gastrono-ma, as como tambin una di-versidad religiosa liderada por el cristianismo, siguindole el is-lam, mormonismo e hinduismo. Sin embargo, el mayor problema es la divisin racial entre negros y blancos, diferencia que ha desembocado en fuertes pug-nas polticas, econmicas e in-cluso deportivas, lo cual ha per-judicado la paz interna del pas y su progreso industrial.

    Dubai:

    Duea de los hoteles de lujo ms espectaculares y envidia-bles del planeta, Dubai se levan-ta como una ciudad ostentosa y poderosa. Si bien en sus inicios el comercio de perlas hizo que esta ciudad se diera a conocer al mundo, fue con el descubri-miento de petrleo que despe-g su progreso a partir de los aos 60s; hoy en da su pode-ro se basa, ya no solo en la ex-plotacin de ste recurso, sino en la industria de la construc-cin, los servicios financieros y el turismo. Su baja tasa de des-empleo la convierten en una de las ciudades donde van miles de personas en busca de mejores oportunidades laborales, quie-nes deben acostumbrarse a su cultura fuertemente influenciada por el islam y que se refleja en las normas de comportamien-to, vestimenta, arte y gastrono-ma. Sin duda Dubai se expone al mundo como uno de los pa-rasos imponentes, donde sus avances tecnolgicos, sus enor-mes construcciones, y sus gas-tos desmedidos la hacen ser El Dorado del siglo XXI.

    El Cairo:

    La mayor ciudad del mundo ra-be recibe al ao un promedio de 9 millones de personas, que lle-gan a la ciudad atrados por su pasado histrico ligado a mo-mias y faraones, el Museo Egip-cio recoge la mayor coleccin del mundo sobre un antiguo Egipto con ms de 120000 obje-tos. Baada por el rio Nilo, y con un centro histrico declarado patrimonio de la Humanidad en 1979, El Cairo se mezcla entre edificaciones histricas y edifi-cios modernos que hacen que la metrpoli se expanda conti-nuamente. Su mayor exponen-te internacional ha sido el Festi-val Internacional de El Cairo que ha convocado grandes figuras como Nicholas Cage, Morgan Freeman, Sophia Loren o Eli-zabeth Taylor. Aunque las cen-suras estn a la orden del da, todava no ha perdido posicio-namiento en el mbito cinema-togrfico. Sin duda una ciudad que pese a sus ltimas dispu-tas de orden poltico permane-ce en la mirada del mundo por su estable economa, su turismo mstico, su extica gastronoma y su famosa danza del vientre; motivos suficientes para hipno-tizar a cualquier visitante.

    Da tras da las ciudades emble-mticas del mundo van apos-tando a nuevos avances tec-nolgicos, arquitectnicos y econmicos, compitiendo unos con otros y ofreciendo al mun-do parasos terrenales, donde la cultura histrica y los frutos de la globalizacin se mezclan; donde las personas comparten la pobreza y la riqueza, lo ances-tral y lo moderno y donde la vida se pinta con sus propios olores sabores y dolores.

  • 32revistautopa#82 marzo2014

    Alli Willak Riksichik

    La torre de babel vs. las metrpolis

    interculturales

  • 33 tema central

    Mitos y leyendas de-muestran que la di-versidad a menudo fue vista como una amenaza a la unidad funda-mental de la humanidad. El re-lato bblico de la Torre de Babel (Gn 11:1-9) interpreta la diversi-dad lingstica y el subsiguien-te desentendimiento entre los pueblos como consecuencia de la soberbia del ser huma-no. En el acontecimiento de Pentecosts (Hch. 2,1-41) se restablece la comunicacin, a pesar de la gran diversidad de lenguas y culturas.

    Las Polis (Ciudad) en la antige-dad se iniciaron como un go-ra1, pero a travs del tiempo los paradigmas y visiones del mun-do han ido cambiando: hoy ne-cesitamos recuperar ciudadana mediante un dialogo intercultu-ral, para ello debemos pasar de una ciudad-sociedad merca-do (el capital lo que importa), de una ciudad-red (la informa-cin y la ciberntica), a una ciu-dad-gora (Interaccin conlle-va al buen vivir).

    Si caminamos en una ciudad encontramos que sus habitan-tes son provenientes de diferen-tes lugares. En este cambio de poca, de acuerdo al grupo hu-mano y su poder, se tiene dos visiones de mundo: el clsico-positivista en donde hay el pro-psito de conocer para con-trolar, lo que ms adelante lo nico que se puede hacer con la realidad es conocer para descri-bir, predecir, controlar y manejar para explotarla.

    Hoy tenemos que comenzar a desarrollar un mundo construc-tivista que tenga el propsito de comprender para transformar. En donde la realidad sea social-mente construida y pueda ser

    socialmente transformada y el mundo sea una trama histrica y contextual de relaciones y sig-nificados entre todas las formas y modos de vida.

    La interaccin entre habitantes citadinos de diferentes culturas es la clave para comprender los significados de los fenmenos (contextual) y el sentido de la existencia (valorativo)

    La actividad humana debe es-tar impregnada de valores e in-tereses y sean necesarios nego-ciar los valores ticos y estticos que deben prevalecer en la in-tervencin. La emocin (los de-seos, valores, motivos, pasio-nes, etc.) es la fuente de la accin, no la razn; la razn es nicamente un regulador de la accin.

    En la metrpolis tenemos que pensar que somos di-ferentes pero iguales. Pode-mos y debemos preguntarnos: Cules son las relaciones en-tre culturas en una ciudad me-tropolitana?.... S da un dialo-go intercultural o una torre de Babel?.

    Hasta la dcada del 80 del si-glo pasado rega la idea de una cierta homogeneidad cultural (y religiosa), definiendo la identi-dad cultural de Abya Yala como mestiza o latina. La emer-gencia de los pueblos origina-rios de Abya Yala y los afrodes-cendientes vienen a cuestionar esta homogeneidad cultural o monoculturalidad.

    Despus de los 500 aos de re-sistencia indgena (1992); las re-laciones culturales dentro de las ciudades en un primer mo-mento se tornaron con tintes de multiculturalidad al percatar-se de la diversidad cultural, por

    lo que se denominaron Estados pluriculturales; pero siempre ha existido una intraculturalidad (relaciones dentro de cada cul-tura). Al pasar los tiempos des-de la conquista Inca, la invasin espaola, y la actual neocoloni-zacin euroyanqui se ha produ-cido en los ciudadanos de las metrpolis una transcultura-cin porque las culturas devie-nen en el tiempo hibridndose por la convivencia entre ellas.

    Por eso cada uno de nosotros tenemos algo de indgena, inca, espaol y gringo.

    Tales hibridismos tuvieron lugar por la resistencia que han de-mostrado los habitantes de Ab-ya Yala, que luego de una fuerte monoculturalidad que la cultura espaola trat de hegemonizar sobre las diversas culturas de Abya Yala y que en estas condi-

    La actividad humana debe estar impregnada de valores e intereses y

    sean necesarios negociar los valores ticos y estticos que deben prevalecer en la intervencin. La emocin es

    la fuente de la accin, no la razn.

    1 Agora, en Atenas de la antigua Grecia era la plaza, el espacio pblico al inte-rior de la muralla junto a la puerta, en donde se socializaban problemas, se encontraban soluciones y se impartan saberes, y alegras, es decir todos sa-ban de todo de todos, era una comn-unin.

  • 34revistautopa#82 marzo2014

    ciones se iniciaron las re-pblicas americanas.

    En tiempo de la colo-nia espaola se pre-tendi la supercultu-ralidad, cuando los europeos con su cul-tura avasallaban a las otras por mritos que se consideraban intrn-secos a ella, cuando en realidad son polticos milita-res coyunturales.

    Luego, despus de la segunda guerra mundial se pretendi una metaculturalidad (universali-zacin de valores, normas, sig-nificados y verdades), con acti-tudes para encontrar verdades metafsicas vlidas para todas las culturas, an sabiendo que son miradas particularsimas de una sola cultura: como los De-rechos Humanos, con vigencia y rigidez ms all de cualquier tra-dicin cultural y civilizatoria

    El cultocentrismo o centrismo cultural, que nos conlleva a una filosofa, concepcin del mundo, religin, e ideologa se apoya para su validez en la perspec-tiva de una etnia, pueblo o na-cin determinada e interpretada todos los fenmenos desde ese punto de vista peculiar.

    Debemos tratar de llegar a un momento de inflexin de la identidad, que comienza a reco-nocerse por sus propios nom-bres y no por el nombramiento de los otros.

    Cada uno de nosotros, seamos indgenas o mestizos somos di-ferentes, con nuestra propia biografa y personalidad, y por la distinta relacin con su pro-pia condicin indgena, mesti-za, blanca, afrodescendiente, y ms an, que esta relacin con su propia circunstancia y la ma-

    nera de significarla se encon-traba muy particularmente de-terminada por nuestra personal relacin, por nuestra amistad y mutuo reconocimiento.

    Actualmente se pretende pro-mover la interculturalidad, que sera el encuentro para enrique-cimiento mutuo entre diversas culturas en una metrpolis, lu-gar de enseanza y aprendiza-je por contar con centros de for-macin superior.

    La interculturalidad de la me-trpolis, es volver a un sistema de vida humanista, comunita-rio, alejndonos de ese sistema egosta, individualista. (...) la in-terculturalidad no significa mez-clarse, sino reconocerse en las recprocas diferencias, (Sn-chez Parga J.; 2009)

    La interculturalidad es, ante to-do una actitud, un hbito de buscar el encuentro e intercam-bio, antes del enfrentamiento y la pelea. Y como tal, requiere de personas de todos/as noso-tros/as- otro tipo de tica y una filosofa a la altura de los gran-des desafos que nos plantea el siglo XXI. Necesitamos otras vir-tudes o muliertudes (con sen-timientos de mujer)- tales co-mo la empata, la compasin, la sensibilizacin, el cuidado, el respeto, y otra forma de ver el mundo. La interculturalidad apunta a construir una metrpo-lis con una ciudadana de mun-do, a formar un arco iris de po-sibilidades de vivir y expresar la humanidad, a una utopa de un mundo en el que quepan todos y todas, y tambin la Naturale-za, la divinidad y el cosmos.

    La interculturalidad

    de la metrpolis, es volver a un sistema de

    vida humanista, comunitario, alejndonos de ese sistema

    egosta, individualista. (...) la interculturalidad no significa mezclarse, sino reconocerse

    en las recprocas diferencias.

  • 35 tema central

    Nosotros como actores de una sociedad que interacta entre la metrpolis y ruralidad, una so-ciedad cuestionadora debemos analizar que modelo y en que ni-vel se vive la interculturalidad en las metrpolis del Estado Ecua-toriano:

    Hoy vivimos una interculturali-dad como sinnimo de multi-culturalismo porque exalta la di-versidad cultural como tal, sin preocuparse por las mltiples relaciones, encuentros, desen-cuentros, choques e interde-pendencias entre las culturas citadinas. Aparecen polticas multiculturales que en el fondo promueven polticas de integra-cin de minoras culturales, tni-cas y religiosas dentro de la cul-tura dominante.

    Tambin se vive la intercultura-lidad desde un enfoque cultura-lista esttico, se promueve des-de las acciones emprendidas con las ciudades patrimoniales, los programas de ecoturismo, turismo comunitario; En donde se compara a las distintas cultu-ras como si estuvieran en condi-ciones de simetra perfecta, sin tomar en cuenta las relaciones realmente existentes de poder, dominio y marginalidad.

    La estetizacin de las culturas se da en el sentido de su folkloriza-cin, sea con fines tursticos o para ser consideradas patrimo-nio cultural de la humanidad. Hoy en da estamos ante una tendencia de patentar, no s-lo saberes ancestrales, hierbas medicinales, ritos indgenas, si-

    no culturas enteras y sus dep-sitos sapienciales o su patrimo-nio cultural. Se esta observando que ya se ha iniciado la musea-lizacin de la cultura, primer pa-so a su muerte social como cul-tura viva. (Stermann J.; 2010)

    Con las ciudades patromonia-les, en gran parte se ha fortale-cido la tendencia a la folkloriza-cin de las culturas aborgenes, entonces alimentamos a la glo-balizacin econmica y mediti-ca, una cultura de mercado difu-sa intenta imponerse a todas las culturas existentes, muchas ve-ces mercantilizando a las cultu-ras ancestrales dentro de su l-gica neoliberal y consumista.

    Muy poco se apunta hacia la in-terculturalidad desde un enfo-que crtico descolonizador: esta en paales, pues sta se articu-la con un discurso de las cien-cias sociales crticas, la teolo-ga y filosofa de la liberacin, las teoras de descolonizacin y despatriarcalizacin, las resis-tencias de los pueblos origina-rios y afrodescendientes, el mo-vimiento altermundialista.

    En la interculturalidad para la descolonizacin antes del trans-curso de entablar un dilogo in-tercultural, los interlocutores deben tomar conciencia de su lugar epistmico y cultural par-ticular, con todas las implicacio-nes de poder (econmico, polti-co, militar, religioso, simblico) y dominio, de las asimetras exis-tentes entre las partes.

    Pensemos en nuestras metr-polis, y el dialogo intercultural en los que dan acciones de en-cuentro, desencuentro o hasta choque intercultural; se da a ni-vel personal, de grupos cultura-les y tnicos o culturas y civili-zaciones.

    Santiago Crdenas

  • 36revistautopa#82 marzo2014

    Tania Quevedo

    Ciudad, arte y cultura

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  • 37 tema central

    Patrimonio de la Humani-dad es el ttulo delegado por la Unesco a lugares especficos del planeta que han sido nombrados para su inclusin en la lista manteni-da por el Programa Patrimonio de la Humanidad. Este progra-ma fue fundado por la Conven-cin para la Cooperacin Inter-nacional en la Proteccin de la Herencia Cultural y Natural de la Humanidad, que posterior-mente fue adoptada por la con-ferencia general de la Unesco, el 16 de noviembre de 1972.

    Su objetivo es catalogar, res-guardar y dar a conocer sitios de importancia cultural o natural excepcional para la herencia co-mn de la humanidad. Estos lu-

    gares pueden obtener financia-miento para su conservacin del Fondo para la Conservacin del Patrimonio de la Humanidad.

    Las ciudades que se describen a continuacin, representan una muestra corta de la lista de ur-bes latinoamericanas que han sido nombradas con esta distin-cin patrimonial. Se comple-menta la informacin en los cua-dros y referencias a sitios web:

    Potos-Bolivia

    Potos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. La ciudad cuenta con un gran patrimonio arquitect-nico, que est representado por

    numerosas construcciones co-loniales: la Catedral de estilo gtico; la Casa de la Moneda, construida entre 1757 y 1773, que conserva importantes ar-chivos coloniales y constituye uno de los edificios civiles ms destacados de Amrica Lati-na; la Universidad Toms Fras, etc. Uno de los smbolos de la ciudad es la Torre de la Compa-a, un convento religioso del si-glo XVIII, que refleja el mximo esplendor de Potos, su edifica-cin se concibi como el Arco del Triunfo, con 5 aberturas, 32 columnas salomnicas y 3 c-pulas de media naranja. Es una ostensible expresin de la espi-ritualidad de la poca.

    Ciudades Patrimoniales de America Latina y El Caribe

    Pas Nmero de ciudades

    patrimonialesCiudades Patrimoniales

    Mxico 11Xochimilco,Puebla,Zacatecas,Mxico,Guanajuato, Morelia, Tlacotalpn, Campeche, Oaxaca, Quertaro, San Miguel de Allende

    Per 3 Lima, Cusco, Arequipa

    Guatemala 1 Antigua Guatemala

    Brasil 7Olinda, Salvador de Baha, Brasilia, Gois, Ouro Preto, So Lus, Diamantina

    Cuba 4 Cienfuegos, Trinidad, La Habana, Camaguey

    Uruguay 1 Colonia del Sacramento

    Ecuador 2 Cuenca, Quito

    Colombia 2 Cartagena, Santa Cruz de Mompox

    Chile 1 Valparaso

    Bolivia 2 Potos, Sucre

    Repblica Dominicana 1 Santo Domingo

    Panam 1 Panam

    Antillas Holandesas 1 Willemstad

    Venezuela 1 Coro

    Bermudas 1 St George

    Suriname 1 Paramaribo

    http://www.ovpm.org/es/ciudades

    SPAINPORTUGAL

    GREENLAND

    U. S. A.

    CANADA

    MEXICO

    THE BAHAMAS

    CUBA

    PANAMA

    EL SALVADOR

    GUATEMALA

    BELIZE

    HONDURAS

    NICARAGUA

    COSTA RICA

    JAMAICAHAITI

    DOM. REP.

    ARGENTINA

    BOLIVIA

    COLOMBIA

    VENEZUELA

    PERU

    BRAZIL

    FRENCH GUIANASURINAME

    GUYANA

    CHILE

    ECUADOR

    PARAGUAY

    URUGUAY

    FALKLAND ISLANDS

    SOUTH GEORGIA ISLAND

    NIGER

    MAURITANIA

    MALI

    NIGERIA

    NAMIBIA

    SOUTH AFRICA

    ANGOLA

    ALGERIA

    GABON

    MOROCCO

    TOGO

    BENIN

    GHANA

    IVORYCOAST

    LIBERIA

    SIERRA LEONE

    GUINEABURKINA

    GAMBIA

    SAO TOME & PRINCIPE

    CONGO

    CONGO

    WESTERN SAHARA

    SENEGAL

    GUINEA BISSAU

    Canary Islands

    Weddel Abyssal Plain

    Argentine Basin

    Amundsen Abyssal Plain

    Peru Basin

    ChileBasin

    LabradorBasin Charlie - Gibbs

    Fracture Zone

    RomancheFracture Zone

    BrazilBasin

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