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I UNIDAD DIDACTICA
DOCENTE
Lic. Molina Bazalar, Ximena Madelaine Victoria
DESARROLLO Y ESTIMULACIÓN I
ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN INICIAL
CICLO I
2. ESQUEMA VISUAL DE LA UNIDAD DIDÁCTICA
3. OBJETIVOS
UNIDAD
DIDACTICA OBJETIVOS ESPECIFICOS TEMAS EJES
SEMANAS
DE
ESTUDIO
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Conocer las características del desarrollo socio emocional de los niños menores de 6 años.
Investigar a cerca del desarrollo socio emocional de los niños menores de 6 años.
Desarrollo social
Teoría del apego
Desarrollo emocional
Desarrollo afectivo
Desarrollo sexual
Desarrollo moral
6 semanas
I UNIDAD
“DESARROLLO SOCIO EMOCIONAL”
INTRODUCCIÓN OBJETIVOS ORIENTACIONES
METODOLÓGICA
S
EVALUACIÓN
CRITERIOS
TECNICAS E
INSTRUMENTOS
ACTIVIDADES
MEDIOS Y
MATERIALES
DIDACTICOS
CONTENIDOS
4. INTRODUCCIÓN
El niño tiene necesidad de explorar, conocer y actuar sobre el mundo que lo
rodea y es a partir de allí que construye y avanza en sus conocimientos. El niño
necesita tomar decisiones, planear y llevar a cabo acciones para así ubicar,
dominar y controlar el ambiente que lo rodea. Este desarrollo socioemocional es
importante no sólo en sí mismo, sino también para la evolución cognoscitiva. Se
debe señalar que la mentalidad de los niños pequeños difiere cualitativa y
fundamentalmente de la de los adultos, y que en la enseñanza de la primera
infancia se deben tomar en cuenta estas diferencias.
En esta primera unidad profundizaremos sobre el desarrollo socioemocional de los
niños menores de 6 años, y en el transcurso de las 6 primeras semanas
analizaremos temas como, desarrollo social, teoría del apego, desarrollo
emocional, desarrollo afectivo, desarrollo sexual y el desarrollo moral.
5. CONTENIDOS
En este apartado se desarrolla el proceso del aprendizaje de la asignatura.
DESARROLLO SOCIAL
El desarrollo social del niño puede decirse que comienza antes de nacer. Ya
cuando sus padres están pensando en tener un niño y lo están imaginando por
ejemplo, al pensar un nombre, o cómo será físicamente, pues esto implica ya que
el medio social está teniendo influencia en ese futuro niño. De allí la importancia
de lo social, dentro del desarrollo y crecimiento infantil.
Desarrollo social del niño Lo social va a moldear de alguna forma, todo lo que
tiene que ver con el desarrollo del niño en consonancia con lo biológico y lo
emocional o afectivo. Entonces, el desarrollo social del niño va a tener una
instancia de pre-concepción, otra durante la concepción, embarazo, parto y
luego del nacimiento la infancia temprana, niñez y adolescencia como las
diferentes etapas del desarrollo del niño, en las cuales lo social tiene un rol muy
importante.
Veamos ahora una serie de aspectos en los cuales se puede ver lo social en el
desarrollo del niño:
- Cómo imagina la pareja, los familiares, amigos y allegados a ese futuro niño
- Los valores culturales, familiares, sociedad en la cual va a nacer ese niño
- El lenguaje que interiorizará el niño tras ver hablar a su entorno.
- Las diversas instituciones por las cuales pase el niño durante su vida:
familia, escuela, hospitales, etc.
El niño va a comenzar a salir de su grupo primario a partir de los 5 o 6 años más
allá que antes ya pueda estar concurriendo a instituciones fuera de la familia. Es a
partir de los 5 años que se supone va a tener la estructura psíquica más
adecuada, para convivir en la cultura. Sin embargo, hay que relativizar esto ya que
como decía antes, lo social está presente siempre desde antes incluso del
nacimiento.
TEORÍA DEL APEGO
La Teoría del Apego; esta es una teoría iniciada en los años cincuenta que parte
de una perspectiva etológica, bien a tono con los derroteros epistemológicos de su
tiempo. Sus principales exponentes, J. Bolwby y M. Aisworth plantean que la
separación producida entre un niño pequeño y una figura de apego es de por sí
perturbadora y suministra las condiciones necesarias para que se experimente con
facilidad un miedo muy intenso. Como resultado, cuando el niño visualiza
ulteriores perspectivas de separación, surge en él cierto grado de ansiedad. El
propio Bolwby cree que su planteo es una combinación de la Teoría de las señales
y de la Teoría del apego frustrado (Bolwby, 1985).
Bolwby pensaba que la relación entre lo que provoca temor y lo que
realmente puede dañarnos es indirecta. Sin embargo compartimos con los
animales ciertos temores: el desconocimiento del otro ser o de un objeto; el temor
a objetos que aumentan de tamaño o se aproximan rápidamente; el temor a los
ruidos intensos y el temor a la oscuridad y el aislamiento. Nada de esto es
peligroso en sí mismo pero desde el punto de vista evolutivo tiene explicación:
son señales de peligro, por ejemplo, la presencia de depredadores que se
perciben como seres extraños y que se aproximan comúnmente durante la noche
y la cercanía de un desastre natural (Bolwby, 1985).
La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de
seguridad, ansiedad o zozobra de un niño o un adulto es determinado en gran
medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de
afecto. Cuando Bowlby se refiere a presencia de la figura de apego quiere decir no
tanto presencia real inmediata sino accesibilidad inmediata. La figura de apego no
sólo debe estar accesible sino responder de manera apropiada dando protección y
consuelo.
Relevancia de la Teoría del Apego
Es una teoría que a pesar de su declarada filiación etológica, de
adaptación, maneja muchos conceptos propiamente psicológicos y de cualificación
de la relación. Se destaca además por investigar la perspectiva evolutiva del
apego, lo cual no es común en otros modelos.
Bolwby parte de una perspectiva evolutiva de sesgo darwiniano, sin
embargo, a pesar de mostrar una indudable orientación etológica al considerar el
apego entre madre e hijo como una conducta instintiva con un claro valor
adaptativo de sobrevivencia, su concepción de la conducta instintiva iba más allá
de las explicaciones que habían ofrecido etólogos como Lorenz, con un modelo
energético-hidráulico muy en consonancia con los antiguos postulados de la física
mecánica. Basándose en la teoría de los sistemas de control, Bolwlby planteó que
la conducta instintiva no es una pauta fija de comportamiento que se reproduce
siempre de la misma forma ante una determinada estimulación, sino un plan
programado con corrección de objetivos en función de la retroalimentación, que se
adapta, modificándose, a las condiciones ambientales (Oliva, s/a)
Es interesante señalar que la Teoría del Apego investiga la ontogenia de
las respuestas a la separación e incluye referencias a Piaget al hablar de la
interacción del apego con el desarrollo cognitivo del bebé en la segunda mitad del
primer año de vida, cuando este logra permanencia del objeto. En las 28-30
semanas de vida se da el punto de viraje es decir aparecen las respuestas a la
separación como evidentes; el bebé ha empezado a percibir el objeto como algo
que existe independientemente de sí mismo, aún cuando no lo perciba
directamente por lo cual puede iniciar su búsqueda. Hay experimentos de los 70
que demuestran que la permanencia de las personas se produce primero que la
permanencia de los objetos inanimados (Oliva, s/a).
La tendencia a reaccionar con temor a la presencia de extraños, la
oscuridad, los ruidos fuertes, etc, son interpretados por Bolwby como el desarrollo
de tendencias genéticamente determinadas que redundan en una predisposición a
enfrentar peligros reales de la especie y que existen en el hombre durante toda la
vida. Aunque inicialmente esta postura podría evaluarse como demasiado
sesgada hacia la carga biológica, en realidad, Bolwby completa su postura
refiriéndose a una serie de circunstancias psicológicas y culturales que dan lugar a
estas reacciones. En este sentido hace referencia a los peligros imaginarios, los
indicios culturales aprendidos de otras personas sobre el peligro, la
racionalización, la atribución de significado a las conductas de los niños por parte
de los padres, la proyección y el contexto familiar (Bolwby, 1985).
La teoría formulada por John Bowlby y Mary Ainsworth sobre el
vínculo afectivo que se establece entre madre e hijo es un planteo teórico de
mucha fuerza en el área del desarrollo socio-emocional. Con el paso del
tiempo esta teoría se ha fortalecido y enriquecido gracias a una gran
cantidad de investigaciones realizadas en los últimos años que la han
convertido en una de las principales áreas de investigación evolutiva:
Esta teoría está basada en observaciones naturalistas y en una extensa
investigación empírica.
En la década del 40, Anna Freud y Burlingham describieron la experiencia de
cuidado de niños en una guardería separados de sus madres. Ellos observaron
que los niños poco tiempo después de estar en las guarderías, desarrollaban un
sentimiento intenso de posesión hacia las niñeras y daban señales de inquietud
cuando esta no estaba disponible. Durante los años sesenta, Schaffer y Emerson
(1964) realizaron en Escocia una serie de observaciones sobre sesenta bebés y
sus familias durante los dos primeros años de vida. Este estudio puso de
manifiesto que el tipo de vínculo que los niños establecían con sus padres
dependía fundamentalmente de la sensibilidad y capacidad de respuesta del
adulto con respecto a las necesidades del bebé (en Bolwby, 1985).
En 1970 Ainsworth y Bell diseñaron la Situación del Extraño (en Bolwby, 1985)
para examinar el equilibrio entre las conductas de apego y de exploración, bajo
condiciones de alto estrés. Desde este momento la Situación del Extraño se
convirtió en el paradigma experimental por excelencia de la Teoría del Apego.
La Situación del Extraño es una situación de laboratorio de unos veinte minutos de
duración con ocho episodios. La madre y el niño son introducidos en una sala de
juego en la que se incorpora una desconocida. Mientras esta persona juega con el
niño, la madre sale de la habitación dejando al niño con la persona extraña. La
madre regresa y vuelve a salir, esta vez con la desconocida, dejando al niño
completamente solo. Finalmente regresan la madre y la extraña.
Tal y como esperaba, Ainsworth encontró que los niños exploraban y jugaban más
en presencia de su madre, y que esta conducta disminuía cuando entraba la
desconocida y, sobre todo, cuando salía la madre. A partir, de estos datos,
quedaba claro que el niño utilizaba a la madre como una base segura para la
exploración, y que la percepción de cualquier amenaza activaba las conductas de
apego y hacía desaparecer las conductas exploratorias (Oliva, s/a).
Como resultado de este experimento Aisworth y Bell postularon lo que se conoce
como los diferentes tipos de apego:
Apego seguro:
Es un tipo de relación con la figura de apego que se caracteriza porque en la
situación experimental los niños lloraban poco y se mostraban contentos
cuando exploraban en presencia de la madre. Inmediatamente después de entrar
en la sala de juego, estos niños usaban a su madre como una base a partir de la
que comenzaban a explorar. Cuando la madre salía de la habitación, su conducta
exploratoria disminuía y se mostraban claramente afectados. Su regreso les
alegraba claramente y se acercaban a ella buscando el contacto físico durante
unos instantes para luego continuar su conducta exploratoria. Al mismo tiempo en
observaciones naturalistas llevadas a cabo en el hogar de estas familias se
encontró que las madres se habían comportado en la casa como muy sensibles y
responsivas a las llamadas del bebé, mostrándose disponibles cuando sus hijos
las necesitaban.
bullet
Apego inseguro-evitativo:
Es un tipo de relación con la figura de apego que se caracteriza porque los niños
se mostraban bastante independientes en la Situación del Extraño. Desde el
primer momento comenzaban a explorar e inspeccionar los juguetes, aunque sin
utilizar a su madre como base segura, ya que no la miraban para comprobar su
presencia, por el contrario la ignoraban. Cuando la madre abandonaba la
habitación no parecían verse afectados y tampoco buscaban acercarse y contactar
físicamente con ella a su regreso. Incluso si su madre buscaba el contacto, ellos
rechazaban el acercamiento. Su desapego era semejante al mostrado por los
niños que habían experimentado separaciones dolorosas. En la observación en el
hogar las madres de estos niños se habían mostrado relativamente insensibles a
las peticiones del niño y/o rechazantes. Los niños se mostraban inseguros, y en
algunos casos muy preocupados por la proximidad de la madre, lloraban incluso
en sus brazos.
La interpretación global de Ainsworth en este caso era que cuando estos niños
entraban en la Situación del Extraño comprendían que no podían contar con el
apoyo de su madre y reaccionaban de forma defensiva, adoptando una postura de
indiferencia. Como habían sufrido muchos rechazos en el pasado, intentaban
negar la necesidad que tenían de su madre para evitar frustraciones. Así, cuando
la madre regresaba a la habitación, ellos renunciaban a mirarla, negando cualquier
tipo de sentimientos hacia ella (Oliva, s/a).
bullet
Apego inseguro-ambivalente:
Estos niños se mostraban muy preocupados por el paradero de sus madres y
apenas exploraban en la Situación del Extraño. La pasaban mal cuando ésta salía
de la habitación, y ante su regreso se mostraban ambivalentes. Estos niños
vacilaban entre la irritación, la resistencia al contacto, el acercamiento y las
conductas de mantenimiento de contacto. En el hogar, las madres de estos niños
habían procedido de forma inconsistente, se habían mostrado sensibles y cálidas
en algunas ocasiones y frías e insensibles en otras. Estas pautas de
comportamiento habían llevado al niño a la inseguridad sobre la disponibilidad de
su madre cuando la necesitasen (Oliva, s/a).
Además de los datos de Ainsworth, diversos estudios realizados en distintas
culturas han encontrado relación entre el apego inseguro-ambivalente y la escasa
disponibilidad de la madre. Frente a las madres de los niños de apego seguro que
se muestran disponibles y responsivas, y las de apego inseguro-evitativo que se
muestran rechazantes, el rasgo que mejor define a estas madres es el no estar
siempre disponibles para atender las llamadas del niño. Son poco sensibles y
atienden menos al niño, iniciando menos interacciones.
Otros estudios (Isabella, Stevenson-Hinde y Shouldice, en Oliva, s/a) encontraron
que en ciertas circunstancias estas madres se mostraban responsivas y sensibles,
lo que habla de una capacidad de actuar adecuadamente a las necesidades de
sus hijos. Sin embargo, el no hacerlo siempre hace pensar a los investigadores
que el comportamiento de las madres está afectado por su humor y su grado de
tolerancia al estrés.
El niño en este caso se comporta de modo tal que responde a una figura de apego
que esta mínima o inestablemente disponible; el niño puede desarrollar una
estrategia para conseguir su atención: exhibir mucha dependencia. Entonces
acentúa su inmadurez y la dependencia puede resultar adaptativa a nivel
biológico, ya que sirve para mantener la proximidad de la figura de apego. Sin
embargo, a nivel psicológico no es tan adaptativa, ya que impide al niño
desarrollar sus tareas evolutivas.
DESARROLLO AFECTIVO
En un primer momento el niño en su debilidad inicial y total dependencia fisiológica
hacia su entorno y los adultos, carece de afectos y aunque presenta el llanto, este
es polivalente, es decir, denota impaciencia.
Paulatinamente aparecen y desarrollan las emociones de miedo, enojo y amor.
El desarrollo y evolución de dichas emociones se encuentra vinculado con el
desarrollo de otras esferas (objeto permanente, control psicomotriz)
En un principio el niño tiene necesidad de ser asistido no sólo para alimentarle
sino también para cambiarle de posiciones, para transportarle, mecerle, limpiarle,
etc. todo gira en torno al polo de las personas. Aproximadamente a los dos meses
cuando es capaz de percibir el rostro humano y reconocer la voz de la madre (con
diferentes modulaciones), el llanto que emite adquiere diferentes matices, por ello,
es capaz de asociar el rostro humano con el alivio del displacer y es entonces que
su propia voz emite vocalizaciones de placer.
De esta manera no sólo se comunica con los otros a través del llanto sino con la
respuesta sonriente además de toda una mímica (signos cenestésicos), que
representan los primeros lazos afectivos con el medio.
La cercanía física, el ser tocado, el ser manipulado, el afecto que la madre o la
sustituta le proporciona, la temperatura, las texturas y las vibraciones , entre otras,
son medulares para el desarrollo socioafectivo del niño.
Posteriormente la angustia a los extraños (organizador de la personalidad), implica
trabajos cognitivos-visuales que comprometen la maduración del sistema nervioso
central. Estas emociones representan un vínculo con la cuestión cognitiva ya que
conforta un juego de alternancias entre el niño y el Otro. Las emociones conducen
a la CONCIENCIA.
Finalmente la palabra No (tercer organizador de la personalidad), que implica la
simultánea aparición de la locomoción, permite al niño expresarse, afirmarse y
particularmente expresar sus afectos.
La conciencia del Yo, diferenciado de los otros así como del No son inherentes al
psiquismo humano que permite adquirir una identidad psíquica temprana que se
va apuntalando a lo largo de la vida. El Yo es la primera forma de afirmarse frente
al mundo ya que es la forma de significar límites y diferencias entre él /ella y los
demás. A través del No él/ella impone sus límites y su voluntad. El derecho de
decir No le otorga y le muestra su poder de decidir lo que se desea contra lo que
no se desea: El No impone y fija los límites entre el afuera y el adentro; entre lo
íntimo y lo público.
Estos organizadores se relacionan con las emociones y la toma de conciencia, la
cual supone un sujeto que siente, conoce, delibera, decide y en función del cual
actúan las leyes de sus diversas actividades. El niño cuenta ya con los elementos
para establecer relaciones con los objetos y personas circundantes.
En el desarrollo socioafectivo se habla de diferentes estadios como son:
1) Estadio impulsivo emocional o centrípeto (0-1 año).
A su vez se subdivide en el estadio de impulsividad motriz pura (0-3 meses), en él
predominan las reacciones puramente fisiológicas, espasmos, crispaciones y
gritos. Posteriormente aparece el estadio emocional (3-9 meses) en el cual
aparece la mímica y predominan las emociones. Finalmente el estadio de
ejercicios sensoriomotores (9-12 meses)
2) Estadio sensorio motor proyectivo o centrífugo (1-3 años).
También se conoce como el estadio del establecimiento de relaciones con el
mundo. Se subdivide en periodo sensorio motriz que va de los 12 a 18 meses, en
este momento el niño explora el espacio circundante, se orienta e investiga, lo cual
se amplia en virtud de lalocmoción. Hay inteligencia de las situaciones. El segundo
periodo se le conoce como proyectivo y abarca las edades de 18 mese a los 2 ó 3
años; el niño imita, simula apareciendo una inteligencia representativa discursiva.
3) Estadio del personalismo (3-6 años o centrípeto)
Es muy importante para la formación del carácter. A los 3 años se observa la crisis
de oposición. Con ella el niño toma conciencia de sí e intenta una primera
afirmación personal; su percepción y acción son primordialmente afectivas, no
obstante se va haciendo el aprendizaje de conductas sociales elementales
adecuadas a la edad. Su independencia progresiva del yo (empleo del "Yo") y su
actitud de rechazo le permiten conquistar y salvaguardar su autonomía.
A los 4 años es un niño narcisista, seduce a los otros. Se le conoce como "edad
de la gracia". A los 5-6 años representa personajes y realiza esfuerzos por imitar y
sustituir.
DESARROLLO SEXUAL
En nuestra sociedad existe la idea generalizada... de que la sexualidad se
manifiesta exclusivamente en la pubertad o en el inicio de la vida adulta, pues si
bien se reconoce que los seres humanos nacen y viven con un sexo, son
asumidos por lo general como asexuados durante la infancia
Es el Psicoanálisis, con Freud como indicador, el que ha planteado que la
sexualidad aparece desde el nacimiento y que durante las sucesivas etapas de la
infancia que diferentes zonas corporales proporcionan gratificaciones especiales al
individuo, pues están dotadas de una energía que busca placer, la libido.
Freud plantea que la sexualidad genital madura es el resultado de un desarrollo
sexual infantil que denominé pre genitalidad.
Para el psicoanálisis la libido es la energía sexual que realza con placeres
específicos algunas funciones vitales como el comer, la regulación intestinal y el
movimiento corporal. Sólo después de haber resultado exitosamente una cierta
secuencia de esos usos pre genitales de la libido, la sexualidad del niño(a)
alcanza una breve genitalidad infantil, que de inmediato se vuelve cada vez más
latente, transformada y desviada, pues la maquinaría genital sigue siendo
inmadura y los primeros objetos del deseo sexual inmaduro están prohibidos para
siempre por el tabú universal del incesto. (Erikson, Eric, 1993, p.53)
La sexualidad infantil es un proceso que se desarrolla gradual y paulatinamente y
no tiene las características que le damos los adultos.
Al hablar de sexualidad infantil se pretende reconocer la existencia, en esta etapa
de la vida, de excitaciones o necesidades genitales precoces, así como también la
intervención de otras zonas corporales (zonas erógenas) que buscan el placer (por
ejemplo la succión del pulgar) independientemente del ejercicio de una función
biológica (la nutrición). Es por esto que el psicoanálisis habla de sexualidad oral,
anal, fálica, genital.
Es importante tener presente que la sexualidad infantil se diferencia de la
sexualidad adolescente y el adulto en que la primera tiene múltiples metas
sexuales y zonas erógenas que le sirven de soporte, sin que se instaure en modo
alguno la primacía de una de ellas o una elección de objeto, mientras que la
sexualidad adolescente y adulta se organiza bajo la primacía genital.
Todo ser humano pasa por las diferentes fases del desarrollo de la sexualidad, por
lo que en la edad adulta se encuentran conductas que son vestigios y evidencias
del paso por cada una de éstas.
A continuación pasaremos a explicar brevemente cada una de ellas.
Fase oral
Esta es la primera fase de la evolución de la libido que va de los 0 a los 2 años de
edad.
Esta fase se puede dividir en dos:
En la primera, el niño(a) pasa la mayor parte del tiempo durmiendo. Los períodos
de atención consciente quedan limitados a experiencias de nutrición como
hambre, lactancia, saciedad, ruidos internos. Cuando no se satisface alguna
necesidad surgen emociones desagradables, lo que provoca las primeras
experiencias de ansiedad en el bebé. Ansiedad por la falta de provisiones vitales.
En esta fase el placer sexual está ligado predominantemente a la excitación de la
cavidad bucal y de los labios, que acompaña a la alimentación.
Al nacer el niño(a) es privado de la simbiosis que mantenía con el cuerpo de su
madre, esto hace que se ponga en funcionamiento la capacidad y la intención del
pecho, de la madre y de la sociedad de alimentarlo. En esta fase el niño(a) vive y
ama a través de la boca y la madre lo transmite por medio de los senos.
De esta coordinación entre madre e hijo(a) resulta una alta recompensa en
términos de placer libidinal. A través de la boca y el pezón se genera una
atmósfera de calor y mutualidad que ambos, madre e hijo(a), disfrutan plenamente
y responden con la relajación.
El modo de acercamiento o de relación con el otro es la incorporación, pues el
recién nacido depende de la entrega de sustancias directamente en la boca.
Al inicio, la pulsión sexual se satisface por medio de una función vital, la
alimentación, pero posteriormente adquiere autonomía y a través del chupeteo se
satisface en forma auto erótica.
Entonces en esta etapa la fuente de satisfacción es la zona oral, el objeto de
satisfacción se encuentra en estrecha relación con el de la alimentación, el fin u
objetivo de esta fase es la incorporación.
- En la segunda parte de esta fase la capacidad para asumir una actitud más
activa, y el placer derivado de ella, se desarrollan y maduran (en el niño).
Aparecen los dientes, y con ellos el placer inherente a morder cosas duras, que no
ceden a la presión, en morder objetos blandos y en destrozar otros con los
dientes... (Erikson, Eric, 1993, p.66).
Para Freud en esta primera fase la libido está vinculada con la necesidad de
mantenerse vivo mediante la succión de líquidos y la masticación de sólidos. Pero
no solo la ingestión de alimentos satisface la necesidad de respirar y crecer por
medio de la absorción. Estas formas de erotismo oral permiten el desarrollo de
formas de relación social: la capacidad de obtener y tomar. Estas son formas de
autoconservación necesaria para el ser humano en esta etapa de la vida.
Fase anal
La fase anal es la segunda fase de la evolución de la libido y puede situarse de los
2 a los 4 años de edad.
En esta fase la libido se organiza al alrededor de la zona erógena anal, el objeto
de satisfacción está ligado con la función de defecación (expulsión retención) y al
valor simbólicos de las heces.
Para el niño(a) eliminar orines o heces es algo normal, natural y placentero, lo
considera incluso como una especie de regalo que dan al adulto, esto porque para
él (ella) es como desprenderse de parte de su cuerpo y entregarlo a mamá y a
papá. Para el niño(a), las heces representan su creación y le agrada su olor,
textura y color.
El niño(a) debe aprender a cooperar con una persona más poderosa lo que
provoca experiencia nuevas de satisfacción y ansiedad. La satisfacción viene de
cumplir los deseos de sus padres, avisar y controlar. La ansiedad proviene de la
vergüenza y la desaprobación de los demás.
La función auto conservadora del erotismo anal está dada por el proceso de
evacuación de los intestinos y la vejiga y por el placer que provoca el haberlo
hecho bien. Este sentimiento de bienestar compensa, al inicio de esta fase, los
frecuentes malestar y tensiones padecidos por el niño(a), mientras sus intestinos
aprenden a realizar su función diaria.
Esta fase se inicia, porque en el niño(a) aparecen excrementos mejor formados, el
sistema muscular, se ha desarrollado y el medio social le demanda control de sus
evacuaciones, introduciéndose así la dimensión de que él o ella pueden descargar
voluntariamente y que tienen la capacidad de alternar a voluntad los actos de
retener y expulsar.
El niño(a) obedece en esta fase a impulso contradictorios que van a caracterizar
su forma de comportarse y de relacionarse con los demás. Estos son la retención
y la eliminación. Su aparición va a alternarse. El desarrollo del sistema muscular le
da mayor poder al niño(a) sobre el medio ambiente que le rodea, pues adquiere la
capacidad para alcanzar y asir, para arrojar y empujar, para apropiarse de cosas y
para mantenerlas a cierta distancia. Esta etapa se caracteriza por la lucha del
niño(a) por su autonomía, empieza a ver el mundo como yo tú, mí, mío. Es un
niño(a) fácil de convencer si él (ella) ha decidido hacer lo que se espera de él
(ella), pero es difícil de encontrar la forma de que desee precisamente eso. El
niño(a) al mismo tiempo quiere acercarse y soltarse, acumular y descartar,
aferrarse y arrojar. Por lo tanto, las relaciones sociales están marcadas por la
antítesis soltar aferrarse.
Estas dos primeras fases de la sexualidad infantil se centran en el autoerotismo,
en las fases siguientes aparece ya un objeto sexual externo al individuo. Para
Freud el acceso al objeto libidinal se da en forma sucesiva que va desde el
autoerotismo, el narcisismo, la elección homosexual y la elección heterosexual.
Fase fálica
Es la fase de organización infantil de la libido que sigue a las fases oral y anal y se
caracteriza por una unificación de las pulsiones parciales bajo la primacía de los
órganos genitales, pero a diferencia de la organización genital puberal, el niño o la
niña no reconocen en esta fase más que un solo órgano genitales, el masculino, y
la oposición de los sexos equivale a la oposición fálico castrado.
En esta fase es vivido el Complejo de Edipo, más o menos entre los 3 y 5 años de
edad, su declinación señala el inicio del período la latencia. Este Complejo
desempeña un papel fundamental en la estructuración de la personalidad y en la
orientación del deseo sexual.
Complejo de Edipo
El Complejo de Edipo es el conjunto organizado de deseos amorosos y hostiles
que el niño experimenta respecto a sus padres. En su forma llamada positiva, el
complejo se presenta como en la histérica de Edipo Rey: deseo de muerte del rival
que es el personaje del mismo sexo opuesto. En su forma negativa, se presenta a
la inversa: amor hacia el progenitor del sexo y odio y celos hacia el progenitor del
sexo opuesto. De hecho estas
dos formas se encuentran, en diferentes grados, en la forma llamada completa del
complejo de Edipo .
El niño se enamora de su madre y abriga deseos de muerte hacia el padre a quien
ve como rival y teme ser castigado con la castración por querer que éste
desaparezca. La niña se enamora del padre y quiere que la madre se valla y se
considera castigada por no poseer pene. Ambos desean excluir a todos los demás
de la relación que tienen con el padre que es objeto de su amor.
Estos deseos de muerte o desaparición del padre del sexo opuesto provocan un
profundo sentimiento de culpa. Culpa por haber cometido un crimen que no ocurrió
y que biológicamente es imposible de realizar. Esta culpa inconsciente y la
prohibición del incesto hacen que el individuo desplace su iniciativa y curiosidad
hacia ideales deseables y metas prácticas e inmediatas, hacia la realización de
cosas. Así se olvida el Complejo de Edipo y el niño(a) entra en la latencia.
El individuo experimenta una reviviscencia del Complejo de Edipo durante la
pubertad y es superado, con mayor o menor éxito con la elección de un objeto
sexual.
Freud le asigna al Complejo de Edipo tres funciones fundamentales que son:
La elección del objeto de amor, la cual está condicionada, después de la pubertad,
por la libido depositada en el objeto y las identificaciones realizadas durante el
Complejo de Edipo y las prohibición del incesto.
El acceso a la genitalidad que es dada por la resolución del Complejo de Edipo a
través de la identificación.
Efectos sobre la estructuración de la personalidad. Freud considera que en esta
fase hay una organización muy parecida a la del adulto, por lo que la ubica como
genital. El niño(a) elige un objeto sexual externo y ige hacia este objeto sus
tendencias sexuales. Lo que la diferencia de la organización sexual madura es
que solo reconoce como órgano genital el masculino.
A esta edad los niños(as) inician una actividad masturbadora. Pasan mucho rato
tocando sus genitales, no solo por el placer que les proporciona, sino porque lo
han descubierto y quieren explorarlo y conocerlo
Otra de las características importantes de esta etapa es el descubrimiento de que
existen diferencias sexuales entre las personas y que el niño(a) pertenece a un
sexo determinado. Este descubrimiento pudo haberse gestado en la relación que
el niño(a) tenía con sus padres y se profundiza ahora que se relaciona más con
niños(as) de diferentes sexos y de su misma edad.
A esta edad, la sexualidad infantil hace referencia a cómo descubren su
pertenencia a determinado sexo, cómo adquieren características, conductas y
comportamientos que son distintivos de su sexo y de cómo reaccionan ante las
sensaciones de placer que brotan de su cuerpo.
El niño(a) descubre que pertenece a un sexo porque ha logrado un dominio
suficiente sobre su cuerpo, que le permite explorar aspectos de la vida que
involucran a los otros, ya no se le limita sólo a él. Además, porque la utilización del
lenguaje le permite preguntar, observar y pensar. El lenguaje le permite un diálogo
interno que le lleva a investigar y explorar.
Por otro lado, el desarrollo de su inteligencia le posibilita hacer comparaciones
entre las cosas y clasificarlas. Puede diferenciar entre un genital y otro y agrupar
en una misma categoría a todos los que tienen pene y diferenciarlos de los que
tienen vagina. Empieza a clasificar a hombres y mujeres y él (ella) se incluye en
uno u otro por comparación. El descubrimiento del sexo lleva al niño(a) a explorar
y conocer más. Esto lo hace mediante dos formas:
PREGUNTAR: El niño(a) pregunta porque desea conocer más. Esto puede causar
ansiedad en los padres. De las respuestas que los adultos le den al niño(a)
depende que éste se forme una idea correcta o incorrecta de la sexualidad.
Los niños(as) buscan respuestas que no sean complicadas, solo un poco de
información, pues volverán sobre el tema una y otra vez.
MANIPULAR: Es en esta etapa cuando el niño(a) empieza a tocar sus genitales
por el placer que resulta de esto y con una forma de conocer más. Esta idea de
que el niño(a) se masturba puede causar sensaciones incómodas en algunos
adultos.
En esta edad, el niño también puede dar muestra de exhibicionismo (exhibición de
los genitales), de voyerismo (mirar los genitales de otros) y de una curiosidad
persistente por la anatomía de los individuos del sexo opuesto o del mismo. Estas
conductas son normales y no tienen las connotaciones que le da el adulto.
Al descubrir el niño(a) que pertenece a un sexo determinado, empieza a imitar al
progenitor de su mismo sexo. El niño se fija en el modelo masculino que tiene más
próximo, el padre y la niña en el femenino, la madre. Ellos quieren parecerse a sus
papás.
Esta capacidad para imitar es adquirida por el niño y la niña no solo porque
descubren que pertenecen a un sexo sino porque es una forma de acceder al
padre del sexo opuesto. En su elaboración del Complejo de Edipo el niño y la niña
se dan cuenta de que pareciéndoseles al padre del mismo sexo pueden lograr que
el padre del sexo opuesto se enamore de él o ella. Cuando aparece la prohibición
del incesto en la relación padre hija o madre hijo y la castración como castigo, el
(la) reprime su deseo que el progenitor, para ya las características culturales y
comportamentales que caracterizan a cada sexo han sido adquiridas por el infante
a través de la imitación.
Entonces, el niño(a) aprende a comportarse según su sexo, porque la imitación le
permite entender esas conductas. El (ella) necesitan imitar las actividades que
realizan los padres porque debe probar los diferentes comportamientos para
aprender normas de conducta adecuados para su sexo.
Por esta razón no es necesario forzar a los niños (as) a que aprendan a ser
hombres o mujeres. Ellos mismos, en su proceso de imitación irán aprendiendo a
hacerlo sin necesidad de exigencias o imposiciones innecesarias. Lo importante
es que los modelos por imitar sean lo suficientemente adecuados.
Como en las etapas anteriores, la genital también agrega una modalidad de
relación social que es la conquista. El niño(a) aprende a conquistar, a competir, a
insistir para alcanzar una meta y esto le produce placer.
Período de latencia
Este período se ubica entre la fase fálica y la fase genital, se inicia más o menos
entre los 5 y 6 años de edad. Es un considerado como una etapa en la que se
detiene la evolución de la sexualidad, ya que hay una disminución de las
actividades sexuales, se desexualizan las relaciones de objeto y de los
sentimientos (predomina la ternura sobre los deseos sexuales), aparecen
sentimientos como pudor y asco y aspiraciones morales y estéticas, se intensifica
la represión, lo que provoca una amnesia al inicio del período, se transforma la
libido hacia los objetos en identificación con los padres y se dirige la energía
sexual hacia otras actividades no sexuales como el estudio, el deporte, etc.
Esta canalización de la energía sexual le permite adquirir nuevos conocimientos y
habilidades. A pesar de que hay una disminución de la actividad sexual siempre
los(as) niños(as) hablan de tener novio o novia y expresan sus preferencias al
respecto. Este período se inicia con la declinación del Complejo de Edipo.
DESARROLLO MORAL
Piaget se basó en dos aspectos del razonamiento moral para formular sus teorías:
el respeto por las reglas y la idea de justicia de los niños. Con base en las
respuestas que los niños daban a sus preguntas, Piaget estableció varias etapas
de desarrollo moral. Esta forma de entender el proceso moral se conoce como
teoría cognitiva-evolutiva, y de manera simple: busca entender la moralidad de
adentro hacia afuera, como entendimiento del sujeto que luego se expresa en sus
actitudes. Piaget explicó, que para entender la moralidad del sujeto no solo es
necesario ahondar en su discurso – principio que regía muchas de las
investigaciones de lo moral en su época-, sino que era esencial definir su
estructura cognitiva, es decir, la lógica y los patrones de pensamiento que rigen el
entendimiento moral básico del individuo.
Etapa pre- moral
Esta etapa abarca los cinco primeros años de la vida del niño, cuando aún no
tiene mucha conciencia o consideración por las reglas. De los dos a los seis años
los niños son capaces de representar las cosas y las acciones por medio del
lenguaje, esto les permite recordar sus acciones y relatar sus intenciones para el
futuro. Sin embargo, no pueden aún realizar razonamientos abstractos, por lo que
no pueden comprender el significado de las normas generales. Esto hace que las
vean como cosas concretas imposibles de variar que se han de cumplir en su
sentido literal. Estas normas son, además, exteriores a los niños, impuestas por
los adultos, por lo tanto la moral se caracteriza en esta fase de desarrollo por la
heteronomía.
Etapa heterónoma o del realismo moral
Esta etapa se da entre los 5 y los 10 años. Los niños en esta edad tienden a
considerar que las reglas son impuestas por figuras de autoridad poderosas, como
podrían ser sus padres, Dios o la policía. Piensan además que las normas son
sagradas e inalterables, abordan cualquier asunto moral desde una perspectiva
dicotómica de bien o mal, y creen en una justicia inminente, es decir, que piensan
que cualquier mal acto, tarde o temprano será castigado. De los siete a los once
años, los niños adquieren la capacidad de realizar operaciones mentales con los
objetos que tienen delante. No pueden aún hacer generalizaciones abstractas
pero se dan cuenta de la reversibilidad de algunos cambios físicos y de las
posibilidades del pensamiento para detectar relaciones entre las cosas. Las
normas dejan de ser vistas como cosas reales que tienen su origen en una
autoridad absoluta y exterior -los adultos- y comienzan a basarse en el respeto
mutuo entre los compañeros de juego, los iguales. De aquí surge la noción de la
convencionalidad de las normas o reglas de los juegos, que son vistas como
productos de acuerdos entre los jugadores. Surgen sentimientos morales como la
honestidad -necesaria para que los juegos funcionen- y la justicia.
6. RESUMEN
La presente unidad trata sobre el desarrollo socio emocional del niño menor de 6
años y la importancia de entender sobre el desarrollo social, emocional, afectivo,
sexual y moral así como la teoría del apego, para poder comprender mejor la
evolución socioemocional de los niños y así saber el porque de su actuar y poder
tratarlos.
7. AUTOEVALUACIÓN
1) También se conoce como el estadio del establecimiento de relaciones con el
mundo
a. Estadio del personalismo
b. Estadio sensorio motor proyectivo o centrífugo
c. Estadio impulsivo emocional o centrípeto
d. Estadio psico - emocional
2) Esta es una teoría iniciada en los años cincuenta.
a. Teoría del apego seguro
b. Teoría de Edipo
c. teoría de relevancia del apego
d. Teoría del apego
3) El desarrollo _________ del niño puede decirse que comienza antes de nacer.
a. Social
b. Emocional
c. Sexual
d. Afectivo
4) Posteriormente aparece el estadio emocional _________en el cual aparece la
mímica y predominan las emociones.
a. 3-6 meses
b. 9-12 meses
c. 3-9 meses
d. 6- 12 meses
5) Estadio que se presenta entre los 3 y 6 años de edad aproximadamente
a. Estadio del personalismo
b. Estadio impulsivo emocional o centrípeto
c. Estadio psico – emocional
d. Estadio sensorio motor proyectivo o centrífugo
6) Plantea que la sexualidad genital madura es el resultado de un desarrollo
sexual infantil que denominé pre genitalidad.
a. Piaget
b. Freud
c. Erickson
d. Bruner
7) En esta fase es vivido el Complejo de Edipo.
a. Periodo anal
b. Periodo fática
c. Periodo oral
d. Periodo de latencia
8) La etapa pre moral abarca
a. De 0 - 5 años
b. Los 6 primeros años
c. Los 5 primeros años
d. De 0 – 3 años
9) A los 5 6 años los niños ingresan a la etapa moral determinada por Piaget
como:
a. Etapa pre moral
b. Etapa moral superior
c. Etapa realista
d. Etapa heterónoma o del realismo moral
10) El ____ es la primera forma de afirmarse ante el mundo
a. Si
b. No
c. Yo
d. Yo y no
8. SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN
1) B
2) D
3) A
4) C
5) A
6) B
7) B
8) C
9) D
10) C
9. BIBLIOGRAFÍA / WEBGRAFÍA
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socioemocional-en-los-nios-y-nias
M. a del Pilar Valcarcel Gonzalez EL DESARROLLO SOCIAL DEL NIÑO
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Erikson, Erik. Infancia y Sociedad. 12° ed. Ediciones Hormé. Buenos Aires,
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