Europa cerradaJ.M.A.S. – PORTUAL - 2007

 Parece bastante hipócrita la tenacidad con la que Europa

procura evitar la llegada de inmigrantes africanos,

cuando no es otra cosa que el residuo patético

de sus correrías coloniales de varios siglos.

¿Cómo puede África encarar el nuevo milenio después de que Europa haya pasado centurias

saqueándola, despojándola de su cultura,

y de sus recursos naturales y humanos?

¿Esperan acaso que los africanos hambrientos

se queden padeciendo la miseria

mientras las sociedades europeas disfrutan

de altos niveles de vida?

¿No recuerdan, ingleses,

las masacres de Kenia, los despojos de Rodesia?

¿No recuerdan, franceses,

cuánto robaron en Dakar

y en Costa de Marfil?

¿No recuerdan, belgas, sus atrocidades en el Congo?¿No recuerdan, portugueses,

sus excavaciones depredadoras en busca del oro de Angola,

sus cacerías de esclavos en Mozambique? ¿No fue vuestra codicia,

europeos, la que regó con sangre

los diamantes de Sierra Leona?

Y ahora se permiten el airado lujo

de repeler estas barcazas de desesperados, de encerrar y de deportar

a los fugitivos que anegan sus costas y afean

sus glamurosas playas mediterráneas.

Si Europa fuese consecuente con sus propias políticas

de derechos humanos tendría que acoger

con los brazos abiertos a los africanos,

ofreciéndoles compartir algo de lo que se llevaron

de sus tierras.

Y lo curioso es que estos abanderados de la angustia

no piden lo que les correspondería, la devolución de lo que les pertenece.

Apenas piden las migajas de una limosna,

vender baratijas en las plazas, repartir diarios o limpiar automóviles...

Y aun así… no los quieren.

Vuestra ceguera es admirable, vuestra hipocresía criminal, vuestra bajeza formidable.

Mediten largamente sobre lo que están haciendo,

europeos. Despierten de su sueño torpe

y de su fantasía narcótica porque África ruge desesperada.

¿Cuánto tiempo más creen que podrán pasar fingiendo

no escuchar?

Europa desea permanecer cerrada mientras una África

saqueada se desangra...

No puedo entender cómo tanta belleza en las artes

haya podido surgir de corazones tan duros...

Seguramente Europa abrirá su corazón, sus puertas...

Seguramente, aprenderemos algún día a tratar a todos los seres humanos

como iguales, porque si no fuera así, estaríamos aceptando los distintos genocidios

ocurridos a lo largo de la historia como hechos normales...