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Extracto del libro el alma de luz.
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La Mariposa y el Viento
Esta es la historia de una hermosa niña llamada
Rebecca y de una voluntaria, quien podría
ser una enfermera o cualquier persona con
sensibilidad en su alma y empatía en su corazón.
Su nombre: Luz
Rebecca se encuentra en la ciudad de México le permiten ir a visitar a su mamá y a sus
hermanos, los cuales viven en una provincia de México.
Al despedirse, este es el diálogo entre ellas:
-¿Te volveré a ver Luz? Preguntó la pequeña.
–No amor, porque ya no tendrás necesidad de regresar a México.Rebecca, haciendo un gesto de profunda tristeza, le dijo:
-Yo también amor. ¿Sabes? Te voy a decir un secreto.
Dijo Luz con voz queda y misteriosa.
-Pero ¡te voy a extrañar!
–Mi animal favorito es la mariposa. Ellas y yo
somos una misma. Así que, cuando veas a
cualquier mariposa volar, seré yo que ando cerca de ti, para recordarte cuánto
te quiero.A la pequeña niña le brilló el rostro al escuchar esto. Susurrándole al oído, le
dijo:
-Yo también te voy a contar un secreto, cuando sientas que el viento acaricia tu cara, tu pelo, seré yo, porque siempre me ha gustado el aire y
mi mami me contó un cuento donde las mariposas vuelan gracias al viento. Entonces sabrás cuánto te quiero.
Luz no pudo más. Llorando besó la frente de ese ángel que se iba. De esa pequeñita que, de alguna manera, había llegado a su vida para recordarle lo maravillosa
que es la vida. Para hacerla sentir viva. Para animarla a que
se comiera la vida a trozos, porque la muerte podría estar
aguardando en cualquier momento. Sí, todo eso había aprendido gracias a Rebecca. Nuevamente se abrazaron.
Después Rebecca se metió al coche, donde su papá aguardaba
con paciencia.
El taxi partió y Luz quedó desolada. Algo muy profundo dentro de ella se había ido
con esa pequeña. Aunque en el fondo de su corazón Luz sabía que mucho de Rebecca
también se había quedado con ella.
Durante toda su vida había regalado horas de su tiempo para ayudar a los enfermos. Y siempre había tenido la sensación de que ella misma había salido bendecida al estar con ellos. Pero el encuentro con Rebecca había
ido más allá de cualquier encuentro. Lo que más hería su ser era lo que su corazón le dictaba: no volvería a verla nunca más.
Y así fue. Rebecca vivió un tiempo
feliz y aparentemente
sana al lado de su familia y de toda la gente que la amaba. Pero al cabo de unos
meses, volvió a ponerse muy mal. Esta vez la recaída
fue fatal. Los médicos la
desahuciaron. La chiquita murió con el otoño, en plena primavera de su
vida.
Durante el entierro mariposas multicolores revoloteaban por el féretro. La niña realmente parecía un ángel. Murió con una suave sonrisa en los labios.
La tarde en que la pequeña murió, Luz sintió un suave viento que acariciando sus mejillas, su cabello, le susurró al oído: “Te quiero, ahora
sabes que el amor es eterno”.
Mariposa es tu nombre.Vuelas en el horizonte.
Si te atrapo, muero.Si me quedo quieta,
te posas con tu paz a contemplarme.
Extracto del libro “El Alma
de Luz”de Kalinda
Tamara