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El valor de la diversidad en el entorno escolar Selección de OrienTapas con artículos de la orientadora Ana Torres Jack http://anatorresjack.weebly.com/ Ana Torres Jack - @anatjack Licenciada en Psicología, Orientadora Educativa y Comunicadora https://orientapas.blogspot.com/

El valor de la diversidad en el entorno escolar

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El valor de la diversidad

en el entorno escolar

Selección de OrienTapas

con artículos de la orientadora

Ana Torres Jack

http://anatorresjack.weebly.com/

Ana Torres Jack - @anatjack

Licenciada en Psicología, Orientadora Educativa y Comunicadora

https://orientapas.blogspot.com/

miércoles, 5 de mayo del 2010 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3

Soy diferente, ¿y qué?El valor de la diversidad en el entorno escolar

«Un camello es un camello. Un dromedario es un dromedario. Una

gallina es una gallina. Un águila es un águila. Estas afi rmaciones que parecen obviedades cercanas al ridículo están frecuentemente negadas cuando, en la escuela, tratamos a todos los alumnos como si fueran iguales, como si tuvie-sen que acomodarse a un prototipo. Quienes se alejan de ese modelo, de ese arquetipo, parece que tienen algu-na defi ciencia, alguna tara. ¿Qué pen-sar de quien considerase deforme un camello por tener dos jorobas en lugar de una como le sucede al dromedario?, ¿sería lógico pretender eliminar una de ellas para que se asemejase más al deseado modelo?, ¿sería justo castigar al camello por ser diferente? Lo mis-mo podríamos decir de quien pensase que la gallina es un águila defectuosa y pretendiese hacerla volar a base de un absurdo y estéril adiestramiento». Así refl exiona Miguel Ángel Santos Guerra, catedrático de Didáctica y Or-ganización Escolar de la Universidad de Málaga, acerca de las diferencias interindividuales que pueden ser en-tendidas y vividas como una riqueza o como una pesada carga.

Y es que el alumno ideal de nuestro sistema educativo lo representa un va-rón blanco, sano, inteligente, católico, castellano-hablante, payo, vidente, oyente... en una palabra, normal. Y todo el que se salga de ese modelo, peor para él porque le va a costar más adaptarse al ámbito escolar. De hecho, a veces se escucha de boca de algunos profesores cosas como «Para mí, todos los alumnos son iguales» o «No pue-do hacer diferencias entre ellos». Eso signifi ca que consideran más justo exi-gir los mismos contenidos, las mismas evaluaciones y las mismas normas para todos. Es decir, se recurre al término justicia para aplicar a todos el mismo rasero, olvidando que no hay mayor

> Ana T. Jack

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JAVIER RAMA

La escuela debe avanzar para conducir a cada alumno a su excelencia académica

Hablar del abordaje de las nece-

sidades educativas exige tener

en cuenta la autoestima. Porque su

carencia caracteriza a muchos de

los niños a los que el sistema esco-

lar considera «especiales». Si un

niño con déficit de atención se aver-

güenza de ser así, una niña gitana

se siente mal entre los payos o un

alumno sordo no acepta su sorde-

ra... todo esfuerzo externo para lo-

grar la integración será inútil. La

atención a la diversidad exige el res-

peto a todas las personas, empe-

zando por uno mismo.

Esta minifábula representa la situa-

ción:

Una hormiga (acomplejada) le pre-

gunta a un elefante:

—¿Cuántos años tienes?»

—Tengo tres años —contesta el ele-

fante con orgullo—. ¿Y tú?

—Yo también tengo tres años, pero

es que he estado malita.

injusticia que exigir lo mismo a quie-nes son tan diferentes.

Por otra parte, hay que reconocer que la atención a la diversidad en la práctica se queda en una bonita uto-pía si falla alguno de los tres pilares fundamentales:1. Las actitudes de todos los miembros de la comunidad escolar, en especial padres, profesores y alumnos. Todos ellos deben ser capaces de aceptar la diferencia y respetarla.2. La organización de los centros debe ser fl exible. Si la organización es rígida, se hace más difícil encontrar respues-tas adaptadas. Cuantas más opciones, cuantas más vías o itinerarios, más fácil será adaptarse a la diversidad. Por ejemplo: la optatividad, los agru-

La siguiente fábula puede ayu-

dar a reflexionar acerca de la

supuesta escuela inclusiva. ¿Es

justo exigir lo mismo a quienes

son tan diferentes?, ¿sería razo-

nable exigir un recorrido igual a

quien puede avanzar sin obstácu-

los que a aquel que lleva atado al

pie una enorme bola de hierro? El

lastre de ser pobre, de ser inmi-

grante, de ser gitano, de ser dis-

capacitado, de ser...

Cierta vez, los animales del

bosque decidieron hacer algo

para afrontar los problemas del

mundo nuevo y organizaron una

escuela. Adaptaron un currículo

de actividades consistente en co-

rrer, trepar, nadar y volar y, para

que fuera más fácil enseñarlo, to-

dos los animales se inscribieron

en todas las asignaturas.

El pato era estudiante sobresa-

liente en la asignatura de nata-

ción. De hecho, superior a su

maestro. Obtuvo un suficiente en

vuelo, pero en carrera resultó de-

ficiente. Como era de aprendizaje

lento en carrera tuvo que quedar-

se en la escuela por las tardes y

abandonar la natación para prac-

ticar la carrera. Estas ejercitacio-

nes continuaron hasta que sus

pies membranosos se desgasta-

ron y entonces pasó a ser un

alumno apenas mediano en nata-

ción. Pero la medianía se acepta-

ba en la escuela, de manera que

a nadie le preocupó lo sucedido

salvo, como es natural, al pato.

La liebre comenzó el curso

como el alumno más distinguido

en carrera, pero sufrió un colap-

so nervioso por exceso de traba-

jo en natación. La ardilla era so-

bresaliente en trepa, hasta que

manifestó un síndrome de frus-

tración en la clase de vuelo, don-

de su maestro le hacía comenzar

desde el suelo, en vez de hacerlo

desde la cima del árbol. Por últi-

mo, enfermó de calambres por

exceso de esfuerzo y la califica-

ron con 6 en trepa y con 4 en ca-

rrera.

El águila era un alumno proble-

ma y recibió malas notas en con-

ducta. En el curso de trepa supe-

raba a todos los demás en el ejer-

cicio de subir hasta la copa del

árbol, pero se obstinaba en ha-

cerlo a su manera.

Al terminar el año, una anguila

anormal, que podía nadar de for-

ma sobresaliente y también co-

rrer y trepar y volar un poco, ob-

tuvo el promedio superior y la

medalla al mejor alumno.

La escuela del bosque

Yo soy así

pamientos fl exibles, los programas de diversifi cación curricular, los progra-mas de iniciación profesional...3. Los recursos materiales y persona-les necesarios. No se puede pretender atender a la diversidad del alumnado si desde la Administración no se ofrecen los recursos necesarios para respon-der a las necesidades educativas. Por ejemplo, si no se facilita un profesor de apoyo para un alumno que precisa

atención individualizada, se le está privando (a él y a veces a sus com-pañeros) del derecho a desarrollar al máximo todo su potencial.

Para saber más: El pato en la escuela o el valor de la diversidad, de Miguel Ángel Santos Guerra. Obras Sociales CAM, 2006.

El pato de la fábula suspendió en carrera y

acabó siendo una medianía

miércoles, 21 de marzo del 2012 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3

Cuando las letras bailanLa dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de la lectura que interfiere en el rendimiento académico del alumno

Ha sonado el timbre que anuncia la hora del recreo, pero Martina no

quiere salir a jugar al patio con sus compañeros. No le ha dado tiempo a acabar la fi cha de lengua castellana, así que pide permiso para rematar la tarea en el aula. Su profesora echa un rápido vistazo al trabajo de la niña y suspira: la letra es desproporciona-damente grande, los renglones están totalmente torcidos, junta palabras, se come sílabas enteras... ¡y hasta ha es-crito mal su nombre! Y no es por falta de interés, todo lo contrario: se trata de una alumna de 4.º de primaria muy aplicada, que comprende lo que se le explica en clase, pero que presenta se-rias difi cultades con la lectoescritura, lo que está afectando negativamente a su rendimiento escolar.

Y es que, por desgracia para los alumnos que padecen dislexia, el sis-tema educativo actual exige que los niños dominen las destrezas lectoras para adquirir los conocimientos de los que se les evaluará por escrito. Por esta razón, cuando no existe una de-tección del problema a tiempo o no se ponen en marcha medidas educativas de apoyo, este tipo de alumnado pue-de llegar a sufrir ansiedad, depresión, baja autoestima o fobia escolar. Por suerte para Martina, su tutora sabe que tiene dislexia y comprende las claves fundamentales de este trastor-no. De hecho, ha puesto en marcha, en colaboración con el departamen-to de orientación y la familia, varias medidas educativas. Así que, ante su petición, le responde: «No es nece-sario que te quedes, Martina, luego la profesora de apoyo te ayudará a corregir los ejercicios. Ahora sal al recreo y pásalo bien».

La dislexia es un trastorno específi co del aprendizaje de la lectura, de base

neurobiológica, que interfi ere en el rendimiento académico del alumno sin que existan otros condicionantes de tipo intelectual, socioambiental o sensorial. Suele ir acompañado de problemas en la escritura y en el ma-nejo de símbolos matemáticos. En concreto:

■ En la lectura. Confunden, repiten, suprimen o añaden letras, inventan palabras, no comprenden lo que leen, se saltan renglones, carecen de ento-nación y ritmo, se marean o perciben movimientos en los renglones. Les

cuesta diferenciar, por ejemplo, p, q, b, d.

■ En la escritura. Realizan inversio-nes, omisiones, sustituciones o adicio-nes en letras o palabras. La escritura puede llegar a ser ilegible. Tienen difi cultad para memorizar y automa-tizar las reglas ortográfi cas. Tienen la letra excesivamente grande o pequeña. Ejercen gran presión con el lápiz o escriben tan fl ojo que no se puede leer.

■ Coordinación motriz: Suelen tener difi cultades con la coordinación fi na

> LA DISLEXIA

CAPOTILLO

Las destrezas lectoras son necesarias para aprender a escribir bien

> Ana T. Jack

[email protected]

y gruesa (atarse los cordones, ir en bicicleta, chutar un balón...). Su equi-librio también se ve afectado; a veces confunden izquierda y derecha, arriba y abajo, delante y detrás.

■ Matemáticas. Tienen difi cultades con las operaciones aritméticas o las colocan mal sobre el papel; les cuesta comprender los problemas y aprender las tablas de multiplicar. También se les hace difícil controlar el tiempo y saber el momento del día en el que están, los meses...

■ A nivel psicológico y emocional. Desinterés por el estudio, que puede llegar a convertirse en fobia escolar. Autoconcepto bajo, sentimiento de inseguridad, ansiedad y, en ocasiones, depresión. A veces surgen conductas disruptivas para llamar la atención o como forma de diferenciarse del grupo y asumir el papel de diferente.

■ TEMA DEL MES: La dislexia.

■ ETAPA: Educación obligatoria.

■ EL DATO: Se estima que la disle-xia afecta a entre el 2 y el 8% de la población escolar.

■ COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Confundir un retra-so en el proceso de adquisición de la lectoescritura con una dislexia.

■ ALGUNAS CLAVES: Valorar ante todo su esfuerzo e interés más que sus resultados.

■ PARA SABER MÁS: Agadix (Aso-ciación Galega de Dislexia). En su página web se pueden encontrar numerosos recursos y materiales relacionados con este tema: www.agadix.es

ESCUELA DE PADRES

Algunas claves para tener en cuenta1. La dislexia tiene un claro ori-gen neurobiológico y por tanto

no obedece a la desmotivación o mala actitud del niño hacia la lec-tura o la escritura. No es que sea «un vago».

2. No está causada por un bajo ni-vel de inteligencia. Los niños dislé-xicos, en general, tienen buenas capacidades intelectuales.

3. En el ámbito escolar, puede ser de gran ayuda hacerle la evalua-ción académica de forma oral. Pro-

porcionarle un entorno físico ade-cuado, con pocos elementos dis-tractores (ventanas, sitios de paso...). Dotarlo de ayudas para co-rrección de textos y calculadoras. Comprender que necesitará más tiempo que sus compañeros para efectuar el mismo trabajo.

4. Evitar agobiarlo con el exceso de trabajo. El niño disléxico tiene mu-cha más dificultad para centrar y mantener la atención. Reforzarlo adecuadamente y desdramatizar las situaciones. No hacerle repetir

trabajos por haberlo hecho mal, salvo situaciones excepcionales. Buscar ejercicios que le resulten lú-dicos y le puedan asegurar, al me-nos de inicio, algún éxito.

5. Suele necesitar atención indivi-dualizada. Como material de re-fuerzo pueden introducirse juegos mediante el ordenador ajustados a su nivel. Existe en el mercado ma-teriales de refuerzo para trabajar letras, sílabas y diferentes combi-naciones de grafías con los que mejorar en casa.

6. Se trata de un trastorno crónico y, por tanto, las dificultades esta-rán siempre presentes, aunque con diferentes consecuencias. ■ En la etapa escolar es cuando se producirán los mayores conflictos al no poder seguir el ritmo de sus compañeros. ■ En la etapa adulta persistirá una cierta dificultad en la fluidez y comprensión lectora, pero sin ma-yores consecuencias. ■ En todo caso, su evolución de-penderá de la correcta atención y tratamiento recibido en la infancia.

La dislexia no obedece a malas actitudes frente a la lectura

miércoles, 28 de marzo del 2012 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3

Cómo ayudar desde casaOrientaciones para familias de alumnos disléxicos

Pablo no tiene claro el día en el que vive, se distrae con facilidad, es de-

sorganizado y bastante desordenado. Lee de forma mecánica: le falta ento-nación, fl uidez y ritmo. A veces se blo-quea con una palabra y parece que no va a salir del bache. Con la escritura... en fi n, al menos ahora se le entiende la letra, pero tardó bastante más de lo normal en poder escribir frases legibles. Y de vez en cuando se sigue comiendo sílabas y juntando palabras. Su madre hace todo lo posible por ayudarlo con los estudios. A la hora de ponerse a hacer los deberes, Pablo tarda un buen rato en concentrarse. Una vez que lo ha conseguido, se pone a hacer la tarea, pero «es más lento que el caballo del malo». Así se lo dice su madre, entre divertida y desesperada. Ambos se lo toman con humor, porque saben que lo peor es estresarse. Con todo, lo peor es cuando, después de haberse aprendido una lección al dedillo, obtiene una mala califi cación en el examen. «¡Pero si se lo sabía!» (y probablemente se lo siga sabiendo, pero a Pablo no le resulta nada fácil demostrarlo por escrito).

Y es que, en el caso de los alumnos que presentan dislexia, es habitual en-contrarse con padres y madres que se desaniman ante el gran esfuerzo que hay que hacer para obtener pequeños avances. Lo importante es no olvidar que, a la larga, el benefi cio de este apo-yo familiar será fundamental para su desarrollo intelectual y emocional.

Así que, si eres padre de un niño con dislexia, quizá te interese seguir estas pautas:

1. Ofrécele un entorno seguro y estable.

■ Crea un espacio de estudio fi jo, fun-cional y confortable. Que sea siempre el mismo, que invite al estudio y esté alejado de las distracciones. ■ Establece rutinas y hábitos de estu-dio diarios. ■ Controla las horas que duerme. La

falta de sueño afectará muy negativa-mente a su rendimiento escolar y a su estado de ánimo.

2. Enséñale a organizarse y a

planificarse

■ Por ejemplo, elaborando un calenda-rio en el que aparezcan las fechas clave y llevando al día una agenda escolar. ■ Utilizando códigos de color para marcar todos sus libros y pertenencias.■ Procurando que todo su material escolar esté siempre preparado y or-denado en la mochila. Pero que él sea responsable de su organización.■ A la hora de estudiar, enséñale a empezar con las áreas de difi cultad superior, a seguir después por las más sencillas y al fi nal, con las mecánicas. Explícale el signifi cado de palabras que no entienda o incluso léele el texto para que aumente su nivel de comprensión.

3. Mantén un contacto regular con el

centro educativo

■ En especial, con su tutor y con el departamento de orientación. Ase-gúrate de que se ponen en marcha las medidas educativas adecuadas a sus necesidades.

4. Cuida su autoestima y su bienestar

personal

■ Fomenta otras habilidades e inte-reses, como la pintura, el deporte o la música. Haz que se sienta con posibi-lidades de tener éxito en otras facetas de su vida. ■ Nunca hables delante de él de sus difi cultades de aprendizaje sin incluir-lo en la conversación. ■ Habla con naturalidad de la dislexia y de sus características o consecuen-cias en la vida diaria.■ Elogia todos sus comportamientos

> LA DISLEXIA

MOHAMED MESSARA / EFE

El retraso en el aprendizaje de la lectoescritura puede ser una señal de alerta

> Ana T. Jack

[email protected]

positivos e insiste en sus puntos fuer-tes y habilidades particulares.■ Y nunca olvides que tu hijo es mucho más que las difi cultades de aprendizaje que presenta. Necesita mucha comprensión, cariño, disciplina y libertad, al igual que el resto de los niños de su edad.

■ TEMA DEL MES: La dislexia.

■ ETAPA: Educación obligatoria.

■ EL DATO: Los niños y niñas con dislexia con demasiada frecuencia son evaluados por lo que escriben en el examen, no por lo que saben ni por el esfuerzo que han invertido en realizar ese aprendizaje.

■ COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Sobrecargar el ho-rario de estudio de un niño que presenta dislexia hasta el punto de bloquearlo o provocarle ansiedad.

■ ALGUNAS CLAVES: Debe haber un equilibrio entre fomentar la res-ponsabilidad y la autonomía perso-nal y la supervisión y control de sus estudios.

■ PARA SABER MÁS: «Manual de atención al alumnado con necesi-dades específicas de de aprendiza-je: Dislexia». Publicado por la Con-sejería de Educación de la Junta de Andalucía, es una guía interesante tanto para familias como para pro-fesores. Los cinco capítulos de los que consta abordan los siguientes temas: 1. ¿Quiénes son los alumnos y alumnas con dislexia? 2. Identifi-cación y evaluación. 3. Necesida-des específicas de apoyo educati-vo. 4. Atención educativa. 5. La fa-milia. Se puede encontrar y descar-gar en PDF en http://www.juntadeandalucia.es/educacion/, escribiendo en el buscador «disle-xia».

ESCUELA DE PADRES

Cómo sacar lo mejor de ti mismo■ La dislexia puede explicar por qué algunas tareas escola-

res te resultan difíciles. Pero no es una excusa para que no saques lo mejor de ti mismo.

■ Aprende a esforzarte y a valorar lo que consigas. Recuerda la fábu-la de la tortuga y la liebre: al final el triunfo es de quien se esfuerza, no de quien lo tiene todo fácil.

■ Aprende a organizarte: usa

agendas, notas adhesivas, carte-les... todo vale. Ten siempre a mano un par de teléfonos de com-pañeros de clase que te puedan confirmar los deberes o la fecha de un examen.

■ En clase, siéntate en primera fila y aléjate de la ventana: así te será más fácil evitar distracciones. Pregúntale al profesor todo lo que no entiendas. Durante las explica-ciones, toma notas e invéntate

abreviaturas y reglas mnemotéc-nicas que te ayuden a registrar y recordar la información que te den.

■ Usa programas informáticos de lectura de textos y de transcrip-ción. Y practica la mecanografía: el teclado del ordenador puede re-sultarte mucho más rápido y sen-cillo que la escritura manual. Revi-sa siempre lo que has escrito y utiliza el corrector ortográfico.

■ Domina las técnicas de estudio. Pueden ser tu arma secreta.

■ Y recuerda: no todo es estudiar. Practica un deporte, sal con tus amigos, cultiva tus intereses per-sonales, potencia tus habilidades y no te olvides de dar un paseo de vez en cuando por un entorno na-tural. Están más que demostrados los beneficios que estas activida-des suponen para el intelecto y para el equilibrio emocional.

El teclado puede resultar más rápido que la escritura manual

miércoles, 28 de enero del 2015 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3

TEMA DEL MES: Plan para mejo-rar los resultados de la primera evaluación.

ETAPA: Infancia y adolescencia.

LA FRASE: «Un error de muchos padres es buscar siempre trastor-nos neurológicos detrás de los fra-casos escolares de sus hijos, cuan-do muchas veces la explicación está en la falta de esfuerzo y moti-vación» (Ángel Peralbo, centro de psicología Álava Reyes).

COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Dejar que los estu-dios y los problemas escolares mo-nopolicen las vida de los hijos y las relaciones familiares.

ALGUNAS CLAVES: Para enfrentar-se a las dificultades escolares tam-bién hay que cuidar la faceta afec-tiva, emocional, social y de ocio dentro y fuera del ámbito familiar.

PARA SABER MÁS: «Dificultades de aprendizaje y fracaso escolar.» Escuela de padres y madres del IES Vera Cruz (Begíjar, Jaén): http://goo.gl/dkPQ8G

ESCUELA DE PADRES

Cómo enfrentarse a las dificultades escolaresLas cuatro preguntas clave para buscar una solución

La sensación debe de ser parecida a la de recibir un bofetón. Al menos

así es como describen muchos padres y madres el momento en que el tutor les informa por primera vez de que su hijo no es capaz de seguir el ritmo de la clase. Y que de continuar así podría repetir curso. «¿No será que este profesor no sabe llevarlo bien? ¿Cómo puede decirnos a estas alturas del curso que va a repetir?», suelen preguntarse.

Es cierto que los docentes no tienen bolas de cristal para adivinar el futuro. Y muchas veces se equivocan. Quizá ese alumno se ponga las pilas y al final supere el curso sin dificultad. También es probable que los padres, alarmados por esta posibilidad, pongan todos sus

medios en conseguir que el niño su-pere sus dificultades. Pero en general los profesores, después de haber tra-bajado con unas cuantas generaciones de niños de la misma edad, son los primeros en detectar los signos de alarma cuando las cosas no van bien con un alumno en concreto.

Así que los padres, en vez de sumirse en un estado de pánico ante esta infor-mación, deben analizar la situación y llevar a cabo un plan de actuación. Hay cuatro preguntas que, antes de tomar ninguna decisión, deben responder:

1.¿Cuál es el problema?

Cuanto más definido esté, más fácil será encontrarle una solución. Hay que hacer un esfuerzo por hacer una

descripción operativa que ayude a se-parar el grano de la paja. Es decir, no es suficiente con concluir que es un vago. Es mejor hablar de que no dedica tiempo suficiente al estudio, que no obedece al profesor o que pierde el material escolar por dejadez.

2.¿Desde cuándo existe?

Es posible que la aparición de las dificultades haya coincidido con el paso de un nivel educativo a otro, o bien con un cambio de colegio o con novedades en la situación familiar como el nacimiento de un hermano o la separación de los padres.

3.¿Cuáles son sus causas?

Saber la raíz del problema no > Ana T. Jack

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MIGUEL VILLAR

Los profesores, gracias a su experiencia, suelen ser los primeros en detectar los signos de alarma

siempre resulta fácil, ni siquiera para los profesionales de la educación. Mu-chas veces son más de una las varia-bles responsables de la situación. En un primer momento hay que descar-tar las causas orgánicas (hipoacusia, problemas de visión…) e intelectuales con la ayuda de los profesionales co-rrespondientes (pediatra, psicólogo...).

4.¿Qué podemos hacer para

solucionarlo?

Hablar con los profesores, solicitar una valoración psicopedagógica por parte del orientador, dedicarle más tiempo, establecer unos hábitos de estudio efectivos en casa o controlar su tiempo de atención a las pantallas son algunas de las primeras actuacio-nes que se deben poner en marcha. Y, sobre todo, ser muy constantes en el plan de acción que se lleve a cabo.

Causas del fracaso escolar

Las causas más comunes del fracaso escolar están relacionadas con las

siguientes variables:

■ Intelectuales. Hay veces que existe un desajuste entre la edad cronoló-gica y la intelectual: un alumno de 10 años cumplidos puede mostrar un rendimiento de un niño de 8 años. No todos los estudiantes tienen el mismo perfil intelectual. Los hay que desta-can en todo. Muchos tienen su talón de Aquiles en las matemáticas. Otros en las lenguas. Y algunos presentan dificultades de aprendizaje genera-lizadas. En todo caso, es importante

aceptar que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y adaptarse a él.

■ Orgánicas. En ocasiones el rendi-miento escolar se ve afectado por un problema físico o enfermedad crónica que puede provocar situaciones de absentismo escolar, fatiga o malestar que interfieren en la evolución esco-lar. También está comprobado que los niños que duermen poco o que tienen una mala alimentación rinden menos. Dentro de estas variables se verían afectados los niños y niñas en condiciones socioeconómicas desfa-vorecidas.

■ Motivacionales. El interés por los estudios, el esfuerzo y la motivación son el motor del estudiante. Si falla, el fracaso está asegurado. No sirve de nada que un alumno tenga una inteligencia normal o incluso por en-cima de la media si no está dispuesto a aprender.

■ Emocionales. Estas variables se refieren a situaciones en las que la madurez y la estabilidad emocionales no son las adecuadas para la edad. Puede tratarse de niños con carencias afectivas o bien de niños sobreprote-gidos; niños que han sufrido la pérdi-

da de uno o de ambos progenitores, con padres muy severos, con un mal ambiente familiar, inseguros, vícti-mas de violencia sexista, separaciones traumáticas…

■ Estratégicas. No se puede estu-diar con la tele puesta ni pasarse la tarde jugando a la Play, relegando el momento de hacer los deberes para después de cenar. La falta de hábi-tos de estudio y el desconocimiento de las técnicas de trabajo intelectual son muchas veces la causa del fraca-so escolar. A estos alumnos les falta aprender a aprender.

miércoles, 18 de enero del 2012 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3

Hijos muy especialesCómo enfocar de forma positiva un diagnóstico de necesidades educativas

Después de un año entero de duro peregrinaje por consultas de pedia-

tras, logopedas y neurólogos, María y Andrés, los padres del pequeño Nicolás, están a punto de conocer el diagnóstico de su hijo. El médico, tras revisar los informes y pruebas reali-zadas, ya tiene su veredicto. Bueno, así es como se sienten estos padres: como si un juez estuviera a punto de emitir su resolución y, lo que es peor, su condena. El especialista los recibe dándoles la mano e invitándolos a sen-tarse. Intenta ser amable, pero tiene esa expresión inconfundible de quien se ve obligado a dar una mala noticia. A ella le tiemblan las piernas. A él se le ha disparado el corazón.

Como ellos, muchos padres se ven forzados a asumir un nuevo plan de vida para sus hijos y para ellos mis-mos a partir de un dictamen médico o psiquiátrico. Son enfermedades, cir-cunstancias, trastornos o síndromes que determinan las necesidades médi-cas, sociales o educativas de los hijos en el momento actual o en un futuro próximo.

Asumir este primer diagnóstico, y enfocar la situación de forma positiva, es clave para lograr el bienestar del niño y la armonía de todos los miem-bros de la familia. Son al menos diez las variables que tener en cuenta a la hora de asimilar que un hijo tiene necesidades educativas especiales:

1. Aprende a tratar con los senti-mientos negativos. Tienes motivos para sentirte enfadado, triste, decep-cionado o incluso amargado. Pero no te quedes ahí paralizado mucho tiem-po. No te ayudará ni a ti ni a tu hijo.

2. No busques culpables. No le eches la culpa a nadie (a ti mismo, al médico, a la genética...). Sería malgastar ener-gía y la vas a necesitar para otras cosas. 3. Evita la autocompasión. Tener

compasión por uno mismo no te per-mitirá activar los recursos que tienes ni te dejará ver otros. En vez de sen-tirte víctima del destino, siéntete pro-tagonista de tu propia vida.

4. Evita el «yo puedo con todo». No eres una fuente de energía inagotable y tienes tus limitaciones. Si intentas echar encima de ti toda la respon-sabilidad, acumulando cansancio y sentimientos de tristeza o soledad, aparecerán el estrés, la depresión y otras patologías.

5. Intenta mantener el contacto con la realidad. Seguramente habrá días en los que sientas que se te cae el mun-do encima, en cambio, otros te pare-

cerá que todo va genial. La realidad suele ser un punto intermedio entre estos dos estados. Lo importante es reconocer que hay cosas que no se pueden cambiar... pero otras sí pueden mejorar.

6. Mantén una actitud positiva. Es una de las herramientas más valiosas ante un hijo con discapacidad. Se trata de no dejarse llevar por la negatividad inicial y reconocer los aspectos posi-tivos que siempre existen.

7. Cuídate. Además de descansar lo sufi ciente, alimentarte bien, etcétera... necesitas recargar pilas y desconectar al menos un rato todos los días. Para ello necesitas delegar funciones.

> EDUCACIÓN ESPECIAL

TOMASZ GZELL / EFE

Ante un hijo con necesidades especiales hay que evitar el «yo puedo con todo»

> Ana T. Jack

[email protected]

8. Vive el día a día. Solo tienes el pre-sente entre las manos. Lo que ha su-cedido no lo puedes cambiar y lo que va a pasar no lo puedes saber. Ve paso a paso. Lo que ocurra dentro de diez años dependerá de cómo responda a la estimulación que reciba, de los recursos que haya en ese momento...

9. Procura seguir una rutina lo más normal posible. Recuerda que la vida continúa. Y que antes de nacer tu hijo tenías otras ocupaciones (trabajo, ami-gos...). No puedes pretender que todo sea igual que antes, pero sí puedes establecer prioridades adaptadas a las nuevas circunstancias.

10. Busca apoyo en tu pareja. Ella puede entender mejor que nadie tus sentimientos, preocupaciones e in-seguridades. Y necesitas ese apoyo emocional más que nunca.

■ TEMA DEL MES: Hijos con dis-capacidad.

■ COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: La aucompasión.

■ ALGUNAS CLAVES: Mantener una actitud positiva, asumir las limitaciones e intentar cambiar las cosas que se pueden mejo-rar.

■ PARA SABER MÁS: «No estás solo» es el nombre de una pe-queña guía que recoge la expe-riencia y los consejos de padres con hijos con discapacidad. Edi-tada por el movimiento asociati-vo Feaps, el objetivo de esta va-liosa publicación es orientar los primeros pasos de los progeni-tores tras conocer un diagnósti-co de necesidades educativas especiales. Se puede descargar en PDF desde la página http://www.feaps.org/que-hacemos/familiares/documentos.html

ESCUELA DE PADRES

Yo quería ir a Italia y acabé en HolandaEmily Pearl Kinsgley, escritora que colaboró en el programa de televisión «Barrio Sésamo»

y madre de un niño con síndrome de Down, describe así la expe-riencia de educar a un hijo con necesidades especiales:

«Esperar un bebé es como pla-near un fabuloso viaje de vacacio-nes a Italia: compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo, el

«David» de Miguel Ángel, las gón-dolas de Venecia...También pue-des aprender algunas frases en italiano. Todo es muy excitante. Después de meses de prepara-ción, finalmente llega el día: ha-ces las maletas y estás muy ner-vioso. Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: “Bienve-nidos a Holanda”. “¿Holanda?

—preguntas. ¿Cómo que Holanda? ¡Si yo pagué para ir a Italia! Toda

mi vida he soñado con poder ir a Italia”.

«Sin embargo, ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí te tienes que quedar. Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo. Lo importante es que no te han lleva-do a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferen-

te. Es más lento y menos deslum-brante que Italia.

«Pero después de pasar de pa-sar allí algún tiempo y de recupe-rar la respiración, empiezas a mi-rar a tu alrededor y te das cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rem-brandts... Pero todos tus conoci-dos están ocupados yendo y vi-niendo de Italia, presumiendo de los días maravillosos que han pa-

sado. Y durante el resto de tu vida, te dirás: “Sí, ahí es donde se su-ponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado”. Este dolor no desaparece nunca, porque la pér-dida de este sueño es una pérdida muy significativa. Pero si malgas-tas tu vida lamentando no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es espe-cial: las cosas encantadoras que te ofrece Holanda».

miércoles, 25 de enero del 2012 | la voz de la escuela orientación educativa >> 3

Mi hermano es diferente¿Qué se siente cuando tu hermano tiene una discapacidad?

Mateo ya había cumplido 5 años cuando nació Nicolás. Le hacía mu-

cha ilusión tener un hermanito, aun-que sabía que tendría que esperar unos cuantos años para poder jugar con él al fútbol. Desde el principio se le hizo raro ver cómo sus padres, en vez de estar contentos, ponían cara de pre-ocupación todo el tiempo. También se dio cuenta de que ya no se reían tanto con sus payasadas. Le explicaron que, como Nicolás estaba un poco enfermi-to, él tendría que pasarse las tardes en casa de los abuelos. Así ellos podrían ir con el bebé a las sesiones de esti-mulación temprana. Pasó todo un año y las cosas seguían más o menos igual. Mateo se sentía cada vez más descolo-cado. «¿Por qué tuvo que nacer ese?», pensaba. Solo nos ha traído problemas. Aunque nadie le había explicado con claridad que su hermano había nacido con una lesión cerebral con graves consecuencias para su desarrollo, in-tuía que este acontecimiento había cambiado de alguna manera su vida.

La vivencia de un niño con un her-mano con discapacidad depende de muchos factores, entre ellos: ■ El tipo de dinámica familiar, como el nivel de comunicación entre padres e hijos o el estilo educativo. En defi ni-tiva, todo aquello que hace que cada familia sea un mundo. ■ La posición que ocupa el hermano con necesidades especiales. Es muy diferente hacerse mayor al lado de una persona que siempre ha tenido una discapacidad (en cierta forma, se asume que el ritmo ya está marcado) a ver cómo el nuevo hermanito cambia el tipo de vida ya establecido. ■ Si es chico o chica. Hasta hace muy poco, el rol de una hermana era muy diferente al de un hermano, en el sentido de que se daba por hecho que las mujeres debían asumir más su cuidado, sobre todo en la edad adulta. En la actualidad esta variable no está tan presente.■ El tipo de discapacidad y las difi -cultades asociadas: nivel de comu-nicación, problemas de conducta, de salud...

En todo caso, las emociones que pue-de vivir un niño o adolescente con un hermano con necesidades especiales deben ser tenidas en cuenta por parte de los padres. Estas son algunas de las emociones más comunes:

■ Desconcierto. «¿Por qué mis pa-dres ya no se ocupan tanto de mí?»: esta sensación de confusión puede ser aún mayor si, a partir del nacimiento del hermano, los padres abandonan algunas de las rutinas familiares que ya estaban establecidas (como leer un cuento antes de dormir) o no dan información clara sobre la discapaci-dad: ¿Por qué no camina?, ¿por qué se comporta así?■ Vergüenza. El niño puede querer ocultar la existencia de un hermano

con discapacidad por el miedo a la reacción de los otros (burlas, incom-prensión, lástima...). ■ Celos. Debido a la mayor atención que recibe por parte de sus padres. Y, a la vez, sentimientos de culpa por ha-berse permitido envidiar la situación de su hermano.■ Angustia. Puede ser transmitida de forma inconsciente por los padres, sobre todo si existen problemas de salud graves. También puede provo-carla ciertos pensamientos, como el de quién se va a hacer cargo del hermano cuando falten sus padres ■ Rabia. El hecho de verse obligado a asumir algunas responsabilidades (que sus amigos no tienen) le puede provocar malestar y rabia. ■ Soledad. Puede sentirse con la eti-

> EDUCACIÓN ESPECIAL

ÓSCAR VÁZQUEZ

Ser el mayor o no condiciona la forma de vivir con un hermano con necesidades especiales

Cada hijo debe desarrollarse como individuo

> Ana T. Jack

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queta «el hermano de». Y sufrir sen-timientos de soledad e incomprensión.■ Instinto de protección. Algunos reaccionan protegiendo a su hermano de las burlas de otros hasta el pun-to de enfrentarse a ellos con peleas. También puede sentir un gran orgullo por los esfuerzos de su hermano para conseguir pequeños logros. ■ Reconocimiento de los valores que ha adquirido gracias a tener un hermano con discapacidad. Este sen-timiento se alcanza cuando existe un mayor grado de madurez para valorar de forma positiva los aprendizajes im-portantes que le ha supuesto vivir con un hermano diferente.

■ TEMA DEL MES: Hijos con disca-pacidad.

■ LA FRASE: «Recuerdo que una evaluación saqué todo notables y sobresalientes, así que entré co-rriendo en casa para enseñarles las notas a mis padres. En ese momen-to estaban felices porque Lucas había conseguido escribir su nom-bre. Apenas me hicieron caso» (Martina, hermana de un niño con discapacidad)

■ COMPORTAMIENTOS QUE SE DEBEN EVITAR: Olvidar las necesi-dades educativas y emocionales del hijo sin discapacidad.

■ ALGUNAS CLAVES: Fomentar la comunicación, evitar la sobrepro-tección y facilitar el desarrollo in-dividual de cada uno de los hijos.

■ PARA SABER MÁS: «Los hermanos opinan». Editada por FEAPS, esta guía recoge las reflexiones extraí-das en los Grupos de Apoyo a Her-manos puestos en marcha por este movimiento asociativo. Resulta muy interesante para comprender las emociones de los familiares de las personas con discapacidad.Se puede descargar en PDF de http://www.feaps.org/biblioteca/documentos/hermanos_opinan.pdf

ESCUELA DE PADRES

Lo que pueden hacer los padres1. Mantener, en la medida de lo posible, las rutinas establecidas con los otros hi-

jos: si todos los sábados se iba a comer fuera, continuar haciéndolo.2. No dejar la atención de los hermanos ex-clusivamente en manos de otros familiares, como abuelos, tíos...3. Facilitar la comunicación para responder

a preguntas sobre la discapacidad del her-mano y dejar expresar las emociones con total libertad, sin censura. Los padres de-ben hablar con normalidad y con la mayor claridad posible. 4. Animar al niño a que traiga a sus amigos a casa a merendar, a jugar... para que vivan con naturalidad la relación con su hermano.

5. Evitar que un exceso de responsabilidad sobre el cuidado de su hermano le obligue a renunciar a sus propias necesidades (sa-lir con los amigos, hacer deporte...).6. Permitirle un nivel de independencia acorde a su grado de madurez, aceptando que cada hijo debe desarrollarse como indi-viduo.