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LACTANCIA MATERNA Y PRÁCTICA RESPONSABLE: “PRIMUM NON NOCERE” Todos los pediatras, en general los médicos, sabemos porque es importante la lactancia materna, todos los que sabemos algo del desarrollo cerebral y neurobiología tenemos la certeza que no es necesario usar leches artificiales caras para que un niño tenga mejor capacidad intelectual. Sin embargo, muchos colegas sea por moda, por comodidad, porque les beneficia de alguna manera (económica, amiguismo, etc.) o no se sabe porque indican a mano llena estos productos. En la práctica, los padres vienen por problemas de salud y no falta la infaltable pregunta:”¿ Le estoy dando la leche “X” , le sigo esa leche o hay otra mejor?”. Y me sorprende ver como les han vendido y metido en la cabeza que las leches más caras son mejores, que no pueden usar leches de menor cantidad de esos productos “milagrosos” que hacen que el cerebro de su hijo se desarrolle lo máximo porque es su única oportunidad(¿??????). Tan falso como usar sebo de culebra. Y molesta sobre todo cuando son padres de condición humilde, que gastan más de lo que pueden con cierto sentimiento de culpa porque si su hijo no recibe esa leche tan “buena”, sus niños tendrán seguro desventajas frente a otros que sí las usan. Un deber de los médicos es informar con verdad y honestidad a su paciente – y en este caso a los padres- sobre la ventaja y desventajas de un producto, en este caso considero crucial explicar la verdad tal cual es: - La leche materna es la mejor opción SIEMPRE, y sería mejor fuera la única en aquellos casos en que la madre está cerca. - Demorar un poco la consulta y hacer hasta lo imposible porque la técnica de amamantamiento sea perfecta, que las dudas y temores se vayan al tacho para que no obstaculicen esta maravillosa acción de la madre. - Educar y concientizar a los padres es un esfuerzo que vale la pena, explicándoles que nutrientes, anticuerpos, proteínas varias

Lactancia materna y práctica responsable

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LACTANCIA MATERNA Y PRÁCTICA RESPONSABLE: “PRIMUM NON NOCERE”

Todos los pediatras, en general los médicos, sabemos porque es importante la lactancia materna, todos los que sabemos algo del desarrollo cerebral y neurobiología tenemos la certeza que no es necesario usar leches artificiales caras para que un niño tenga mejor capacidad intelectual.

Sin embargo, muchos colegas sea por moda, por comodidad, porque les beneficia de alguna manera (económica, amiguismo, etc.) o no se sabe porque indican a mano llena estos productos.

En la práctica, los padres vienen por problemas de salud y no falta la infaltable pregunta:”¿ Le estoy dando la leche “X” , le sigo esa leche o hay otra mejor?”. Y me sorprende ver como les han vendido y metido en la cabeza que las leches más caras son mejores, que no pueden usar leches de menor cantidad de esos productos “milagrosos” que hacen que el cerebro de su hijo se desarrolle lo máximo porque es su única oportunidad(¿??????). Tan falso como usar sebo de culebra.

Y molesta sobre todo cuando son padres de condición humilde, que gastan más de lo que pueden con cierto sentimiento de culpa porque si su hijo no recibe esa leche tan “buena”, sus niños tendrán seguro desventajas frente a otros que sí las usan.

Un deber de los médicos es informar con verdad y honestidad a su paciente – y en este caso a los padres- sobre la ventaja y desventajas de un producto, en este caso considero crucial explicar la verdad tal cual es:

- La leche materna es la mejor opción SIEMPRE, y sería mejor fuera la única en aquellos casos en que la madre está cerca.

- Demorar un poco la consulta y hacer hasta lo imposible porque la técnica de amamantamiento sea perfecta, que las dudas y temores se vayan al tacho para que no obstaculicen esta maravillosa acción de la madre.

- Educar y concientizar a los padres es un esfuerzo que vale la pena, explicándoles que nutrientes, anticuerpos, proteínas varias y células están en la leche materna que la hace la mejor de todos los productos que podríamos ofrecerle.

- No hacer lobby por una determinada leche es algo que parece demás de decir pero que lamentablemente ocurre, lo triste es que se vende algo tan preciado como tu responsabilidad y honor a cambio de jugar de peón en el tablero de un laboratorio que produce leche artificial, que sabemos lleva a problemas de obesidad a temprana edad y le roba a el niño o niña la oportunidad de recibir leche materna.

Y es cierto, incluso algunas clínicas privadas impulsan el abuso de la lactancia artificial desde que nace el bebé. Crimen de lesa humanidad. Esto ocurre a vista, conocimiento y paciencia de todos, y alguien dirá pero qué podemos hacer, si incluso grupos tan reconocidos como la Sociedad

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Peruana de Pediatría, a pesar de su esfuerzo en promover la lactancia materna no logra que muchos de sus asociados entren en razón y hagan las cosas como deben ser y pues no pasa nada.

Creo que un primer paso debe ser inculcar en las nuevas generaciones de médicos algo tan sencillo como no vender su alma a los laboratorios que esperan ávidos por gente con ambición y deshonestidad, así que no hacerle el juego a esos comerciantes es muy importante; después de todo, educar implica no sólo brindar conocimiento sino brindar enseñanzas de vida. En cada oportunidad que se nos presente orientar y educar a los padres, sobre todo los primerizos, a no caer en el juego de la publicidad falaz, basada en experimentos en ratones de hace más de 30 años – o sea el siglo pasado- para engañar y aumentar ganancias de empresas que poco les interesa la salud de los niños del país menos aún el desarrollo cerebral de nadie. Después de todo, pueblo que piensa, miedo de políticos y corruptos.

Por último, hacer un acto de conciencia personal. Los viejos Maestros de la Medicina, este arte apasionante y maravilloso que practicamos con amor, decían: “PRIMERO, NO HACER DAÑO”. Esta es una labor de servicio, no para servirnos de ella. Al prescribir una leche artificial a sabiendas que significa dejar de lado o minimizar el uso de leche materna, estamos cometiendo un daño irreparable que seguro muchos dirán: ¿qué importa? Espero, sin embargo, sean más responsables y cuerdos con lo que hacen, pues cada vez que un padre acude con su niño en brazos, está depositando su confianza, su esperanza en que nuestro acto será el mejor, que lo trataremos como si su hijo fuera el nuestro. Gran responsabilidad, enorme honor. Ojalá que al mirar a los ojos de esos niños, no exista pizca de vergüenza en nuestro corazón, mucho menos mercantilismo y negociado, sino la alegría y satisfacción de saber que se hizo realmente lo correcto y más honesto tanto para Uds., como para los pacientes y sus familias.

¡FELIZ SEMANA DE LA LACTANCIA MATERNA!

Iliana Romero Giraldo

Pediatra INSN

CMP 27837