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El cuento hispanoamericano contemporáneo De la literatura fantástica a lo real maravilloso

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El cuento hispanoamericano contemporáneo

De la literatura fantástica a lo real maravilloso

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La naturaleza de lo fantástico

1.- Jorge Luis Borges; el gran bibliotecario.

2.- Julio Cortázar; una mirada de ternura hacia el hombre.

3.- Gabriel García Márquez; la pasión de contar

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  Jorge Luis Borges: el gran bibliotecario y su literatura conjetural.

Selección de cuentos de Ficciones (1941):“Pierre Menard, autor del Quijote”, “La lotería en Babilonia”, El milagro secreto”, “El sur”.

 Julio Cortázar: Humor, juego y amor en un mundo caleidoscópico.

Selección de cuentos: “La autopista del sur”, “La señorita Cora”, “La isla a mediodía”, “La flor amarilla”, “El perseguidor”, Historia de cronopios y de famas”

 Gabriel García Márquez: el tratamiento del tiempo inalterable a en un sistema de círculos mágicos.

Selección de cuentos: Un señor muy viejo con alas enormes”; “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada”.

Teorías de lo fantástico y de lo real maravilloso.

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Jorge Luis Borges• POESIA

Fervor de Buenos Aires (1923) Luna de enfrente (1925) Cuaderno San Martín (1929) Poemas (1923-1943) El hacedor (1960) Para las seis cuerdas (1967) El otro, el mismo (1969) Elogio de la sombra (1969) El oro de los tigres (1972) La rosa profunda (1975) Obra poética (1923-1976) La moneda de hierro (1976) Historia de la noche (1976) La cifra (1981) Los conjurados (1985)

• ENSAYOS

Inquisiciones (1925) El tamaño de mi esperanza (1926) El idioma de los argentinos (1928) Evaristo Carriego (1930) Discusión (1932) Historia de la eternidad (1936) Aspectos de la poesía gauchesca (1950) Otras inquisiciones (1952) El congreso (1971) Libro de sueños (1976)

• CUENTOS El jardín de senderos que se bifurcan (1941) Ficciones (1944) El Aleph (1949) La muerte y la brújula (1951) El informe Brodie (1970) El libro de arena (1975)  No clasificados Historia universal de la infamia (1935) El libro de los seres imaginarios (1968) Atlas (1985)

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Bibliotecas, Eterno Retorno, Laberintos y Mitologías. • Duplicaciones,

fotografías, traducciones, manuscritos y obras impresas, cuadros, espejos, réplicas, superficies pulidas, hacen su papel de dobles.

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Conceptos borgeanos • En cambio, yo elijo una época

un poco lejana, un lugar un poco lejano; y eso me da libertad, y ya puedo fantasear o falsificar, incluso. Puedo mentir sin que nadie se dé cuenta, y sobre todo, sin que yo mismo me dé cuenta, ya que es necesario que el escritor que escribe una fábula por fantástica que sea crea, por el momento, en la realidad de la fábula. 

• [Jorge Luis Borges, Cómo nace un texto (fragmento)].

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La memoria

En efecto, Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido e imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez.Los dos proyectos que he indicado (un vocabulario infinito para la serie natural de los números, un inútil catálogo mental de todas las imágenes del recuerdo) son insensatos, pero revelan cierta balbuciente grandeza. Nos dejan vislumbrar o inferir el vertiginoso mundo de Funes. Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas.• Tomado de «Funes el memorioso», en Ficciones, Obras

Completas,Buenos Aires, Emecé, 1989, vol. I, pág. 489-490.

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El milagro secreto

El universo físico se detuvo.Las armas convergían sobre Hladík, pero los hombres que iban a matarlo estaban inmóviles. El brazo del sargento eternizaba un ademán inconcluso. En una baldosa del patio una abeja proyectaba una sombra fija. El viento había cesado, como en un cuadro. Hladík ensayó un grito, una sílaba, la torsión de una mano. Comprendió que estaba paralizado. No le llegaba ni el más tenue rumor del impedido mundo. Pensó estoy en el infierno, estoy muerto. Pensó estoy loco. Pensó el tiempo se ha detenido. Luego reflexionó que en tal caso, también se hubiera detenido su pensamiento. Quiso ponerlo a prueba: repitió (sin mover los labios) la misteriosa cuarta égloga de Virgilio. Imaginó que los ya remotos soldados compartían su angustia: anheló comunicarse con ellos. Le asombró no sentir ninguna fatiga, ni siquiera el vértigo de su larga inmovilidad. Durmió, al cabo de un plazo indeterminado. Al despertar, el mundo seguía inmóvil y sordo. En su mejilla perduraba la gota de agua; en el patio, la sombra de la abeja; el humo del cigarrillo que había tirado no acababa nunca de dispersarse. Otro "día" pasó, antes que Hladík entendiera.

Un año entero había solicitado de Dios para terminar su labor: un año le otorgaba su omnipotencia. Dios operaba para él un milagro secreto: lo mataría el plomo alemán, en la hora determinada, pero en su mente un año transcurría entre la orden y la ejecución de la orden. De la perplejidad pasó al estupor, del estupor a la resignación, de la resignación a la súbita gratitud.

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Pierre Menard, autor del Quijote

Es una revelación cotejar el Don Quijote de Menard con el de Cervantes. Éste, por ejemplo, escribió (Don Quijote, primera parte, noveno capítulo,):

... la verdad cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.

Redactada en el siglo XVII, redactada por el «ingenio lego» Cervantes, esa enumeración es un mero elogio retórico de la historia. Menard, en cambio, escribe:

... la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.

La historia, madre de la verdad; la idea es asombrosa. Menard, contemporáneo de William James, no define la historia como una indagación de la realidad sino como su origen. La verdad histórica, para él, no es lo que sucedió; es lo que juzgamos que sucedió. Las cláusulas finales —ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir— son descaradamente pragmáticas.

          También es vívido el contraste de los estilos. El estilo arcaizante de Menard —extranjero al fin— adolece de alguna afectación. No así el del precursor, que maneja con desenfado el español corriente de su época.

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La lotería en Babilonia• Naturalmente, esas «loterías» fracasaron. Su virtud moral era nula. No se dirigían a

todas las facultades del hombre: únicamente a su esperanza. Ante la indiferencia pública, los mercaderes que fundaron esas loterías venales comenzaron a perder el dinero. Alguien ensayó una reforma: la interpolación de unas pocas suertes adversas en el censo de números favorables. Mediante esa reforma, los compradores de rectángulos numerados corrían el doble albur de ganar una suma y de pagar una multa a veces cuantiosa. Ese leve peligro (por cada treinta números favorables había un número aciago) despertó, como es natural, el interés del público. Los babilonios se entregaron al juego. El que no adquiría suertes era considerado un pusilánime, un apocado. Con el tiempo, ese desdén justificado se duplicó. Era despreciado el que no jugaba, pero también eran despreciados los perdedores que abonaban la multa. La Compañía (así empezó a llamársela entonces) tuvo que velar por los ganadores, que no podían cobrar los premios si faltaba en las cajas el importe casi total de las multas. Entabló una demanda a los perdedores: el juez los condenó a pagar la multa original y las costas o a unos días de cárcel. Todos optaron por la cárcel, para defraudar a la Compañía. De esa bravata de unos pocos nace el todopoder de la Compañía: su valor eclesiástico, metafísico.

• Imaginemos un primer sorteo, que dicta la muerte de un hombre. Para su cumplimiento se procede a un otro sorteo, que propone (digamos) nueve ejecutores posibles. De esos ejecutores, cuatro pueden iniciar un tercer sorteo que dirá el nombre del verdugo, dos pueden reemplazar la orden adversa por una orden feliz (el encuentro de un tesoro, digamos), otro exacerbará la muerte (es decir la hará infame o la enriquecerá de torturas), otros pueden negarse a cumplirla... Tal es el esquema simbólico. En la realidad el número de sorteos es infinito. Ninguna decisión es final, todas se ramifican en otras.

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…era como si el Sur hubiera resuelto que Dahlmann

acepte el duelo

El Sur (1953)

«Vida y muerte le han faltado a mi vida»

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1.1.- Jorge Luis Borges; el gran bibliotecario.

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Situación del intelectual latinoamericano

• ”

“JUEGO Y COMPROMISO POLÍTICO

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Entre sus obras:  

• Los Reyes (1949) • Bestiario (1951) • Final de Juego (1956)

– Continuidad de los parques – No se culpe a nadie

• Las armas secretas (1959) • Los premios (1960) • Historias de Cronopios y de Famas (1962)

– Instrucciones para subir una escalera – Historias de Cronopios y de Famas – Conducta en los velorios

• Rayuela (1963) • del capítulo 7 • del capítulo 68 • Todos los fuegos el fuego (1966) • La vuelta al día en ochenta mundos (1967)

– la máquina para leer Rayuela y otras historias • 62/Modelo para armar (1968) • Último round (1969) • La prosa del Observatorio (1972) • Libro de Manuel (1973) • Octaedro (1974) • Alguien anda por ahí (1977) • Territorios (1978) • Un tal Lucas (1979)

– Lucas, sus pudores • Quremos tanto a Glenda (1980) • Deshoras (1982) • Nicaragua tan violentamente dulce (1983) • Los autonautas de la cosmopista (1983, escrito con Carol

Dunlop) • Divertimento (1986) • El Examen (1986) • Diario de Andrés Fava (1995) • Adiós Robinson (1995)

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El gran cronopio•    Julio Cortázar nació en Bruselas el 26 de Agosto de 1914, de padres

argentinos. Llegó a la Argentina a los cuatro años. Paso la infancia en Bánfield, se graduó como maestro de escuela e inició estudios en la Universidad de Buenos Aires, los que debió abandonar por razones económicas. Trabajó en varios pueblos del interior del país. Enseño en la Universidad de Cuyo y renunció a su cargo por desavenencias con el peronismo. En 1951 se alejó de nuestro país y desde entonces trabajó como traductor independiente de la Unesco, en París, viajando constantemente dentro y fuera de Europa. En 1938 publicó, con el seudónimo Julio Denis, el librito de sonetos ("muy mallarmeanos", dijo después el mismo) Presencia. En 1949 aparece su obra dramática Los reyes. Apenas dos anos después, en 1951, publica Bestiario: ya surge el Cortázar deslumbrante por su fantasía y su revelación de mundos nuevos que irán enriqueciéndose en su obra futura: los inolvidables tomos de relatos, los libros que desbordan toda categoría genérica (poemas-cuentos-ensayos a la vez), las grandes novelas: Lospremios (1960), Rayuela (1963), 62/Modelo para armar (1968), Libro de Manuel (1973). El refinamiento literario de Julio Cortázar, sus lecturas casi inabarcables, su incesante fervor por la causa social, hacen de él una figura de deslumbrante riqueza, constituida por pasiones a veces encontradas, pero siempre asumidas con él mismo, genuino ardor. Julio Cortazar murió en 1984 pero su paso por el mundo seguirá suscitando el fervor de quienes conocieron su vida y su obra.

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Historias de Cronopios

y de Famas 

Viajes Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.    Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de "Alegría de los famas".Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.    Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan.

 

                   

                   

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Comercio   •   Los famas habían puesto una fábrica de mangueras, y emplearon a numerosos

cronopios para el enrollado y depósito. Apenas los cronopios estuvieron en el lugar del hecho, una grandísima alegría. Había mangueras verdes, rojas, azules, amarillas y violetas. Eran transparentes y al ensayarlas se veía correr el agua con todas sus burbujas y a veces un sorprendido insecto. Los cronopios empezaron a lanzar grandes gritos, y querían bailar tregua y bailar catala en vez de trabajar. Los famas se enfurecieron y aplicaron en seguida los artículos 21, 22 y 23 del reglamento interno. A fin de evitar la repetición de tales hechos.    Como los famas son muy descuidados, los cronopios esperaron circunstancias favorables y cargaron muchísimas mangueras en un camión. Cuando encontraban una niña, cortaban un pedazo de manguera azul y se la obsequiaban para que pudiese saltar a la manguera. Así en todas las esquinas se vieron nacer bellísimas burbujas azules transparentes, con una niña adentro que parecía una ardilla en su jaula. Los padres de la niña aspiraban a quitarle la manguera para regar el jardín, pero se supo que los astutos cronopios las habían pinchado de modo que el agua se hacía pedazos en ellas y no servía para nada. Al final los padres se cansaban y la niña iba a la esquina y saltaba y saltaba.    Con las mangueras amarillas los cronopios adornaron diversos monumentos, y con las mangueras verdes tendieron trampas al modo africano en pleno rosedal, para ver cómo las esperanzas caían una a una. Alrededor de las esperanzas caídas los cronopios bailaban tregua y bailaban catala, y las esperanzas les reprochaban su acción diciendo así:    ¡Crueles cronopios cruentos!. ¡Crueles!    Los cronopios, que no deseaban ningún mal a las esperanzas, las ayudaban a levantarse y les regalaban pedazos de manguera roja. Así las esperanzas pudieron ir a sus casas y cumplir el más intenso de sus anhelos: regar los jardines verdes con mangueras rojas.    Los famas cerraron la fábrica y dieron un banquete lleno de discursos fúnebres y camareros que servían el pescado en medio de grandes suspiros. Y no invitaron a ningún cronopio, y solamente a las esperanzas que no habían caído en las trampas del rosedal, porque las otras se habían quedado con pedazos de manguera y los famas estaban enojados con esas esperanzas.

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El almuerzo

•     No sin trabajo un cronopio llegó a establecer un termómetro de vidas. Algo entre termómetro y topómetro, entre fichero y curriculum vitae.    Por ejemplo, el cronopio en su casa recibía a un fama, una esperanza y un profesor de lenguas. Aplicando sus descubrimientos estableció que el fama era infra-vida, la esperanza para-vida, y el profesor de lenguas inter-vida. En cuanto al cronopio mismo, se consideraba ligeramente super-vida, pero más por poesía que por verdad. A la hora del almuerzo este cronopio gozaba en oír hablar a sus contertulios, porque todos creían estar refiriéndose a las mismas cosas y no era así. La inter-vida manejaba abstracciones tales como espíritu y conciencia, que la para-vida escuchaba como quien oye llover tarea delicada. Por supuesto la infra-vida pedía a cada instante el queso rallado, y la super-vida trinchaba el pollo en cuarenta y dos movimientos, método Stanley-Fitzsmmons. A los postres las vidas se saludaban y se iban a sus ocupaciones, y en la mesa quedaban solamente pedacitos sueltos de la muerte.

 

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Inconvenientes en los servicios

públicos

•     Vea lo que pasa cuando se confía en los cronopios. Apenas lo habían nombrado Director General de Radiodifusión, este cronopio llamó a unos traductores de la calle San Martín y les hizo traducir todos los textos, avisos y canciones al rumano, lengua no muy popular en la Argentina.    A las ocho de la mañana los famas empezaron a encender sus receptores, deseosos de escuchar los boletines así como los anuncios del Geniol y del Aceite Cocinero que es de todos el primero. Y los escucharon, pero en rumano, de modo que solamente entendían la marca del producto. Profundamente asombrados, los famas sacudían los receptores pero todo seguía en rumano, hasta el tango Esta noche me emborracho, y el teléfono de la Dirección General de Radiodifusión estaba atendido por una señorita que contestaba en rumano a las clamorosas reclamaciones, con lo cual se fomentaba una confusión padre.    Enterado de esto el Superior Gobierno mandó fusilar al cronopio que así mancillaba las tradiciones de la patria. Por desgracia el pelotón estaba formado por cronopios conscriptos, que en vez de tirar sobre el ex Director General lo hicieron sobre la muchedumbre congregada en la Plaza de Mayo, con tan buena puntería que bajaron a seis oficiales de marina y a un farmacéutico. Acudió un pelotón de famas, el cronopio fue debidamente fusilado, y en su reemplazo se designó a un distinguido autor de canciones folklóricas y de un ensayo sobre la materia gris. Este fama restableció el idioma nacional en la radiotelefonía, pero pasó que los famas habían perdido la confianza y casi no encendían los receptores. Muchos famas, pesimistas por naturaleza, habían comprado diccionarios y manuales de rumano, así como vidas del rey Carol y de la señora Lupescu. El rumano se puso de moda a pesar de la cólera del Superior Gobierno, y a la tumba del cronopio iban furtivamente delegaciones que dejaban caer sus lágrimas y sus tarjetas donde proliferaban nombres conocidos en Bucarest, ciudad de filatelistas y atentados.

 

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La señorita Cora

• Se quedó dormido un buen rato, a las ocho calculé que el doctor De Luisi no tardaría y lo desperté para tomarle la temperatura. Tenía mejor cara y le había hecho bien dormir. Apenas vio el termómetro sacó una mano fuera de las cobijas, pero le dije que se estuviera quieto. No quería mirarlo en los ojos para que no sufriera pero lo mismo se puso colorado y empezó a decir que él podía muy bien solo. No le hice caso, claro, pero estaba tan tenso el pobre que no me quedó más remedio que decirle: "Vamos, Pablo, ya sos un hombrecito, no te vas a poner así cada vez, verdad?" Es lo de siempre, con esa debilidad no pudo contener las lágrimas; haciéndome la que no me daba cuenta anoté la temperatura y me fui a prepararle la inyección. Cuando volvió yo me había secado los ojos con la sábana y tenía tanta rabia contra mí mismo que hubiera dado cualquier cosa por poder hablar, decirle que no me importaba, que en realidad no me importaba pero que no lo podía impedir. "Esto no duele nada", me dijo con la jeringa en la mano. "Es para que duermas bien toda la noche." Me destapó y otra vez sentí que me subía la sangre a la cara, pero ella se sonrió un poco y empezó a frotarme el muslo con un algodón mojado. "No duele nada", le dije porque algo tenía que decirle, no podía ser que me quedara así mientras ella me estaba mirando. "Ya ves", me dijo sacando la aguja y frotándome con el algodón. "Ya ves que no duele nada. Nada te tiene que doler, Pablito." Me tapó y me pasó la mano por la cara. Yo cerré los ojos y hubiera querido estar muerto, estar muerto y que ella me pasara la mano por la cara, llorando.

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La flor amarilla

• —Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces... Usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, no habría absolutamente nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor. El fósforo encendido me abrasó los dedos. En la plaza salté a un autobús que iba a cualquier lado y me puse absurdamente a mirar, a mirar todo lo que se veía en la calle y todo lo que había en el autobús. Cuando llegamos al término mino, bajé y subí a otro autobús que llevaba a los suburbios. Toda la tarde, hasta entrada la noche, subí y bajé de los autobuses pensando en la flor y en Luc, buscando entre los pasajeros a alguien que se pareciera a Luc, a alguien que se pareciera a mí o a Luc, a alguien que pudiera ser yo otra vez, a alguien a quien mirar sabiendo que era yo, y luego dejarlo irse sin decirle nada, casi protegiéndolo para que siguiera por su pobre vida estúpida, su imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra...         Pagué.

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La autopista del Sur• En alguna de esas noches heladas el

ingeniero oyó llorar ahogadamente a la muchacha del Dauphine. Sin hacer ruido, abrió poco a poco la portezuela y tanteó en la sombra hasta rozar una mejilla mojada. Casi sin resonancia la chica se dejó atraer al 404; el ingeniero la ayudó a tenderse en la cucheta, la abrigó con la única manta y le echó encima su gabardina. La oscuridad era más densa en el coche ambulancia, con sus ventanillas tapadas por las lomas de la rienda. En algún momento el ingeniero bajó los dos parasoles y colgó de ellos su camisa y un pulóver para aislar completamente el auto. Hacia el amanecer ella le dijo al oído que antes de empezar a llorar había creído ver a lo lejos, sobre la derecha, las luces de una ciudad.

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La autopista del sur

• No se podía hacer otra cosa que abandonarse a la marcha, adaptarse mecánicamente a la velocidad de los autos que lo rodeaban, no pensar.

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 -Cronopios, Famas y Esperanzas:  -El estilo:

• Prosa coloquial, afectiva y perturbadora. -Temas predilectos:

• La subversión de lo real inmediato. • El humanismo liberador. • El tiempo externo e interno.

 -Literatura Fantástica en Cortázar.

• El lector activo: viaje al mundo de los destiempos y desespacios.

2.- Julio Cortázar; en busca de la identidad.

Una mirada de ternura hacia el ser humano

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En lo cotidiano y lo maravilloso

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• La hojarasca (1955) • Entre cachacos. Notas de prensa, 2 (1954-1955) • El coronel no tiene quien le escriba (1961) • La mala hora (1962) • Los funerales de la Mamá Grande (1962) • Cien años de soledad (1967) • La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela

desalmada (1972)

• Cuando era feliz e indocumentado (1973) • El otoño del patriarca (1975) • Operación Carlota (1977) • Crónica de una muerte anunciada (1981) • El olor de la guayaba (1982) • Notas de prensa (1961-1984) • El amor en los tiempos del cólera (1985) • El general en su laberinto (1989) • Doce cuentos peregrinos (1992) • Del amor y otros demonios (1994) • La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile (1995) • Noticia de un secuestro (1996) • Me alquilo para soñar (1997) • Cómo se cuenta un cuento: taller de guión • La bendita manía de contar • Obra periodística completa (1999) • Vivir para contarla (2002 - Memorias) • Memoria de mis putas tristes (2004)

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Un mundo mágico

• “Quise dejar constancia poética del mundo de mi infancia, que transcurrió en un casa grande, muy triste, con una hermana que comía tierra y una abuela que adivinaba el porvenir, y numerosos parientes de nombres iguales que nunca hicieron mucha distinción entre la felicidad y la demencia”.

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EL AMOR

• «El amor en las novelas de García Márquez es un lugar de desorden, que se sitúa fuera del control racional. Por esta razón es el blanco principal del control social. Una y otra vez, en donde el amor disuelve las estructuras de la organización, se llega solamente a recapturarla por un deseo incestuoso o de alguna forma improductiva, mediante imágenes fatalistas o entrópicas, o mediante rituales de nostalgia»

» William Rowe. «Gabriel García Márquez, la máquina de la Historia»,en Quimera, 14-15, edición latinoamericana,Bogotá (febrero-abril 1992), pp. 12-20.

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Acerca de la irrealidad • «El arrollador éxito de Cien años de soledad tuvo motivaciones opuestas en América Latina y en Europa. Nosotros quedamos fascinados por la posibilidad de fugarnos a un luminoso mundo de ensueño; y también nos gustó creer que ese mundo era fruto de la desenfrenada fantasía de un autor genial: el lector latinoamericano, en cambio, sabía que no son fruto de la fantasía de un novelista las antiguas ciudades coloniales de la sierra (...) sabía que efectivamente la hierba crece a ojos vista, hasta el punto de que casi “se oye el ruido que hace” (...) Sabía que los árboles genealógicos son retorcidos como los mangles, cuyas ramas, en un mar de fango conquistado al océano, se tienden para transformarse en raices. A los ojos del lector coterráneo, nada de lo que Márquez escribía podía considerarse original. (...) y su palabra, más que escrita (pensada en calidad de tal), es, sencillamente, transcrita: es una palabra que mantiene el calor de la voz que relata.»

Francesco Varanini. «De la tradición popular al Nescafé o sobre la rendición de Gabriel García Márquez a los modelos de la novela europea», en Viaje literario por América Latina, Barcelona: El Acantilado, 2000, pp. 45-47.

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La soledad• «Ella se arrodilló frente al catre. El

senador la siguió escrutando, pensativo, y mientras le zafaba los cordones se preguntó de cuál de los dos sería la mala suerte de aquel encuentro.Eres una criatura —dijo.No crea —dijo ella—. Voy a cumplir 19 en abril.El senador se interesó:¿Qué día?El once —dijo ella.El senador se sintió mejor. “Somos Aries”, dijo. Y agregó sonriendo:Es el signo de la soledad.»

– Gabriel García Márquez. «Muerte constante más allá del amor»,en La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira yde su abuela desalmada, Barcelona: Barral, 1972, p. 67.

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Acerca de la muerte • «El tema de la muerte domina toda la obra

narrativa de García Márquez, desde sus primeros relatos (...) La obsesión por el mundo de los muertos en Márquez tiene unas raíces culturales y personales bastante bien definidas desde la infancia. (...) propone dos tipos de miradas: la del mundo real hacia el vacío de la muerte, y la del mundo de los muertos, mas real en ocasiones que la primera...»

» Ángel de Esteban del Campo. «La muerte en los Doce cuentosperegrinos» en Cuadernos Hispanoamericanos, 539-40,

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El honor y la venganza

• «Ángela Vicario, la hermosa muchacha que se había casado el día anterior, había sido devuelta a la casa de sus padres, porque el esposo encontró que no era virgen (...) “Pero por más que volteaban el cuento al derecho y al revés, nadie podía explicarme cómo fue que el pobre Santiago Nasar terminó comprometido en semejante enredo”. Lo único que sabían con seguridad era que los hermanos de Ángela Vicario lo estaban esperando para matarlo.»

Gabriel García Márquez. Crónica de una muerte anunciada,Madrid: Mondadori, 1987, p. 27.

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Acerca del tiempo• «Se diría, pues, que el tiempo es la materia significante del relato:

en primer lugar, todo el tiempo ha transcurrido, y en este libro del tiempo pasado el futuro anticipado abre una nueva inserción (...) Lo temporal está hecho de representaciones que lo naturalizan. Lo vemos en los calendarios y en las cronologías, pero también en la causalidad de lo sucedáneo y en el árbol de la descendencia, la genealogía (...) si el tiempo cíclico abre los lugares del espectáculo, como un significante que ensaya distintos significados en diferentes contextos, ¿qué ocurre con el tiempo lineal, el cronológico? Sobre estas dos líneas está armado el relato, sobre la vuelta (el ritmo, la repetición) y sobre la disolución (el progreso, el deterioro). Ocurre que el relato hace encarnar, literalmente, al tiempo en el linaje: la temporalidad es aquí, como en las Crónicas bíblicas, la genealogía.»

» Julio Ortega. «La risa de la tribu» en Nueva Revistade Filología Hispánica, 2, XXXIII, México (1984),p. 406 y 408 (sobre Cien años de soledad).

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Acerca de la historia• «Los años setenta vieron el principio del fin de las

utopías construidas en la década precedente. Las difíciles circunstancias políticas y económicas, y tal vez el agotamiento de las fórmulas literarias de los años anteriores, determinaron un proceso que paulatinamente llevó a los narradores a enfrentarse con la realidad de América Latina, a abandonar el mito para acercarse a la historia, no sin dejar en evidencia que la fantasía podía ser utilizada también para ocultar las carencias y justificar las derrotas.»

» Teodosio Fernández. «García Márquez, mito e historia de nuestro tiempo» en GGM, Testimonio sobre su vida, ensayos sobre su obra, Bogotá: Siglo del Hombre Editores, 1992, p. 108.

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La pasión• «Aun en las pausas del

amor permanecían desnudos con las ventanas abiertas (...) Cuando los padres de Nena Daconte regresaron a la casa, ellos habían progresado tanto en el amor que ya no les alcanzaba el mundo para otra cosa, y lo hacían a cualquier hora y en cualquier parte, tratando de inventarlo otra vez cada vez que lo hacían...»

– Gabriel García Márquez. «El rastro de tu sangre en la nieve»,en Doce cuentos peregrinos, Madrid: Mondadori, 1992, p. 223

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El humor• «Otro elemento nuevo en esta ficción (en la realidad

ficticia) es el humor. Aparece como antídoto de fuerzas que, sin él, ahogarían la vivencia, impedirían que la historia tuviera poder de persuasión. La maestría con que el humor es usado en el relato es tan grande como la importancia estilística que este componente tiene en la ficción: sin él, o más bien, sin su forma particular de humor, El coronel no tiene quien le escriba, sería, por su severo realismo, una historia “irreal”.»

• Mario Vargas Llosa. García Márquez: Historia de un deicidio,Barcelona: Barral Editores, 1971, p. 329.

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El poder• «...aprendió a vivir con esas y

otras miserias de la gloria a medida que descubría en el transcurso de sus años incontables que la mentira es más cómoda que la duda, más útil que el amor, más perdurable que la verdad, había llegado sin asombro a la ficción de ignominia de manda sin poder, de ser exaltado sin gloria y de ser obedecido sin autoridad...»

Gabriel García Márquez. El otoño del patriarca,Barcelona: Mondadori, 1999, p. 297.

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3.- Gabriel García Márquez; la pasión de contar

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Los Orígenes familiares

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EL ABOLENGO“Página para recordar al coronel

Suárez, vencedor de Junín”

Su bisnieto escribe estos versos y una tácita voz desde lo antiguo de la sangre le llega:

-Qué importa mi batalla de Junín si es una gloriosa memoria,

Una fecha que se aprende para un examen o un lugar en el atlas.

La batalla es eterna y puede prescindir de la pompa

De visibles ejércitos con clarines;Junín son dos civiles que en una esquina

maldicen a un tirano;O un hombre oscuro que se muere en la

cárcel.Semblanza del coronel Manuel Isidoro Suárez, héroe de Junín

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“Los Cortázar”

Qué familia, hermano,Ni un abuelo comodoro, ni una cargaDecaBalleRia,Nada, ni un cura ilustre, un chorro,Nadie en los nombres de las calles,Nadie en las estampillas,Minga de rango,Minga de abolengo,Nadie por quien ponerse melancólicoEn las estancias de los otros,Nadie que esté parado en mi apellidoY exija de la estirpeLa pudorosa relación: “Aquel Cortázar,Amigo de las Heras…” Ma qué Heras,No tuvimos a nadie, ni siquiera en las Heras (la PenitenciaríaQue ya tampoco existe, me contaron).

Compadrón II

Póker

Minnesota

Qué suerte tienen los caballos: Escritor

Se viene

Chela

Marinera

Y así consecutivamente.

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Los abuelos• De esos primeros ocho años de

“infancia prodigiosa” surge lo esencial del universo narrativo y mítico de García Márquez, hasta el punto de que, con alguna exageración, ha llegado a decir: “Después todo me resultó bastante plano: crecer, estudiar, viajar... nada de eso me llamó la atención. Desde entonces no me ha pasado nada interesante”. Lo que sí es cierto es que los recuerdos de su familia y de su infancia, el abuelo como prototipo del patriarca familiar, la abuela como modelo de las “mamas grandes” civilizadoras, la vivacidad del lenguaje campesino, la natural convivencia con lo mágico... aparecerán, transfigurados por la ficción, en muchas de sus obras ( La hojarasca, Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera ...) y el mundo caribeño, desmesurado y fantasmal de Aracataca se transformará en Macondo, que en realidad era el nombre de una de las muchas fincas bananeras del lugar y que según unos alude “a un árbol que no sirve pa un carajo” y según otros “a una milagrosa planta capaz de cicatrizar heridas”.

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Jorge Luis Borges; el gran bibliotecario.

Julio Cortázar; en busca de la identidad.

Gabriel García Márquez; la pasión de contar

Originalidad

El estilo

Temas predilectos

Literatura Fantástica

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Jorge Luis Borges; el gran bibliotecario.

Julio Cortázar; en busca de la identidad.

Gabriel García Márquez; la pasión de contar

Originalidad La búsqueda de lo

excepcional e insólito. Una mirada de ternura hacia el Hombre. Cronopios, Famas y Esperanzas

"La soledad humana, fuente de todos los espejismos y de todas las pesadillas."

El estilo Prosa desnuda y sutil ironía.

Prosa coloquial, afectiva y perturbadora.

Renovación del lenguaje narrativo; el terreno imaginario

Temas predilectos

La visión de la realidad como un laberinto.El destino del Hombre y de la Civilización. El Tiempo mítico en Borges.

La subversión de lo real inmediato. El humanismo liberador. El tiempo externo e interno.

Las fuerzas sobrenaturales, mágicas, y el amor en la realidad cotidiana de la violencia.El tiempo cíclico.

Literatura Fantástica

El lector activo: La escritura como fuente de reflexión, de sorpresa y de goce.

El lector activo: viaje al mundo de los destiempos y desespacios.

La técnica de lo real maravilloso. El lector cómplice.