Escuela Normal Superior Oficial de

Guanajuato

El tacto en la enseñanza: El significado de

sensibilidad pedagógica

Max Van Manen

*Mi experiencia como maestra

Dulce Daniela Barrientos Silva

OPD IV

Telesecundaria III “B”

14 de marzo del 2014

Día a día como personas nos encontramos con situaciones que nos hacen crecer

como tales, nos ayuda a que reflexionemos sobre lo que estamos haciendo ahora, en lo

que hemos venido haciendo y lo que estamos provocando que suceda con nuestras

acciones, siempre hay una reacción a una acción que realizamos, muchas de las

situaciones en las que nos encontramos es por el resultado de ellas, y tal vez también

por la las actitudes que tenemos ante las escenarios. Desde que nacemos nos

enfrentarnos a retos difíciles que tal vez no recordemos por la edad que tenemos, pero

el simple hecho de estar sobre la fase de la tierra los seres vivos estamos en un planeta

de sobrevivencia, así en cada momento independientemente de que estemos haciendo

sería bueno detenernos a reflexionar y pensar que es lo que estoy haciendo y a donde

quiero llegar.

Pero para realizar todas estas acciones no lo realizamos solos, siempre y en

cada momento estamos rodeadas de personas que en ocasiones comparten los

mismos gustos que nosotros, pero en otras no así que como parte de esta sociedad

tenemos que acoplarnos y respetar sus formas de pensar, de actuar etc., las relaciones

que vamos generando deben ser sanas y en armonía para poder tener una mejor

interacción. El tacto que demostramos en cada actitud, en la mayoría de las veces tiene

que ver con la situación que lo provoca, pero sobre todo por el control de nuestras

emociones, la mayoría de la veces reaccionamos con la intencionalidad que se nos

dicen las cosas, no tratamos de analizar qué es lo que llevo a la otra persona a decir

ese comentario sino que en ese instante atacamos dejando ver que nosotros también

somos capaces de enfrentarlos y que podemos llegar a ser más fuertes.

Cuando te vas relacionado cada vez con más personas se debe adquirir esa

habilidad de saber distinguir entre lo que está bien o mal decir, o simplemente actuar,

respetando ideas, en casos apoyarlas y si lo es necesario mejorarlas, pero en un

trabajo colaborativo con el compañero. Esta habilidad de relacionarse se suscita en

cualquier tipo de trabajo, lugar a donde vayas y hasta tu propio hogar, pero ahora

hablare del trabajo de un docente, profesión donde se tiene que trabajar con todo tipos

de personas chicos, grandes y ya algunos ya mayorcitos; siempre en todas las edades

se estudia así es que el alumno necesita de un maestro. El docente juega con el rol de

“todólogo”, no quiere decir que él lo sabe todo y que es la persona perfecta si que

dentro de un aula no solo es un guía, sino que también es consejero, psicólogo, medico

(dependiendo las condiciones de la escuela), etc., siempre debe estar disponible para lo

que el alumno necesite. Así que reflexionar de lo que vamos y realizamos en el salón

de clases sería un buen punto de partida para analizar y cambiar si la situación lo

amerita.

Mi práctica docente: qué hago, cuándo lo hago y por qué lo hago

Casi al finalizar la preparatoria jamás pensé que mi destino era el de entrar en

una Normal pensaba en muchas más profesiones pero en ser, maestra y mucho menos

de telesecundaria, pero al momento de enfrentarme a la realidad se me presento la

oportunidad y la opción, y fue cuando me hice la pregunta y por qué no; creo que el

tener dos opciones para entrar a la universidad no hace menos a una carrera de otra,

es como todo siempre tendremos preferencias hacia unas cosas pero por algo no se

pueden llevar acabo así que la segunda opción no es mala siempre fue prioridad ante

otras. La carrera que escogí como primer opción no se realizó por falta de admisión y

ahora agradezco ya que me encuentro en el lugar que ahora lo se me llena como

persona, me gusta y aquí me quedare.

Alguna vez en mi vida llegue a jugar a que yo era la maestra, era tan sencillo

callar a mis hermanos menores y que solo tenía tres alumnos, era divertido pero como

imaginar que yo llegaría estar realmente frente a grupo, impartiendo clases, ese juego

se convertiría en una realidad pero ahora no solo con tres pupilos, sino que ahora

serían más de 20 alumnos en cada ciclo escolar, y aunque aún no tenga mi título como

maestra oficialmente sé que lo voy a lograr. La primera vez que nos llevaron a

observación fue a un grupo de primer grado en primaria, no pues los vez y ellos toda

una ternurita que tiene que ver un niño de 6 años con uno de 14 que está en su plena

adolescencia, fue una gran experiencia primera vez que un estuante te llama maestra,

fue una sensación que no lloras por pena pero que te llena de satisfacción y de

reafirmación de que lo quieres es eso.

Pero el punto clave estuvo en la observación ahora si de alumnos pero de

telesecundaria, y lo mejor era que fue en una zona que para muchos era o es

complicada, zona centro en León, Guanajuato día de la observación y en el turno

vespertino; cuando nos indicaron a que grupos íbamos a mí a dos compañeras se nos

informó de que el grupo al que entraríamos nosotros no había maestro, así que como

pudiéramos íbamos a entretener a los alumnos y en la clase de inglés, la verdad es

simple si no tienes experiencia y una planeación lograr que un grupo te ponga atención

y que ellos aprendan es muy difícil lo que paso fue que terminamos platicando con los

alumnos, no hubo relevancia nos fuimos por el camino fácil. Aunque lo mejor de ese

primer año en la Normal se venía, la observación a diferentes telesecundaria;

comienzas a conocer la forma de trabajar que es lo que ha cambiado desde que

nosotros egresamos de este nivel de estudios, todo eso que necesitas para conocer

más sobre tu espacio de trabajo y más la influencia de los diferentes contextos.

En ese año solo fue “observación”, así que en el tercer semestre se venía lo

mejor o lo peor en ese entonces “La práctica docente”, ahora si ya no sería la que me

sentaba al final de una fila solo escuchando y criticando o aprendiendo sobre la práctica

de un docente en servicio que abrió las puertas de su aula para ser observado, ahora

jugaría yo ese papel. Al mes de haber entrado se nos asigna el lugar al que iremos a

practicar se nos dijo que era Romita, Guanajuato, cuando lo dijo el maestro lo vi como

lo mejor del mundo entre en una zona de confort que me daba lo mismo cual seria la

comunidad y cuando esta se me fue asignada entre más en ella, ya que se encontraba

a solo diez minutos de mi casa así que el grupo para mí ya no presentaba problemas,

ya estaba donde yo quería estar, fue una actitud egoísta de mi parte a mí no me

importaban los alumnos, lo que me interesaba era mi comodidad y ya, cuando asistí a

la telesecundaria y conocí a mi primer grupo me emocione pero no trabajar con ellos

sino que ahora si ya sería una maestra de verdad, los primeros dos días lo recuerdo me

la pase atendiéndome a mí, no a ellos todo lo que hacía era para no incomodarme yo y

mucho menos exigirme si ellos estaban o no aprendiendo no era mi problema era de

ellos que no ponían atención, recuerdo que hasta llegue a sacar alumnos “problema”

con tal de que mi practica no se echara a perder y bien podría justificarme con decir: fue

la primera vez.

En la segunda practica me toco igual en mí mismo municipio solo que ahora me

toco en una comunidad que se encontraba más retirada, ya en cuanto a tiempo ya no

estaba tan conforme pero bueno ahora tenía que levantarme más temprano, en esta

escuela la práctica no fue mala, es cierto no fue como la primera, es verdad que con la

experiencia uno va aprendiendo muchas cosas, al menos ya sabía que era lo que tenía

que hacer en una situación incomoda, aunque aquí a lo que me tenía que enfrentar era

al mayor rival de un maestro, otro maestro; el apoyo que yo recibía de mi maestro titular

me incomodaba demasiado en cada una de las sesiones, más que querer ayudarme lo

que sentía era evidenciarme frente a los alumnos de que yo no era capaz de estar ahí

al frente. Así que en esta ya no estaba atendiéndome a mí, ni a los alumnos sino al

maestro titular, todo lo planeado era para él, esperando siempre que el me diera el visto

bueno.

Aunque en la segunda jornada, me di cuenta de esto, trate de salir de esa

monotonía con los alumnos aunque tampoco no hubo mucha respuesta, ellos estaban

acostumbrados a no llevar tarea, a no hacer nada en clase algunos se la pasaban

dibujando fuera la clase que fuera, ya que si algo hacían mal lo suspenderían y tendrían

que retirarse de la escuela y que mejor regalo para un adolescente que lo que menos

desea es estar en un salón de clases. Y si solo tenía 14 alumnos dos no asistían a la

escuela, y el maestro en ocasiones corría de 3 por día, al final solo trabaja con 9 lo cual

no era nada bueno porque con muy pocos alumnos los equipos no quedan, entre otras

cosas como las dinámicas, y si era aburrido hasta ahora considero que ha sido mi peor

práctica.

Ya que en la de quito semestre y en tercer grado, me fue bien hasta podría

utilizar el término “muy bien”, no me toco practicar en la telesecundaria de San Vicente

en Irapuato, cuando me dijeron el nombre de la comunidad la verdad si me traume un

poco, no sabía dónde estaba esa comunidad, pero si en realidad era un reto y este lo

tenia que enfrentar la verdad, tuve mucha suerte el traslado en realidad no fue un

problema. Tuve un grupo excelente, aquí puedo estar segura que lo que hacia lo hacia

con gusto y ganas, solo que el titular que tenia era un maestro realmente tradicionalista,

el no se metia en mis clases, solo que siempre me hacia sugerencias y no en cuanto a

mi practica sino que en las actividades que yo proponía, siempre para él tenían que ser

rígidas, el trabajo en equipo no servía para nada, eso era lo que él pensaba así que si

le sufrí poquito, atendiendo esas necesidades de titular, atendiendo a las necesidades

de los alumnos y su ritmo de trabajo, pero hasta eso no paso a mayores y se pudo

lograr un ritmo de trabajo tranquilo y con buenas relaciones. Lo que más me gusto es

que tal vez no trabaje en un 100% peor si los alumnos me exigieron y no con palabras

sino con la respuesta al trabajo, descubrí cosas que como maestra pensé que no tenía,

y aquí en esta práctica pude reafirmar que el tacto con los alumnos me va muy bien,

´puedo establecer buenas relaciones.

Ahora de que es lo que quiero en mi vida, tengo mis ideas firmes, conforme pasa

el tiempo he podido identificar cuáles son mis habilidades y destrezas, lo cual me ha

ayudado a proponerme nuevas metas que no me dejen estancadas en un punto de

donde ya no me mueva. Quiero que al terminar y carrera y encontrar un poco de

estabilidad en esta especialidad, estudiar otra licenciatura en Psicología desarrollarme

para así poder ofrecer más a los estudiantes. Son sueños que se van creando por

medio de estos años de experiencia, tal vez no me he pasado más de dos semanas

frente a grupo, pero puedo decir que en ese tiempo me he dado cuenta de que no me

equivoque en elegir esta carrera.

Pero ahora conocí a un nuevo grupo, de segundo grado quiero cambiar muchas

de las cosas que hice en mis practicas pasadas, y siento que realmente van a sugir

cambios es un gran grupo, tienen características de los otros tres en los que ya estuve

pero, también algunas únicas que pienso aprovechar para que sea mi mejor practica y

pueda estar satisfecha con mi trabajo y los aprendizajes de mis alumnos.