33
Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores 1 LA ANTROPOLOGÍA DE LA POLICÍA COMO ANTROPOLOGÍA PÚBLICA 1 Traducción del Mg. Cte My (R) Carlos Guillermo Blanco Paul Mutsaers Universidad de Tilburg Jennie Simpson Servicio de Salud Mental y Abuso de Sustancias Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. Kevin Karpiak Universidad de Michigan Oriental (Eastern Michigan University) Una serie de eventos ampliamente mediatizados ha traído el tema de la violencia de la policía a la vanguardia de conversación pública en los Estados Unidos. El más reciente de ellos se ha centrado en torno a la muerte de los ciudadanos afroamericanos en Ferguson, Missouri; Staten Island, Nueva York; y Cleveland, Ohio; y se extienden hacia atrás, al menos, a eventos similares que implican la muerte de Trayvon Martin en Florida (Karpiak 2013a), así como Oscar Grant en California (Taylor 2013) 2 . Se podría trazar esta preocupación con la controvertida cuestión de la violencia de la policía a través del movimiento # Ocupar, con su imagen duradera del "policía del espray de pimienta" o hacia afuera a los enfrentamientos con la "Primavera Árabe" (que, cabe recordar, comenzó como una respuesta desesperada al acoso policial) y otros movimientos de protesta en Francia, Turquía, Venezuela, Hong Kong y Brasil, todo lo cual tampoco se inició con, o se relaciona centralmente con, las cuestiones del servicio se policía. Paralelamente con esas conversaciones públicas, los años recientes han testimoniado la emergencia de un cuerpo de estudios académicos que pudiera haber sido apropiadamente llamado una "antropología del servicio de policía" (cf. Garriott 2013; Jáuregui 2013; Mutsaers 2014a), mucho del cual ha sido centrado en torno al blog 3 Anthropoliteia. 1 Publicado en: American Anthropologist, Vol. 000, No. 0, pp. 1–4, ISSN 0002-7294, online ISSN 1548-1433. © 2015 by the American Anthropological Association. All rights reserved. DOI: 10.1111/aman.12372. Traducción del Mg. Cte My (R) Carlos Guillermo Blanco. 2 Para obtener respuestas antropológicas a estos eventos más recientes, ver Bonilla y Rosa 2015 y especialmente los ejemplares de septiembre de 2014 y enero de 2015 de Anthropology News, así como la serie Anthropoliteia "#Ferguson&Elsewhere". 3 Ver http://www.anthropoliteia.net.

Antropología de la Policía

  • Upload
    iugna

  • View
    103

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

1

LA ANTROPOLOGÍA DE LA POLICÍA COMO ANTROPOLOGÍA PÚBLICA 1 Traducción del Mg. Cte My (R) Carlos Guillermo Blanco

Paul Mutsaers

Universidad de Tilburg

Jennie Simpson

Servicio de Salud Mental y Abuso de Sustancias Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU.

Kevin Karpiak

Universidad de Michigan Oriental (Eastern Michigan University) Una serie de eventos ampliamente mediatizados ha traído el tema de la violencia de la policía a la vanguardia de conversación pública en los Estados Unidos. El más reciente de ellos se ha centrado en torno a la muerte de los ciudadanos afroamericanos en Ferguson, Missouri; Staten Island, Nueva York; y Cleveland, Ohio; y se extienden hacia atrás, al menos, a eventos similares que implican la muerte de Trayvon Martin en Florida (Karpiak 2013a), así como Oscar Grant en California (Taylor 2013)2. Se podría trazar esta preocupación con la controvertida cuestión de la violencia de la policía a través del movimiento # Ocupar, con su imagen duradera del "policía del espray de pimienta" o hacia afuera a los enfrentamientos con la "Primavera Árabe" (que, cabe recordar, comenzó como una respuesta desesperada al acoso policial) y otros movimientos de protesta en Francia, Turquía, Venezuela, Hong Kong y Brasil, todo lo cual tampoco se inició con, o se relaciona centralmente con, las cuestiones del servicio se policía. Paralelamente con esas conversaciones públicas, los años recientes han testimoniado la emergencia de un cuerpo de estudios académicos que pudiera haber sido apropiadamente llamado una "antropología del servicio de policía" (cf. Garriott 2013; Jáuregui 2013; Mutsaers 2014a), mucho del cual ha sido centrado en torno al blog3 Anthropoliteia.

1 Publicado en: American Anthropologist, Vol. 000, No. 0, pp. 1–4, ISSN 0002-7294, online ISSN 1548-1433. © 2015 by the American Anthropological Association. All rights reserved. DOI: 10.1111/aman.12372. Traducción del Mg. Cte My (R) Carlos Guillermo Blanco. 2 Para obtener respuestas antropológicas a estos eventos más recientes, ver Bonilla y Rosa 2015 y especialmente los ejemplares de septiembre de 2014 y enero de 2015 de Anthropology News, así como la serie Anthropoliteia "#Ferguson&Elsewhere". 3 Ver http://www.anthropoliteia.net.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

2

Este foro, junto con el ímpetu acumulado de los eventos descritos con anterioridad, han provisto la oportunidad de colocar las discusiones del servicio de policía de lleno dentro de lo que ha se va vuelto conocido más generalmente como "antropología pública". Por lo tanto, vemos la posibilidad de alinear un cuerpo naciente del trabajo antropológico sobre el servicio de policía con llamadas paralelas a comprometerse con las preocupaciones del público (Fassin 2013). En esta pieza, primero reflexionamos sobre la antropología de la policía como un nuevo sub-campo emergente y entonces presentamos nuestro propio trabajo reciente de una manera que sitúa una antropología de la policía en el contexto de la antropología pública. ANTROPOLOGÍA PÚBLICA. Dos preocupaciones de larga data -por un lado, reconocer nuestras obligaciones éticas hacia las comunidades que estudiamos, y por el otro, asegurar que el conocimiento que se crea con ellos circule de manera productiva-, han desarrollado una "antropología pública" que ha sido beneficiosa para la disciplina en al menos cuatro maneras.4 Primero, cada vez más estamos "produciendo antropologías" que son accesibles a un público más amplio porque no están "encubiertos con la prosa más gruesa" (MacClancy 2002: 4). Un texto adornado con jerga tiene poco atractivo extra-académico, y muchos de nosotros sabemos esto ahora. Los estándares están cambiando acordemente. Segundo, nos hemos vuelto más abiertos acerca de nuestros procedimientos. Las producciones antropológicas ya no pueden presentarse como relatos clarificadores escritos por científicos omniscientes que presumen la capacidad de arrojar luz sobre la verdad objetiva. Uno de los precursores en este sentido fue Dell Hymes (por ej.: 1996), quien pidió que el conocimiento etnográfico sea compartido, democrático y abierto a todos. Vio la práctica etnográfica como una colaboración y el "ambiente de aprendizaje para aquellos que fueron objeto de investigación, trayendo el conocimiento etnográfico y últimamente etnológico de vuelta a la comunidad que la había proporcionado" (Blommaert 2013: 127).

Jef Van der Aa Para los antropólogos de la policía, esto tiene una implicación importante, relacionado con lo que Jef Van der Aa (2012) ha llamado "solidaridad epistémica". Los antropólogos han documentado los profundos efectos del servicio de policía en las comunidades minoritarias, así como la profunda resistencia creativa de los individuos y las comunidades marginadas en la cara de tales. Sin embargo, como Kevin Karpiak (2010) sugiere, tal escritura ocurre generalmente contra la policía, no con o para ella. Al contrario, la "solidaridad epistémica" de Van der Aa (2012: 98) exige un conocimiento práctico: "[El etnógrafo] está impulsado por la praxis: el conocimiento como un instrumento crucial el cambio social. Para que este conocimiento aborde realmente los problemas actuales, necesita ser compartido y cooperativo". Esto incluye la colaboración con la policía, pese a sus muchos desafíos y peligros. Enfatizando la necesidad de la solidaridad epistémica en la investigación de la policía -además de la responsabilidad y el compromiso que tenemos hacia los distintos sujetos en nuestra investigación- corresponde a la apreciación en la antropología pública del trabajo aplicado. Este es un tercer aspecto que consideramos importante. Atender cómo se practica la antropología del servicio de policía en esos entornos es otra faceta de una antropología pública del servicio de policía. 4 Véase Eriksen 2006 para una elaboración de este término.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

3

Finalmente, estamos aprendiendo cada vez más para entender cómo la naturaleza misma, la definición y los límites de nuestros objetos de estudio (en nuestro caso, la policía) están bajo escrutinio por un ensamble de actores e instituciones - es decir, por los diversos públicos que tienen un rol en la construcción de la realidad social que estudiamos. Esto se hace inmediatamente evidente en las antropologías de organización de primera línea a gran escala en el sector público, tales como la policía, que son investidas con el significado y legitimados por diversos públicos. Ellos nos ayudan a llegar a un sentido más rico de "publicidad" y cómo es constituida y reconocida. TRES CASOS. Pasamos ahora a tres proyectos diferentes (que ocurren en los Estados Unidos, Francia y los Países Bajos) para dar cuerpo a algunas de las dimensiones de una antropología pública del servicio de policía que hemos enfatizado ("publicidad", "sentido práctico" y "solidaridad epistémica").5 La Policía como una lente refractiva en "Publicidad". Una forma en que una antropología de la policía puede contribuir a la antropología pública es dando atención etnográfica intensiva sobre cómo el contenido práctico de "policía" en sí define un controvertido "público" - un enfoque que potencialmente puede pasar por alto las fallas políticas y los sitios productivos de lucha. Karpiak (2013b) sostiene que, durante su trabajo de campo en la Francia metropolitana, la naturaleza, la definición y los límites del servicio de policía en sí estaban bajo escrutinio de un conjunto de actores e instituciones que habitan en una amplia franja de posiciones políticas, éticas y epistemológicas. En 2002, Jacques Chirac prometió una amplia y radical reforma de la Policía Nacional que iba a ser liderada por un político relativamente desconocido, Nicolás Sarkozy. Al asumir el cargo, Sarkozy anunció que había necesidad de un cambio fundamental en la propia policía, alejándose de (lo que consideraba) un nebuloso etos terapéutico -que llamó "trabajo social" (versus "trabajo policial")- a una más accionable "cultura de resultados". Las declaraciones de Sarkozy marcaron un cambio en los vientos políticos, pero qué significaban sus palabras significaban en un nivel práctico era menos claro. Esa tarea quedó en manos de un grupo de administradores de nivel medio, educadores y dirigentes sindicales que fueron acusados, de una manera modesta y circunscrita, con repensar lo que la policía debía ser, a qué objetivos debe ser dirigida, mediante qué medidas podría ser conocida y evaluada, y a través de qué herramientas podría ser gobernada. Todo estaba abierto a la discusión, desde la estructura y el contenido del programa pedagógico de la academia de policía a la naturaleza (y efectos) de las evaluaciones del desempeño para los oficiales en servicio activo. La definición de "policía" era tanto una cuestión abierta como una arena política. Cabe destacar que Karpiak pronto se dio cuenta que debido a que el límite de la "policía" aún no había sido anulado, tampoco estaban los participantes implicados en su remodelación. Por un lado, esto se debía a que (dentro de este clima) cualquier comprensión a priori de lo que "la policía" implicaba como un objeto presumido de una posición dentro de lo que era en realidad un campo impugnado (¿es la "policía", una presencia uniformada en la calle que se ocupa de la regulación de delitos menores e irradia orden público, o es "la policía" una burocracia en expansión que implica diversas formas de trabajo?). Por el otro, estas definiciones rivales de "policía" no eran ideas abstractas sino, más bien, conceptos vinculados a prácticas sociales, muchos de ellos de carácter institucional, a través del cual las personas crearon, mantuvieron e invirtieron en sociabilidad de diferentes maneras. Esos puntos de vista llevaron a Karpiak a centrarse no sólo en los clásicos "policías de la calle", ni sólo en concepciones dislocadas o discursos de policía, sino también sobre cómo fue construido el concepto de "policía" en la práctica diaria por diversos actores. El tópico "policía" era uno en el cual una amplia franja de gente fue invertida. De maneras muy importantes, rincones inesperados de la "esfera pública" francesa realizaban deliberaciones paralelas sobre los mismos temas que ocuparon las salas de juntas de la Policía Nacional: ¿Cuál era la naturaleza y el propósito de la vida colectiva? ¿Cuál debe ser el rol del Estado en la regulación y el mantenimiento de esa vida? ¿Cuáles eran las responsabilidades, capacidades y medios para evaluar a los actores implicados en esta esfera política? 5 "Publicity", "practicality", and "epistemic solidarity".

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

4

Una antropología de la policía conduce directamente, entonces, a un sentido más rico de cómo la "publicidad" puede ser constituida y cómo la acción política puede ser reconocida en el trabajo de campo etnográfico. Antropología Aplicada a la práctica del Servicio de Policía: Servicio de Policía, Personas sin Hogar, y Salud Mental. En su disertación del trabajo de campo, Jennie Simpson (2015) exploró cómo las personas sin hogar con enfermedad mental entraron en el sistema de justicia penal a través del contacto con los oficiales de policía. En el contexto de la rápida "gentrificación"6 en Washington, DC, Simpson descubrió que los oficiales de policía a menudo se enfrentaron a un "mandato imposible" (Manning 1997) tanto para hacer cumplir la ley como para prestar servicios. Debido a las políticas sociales y económicas en los Estados Unidos que han afectado a la prestación de servicios públicos de salud mental, el aumento de la confianza en el sistema de justicia penal, y aumentada "gentrificación" urbana, los oficiales de policía en Washington, DC, fueron obligados a servir a la salud mental como trabajadores de primera línea incluso aunque este rol se ajusta incómodamente en el nexo de su capacitación y con respecto a las demandas de la policía comunitaria y el enfoque en la prevención del delito en la seguridad pública. De cara a la gestión de la desigualdad y la negociación de intereses entre los grupos dispares a quienes sirven, los oficiales de policía se asociaron con los trabajadores sociales para los sin hogar para trabajar alrededor del mandato imposible del servicio de policía. Después de completar su trabajo de campo, Simpson fue contratada por una organización política de la justicia criminal para trabajar con más de 20 agencias de policía en todos los Estados Unidos para crear o mejorar su modelo de respuesta a las personas con enfermedades mentales. Ella encontró que este trabajo es una fusión muy relevante de la práctica y la teoría y una oportunidad para ejemplificar una antropología de la policía de cara al público. Al trabajar con un equipo multidisciplinario, la base teórica de Simpson brindó una comprensión matizada de las restricciones y demandas sobre los esfuerzos locales del servicio de policía, así como de los procesos político-económicos que eran relevantes para el rol de las agencias de policía en el servicio a la comunidad. A menudo, la "gentrificación", la falta de servicios de salud mental y las relaciones antagónicas con las comunidades fueron factores contextualmente relevantes a considerar al crear y realzar una respuesta a los individuos con enfermedades mentales. A través de rápidos métodos de estimación y evaluación etnográficos, Simpson fue capaz de trabajar con las agencias policiales para identificar los procesos históricos, políticos y económicos que tienen un impacto en la relación entre la agencia de policía, la comunidad de salud mental y las personas con enfermedades mentales y cómo resolver problemas constructivamente y edificar un modelo de respuesta. En la aplicación de métodos antropológicos y conocimiento en los esfuerzos prácticos para mejorar la respuesta policial a las personas con enfermedades mentales, Simpson ofrece un ejemplo de cómo los antropólogos pueden contribuir a una antropología de la policía de cara al público y comprometida públicamente. Los antropólogos no deben esperar necesariamente ser abrazados como antropólogos públicos de la policía cuando trabajan en contextos aplicados de ejecución de la ley. Es a través del modelado, ideas y métodos que ellos construyen su práctica en equipos multidisciplinarios y con las agencias policiales. El potencial democrático de la monitorización etnográfica: Reclamando lo público en el servicio de policía. Paul Mutsaers comenzó el trabajo etnográfico sobre la aplicación de la ley y los migrantes en los Países Bajos después de una serie de informes oficiales que sugerían el grado de racismo institucional en la policía holandesa. El trabajo que sale de este compromiso puede ser visto como una implementación de la "monitorización etnográfica", un programa desarrollado por Dell Hathaway Hymes (1927-2009)7 para satisfacer los requerimientos de la solidaridad epistémica. En esencia, la monitorización etnográfica consiste en tres pasos básicos:

6 "Gentrificación" (gentrification) es un proceso de transformación urbana en el que la población original de un sector o barrio deteriorado y paupérrimo es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo a la vez que se renueva. 7 Dell Hathaway Hymes (1927-2009), sociolingüista, antropólogo y folclorista, cuyo trabajo se ocupó de las lenguas del Pacífico Noroeste.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

5

(1) informantes de consultoría para identificar los problemas que más les preocupan; (2) observar el comportamiento relevante para esta cuestión; y, finalmente, (3) realimentar los hallazgos a los informantes y comprometiéndolos así a una construcción razonable de conocimiento que equilibra y chequea sus diferentes perspectivas e interpretaciones (Van der Aa 2012).

Dell Hathaway Hymes (1927-2009)

Primero, se realizó un inventario de las experiencias de los oficiales de policía con el racismo institucional. Los oficiales de policía de todos los rangos fueron consultados en entrevistas, diarios y conversaciones informales sobre los aspectos específicos del racismo institucional. Este enfoque trajo al frente las cuestiones del perfilado étnico, el servicio de policía de los migrantes y la migración, y la hostilidad hacia los inmigrantes en el servicio de policía más en general (Mutsaers 2014a). Se hizo obvio que las divisiones étnicas son exacerbadas por la cuestión de la situación legal, con un "servicio de policía del grupo apuntado" y el perfilado como piedras de toque de la política oficial. Sin embargo, las formas institucionales de racismo también gobernaron dentro de la organización. Los oficiales de las minorías étnicas, en particular, describieron los impedimentos estructurales en el progreso de la carrera profesional que eran indicativos de esas estructuras discriminatorias (cf. Mutsaers 2014b). En la segunda fase, en efecto, el servicio de policía hostil al migrante fue observado sistemáticamente y conectado a varios desarrollos organizativos, institucionales y políticos. El problema fue tomado en serio por los oficiales superiores de la policía pero, curiosamente, las soluciones se buscaron a través de lo que Michael Greenberg (2015: 39) recientemente pidió vencer: "el fantasma interno de nuestros demonios raciales". Como el Comisionado del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York Bill Bratton, en su respuesta a los levantamientos recientes, los problemas fueron enmarcados como consecuencia de las distorsiones perceptuales. Lo que obviamente fue un asunto público quedó encuadrado como problema privado, y esto ocurrió a través de la psicologización de los oficiales. Este enfoque no sólo perdió la marca, sino que también hizo discutible cosas peores debido a los programas de educación y entrenamiento que se introdujeron (o continuaron) que fueron diseñados para dar a los oficiales incluso más autoridad discrecional y "libertad profesional".

Christine Nixon

El proceso de reacoplar los análisis con los actores en el campo no fue tomada a la ligera; de hecho, está en curso. En el corazón de este proceso yace la presentación de informes regulares de vuelta tanto a los oficiales de grados inferiores como a los altos mandos. Pero el compromiso no va sólo en una dirección; la consulta mutua es increíblemente valorada en el proyecto.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

6

Esto se reduce a los análisis conjuntos de resultados de investigación, para modelar mutuamente capacitaciones sobre el servicio de policía y la diversidad, contribuciones conjuntas y participación en conferencias de justicia criminal internacional para poner fin a lo que David Bradley y Christine Nixon (2009) han llamado el "diálogo de sordos" entre los estudiosos de la policía y los profesionales. Todas esas iniciativas sirven para reconsiderar la privatización y la psicologización de la policía, denunciados por muchos oficiales de grados inferiores, y para reclamar el rol público que los oficiales de policía deben tomar. Es, pues, no sólo la creación democrática de conocimientos, sino también enfatizar en el público y criticar los aspectos privatizados del servicio de policía que yacen en los potenciales democráticos del proyecto. MOVIÉNDOSE HACIA ADELANTE. Es la naturaleza misma de la policía como un fenómeno socialmente constituido y del servicio de policía como una empresa socialmente construida y contextualmente dependiente que necesita una respuesta de cara al público por parte de los antropólogos. Una antropología pública de la policía, por tanto, exige nuevas formas de "publicidad", "factibilidad" y "solidaridad epistémica". Esto significa esforzarse por ser a la vez crítico y constructivo, al ver la crítica y el comentario público como medio primario a través del cual los antropólogos se comprometen con el público en general. Sin embargo, la antropología pública de la policía también debe atender a la reducción del lenguaje especializado de revistas de colegas con oportunidades para el diálogo público en las redes sociales y foros de la comunidad. Deberíamos considerar cómo los antropólogos, tanto en la práctica como en las instituciones académicas, pueden aplicar la antropología a través de asociaciones de investigación con las agencias policiales y las comunidades y oportunidades de trabajo aplicado mientras también son sensibles a la resolución de problemas de cara a la violencia y a la corrupción perpetrada por la policía. Una antropología pública de la policía abarca esta complejidad y ambigüedad y encuentra un camino a través, y como antropólogos, este hallazgo de caminos es una de nuestras capacidades más poderosas. Referencias: Blommaert, Jan (2013), Policy, Policing and the Ecology of Social Norms: Ethnographic Monitoring Revisited. International Journal of the Sociology of Language 2013(219):123–140. Bonilla, Yarimar, and Jonathan Rosa (2015), #Ferguson: Digital Protest, Hashtag Ethnography, and the Racial Politics of Social Media in the United States. American Ethnologist 42(1):4–17. Bradley, David, and Christine Nixon (2009), Ending the 'Dialogue of the Deaf': Evidence and Policing Policies and Practices—An Australian Case Study. Special issue, "New Possibilities for Policing Research and Practice," Police Practice and Research 10(5–6):423–435. Eriksen, Thomas H. (2006), Engaging Anthropology: The Case for a Public Presence. London: Bloomsbury. Fassin, Didier (2013), Why Ethnography Matters: On Anthropology and Its Publics. Cultural Anthropology 28(4):621–646. Garriott, William C., ed. (2013) Policing and Contemporary Governance: The Anthropology of Police in Practice. New York: Palgrave Macmillan. Greenberg, Michael (2015), The NY Police vs. the Mayor. The New York Review of Books 62(2):38–39. Hymes, Dell (1996), Ethnography, Linguistics, Narrative Inequality: Toward an Understanding of Voice. New York: Taylor and Francis. Jauregui, Beatrice (2013), Cultures of Legitimacy and Postcolonial Policing: Guest Editor Introduction. Law and Social Inquiry 38(3):547–552. Karpiak, Kevin G.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

7

― 2010 Of Heroes and Polemics: "The Policeman" in Urban Ethnography. Political and Legal Anthropology Review 33(S1):7–31. ― 2013a "Fault Lines" in an Anthropology of Police, both Public and Global. Anthropology News 54(11–12):3–4. ― 2013b Adjusting La Police: The Use of Distance in the Calibration of Legitimate Violence among the Police Nationale. In Policing and Contemporary Governance: The Anthropology of Police in Practice. William C. Garriott, ed. Pp. 79–95. New York: Palgrave Macmillan. MacClancy, Jeremy (2002), Introduction: Taking People Seriously. In Exotic No More: Anthropology on the Front Lines. Jeremy MacClancy, ed. Pp. 1–14. Chicago: The University of Chicago Press. Manning, Peter (1997), Police Work: The Social Organization of Policing. Second edition. Prospect Heights: Waveland. Mutsaers, Paul ― 2014a An Ethnographic Study of the Policing of Internal Borders in the Netherlands: Synergies between Criminology and Anthropology. British Journal of Criminology 54(5):831–848. ― 2014b "All of Me": Psychologizing Turkish-Dutch Police Officers in the Netherlands. Anthropology of Work Review 35(2):72–83. Simpson, Jennie (2015), Police and Homeless Outreach Partnerships: Policing of Homeless Individuals with Mental Illness in Washington, D.C. Human Organization 74(2):125–134. Taylor, Jack (2013), "We Are All Oscar Grant": Police Brutality, Death, and the Work of Mourning. Transforming Anthropology 21(2):187–197. Van der Aa, Jef (2012), Ethnographic Monitoring. Language, Narrative and Voice in a Caribbean Classroom. PhD dissertation, Department of Culture Studies, Tilburg University.

¿MÁS PENAS Y POLICÍAS, O MÁS SEGURIDAD? 8

Enrique Del Percio

Profesor de Sociología Jurídica y de la Dominación, UBA No hay mejor indicador del fracaso de una sociedad que la cantidad de presos que pueblan sus cárceles. Ni método más ineficaz para combatir el delito que limitarse exclusivamente a poner más policías en la calle. Esto pudo ser efectivo en el siglo XX pero hoy apenas sirve para el corto plazo. Al poco tiempo sólo genera un incremento del gasto público y una mejora en el nivel de respuesta del crimen organizado. Obviamente en el largo plazo lo más efectivo es seguir avanzando en la generación de las condiciones para que cada miembro de la sociedad pueda desarrollar plena y libremente sus capacidades. Pero como en el largo plazo estaremos todos muertos, es necesario adecuarse a las realidades producidas por el capitalismo globalizado con su demanda de híper consumo. El siglo XXI exige nuevas estrategias: ya no basta con prevenir o reprimir el delito, es necesario adelantarse, trabajar sobre su etiología. 8 DEL PERCIO, Enrique. ¿Más penas y policías, o más seguridad? http://www.clarin.com/opinion/Prevencion-Mapas_del_delito-Crimen_organizado_0_1444055624.html. Accedido: 6 de octubre de 2015.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

8

Para ello, lo más efectivo es generar equipos altamente capacitados en prospectiva criminológica o, como se los denomina usualmente con menor precisión, de inteligencia criminal. Estos equipos están integrados por politólogos, sociólogos, contadores, antropólogos, filósofos, licenciados en seguridad y otros profesionales que desarrollan su labor sin entrar en contacto directo con los delincuentes. Todo lo que se toca con el delito -y especialmente con el crimen organizado- tiende a corromperse. Un policía promedio es un ser humano ordinario sujeto a tentaciones extraordinarias. Por ejemplo, es preferible seguir desde una computadora la ruta del dinero que meter preso a un transa que tantas veces es también víctima del mismo veneno que vende. No se trata tanto de hacer mapas de dónde se cometen los delitos sino de los lugares de donde proceden los delincuentes, para que el Estado actúe allí en forma directa e indirecta, apoyando la labor de iglesias, clubes y organizaciones comunitarias. En lugar de tener aviones artillados para derribar vuelos con cargamentos de sustancias tóxicas conviene limitarse a hacer el seguimiento de los vuelos no autorizados dando cuenta a los cuerpos policiales del lugar en que se efectúa la descarga. Si esto se realiza eficazmente, al poco tiempo los traficantes buscarán otro medio para ingresar las sustancias prohibidas, para lo que el analista de prospectiva criminológica deberá estar pensando en cómo adelantarse a esas posibles nuevas vías de ingreso. En Argentina gobiernos de distinto signo, como el nacional desde el 2005 o el de Santa Fe desde el 2014 vienen desarrollando estos equipos con marchas y contramarchas, como siempre pasa con todo cambio de paradigma. Pero es precisa no sólo la decisión gubernamental sino, principalmente, una mayor toma de conciencia por parte de todos acerca de la necesidad de adecuar las instituciones de seguridad a los nuevos desafíos de un mundo que ya no es lo que era.

EL PROCESO DE VIOLENTIZACIÓN

Lonnie Athens

Arquitecto Racional Lonnie Athens fue criminólogo investigador sénior en el Law Center de la Universidad de Georgetown [una universidad privada católica en South Orange, Nueva Jersey, fundada en 1856 por el arzobispo James Roosevelt Bayley] y ahora enseña en el departamento de criminología de la Universidad de Seton Hall9. Athens desarrolló una teoría llamada "El Proceso de Violentización"10 que describe cuatro etapas en el desarrollo de los actores violentos11. • Etapa 1 Brutalización: dentro de esta etapa, el sujeto es forzado por un miembro de su grupo primario, a cometer actos de violencia. • Etapa 2 Beligerancia: en esta etapa, el sujeto refuerza su actitud bélica a la situación por un método de diferentes pasos. Asumen la responsabilidad personal al hecho de iniciar la etapa de brutalización con la cual comenzar. A su vez, sienten que deben arremeter para olvidarse de lo que hicieron para comenzar. El sujeto siente que la única manera que tiene para tornar correcta la situación, es mantenerse actuando. Con este comportamiento repetitivo se involucra emocionalmente con lo que está haciendo.

9 Book catalog, The Creation of Dangerous Violent Criminals by Lonnie Athens, University of Illinois Press. 10 Violentización no está registrada en el Diccionario. Refiere a la relación de dominación y sumisión en la vida cotidiana donde la agresión verbal y física es muy frecuente entre las personas tanto al interior de las familias como de los vecinos. Una de las características destacadas de la sociedad actual es la presencia de violencia en cada nivel de la interacción humana. 11 Rhodes, Richard, Why They Kill; The Discoveries of a Maverick Criminologist, Vintage, 2000, ISBN 0-375-70248-2.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

9

Debido a este apego emocional, el sujeto siente que en cualquier momento que sea provocado, pueden acabar con esa sensación mediante la continuación de los actos violentos. • Escenario 3 Actuaciones Violentas: el sujeto sigue actuando violentamente y siente que obtiene confianza interna actuando de esta manera y que a su vez construye su autoestima. Con sus acciones siendo ejecutadas, siente que recibe un don para ello y las incorpora en su actividad diaria. En esta etapa se siente más cómodo con lo que está haciendo y no siente que esté haciendo nada malo. El sujeto siente que ha ganado fama por lo que está haciendo y, dentro de esta etapa, es el momento determinante de si va a seguir haciendo o no lo que está haciendo. • Etapa 4 Virulencia: Una vez que el sujeto ha llegado a este punto, aun cuando sienta que su fama es notoria o no, cree que es una buena cosa. Esta etapa también se conoce como de la necesidad de alardear. Siente que pueden pasar a cosas más grandes y mejores si quisiera y el sujeto lo intentara. Tiene un sentimiento triunfador de ser invencible y que nada puede detenerlo, por lo que continúa esos actos violentos. Después de completar esta etapa, es considerado como un criminal y no hay nada que lo detenga de hacer lo que hagan a continuación12.

12 Curran, Jeanne, Takata, Susan R., "Why They Kill: The Discoveries of a Maverick Criminologist Review and Teaching Essay", The Process of Violentization, California State University, Dominguez Hills, May 13, 2001.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

10

El Manual SAGE del Servicio de Policía Global Traducido por: Cte My (R) Carlos Guillermo Blanco (Máster en Ciencias en Liderazgo y Gestión Policial) The SAGE Handbook of Global Policing. Editado por Ben Bradford, Beatrice Jauregui, Ian Loader y Jonny Steinberg. SAGE referencia: Los Ángeles, Londres. Nueva Delhi, Singapur, Washington DC, Melbourne. Capítulo 1 © Ian Loader, Ben Bradford, Beatrice Jauregui y Jonny Steinberg 2016. Capítulo 2 © Seumas Miller 2016. Capítulo 3 © Georgina Sinclair 2016. Capítulo 4 © Mariana Valverde 2016. Capítulo 5 © Rick Trinkner y Phillip Atiba Goff 2016. Capítulo 6 © Jonathan Jacobs 2016. Capítulo 7 © Kevin G. Karpiak 2016 (Págs. 103-121) Capítulo 8 © Tracey L. Meares 2016. Capítulo 9 © James Purdon 2016. Capítulo 10 © Thomas Bierschenk 2016. Capítulo 11 © Michael C. Williams 2016. Capítulo 12 © Forrest Stuart y Steve Herbert 2016. Capítulo 13 © Vanessa Barker 2016. Capítulo 14 © Benjamin J. Goold 2016. Capítulo 15 © Ben Bradford y Ian Loader 2016. Capítulo 16 © Cécile Fabre 2016. Capítulo 17 © Christopher Lowen Agee 2016. Capítulo 18 © Olly Owen 2016. Capítulo 19 © Andy Aitchison 2016. Capítulo 20 © Máximo Sozzo 2016. Capítulo 21 © Fangquan Liu y Jeffrey T. Martin 2016. Capítulo 22 © Jonathan Simon 2016. Capítulo 23 © Catarina Frois y Helena Machado 2016. Capítulo 24 © Mireille Hildebrandt 2016. Capítulo 25 © David Cole 2016. Capítulo 26 © Robert M. Perito 2016. Capítulo 27 © Rolando Ochoa 2016. Capítulo 28 © Graham Denyer Willis 2016. Capítulo 29 © Helene O. I. Gundhus y Katja Franko 2016. Capítulo 30 © Kivanç Atak y Donatella della Porta 2016. Capítulo 31 © Adam White 2016. Capítulo 32 © Cameron Holley y Clifford Shearing 2016. Capítulo 33 © Sarah Hautzinger 2016. Capítulo 34 © Michelle Stewart 2016. Aparte de cualquier uso limpio con propósitos de investigación o estudio privado, o crítica o revisión, según lo permitido bajo la Ley de Derechos de Autor, Diseños y Patentes de 1988 (the Copyright, Designs and Patents Act, 1988), esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en cualquier forma, o por cualquier medio, sólo con el permiso previo y por escrito de los editores, o en el caso de la reproducción reprográfica, de acuerdo con los términos de las licencias expedidas por la Agencia de Licencias de Derechos de Autor (Copyright Licensing Agency). Las consultas relativas a la reproducción fuera de esos términos deben ser enviadas a los editores. Número de Control de la Librería del Congreso: 2015956605. Catalogación de la Biblioteca Británica de los datos de publicación. Un catálogo de registro de este libro está disponible en la Biblioteca Británica: ISBN 978-1-4739-0642-6.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

11

CAPÍTULO 7 - LA ANTROPOLOGÍA DE LA POLICÍA Kevin G. Karpiak

INTRODUCCIÓN. Pese a sus vínculos fundacionales con muchas disciplinas tradicionalmente asociadas con los estudios policiales - disciplinas afines como la ciencia jurídica comparada, sociología, ciencia política y criminología- la disciplina de la antropología ha visto solo recientemente la emergencia de un sub-campo interesado específicamente en la descripción etnográfica y en la teorización más amplia del servicio de policía (policing). Esta laguna puede atribuirse a varios factores íntimamente atados a núcleo de auto-comprensión de la disciplina, siendo el principal de ellos su rol histórico como una disciplina cuya razón de ser consiste en servir dentro del ecúmene interdisciplinario como especialista en el estudio de sociedades pre-modernas, no-occidentales, a pequeña escala, que existen fuera o -a lo sumo sólo en paralelo a- formaciones estatales. Como accesorio a esta auto-definición hubo un compromiso ético profesional para ofrecer voz y actuar como los campeones políticos de los grupos privados de sus derechos civiles. Después de trazar la relación históricamente controvertida entre la disciplina de la antropología y el campo más amplio de los estudios policiales, este capítulo explorará el trabajo de un creciente cuadro de académicos despejando espacio en la intersección de las dos tradiciones de producción de conocimiento. Como tal, esbozará las contribuciones actuales y potenciales y los desafíos del joven campo de la 'antropología de la policía'. A pesar de que el centro de gravedad de la antropología se ha desplazado en los últimos 30 años hacia una apreciación general de la importancia de la localización de sus investigaciones dentro las estructuras político-económicas, procesos, e imaginaciones que operan a escala global, los antropólogos aún se centran típicamente en los objetivos de la policía (participantes en las economías informales, poblaciones que experimentan fuerte o desigual vigilancia policial; individuos con estatus ilícitos o ilegales que sufren la violencia policial y la injusticia) o lógicas de seguridad relativamente incorpóreas en lugar de policías profesionales. Sin embargo, por razones que merecen una investigación más sostenida de la que se puede ofrecer aquí, desde el cambio del siglo XXI varios antropólogos se han dedicado a la investigación etnográfica a largo plazo entre la policía, constituyendo el núcleo de una emergente sub-disciplina (ver Bierschenk; Owen; Fangquan y Martin; y Frois Machado; Hautzinger; Denyer Willis; y Stewart, este volumen). Mientras que el desarrollo de esta antropología de la policía enfrenta retos importantes, también mantiene la promesa, por una parte, de transformar la forma en que los proyectos etnográficos son concebidos (especialmente poder vis-à-vis, violencia, ética, y la naturaleza de las relaciones del trabajo de campo) y, por otra parte, traer perspectivas antropológicas dentro de la esfera de la criminología interdisciplinaria. La antropología puede aportar una gran cantidad de conceptos en las discusiones del servicio de policía, incluyendo tales términos extraños como 'magia', 'brujería', 'maná', 'parentesco', e 'individuos', sino también una renovada comprensión de términos más familiares como 'cultura', 'comunidad' y 'estado', así como 'global', 'legitimidad' y 'violencia'. En el proceso, se puede empujar el estudio de la policía más allá de los debates estrechos relativos a la evaluación de la evaluación de políticas sub-teorizadas -muy a menudo divorciadas de la realidad empírica, lleno de etnocentrismos acríticos y enmarcado en términos definidos por burocracias poco ambiciosas - y establecer el servicio de policía como un tópico esencial para una comprensión más profunda de la condición humana en el mundo contemporáneo. MARCOS DE TRABAJO HISTÓRICOS Y VEJACIONES: ¿ES POSIBLE UNA ANTROPOLOGÍA DE LA POLICÍA? Como disciplina, la antropología tiene una larga e influyente tradición de comprometerse en cuestiones de derecho y política de procedencia comparativa, y a veces íntima relación, con disciplinas afines como la ciencia política, estudios legales y criminología. Por ejemplo, el trabajo del siglo XIX del abogado y antropólogo estadounidense Lewis Henry Morgan (1818-1881) era importante para el desarrollo de innovaciones teoréticas por Marx, Darwin y Freud (Moisés 2009) y el trabajo de Bronisław Kasper Malinowski (1884-1942) en el primer trimestre (1926) del siglo XX fue esencial para nuestra comprensión de los mecanismos de control informales de todas las culturas. Otros antropólogos han contribuido a nuestra comprensión fundamental de la naturaleza de la ley y el orden político y la soberanía (comparar con Roberts, 1979).

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

12

Lewis Henry Morgan

(1818-1881)

Bronisław Kasper Malinowski

(1884-1942

Alphonse Bertillon

(1853-1914) Aunque su trabajo ha tenido un efecto más duradero dentro de la criminología -y, últimamente el estudio de la criminalidad en lugar de la policía- tanto la 'antropología criminal' de Lombroso (Horn 2003; Lombroso 2006) y la anthropométrie judiciaire de Alphonse Bertillon (1853-1914) fueron compromisos intentados con los problemas de la antropología contemporánea tales como análisis sintáctico de la competencia las afirmaciones filosóficas en competencia de libre albedrío y determinismo, describiendo la naturaleza de la conciencia y su problemática bisagra en la materialidad del cuerpo, y resolviendo la tensión entre las regularidades sociales nuevamente observadas y la variación individual (Hackear 1990; Rafter 2008; Kaluszynski 2014). Esta relación entre la antropología como el estudio disciplinado de la "cosa humana" (es decir, como un programa de investigación sobre el 'hombre' (antropo-) constituido por las prácticas normalizadoras dentro de un campo de poder / conocimiento que modela los métodos, objetos y ética de su propia epistemología) y la criminología como un campo interdisciplinario de investigación, similarmente situado dentro de las relaciones de poder / conocimiento, centrado alrededor de un problema central -delito y su control- de muchas maneras ha continuado siendo un compromiso productivo. Por ejemplo, una de las ramas más vitales de la criminología crítica en los últimos veinte años ha sido el de la "criminología cultural" (Hayward y Young 2004; Ferrell et al 2008), que ha importado auto-conscientemente los insight [en inglés, "percepción"; con un insight el sujeto "capta", "internaliza" o comprende, una "verdad" revelada] de una antropología posmoderna e interpretativa en un intento de moverse más allá de los prejuicios reduccionistas y positivistas que se ve mucho en la criminología contemporánea, hacia una Verstehen [en alemán, "comprensión"] (Ferrell, 1997) que pueden explicar más completamente tanto por actos del crimen como del orden (Young 2011). En un sentido paralelo, los esfuerzos antropológicos en algunos de los sitios tradicionales de la criminología, especialmente las prisiones y otros centros de detención (Rhodes 2001; 2004; Ticktin 2011; Cunha 2014; Drybread 2014), han abierto nuevos tipos de preguntas de investigación -con diferentes referencias canónicas, diferentes conceptos operacionales, diferentes tipos de preguntas, diferentes supuestos, diferentes disposiciones afectivas, y diferentes obligaciones éticas- en toda una serie de sitios relacionados (Parnell & Kane 2003; Schneider & Schneider 2008; Penglase 2009). Por ejemplo, los esfuerzos para reformular los sitios tradicionales del análisis antropológico, como: colonialismo (Parnell 2003; Rizzo 2013), nacionalismo (Siegel, 1998) e incluso magia (Comaroff & Comaroff 2004; Jensen & Buur 2004; Comaroff 2006), en diálogo con el crimen han empujado los límites conceptuales de ambos proyectos llamando la atención sobre las maneras en que 'racionalidad', 'modernidad', 'crimen' y 'lo humano' han y continúan operando en una variedad de contextos - muchas veces de maneras que desafían las expectativas de más positivistas de las ciencias sociales. Sin embargo, el estudio de la policía siempre ha ocupado un lugar problemático, prácticamente despreciable, dentro de la disciplina más amplia de la antropología (Fassin 2006; 2008; 2013). Aunque se necesita hacer mucho más trabajo historiográfico sobre las potenciales causas de esta relación molesta,13 un bosquejo más amplio puede ofrecer un sentido de los desafíos enfrentados en el desarrollo de una tradición antropológica de estudios policiales. Uno de esos desafíos, que extrañamente aún persiste en la disciplina pese a una crítica más bien exhaustiva, es el propio sentido de la disciplina que su 'núcleo' debe adherirse a un enfoque en sujetos coloniales exóticos (Trouillot, 1991; Baker, 1998). En parte, este es el

13 Véase Garriott (2013) y Karpiak (2013b) para las incursiones iniciales.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

13

legado de una distensión disciplinaria con la sociología (y otras disciplinas), que dirigieron a la antropología fuera del estudio del contexto urbano (Hannerz 1980), moderno (Rabinow 1989; Fabian 2014) y occidental (Said, 1979; Nader 1989; Carrier 1995). En otra parte, es el resultado de una evasión de larga data de las cuestiones de poder e inequidad (Asad 1973; 1993; Rosaldo 1993), que era entonces, subsecuentemente, en gran parte una reacción a esta evasión, redirigida a enfocarse casi exclusivamente en las diversas formas de sufrimiento experimentado por la gente menos poderosa, abyecta y marginada (Robbins 2013). Esta combinación de factores ha creado una suerte de laguna antropológica para el estudio de la policía: ya que, por un lado, una institución asociada, especialmente por los primeros antropólogos, con Occidente y los procesos de modernización, las descripciones de la policía fueron relegadas a los márgenes a favor de elementos de cultura más 'tradicional'. Por otra parte, como actores relativamente poderosos, los antropólogos que han estado preocupados con abordar cuestiones de poder e inequidad han tendido a considerar los compromisos matizados con la policía para ser menos críticos con la tarea que capturar y dar voz a las perspectivas de las poblaciones más marginadas, pese a las más bien generalizadas llamadas a 'estudiar hasta' (Nader 1972). Esta combinación de factores ha dado lugar a una escasez de compromisos antropológicos con la policía, per se.

Clifford James Geertz (1926-2006)

Quizás paradójicamente, sin embargo, incluso aunque tales disposiciones disciplinarias han estructurado profundamente proyectos de investigación antropológica y relaciones en el campo, no han borrado la imagen de la policía, o el hecho del servicio de policía, desde sus relatos. En cambio, las imágenes de la policía han ocupado roles estructuralmente centrales en los textos antropológicos y, consecuentemente, sirve para desarrollar una relación específica de la policía vis-à-vis que ha modelado profundamente los sentidos profesionales, políticos y éticos de una antropología disciplinaria en sí misma. Usando el ejemplo clásico de Clifford James Geertz (1926-2006) de la descripción (1973) de la pelea balinesa de gallos, Karpiak (2010) ha descrito este compromiso antropológico con la policía como 'polémica' y la contrastó con la más reconocida relación de rapport 14 (la teoría del rapport incluye tres componentes conductuales: atención mutua, positividad mutua y coordinación). En este relato, Geertz describe su incapacidad inicial para establecer una relación genuina con la gente en su sitio sobre el terreno, hasta la ocurrencia de una redada policial en el pueblo permite la creación de una cierta camaradería. Karpiak explica:

El episodio con la policía ha permitido a Geertz, en su particular imaginería masculinista, 'en'. Es el pivote a través del cual es capaz de establecer lo que, para él, es el componente necesario del trabajo de campo - 'rapport'. Esta ubicación 'interior', debido al 'rapport' establecido durante el episodio con la policía del cual es extraído el contraste entre la policía y Geertz como antropólogo, es el que permite la consiguiente -y tantas veces criticada- lectura textual de la pelea balinesa de gallos. Ahora ya hay una crítica sustancial del método de Geertz [...]. Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto es precisamente la figura del policía que permite a Geertz establecer esta forma idealizada de relación. Esto es importante para nuestros propósitos ya que deja claro que la idealización del modo antropológico de 'relación' es posible gracias a un contraste con la figura del policía. En otras palabras, el modo geertziano ideal de relación con los balineses yace en el marcado contraste con el modo de relación que establece con la policía. De hecho, esta última modalidad puede ser precisamente etiquetada como 'polémica' y, como efecto central, es a su vez una dimensión comentada del modo etnográfico de Geertz... Ambos modos de relación -ambos 'movimientos'- caracterizan la preponderancia del compromiso antropológico con la policía y el servicio de policía. (Karpiak 2010)

14 Véase la obra de George Marcus (1998) para una descripción de esta relación en el canon antropológico.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

14

Aunque esta configuración disciplinaria ha sido productiva de muchos modos -por ejemplo, documentando los efectos profundos del servicio de policía discriminatorio sobre las comunidades minoritarias (Bourgois, 1995), ofreciendo ejemplos de resistencia a la dominación política opresora (Scott 1990; Burton 2015; Cox 2015; Williams 2015), o destacando la profunda creatividad de los individuos y las comunidades marginadas de cara a ello (Ralph 2014)- también ha producido una laguna más amplia en el canon antropológico; la cara del servicio de policía en sí sigue en gran medida pasada por alto. Dada la centralidad de esta configuración para la práctica antropológica contemporánea, dejando solo el sentido mismo de disciplina, uno podría productivamente cuestionar si una antropología de la policía es posible o incluso deseable. La respuesta a ambas preguntas (que espero demostrar afirmativamente) engozna sobre los méritos de un cuerpo creciente de literatura antropológica sobre la policía, una tarea sobre la que volverá la siguiente sección.

Maximilian Carl Emil Weber (1864-1920)

CONTRIBUCIONES CONTEMPORÁNEAS. A la luz de esos retos y silencios, ¿puede una antropología de la policía ofrecer el estudio del servicio de policía global más ampliamente? Como los compromisos antropológicos con la policía y el servicio de policía son relativamente incipientes, cualquier respuesta a tal pregunta generalmente será conjugada con un grado de aspiración. Como tal, las siguientes secciones están destinadas a hacer un ademán más hacia la promesa de tal campo antes que un catálogo definitivo de sus realizaciones. ¿Pero cómo dar forma a tal potencial? Sugiero que un marco útil para explorar cómo la antropología de la policía promete tomar y aumentar las investigaciones paralelas en estudios policiales, puede ser la famosa definición de Estado de Maximilian Carl Emil Weber (1864-1920) como "esa forma de comunidad humana que reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima sobre un territorio particular" (Weber 2004, p. 33). Este marco de trabajo fue un componente absolutamente integral para el trabajo sociológico temprano sobre el servicio de policía (Brodeur 2005; 2007; Bittner 1970; Reiner 2015; Manning & Van Maanen 1978; Manning 2005) mientras que también sirve como el punto de contención para otros (Zedner 2006; Shearing & Marks 2011; Shearing 1992). Sin pretender ofrecer una exploración completa de ese debate, la fórmula de Weber puede ofrecer una piedra de toque para reflexionar sobre cómo una antropología de la policía puede aumentar los estudios policiales de manera productiva. Puede reunir juntas las cepas aparentemente dispares de la investigación antropológica en orden a demostrar cómo se pueden conjugar de manera diferente los componentes básicos de este marco de fundación de estudios policiales: humano, comunidad, reivindicaciones, monopolio, legítimo, violencia, territorio. Humano. La antropología es el estudio de lo que significa ser humano, de lo que algunos han llamado la 'cosa humana' (Rabinow & Stavrianakis 2013). Como la 'psicología' y la 'sociología' reclaman el dominio sobre los objetos de 'psique' y de 'sociedad', respectivamente, cuya lógica es irreductible y distinta, y por lo tanto demandante de su propio conocimiento disciplinado, el objeto de la antropología -'lo humano'- le da una forma decididamente única a su disciplina. Colocar el estudio de la policía en relación con cuestiones de la cosa humana le da un matiz particular con las cuestiones de delito, pena, seguridad y orden en virtud de colocarlos dentro de un alcance diferente de investigación. Los compromisos antropológicos tienden a no estar satisfechos con categorías rígidas o reductivas de la acción social, ni con el mantenimiento de un enfoque centrado en cuestiones de política o evaluaciones de programas específicos, ni con contribuir a lo que Carol Greenhouse (2011) ha descrito como 'el discurso de las soluciones'. Más bien tienden a hacer un ademán hacia la exploración de las apuestas existenciales humanas en el corazón del servicio de policía. Por ejemplo, hacia el final de su etnografía del servicio de policía de la 'Guerra a las Drogas' de los EE.UU. en la vida rural de los Apalaches, William Garriott escribe:

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

15

Sería ir contra el grano de este proyecto concluir con un set de recomendaciones políticas que de alguna manera podrían mejorar el sistema tal y como está. De hecho, si hay una implicación política que se derive de este estudio, se trata simplemente de que la cuestión de las drogas ilícitas esté tan profundamente arraigada en la cultura política norteamericana que difícilmente se puede imaginar la vida política en los Estados Unidos sin ella... [La] verdadera organización y orientación del orden jurídico... tendría que ser cambiada. (Garriott 2011, pp.163-164)

El ámbito de análisis de Garriott, entonces, es grande de hecho, abarcando el 'verdadero... orden legal'. De cara a tal enorme criatura monstruosa, y en ausencia de cualquier recomendación concreta de qué hacer con sus patologías, así sensiblemente descrito en esa misma obra, algunos lectores pueden también temer una cepa de nihilismo, o al menos pasividad preocupante, por detrás este pasaje. Sin embargo, la postura de Garriott está menos animada por un sentido de impotencia -el texto en sí es una ley comprometida- y más una insistencia en el ámbito en el que mucho operan tales investigaciones. El servicio de policía no puede ser ni analíticamente divorciada ni abstraída de los ricos y penetrantes contextos en que ocurre. Lo que esto deja en claro también es que el estudio de la policía es más que un estrecho campo de especialización, sino esencial para un entendimiento básico de quiénes somos hoy en día. En ese sentido, los estudios de la policía devienen en parte de un proyecto antropológico más amplio. Muchos escritores, especialmente aquellos influenciados por la obra de Foucault (1971), han enfatizado en que la cosa que llamamos 'humana' tiene una genealogía relativamente reciente como concepto y que, incluso entonces, ha sido menos un objeto estable que un punto fluctuante de discordia. Algunos autores, usando a menudo el término 'post-humana', sugieren incluso que la utilidad del término está exhausta (Whitehead 2009). Menos bien explorado es el hecho de que el núcleo de cuestiones antropológicas sobre 'lo humano' también está vinculado con cuestiones políticas y éticas esenciales para la criminología. El propio Foucault llegó a invertirse en la exploración de las formas de lo 'humano' que sirven como la piedra angular para los cimientos de las concepciones de 'policía', como en la famosa proposición de Louis Turquet de Mayerne (circa 1550-1618) que 'el verdadero objeto de la policía es el hombre' (1611, comparar con Foucault 2003; 2009). Otros han demostrado que tales demandas disciplinarias sobre los tipos humanos y sus naturalezas eran esenciales para el establecimiento de la criminología (Pasquino 1991). Tomados en conjunto esto significa que, en su núcleo, el proyecto antropológico mismo es el que está en juego cuando nos volvemos a 'policía' como objeto de estudio. Por ejemplo, gran parte de cómo se procede con el servicio de policía depende de la noción particular de la naturaleza humana que es operacionalizada. ¿Usted se imagina la naturaleza humana como fundamentalmente razonable, o como fácilmente influenciable por las pasiones? ¿Puede predecirse el comportamiento de los seres humanos individuales, o pueden los seres humanos solo ser gobernados acorde a la membresía a ciertas categorías? ¿Cómo deben las innovaciones biomédicas, al concebir la naturaleza humana -por ejemplo, en torno al tema de la neuroplasticidad (Rees 2010; 2015)-, modelar el servicio de policía y la penalidad? ¿Cómo se reconfiguran las nuevas tecnologías, o incluso alteran fundamentalmente, los seres humanos que han de ser vigilados, y cómo debe adaptarse el servicio de policía a esos cambios (compárese con Frois y Machado, este volumen, y Hildebrandt, este volumen)? ¿Qué, por ejemplo, significa 'derramar humanidad', tanto en el sentido utilizado muchas veces por la policía para describir a aquellos en cuyas vidas intervienen, sino también como acusaciones contra la policía de brutalidad por parte de sus adversarios políticos? Aún más, ¿qué significa el amanecer del llamado 'antropoceno' (Latour 2014; Moore 2015) [el término Antropoceno -del griego anthropos, 'hombre', y kainos, 'nuevo'- fue propuesto por algunos científicos para sustituir al Holoceno, la actual época del periodo Cuaternario en la historia terrestre] y el desarrollo de la etnografía 'multi-especies' (Kohn 2007; Kirksey & Helmreich 2010; Sagan 2012) junto a las llamadas para la 'criminología verde' (Brisman & South 2013) implicarían cómo entendemos los límites de 'policía'? Tales preguntas nos fuerzan a examinar no sólo las formas en que el proyecto de 'policía' está ligado al proyecto de la 'antropología', sino también las formas en que esos mismos proyectos (policía / antropología) están imbricados a sí mismos en las prácticas de la deshumanización.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

16

Comunidad. Los estudios antropológicos tienden a ocupar la relación entre 'policía' y 'comunidad' de dos modos diferentes.15 Un enfoque podría ver a la policía misma como un tipo de 'comunidad' o 'cultura' basada en parte en sus aspectos organizacionales y profesionales comunes (Young 1991; Chan 1997; Loftus 2010). Sin embargo, las tendencias recientes de la erudición antropológica, que ocurren como consecuencia de una amplia crítica del propio concepto de cultura (Clifford y Marcus, 1986; Clifford 1988; Gupta y Ferguson, 1992; Abu-Lughod 1993; Behar y Gordon 1995), tienden a evitar tales abordajes, como los críticos argumentan que enfatizan normas compartidas a expensas de la atención a los conflictos internos, ignorar las formas en las que diferentes grupos 'culturales' pueden ser mutuamente constitutivos y moldeadas por procesos político-económicos compartidos, y sirven para borrar las reivindicaciones políticas inherentes a las identidades. Otro enfoque, más prevalente dentro de literatura antropológica contemporánea, en cambio ve 'comunidad' no como constituida por un set de normas, valores y prácticas compartidas o como una entidad geográficamente limitada sino en cambio como un conjunto de relaciones atravesado por el conflicto, la controversia y la diferencia. En este sentido no hay 'núcleo' o policía 'esencial', más bien 'policía' demarca un set de relaciones controvertidas, tanto en lo que de otro modo podría ser concebido como un sentido 'interno' y 'externo'.16 Este enfoque a su vez lleva dos tipos de proyectos paralelos: uno se centra en las formas de diferencia, fractura y tensión dentro de los departamentos de policía (McElhinny 1995; 2001; Mutsaers 2014). Otra cepa de proyectos se centra en 'policía' y 'comunidad' -especialmente comunidades raciales y étnicas minoritarias- como mutuamente constitutivas (antes que como elementos pre-constituidos o 'culturas' que sólo subsecuentemente entran en 'contacto'). Dos amplios conocimientos emergen de este último conjunto de proyectos: primero, que las relaciones mutuamente constituyentes de policía / comunidad están saturadas con poder, un hecho poderosamente ilustrado a través del trabajo sobre ciudadanía (De Genova 2002; Madsen 2004; Stewart 2011; Ticktin 2011) y raza (Bornstein et al 2012; Taylor 2013; Kerrigan 2015); segundo, quizá el más políticamente vertiginoso reconocimiento que la policía constituye asociaciones, en sentido positivo, en lugar de servir como un mero obstáculo para ello (J.X. Inda 2006; Feldman 2007; 2010). 'Policía' es, en un sentido casi arcaico (Neocleous 1998), el tejido social en el que sirve para constituir las propias comunidades que pretende servir (Paperman 2003; Ralph 2013; Karpiak 2013a; Masco 2014). Tal percepción tienen tremendas, y aún subdesarrolladas, implicaciones para muchos elementos de los estudios policiales, especialmente los proyectos de 'policía comunitaria'. Reclamo. Un elemento de la formulación de Weber sobrepasado con frecuencia es la porción 'reclamo' de la frase. Una antropología de la policía puede reafirmar la importancia de este elemento, ofreciendo percepciones (insights) sobre cómo son hechas tales afirmaciones. Una forma en esta cuestión es a través de un creciente cuerpo de literatura antropológica sobre racionalidad y experticia (Boyer 2005; Rudnyckyj 2011; MacPhail 2014), especialmente en lo pertinente a cuestiones de seguridad y bioseguridad: la verdad reclama que articula, las formas de racionalidad incrustada sobre la cual está apuntalada, y los regímenes prácticos que promulgan. En el más amplio sentido, este enfoque ha proporcionado mordaz especificidad a las racionalidades empleadas en la gobernanza contemporánea, constelaciones de 'preparación' (Lakoff 2008; Samimian-Darash 2011), 'vigilancia' (Langlitz 2009; Stalcup 2015), y 'bioseguridad' (Fearnley 2008; Lakoff y Collier 2008; Maguire 2009; Samimian-Darash 2009). Más concretamente, puede ofrecer una base empírica sobre la cual entender la naturaleza del poder / conocimiento en el servicio de policía de hoy (Brodeur y Dupont 2006). Por ejemplo, el trabajo de Craze y Stalcup (2011), ha rastreado redes sociales, supuestos defectuosos, y procesos político-económicos a través de los cuales opera el llamado 'terrorismo experto' y, de este modo, ofrece una escalofriante percepción de cómo las pretensiones de verdad, el miedo a la inseguridad y la islamofobia se han fusionado en los Estados Unidos desde 2001. Al mismo tiempo, Michelle Stewart ha señalado a la mano de obra oculta del trabajo policial y su borrado (2013), u ofuscación (2015), a través de construcciones tecno-materiales de la policía como 'expertos'.

15 Stephanie Kane (2004) realmente destaca tres sitios de compromiso antropológico en criminología -el pueblo, la calle y los medios- cada uno de los cuales, según argumenta ella, modelan de manera diferente los métodos y las afirmaciones del conocimiento situado hechas por los etnógrafos. Para más información sobre esta idea, ver la sección 'Reclamaciones' más abajo. 16 Véase Eric Wolf (1982), para lo que él llama la noción 'bola de billar' de contacto cultural.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

17

Otra forma en la cuestión del reclamo que se hace, y la hechura del reclamo, es a través de un cuerpo de literatura que se centra en la naturaleza altamente mediada de la policía, el crimen y el castigo (Penglase 2005; 2007; Taussig, 2006; Robb Larkins 2013a; 2015; Bonilla y Rosa 2015; Jusionyte 2015). Una contribución de esta literatura, en la que la definición conceptual de 'policía' tiende a ser menos limitada que 'estudios policiales' concebidos más estrechamente, es la percepción de que 'policification' (Penglase 2013) es un proceso que se extiende más allá del set relativamente limitado de encuentros policía / ciudadanos. La naturaleza mediada de la policía, en este sentido, da sentido a y puede ayudar a comprender mejor el destino de las estrategias de seguridad (Robb Larkins 2013b). Conforme los efectos de los medios sociales sobre la capacidad de la policía devienen en un centro de debate, una antropología de la policía atenta a la naturaleza mediada y performativa (que al enunciarse realiza la acción que significa) del servicio de policía puede ofrecer una explicación empírica, incrustada y contextualmente específica de este proceso.

'Policification' (en alemán, Verpolizeilichung). Desde el último cuarto del siglo XIX ha habido un debate, en conexión con la ley penal de establecer, en aras de prevenir futuras acciones, la opción de imponer medidas de rehabilitación y seguridad. La necesidad de seguridad frente a futuros crímenes obviamente no fue descubierta entonces por primera vez -es una clásica función de la policía- y esta necesidad también fue vinculad a la ley penal, es decir en la forma de castigo preventivo, pero no a través de algún tipo de reacción separado. La introducción de medidas en Alemania en 1933 trajo una 'policification' abierta de la ley penal – 'policification' porque las medidas no constituyen una reacción al acto pasado, sino un intento con motivo de un acto pasado para prevenir actos futuros mediante prevención específica, y esta 'policification' ocurre "abiertamente" porque ya no viene disfrazada como castigo. [Dubber, Markus D. (2014). Foundationals texts in Modern Criminal Law. Nueva York: Oxford University Press.]

Monopolio. Los debates sobre el servicio de policía y los medios sociales también tocan el tema del 'monopolio'. Un set de desafíos para un marco weberiano para la comprensión de la policía, tal como es presentada por los antropólogos, se ha centrado alrededor de ilustrar la ausencia de un 'monopolio' sobre la violencia legal y legítima - tanto una versión idealizada de la práctica pasada como un ideal inalcanzable para el mundo contemporáneo. Típico es el lamento de John Comaroff que una continua 'ortodoxia weberiana... aún es manifiesta en gran parte el trabajo académico' pese al hecho de que 'históricamente hablando, ha habido muchas excepciones e inclusiones' y 'que tanto las operaciones militares como las policiales están ahora ampliamente... subcontratadas al sector privado' (2013, p. xiii). Tales críticos suelen pasar por alto la parte 'reclamo' de la fórmula de Weber (véase más arriba), y se basan en las traducciones del original en alemán particularmente susceptible a la mala interpretación de su proyecto general (Pollack 1988; Keyes 2002). Aun así, su trabajo ha servido productivamente para destacar las formas en que el poder policial es a menudo controvertido y dividido a través de una multiplicidad de organizaciones e instituciones (Simpson 2015). Particularmente útil en este sentido ha sido el trabajo que se centra en los antes etiquetados grupos 'vigilantes' (Oomen 2004; Goldstein 2012b; Cooper-Knock y Owen 2015; Jauregui 2015), colaboraciones privadas / públicas (Hornberger 2004; 2013; O'Dougherty 2006; Diphoorn 2015) y otros actores no estatales (Ticktin 2006; Feldman 2008; Civico 2012; Jusionyte 2014). Un tema común, a través de este tipo de contextos ampliamente divergentes, es que el monopolio (en especial el 'reclamo con éxito del monopolio') no necesita implicar aislamiento social, y que tales estrategias 'difusas' o 'compartidas' del servicio de policía son frecuentemente experimentadas como ni una contradicción ni una amenaza para el estado. De hecho, muchos autores enfatizan que la operación 'extralegal' o 'vigilante', incluso cuando ellas mismas son consideradas legítimas, puede de hecho a veces servir para reforzar la autoridad del Estado (Roitman 2006). Esta literatura también apunta a las formas en que los modelos occidentales del 'buen gobierno', pueden ellos mismos ser usados como herramientas de neo-colonización y, como tal, términos como 'democracia' y 'violencia excesiva' devienen en mecanismos que auto-justifican la intervención internacional y el control (Goldstein 2012a). Es de destacar que aquí hay una sub-disciplina relacionada conocida como la 'antropología de la seguridad' (Goldstein 2010; Maguire et al 2014.). Si bien esta literatura tiende a utilizar el término 'seguridad' en lugar de 'policía' o 'servicio de policía', y así podría ser pasado por alto en un lustre de 'estudios policiales', la

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

18

elección de la terminología es en sí misma una respuesta narradora para el problema de construir análisis etnográficos basados en un contexto en el que los límites del poder policial superan los límites del estado. La etnografía se ha centrado tradicionalmente alrededor de un área geográfica o, si está en movimiento, un grupo de personas (ver arriba 'Comunidad', y abajo, 'Territorio'). Sin embargo, una policía no consolidada -o una policía cuyos límites siguen siendo una pregunta empírica abierta- ofrece un desafío ambos métodos de delimitación. Un enfoque en la lógica del gobierno de la seguridad y sus consecuencias prácticas ofrece un camino a través de este problema. Por tanto, esta literatura es capaz de delinear todo, desde la fuerza retórica de tales lógicas (Gambetti y Godoy-Anativia 2013) a su imbricación en los regímenes de autoformación aparentemente muy alejados de la policía (O'Neill 2015). En este sentido, el uso del término 'seguridad' está destinado a empujar más allá de un enfoque en los empleados estatales o uniformados municipales hacia una franja más amplia de actores invertidos, instituciones, tecnologías, racionalidades y prácticas. En la medida en que una antropología de la policía también tiene que lidiar con los contornos de su objeto, esta conversación debe entenderse como integral a ella. Legítimo. Una de las ideas centrales de Weber fue que 'ley' y 'legitimidad' no eran conceptos colindantes. La legitimidad, que se extiende mucho más allá del alcance y la capacidad de la 'ley' es relacional, contextual y negociada. Para entender la legitimidad policial, por tanto, hay que ir más allá de las declaraciones legales formales para entender la práctica de la policía situada en su contexto (Martin 2013a). A su vez, tales investigaciones prometen ofrecer la compra de la naturaleza del orden político, y el rol de la policía dentro de éste, a través de una variedad de contextos sociales y culturales. Tal vez la conversación más fructífera en esta vena ha sido la exploración de una policía particularmente 'post-colonial' encabezada por antropólogos (Comaroff y Comaroff 2006; Jauregui 2013b)17. Una de las percepciones clave aquí ha sido que la 'legitimidad', como ligada a 'policía', 'ley' y 'orden', consiste en negociaciones practicadas en contextos (Vigneswaran y Hornberger 2009). En consecuencia, la policía, incluso cuando -quizás especialmente cuando- parece ser violencia encarnada no restringida por la ley (Benjamin, 1986) es, de hecho, un actor no unilateral, aislado u omnipotente (Jauregui 2013a). Jáuregui hace una observación similar cuando ella argumenta que los estudios de la policía poscolonial pueden 'poner en duda los supuestos de larga data acerca de la autoridad legal, las promesas de la democracia, la justicia procesal, y la eficacia policial' que abren 'nuevas avenidas para concebir el poder policial' que se mueven más allá de una 'relación triangular asumida de policía, derecho y legitimidad... derivado de las teorías normativas occidentales de la ley racional y la nación-estado' (2013c, pp. 1-3). Tales estudios ofrecen una percepción no meramente sobre cómo trabaja la policía en contextos no occidentales, sino también en nuestros propios conceptos erróneos del servicio de policía real en 'Occidente'. Como una ilustración, Jauregui ofrece el concepto de jugaad, tomado de su propio trabajo de campo en el estado indio de Uttar Pradesh (Uttar significa "norte", mientras que Pradesh equivale a "estado" o "región"), como una manera de ir más allá discursos de corrupción animados por esas teorías normativas occidentales (Jauregui 2014). Un término polisémico -jugaad puede ser usado como acusación ('corrupción') y como justificación (también puede significar 'provisional', o 'proveer')-, sus contornos sirven menos para definir un área cultural abierta a una investigación:

Explorar las formas en que jugaad funciona en la práctica policial cotidiana revela cómo una distinción conceptual diametral entre las élites poderosas que usan eufemismos para su corrupción y subalternos impotentes tratando virtuosamente de sobrevivir no refleja las complejas realidades de la vida social en la India contemporánea y, posiblemente, en otros lugares. Hacer jugaad a menudo implica múltiples temas y tipos de interacciones que trabajan con el tiempo, con diferentes circunstancias e intenciones y continuos cambios de posiciones... relacionadas con la fluidez del rango social y estatus y contingencias personales en relación con el funcionamiento burocrático. Puede o no puede implicar la quintaesencia encarnada de la corrupción: el intercambio supuestamente diádico del 'soborno'. Las realidades de jugaad-cum-corrupción en la práctica policial trabaja contra los juicios simplistas torcidos sobre actores dotados de autoridad configurando un intercambio inmoral como la extorsión y demostrar cómo un modo ubicuo de

17 Véase también Owen, este volumen y Sinclair, este volumen.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

19

sociabilidad en todas partes en la India puede ser comparado con prácticas similares en países de todo el mundo para concebir nuevas formas de pensar acerca de la relación entre moral, poder y agencia. (Jauregui 2014, p. 78)

Jugaad. Se usa generalmente como palabra para representar una solución innovadora o una solución alternativa simple, para las soluciones que doblan las reglas, o un recurso que puede ser usado como tal, o una persona que puede resolver un asunto complicado. Jugaad es aceptado cada vez más como una técnica de gestión y es reconocido en todo el mundo como una forma aceptable de ingeniería frugal al tope en la India. Las empresas de la India están adoptando Jugaad como una práctica para reducir los costos de investigación y desarrolloDe acuerdo con expertos de la Universidad de Cambridge, Jugaad es un "camino importante para salir de la actual crisis económica en las economías desarrolladas y también tiene lecciones importantes para las economías emergentes".

Dicho trabajo no sólo ofrece información sobre la naturaleza del trabajo policial en Uttar Pradesh, sino que proporciona equilibrio crítico para reconsiderar la universalidad, la necesidad, y la superioridad (Tankebe 2013) de los valores liberales tales como derechos humanos (Hornberger 2010; 2011; Feldman y Ticktin 2010) y democracia (Martín 2013b; 2013c), así como nuestras presuposiciones acerca de lo que cualquiera de esos términos podría significar, funcionar o cómo podrían llegar a un problema (Martin 2012) en un contexto dado. Tales percepciones ofrecen nuevas vías críticas para una amplia gama de temas en estudios policiales incluidos aquellos tradicionalmente enmarcados en torno a la 'interacción policía/comunidad' o 'confianza pública' en la policía; 'corrupción' policial y 'violencia'; así como la justicia procesal. Gewalt (del alemán antiguo, walt, Violencia). El vocablo usado por Weber en su formulación, gewalt, es un término notoriamente difícil de traducir (Habermas y McCarthy 1977; Mansbridge 1994; Balibar 2009). Algunos autores usan el término 'fuerza', otros usan 'violencia' (Pollack 1988). Ninguno de esos términos por sí solo es adecuado. 'Fuerza', etimológicamente vinculado con el término latino 'fortaleza', supone un objeto acotado con una cantidad discreta de fuerza; 'violencia', derivado del término griego para trayectoria o camino (vía), presupone la acción policial como de transgresión, de violación. Ninguno de estos tropos de fuerza limitada o transgresión son esenciales para el término alemán empleado por Weber, que puede ser usado para describir cualquier cosa, desde el poder del Estado a la fuerza física sobre otro individuo para el sentido espiritual de asombro experimentado al contemplar la naturaleza. Quizás un mejor término podría ser 'poder', el que más confortablemente puede incluir todo lo anterior (Walter 1964). Las investigaciones antropológicas, especialmente aquellas que deshacen 'el estado' (Mitchell 1991; Ferguson y Gupta 2002), pueden ayudar preguntando exactamente qué formas de poder operan, a través de qué mecanismos, sobre qué clases de objetos y para qué propósitos. Las respuestas a tales preguntas a menudo no son enteramente predecibles basadas en análisis conceptuales, formales o estructurales. Una antropología de la policía inspirada por tales investigaciones por tanto tiene el potencial para impulsar nuestra comprensión de algunos de esos términos mientras nos ayudan a ver el poder trabajando de maneras que de otro modo habrían sido invisibles para nosotros. Más allá de un interés temprano en la supuesta 'naturalidad' o 'universalidad' de la violencia (Fortune 1939; Mead 1940; Chagnon 1968)18 y un subsecuente rechazo de este enfoque que más bien enfatizó los significados locales y la función social de los desempeños de la violencia ( Feldman 1991; Frake 1998; Isbell 1998), una cepa de investigación antropológica de interés más directo para una antropología de la policía ha proporcionado una exploración de la experiencia subjetiva de la violencia (Das et al 2000; Haanstad 2009), especialmente al extenderse más allá de un momento de trauma en la reflexión ética sobre la vida 'ordinaria' a través de la banalidad de las prácticas estatales (Das y Poole 2004; Das 2007; Deal 2010; Beek y Göpfert 2012; Bolten 2012; Richardson 2015)19.

18 Comparar con Roscoe (2003) para una descripción de los primeros debates. 19 Para una exploración más a fondo de esta intimidante gran cantidad de literatura, ver (Das 2008; Sanford 2006) así como el reciente número especial de la revista del Antropólogo Americano (American Anthropologist), una retrospectiva de las publicaciones antropológicas sobre la violencia desde 1980 (Domínguez 2012).

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

20

Combinado con un similarmente floreciente enfoque antropológico sobre la burocracia y el papeleo (Bernstein & Mertz 2011; Hull 2012), una antropología de la policía influenciada por esta tradición tiene el potencial de ilustrar la línea de vuelo conectando cuerpos (Fassin y D'halluin 2005; Samimian-Darash 2013), la estética burocrática (Wender 2008) y la frecuente banalidad del gewalt del estado (Feldman 2008; Mulla 2014; Verdery 2014). Un ejemplo de ello es el trabajo de Mirco Göpfert que, al conducir la etnografía antropológica entre los gendarmes de Nigeria, hace la observación sensible que una forma importante de poder policial -y por lo tanto un punto importante de preocupación para los mismos oficiales de policía- no sólo es burocrático y textual sino estético. Muchos relatos críticos de una fuerza de esas características delimitan sus análisis a los niveles más evidentes de violencia física, dominación simbólica y otras formas de 'corrupción' de antaño, mientras pasa sobre esta dimensión del servicio de policía, pero una antropología de la policía atenta a las diversas modalidades a través de las cuales opera el poder y la manera en que puede saturar elementos de la 'vida ordinaria' también la hace abierta a los conocimientos relativos a la topografía y mecanismo de tal poder. El trabajo de Göpfert nos introduce justo en tales momentos de descubrimiento:

Ibrahim fue uno de los primeros gendarmes con quien establecí una relación de amistad que se extendió más allá de las paredes de la brigada. Cerca de la medianoche durante uno de sus turnos de 24 horas en la brigada, él me invitó a desayunar con él en su casa... Me mostró su álbum de fotos familiares: fotos de su matrimonio, de los puestos previos en la gendarmería, de amigas anteriores. Al dar la vuelta la última página del álbum, él me dio un segundo. Para mi sorpresa, no era un álbum con fotos en el, sino un álbum de "procès verbaux" que había escrito en su carrera como gendarme. "Procès-verbaux" son documentos que indican los hechos de un asunto policial (por ejemplo, un accidente, un robo) y las medidas tomadas por los gendarmes en respuesta a esos hechos... Ibrahim los había almacenado meticulosamente en protectores de hojas transparentes, y él me los presentaba para mí tal como había presentado las fotos: con el mismo cariño y el mismo tono de voz, los mismos gestos que apuntan a una u otra particularidad... me tomó unos meses tomar conciencia de la dimensión estética del "procès-verbaux", es decir, cómo los gendarmes tratan de fabricar un documento que es estéticamente satisfactorio para ellos en forma, estilo y contenido. (Göpfert 2013, p. 324)

En las manos de Göpfert, el trabajo de la policía -y, por extensión poder policial- se convierte en un acto de creación esforzándose hacia un orden enraizado en un sensible e íntimo sentido de la belleza. También sigue siendo un acto de violencia y dominación. Una antropología de la policía nos ayuda a concebir cómo esas dimensiones del servicio de policía pueden colgar juntos en la experiencia vivida. Territorio. En los últimos veinticinco años, los antropólogos han desarrollado un particularmente rico y matizado abordaje para el estudio de la globalización. Este desarrollo fue alentado por un set de paradojas centrales al término 'antropología de la globalización'. Para uno, aun cuando estaba claro que los sitios de campo en los que ocurre el trabajo etnográfico y la gente sobre la cual se hacen afirmaciones, eran cada vez más modelados por procesos globales e imaginarios no-locales, no estaba claro cómo la disciplina de la antropología cultural -atada al método de la observación etnográfica participante desarrollada para permitir la enriquecida comprensión de un grupo a escala social reducida, local, cohesionada y pequeña con un pequeño número de lazos intensamente personales- podría ser reconfigurada para estudiar en escala global. Por otra, muchas de las primeras teorías de la globalización sugirieron que el proceso en sí era que tendía hacia una mayor homogeneización de la 'cultura del mundo', de modo que una disciplina que se comprendía a sí misma como justificado en términos de su comprensión de las diferencias culturales estaría potencialmente fuera de moda. Esta proposición más tarde fue rápidamente rechazada por los antropólogos que enfatizaron que el 'discurso del imperialismo cultural' (Inda y Rosaldo 2002) retrataban inexactamente a los consumidores del 'tercer mundo' como receptores pasivos de las ideologías metropolitanas en lugar de actores creativos en la producción de mundos (Morley et al 2002), y que enfatizaron un flujo unidireccional de artefactos culturales y la gente perdió muchos circuitos que operaban en la dirección opuesta (Rouse 1991) o circunvalaban enteramente a Occidente (Larkin 1997).

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

21

Dicho trabajo ha llevado al desarrollo de sofisticadas herramientas conceptuales y metodológicas diseñadas para la comprensión de las dimensiones de 'lo global' construido no a través de abstracciones cuantitativas cada vez más divorciadas, sino a través del tipo de observaciones empíricas y encuentros intersubjetivos que han sido el sello distintivo de la investigación etnográfica durante décadas, ya sea a través del mapeo de 'flujos' globales disyuntos (Appadurai 1996), la atención a las maneras en que los límites y diferencias son construidos en relación al espacio fluido (Inda 2006; Garcés 2010; 2014a; 2014b; Stuesse y Coleman 2014) - lo que Inda y Rosaldo (2002), basándose en gran medida en Gupta y Ferguson (1992), llamaron 'des / territorialización' - sensibilidad a las fuentes e implicaciones de 'fricción' (Tsing 2005), o por medio de la atención analítica a 'ensamblajes globales' (Collier y Ong 2005). Esos conocimientos pueden aplicarse con provecho a muchos problemas, y abordan muchas de las aflicciones, no sólo en el estudio de la policía global,20 sino también la relación entre la policía y el espacio en general (Garriott 2010; Fassin- 2011). Por ejemplo, ofrecen un medio viable por el cual enfatizar en la 'dimensión humana' del crimen y la justicia - a menudo lamentado por los criminólogos críticos y culturales - sin tener que recurrir a una 'gran teoría' disonante en convertir a las fuerzas socio-económicas mundiales 'grandes'.21 FUTURAS AVENIDAS Y DESAFÍOS: HACIA UNA ANTROPOLICÍA DE LA POLICÍA EN EL ESCENARIO PÚBLICO. Existe una importante doble visión que emerge de este resumen. Por una parte, la tarea de comprender la condición humana hoy debe pasar a través de una comprensión de crimen y orden. A la inversa, los desafíos criminológicos deben ir hacia avenidas más amplias en las ciencias humanas en orden. Dentro del campo de la criminología, Ian Cargador y Richard Sparks (2010; 2013) han advertido contra los peligros inminentes cuando las disciplinas académicas, especialmente en las ciencias sociales, toman la llamada para abordar de manera más directa las preocupaciones públicas con el trabajo orientado a la política. Si bien de hecho puede haber beneficios simbólicos y financieros en dichos turnos, con demasiada frecuencia, sugieren ellos, tal trabajo se arriesga a ser cooptado por el anti-intelectualismo caliente del discurso político. Tal compromiso no afecta tanto las conclusiones específicas de los investigadores individuales como el tipo de preguntas que hacen y los temas considerados dignos de energía intelectual y curiosidad. El peligro de una criminología pública, por lo tanto, es que devenga menos poblada por mentes comprometidas y funciones más como el motor para juegos de guerra políticos. Conforme los antropólogos se mueven dentro de este dominio criminológico, y de manera similar luchan contra la naturaleza 'pública' de sus reivindicaciones (Mutsaers et al 2015), podrían prestar atención a la advertencia de Loader y Sparks. La literatura cubierta aquí, si bien ya es sustancial y testimonial de un crecimiento exponencial, aún parece más una promesa que un legado. La clave para esa promesa es el camino que la sensibilidad (1989), conceptos (Asad 1986) y disciplinas (Gupta y Ferguson 1997) de un nuevo 'campo de ciencia' puede abrir puntos de vista y preocupaciones en un tópico bien pisado. Queda por verse cuán completamente puede ser entregada una antropología de la policía. Referencias: Abu-Lughod, L. 1993. Writing women’s worlds: Bedouin Stories, Berkeley: University of California Press. Appadurai, A., 1996. Modernity at large: cultural dimensions of globalization, Minneapolis, Minn.: University of Minnesota Press. Asad, T., 1993. Genealogies of religion: discipline and reasons of power in Christianity and Islam, Baltimore: Johns Hopkins University Press. Asad, T., 1986. The Concept of Cultural Translation in British Social Anthropology. In J. Clifford & G.E. Marcus, eds. Writing Culture: the poetics and politics of ethnography. Berkeley: University of California Press, pp. 141–164.

20 Véase la obra de Meg Stalcup (2013) sobre Interpol, que usa la noción de "ensamblajes globales" para replantear un análisis de la cooperación policial global, para un excelente primer paso en esta dirección. 21 Véase Karpiak (2013c) para una elaboración de esta crítica en relación con el trabajo de Jock Young (2011).

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

22

Asad, T., 1973. Two European Images of Non-European Rule. In London: Ithaca Press, pp. 103–118. Baker, L.D., 1998. From savage to Negro: anthropology and the construction of race, 1896–1954, Berkeley: University of California Press. Balibar, E., 2009. Reflections on Gewalt. Historical Materialism, 17(1), pp. 99–125. Beek, J. & Gopfert, M., 2012. Police violence in West Africa: Perpetrators’ and ethnographers’ dilemmas. Ethnography (October). Behar, R. & Gordon, D.A., 1995. Women writing culture, p. 457. Benjamin, W., 1986. Critique of Violence. In P. Demetz, ed. Reflections: essays, aphorisms, autobiographical writings. New York: Schocken Books. Bernstein, A. & Mertz, E., 2011. Introduction: Bureaucracy: Ethnography of the State in Everyday Life. PoLAR: Political and Legal Anthropology Review, 34(1), pp. 6–10. Bittner, E., 1970. The Capacity to Use Force as the Core of the Police Role. In The Functions of the Police in Modern Society. Chevy Chase, Maryland: Institute of Mental Health, Center for Crime and Delinquency, pp. 36–47. Bolten, C., 2012. ‘We Have Been Sensitized’: Ex-Combatants, Marginalization, and Youth in Postwar Sierra Leone. American Anthropologist, 114(3), pp. 496–508. Bonilla, Y. & Rosa, J., 2015. #Ferguson: Digital protest, hashtag ethnography, and the racial politics of social media in the United States: #Ferguson. American Ethnologist, p.n/a–n/a. Bornstein, A. et al., 2012. Critical Race Theory Meets the NYPD: An Assessment of Anti-Racist Pedagogy for Police in New York City. Journal of Criminal Justice Education, 23(2), pp. 174–204. Bourgois, P.I., 1995. In search of respect: selling crack in El Barrio, Cambridge; New York: Cambridge University Press. Boyer, D.C., 2005. The corporeality of expertise. Ethnos, 70, pp. 243–266. Brisman, A. & South, N., 2013. A green cultural criminology: An exploratory outline. Crime, Media, Culture, 9(2), pp. 115–135. Brodeur, J.-P., 2007. An encounter with Egon Bittner. Crime, Law and Social Change, 48(3–5), pp. 105–132. Brodeur, J.-P., 2005. Police Studies Past and Present: A Reaction to the Articles Presented by Thomas Feltes, Larry T. Hoover, Peter K. Manning, and Kam Wong, Police Quarterly, 8(1), pp. 44–56. Brodeur, J.-P. & Dupont, B., 2006. Knowledge workers or ‘knowledge’ workers? Policing & Society, 16(1), pp. 7–26. Burton, O., 2015. Black Lives Matter: A Critique of Anthropology. Fieldsights - Hot Spots, Cultural Anthropology Online (#BlackLivesMatter: Anti-Black Racism, Police Violence, and Resistance). Carrier, J.G., 1995. Occidentalism: images of the West, Oxford: Oxford University Press.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

23

Chagnon, N., 1968. The fierce people, New York: Holt, Rinehart & Winston. Chan, J., 1997. Introduction. Changing Police Culture: policing in a multicultural society, pp.15–27. Civico, A., 2012. ‘We are illegal, but not illegitimate.’ Modes of Policing in Medellin, Colombia. PoLAR: Political and Legal Anthropology Review, 35(1), pp. 77–93. Clifford, J., 1988. The predicament of culture: twentieth-century ethnography, literature, and art, Cambridge, Mass.: Harvard University Press. Clifford, J. & Marcus, G.E., 1986. Writing culture: the poetics and politics of ethnography, Berkeley: University of California Press. Collier, S.J. & Ong, A., 2005. Global Assemblages, Anthropological Problems. In A. Ong & S.J. Collier, eds. Global assemblages: technology, politics, and ethics as anthropological problems. Malden, MA: Blackwell Publishing, pp. 1–21. Comaroff, J. & Comaroff, J.L., 2006. Law and disorder in the post colony: an introduction. In J. Comaroff & J.L. Comaroff, eds. Law and disorder in the post colony. Chicago: University of Chicago Press, pp. 1–56. Comaroff, J. & Comaroff, J.L., 2004. Criminal Obsessions, after Foucault: Postcoloniality, Policing, and the Metaphysics of Disorder. Critical Inquiry, 30(4), pp. 800–824. Comaroff, J.L., 2006. Figuring Crime: Quant facts and the Production of the Un/Real. Public Culture, 18(1), pp. 209–246. Comaroff, J.L., 2013. Foreword. In W. Garriott, ed. Policing and Contemporary Governance: the anthropology of police in practice. New York: Palgrave Macmillan, pp. xi–xxii. Cooper-Knock, S.J. & Owen, O., 2015. Between vigilantism and bureaucracy: Improving our understanding of police work in Nigeria and South Africa. Theoretical Criminology, 19(3), pp. 355–375. Cox, A.M., 2015. The Choreography of Survival. Fieldsights: Hot Spots, Cultural Anthropology Online (#BlackLivesMatter: Anti-Black Racism, Police Violence, and Resistance). Craze, M.S. & Stalcup, J., 2011. How We Train Our Cops to Fear Islam. The Washington Monthly. Cunha, M., 2014. The Ethnography of Prisons and Penal Confinement. Annual Review of Anthropology, 43(1), pp. 217–233. Das, V., 2008. Violence, Gender, and Subjectivity. Annual Review of Anthropology, 37(1), pp. 283–299. Das, V., 2007. Life and words: violence and the descent into the ordinary, Berkeley: University of California Press. Das, V. & Poole, D., 2004. Anthropology in the margins of the state 1st ed., Santa Fe, N.M.: School of American Research Press. Das, V. et al. eds., 2000. Violence and subjectivity, Berkeley: University of California Press. Deal, J.L., 2010. Torture by Cieng: Ethical Theory Meets Social Practice among the Dinka Agaar of South Sudan. American Anthropologist, 112(4), pp. 563–575.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

24

De Genova, N.P., 2002. Migrant ‘Illegality’ and Deportability in Everyday Life. Annual Review of Anthropology, 31(1), pp. 419–447. Diphoorn, T., 2015. Twilight policing: private security and violence in urban South Africa 1st ed., Berkeley: University of California Press. Dominguez, V., 2012. Introduction. American Anthropologist (Virtual Issue – Violence: Anthropologists Engaging Violence 1980–2012). Drybread, K., 2014. Murder and the Making of Man-Subjects in a Brazilian Juvenile Prison. American Anthropologist, 116(4), pp. 752–764. Fabian, J., 2014. Time and the other: how anthropology makes its object, Columbia University Press. Fassin, D., 2013. Why Ethnography Matters: On Anthropology and Its Publics. Cultural Anthropology, 28(4), pp. 621–646. Fassin, D., 2011. Policing Borders, Producing Boundaries: the Governmentality of Immigration in Dark Times. Annual Review of Anthropology, 40(1). Fassin, D., 2008. Beyond Good and Evil?: Questioning the Anthropological Discomfort with Morals. Anthropological Theory, 8(4), pp. 333–344. Fassin, D., 2006. Riots in France and silent anthropologists. Anthropology Today, 22(1), pp. 1–3. Fassin, D. & D’halluin, E., 2005. The Truth from the Body: Medical Certificates as Ultimate Evidence for Asylum Seekers. American Anthropologist, 107(4), pp. 597–608. Fearnley, L., 2008. Signals Come and Go: Syndromic Surveillance and Styles of Biosecurity. Environment and Planning A, 40(7), pp. 1615–1632. Feldman, A., 1991. Formations of violence: the narrative of the body and political terror in Northern Ireland, University of Chicago Press. Feldman, I., 2010. Ad Hoc Humanity: UN Peacekeeping and the Limits of International Community in Gaza. American Anthropologist, 112(3), pp. 416–429. Feldman, I., 2008. Governing Gaza: bureaucracy, authority, and the work of rule, 1917–1967, Durham: Duke University Press. Feldman, I., 2007. Observing the Everyday. Interventions, 9(April 2013), pp. 414–433. Feldman, I. & Ticktin, M., 2010. In the name of humanity: the government of threat and care, Durham, N.C.: Duke University Press. Ferguson, J. & Gupta, A., 2002. Spatializing States: Toward an Ethnography of Neoliberal Governmentality. American Ethnologist, 29(4), pp. 981–1002. Ferrell, J., 1997. Criminological Verstehen: Inside the Immediacy of Crime. Justice Quarterly, 14(1), pp. 3–23. Ferrell, J., Hayward, K.J. & Young, J., 2008. Cultural Criminology: An Invitation, London: SAGE Publications Ltd.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

25

Fortune, R.F., 1939. Arapesh warfare. American Anthropologist, 41(1), pp. 22–41. Foucault, M., 2009. Security, Territory, Population: Lectures at the Collège de France 1977–1978 (Lectures at the College de France), 1st ed., M. Senellart et al., eds., New York: Picador. Foucault, M., 2003. ‘Omnes et Singulatim’: toward a critique of political reason. In P. Rabinow & N.S. Rose, eds. The Essential Foucault: selected works from The Essential Works of Foucault 1954–1984. New York: The New Press, pp. 180–201. Foucault, M., 1971. The order of things; an archaeology of the human sciences, New York: Vintage Books. Frake, C.O., 1998. Abu Sayyaf: Displays of Violence and the Proliferation of Contested Identities among Philippine Muslims. American Anthropologist, 100(1), pp. 41–54. Gambetti, Z. & Godoy-Anativia, M., eds., 2013. Rhetorics of insecurity: belonging and violence in the neoliberal era, New York: NYU Press. Garces, C., 2014a. Abstracting the Checkpoint: American Fantasy-lives and Security Nightmares. Journal of Postcolonial Writing, 50(1), pp. 31–44. Garces, C., 2014b. Ecuador’s ‘Black site’: On Prison Securitization and its Zones of Legal Silence. Focaal, 2014(68), pp. 18–34. Garces, C., 2010. The Cross Politics of Ecuador’s Penal State. Cultural Anthropology, 25(3), pp. 459–496. Garriott, W., 2013. Police in Practice: The Pragmatics of Police Power in the Contemporary World. In Policing and contemporary governance: the anthropology of police in practice. New York: Palgrave. Garriott, W., 2011. Policing methamphetamine: narcopolitics in Rural America, New York: New York Univeristy Press. Garriott, W., 2010. Targeting the Local: Policing Clandestine Methamphetamine Production in a Rural US Community. Canadian Journal of Law and Society, 25(1), pp. 1–19. Geertz, C., 1973. Deep Play: Notes on the Balinese Cockfight. In New York: Basic Books, pp. 412–454. Goldstein, D.M., 2012a. Decolonialising ‘actually existing neoliberalism.’ Social Anthropology, 20(3), pp. 304–309. Goldstein, D.M., 2012b. Outlawed: between security and rights in a Bolivian city, Durham, N.C.: Duke University Press. Goldstein, D.M., 2010. Toward a Critical Anthropology of Security. Current Anthropology, 51(4), pp. 487–517. Gopfert, M., 2013. Bureaucratic Aesthetics: Report Writing in the Nigerien Gendarmerie. American Ethnologist, 40(2), pp. 324–334. Greenhouse, C.J., 2011. The paradox of relevance: ethnography and citizenship in the United States, Philadelphia: University of Pennsylvania Press. Gupta, A. & Ferguson, J., 1997. Discipline and Practice: ‘The Field’ as Site, Method, and Location in Anthropology. In A. Gupta & J. Ferguson, eds. Anthropological locations. Berkeley: University of California Press, pp. 1–47.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

26

Gupta, A. & Ferguson, J., 1992. Beyond ‘Culture’: Space, Identity, and the Politics of Difference. Cultural Anthropology. Haanstad, E.J., 2009. Violence and Temporal Subjectivity. Anthropology and Humanism, 34(1), pp. 71–82. Habermas, J. & McCarthy, T., 1977. Hannah Arendt’s Communications Concept of Power. Social Research, 44(1), pp. 3–24. Hacking, I., 1990. The taming of chance 1st ed., Cambridge, Mass.: Cambridge University Press. Hannerz, U., 1980. Exploring the city: inquiries toward an urban anthropology, New York: Columbia University Press. Hayward, K.J. & Young, J., 2004. Cultural Criminology: Some Notes on the Script. Theoretical Criminology, 8(3), pp. 259–273. Horn, D.G., 2003. The criminal body: Lombroso and the anatomy of deviance, London: Routledge. Hornberger, J., 2013. From General to Commissioner to General – On the Popular State of Policing in South Africa. Law & Social Inquiry, p.n/a–n/a. Hornberger, J., 2011. Policing and human rghts: the meaning of violence and justice in the everyday policing of Johannesburg, London: Routledge. Hornberger, J., 2010. Human Rights and Policing: Exigency or Incongruence? Annual Review of Law and Social Science, 6(1), pp. 259–283. Hornberger, J., 2004. ‘My police – your police’: The Informal Privatisation of the Police in the Inner City of Johannesburg. African Studies, 63(2), pp. 213–230. Hull, M.S., 2012. Documents and Bureaucracy. Annual Review of Anthropology, 41(1), pp. 251–267. Inda, J.X., 2006. Border Prophylaxis: Technology, Illegality, and the Government of Immigration. Cultural Dynamics, 18(2), pp. 115–138. Inda, J.X. & Rosaldo, R., 2002. Introduction: a world in motion. In The Anthropology of Globalization: a reader. Oxford, UK: Blackwell, pp. 1–34. Isbell, B.J., 1998. Violence in Peru: Performances and Dialogues. American Anthropologist, 100(2), pp. 282–292. Jauregui, B., 2015. Just Warriors: Police Vigilantism and Cosmologies of Justice in Northern India. Conflict and Society, 1(1). Jauregui, B., 2014. Provisional Agency in India: Jugaad and Legitimation of Corruption. American Ethnologist, 41(1), pp. 76–91. Jauregui, B., 2013a. Beatings, Beacons, and Big Men: Police Disempowerment and Delegitimation in India. Law & Social Inquiry, 38(3), pp. 643–669. Jauregui, B., 2013b. Cultures of Legitimacy and Postcolonial Policing: Guest Editor Introduction. Law & Social Inquiry, p.n/a–n/a.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

27

Jauregui, B., 2013c. Cultures of Legitimacy and Postcolonial Policing: Guest Editor Introduction. Law & Social Inquiry, p.a. Jensen, S. & Buur, L., 2004. Every day Policing and the Occult: Notions of Witchcraft, Crime and ‘The People.’ African Studies, 63(2), pp. 193–211. Jusionyte, I., 2015. Savage frontier: making news and security on the Argentine border, Oakland, California: University of California Press. Jusionyte, I., 2014. For Social Emergencies’ We Are 9-1-1’: How Journalists Perform the State in an Argentine Border Town. Anthropological Quarterly, 87(1), pp. 151–181. Kaluszynski, M., 2014. Alphonse Bertillon et l’anthropometrie judiciaire. L’identification au coeur de l’ordre republicain. Criminocorpus. Revue d’Histoire de la justice, des crimes et des peines. Kane, S.C., 2004. The Unconventional Methods of Cultural Criminology. Theoretical Criminology, 8(3), pp. 303–321. Karpiak, K.G., 2013a. Adjusting La Police: The Use of Distance in the Calibration of Legitimate Violence among the Police Nationale. Policing and Contemporary Governance: The Anthropology of Police in Practice, p. 79. Karpiak, K.G., 2013b. ‘Fault Lines’ in an Anthropology of Police, Both Public and Global. Anthropology News, 54(11–12), pp. 3–4. Karpiak, K.G., 2013c. Jock Young: The Criminological Imagination. Critical Criminology, 21(3), pp. 389–391. Karpiak, K.G., 2010. Of Heroes and Polemics: ‘The Policeman’ in Urban Ethnography. PoLAR: Political and Legal Anthropology Review, 33(May), pp. 7–31. Kerrigan, D., 2015. Transnational Anti-Black Racism and State Violence in Trinidad. Fieldsights – Hot Spots, Cultural Anthropology Online (#BlackLivesMatter: Anti-Black Racism, Police Violence, and Resistance). Keyes, C.F., 2002. Weber and Anthropology. Annual Review of Anthropology, 31(1), pp. 233–255. Kirksey, S. & Helmreich, S., 2010. The Emergence of Multispecies Ethnography. Cultural Anthropology, 25(4), pp. 545–576. Kohn, E., 2007. How Dogs Dream: Amazonian Natures and the Politics of Transspecies Engagement. American Ethnologist, 34(1), pp. 3–24. Lakoff, A., 2008. The Generic Biothreat, or, How We Became Unprepared. Cultural Anthropology, 23(3), pp. 399–428. Lakoff, A. & Collier, S.J., 2008. Biosecurity interventions: global health & security in question, New York: Columbia University Press. Langlitz, N., 2009. Pharmacovigilance and Post-Black Market Surveillance. Social Studies of Science, 39(3), pp. 395–420. Larkin, B., 1997. Indian Films and Nigerian Lovers: Media and the Creation of Parallel Modernities. Africa, 67(03), pp. 406–440. Latour, B., 2014. Anthropology at the Time of the Anthropocene – A Personal View of What is to be Studied.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

28

Loader, I. & Sparks, R., 2013. Public criminology?, London: Routledge. Loader, I. & Sparks, R., 2010. What is to be Done with Public Criminology? Criminology & Public Policy, 9(4), pp. 771–781. Loftus, B., 2010. Police Occupational Culture: Classic Themes, Altered Times. Policing and Society, 20(1), pp. 1–20. Lombroso, C., 2006. Criminal man, Durham, NC: Duke University Press Books. MacPhail, T., 2014. The viral network: a pathography of the H1N1 influenza pandemic, 1st ed., Ithaca: Cornell University Press. Madsen, M.L., 2004. Living for Home: Policing Immorality Among Undocumented Migrants in Johannesburg. African Studies, 63(2), pp. 173–192. Maguire, M., 2009. The Birth of Biometric Security. Anthropology Today, 25(2), pp. 9–14. Maguire, M., Frois, C. & Zurawski, N. eds., 2014. The anthropology of security: perspectives from the frontline of policing, counter-terrorism and border control, London: Pluto Press. Malinowski, B., 1926. Crime and custom in primitive society, New York: Harcourt Brace and company. Manning, P.K., 2005. The Study of Policing. Police Quarterly, 8(1), pp. 23–43. Manning, P.K. & Van Maanen, J., 1978. Policing: A View From the Street., p. 0,360. Mansbridge, J., 1994. Using Power/Fighting Power. Constellations, 1(1), pp. 53–73. Marcus, G.E., 1998. The Uses of Complicity in the Changing Mis-en-Scene of Anthropological Fieldwork. In Ethnography through thick and thin. Princeton, N.J.: Princeton University Press, pp. 105–132. Martin, J.T., 2013a. Legitimate Force in a Particularistic Democracy: Street Police and Outlaw Legislators in the Republic of China on Taiwan. Law & Social Inquiry, p.n/a–n/a. Martin, J.T., 2013b. The Confucian Ethic and the Spirit of East Asian Police: A Comparative Study in the Ideology of Democratic Policing. Crime, Law and Social Change, 61(4), pp. 461–490. Martin, J.T., 2013c. The Hukou and Traditional Virtue: An Ethnographic Note on Taiwanese Policing. Theoretical Criminology, 17(2), pp. 261–269. Martin, J.T., 2012. How Law Matters to the Taiwanese Police. Anthropology News, 53(10), p. 10. Masco, J., 2014. The theater of operations: national security affect from the Cold War to the War on Terror, Durham, N.C.: Duke University Press Books. Mayerne, L.T. de & Le Bouc, J., 1611. La monarchie aristodemocratique, ou, Le gouuernement composé et meslé des trois formes de legitimes republiques: aux Estats generaux des Prouinces Confederees des Pays-bas, A Paris: Chez Iean Le Bouc. McElhinny, B., 2001. See No Evil, Speak No Evil: White Police Officers’ Talk about Race and Affirmative Action. Journal of Linguistic Anthropology, 11, pp. 65–78.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

29

McElhinny, B., 1995. Challenging Hegemonic Masculinities: Female and Male Police Officers Handling Domestic Violence. In New York: Routledge. Mead, M., 1940. Warfare is Only an Invention, Not a Biological Necessity. Asia, pp. 402–405. Mitchell, T., 1991. The Limits of the State: Beyond Statist Approaches and Their Critics. The American Political Science Review, 85, pp. 77–96. Moore, A., 2015. The Anthropocene: A Critical Exploration. Environment & Society, 6(1), pp. 1–3. Morley, D., Robins, K. et al., 2002. Spaces of identity: Global media, electronic landscapes and cultural boundaries, London: Routledge. Moses, D.N., 2009. The promise of progress: the life and work of Lewis Henry Morgan, 1st ed., Columbia: University of Missouri. Mulla, S., 2014. The violence of care: rape victims, forensic nurses, and sexual assault intervention, New York; London: New York University Press. Mutsaers, P., 2014. ‘All of Me’: Psychologizing Turkish-Dutch Police Officers in the Netherlands. Anthropology of Work Review, 35(2), pp. 72–83. Mutsaers, P., Simpson, J. & Karpiak, K.G., 2015. The Anthropology of Police as Public Anthropology. American Anthropologist, 117(4). Nader, L., 1989. Orientalism, Occidentalism and the Control of Women. Cultural Dynamics, (2), pp. 323–355. Nader, L., 1972. Up the Anthropologist – Perspectives Gained from Studying Up. In D. H. Hymes, ed., Reinventing anthropology. New York: Pantheon Books, pp. 284–311. Neocleous, M., 1998. Policing and Pin-making: Adam Smith, Police and the State of Prosperity. Policing and Society, 8(4), pp. 425–449. O’Dougherty, M., 2006. Public Relations, Private Security: Managing Youth and Race at the Mall of America. Environment and Planning D: Society and Space, 24(1), pp. 131–154. O’Neill, K.L., 2015. Secure the soul: Christian piety and gang prevention in Guatemala, Oakland, California: University of California Press. Oomen, B., 2004. Vigilantism or Alternative Citizenship? The Rise of Mapogo a Mathamaga. African Studies, 63(2), pp. 153–171. Paperman, P., 2003. Surveillance Underground: The Uniform as an Interaction Device. Ethnography, 4(3), pp. 397–419. Parnell, P.C., 2003. Criminalizing colonialism, Gordonsville, VA: Palgrave Macmillan. Parnell, P.C. & Kane, S.C., 2003. Crime’s power: anthropologists and the ethnography of crime, New York: Palgrave Macmillan. Pasquino, P., 1991. Criminology: The Birth of a Special Knowledge. In G. Burchell, C. Gordon, & P. Miller, eds. The Foucault Effect: studies in governmentality. London: Harvester Wheatsheaf, pp. 235–250.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

30

Penglase, B., 2013. Invading the Favela: Echoes of Police Practices among Brazil’s Urban Poor. In W. Garriott, ed. Policing and contemporary governance: the anthropology of police in practice. New York: Palgrave Macmillan, pp. 31–52. Penglase, B., 2009. Interview: The ‘New Anthropology of Crime.’ PoLAR: Political and Legal Anthropology Review, 32(1), pp. 105–123. Penglase, B., 2007. Barbarians on the Beach: Media Narratives of Violence in Rio de Janeiro, Brazil. Crime, Media, Culture, 3(3), pp. 305–325. Penglase, B., 2005. The Shutdown of Rio de Janeiro: The Poetics of Drug Trafficker Violence. Anthropology Today, 21, pp. 3–6. Pollack, M., 1988. La place de Max Weber dans le champ intellectuel francais. Droit et Societé, 9, pp. 195–210. Rabinow, P., 1989. French modern: norms and forms of the social environment, Cambridge, Mass.: MIT Press. Rabinow, P. & Stavrianakis, A., 2013. Demands of the day: on the logic of anthropological inquiry, University Of Chicago Press. Rafter, N., 2008. The criminal brain: understanding biological theories of crime, New York: New York University Press. Ralph, L., 2014. Renegade dreams: living through injury in gangland Chicago, Chicago; London: University of Chicago Press. Ralph, L., 2013. The Qualia of Pain: How Police Torture Shapes Historical Consciousness. Anthropological Theory, 13(1–2), pp. 104–118. Rees, T., 2015. Developmental Diseases – An Introduction to the Neurological Human (in motion). American Ethnologist, 42(1), pp. 161–174. Rees, T., 2010. Being Neurologically Human Today: Life and Science and Adult Cerebral Plasticity. American Ethnologist, 37(1), pp. 150–166. Reiner, R., 2015. Revisiting the Classics: Three Seminal Founders of the Study of Policing: Michael Banton, Jerome Skolnick and Egon Bittner. Policing and Society, 25(3), pp. 308–327. Rhodes, L.A., 2004. Total Confinement: Madness and Reason in the Maximum Security prison, 1st ed., Berkeley: University of California Press. Rhodes, L.A., 2001. Toward an Anthropology of Prisons. Annual Review of Anthropology, 30, pp. 65–83. Richardson, M., 2015. Killed Outright or Left to Die: Black (Trans) Women and the Police State. Fieldsights – Hot Spots, Cultural Anthropology Online (#BlackLivesMatter: Anti-Black Racism, Police Violence, and Resistance). Rizzo, L., 2013. Shades of Empire: Police Photography in German South-West Africa. Visual Anthropology, 26(4), pp. 328–354. Robb Larkins, E.M.R., 2015. The spectacular favela: violence in modern Brazil, (Place of publication not identified): University of California Press.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

31

Robb Larkins, E.R., 2013. Performances of Police Legitimacy in Rio’s Hyper Favela. Law & Social Inquiry, p.n/a–n/a. Robbins, J., 2013. Beyond the Suffering Subject: Toward an Anthropology of the Good. Journal of the Royal Anthropological Institute, 19(3), pp. 447–462. Roberts, S., 1979. ‘Introduction’ & ‘Order and Continuity in Everyday Life.’ In Order and Dispute: an Introduction to Legal Anthropology. New York: St. Martin’s Press, pp. 11–16, 30–44. Roitman, J., 2006. The Ethics of Illegality in the Chad Basin. In J. Comaroff & J.L. Comaroff, eds. Law and disorder in the postcolony. Chicago: University of Chicago Press, pp. 242–247. Rosaldo, R., 1993. Culture & truth: the remaking of social analysis: with a new introduction, 2nd ed., Boston: Beacon Press. Roscoe, P., 2003. Margaret Mead, Reo Fortune, and Mountain Arapesh Warfare. American Anthropologist, 105(3), pp. 581–591. Rouse, R., 1991. Mexican Migration and the Social Space of Postmodernism. Diaspora, 1, pp. 8–23. Rudnyckyj, D., 2011. Circulating Tears and Managing Hearts: Governing Through Affect in an Indonesian Steel Factory. Anthropological Theory, 11, pp. 63–87. Sagan, D., 2012. The Human is More than Human: Interspecies Communities and the New ‘Facts of Life.’ Cultural Anthropology Online, (March), pp. 1–15. Said, E.W., 1979. Orientalism, 1st Vintage Books edition., New York: Vintage. Samimian-Darash, L., 2013. Rebuilding the Body Through Violence and Control. Ethnography, 14(1), pp. 46–63. Samimian-Darash, L., 2011. Governing Through Time: Preparing for Future Threats to Health and Security. Sociology of Health & Illness, 33(6), pp. 930–945. Samimian-Darash, L., 2009. A Pre-event Configuration for Biological Threats: Preparedness and the Constitution of Biosecurity Events. American Ethnologist, 36(3), pp. 478–491. Sanford, V.D., 2006. Anthropologies of Violence and Resistance. American Anthropologist, 108(3), pp. 534–537. Schneider, J. & Schneider, P., 2008. The Anthropology of Crime and Criminalization. Annual Review of Anthropology, 37(1), pp. 351–373. Scott, J.C., 1990. Domination and the arts of resistance: Hidden transcripts, New Haven, Conn.: Yale University Press. Shearing, C.D., 1992. The Relation between Public and Private Policing. Crime and Justice, pp. 399–435. Shearing, C.D. & Marks, M., 2011. Being a New Police in the Liquid 21st Century. Policing, 5(3), pp. 210–218. Siegel, J.T., 1998. A new criminal type in Jakarta: counter-revolution today, Durham N.C.: Duke University Press.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

32

Simpson, J., 2015. Police and Homeless Outreach Worker Partnerships: Policing of Homeless Individuals with Mental Illness in Washington, DC. Human Organization, 74(2), pp. 125–134. Stalcup, M., 2015. Policing Uncertainty: On Suspicious Activity Reporting. In L. Samimian-Darash & P. Rabinow, eds. Modes of uncertainty: anthropological cases. Chicago: University Of Chicago Press, pp. 69–80. Stalcup, M., 2013. Interpol and the Emergence of Global Policing. In W. Garriott, ed. Policing and contemporary governance: the anthropology of police in practice. New York: Palgrave Macmillan, pp. 231–262. Stewart, M., 2015. Rethinking the Call: The Limits of Cameras and Training. Fieldsights - Hot Spots, Cultural Anthropology Online (#BlackLivesMatter: Anti-Black Racism, Police Violence, and Resistance). Stewart, M., 2013. Smooth Effects: The Erasure of Labour and Production of Police as Experts through Augmented Objects. M/C Journal, 16(6). Stewart, M., 2011. The Space Between the Steps: Reckoning in an Era of Reconciliation. Contemporary Justice Review, 14(1),pp. 43–63. Stocking, G.W. ed., 1989. Romantic motives: essays on anthropological sensibility, Madison, Wis.: University of Wisconsin Press. Stuesse, A. & Coleman, M., 2014. Automobility, Immobility, Altermobility: Surviving and Resisting the Intensification of Immigrant Policing. City & Society, 26(1), pp. 51–72. Tankebe, J., 2013. In Search of Moral Recognition? Policing and Eudaemonic Legitimacy in Ghana. Law & Social Inquiry, p.n/a–n/a. Taussig, M., 2006. NYDP Blues. In Walter Benjamin’s Grave. The University of Chicago Press, pp. 175–187. Taylor, J., 2013. ‘We Are All Oscar Grant’: Police Brutality, Death, and the Work of Mourning. Transforming Anthropology, 21(2), pp. 187–197. Ticktin, M.I., 2011. Casualties of Care: Immigration and the Politics of Humanitarianism in France, University of California Press. Ticktin, M., 2006. Where Ethics and Politics Meet: The Violence of Humanitarianism in France. American Ethnologist, 33, pp. 33–49. Trouillot, M.-R., 1991. Anthropology and the Savage Slot: The Poetics and Politics of Otherness. In R.G. Fox, ed. Recapturing anthropology: working in the present. Santa Fe, N.M.: School of American Research Press, pp. 17–44. Tsing, A.L., 2005. Friction: an ethnography of global connection, Princeton, N.J.: Princeton University Press. Verdery, K., 2014. Secrets and truths, Budapest; New York: Central European University Press. Vigneswaran, D. & Hornberger, J., 2009. Beyond ‘Good Cop’/’Bad Cop’: Understanding Informality and Police Corruption in South Africa. Walter, E.V., 1964. Power and Violence. The American Political Science Review, 58(2), pp. 350–360.

Prohibida su reproducción sin permiso de sus autores y editores

33

Weber, M., 2004. Politics as a Vocation. In D. Owen & T.B. Strong, eds. The Vocation Lectures. Cambridge, UK: Hackett Publishing Company, pp. 32–94. Wender, J.M., 2008. Policing and the poetics of everyday life, Urbana: University of Illinois Press. Whitehead, N.L., 2009. Post-Human Anthropology. Identities, 16(1), pp. 1–32. Williams, B.C., 2015. Introduction: #BlackLivesMatter. Fieldsights – Hot Spots, Cultural Anthropology Online (#BlackLivesMatter: Anti-Black Racism, Police Violence, and Resistance), p. June 29, 2015. Wolf, E.R., 1982. Introduction. In Europe and the People Without History. Berkeley: University of California Press, pp. 1–23. Young, J., 2011. Criminological imagination 1st ed., New York: Polity Press. Young, M., 1991. An inside job: policing and police culture in Britain, Oxford England: New York: Oxford University Press. Zedner, L., 2006. Policing Before and After the Police: The Historical Antecedents of Contemporary Crime Control. British Journal of Criminology, 46(1), pp. 78–96.