Cuando hablamos de propiedad, inconscientemente pensamos en derechos sobre objetos materiales. Esta idea nos viene del Derecho Romano.

Liberándose de la subsistencia histórica de las ideas romanas, el derecho de propiedad se caracteriza por conferir al titular el máximo de prerrogativas y ventajas que pueden comportar un bien de determinada naturaleza y por otro reviste un carácter de exclusividad. Por ello, no son solo las cosas corporales las que se prestan a este tipo de caracteres; también la titularidad sobre bienes incorporales puede revestir tales caracteres. Surgen así las propiedades incorporales, también denominadas propiedades intelectuales.

Entre las categorías de propiedad sobre bienes incorporales se encuentran la propiedad industrial y la propiedad intelectual (literaria, científica o artística).

› General.

Adquirir conocimientos contextuales y jurídicos respecto al derecho intelectual y de la propiedad industrial e intelectual.

› Específicos.

Investigar en fuentes diversas sobre el derecho intelectual y de la propiedad industrial.

Desarrollar una monografía que presente en forma concisa y completa el marco contextual y el marco jurídico relativo al derecho intelectual y de la propiedad industrial.

Obtener una conclusión respecto al derecho intelectual y de propiedad industrial que oriente en el concepto sobre el tema.

La propiedad intelectual se divide en dos categorías: › La propiedad industrial, que incluye las patentes de

invenciones, las marcas, los diseños industriales y las indicaciones geográficas.

› El derecho de autor, que incluye obras literarias, tales como novelas, poemas y obras de teatro, películas, obras musicales, obras artísticas, tales como dibujos, pinturas, fotografías y esculturas, y diseños arquitectónicos.

Los derechos conexos al derecho de autor incluyen los derechos de los artistas intérpretes o ejecutantes sobre sus interpretaciones o ejecuciones, los de los productores de fonogramas y los de los organismos de radiodifusión respecto de sus programas de radio y televisión.

La legislación protege la Propiedad Intelectual, por ejemplo, mediante las patentes, el derecho de autor y las marcas, que permiten obtener reconocimiento o ganancias por las invenciones o creaciones. Al equilibrar el interés de los innovadores y el interés público, el sistema de Propiedad Intelectual procura fomentar un entorno propicio para que prosperen la creatividad y la innovación.

Los derechos de propiedad intelectual se asemejan a cualquier otro derecho de propiedad y permiten al creador o al titular de una patente, marca o derecho de autor, beneficiarse de su obra o inversión. Estos derechos figuran en el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, donde se establece el derecho a beneficiarse de la protección de los intereses morales y materiales resultantes de la autoría de toda producción científica, literaria o artística.

La propiedad intelectual debe promoverse y protegerse por varias razones imperativa, en primer lugar, el progreso y el bienestar de la humanidad radican en su capacidad de lograr nuevas creaciones en las esferas de la tecnología y la cultura. En segundo lugar, la protección jurídica de estas nuevas creaciones alienta la inversión de recursos adicionales que, a su vez, inducen a seguir innovando. En tercer lugar, la promoción y la protección de la propiedad industrial estimulan el crecimiento económico, generan nuevos empleos e industrias y mejoran la calidad y el disfrute de la vida.

La importancia de la propiedad intelectual empezó por ser reconocida en el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial de 1883 y en el Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas de 1886. La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) administra ambos tratados.

Cada año, el 26 de abril, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) celebra el Día Mundial de la Propiedad Intelectual para promover el debate sobre el papel que cumple la Propiedad Intelectual para fomentar la innovación y la creatividad. Véase cómo participar.

El Artículo 20 del Código Civil, en su primer apartado, alude a la propiedad industrial. Refiriéndose a ella, el precepto considera dos supuestos posibles: a) que el tema de la propiedad esté legislado en la República; y b) que no lo esté.

Si se da el primer supuesto, la legislación correspondiente es la local. Si se está en la segunda hipótesis, la legislación aplicable es la del lugar de creación.

En la república, los derechos relativos a la propiedad industrial están regulados por normas especiales. La Ley 1630/2000 Que crea la Dirección de la Propiedad Industrial.

La Ley dispone, en su Artículo 1º “Las invenciones en todos los campos de la tecnología confieren a sus autores los derechos y obligaciones que se especifican en la presente Ley”.

En el Artículo 3º: “Serán patentables las invenciones nuevas de productos o procedimientos que impliquen una actividad inventiva y sean susceptibles de aplicación industrial”.

El Artículo 4º dice que no se considerarán invenciones:

“a) Los simples descubrimientos, las teorías científicas y los métodos matemáticos;

b) Las creaciones puramente estéticas;

c) Los esquemas, planes, principios o métodos económicos, de negocios, de anuncios o de publicidad y los referidos a actividades puramente mentales o intelectuales o a materia de juego;

d) Los programas de computación aisladamente considerados;

e) Los métodos de diagnóstico, terapéuticos, quirúrgicos para el tratamiento de personas o animales; y

f) Las diferentes formas de reproducir informaciones.”

el Artículo 5º cita las materias excluidas de protección por patente que son las siguientes:

“a) Las invenciones cuya explotación comercial deba impedirse necesariamente para proteger el orden público, la moral, proteger la salud, la vida de las personas o de los animales, y para preservar los vegetales, para evitar daños graves al medio ambiente; y

b) Las plantas y animales, excepto los microorganismos, y los procedimientos esencialmente biológicos para la producción de plantas o animales, que no sean procedimientos no biológicos o microbianos.

Tampoco podrán ser objeto de una patente los productos o procedimientos comprendidos en el estado de la técnica, conforme a lo establecido en esta Ley, por el simple hecho de atribuírsele un uso distinto al que está comprendido en la patente inicial”.

la Ley 1294/98 es la referente a marcas.

Alude a las marcas de fábrica y de

comercio. Sus dos primeros artículos

establecen lo que ha de entenderse por

marcas de productos y de servicios.

El segundo párrafo del Artículo 20 del Código Civil establece que los derechos intelectuales están sometidos a la ley del lugar de registro de la obra.

En el Primer Congreso Sudamericano del Derecho Internacional Privado, llevado a cabo en Montevideo en 1889, se afirma, en el Tratado de la Propiedad Literaria y Artística, el derecho del autor y sus sucesores a gozar en los Estados signatarios de la protección que les acuerde la ley del Estado en que tuvo lugar su primera publicación o producción.

En el Segundo Congreso (1939 – 1940) se suscribe el Tratado de la Propiedad Intelectual, de más amplio campo que el anterior, pues supone toda creación intelectual, es decir literaria, científica y artística, según el cual los derechos cuyos autores se encuentran protegidos con la legislación, vigente en cualquiera de los Estados signatarios, excepto, naturalmente, los derechos cuya protección derive de tratados de ese Estado con otros Estados no adheridos, gozarán de los mismos derechos y garantías que las leyes respectivas le conceden, en todos los demás. Esta disposición es aplicable a los Estados signatarios y la misma se halla en el Artículo 2184 de nuestro Código Civil, según el cual, para la protección de los derechos de autor de una obra publicada en el extranjero que tuviese editor en la República, será menester el cumplimiento de los mismos requerimientos exigidos en el país, es decir, la inscripción.

Además, en nuestro país están vigentes:

La Ley 138/69 “Que Aprueba la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión”, adoptada en Roma en 1961.

La Ley 703/78 “Que Aprueba el Convenio de Ginebra para la Protección de los Productores de Fonogramas contra la Reproducción no Autorizada de sus Fonogramas”. Esta Ley es muy importante en nuestro país pues es la que protege a los productores de discos contra las copias piratas y la comercialización de éstas

La Ley 12/91 “Que Aprueba la Adhesión del Paraguay al Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, del 9 de setiembre de 1886, revisada en París en 1971 y enmendada en 1979. En líneas generales, puede decirse que este Convenio protege todas las producciones en el campo literario, científico y artístico.

Mediante esta colecta de datos se pudo conocer el marco contextual de los derechos intelectuales y de la propiedad industrial, los que marcan y la importancia y necesidad de los mismos en la vida de la humanidad.

Así también, se indagó la legislación nacional que se encuentra enmarcada dentro del precepto superior emanado del Artículo 20 del Código Civil y que está enriquecida con una buena cantidad de instrumentos jurídicos internacionales ratificados por ley nacional.

En síntesis, la protección de los derechos intelectuales y de la propiedad industrial es necesaria para proteger el mismo desarrollo del ser humano como individuo y la humanidad como sociedad pues mediante ella se impulsa a generar innovaciones en todos los campos, mediante el establecimiento de mecanismos jurídicos para su protección. Al estar protegida la creación, el ser humano se ha esmerado en crear y difundir sus obras, las que en general redundan en una mejor la calidad de vida de los que habitamos este planeta.