Programa de Formación Gerencial Lasallista – Venezuela

Pedagogía Lasallista en el nuevo milenio

Iris Mercedes Omaña

Exige explorar, identificar, fundamentar y canalizar él o los talentos, capacidades y actitudes de cada educando buscando hacerlo a futuro el mejor trabajador posible. Para bien de sí mismo y bien de los suyos, de su país, de su región. Sabiéndose amado pero también encontrando satisfacción en su quehacer.

Desde sus orígenes el objetivo final de la escuela lasallista ha sido evangelizar a toda la persona del alumno, para hacer de él un autentico discípulo de Jesucristo, al mismo tiempo, un profesional competente y un ciudadano educado. Para lograr esto deben tenerse en cuenta todas las dimensiones de la persona.

Niños de la época de SJBS

Niños de la época Actual

Extremada pobreza económica

Nuevas pobrezas, no solamente pobreza económica, sino también pobreza social, afectiva, moral y espiritual.

Perdida de tiempo ocasionada por el recurso al método individual de enseñanza.

Método simultaneo de enseñanza sistematizada a grupos homogéneos.

Disciplina excesivamente dura.

Respeto a los derechos del niño

En la escuela uso del latín en lugar de su lengua materna, el francés.

Obligatoriedad del uso de la lengua materna en la escuela.

Ante estas necesidades vividas por los niños del siglo XVII La Salle decidió crear una escuela flexible, eficaz, atractiva y que valiera la pena no sólo para los niños sino también para sus padres quienes no percibían utilidad alguna de la escuela para la vida, todas estas innovaciones son las que hoy en día adquieren mayor relevancia dentro del mundo educativo del siglo XXI.

Intuiciones pedagógicas de La Salle más valiosa y actuales

El alumno centro del proyecto educativo.Dignificación del docente.Creación de una comunidad educativa inserta en

una red más amplia. La sistematización de la enseñanza simultanea.La progresión en los aprendizajes. La inculturación.Educación integrada: la adquisición del saber , del

saber hacer, del saber vivir, del saber ser y del saber creer.

Para La Salle, el maestro no puede contentarse con ser un simple profesor, dispensador de conocimientos, sino que lo enaltece cuando lo invita a ejercer su profesión como un ministerio. Es esta invitación clara y precisa la que me motiva cada día a asumir la competencia profesional con una profunda conciencia de mi función y de mis responsabilidades frente a mis alumnos y frente a Dios.

La Salle habla con frecuencia del buen ejemplo que el maestro debe dar. Al aceptar esta invitación que me hace el Fundador, de ser ejemplo ante mis alumnos me exige un alto compromiso que me ha llevado a replantear mi proyecto de vida, tomando como principio que ser educador es más que un trabajo a cumplir, es una misión que Dios ha decidido que lleve a cabo, donde el amor por nuestros niños, niñas y jóvenes me anima a seguir cada día con mayor esperanza y fe.

La educación preconizada por san Juan Bautista de La Salle tuvo como objetivo final la de evangelizar a toda la persona del alumno para hacer de él un auténtico discípulo de Jesucristo, un competente profesional y un ciudadano educado. (cf. Lauraire, Los ejes de la pedagogía de SJBS: 34) Tomando en consideración las realidades de la vida y las necesidades concretas del alumno.

Hoy más que nunca tiene vigencia este enunciado que La Salle llevó a la práctica en el siglo XVII, esta innovación de la pedagogía Lasallista genera un conocimiento pertinente que abre nuevos caminos en la reflexión pedagógica en el siglo XXI, donde las distintas corrientes modernas coinciden con el pensamiento Lasallista.

La Salle fue un hombre moderno, que optó por el progreso armónico, proponiendo una educación humana y cristiana integrada. (cf.

Morales, Pedagogía Lasallista: 173).

Manifestando desde el inicio su preocupación por las carencias existentes entre los maestros, comprometiéndose a una dedicación especial por la formación de los mismos, desarrollando un sistema de acompañamiento pedagógico-pastoral encaminado a la toma de consciencia de la misión como cristianos.

De la Salle comprendió que las escuelas necesitaban contar con educadores de pensamiento, acción y fe. Son estas intuiciones pedagógicas de Juan Bautista de La Salle las que nos llevan a considerar que las mismas son hoy punto de partida de todo un proceso de innovación educativa.