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EL COMENTARIO DE TEXTO NARRATIVO EL COMENTARIO DE TEXTO NARRATIVO 1º FASE: Lectura del texto y comprensión global del texto 2º FASE: Localización y situación del texto 1. Autor: Biografía, trayectoria, estilo y obras publicadas 2. Movimiento literario: En el que se inscribe el autor y la obra. Recordar que un autor, generalmente, atraviesa diversas etapas literarias. 3. Momento histórico: En que está escrita la obra. Reconocer y analizar las circunstancias que vivió el autor y cómo estas se relacionan con el texto. 4. Relación del texto con otros parecidos: Sea por el tema, las ideas, el estilo, la época o cualquier variable. Se debe mencionar el título de otras obras o a otros autores que podrían relacionarse con el fragmento o texto leído. 3º FASE: Análisis de la estructura externa e interna del texto A. Análisis del contenido 1. Tema: Son las grandes preocupaciones que evidencia el autor en el texto. Estos son muy amplios y no solo están relacionados al ámbito literario. También pueden ser de orden social, político, económico, moral, filosófico, antropológico, etc. 2. Ideas: Son los subtemas que se desprenden del texto. Las ideas son específicas. 3. Sentimientos: Emociones o sentimientos que logra comunicar el autor en el poema. 4. Apartados: Son las partes en las que se estructura el tema. Son los grandes momentos expresados en el texto. Al identificar los apartados, se debe mencionar cuál es el tema de 1

Comentario de texto narrativo

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Guía comleta de cómo elaborar un comentario de texto narrativo

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Page 1: Comentario de texto narrativo

EL COMENTARIO DE TEXTO NARRATIVOEL COMENTARIO DE TEXTO NARRATIVO

1º FASE: Lectura del texto y comprensión global del texto

2º FASE: Localización y situación del texto

1. Autor: Biografía, trayectoria, estilo y obras publicadas

2. Movimiento literario: En el que se inscribe el autor y la obra. Recordar que un autor, generalmente, atraviesa diversas etapas literarias.

3. Momento histórico: En que está escrita la obra. Reconocer y analizar las circunstancias que vivió el autor y cómo estas se relacionan con el texto.

4. Relación del texto con otros parecidos: Sea por el tema, las ideas, el estilo, la época o cualquier variable. Se debe mencionar el título de otras obras o a otros autores que podrían relacionarse con el fragmento o texto leído.

3º FASE: Análisis de la estructura externa e interna del texto

A. Análisis del contenido

1. Tema: Son las grandes preocupaciones que evidencia el autor en el texto. Estos son muy amplios y no solo están relacionados al ámbito literario. También pueden ser de orden social, político, económico, moral, filosófico, antropológico, etc.

2. Ideas: Son los subtemas que se desprenden del texto. Las ideas son específicas.

3. Sentimientos: Emociones o sentimientos que logra comunicar el autor en el poema.

4. Apartados: Son las partes en las que se estructura el tema. Son los grandes momentos expresados en el texto. Al identificar los apartados, se debe mencionar cuál es el tema de cada uno de ellos en un enunciado breve sin verbo. Se debe mencionar la extensión, es decir, en qué línea empieza el apartado y en cuál acaba. Lo cual supone que previamente se ha debido enumerar las líneas del texto seleccionado.

B. Análisis de la forma (En esta parte se debe incluir referencias o citas textuales a manera de ejemplos)

1. El narrador: Tipo de narrador Punto de vista

2. Estructura y técnica narrativa:

Estructura cerrada: Responde al esquema clásico de la narración (presentación, nudo, desenlace)

Estructura abierta: No sigue el esquema anterior y directamente el texto nos introduce en la vida de los personajes.

Otras estructuras

3. El tiempo y espacio literario

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Page 2: Comentario de texto narrativo

Manejo del tiempo: lineal, prospectivo, retrospectivo Consignación del tiempo: precisa e imprecisa Repeticiones: singulativo, iterativo, repetitivo Escenas narrativas Espacios abiertos y cerrados Espacio físico y psicológico

4. Los personajes

5. Leit motiv

6. La descripción

7. El diálogo en la narración Diálogo directo e indirecto Soliloquios, monólogos, etc.

8. Recursos lingüísticos y literarios: El autor de un texto narrativo también emplea figuras literarias para expresar de manera bella su obra. Todos estos recursos también nos revelan el estilo del autor.

Plano fónico: Referido a los sonidos que más usa el autor con una intención retórica (aliteración, anáfora y onomatopeya).

Plano semántico: Análisis de las palabras, sinónimos, antónimos, etc. Nivel del lenguaje y tipo de registro empleado por el autor: culto, formal, coloquial, informal, etc. El tono que imprime en el texto a través de las funciones del lenguaje que emplea (comparación, metáfora, metonimia, antítesis, personificación, hipérbole, juego de palabras, calambur, dilogía, ironía, lítotes).

Plano morfosintáctico: Análisis de la estructura del texto en oraciones (simples, compuestas). Categorías gramaticales son las más usadas por el autor: sustantivos, adjetivos, verbos, etc. (hipérbaton, anáfora, paralelismo, epanadiplosis, anadiplosis)

4º FASE: Conclusión (Coherente e integradora)

1. Relaciones entre fondo y forma, que ya se han desarrollado.2. Estilo del autor, según lo analizado, qué es lo que más emplea que lo distingue

de otros escritores.3. Relación entre el tema y las ideas expuestas en el texto.4. Importancia o trascendencia del autor.5. apreciación personal madura, persuasiva y convincente.

ELEMENTOS DE LA NARRACIÓNELEMENTOS DE LA NARRACIÓN

El narradorEl narrador

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Page 3: Comentario de texto narrativo

Es la persona que se inventa el autor para que cuente la historia y, en este sentido, no debe

confundirse nunca con el autor mismo. Desempeña un papel fundamental en el relato: conduce

la historia, describe los ambientes y hace intervenir a los personajes. Además, ocurre con

frecuencia que no solo se limita a contar los hechos, sino que también los interpreta y los evalúa.

El narrador puede, incluso, dirigirse al lector o hace comentarios sobre la propia narración.

Tipos de narrador

1. En primera persona. Se trata de un narrador que participa de los acontecimientos. Esta

característica suele provocar un efecto de realidad muy fuerte en el lector. Puede

presentarse de dos modos:

Como protagonista de los hechos. En este caso suele ser el personaje principal, pues

realiza las acciones que relata.

Pero a la hora de despedirnos le pregunté: “Dime, ¿conoces a alguien parecido a mí, o que

tenga algo en común conmigo, y que se llame Julio?”. Reflexionó un momento y respondió: “No,

que yo recuerde. Pero, de veras, ¿no eres Julio?”

Edgardo Rivera Martínez, “A lo mejor soy Julio”, Cuentos completos

Como testigo de los hechos. En este caso, el narrador relata lo que observa que les

sucede a otro u otros personajes.

Quizá Sixto vino ya muerto y nosotros hemos vivido con un aparecido. Su cara, de puro hueso y

pellejo, la ponía a quemar al sol, en la puerta de su casa o la paseaba por la plaza cuando había

un buen tiempo.

Julio Ramón Ribeyro, “El chaco”, La palabra del mudo

2. En tercera persona. Se trata de un narrador que no participa de los acontecimientos. Puede

presentarse de dos modos:

Como narrador omnisciente absoluto. En este caso conoce todos los pensamientos y

las acciones de los personajes. Además, puede moverse libremente en el tiempo y en el

espacio.

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Page 4: Comentario de texto narrativo

También pensó que, después de todo, la abuela era desarmable como un robot que se convierte

en cadáver. Se metió los dientes al bolsillo y abrió el cajón de la mesa blanca.

Santiago Roncagliolo, “Pudor”

Como narrador omnisciente limitado. En este caso tiene un conocimiento incompleto

de las acciones y los pensamientos de los personajes. También tiene ciertas limitaciones

sobre el tiempo y el espacio.

A quienes lo entiendan así quiero contarles el destino de Benjamín Otárola, de quien acaso no

perdura un recuerda en el barrio de Balvanera y que murió en su ley, de un balazo, en los

confines de Río Grande do Sul. Ignoro los detalles de su aventura; cuando me sean revelados,

he de rectificar y ampliar estas páginas.

Jorge Luis Borges, “El muerto”, El Aleph

Los personajesLos personajes

Los personajes son los seres que intervienen en la historia que se narra. Ellos son quienes

realizan los actos o padecen los sucesos que forman la historia. No solo son seres humanos,

reales o imaginarios, pueden ser personajes de un relato; también los animales e incluso los

objetos pueden alcanzar esa categoría. Cuando esto ocurre, es frecuente que animales y objetos

aparezcan personificados, es decir, dotados de rasgos humanos.

Tipos de personajes

1. Según su importancia en la historia. Pueden clasificarse en dos grupos:

Principales. Desempeñan un papel fundamental en el relato. Destacan el protagonista,

que lleva a cabo la acción central, y el antagonista, que se opone a él y le dificulta el

logro de sus objetivos.

Secundarios. Su papel es accesorio en el desarrollo de la acción principal.

2. Según su caracterización. Pueden clasificarse en dos grupos de acuerdo con los rasgos

físicos y psicológicos que contribuyen a explicar su comportamiento:

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Page 5: Comentario de texto narrativo

Estereotipados. Son aquellos cuyos rasgos psicológicos corresponden con unos moldes

que se repiten de obra en obra: el bueno, el malvado, la joven hermosa, entre otros. Son

muy frecuentes en los cuentos infantiles.

Individualizados. Son personajes complejos, incluso contradictorios, cuyo carácter puede

evolucionar a lo largo del relato. Son típicos de obras extensas.

Las accionesLas acciones

Las acciones son los hechos en los que participan los personajes. Al conjunto de acciones de

una historia se lo conoce con el nombre de “trama”. La trama suele estructurarse en tres

momentos:

El acontecimiento inicial. Es el hecho que da inicio a la historia.

La respuesta o nudo. Constituye la parte central de la trama. Generalmente se inicia con

la reacción de algún personaje ante el acontecimiento inicial y continúa con el conjunto

de acciones que llevan a cabo los personajes.

La resolución o desenlace. Es la resolución del conflicto. El desenlace puede consistir en

la solución del problema planteado por el acontecimiento inicial o, por el contrario, en el

fracaso de la actuación de los personajes.

El espacio y el tiempoEl espacio y el tiempo

El espacio y el tiempo son lo que se conoce como “marco de la historia”. El espacio corresponde

a los lugares en los que se desarrollan los acontecimientos, que pueden ser lugares reales o

imaginarios. El tiempo no solo es la época en lo que sucede la historia (en el pasado, presente o

futuro), sino también el orden en que están narrados los hechos.

El orden en el relatoEl orden en el relato

Los hechos que constituyen la trama de un relato pueden aparecer contados de dos formas: en

sincronía, es decir, de una manera lineal, o en anacronía, es decir, alterando el orden en el que

ocurrieron.

TÉCNICA DEFINICIÓN EFECTO EJEMPLO

Los hechos están

contados en el mismo

El lector vive los

hechos junto con los

Don Santos reflexionó, mirando el

cielo donde se condensaba la

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Page 6: Comentario de texto narrativo

Relato lineal

(cronológico)

orden en que sucedieron. personajes. garúa. Sin decir nada soltó la

vara, cogió los cubos y se fue

rengueando hasta el chiquero. (J.

R. Ribeyro)

Retrospección

(analepsis,

flashback)

El narrador regresa al

pasado, sobre hechos

anteriores.

El lector puede

comprender mejor

una situación o

conocer más a un

personaje.

Acabo de firmar mi carta de

renuncia. (…) Me es difícil aceptar

que haya trabajado aquí más de

siete años. Y más difícil

representarme el día en que

asumí este cargo. Y sin embargo,

¡lo tengo tan presente! Bajo un

exterior sereno, ardía en mí la

más viva impaciencia. (E. Rivera

Martínez)

Anticipación

(prolepsis,

flashforward)

El narrador anuncia

hechos que aún no han

ocurrido.

Crea mayores

expectativas.

El día en que lo iban a matar,

Santiago Nasar se levantó a las

5.30 de la mañana para esperar el

buque en que llegaba el obispo.

(G. García Márquez)

Las palabras de los personajesLas palabras de los personajes

Existen diferentes tipos de discurso desarrollados por los personajes:

Discurso directo. Reproduce textualmente las palabras de los personajes y se construye

con verbo: Ella se quedó junto a la puerta y preguntó: “¿Hay alguien allí?”

Discurso directo libre. Igual que el anterior, pero sin verbo: Ella se quedó junto a la

puerta: “¿Hay alguien allí?”

Discurso indirecto. Funde las palabras de los personajes con las del narrador y se

construye con verbo, más las conjunciones si o que: Ella se quedó junto a la puerta y

preguntó si había alguien allí.

Discurso indirecto libre. Igual que el anterior, pero sin verbo ni conjunciones: Ella se

quedó junto a la puerta. ¿Había alguien ahí?

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Page 7: Comentario de texto narrativo

Discurso narrativizado. Resume las palabras de los personajes: Ella reflexionaba junto a

la puerta.

Leit motivLeit motiv

Según el DRAE es “Tema musical dominante y recurrente en una composición. ||2. Motivo

central o asunto que se repite, especialmente en una obra literaria o cinematográfica”. Aunque

esta definición es satisfactoria, quizás la más clara es: Idea central o que se repite

insistentemente en una obra, en una conversación o en el transcurso de un hecho. El tema

de la decadencia de España es un leitmotiv en la obra de Quevedo. Incluso puede afirmarse que

en la obra narrativa de Rómulo Gallegos un leitmotiv común a casi todas sus novelas es el tema

de la civilización en lucha con la barbarie, que fue un asunto muy tratado en la época en que

dominaba la doctrina positivista.

La descripciónLa descripción

Describir es representar la realidad mediante palabras. Muchas veces se ha definido como

pintura verbal. Si la historia en la narración se desarrolla como un proceso temporal, el contenido

de la descripción detiene el transcurso del tiempo para observarlos detalles de un objeto, una

persona o un entorno como si de una pintura se tratara.

La descripción es un modo de organización del contenido de un texto que está constituido por

tres actividades: NOMBRAR la realidad (definir la realidad) SITUARLA en el espacio y el tiempo

y CALIFICARLA (calificar es una forma de tomar partido, por eso toda calificación implica

subjetividad). La intención del autor y la finalidad que el autor desea alcanzar con el texto

señalan las diferencias entre los dos tipos de descripción.

Frecuencia narrativaFrecuencia narrativa

Existen tres tipos básicos de frecuencia narrativa: el relato singulativo, el relato repetitivo y el

relato iterativo. En el relato singulativo ocurre un hecho en la historia o diégesis y se explica

una sola vez en el relato o discurso narrativo (“el lunes me afeité”). La fórmula sería 1H / 1R, esto

es, a un elemento de la historia corresponde un elemento del relato. En el relato repetitivo

ocurre un hecho en la historia o diégesis pero se lo explica varias veces en el relato o discurso

narrativo (“el lunes me afeité, el lunes me afeité…”). La fórmula sería 1H / nR, esto es, un

elemento de la historia es repetido “n” veces en el relato. En el relato iterativo un hecho ocurre

varias veces en la historia pero sólo se lo narra una vez en el relato o discurso narrativo (“me

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Page 8: Comentario de texto narrativo

afeité todos los días de la semana”). Este tipo de resúmenes temporales también se conoce

como formulación siléptica.

Diferencia entre monólogo y soliloquioDiferencia entre monólogo y soliloquio

Si buscamos en un diccionario de sinónimos, uno de los sinónimos que aparece para la palabra

"monólogo" suele ser "soliloquio" y viceversa, cosa que nos da a entender que son exactamente

lo mismo, pero según el diccionario de significados que mires, puedes llegar a encontrar sutiles,

pero claras diferencias entre las dos palabras. Según el DRAE, el monólogo es “una reflexión

que hace una persona en voz alta para sí misma o ante otras personas que no intervienen”.

También hay un segundo significado: “obra dramática completa en la que habla un solo

personaje”. Y según el mismo diccionario, soliloquio es “una reflexión que hace una persona en

voz alta y sin interlocutor”.

Deduciendo de lo anterior, un monólogo puede ser el discurso o reflexión de un personaje sólo

en el escenario o ante otros personajes de la obra y el soliloquio es cuando el personaje

habla consigo mismo y a solas.

Estructura narrativaEstructura narrativa

Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a unos

personajes. Así pues, cuando contamos algo que nos ha sucedido o hemos imaginado tenemos

que hacerlo según una estructura o «esqueleto» sobre el que se va montando todo lo que

sucede en el relato. Las buenas narraciones suelen presentar los hechos de modo que se capte

y mantenga la atención de los destinatarios. En su forma más típica, las narraciones se

estructuran de una manera bastante sencilla.

El marco narrativo es la primera parte del relato. En él se sitúan espacial y temporalmente los

hechos, se presenta a los personajes que van a protagonizar la historia y se expone la situación

inicial, que generalmente es una situación de equilibrio.

El acontecimiento inicial es el hecho que rompe el equilibrio original y desencadena el conflicto

que dará lugar a la acción.

Las acciones son las distintas actuaciones que los personajes llevan a cabo para resolver el

conflicto planteado.

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Page 9: Comentario de texto narrativo

La solución supone el paso a una situación final, es decir, a una nueva situación a la que se

llega como consecuencia de las acciones de los personajes.

Una buena narración ha de ser dinámica y mantener el interés del lector. Por eso es preciso

realizar varias tareas: seleccionar los hechos que se narran -no hay que contarlo todo-;

caracterizar adecuadamente a los personajes que intervienen, prestando mucha atención a los

diálogos; ambientar los hechos en el tiempo y el espacio de manera que resulten verosímiles; y

presentar las acciones de forma ordenada y progresiva.

La siesta del martesLa siesta del martesLos funerales de la Mamá Grande (1962)Los funerales de la Mamá Grande (1962)

El tren salió del trepidante corredor de rocas bermejas, penetró en las plantaciones de banano,

simétricas e interminables, y el aire se hizo húmedo y no se volvió a sentir la brisa del mar. Una

humareda sofocante entró por la ventanilla del vagón. En el estrecho camino paralelo a la vía

férrea había carretas de bueyes cargadas de racimos verdes. Al otro lado del camino, en

intempestivos espacios sin sembrar, había oficinas con ventiladores eléctricos, campamentos de

ladrillos rojos y residencias con sillas y mesitas blancas en las terrazas entre palmeras y rosales

polvorientos. Eran las once de la mañana y aún no había empezado el calor.

-Es mejor que subas el vidrio -dijo la mujer-. El pelo se te va a llenar de carbón.

La niña trató de hacerlo pero la persiana estaba bloqueada por óxido.

Eran los únicos pasajeros en el escueto vagón de tercera clase. Como el humo de la locomotora

siguió entrando por la ventanilla, la niña abandonó el puesto y puso en su lugar los únicos

objetos que llevaban; una bolsa de material plástico con cosas de comer y un ramo de flores

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Page 10: Comentario de texto narrativo

envuelto en papel de periódicos. Se sentó en el asiento opuesto, alejada de la ventanilla, de

frente a su madre. Ambas guardaban un luto riguroso y pobre.

La niña tenía doce años y era la primera vez que viajaba. La mujer parecía demasiado vieja para

ser su madre, a causa de las venas azules en los párpados y del cuerpo pequeño, blando y sin

formas, en un traje cortado como una sotana. Viajaba con la columna vertebral firmemente

apoyada contra el espaldar del asiento, sosteniendo en el regazo con ambas manos una cartera

de charol desconchado. Tenía la serenidad escrupulosa de la gente acostumbrada a la pobreza.

A las doce había empezado el calor. El tren se detuvo diez minutos en una estación sin pueblo

para abastecerse de agua. Afuera, en el misterioso silencio de las plantaciones, la sombra tenía

un aspecto limpio. Pero el aire estancado dentro del vagón olía a cuero sin curtir. El tren no

volvió a acelerar. Se detuvo en dos pueblos iguales, con casas de madera pintadas de colores

vivos. La mujer inclinó la cabeza y se hundió en el sopor. La niña se quitó los zapatos. Después

fue a los servicios sanitarios a poner en agua el ramo de flores muertas.

Cuando volvió al asiento la madre la esperaba para comer. Le dio un pedazo de queso, medio

bollo de maíz y una galleta dulce, y sacó para ella de la bolsa de material plástico una ración

igual. Mientras comían, el tren atravesó muy despacio un puente de hierro y pasó de largo por un

pueblo igual a los anteriores, sólo que en éste había una multitud en la plaza. Una banda de

músicos tocaba una pieza alegre bajo el sol aplastante. Al otro lado del pueblo, en una llanura

cuarteada por la aridez, terminaban las plantaciones.

La mujer dejó de comer.

-Ponte los zapatos- dijo.

La niña miró hacia el exterior. No vio nada más que la llanura desierta por donde el tren

empezaba a correr de nuevo, pero metió en la bolsa el último pedazo de galleta y se puso

rápidamente los zapatos. La mujer le dio la peineta.

-Péinate- dijo.

El tren empezó a pitar mientras la niña se peinaba. La mujer se secó el sudor del cuello y se

limpió la grasa de la cara con los dedos. Cuando la niña acabó de peinarse el tren pasó frente a

las primeras casas de un pueblo más grande pero más triste que los anteriores.

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Page 11: Comentario de texto narrativo

-Si tienes ganas de hacer algo, hazlo ahora -dijo la mujer-. Después, aunque te estés muriendo

de sed no tomes agua en ninguna parte. Sobre todo, no vayas a llorar.

La niña aprobó con la cabeza. Por la ventanilla entraba un viento ardiente y seco, mezclado con

el pito de la locomotora y el estrépito de los viejos vagones. La mujer enrolló la bolsa con el resto

de los alimentos y la metió en la cartera. Por un instante, la imagen total del pueblo, en el

luminoso martes de agosto, resplandeció en la ventanilla. La niña envolvió las flores en los

periódicos empapados, se apartó un poco más de la ventanilla y miró fijamente a su madre. Ella

le devolvió una expresión apacible. El tren acabó de pitar y disminuyó la marcha. Un momento

después se detuvo.

No había nadie en la estación. Del otro lado de la calle, en la acera sombreada por los

almendros, sólo estaba abierto el salón de billar. El pueblo flotaba en el calor. La mujer y la niña

descendieron del tren, atravesaron la estación abandonada cuyas baldosas empezaban a

cuartearse por la presión de la hierba, y cruzaron la calle hasta la acera de sombra.

Eran casi las dos. A esa hora, agobiado por el sopor, el pueblo hacía la siesta. Los almacenes,

las oficinas públicas, la escuela municipal, se cerraban desde las once y no volvían a abrirse

hasta un poco antes de las cuatro, cuando pasaba el tren de regreso. Sólo permanecían abiertos

el hotel frente a la estación, su cantina y su salón de billar, y la oficina del telégrafo a un lado de

la plaza. Las casas, en su mayoría construidas sobre el modelo de la compañía bananera, tenían

las puertas cerradas por dentro y las persianas bajas. En algunas hacía tanto calor que sus

habitantes almorzaban en el patio. Otros recostaban un asiento a la sombra de los almendros y

hacían la siesta sentados en plena calle.

Buscando siempre la protección de los almendros la mujer y la niña penetraron en el pueblo sin

perturbar la siesta. Fueron directamente a la casa cural. La mujer raspó con la uña la red

metálica de la puerta, esperó un instante y volvió a llamar. En el interior zumbaba un ventilador

eléctrico. No se oyeron los pasos. Se oyó apenas el leve crujido de una puerta y en seguida una

voz cautelosa muy cerca de la red metálica: « ¿Quién es?» La mujer trató de ver a través de la

red metálica.

-Necesito al padre -dijo.

-Ahora está durmiendo.

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Page 12: Comentario de texto narrativo

-Es urgente -insistió la mujer.

Su voz tenía una tenacidad reposada.

La puerta se entreabrió sin ruido y apareció una mujer madura y regordeta, de cutis muy pálido y

cabellos color hierro. Los ojos parecían demasiado pequeños detrás de los gruesos cristales de

los lentes.

-Sigan -dijo, y acabó de abrir la puerta.

Entraron en una sala impregnada de un viejo olor de flores. La mujer de la casa las condujo

hasta un escaño de madera y les hizo señas de que se sentaran. La niña lo hizo, pero su madre

permaneció de pie, absorta, con la cartera apretada en las dos manos. No se percibía ningún

ruido detrás del ventilador eléctrico.

La mujer de la casa apareció en la puerta del fondo.

-Dice que vuelvan después de las tres -dijo en voz muy baja-. Se acostó hace cinco minutos.

-El tren se va a las tres y media -dijo la mujer.

Fue una réplica breve y segura, pero la voz seguía siendo apacible, con muchos matices. La

mujer de la casa sonrió por primera vez.

-Bueno -dijo.

Cuando la puerta del fondo volvió a cerrarse la mujer se sentó junto a su hija. La angosta sala de

espera era pobre, ordenada y limpia. Al otro lado de una baranda de madera que dividía la

habitación, había una mesa de trabajo, sencilla, con un tapete de hule, y encima de la mesa una

máquina de escribir primitiva junto a un vaso con flores. Detrás estaban los archivos

parroquiales. Se notaba que era un despacho arreglado por una mujer soltera.

La puerta del fondo se abrió y esta vez apareció el sacerdote limpiando los lentes con un

pañuelo. Sólo cuando se los puso pareció evidente que era hermano de la mujer que había

abierto la puerta.

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Page 13: Comentario de texto narrativo

-¿Qué se le ofrece? -preguntó.

-Las llaves del cementerio -dijo la mujer.

La niña estaba sentada con las flores en el regazo y los pies cruzados bajo el escaño. El

sacerdote la miró, después miró a la mujer y después, a través de la red metálica de la ventana,

el cielo brillante y sin nubes.

-Con este calor -dijo-. Han podido esperar a que bajara el sol.

La mujer movió la cabeza en silencio. El sacerdote pasó del otro lado de la baranda, extrajo del

armario un cuaderno forrado de hule, un plumero de palo y un tintero, y se sentó a la mesa. El

pelo que le faltaba en la cabeza le sobraba en las manos.

¿Qué tumba van a visitar? -preguntó.

-La de Carlos Centeno -dijo la mujer.

-¿Quién?

-Carlos Centeno -repitió la mujer.

El padre siguió sin entender.

-Es el ladrón que mataron aquí la semana pasada -dijo la mujer en el mismo tono-. Yo soy su

madre.

El sacerdote la escrutó. Ella lo miró fijamente, con un dominio reposado, y el padre se ruborizó.

Bajó la cabeza para escribir. A medida que llenaba la hoja pedía a la mujer los datos de su

identidad, y ella respondía sin vacilación, con detalles precisos, como si estuviera leyendo. El

padre empezó a sudar. La niña se desabotonó la trabilla del zapato izquierdo, se descalzó el

talón y lo apoyó en el contrafuerte. Hizo lo mismo con el derecho.

Todo había empezado el lunes de la semana anterior, a las tres de la madrugada y a pocas

cuadras de allí. La señora Rebeca, una viuda solitaria que vivía en una casa llena de

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Page 14: Comentario de texto narrativo

cachivaches, sintió a través del rumor de la llovizna que alguien trataba de forzar desde afuera la

puerta de la calle. Se levantó, buscó a tientas en el ropero un revólver arcaico que nadie había

disparado desde los tiempos del coronel Aureliano Buendía, y fue a la sala sin encender las

luces. Orientándose no tanto por el ruido de la cerradura como por un terror desarrollado en ella

por 28 años de soledad, localizó en la imaginación no sólo el sitio donde estaba la puerta sino la

altura exacta de la cerradura. Agarró el arma con las dos manos, cerró los ojos y apretó el gatillo.

Era la primera vez en su vida que disparaba un revólver. Inmediatamente después de la

detonación no sintió nada más que el murmullo de la llovizna en el techo de cinc. Después

percibió un golpecito metálico en el andén de cemento y una voz muy baja, apacible, pero

terriblemente fatigada: «Ay, mi madre.» El hombre que amaneció muerto frente a la casa, con la

nariz despedazada, vestía una franela a rayas de colores, un pantalón ordinario con una soga en

lugar de cinturón, y estaba descalzo. Nadie lo conocía en el pueblo.

-De manera que se llamaba Carlos Centeno -murmuró el padre cuando acabó de escribir.

-Centeno Ayala -dijo la mujer-. Era el único varón.

El sacerdote volvió al armario. Colgadas de un clavo en el interior de la puerta había dos llaves

grandes y oxidadas, como la niña imaginaba y como imaginaba la madre cuando era niña y

como debió imaginar el propio sacerdote alguna vez que eran las llaves de san Pedro. Las

descolgó, las puso en el cuaderno abierto sobre la baranda y mostró con el índice un lugar en la

página escrita, mirando a la mujer.

-Firme aquí.

La mujer garabateó su nombre, sosteniendo la cartera bajo la axila. La niña recogió las flores, se

dirigió a la baranda arrastrando los zapatos y observó atentamente a su madre.

El párroco suspiró.

-¿Nunca trató de hacerlo entrar por el buen camino?

La mujer contestó cuando acabó de firmar.

-Era un hombre muy bueno.

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Page 15: Comentario de texto narrativo

El sacerdote miró alternativamente a la mujer y a la niña y comprobó con una especie de piadoso

estupor que no estaban a punto de llorar. La mujer continuó inalterable:

-Yo le decía que nunca robara nada que le hiciera falta a alguien para comer, y él me hacía caso.

En cambio, antes, cuando boxeaba, pasaba hasta tres días en la cama postrado por los golpes.

-Se tuvo que sacar todos los dientes -intervino la niña.

-Así es -confirmó la mujer-. Cada bocado que me comía en ese tiempo me sabía a los porrazos

que le daban a mi hijo los sábados a la noche.

-La voluntad de Dios es inescrutable -dijo el padre.

Pero lo dijo sin mucha convicción, en parte porque la experiencia lo había vuelto un poco

escéptico, y en parte por el calor. Les recomendó que se protegieran la cabeza para evitar la

insolación. Les indicó bostezando y ya casi completamente dormido, cómo debían hacer para

encontrar la tumba de Carlos Centeno. Al regreso no tenían que tocar. Debían meter la llave por

debajo de la puerta, y poner allí mismo, si tenían, una limosna para la Iglesia. La mujer escuchó

las explicaciones con mucha atención, pero dio las gracias sin sonreír.

Desde antes de abrir la puerta de la calle el padre se dio cuenta de que había alguien mirando

hacia dentro, las narices aplastadas contra la red metálica. Era un grupo de niños. Cuando la

puerta se abrió por completo los niños se dispersaron. A esa hora, de ordinario, no había nadie

en la calle. Ahora no sólo estaban los niños. Había grupos bajo los almendros. El padre examinó

la calle distorsionada por la reverberación, y entonces comprendió. Suavemente volvió a cerrar la

puerta.

-Esperen un minuto -dijo, sin mirar a la mujer.

Su hermana apareció en la puerta del fondo, con una chaqueta negra sobre la camisa de dormir

y el cabello suelto en los hombros. Miró al padre en silencio.

-¿Qué fue? -preguntó él.

-La gente se ha dado cuenta -murmuró su hermana.

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Page 16: Comentario de texto narrativo

-Es mejor que salgan por la puerta del patio -dijo el padre.

-Es lo mismo -dijo su hermana-. Todo el mundo está en las ventanas.

La mujer parecía no haber comprendido hasta entonces. Trató de ver la calle a través de la red

metálica. Luego le quitó el ramo de flores a la niña y empezó a moverse hacia la puerta. La niña

la siguió.

-Esperen a que baje el sol -dijo el padre.

-Se van a derretir -dijo su hermana, inmóvil en el fondo de la sala-. Espérense y les presto una

sombrilla.

-Gracias -replicó la mujer-. Así vamos bien.

Tomó a la niña de la mano y salió a la calle.

Gabriel García Márquez

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