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María Rosa Montanari
(Basado en Labinowicz, Ed.1982. Introducción a Piaget. Fondo Educativo
Interamericano. México-Hay ediciones recientes-)
Labinowicz, en el magnífico libro mencionado, presenta las características de
un ambiente escolar para el aprendizaje activo.
Según Jean Piaget, cuatro son los factores que intervienen en el desarrollo de
la inteligencia y de los aprendizajes: experiencia física, experiencia social,
maduración y equilibración, fundamental, pues coordina a los anteriores.
Todo salón de clases debería proporcionar al “aprendiz” posibilidades para
interactuar activamente con los materiales, con los/as otras, con un tiempo
adecuado para madurar y desarrollar ideas y oportunidad para promover
encuentros físicos o sociales o consigo mismo que desafíen las estructuras
cognitivas permitiendo avanzar hacia niveles superiores de entendimiento.
EXPERIENCIA FÍSICA
Tal como enfatiza Labinowicz, la manipulación e interacción con los
materiales es de crucial importancia para el desarrollo intelectual, sobre todo
durante las etapas anteriores a la lógica formal, es decir, antes de los 14 ó 15
años.
La niñez aprende de su interacción física con las situaciones.
Dicha transformación no sólo cambia la situación sino también al propio
niño/a, quien modifica sus estructuras de pensamiento al operar con la
realidad. La realidad, al resistirse a las expectativas generadas por las acciones
de los niños/as, desafía su pensamiento culminando con la aparición de nuevos
esquemas de comprensión, más ricos y complejos.
Es así que Labinowicz comenta ( op. cit.p:210)
Es muy importante que el maestro pueda crear o adaptar o presentar, en el
momento oportuno, materiales existentes que le permitan al estudiantado
construir el conocimiento por sí mismo y avanzar en sus niveles de
comprensión.
Debe estar atento/a para saber cuál es ése momento de modo de no adelantarse
ni posponer demasiado su presentación, pues de lo contrario podría
obstaculizar la generación del conocimiento por parte del “aprendiz”.
Por ejemplo, en una investigación que efectuáramos “Ensayos para el
Desarrollo del Pensamiento y los Aprendizaje. El Constructivismo en la
Escuela” (Montanari, María Rosa.1997. Universidad de Panamá. Panamá),
planificamos y ejecutamos con el profesorado participante episodios en el
salón de clases para facilitar la construcción del concepto de peso específico.
En aquellos años, el estreno de la película TITANIC había motivado
muchísimo a jóvenes y adultos/as por lo que decidimos partir de la siguiente
interrogante: por qué se hundió el TITANIC, por qué se hunden los cuerpos.
Conjuntamente con el profesor de la asignatura, decidimos que se constituirían
grupos y a cada grupo se les entregaría un recipiente con agua, maderitas,
agujas, clavos, objetos de plástico, grandes, medianos, pequeños, también una
pequeña balanza, etc.
Una vez en el salón de clases, entusiasmado, el profesor comentó que había
visto la película solicitando, a continuación, comentarios a los y las
estudiantes acerca de la misma. Muchos narraron sorprendidos la manera
cómo se había hundido el barco ante lo cual, el profesor sistematizó la
inquietud preguntando: por qué se hunden los objetos, cómo se hunden los
cuerpos.
Es así que se procedió a dividir el salón en grupos y se les entregó el material
seleccionado.
Se les pidió que predijeran si los objetos facilitados se hundirían o flotarían, lo
anotaran en sus Hojas de Predicciones, y luego comprobaran el resultado de
sus predicciones. También avanzaran explicaciones de lo sucedido.
Al momento de poner en común el resultado de sus experiencias, algunos
grupos adelantaron que algunos cuerpos se hunden y otros no porque los
primeros son más pesados que los segundos.
En ese momento el profesor les pidió que buscaran la manera de corroborar
esa conclusión. Cómo podrían hacerlo con los materiales entregados.
-: ¡podemos pesarlos!- dijeron algunos. Es así como tomaron una madera, la
pesaron; luego pesaron el clavo. ¡Pesaba menos que la madera pero se hundía
y la madera no!
Esa excelente discrepancia entre las predicciones, las explicaciones y la
realidad, dio pie a nuevas y enriquecedoras elaboraciones, desequilibrios y
reequilibraciones que, en la siguiente clase, permitieron arribar al concepto de
densidad. Se introdujo en ella un recipiente con agua salada que también
resultó esencial para generar el concepto objeto de conocimiento.
La presencia de la balanza y los materiales bien seleccionados fueron
fundamentales, en este ejemplo, para el logro del objetivo buscado.
Los diferentes tipos de materiales presentados permitieron identificar las
variables claves: las densidades relativas de los líquidos y de los sólidos de
cada recipiente.
Labinowicz recuerda:
- Los materiales deben ser suficientes.
- Los materiales deben estar bien distribuidos paran que todos y todas
interactúen con ellos.
- Los materiales deben recolectarse y guardarse adecuadamente.
- Evitar frustraciones por interrupciones inoportunas.
EXPERIENCIA SOCIAL
Para Piaget, la interacción social también es fundamental para promover el
desarrollo del pensamiento y los aprendizajes.
Por ello alienta el trabajo grupal: las discusiones surgidas al tratar de resolver
situaciones con propuestas diferentes, obliga a colocarse en el punto de vista
de los demás, justificar opiniones, comprender diversos puntos de vista,
entender explicaciones de diferente nivel de complejidad, argumentar, contra
argumentar, todo lo cual conlleva a desequilibrios y reequilibraciones
sucesivas.
Piaget dice que cooperación es en realidad, CO-OPERACIÓN.
Algunos niños/as enriquecen su comprensión acerca de las situaciones
presentadas, luego de dialogar e interactuar con sus compañeros/as.
La mayoría evidencia adelantos en su comprensión intelectual, dependiendo
de su nivel de competencia inicial, pero avanzan con las interacciones físicas y
sociales.
En la experiencia reseñada, niños/as que se mantuvieron callados al principio,
mostraron evidencia de actividad mental cuando luego verbalizaron sus
experiencias y pensamientos.
Dice Labinowicz,(op.cit.p:217) “En los debates abiertos los niños deben sentirse
libres de poner a prueba sus ideas. El maestro debe ayudar a formar un
ambiente de seguridad psicológica estimulando cualquier intento honesto por
parte de los niños y apoyar a aquellos que se arriesgan a compartir ideas
tentativas, explicaciones alternas u otras especulaciones. Además el maestro
no tratará de ocultar cualquier error que se cometa ni encubrirá los disparates
de los niños por falta de observación. Dirá simplemente que los errores son
humanos que son parte natural y valiosa del proceso de aprendizaje debido a
la retroalimentación que proporcionan. Lazer Golberg describe errores desde
un ángulo que bien podría estimular el deseo de los niños por arriesgarse a
compartir ideas:
Los errores hacen que el corazón crezca más.
Todos los errores honestos son respetados.
Los errores que interesan son admirados.
Los niños que rara vez se equivocan,
Rara vez se atreven a dar ideas que son suyas”
El maestro estará dispuesto también a admitir aquello que no sabe.
MADURACIÓN
El sistema nervioso controla potencialidades intelectuales y no es
completamente maduro hasta los 15 ó 16 años.
Cuanto más edad tenga el /la joven es probable que tenga más posibilidades
intelectuales. El factor maduración, vinculado a una dimensión temporal, es
crucial.
En el salón de clases, el factor maduración se traduce en tiempo.
Tiempo para pensar, tiempo para resolver, tiempo para experimentar, tiempo
para madurar ideas, opinar, argumentar, proponer, escuchar.
Dado que Piaget, señala Labinowicz (op.cit.p:223y 224)
EQUILIBRACIÓN
La equilibración es el cuarto factor que influye en el desarrollo de la
inteligencia- es el mecanismo que explica su evolución- y los aprendizajes.
Coordina a los factores anteriores y acompaña el ciclo de interacciones entre
la niñez y su medio ambiente. Esto coloca a la niñez como el móvil principal
de su propio desarrollo intelectual.
Señala Labinowicz (op.cit.: p:225 a 228 y 232):