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JUEVES, 20 MAYO 2010 LA CONTRA A mí me entusiasma la duda. Incómoda pero fecunda. Y las crisis, que sirven para reflexionar, diagnosticar y llegar a conclusiones. Una cri- sis matrimonial, por ejem- plo, es muy sana, se dice todo lo que se tie- ne que decir, y luego decides: si te separas, es que ya era hora; y si no, has hecho un po- co de limpieza. ¿Aplicable a la crisis económica? Sí, pese a que hay gente que lo pasa mal. Y aplicable a la crisis política si sirve para dise- ñar otro modelo de convivencia. Veo que cree en el ser humano. Creo en las ideologías y capacidades indivi- duales (Martin Luther King, Einstein, Gan- dhi, Jacques Lacan, Goethe...). Desconfío de las ideologías colectivas (Iglesia, milita- res, partidos políticos, familia olímpica...) ¿Sus obsesiones? La cultura, la creatividad y la calidad por en- cima de la cantidad. Esa palabra que usan tanto los políticos, progreso, la asocian a la cantidad, los récords, ya sabe: “Hemos con- seguido tantos votos, hemos sido visitados por tantos turistas”. Y yo les diría: “¿Pero es- tá bien lo que has vendido, es interesante?”. ¿Qué significa ser creativo? Pensar, observar, ser curioso, interesarse. La creatividad es el resultado de la investiga- ción, nuevas maneras de mirar, de vivir, de expresar, de curar. ¿Y usted de dónde sale? De una familia burguesa pobre de 13 herma- nos, así que a mis padres ni los veía. Me hice a mí mismo, esta ciudad me ha educado. Usted también ha participado en ella. Llegó la democracia y pasamos de la UVI a la habitación 320, y cuando nos dieron el al- ta nos miramos todos y dijimos: ¿qué hace- mos? Y con 27 años monté el Universal. La modernidad entonces era que el pinchadis- cos fuera a Londres y comprara cinco discos. Me gusta su sinceridad. El Universal no era Bocaccio con su gauche divine, que si no eras filósofo o arquitecto no entrabas. En el Universal estaban acoda- dos en la barra Quim Monzó, Ferran Adrià cuando hacía tortillas en Castelldefels y polí- ticos que todavía corren por ahí. Pero yo no he sido moderno nunca. Es un alivio oírlo. Modernidad es una palabra que recogieron los políticos hace 20 años y siguen hablando de ciudad moderna. ¿Qué es la modernidad: el edificio Vela de Bofill y el fast food? Si se trata de eso, estoy fuera de órbita. Para mí, moderno es restaurar Santa Maria del Mar. Esa Barcelona inquieta desapareció. Cuando el mejor eslogan del Ayuntamiento es “La millor botiga del món”, yo me voy, no quiero vivir en una botiga. No se ha ido muy lejos. Soy miedoso, me da miedo la noche, los aviones, que me parecen el cáncer contem- poráneo: 30.000 aviones cada día contami- nando el aire, ¿y me dicen que vaya a 80 kiló- metros por hora? Aquí vivimos hiperseñalizados. Hiperseñalizados, hiperreglamentados, hí- per, híper, una manía muy de la izquierda. La de la derecha es la corrupción, casi pre- fiero el modelo italiano, donde roban los ri- cos y los pobres, aquí sólo roban los ricos. ¿Hay más temores? A lo desconocido. De los 16 años a los 30 tuve pánico a las mujeres. ¿Por qué tantos pánicos? Quizá la educación. Los chicos a un lado, las chicas a otro. Abrías el Paris Match y ha- bía hojas arrancadas: los anuncios de ropa interior. Yo estaba constantemente escapan- do de ese núcleo cerrado. A mí me ha sal- vado el mundo de la cultura. Llene de contenido esa palabra. El análisis del mundo y de lo humano a tra- vés de las artes. Pero entiendo su inquietud: hoy el arte está desapareciendo y la creativi- dad está en la ciencia más que en el arte. ¿Qué ha aprendido? A tomarme mi tiempo y a estar cómodo don- de estoy y con quien vivo, pero siempre ten- go cierta incomodidad con las ideologías y pensamientos de ciertos sujetos. ¿Es usted un amigo incómodo? Riño y soy inconformista, pero con cariño. ¿Cómo se ha salvado del narcisismo de este minimundo cultural catalán? Soy introvertido y por tanto poco fatuo. El último trabajo que he hecho, y que se lo he regalado a mis amigos y algún político, es un póster numerado que dice: “Catalunya és una desgràcia, el català un desgraciat”. Provocador. Creo que este país no funciona. Los catala- nes somos cínicos y lo que nos importa es el dinero, nos venderíamos el país por nada, somos nacionalistas de fin de semana: el tor- tell, la sardana, els castellers, pero entre se- mana nos cargamos el país. La autocrítica es sana, pero hay quien no le entenderá. Los vascos, como tienen una lengua muy complicada, han defendido su identidad a través del territorio; en cambio, en Catalu- nya el territorio lo hemos olvidado, está he- cho una porquería, y nuestra identidad se ha construido a través de la lengua. ¿Qué admira? La coherencia y el conocimiento. Y soy un enamorado del huerto. Se me critica por- que creo que todo y todos han de producir, y el huerto es el símbolo de ello. Tengo dos desde hace 30 años, son mi psicólogo perso- nal. Y hay otra palabra importante: complici- dad, que significa respeto. Si he aprendido algo es porque he escuchado mucho. IMA SANCHÍS ROSER VILALLONGA “Si he aprendido algo es porque he escuchado mucho” VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET Tengo 59 años bien usados. Estoy casado y tengo dos hijos y un estudio de diseño. Creo en la democracia, pero no en esta que permite cuatro años de dictadura para que un loco, como Bush, asesine a un pueblo. La religión es un refugio de las dudas, prefiero la espiritualidad Dice lo que piensa y es capaz de reírse de sí mis- mo. Queda claro que no atiende a lo políticamen- te correcto. Virtudes que, junto con el buen diseño y en contra de lo que temen los pelotas del poder, le han permiti- do trabajar con diferen- tes partidos sin que na- die le cortara la mano. “Fui asesor de un conse- ller de Cultura de Con- vergència durante tres años al mismo tiempo que hacía una campaña para Pasqual Maragall, y todos sabían que votaba Iniciativa”. Ahora le dan el premio Nacional de Diseño, le dedican una exposición en el Museo de Arte Moderno de Ce- ret, y será el responsa- ble de la imagen de las fiestas de la Mercè. En su estudio, Cla-se, se ha rodeado de gente joven. Renovarse o morir. Un señor barcelonés Claret Serrahima, diseñador

2010.05.20 si he aprendido algo es porque he escuchado mucho

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JUEVES, 20 MAYO 2010

LA CONTRA

A mí me entusiasma la duda.Incómoda pero fecunda.

Y las crisis, que sirven parareflexionar, diagnosticar yllegar a conclusiones.Una cri-sis matrimonial, por ejem-

plo, es muy sana, se dice todo lo que se tie-ne que decir, y luego decides: si te separas,es que ya era hora; y si no, has hecho un po-co de limpieza.

¿Aplicable a la crisis económica?Sí, pese a que hay gente que lo pasa mal. Yaplicable a la crisis política si sirve para dise-ñar otro modelo de convivencia.

Veo que cree en el ser humano.Creo en las ideologías y capacidades indivi-duales (Martin Luther King, Einstein, Gan-dhi, Jacques Lacan, Goethe...). Desconfíode las ideologías colectivas (Iglesia, milita-res, partidos políticos, familia olímpica...)

¿Sus obsesiones?La cultura, la creatividad y la calidad por en-cima de la cantidad. Esa palabra que usantanto los políticos, progreso, la asocian a lacantidad, los récords, ya sabe: “Hemos con-seguido tantos votos, hemos sido visitadospor tantos turistas”. Y yo les diría: “¿Pero es-tá bien lo que has vendido, es interesante?”.

¿Qué significa ser creativo?Pensar, observar, ser curioso, interesarse.

La creatividad es el resultado de la investiga-ción, nuevas maneras de mirar, de vivir, deexpresar, de curar.

¿Y usted de dónde sale?Deuna familia burguesa pobre de 13 herma-nos, así que amis padres ni los veía.Me hicea mí mismo, esta ciudad me ha educado.

Usted también ha participado en ella.Llegó la democracia y pasamos de la UVI ala habitación 320, y cuando nos dieron el al-ta nos miramos todos y dijimos: ¿qué hace-mos? Y con 27 años monté el Universal. Lamodernidad entonces era que el pinchadis-cos fuera a Londres y comprara cinco discos.

Me gusta su sinceridad.El Universal no era Bocaccio con su gauchedivine, que si no eras filósofo o arquitectono entrabas. En el Universal estaban acoda-dos en la barra Quim Monzó, Ferran Adriàcuandohacía tortillas enCastelldefels y polí-ticos que todavía corren por ahí. Pero yo nohe sido moderno nunca.

Es un alivio oírlo.Modernidad es una palabra que recogieronlos políticos hace 20 años y siguen hablandode ciudadmoderna. ¿Qué es la modernidad:el edificio Vela de Bofill y el fast food? Si setrata de eso, estoy fuera de órbita. Para mí,moderno es restaurar SantaMaria delMar.

Esa Barcelona inquieta desapareció.

Cuando el mejor eslogan del Ayuntamientoes “Lamillor botiga delmón”, yome voy, noquiero vivir en una botiga.

No se ha ido muy lejos.Soy miedoso, me da miedo la noche, losaviones, que me parecen el cáncer contem-poráneo: 30.000 aviones cada día contami-nando el aire, ¿ymedicen que vaya a 80 kiló-metros por hora?

Aquí vivimos hiperseñalizados.Hiperseñalizados, hiperreglamentados, hí-per, híper, una manía muy de la izquierda.La de la derecha es la corrupción, casi pre-fiero el modelo italiano, donde roban los ri-cos y los pobres, aquí sólo roban los ricos.

¿Hay más temores?A lo desconocido. De los 16 años a los 30tuve pánico a las mujeres.

¿Por qué tantos pánicos?Quizá la educación. Los chicos a un lado,las chicas a otro. Abrías elParisMatch y ha-bía hojas arrancadas: los anuncios de ropainterior. Yo estaba constantemente escapan-do de ese núcleo cerrado. A mí me ha sal-vado el mundo de la cultura.

Llene de contenido esa palabra.El análisis del mundo y de lo humano a tra-vés de las artes. Pero entiendo su inquietud:hoy el arte está desapareciendo y la creativi-dad está en la ciencia más que en el arte.

¿Qué ha aprendido?A tomarmemi tiempo y a estar cómododon-de estoy y con quien vivo, pero siempre ten-go cierta incomodidad con las ideologías ypensamientos de ciertos sujetos.

¿Es usted un amigo incómodo?Riño y soy inconformista, pero con cariño.

¿Cómo se ha salvado del narcisismo deeste minimundo cultural catalán?Soy introvertido y por tanto poco fatuo. Elúltimo trabajo que he hecho, y que se lo heregalado a mis amigos y algún político, esun póster numerado que dice: “Catalunyaés una desgràcia, el català un desgraciat”.

Provocador.Creo que este país no funciona. Los catala-nes somos cínicos y lo que nos importa es eldinero, nos venderíamos el país por nada,somos nacionalistas de fin de semana: el tor-tell, la sardana, els castellers, pero entre se-mana nos cargamos el país.

La autocrítica es sana, pero hay quienno le entenderá.Los vascos, como tienen una lengua muycomplicada, han defendido su identidad através del territorio; en cambio, en Catalu-nya el territorio lo hemos olvidado, está he-cho una porquería, y nuestra identidad seha construido a través de la lengua.

¿Qué admira?La coherencia y el conocimiento. Y soy unenamorado del huerto. Se me critica por-que creo que todo y todos han de producir,y el huerto es el símbolo de ello. Tengo dosdesde hace 30 años, sonmi psicólogo perso-nal. Y hay otra palabra importante: complici-dad, que significa respeto. Si he aprendidoalgo es porque he escuchado mucho.

IMA SANCHÍS

ROSER VILALLONGA

“Siheaprendidoalgoesporqueheescuchadomucho”

VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Tengo 59 años bien usados. Estoy casado y tengo dos hijos y un estudio de diseño. Creo en lademocracia, pero no en esta que permite cuatro años de dictadura para que un loco, comoBush, asesine a un pueblo. La religión es un refugio de las dudas, prefiero la espiritualidad

Dice lo que piensa y escapaz de reírse de sí mis-mo. Queda claro que noatiende a lo políticamen-te correcto. Virtudesque, junto con el buendiseño y en contra de loque temen los pelotasdel poder, le han permiti-do trabajar con diferen-tes partidos sin que na-die le cortara la mano.“Fui asesor de un conse-ller de Cultura de Con-vergència durante tresaños al mismo tiempoque hacía una campañapara Pasqual Maragall, ytodos sabían que votabaIniciativa”. Ahora le danel premio Nacional deDiseño, le dedican unaexposición en el Museode Arte Moderno de Ce-ret, y será el responsa-ble de la imagen de lasfiestas de la Mercè. Ensu estudio, Cla-se, se harodeado de gente joven.Renovarse o morir.

Un señor barcelonés

Claret Serrahima,diseñador