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LAS TECNOLOGÍAS COGNITIVAS INTRODUCCIÓN En nuestra época, vivimos rodeados por objetos creados por nosotros que son capaces de ejecutar tareas complejas cuya ejecución anteriormente requería de mucha concentración y esfuerzo mental de nuestra parte (Wigfield & Wentzel, 2007). Se puede decir que hemos logrado transferir a esos objetos a algunas de las tareas que se consideraban típicas y exclusivas del intelecto humano. En ese sentido, hemos creado “tecnologías cognitivas”, que nos permiten ahora liberar nuestras capacidades intelectuales para la ejecución de actividades cognitivas “superiores” aquellas para las que no hemos inventado todavía (y, según piensan algunos, jamás podremos inventar) reemplazos “mecánicos”, “computacionales”, o de otro tipo. Detrás de toda tecnología creada por el género humano sea ella la rueda, la agricultura, o el teléfono celular existe, por supuesto, un importante componente cognitivo. Pero eso no la hace, de por sí, una tecnología cognitiva en el sentido en que empleo esta expresión, que tiene que ver con los fines primarios a los que sirve una tecnología y no al proceso de su creación o a sus posibles efectos secundarios. Primariamente, la rueda sirve para el transporte; la agricultura, para la producción de alimentos; el teléfono celular, para la comunicación. Secundariamente, esas tecnologías pueden también ser útiles para la cognición: el transporte nos permite participar y aprender en congresos como éste; la buena alimentación nos da energía mental; y el teléfono celular, en raras ocasiones, puede servir para comunicar contenidos cognitivos. Las tecnologías cognitivas, en cambio, son las que se caracterizan por servir primariamente a la misma cognición, aunque secundariamente puedan crear empleos, ayudar en la producción de armas y permitirnos descubrir inteligencias extra-terrestres. Por ‘tecnología cognitiva’, por lo tanto, entiendo todo medio material o mental creado por el hombre con el fin de contribuir a la realización de metas cognitivas. Por ‘metas cognitivas’ entiendo, bien los estados mentales de naturaleza cognitiva (p. ej., conocimiento, opinión, creencia, expectativa, decisión, plano de acción,

Tecnologia cognitiva

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Page 1: Tecnologia cognitiva

LAS TECNOLOGÍAS COGNITIVAS

INTRODUCCIÓN

En nuestra época, vivimos rodeados por objetos creados por nosotros que son

capaces de ejecutar tareas complejas cuya ejecución anteriormente requería de

mucha concentración y esfuerzo mental de nuestra parte (Wigfield & Wentzel,

2007). Se puede decir que hemos logrado transferir a esos objetos a algunas de

las tareas que se consideraban típicas y exclusivas del intelecto humano. En ese

sentido, hemos creado “tecnologías cognitivas”, que nos permiten ahora liberar

nuestras capacidades intelectuales para la ejecución de actividades cognitivas

“superiores” aquellas para las que no hemos inventado todavía (y, según piensan

algunos, jamás podremos inventar) reemplazos “mecánicos”, “computacionales”, o

de otro tipo.

Detrás de toda tecnología creada por el género humano – sea ella la rueda, la

agricultura, o el teléfono celular existe, por supuesto, un importante componente

cognitivo. Pero eso no la hace, de por sí, una tecnología cognitiva en el sentido en

que empleo esta expresión, que tiene que ver con los fines primarios a los que

sirve una tecnología y no al proceso de su creación o a sus posibles efectos

secundarios. Primariamente, la rueda sirve para el transporte; la agricultura, para

la producción de alimentos; el teléfono celular, para la comunicación.

Secundariamente, esas tecnologías pueden también ser útiles para la cognición: el

transporte nos permite participar y aprender en congresos como éste; la buena

alimentación nos da energía mental; y el teléfono celular, en raras ocasiones,

puede servir para comunicar contenidos cognitivos. Las tecnologías cognitivas, en

cambio, son las que se caracterizan por servir primariamente a la misma

cognición, aunque secundariamente puedan crear empleos, ayudar en la

producción de armas y permitirnos descubrir inteligencias extra-terrestres. Por

‘tecnología cognitiva’, por lo tanto, entiendo todo medio – material o mental –

creado por el hombre con el fin de contribuir a la realización de metas cognitivas.

Por ‘metas cognitivas’ entiendo, bien los estados mentales de naturaleza cognitiva

(p. ej., conocimiento, opinión, creencia, expectativa, decisión, plano de acción,

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etc.), bien los procesos cognitivos (p. ej., percepción, memorización,

conceptualización, clasificación, aprendizaje, anticipación, formulación de

hipótesis, demostración, deliberación, evaluación, persuasión, descubrimiento,

etc.) que llevan a esos estados o ayudan a llegar a ellos (Berliner, 1993; Wigfield &

Wentzel, 2007).

Leibniz fue uno de los primeros pensadores que percibió y tematizó el papel de las

tecnologías cognitivas en la formación, diseminación y progreso del conocimiento

humano y, a través de él, en el incremento de la felicidad humana – objetivo

máximo de toda su actividad científica.

Aunque sería exagerado afirmar que Leibniz anticipó el impacto de la revolución

causada por el avance sin precedentes en las tecnologías cognitivas actuales, me

parece que se dio cuenta – más que cualquier otro filósofo – de la importancia

fundamental de su desarrollo. Al contribuir de forma esencial para superar

nuestras limitaciones cognitivas naturales, las tecnologías cognitivas tienen que

ser tomadas en cuenta cuando tratamos de contestar a una de las preguntas de la

antropología filosófica kantiana (¿qué es lo que podemos saber?). Pero Leibniz

también las consideró decisivas para contestar a las demás preguntas

antropológicas de Kant: ¿qué es lo que podemos esperar?, ¿qué es lo que

debemos hacer?, y, finalmente, ¿qué es el hombre? Puesto que una discusión

filosófica apropiada sobre la naturaleza, el alcance, y la orientación de la

“revolución digital” actual necesariamente tiene que plantear de nuevo las

preguntas kantianas, las reflexiones originales de Leibniz sobre las tecnologías

cognitivas merecen hoy día toda nuestra atención.

Page 3: Tecnologia cognitiva

Hacia una tipología de las tecnologías cognitivas.

Dispositivos mecánicos.

Empecemos por las tecnologías cognitivas leibnizianas que pueden ser

consideradas ‘externas’, pues cumplen sus objetivos cognitivos por medio de

aparatos u otros objetos específicamente diseñados para fines cognitivos.

Un ejemplo de ese tipo de tecnología que interesó a Leibniz desde su juventud fue

el diseñado por Ramon Llull para facilitar el uso de su Ars Magna. Se trataba de

un conjunto de 6 círculos concéntricos móviles, de rayos crecientes,

representando las 6 categorías de 9 términos cada una, que Llull consideraba

básicos. Trazando rectas entre cada dos términos dentro de un círculo se obtienen

las 36 ‘com2naciones’ (=combinaciones) o proposiciones posibles dentro de cada

categoría, y al rodar los círculos se engendran mecánicamente todas las

relaciones posibles entre esas proposiciones, o sea, una enorme cantidad de

términos o proposiciones “complejos”. Leibniz poseía entre sus papeles un

grabado representando los círculos de Llull, una Cyclognomica ex Lullio de

Gregorio Tolosano, y también el Ars magna sciendi de Athanasius Kircher, quien

había reducido a cuatro las clases de Llull y había agregado símbolos gráficos y

letras para designar los términos (Couturat 1901: 38n1 y 542). Además, él conocía

– y al parecer apreciaba – aplicaciones del mismo procedimiento mecánico para

fines específicos: militares (Breissac), filológicos (Hardsoerffer), retóricos (Alsted),

y otros – aplicaciones que corresponderían a versiones rudimentarias de lo que

hoy día se suele llamar “expert systems”.

En su De Arte Combinatoria (1666), Leibniz generaliza la idea llulliana,

proponiéndose desarrollarla – con su característica mezcla de modestia y

pretensión – en unas “nuevas semillas del arte de pensar o lógica de la invención”

(Aunque admire a Llull, cuyo nombre incluye en un «Catálogo de descubrimientos

en lógica» Leibniz critica el Ars Magna por su selección arbitraria de las clases, de

los términos, y de su número, pues limitan indebidamente el potencial inherente a

la tecnología inventada por Llull. Su conclusión es que, aunque útil para la retórica

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(“el arte de encontrar lo que decir sin advertencia previa”), el método llulliano no

tiene la generalidad necesaria para llegar al “conocimiento pleno de una cosa

dada” (GP IV 63) – o sea, no ofrece propiamente una tecnología “cognitiva”, sino

más bien una tecnología “comunicativa” a lo sumo. Su método aritmético, en

cambio, sería absolutamente general, permitiendo determinar todas las

“complexiones” formadas a partir de cualquier número de términos básicos, y no

solamente las “com2naciones” y las relaciones entre un pequeño número de

proposiciones, de utilidad restringida.

En el De Arte la aritmética, sin embargo, no es para Leibniz más que un

medio, por lo que enfatiza que su principal interés no es “aumentar la aritmética”,

sino producir una tecnología cognitiva que ataña a “los fundamentos de la lógica

inventiva” y por lo tanto sea útil para el ejercicio de una de nuestras principales

capacidades cognitivas – la “invención” (GP IV 64). Sin embargo, no desprecia el

valor cognitivo de la aritmética y dedica mucho esfuerzo para producir

una machina arithmetica o Rechenmaschine, un aparato cuya importancia radica

más en ilustrar la posibilidad de mecanizar un determinado conjunto de

operaciones cognitivas que en su utilidad práctica, pues se trataba de un objeto

grande y pesado, y reducido a operar con números relativamente pequeños –

siendo así incomparable con las mini-calculadoras de bolsillo modernas.9 De

hecho, su máquina de calcular constituye una implementación mecánica de

algunos de los principios del arte de las combinaciones, y, por emplear un sistema

de engranajes, hace recordar los círculos de Llull. Se la puede considerar,

además, una aplicación a la aritmética de las “nuevas semillas de la lógica de la

invención”, pues permite descubrir la solución de un gran número de problemas –

es decir, encontrar los resultados de las cuatro operaciones aritméticas – lo que, si

fuera ejecutado manualmente, llevaría mucho tiempo e involucraría el peligro de

cometer errores. Además de “externa”, se trata de una tecnología cognitiva

“integral” pues no requiere la intervención humana, modalmente “fuerte”, pues

produce resultados correctos e irrevocables, pero no “constitutiva” pues íbamos

sin la Rechenmaschine y, en principio, (aunque quizás ya no en la práctica)

podemos calcular también mental o manualmente sin las calculadoras de bolsillo.

Page 5: Tecnologia cognitiva

Conviene resaltar que el éxito de máquinas como ésta depende en gran parte del

hecho de que cubren un dominio restringido, dotado de un procedimiento de

decisión inherente, para el que disponemos de un conocimiento sistemático y

formalizado – o sea, sintáctica y semánticamente completo.

Refiriéndose a otro dispositivo mecánico semejante al de Llull, pero que él

dice haber sido ya inspirado por la lectura de su propia Arte Combinatoria – la

Gramática Cilíndrica de Albert von Holten –, dice Leibniz que es “utilísimo y digno

de ser imitado en muchos campos”. A diferencia del aparato de Llull, sus círculos

concéntricos, conteniendo cada uno diferentes partes de la oración (raíces,

prefijos, sufijos necesarios para las declinaciones y conjugaciones, etc.) proveen

una especie de ‘gramática generativa’ de todas las oraciones posibles de una

lengua – en su caso, del latín. La generalización de un dispositivo de este tipo

engendraría, no oraciones, sino directamente “todos los teoremas posibles que se

obtienen conectando palabras dadas”. Agrega que para eso sería necesario

emplear ‘palabras’ definidas rigurosamente en términos de sus “últimos

fundamentos” y empleadas invariablemente con el sentido fijado por las

definiciones. Leibniz no menosprecia el trabajo necesario – incluyendo un examen

comparativo de otras lenguas – para crear ese vocabulario restringido que,

únicamente por la manipulación combinatoria, tendría un valor demostrativo; pero

observa que “quizás tanto trabajo no sea necesario”, pues sólo algunas de las

combinaciones posibles son “dignas de consideración”, de la misma forma que

solamente algunas de las infinitas reacciones químicas tienen interés – siendo el

criterio de selección su “utilidad para la vida humana” (D V 185).

Este (u otro) criterio de selección no lo incluyen, sin embargo, ni los círculos

de Llull ni la gramática cilíndrica de von Holten, y mucho menos lo mecanizan,

evidentemente. Quien lo tiene que proveer y aplicar es quien se sirve de dichos

dispositivos, para poder obtener provecho de ellos. En ese sentido, se trata de

tecnologías “parciales”, pues no se puede decir que consiguen integralmente la

meta de “inventar” algo, sino que más bien proponen una “ayuda” al inventor, que

para cumplir su meta tiene que activar otras capacidades cognitivas –

especialmente la evaluación y selección, basadas en criterios de relevancia

Page 6: Tecnologia cognitiva

difícilmente mecanizables, de aquellas combinaciones engendradas por el

dispositivo que son “de interés”. Lo que sí mecanizan esos dispositivos, así como

la combinatoria leibniziana, es un procedimiento cognitivo relativamente sencillo:

dado un conjunto de ‘elementos’, engendrar la totalidad de los ‘complejos’

formados por la mera combinación de dichos elementos. Examinando a su vez

esa totalidad se puede seleccionar específicamente subconjuntos de complejos

satisfaciendo algún criterio deseado; por ejemplo, todos los sujetos que contienen

un determinado predicado. La mayor o menor generalidad, confiabilidad y por

ende utilidad de ese procedimiento para la invención o descubrimiento depende de

la no-arbitrariedad del análisis y de su carácter completo, es decir, de la reducción

de los conceptos complejos a un verdadero “alfabeto de los pensamientos

humanos” – ideal frecuentemente expresado por Leibniz pero que jamás llegó a

realizar (Berliner, 1993; Wigfield & Wentzel, 2007).

Hacia una tipología de las tecnologías cognitivas

Además de su clasificación según el tipo específico de sus metas cognitivas – es

decir, su relación directa con estados mentales o con procesos cognitivos

determinados –, conviene distinguir las tecnologías cognitivas según otros

parámetros importantes para caracterizarlas desde el punto de vista

epistemológico (Berliner, 1993).

2.1. Tecnologías cognitivas ‘fuertes’ o ‘débiles’

En primer lugar, hay que tener en cuenta que los estados mentales pueden sub-

clasificarse según sus características modales. Por ejemplo, un estado epistémico

puede ser cierto o probable, intuitivo o explícito, definitivo o hipotético, justificado o

aceptado sin justificación, etc. Los procesos cognitivos, a su vez, se pueden

orientar hacia la realización de estados mentales provistos de ciertas

características modales y no de otras. La demostración lógica o matemática, por

ejemplo, conduciría a un estado epistémico de certidumbre definitiva, mientras la

Page 7: Tecnologia cognitiva

argumentación o la deliberación podrían llevar solamente a un estado doxástico de

opinión o creencia “bien fundamentada” aunque provisional. Las tecnologías

cognitivas se diferencian considerablemente según los objetivos modales de sus

diseñadores. Cuando eligen las modalidades que podríamos llamar ‘fuertes’

(certidumbre, irrevocabilidad de las conclusiones, etc.), tratan por lo general de

proveer un ‘procedimiento de decisión’ enteramente a prueba de errores y por lo

tanto irrevocable. Cuando se contentan con modalidades más ‘débiles’, pueden

emplear algoritmos menos rígidos (por ej., lógicas no-monotónicas, probabilísticas,

o aproximativas), que no garantizan la irrevocabilidad de los resultados obtenidos.

2.2. Tecnologías cognitivas ‘integrales’ o ‘parciales’

En segundo lugar, hay que distinguir entre las tecnologías cognitivas ‘integrales’ y

las ‘parciales’. Las primeras tienen por objetivo la ejecución integral de una

determinada meta cognitiva, sin necesidad de ninguna intervención humana en su

ejecución. Las segundas se contentan con ofrecer ‘ayudas’ para la consecución de

una meta cognitiva, ayudas que facilitan su ejecución eficaz por el usuario

humano, pero que no le dispensan de intervenir. Muchas veces la ambición de los

diseñadores los lleva a proponer proyectos maximalistas del primer tipo, para

luego, al darse cuenta de las dificultades involucradas, reducir sus pretensiones y

contentarse con tecnologías ‘parciales’. El fracaso de los proyectos de ‘traducción

automática’ de los años 50 y 60, en los que las computadoras supuestamente

efectuarían sin ayuda humana alguna traducciones aceptables del ruso o del chino

al inglés, dio lugar – no sin haber causado previamente un desperdicio de

centenares de millones de dólares – a los proyectos más modestos actuales, en

que las tecnologías desarrolladas proponen al traductor humano varias

alternativas de traducción, entre las cuales él es quien tiene que elegir.3 Eso no

significa, evidentemente, que las ambiciones maximalistas no puedan renacer en

cualquier momento, pues la modestia – sobre todo en el ámbito tecnológico y

científico – no es propia del espíritu humano.

Page 8: Tecnologia cognitiva

2.3. Tecnologías cognitivas ‘completas’ e ‘incompletas’

En tercer lugar, conviene diferenciar entre la noción pragmática de tecnología

integral, en el sentido descrito arriba, y la de tecnologías sintáctica y/o

semánticamente ‘completas’. Esta noción tiene que ver con la capacidad de un

sistema formal de ‘cubrir’ completamente un determinado dominio o conjunto de

‘objetos’ relativamente a alguna propiedad deseada. Por ejemplo, si creamos un

‘alfabeto de señales de tráfico’ para expresar por medio de las combinaciones de

sus signos todas las instrucciones que se pueda desear dar a los conductores y si

dicho alfabeto no tiene los medios para expresar una de esas instrucciones,

es incompleto. Lo es, bien por la insuficiencia de sus reglas de formación, bien por

la de su regla de transformación. En la lógica “standard” se admite solamente la

dicotomía completo - incompleto, es decir, o bien la ‘cobertura’ de un dominio por

el sistema que se propone cubrirlo es total o no. En lógicas ‘no-standard’ se

consideran también grados de cobertura, y se habla de sistemas ‘débilmente

completos’, ‘muy débilmente completos’, etc. Aunque esta extensión del concepto

me parezca útil, para nuestros fines mantendremos la dicotomía de la lógica

standard: una tecnología cognitiva es ‘completa’ si, en principio, los resultados de

su aplicación son sintáctica y semánticamente completos; es incompleta si no es

así.

2.4. Tecnologías cognitivas ‘constitutivas’ y ‘no-constitutivas’

En cuarto lugar, conviene también distinguir entre tecnologías que son

‘constitutivas’ de ciertos procesos o estados cognitivos y aquéllas que no lo son.

Las primeras son un sine qua non para que ciertas operaciones cognitivas sean

factibles. Las segundas, aunque sean muy útiles para facilitar la ejecución de

ciertas metas cognitivas, no son indispensables para ello. Un ejemplo del primer

tipo sería la necesidad de súper-computadoras para decidir si números dotados de

ciertas propiedades existen o no, o para demostrar ciertos teoremas. Ejemplifican

el segundo tipo los dramáticos incrementos en la eficiencia con que empleamos

muchas de nuestras capacidades cognitivas gracias al empleo de las

Page 9: Tecnologia cognitiva

computadoras, sin que por eso se pueda decir que esos aparatos se hayan

transformado en condiciones indispensables para el ejercicio de aquellas

capacidades. No siempre es fácil decidir si una tecnología cognitiva dada es

constitutiva o no. El interminable debate sobre si el lenguaje es condición

necesaria para el pensamiento ilustra esa dificultad, pues, aunque sean pocos los

que dudan que el lenguaje ciertamente influye de alguna forma en el pensamiento,

unos consideran esa influencia indispensable para ciertas actividades cognitivas

‘centrales’, mientras otros la ven como meramente accesoria y, por lo tanto, no

constitutiva del pensamiento en lo que tiene de más típico.

2.5. Tecnologías cognitivas ‘externas’ e ‘internas’

Finalmente, las tecnologías cognitivas pueden ser ‘externas’ o ‘internas’. Las

primeras consisten en objetos o procesos físicos que actúan como instrumentos

en la realización de metas cognitivas. El ejemplo más obvio de ese tipo de

tecnología cognitiva es la computadora y su antecesor el ábaco, pero no es el

único, pues también el lápiz y el papel, los gráficos y diagramas, así como el libro

y la revista, lo son. Respecto al segundo tipo, tratase de los

procedimientos mentales gracias a los cuales podemos mejorar nuestra actividad

cognitiva. En esta categoría se incluyen, por ejemplo, las técnicas de

memorización que mejoran nuestra capacidad de almacenamiento y acceso a la

información, los métodos formales de razonamiento, que permiten deducir correcta

y sistemáticamente conclusiones a partir de premisas dadas, las definiciones que

aclaran y fijan el significado de los términos y símbolos que empleamos, etc.

Aunque les corresponden procesos físicos cerebrales y pueden servirse también

de artefactos ‘externos’, se caracterizan por su empleo como componentes

integrantes de los mismos procesos mentales más bien que como medios de

reemplazarlos por equivalentes ‘materiales’.

Los tipos de tecnologías cognitivas definidos por los parámetros empleados en

esta sección no son independientes, porque, como se puede observar, esos

parámetros están relacionados entre sí. Tampoco se trata de una tipología que

Page 10: Tecnologia cognitiva

pretenda ser exhaustiva. Sin embargo, pese a sus limitaciones, me parece

significativa como una primera propuesta para elaborar este concepto. Además, es

un hilo útil para conducirnos, bajo una nueva perspectiva, en el laberinto de las

tecnologías cognitivas propuestas por Leibniz.

Para entender el origen de las tecnología educativa cognitiva es necesario

entender las bases del paradigma cognitivo que en el cual se cimienta.

El paradigma cognitivos se centra en el estudio de la representación mental, más

allá del nivel biológico y al mismo tiempo distinto del nivel sociológico o cultural

(Gardner, 1987; Pozo, 1989). Por cognitivo se entiende la forma en que el ser

humano se apropia o desarrolla el conocimiento, por medio de acciones como

almacenar, recuperar, reconocer, comprender, organizar y usar la información

recibida a través de los sentidos(Pozo, 1989; Moreno, 2000). Así, el paradigma

cognitivo es esencial conocer los procesos básicos y profundos que se necesitan

para que se dé el conocimiento, desde la percepción, la memoria y el aprendizaje,

hasta la formación de conceptos y razonamiento lógico(Moreno, 2000). El

paradigma cognitivo analiza y conceptualiza la manera o proceso de información

del estudiante (o en general el aprendizaje en cualquier acto humano). El adquirir

conocimiento se percibe como una actividad mental que requiere la atención del

estudiante, convirtiendo al alumno en un participante activo en vez de un

participante pasivo (Moreno, 2000).

Para el famoso psicólogo Jean Piaget el proceso cognitivo se desarrolla

desde la infancia y va modificando las estructuras mentales internas, al contrario

de la visión tradicionalista donde el estudiante es solamente receptor y contenedor

del nuevo conocimiento vertido hacia él por el profesor (fuente del conocimiento).

Este paradigma a influenciado a varios pedagogos como paulo Freire y su teoría

de la educación bancaria.

Según (Moreno, 2000), los postulados básicos del paradigma de orientación

cognitiva son:

-La actividad mental es inherente al ser humano.

-La actividad mental puede y debe ser desarrollada intencionalmente.

Page 11: Tecnologia cognitiva

-El ser humano procesa información de manera continua.

-En cada sujeto el procesamiento de la información se da a partir de sus

“esquemas mentales”.

-Al procesar la información el sujeto organiza las representaciones mentales

dentro de su sistema cognitivo general.

-La explicación del comportamiento humano está en los procesos internos,

en las representaciones mentales.

Surgimiento y objeto de estudio de la teoría analizada.

El enfoque del procesamiento de información nace a finales de la década de los

cincuenta aparecer trabajos e investigaciones de naturaleza seminal en el campo

de la cognición(de Vega Rodríguez, 1984; Pozo, 1989; Moreno, 2000). Además en

esta misma década se comenzó a generar un clima de crítica y desconfianza

hacia el paradigma conductista, especialmente sobre sus concepciones

epistemológicas y metodológicas subyacentes

Así el desarrollo de las tecnologías de la educación cognitiva incluía varios

aspectos que según Ausubel, representaban un salto cualitativo sobre las ideas

conductistas. Algunos de estos aspectos son:

-La Representación mental; considerada como un espacio de problemas

propio, más allá del nivel biológico y al mismo tiempo distinto del nivel

sociológico o cultural.

-La simulación; es una estrategia metodológica que al mismo tiempo

permite desarrollar hipótesis o teorías sobre el procesamiento cognitivo y,

por otro lado, despliega sus esfuerzos para poner a prueba las ya

existentes.

-El aprendizaje significativo; en oposición, consiste en la adquisición de la

información de modo sustancial (lo esencial semánticamente), y su

incorporación dentro de la estructura cognoscitiva no es arbitraria.

Page 12: Tecnologia cognitiva

-El aprendizaje receptivo; se refiere a la adquisición de productos

acabados de información, donde la participación del alumno consiste sólo

en internalizar los datos en cuestión.

-Papel del estudiante; desarrollar una serie de habilidades intelectuales,

estrategias, etc., para conducirse en forma eficaz ante cualquier tipo de

situaciones de aprendizaje (sean buenas o malas), así como para, aplicar

los conocimientos adquiridos frente a situaciones nuevas de cualquier

índole (dominio específico o transdominios).

-Papel del profesor: debe partir de la idea de un alumno activo que

aprenda

de manera significativa, que aprenda a aprender y a pensar. Su papel en

este sentido se centra sobre todo en confeccionar y organizar experiencias

didácticas que logren esos fines.

Así al irse desarrollando las distintas corrientes de enseñanza en el nuevo marco

cognoscitivo, se hizo necesario actualizar las estructuras sobre cómo se trasmite

el conocimiento.

Distintas Teorías de Aprendizaje:

David Paul Ausubel:

Teoría Cognitiva

• David Paul Ausubel nacido en Nueva York, en 1918. Estudió psicología en

la Universidad de Pensilvania y medicina en la Universidad de Middlesex.

• Obtuvo su doctorado en psicología del desarrollo en la Universidad de

Columbia. Trabajo en proyectos de investigación en la Universidad de

Illinois, donde publicó extensivamente sobre psicología cognitiva.

Page 13: Tecnologia cognitiva

• En 1976 fue premiado por la Asociación Americana de Psicología por su

contribución distinguida a la psicología de la Educación.

• Falleció en la mañana del 9 de julio de 2008 a la edad de 90 años. Una de

sus frases más conocidas es: "Si tuviese que reducir toda la psicología

educativa a un solo principio, enunciaría este: El factor más importante que

influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. Averígüese esto y

enséñele consecuentemente".

Aprendizaje significativo por recepción y descubrimiento

Las características pedagógicas que el profesor debe mostrar en el proceso de

enseñanza son:

• Presentar la información al alumno como debe ser aprendida, en su forma

final (recepción).

• Dar cierta información al estudiante provocando que éste por sí mismo

descubra un conocimiento nuevo (descubrimiento).

• Proveer información, contenidos y temas importantes y útiles que den como

resultado ideas nuevas en el alumno (descubrimiento).

• Mostrar materiales pedagógicos de forma coloquial y organizada que no

distraigan la concentración del estudiante (recepción).

Esta teoría de aprendizaje significativo por recepción y descubrimiento ha

aportado grandes conceptos a las tecnologías de información y comunicación

(TIC).

Ventajas del aprendizaje significativo por recepción y descubrimiento.

• Produce retención más duradera de la información.

• Facilita el adquirir nuevos conocimientos relacionados al tema anterior.

• La nueva información al ser relacionada con la anterior, es guardada a largo

plazo.

Page 14: Tecnologia cognitiva

Desventajas del aprendizaje significativo por recepción y descubrimiento.

• La motivación intrínseca (motivo interno que mueve la acción por la

satisfacción) no siempre es inherente a todos los estudiantes.

• No siempre son temas de interés para el estudiante y al ser uno de los

pilares del aprendizaje significativo, hay que realizar mayores esfuerzos

para despertar la curiosidad.

Jerome Seymour Bruner (“Jerome S. Bruner | American psychologist |

Britannica.com,” 2016)

Teoría de la Instrucción y Aprendizaje

• Jerome Seymour Bruner nació en Nueva York en 1915. Bruner ingresó en

la Universidad de Duke a los 16 años y se graduó en 1937.

• Prosiguió sus estudios en la Universidad de Harvard donde obtuvo el PhD

en psicología en 1941. Sus estudios en el campo de la psicología evolutiva

y la psicología social estuvieron enfocados en generar cambios en la

enseñanza que permitieran superar los modelos reduccionistas,

mecanicistas del aprendizaje memorístico centrado en la figura del docente,

y que impedían el desarrollo de las potencialidades intelectuales de los

estudiantes.

• En 1960 funda el Centro de Estudios Cognitivos de la Universidad de

Harvard. En ese mismo año escribe El proceso de la Educación, libro que

tuvo un fuerte impacto en la formación política de los Estados Unidos e

influyó en el pensamiento y orientación de buena parte del profesorado.

• En 1970 integró el equipo de profesores de la Universidad de Oxford hasta

1980, realizando investigaciones sobre la adquisición del lenguaje en los

niños.

Teoría de la Instrucción y Aprendizaje

• El aprendizaje consistió esencialmente en la caracterización de nuevos

conceptos. La categorización está estrechamente relacionada con procesos

Page 15: Tecnologia cognitiva

como la selección de información, toma de decisiones, construcción y

verificación de hipótesis.

• El aprendiz interacciona con la realidad organizando las entradas según sus

propias categorías, posiblemente creando nuevas, o modificando las

preexistentes. Las categorías determinan distintos conceptos. Es por todo

esto que el aprendizaje es un proceso activo, de asociación y construcción.

• Otra consecuencia es que la estructura cognitiva previa del aprendiz (sus

modelos mentales y esquemas) es un factor esencial en el aprendizaje.

Esta da significación y organización a sus experiencias y le permite ir más

allá de la información dada, ya que para integrarla a su estructura debe

contextualizar y profundizarla.

• Para formar una categoría se pueden seguir estas reglas: a) definir los

atributos esenciales de sus miembros, incluyendo sus componentes

esenciales; b) describir cómo deben estar integradas sus componentes

esenciales; c) definir los límites de tolerancia de los distintos atributos para

que un miembro pertenezca a la categoría.

Representación actuante: consiste en representar cosas mediante la reacción

inmediata de la persona. Este tipo de representación ocurre marcadamente en los

primeros años de la persona.

Representación simbólica: Consiste en representar una cosa mediante un símbolo

arbitrario que en su forma no guarda relación con la cosa representada.

Representación icónica: consiste en representar cosas mediante una imagen o

esquema espacial independiente de la acción.

Page 16: Tecnologia cognitiva

Referencias

Berliner, D.C. (1993) The 100-year journey of educational psychology. Explor.

Appl. Psychol. Orig. Crit. Anal., 37–78.

de Vega Rodríguez, M. (1984) Introducción a La Psicología Cognitiva. Alianza

editorial.

Gardner, H. (1987) Beyond the IQ: Education and human development. Harv.

Educ. Rev., 57, 187–196.

Jerome S. Bruner | American psychologist | Britannica.com [WWW Document]

(2016) . URL http://www.britannica.com/biography/Jerome-S-Bruner

Moreno, A.S. (2000) La Tecnología educativa ante el paradigma constructivista.

Rev. informática Educ., 13, 1.

Pozo, J.I. (1989) Teorías Cognitivas Del Aprendizaje. Ediciones Morata.

Wigfield, A. & Wentzel, K.R. (2007) Introduction to motivation at school:

Interventions that work. Educ. Psychol., 42, 191–196.