Upload
laura-ecuador
View
491
Download
8
Embed Size (px)
DESCRIPTION
pielonefritis aguda y crónica
Citation preview
INFECCIÓN DE LA PORCIÓN SUPERIOR DE LAS VÍAS URINARIAS: PIELONEFRITIS AGUDA
La pielonefritis es una infección bacteriana de la pelvis renal, túbulos y tejido intersticial
de uno o ambos riñones. Las UTI superiores se relacionan con una cubierta de
anticuerpos en las bacterias de la orina. (Los
anticuerpos cubren las bacterias en la médula renal;
cuando las bacterias se excretan por la orina, la
cubierta de anticuerpos puede descubrirse mediante
la prueba de inmunofluorescencia). Las bacterias
llegan a la vejiga por la uretra y ascienden hacia el
riñón. Si bien los riñones reciben del 20 al 25% del
gasto cardiaco, las bacterias rara vez llegan ahí con
la sangre; menos del 3% de los casos se debe a
diseminación hematógena (Warren et al., 1999).
La pielonefritis por lo general es secundaria a reflujo
ureterovesical, en el cual una válvula incompetente
permite a la orina regresar (reflujo) a los uréteres. Entre otras causas del trastorno se
encuentran obstrucción del aparato urinario (que aumenta la susceptibilidad de los
riñones a la infección), tumores de la vejiga, estenosis hiperplasia prostática benigna y
cálculos renales. La pielonefritis puede ser aguda o crónica.
Los riñones de los pacientes que padecen pielonefritis aguda suelen estar crecidos por
infiltraciones intersticiales de células inflamatorias. Probablemente se observen
abscesos en la capsula suprarrenal y en la unión corticomedular. Al cabo del tiempo
pueden aparecer atrofia y destrucción de los túbulos y glomérulos. Cuando la
pielonefritis se vuelve crónica, los riñones presentan cicatrices, se contraen y dejan de
funcionar.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los pacientes con pielonefritis aguda tienen escalofríos y fiebre, leucocitosis,
bacteriuria y piuria, dolor en el flanco y sensibilidad, en el ángulo
costovertebral. Además, con frecuencia tienen síntomas de afección
de la porción inferior del aparato urinario, como disuria y polaquiuria.
VALORACIÓN Y HALLAZGOS DIAGNÓSTICOS
Se realizan un ultrasonido o una tomografía computarizada para localizar cualquier
obstrucción en el aparato urinario. El alivio de la obstrucción es esencial para salvar el
riñón de la destrucción. La pielografía intravenosa rara vez está indicada en caso de
pielonefritis aguda debido a que los hallazgos son normales hasta el 75% de los
pacientes. Las imágenes con radionúclidos que emplean leucocitos marcados con
citrato de galio e indio- 111 son útiles para identificar sitios ocultos de infección que tal
vez no se visualicen en la tomografía computadorizada o en el ultrasonido. Los cultivos
de orina y las pruebas de sensibilidad se realizan para determinar el microorganismo
causal de modo que se prescriban agentes antimicrobianos apropiados.
TRATAMIENTO MÉDICO
Los pacientes con pielonefritis no complicada suelen tratarse como pacientes externos
si no están deshidratados, no experimentan náusea o vómito y no tienen signos o
síntomas de sepsis. Además, deben ser responsables y confiables para asegurar que
todos los medicamentos se tomen según prescripciones. Otros pacientes, lo que
incluye a todas las embarazadas, deben hospitalizarse por lo menos durante dos o tres
días para tratamiento parenteral. Los agentes orales se emplean una vez que el
paciente está afebril y muestra mejoría clínica.
FARMACOTERAPIA
Para los pacientes externos se recomienda un curso de dos semanas de antibióticos
debido a que la enfermedad del parénquima renal es más difícil de erradicar que las
infecciones de la mucosa vesical. Los agentes que se prescriben con frecuencia
incluyen trimetoprim- sulfametoxazol,
ciprofloxacina, gentamicina con o sin
ampicilina o una cefalosporina de tercera
generación. Estos fármacos deben usarse con
gran cautela si el paciente tiene disfunción
renal o hepática. Un problema posible en el
tratamiento de la pielonefritis aguda es la
infección crónica o recurrente y asintomática
que persiste por meses o años. Después del régimen inicial con antibióticos, el
paciente puede requerir tratamiento con antibióticos hasta por seis semanas si se
detecta evidencia de una recaída. Se realiza un cultivo de seguimiento a las dos
semanas de haber completado el tratamiento con antibióticos para verificar que la
infección desapareció.
INFECCION DE LA PORCIÓN SUPERIOR DE LAS VIAS URINARIAS:
PIELONEFRITIS CRÓNICA
Los ataques repetidos de pielonefritis aguda pueden conducir a
pielonefritis crónica. Las evidencias recientes sugieren que la
pielonefritis crónica es cada vez menos una causa común de
nefropatía en etapa terminal, en tanto que la enfermedad
renovascular es cada vez más una de las causas frecuentes.
MANIFESTACIONES CLINICAS
El paciente con pielonefritis crónica por lo general no tiene síntomas de infección a
menos que ocurre una exacerbación aguda. Los signos más notorios son fatiga,
cefalea, falta de apetito poliuria, sed excesiva y pérdida de peso. La infección persiste
y recurrente llega a producir cicatrización progresiva de los riñones e insuficiencia
renal.
VALORACION Y HALLAZGOS DIAGNÓSTICOS
El grado de la enfermedad se puede valorar mediante urograma intravenoso y
mediciones del nitrógeno ureico en sangre, concentración y depuración de creatinina.
Se deben erradicar las bacterias de la orina en caso de estar presentes.
COMPLICACIONES
Las complicaciones de la pielonefritis crónica incluyen nefropatía en etapa terminal
(por pérdida progresiva de nefronas secundaria a inflamación cronica y cicatrización),
hipertensión y formación de cálculos renales (por infección cronica con microrganismo
que degradan la urea.
TRATAMIENTO MEDICO
La elección del antimicrobiano se determina mediante la identificación de
microorganismo patógeno por cultivo. Si no es posible que la orina se encuentre libre
de bacterias, se utiliza nitrofurantoína o una
combinación de sulfametoxazol y trimetoprim para
suprimir su desarrollo. La función renal trastornada
altera la excreción de los antimicrobianos y requiere
vigilancia cuidadosa del funcionamiento renal; esto
es de especial importancia si los medicamentos son
muy tóxicos para los riñones.
TRATAMIENTO DE ENFERMERIA
El paciente puede requerir hospitalización o ser tratado como paciente externo.
Cuando el sujeto se hospitaliza, se miden y registran con cuidados los ingresos y
pérdidas de líquidos. A menos que este contraindicado, se estimula el consumo de
líquidos (3 a 4 L/día) para diluir la orina, disminuir la sensación de ardor al orinar y
evitar la deshidratación. La enfermera valora la temperatura del paciente cada 4h y
administra antipiréticos y antibióticos según estén prescritos. Con frecuencia la
persona está más cómoda si se le mantiene en reposo en cama durante la fase aguda
de la enfermedad.
Las enseñanzas para el paciente se centran en la prevención de infecciones del
aparato urinario mediante el consumo de una cantidad suficiente de líquidos, vaciado
regular de la vejiga y cumplimiento con las recomendaciones de higiene perineal. La
importancia de tomar los medicamentos antimicrobianos exactamente como se
prescribieron debe destacarse al paciente, al igual que la necesidad de acudir a las
citas de vigilancia.