15
Escuela de Agricultura de Nororiente Llanos de la Fragua, Zacapa Dubley Omar Sandoval Hernández Informática Básica I Almacenamiento en la Nube Palma Méndez, Edwin Orlando 4to. P.A Sección C Grupo 5

Palma Mendez - Almacenamiento en la nube doc

Embed Size (px)

Citation preview

Escuela de Agricultura de Nororiente

Llanos de la Fragua, Zacapa

Dubley Omar Sandoval Hernández

Informática Básica I

Almacenamiento en la Nube

Palma Méndez, Edwin Orlando

4to. P.A

Sección C

Grupo 5

28 de enero de 2015

Almacenamiento en la Nube

El almacenamiento en nube o almacenamiento en la nube (del inglés cloud storage), es un modelo de almacenamiento de datos basado en redes, ideado en los «años 1960»,[1] donde los datos están alojados en espacios de almacenamiento virtualizados, por lo general aportados por terceros.

Las compañías de alojamiento operan enormes centros de procesamiento de datos. Los usuarios que requieren estos servicios compran o alquilan la capacidad de almacenamiento necesaria. Los operadores de los centros de datos, a nivel servicio, virtualizan los recursos según los requerimientos del cliente. Solo exhiben los entornos con los recursos requeridos. Los clientes administran el almacenamiento y el funcionamiento de los archivos, datos o aplicaciones. Físicamente los recursos pueden estar repartidos en múltiples servidores físicos.

Se puede acceder a los servicios de almacenamiento en nube por diferentes medios, como una web service, API, interfaz web o alguna otra seleccionada por el cliente.

Tipos de Almacenamiento en la Nube

Existen diversos tipos de nubes (cloud computing) atendiendo a las necesidades de las empresas, al modelo de servicio ofrecido y a como se desplieguen en las mismas.

Dependiendo de donde se encuentren instaladas las aplicaciones y qué clientes pueden usarlas tendremos nubes públicas, privadas o híbridas, cada una de ellas con sus ventajas e inconvenientes

Las nubes públicas, los servicios que ofrecen se encuentran en servidores externos al usuario, pudiendo tener acceso a las aplicaciones de forma gratuita o de pago.se manejan por terceras partes, y los trabajos de muchos clientes diferentes pueden estar mezclados en los servidores, los sistemas de almacenamiento y otras infraestructuras de la nube. Los usuarios finales no conocen qué trabajos de otros clientes pueden estar corriendo en el mismo servidor, red, discos como los suyos propios. La ventaja más clara de las nubes públicas es la capacidad de procesamiento y almacenamiento sin instalar máquinas localmente, por lo que no tiene una inversión inicial o gasto de mantenimiento en este sentido, si no que se paga por el uso. La carga operacional y la seguridad de los datos (backup, accesibilidad, etc.) recae íntegramente sobre el proveedor del hardware y software, debido a ello, el riesgo por la adopción de una nueva tecnología es bastante bajo. El retorno de la inversión se hace rápido y más predecible con este tipo de nubes. A veces puede resultar difícil integrar estos servicios con otros sistemas propios.

Las nubes privadas, las plataformas se encuentran dentro de las instalaciones del usuario de la misma y no suele ofrecer servicios a terceros. Son una buena opción para las compañías que necesitan alta protección de datos y ediciones a nivel de servicio. Como ventaja de este tipo de nubes, al contrario que las públicas, es la localización de los datos dentro de la propia empresa, lo que conlleva a una mayor seguridad de estos, corriendo a cargo del sistema de información que se utilice. Incluso será más fácil integrar estos servicios con otros sistemas propios. Las nubes privadas están en una infraestructura local manejada por un solo cliente que controla qué aplicaciones debe correr y dónde. Son propietarios del servidor, red, y disco y pueden decidir qué usuarios están autorizados a utilizar la infraestructura. Sin embargo, como inconveniente se encuentra la inversión inicial en infraestructura física, sistemas de virtualización, ancho de banda y seguridad, lo que llevará a su vez a pérdida de escalabilidad y desescabilidad de las plataformas, sin olvidar el gasto de mantenimiento que requiere. Esta alta inversión supondrá un retorno más lento de la inversión.

Las nubes híbridas combinan los modelos de nubes públicas y privadas. Esto permite a una empresa mantener el control de sus principales aplicaciones, al

tiempo de aprovechar el Cloud Computing en los lugares donde tenga sentido. Usted es propietario de unas partes y comparte otras, aunque de una manera controlada. Las nubes híbridas ofrecen la promesa del escalado aprovisionada externamente, en-demanda, pero añaden la complejidad de determinar cómo distribuir las aplicaciones a través de estos ambientes diferentes. Una nube híbrida tiene la ventaja de una inversión inicial más moderada y a la vez contar con SaaS, PaaS o IaaS bajo demanda. En el momento necesario, utilizando las APIs de las distintas plataformas públicas existentes, se tiene la posibilidad de escalar la plataforma todo lo que se quiera sin invertir en infraestructura. Este tipo de nubes está teniendo buena aceptación en las empresas de cara a un futuro próximo, ya que se están desarrollando softwares de gestión de nubes para poder gestionar la nube privada y a su vez adquirir recursos en los grandes proveedores públicos.

Ventajas de usar la Nube

Sin duda la portabilidad es la mayor ventaja que puedes obtener de este tipo de servicios, el trabajo colaborativo puede ser incluso más productivo de lo que ahora es, tus empleados y/o compañeros pueden tener acceso a cierta información más rápido, simplificar y agilizar la comunicación.

La filosofía básica de este tipo de servicios podríamos considerarla como: “No es siempre necesario almacenar y trasladar tu información en un medio extraíble (como una memoria USB, en un CD/DVD o un disco duro externo) puedes subirlo a internet y tenerlo ahí siempre disponible”.

Sin duda, los servicios en la nube son una propuesta interesante si gran parte de tiempo que dedicas a tu negocio está en constante movimiento, dentro y fuera de la empresa o en diferentes equipos.

Desventajas

Privacidad. Es comprensible la percepción de inseguridad que genera una tecnología que pone la información (sensible en muchos casos), en servidores fuera de la organización, dejando como responsable de los datos al proveedor de servicio. El tema a tratar aquí, es el de la privacidad, ya que para muchos es extremadamente difícil el confiar su información sensible a terceros y consideran que lo que propone el cómputo en la nube pone en riesgo la información vital para los procesos de negocio.

Disponibilidad. Si bien es cierto que se incluyó a la disponibilidad previamente como una ventaja, ésta queda como una responsabilidad que compete únicamente al proveedor del servicio, por lo que si su sistema de redundancia falla y no logra mantener al servicio disponible para el usuario, éste no puede realizar ninguna acción correctiva para restablecer el servicio. En tal caso, el cliente debería de esperar a que el problema sea resuelto del lado del proveedor.

Falta de control sobre recursos. Al tener toda la infraestructura e incluso la aplicación corriendo sobre servidores que se encuentran en la nube, es decir, del lado del proveedor, el cliente carece por completo de control sobre los recursos e incluso sobre su información, una vez que ésta es subida a la nube.

Dependencia. En una solución basada en cómputo en la nube, el cliente se vuelve dependiente no sólo del proveedor del servicio, sino también de su conexión a Internet, debido a que el usuario debe estar permanentemente conectado para poder alcanzar al sistema que se encuentra en la nube.

Integración. No en todos los entornos resulta fácil o práctica la integración de recursos disponibles a través de infraestructuras de cómputo en la nube con sistemas desarrollados de una manera tradicional, por lo que este aspecto debe ser tomado en cuenta por el cliente para ver qué tan viable resulta implementar una solución basada en la nube dentro de su organización.

El cómputo en la nube se puede dividir en tres niveles en función de los servicios que ofrecen los proveedores. Desde el nivel más interno hasta el más externo se encuentran: Infraestructura como Servicio, Plataforma como Servicio y Software como Servicio.

Servicios de Almacenamiento en la Nube

Dropbox

Para utilizar Dropbox debemos crear una cuenta en el sitio oficial. Basta con completar nuestros datos y relacionarlos con una cuenta de correo electrónico. Una vez realizado este paso, debemos instalar la aplicación en la(s) computadora(s) con las que vayamos a trabajar.

En las cuentas “free” solamente contamos con 2 GB gratuitos para poder subir nuestros archivos. Si queremos incrementar la capacidad de almacenamiento tenemos que pagar una suma de dinero de acuerdo a la cantidad de GB requeridos.

Con Dropbox no necesitamos preocuparnos por subir los archivos a los que queramoss acceder. Las carpetas son sincronizadas automáticamente desde nuestra computadora a los servidores de Dropbox, de a una por vez. Hay dos métodos a utilizar: sincronizar todas

las carpetas del equipo, o seleccionar individualmente aquellas que queremos que se encuentren disponibles online.

La interfase web de Dropbox es intuitiva y práctica.

Una vez realizada esta configuración inicial, basta con guardar nuestros archivos en las carpetas sincronizadas y podremos accederlas desde el sitio web o desde la aplicación de Dropbox.

Algo muy beneficioso en Dropbox es que los formatos de archivos son los mismos que utilizamos en nuestra computadora. No podemos crear documentos directamente en el sitio web, como sucede con Google Drive o SkyDrive. Al principio esto parece una desventaja, pero en realidad es muy cómodo, ya que cuando abrimos un archivo desde la PC se ejecuta el programa asociado a cada tipo de archivo. Cuando los abrimos desde la página web, los descargamos para poder seguir trabajando en ellos, evitando el inconveniente de los formatos, fuentes, imágenes embebidas, etc.

El punto fuerte de Dropbox es la integración con varias aplicaciones. Muchos programas —como editores de texto, de imagen e incluso algunos de video— utilizan la API del sistema, ofreciendo la posibilidad de poder sincronizar dichos archivos entre nuestra PC y la nube.

Dropbox cuenta con sincronización automática de imágenes. Esto significa que si bajamos las fotos de nuestra cámara digital a la PC, o sacamos una foto con nuestro teléfono Android, todas estas imágenes serán automáticamente subidas a nuestra cuenta de Dropbox, algo muy interesante si somos de acceder a nuestras imágenes desde la web o queremos tener una copia de seguridad on line. El “slideshow” es simple, pero muy útil para poder visualizar todas las fotos.

Dropbox automatiza la subida de imágenes a la nube.

Podemos crear carpetas compartidas para utilizar con las personas que queramos, inclusio aunque no utilicen Dropbox. Si queremos que alguien acceda a un solo archivo, basta con enviarle el link correspondiente.

DropBox está desarrollado para la mayoría de las plataformas existentes, y cuenta con aplicaciones para Windows, Mac, Linux y teléfonos móviles. Su API es pública, lo que significa que otras empresas pueden desarrollar aplicaciones para subir archivos de distintos tipos directamente en Dropbox.

Y si nos preocupa la seguridad de nuestra información, Dropbox permite el cifrado de datos.

Google Drive

Si somos usuarios de Gmail, Google Plus o cualquier servicio de Google no es necesario crear una cuenta en Google Drive, ya que forman parte del mismo paquete de aplicaciones web; en caso contrario, debemos registrarnos.

Al principio contamos con 5 GB gratuitos de almacenamiento, y en caso de quedarnos sin capacidad podemos incrementarla abonando una suma de dinero como en los demás servicios. Google Drive es el servicio de almacenamiento con más capacidad contratable: hasta 1 TB. Uno de los puntos fuertes de Drive es que posee un potente buscador, con el que podemos encontrar con facilidad cualquier tipo de archivo, hasta los que no son muy comunes.

Drive comparte el diseño sobrio y claro característico de Google.

Google Drive permite crear documentos de texto como en Word, presentaciones al mejor estilo Power Point, hojas de cálculo como en Excel, además de subir imágenes y cualquier otro tipo de archivo.

Al igual que Dropbox, con Google Drive la sincronización es de una carpeta a la vez.

Google Drive es el servicio de almacenamiento más nuevo de los tres, y como tal todavía está evolucionando. Google está apuntando al sector de pequeñas y medianas empresas con este servicio, por lo que algunas funciones están poco desarrolladas. Todavía no cuenta con streaming multimedia, y el slideshow de imágenes es demasiado simple; esto último tal vez no mejore, ya que el fuerte de imágenes de Google es Picasa.

Tenemos la posibilidad de crear carpetas llamadas “collections”, que podemos compartir con las personas que queramos.

Otro punto alto de Google Drive es la integración con la tienda de aplicaciones Chrome Web, en donde hay una gran variedad de apps que funcionan con el servicio, como Open Office Document Reader, AutoCad, My Music Cloud y más. Lo buenos es que no necesitamos probarlas a todas para encontrar la mejor, ya que cada aplicación está rankeada por la comunidad de usuarios, lo que permite tener una idea de la calidad de cada una.

Google Drive se integra con toda clase de aplicaciones web.

Su API también es pública y permite cifrar la información.

Google Drive tiene aplicación para Windows, Mac y smartphones.

SkyDrive

Quienes tienen una cuenta de Hotmail, Windows Live o Outlook no necesitan crear una cuenta para utilizar el servicio de Skydrive. En caso contrario es necesario crear una antes.

SkyDrive nos ofrece 7 GB de almacenamiento gratuito para subir archivos, y en caso de que necesitemos más podemos adquirir espacio de almacenamiento extra, como en los demás servicios.

Hay una gran expectativa de SkyDrive con la salida de Windows 8 y Windows Phone, pero actualmente todavía no cuenta con una aplicación de escritorio, lo cual complica un poco su uso. Algo también incómodo es que no se pueden subir archivos de más de 2 GB.

El punto más fuerte es la integración con las herramientas de Microsoft Office: los documentos creados en SkyDrive tienen el mismo tipo de extensión de archivo que los de Office. Esto es excelente si estamos muy familiarizados con esa herramienta de oficina y no queremos preocuparnos por el hecho de crear el archivo en la nube o en la computadora. Este problema no existe en Dropbox —ya que solo sube y baja archivos— pero sí en Google Drive, que cuenta con sus propias extensiones de archivos y, aunque podemos optar por cambiarlas, puede ser motivo de inconvenientes.

SkyDrive permite la edición de archivos en la nube como Google Drive, y podemos compartir nuestros archivos con las personas que queramos, y hasta publicarlos en Facebook, LinkedIn o Twitter.

SkyDrive nos permite compartir contenido exactamente con quien queramos.

El slideshow de imágenes es bastante bueno, muy similar al de Dropbox.

Box

Este otro de los 'grandes' en materia de almacenamiento en 'la nube'. Se llama Box, y quizá sea la herramienta profesional colaborativa más potente de este listado, aunque el perfil para uso personal también está bastante conseguido y debería de estar, obligatoriamente, en un listado de las mejores opciones a la hora de elegir un servicio de almacenamiento remoto.

La versión gratuita de Box ofrece 5GB de espacio, y sincronización de archivos a través de PC con Windows o Mac, además de disponer de apps oficiales para acceder al contenido de nuestra cuenta desde dispositivos iOS y Android. Entre las suscripciones premium destacamos la de 50GB adicionales por 29.99$ al mes.

Mega

Mega es la opción más polémica por venir de quién viene, Kim Dotcom. El creador de Megaupload ofrece un espacio brutal de forma gratuita, ni más ni menos que 50GB. Lo peor del caso es que 'no es oro todo lo que reluce', porque el dimensionamiento de servidores del servicio se ha quedado pequeño ante la ingente cantidad de cuentas abiertas, y eso redunda en una lentitud desesperante a la hora de acceder a los archivos.

Otro de los puntos fuertes de Mega, es que si necesitamos 500GB adicionales, las podemos conseguir por sólo ¡10€ al mes!, efectuando el pago a través de una cuenta de Paypal. De momento no existen apps oficiales para gestionar Mega desde iPhone o Android, aunque sí buscamos un poco, encontraremos aplicaciones de terceros para Android que funcionan razonablemente bien.

Mega está comenzando, y estamos seguros que mejorará en velocidad con el tiempo e irá incluyendo nuevas funcionalidades, además de nuevas apps oficiales para gestionar las cuentas desde smartphones y tablets.