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Docente del Siglo XXI A lo largo de los años se han producido una serie de avances tecnológicos que nos han ayudado a hacer nuestra vida más fácil, más global, usando un término muy conocido, pero a su vez nos ha demostrado que debemos estar en un continuo aprendizaje, para poder entenderlas y aplicarlas de una manera efectiva a nuestra realidad. Los procesos pedagógicos no escapan a este hecho. Los estudiantes de hoy en día, debido a la continua exposición a estas nuevas herramientas tecnológicas, son muy difíciles de incentivar y motivar, si el docente se mantiene en su postura de solo repetir la información y apelar al ejercicio de la memoria de los estudiantes, dejando de lado factores tan poderosos como las emociones y los sentimientos. Por esto el rol del nuevo docente debe ir un poco más allá de su concepción tradicional y debe convertirse en el artífice de nuevas e innovadoras herramientas que faciliten los procesos de enseñanza-aprendizaje. Pero esto no se puede hacer sin un diagnostico previo de la realidad del grupo al cual queremos formar. Debemos conocer su realidad, inquietudes, objetivos, saber cómo aprenden y comprenden las cosas y solo de de esta manera podemos generar conocimientos, vivencias y experiencias exitosas.

Docente del siglo xxi

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Docente del Siglo XXI

A lo largo de los años se han producido una serie de avances tecnológicos que nos han ayudado a hacer nuestra vida más fácil, más global, usando un término muy conocido, pero a su vez nos ha demostrado que debemos estar en un continuo aprendizaje, para poder entenderlas y aplicarlas de una manera efectiva a nuestra realidad.

Los procesos pedagógicos no escapan a este hecho. Los estudiantes de hoy en día, debido a la continua exposición a estas nuevas herramientas tecnológicas, son muy difíciles de incentivar y motivar, si el docente se mantiene en su postura de solo repetir la información y apelar al ejercicio de la memoria de los estudiantes, dejando de lado factores tan poderosos como las emociones y los sentimientos. Por esto el rol del nuevo docente debe ir un poco más allá de su concepción tradicional y debe convertirse en el artífice de nuevas e innovadoras herramientas que faciliten los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Pero esto no se puede hacer sin un diagnostico previo de la realidad del grupo al cual queremos formar. Debemos conocer su realidad, inquietudes, objetivos, saber cómo aprenden y comprenden las cosas y solo de de esta manera podemos generar conocimientos, vivencias y experiencias exitosas.

Dicho esto podemos concluir que solo un docente abierto a las nuevas tendencias y avances de la tecnología puede lograr un éxito considerable en su objetivo de enseñar a las nuevas generaciones.

Augusto Federico Silva Urasma