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Page 1: Veintiúnpoetas catalanes para el siglo XXI · Veintiúnpoetas catalanes para el siglo XXI José Agustín Goytisolo Edición bilingüe. Lumen. Barcelona, E Stan"fuerte entre nosotros

------------PoesÍa------------A Be literario

Veintiún poetas catalanes para el siglo XXIJosé Agustín Goytisolo

Edición bilingüe. Lumen. Barcelona,

E S tan"fuerte entre nosotros la tendecia aconsiderar la obra de un poeta desde laperspectiva de su relación con la de

otros coetáneos, que las etiquetas de genera-ción, grupo o escuela hacen fácil fortuna y es-tablecen unas coordenadas de interpretaciónque enfocan la lectura hacia un común denomi-nador que ignora la diversidad. Así ha ocurridocon el marbete «Escuela de Barcelona» acu-ñado por Carmen Riera con el beneplácito, yalgo más, de losprótagonistas. Pero ocurreque cuando se lee el libro de igual título, sellega a la conclusión de que éste sólo es justosi se restringe su referencia a la aventura com-partida de iniciación en la poesía: intercambiode lecturas, larquísimas discusiones -Gil deBiedma siempre frente a Gabriel Ferrater-, teo-rizaciones sin cuento. En eso sí hubo «es-cuela». Fiel a su voz, cada uno adoptó después.una línea de escritura personal diferenciada.No pretendo con esto rebajar el interés de la

experiencia común: Pocas veces ha tenido unpoeta la posibilidad de contrastar su creaciónde un modo tan inmediato y rico, de manera -ya esto iba- que la adquisición de un -rnester-,del oficio de composición y factura del poema,eso sí que se debe en gran medida en estecaso al trabajo de «escuela». Como fue igual-mente compártido, con absoluta normalidad, elinterés por la doble cultura, catalana y caste-llana, en la que se sentían inmersos. El mismoejercicio de renovación técnica de la poesíaque Barral, Gil de Biedma y J. A Goytisolo, ycon ellos Ángel González o Caballero Bonald,aplicaban al verso castellano, lo ensayaba Ga-briel Ferrater con el catalán. En posesión deese buen oficio, del que ha venido haciendogala en su multiforme escritura, mezclando ensu tinta «veneno y jazmín», nos ofrece Goytisoloaquí una personal antología bilingüe de veintiúnpoemas catalanes de nuestro siglo que, a sujuicio, perdurarán en la memoria de los lectores'del siglo que está a las puertas.Se trata, como explica en un breve «Prefa-

cio», de un anticipo. A él le gustaría ofrecerpronto otra en tres volúmenes. Se limita aquí aaquellos que ha ido traduciendo y a quienes hafrecuentado en la amistad literaria; pero a cadapaso deja constancia de los nombres de otrospoetas en los que trabaja ya y que espera ir in-cluyendo. Estamos, según eso, ante una «obraen marcha», cuya realización parece depender,por igual, de las fuerzas del traductor y de laacogida que los lectores dispensen a su tra-bajo. Ya fe que esta última debiera ser positiva.Porque una de las grandes tareas culturalespendientes en España es la de la promocióndel conocimiento generalizado de las literaturasde sus distintas lenguas, y el mejor mapa dehacerlo -sobre todo en el caso de las literatu-ras catalana y gallega, por su mayor accesibili-dad- es ofreciéndolas en la forma bilingüe aquíadoptada, que permite ir del texto castellano aloriginal para captar y gustar todos sus matices.Aun concibiendo, o precisamente porque

concibe, su trabajo como apoyo para ese con-tacto con la creación misma, ciñe Goytisolo suversión a las formas originales. Y ahí es dondebrilla, junto al oficio, su calidad de poeta. Cua-tro introducciones correspondientes a otrastantas partes trazan una sinopsis de la evolu-

1996. 580 páginas, 3.200 pesetas

ción de la lírica catalana desde que Josep Car-ner (1884-1970), continuando la tarea de losescritores de la Renaixenya, trabajó la lenguacatalana para convertirla en un instrumento dó-cil al servicio de la expresión de las preocupa-ciones de la modemidad. Mientras él la abría ala fecuridación por parte de otras culturas, Car-Ies Riba la enriquecía con aportaciones libres-cas de las fuentes grecolatinas y de los poetasde la modernidad europea. Completan ese pri-mer grupo el vanguardismo surrealista de J. V.Foix, el peculiar que Joan Salvat Papasseit al-ternó con un realismo descarnado, y la poesíacontemplativa en la que Maria Manent conjugóun preciosismo aprendido en Yeats con la vi-bración de Rilke ante el misterio.Tiene razón Goytisolo al reclamar una lectura

de Pere Ouart y sobre todo de Salvador Espriuque los redima del expeditivo enoasillamiento dela poesía social, como si tan sólo fueran la ramacatalana de la familia de Gabriel Celaya. Porquees común con los poetas sociales el compro-miso cívico y, en la forma, el aprovechamientodel habla popular, pero, más allá de eso, sonpatentes las diferencias. ¿Cómo ignorar, porejemplo, la ancha veta simboli,sta del poeta deSinera? A ellos se añaden en la segunda parte

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de la Antología el mallorquín Bartomeu Roselló-Porcel, conocido en la posguerra por un solo li-bro excelente, y Joan Vinyoli, traductor de lagran poesía alemana e inglesa y uno de los poe-tas que más va a influir en la joven poesía cata-lana. Aunque nombrado y prometido, no deja deecharse en falta en esta línea a Joan Brossa, tanimportante al mismo tiempo en el grupo de pin-tores -Dau al Set-. Más arriba he destacado elpapel de Gabriel Ferrater en la configuración deun modelo de poesía que, volviendo la espaldaal romanticismo y al simbolismo, busca experi-mentar con técnica y oficio en.el poema sussentimientos. Las composiciones que de él seofrecen confirman su maestría, A partir de ahí yliberada la lengua catalana de la represión quetrataba de asfixiarla, la poesía se· fue abriendohacia nuevos espacios estéticos. Así lo de-muestran aquí Vicent Andrés Estellés, capaz deflexibilizar el lenguaje combinando en él girospopulares y sedimentos de la lírica medievalpara sublimar los aspectos de la vida cotidiana;dos autores -Blai Bonet y Marius Sampere- me-nos conocidos, sobre los que se reclama laatención; el arquitecto Joan Margarit, «un poetaque hubiera podido darse en italiano, francés o. inglés», o Marta Pessarrodona, en la que la den-sidad cultural no vela la realidad ambiente.Representa al «Grupo de Grona- Narcís Co-

madira, quien, siguiendo el magisterio de Ferra-ter, se da cuenta de que Carner y Foix encar-nan formas poéticas complementarias y ensayasu convergencia, Pero la necesidad de unaprofunda revisión de la tradición lírica, patentetambién en la amplia gama de producción y enla evolución de Francesc Parcerisas, va a mos-,trarse de manera radical en Pere Gimferrer.Tras haber revolucionado la escritura poéticacastellana por medio de un personaje proyec-tado en Jos ámbitos culturalistas, y manteniendola ambigüedad como base fecunda de defini-ción del espacio poético, logra hacer verdaderoel lema de Wallace Stevens que antepone a suprimer poemario catalán: «La poesía es el temadel poema». Forzado a elegir por las razones ci-tadas entre los poetas que han ido apareciendoen los últimos veinticinco años, opta, en fin,Goytisolo por Pere Rovira, Maria-Mercé Maryal yAlex Susanna. Ouedan a la espera -y 'él losanota- otros nombres. Ojalá nos lleguen prontoen el mismo esquema de edición bilingüe y conla misma fidelidad estimulante de lectura que lamanifestada en esta hermosa gavilla.

Víctor GARCíA DE LA CONCHA,de la Real Academia Española

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