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ROMANTICISMO DE COLOMBIA
Carolina Mejía
Lina Marcela Agudelo
Karen Montoya
Daniel López
Juan Felipe Builes
ALGUNOS DESTACADOS
El romanticismo colombiano se remonta a tiempos de la colonización
española en Colombia en los que se destacaron los criollos
Hernando Domínguez Camargo, jesuita y escritor influenciado por
Luis de Góngora, en el estilo bareque de las indias. Sus trabajos más
reconocidos son el Poema Épico a San Ignacio de Loyola y Bouquet
de Flórez Poéticas.
HÉROES DE LA PATRIA PERO CON CORAZÓN ROMÁNTICO
También Francisco Álvarez de Velasco y Zorrilla con su obra
Rhytmica Sacra, Moral y Laudatiria, mostrando una marcada
influencia de Francisco de Quevedo y Sor Juana Inés de la Cruz.
Francisca Josefa del Castillo, una monja tunjana, se destacó en el
género del misticismo. En la literatura de post-independencia ligado
al romanticismo se destacaron Simón Bolívar, Antonio Nariño, José
Fernández Madrid, Camilo Torres y Francisco Antonio Zea.
PRIMERA ACADEMIA DE ESPAÑOL
En 1871 se estableció en Colombia la primera academia de lengua
castellana en continente americano.[153] A principios del siglo XIX y
principios del siglo XX se popularizó el género costumbrista, teniendo como
máximos exponentes a Tomás Carrasquilla, Adolfo León Gómez, José María
Cordobés Moure, Jorge Isaac, Julio Arboleda, Gregorio Gutiérrez González,
Rafael Pombo (destacado en el género de literatura infantil), Soledad
Acosta, Josefa Acevedo de Gómez, Candelario Obeso y Manuel Ancízar.
ROMANTICISMO MODERNO
Como respuesta al romanticismo surgieron los escritores del
movimiento llamado modernista entre los que se destacaron José
Eustasio Rivera, Rafael Maya, León de Greiff, Luis Vidales, Luis
Carlos López, Germán Arciniegas, Porfirio Barba-Jacob y José
María Vargas Vila.
POEMARAFAEL POMBO
Donde ayer lo dejamos, dulce dueño.
Recomencemos. Recogiendo amantes.
Los rotos hilos del antiguo sueño.
Sigamos arrullándolo como antes.
Respetuosa apartemos la mirada
de tumbas que haya entre partida y vuelta.
Y si hubiere una lágrima ya helada
ruede al calor del corazón disuelta.
Olvidemos la herrumbre que en el oro
de la rica ilusión depuso el llanto,
y los hielos que pálido, inodoro
dejaron el jardín que amamos tanto.