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Introducción El marcado liderazgo de la soya sobre los otros cultivos en Argentina, y la región del Cono Sur, hace que gran parte del área cultivada anualmente se encuentre ya sea bajo monocultivo o en rotaciones en las cuales otros cultivos se encuentran en una proporción muy reducida. Desde el punto de vista de fertilidad del suelo, esta situación genera interrogantes importantes acerca del balance del carbono (C) y, por lo tanto, de la materia orgánica (MO) y de los nutrientes del suelo. Por otra parte, el papel dominante de la soya en la agricultura de la región hace imprescindible conocer y manejar la nutrición del cultivo para maximizar rendimientos y rentabilidad de la empresa. En la primera parte de este artículo se presenta una síntesis del estado actual del conocimiento sobre el manejo de las deficiencias nutricionales más comunes y la respuesta del cultivo. En la segunda parte se discute brevemente el impacto del manejo previo de la fertilidad del suelo sobre el cultivo y el impacto de la fertilización del cultivo en la fertilidad del suelo. Manejo de la nutrición y fertilización de soya Si bien las técnicas de manejo han mejorado en los últimos años (variedades, fechas de siembra, control de malezas, cosecha, etc.), el uso de fertilizantes en soya ha sido muy escaso. Resultados de investigaciones realizadas en la región pampeana de Argentina demuestran la posibilidad de respuesta del cultivo a nutrientes como fósforo (P) y azufre (S) (Díaz Zorita, 2003). Deficiencias nutricionales y respuestas a la fertilización Los nutrientes generalmente deficientes para el cultivo bajo las condiciones de las distintas regiones productoras de soya de Argentina son: nitrógeno (N), P y S. En los últimos años, a partir de la intensificación de la agricultura (mayores rendimientos y reducción de períodos bajo pastura), se han observado en algunas zonas deficiencias de algunos nutrientes secundarios y micronutrientes. Nitrógeno Si bien la soya presenta requerimientos muy elevados de N, gran parte de este requerimiento es cubierto vía fijación biológica (FBN). En la región pampeana se han determinado aportes de N por FBN del orden del 30- 70% de las necesidades totales de N del cultivo, dependiendo del nivel de N nativo del suelo y de las características climáticas del ciclo de crecimiento (González, 1996). Por lo tanto, la inoculación de la semilla es una práctica indispensable, y de bajo costo, para lograr una adecuada provisión de N. Díaz Zorita (2004) determinó respuestas promedio a la inoculación de 806 kg/ha en 21 lotes sin historia de soya y de 342 kg/ha en 28 lotes con historia previa de soya. Evaluaciones realizadas en el centro-norte de Buenos Aires (Scheiner et al., 1999) y el sur de Santa Fe (Bodrero et al., 1984) indican que si el establecimiento de la simbiosis es exitoso, la soya no responde a la fertilización nitrogenada. Las experiencias con fertilizaciones durante el periodo reproductivo, destinadas a proveer N durante el llenado de grano cuando la actividad de los nódulos disminuye, han mostrado resultados variables según la oferta de N del suelo, el estado y crecimiento del cultivo y el rendimiento obtenido (Wesley et al., 1998; Scheiner et al., 1999; Ventimiglia et al., 1999). Fósforo La respuesta de los cultivos a la fertilización con P depende del nivel de disponibilidad de este nutriente en INFORMACIONES AGRONOMICAS 9 CRITERIOS PARA EL MANEJO DE LA FERTILIZACION DE LA SOYA Fernando García* * Tomado de: García, F. 2005. Soja: Criterios para el manejo de la fertilización del cultivo. Informaciones Agronómicas 27:1-5. IPNI, Cono Sur.

Criterios para el manejo de la fertilización de la soya

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Page 1: Criterios para el manejo de la fertilización de la soya

Introducción

El marcado liderazgo de la soya sobre los otros cultivosen Argentina, y la región del Cono Sur, hace que granparte del área cultivada anualmente se encuentre ya seabajo monocultivo o en rotaciones en las cuales otroscultivos se encuentran en una proporción muy reducida.Desde el punto de vista de fertilidad del suelo, estasituación genera interrogantes importantes acerca delbalance del carbono (C) y, por lo tanto, de la materiaorgánica (MO) y de los nutrientes del suelo.

Por otra parte, el papel dominante de la soya en laagricultura de la región hace imprescindible conocer ymanejar la nutrición del cultivo para maximizarrendimientos y rentabilidad de la empresa. En laprimera parte de este artículo se presenta una síntesisdel estado actual del conocimiento sobre el manejo delas deficiencias nutricionales más comunes y larespuesta del cultivo. En la segunda parte se discutebrevemente el impacto del manejo previo de lafertilidad del suelo sobre el cultivo y el impacto de lafertilización del cultivo en la fertilidad del suelo.

Manejo de la nutrición y fertilización de soya

Si bien las técnicas de manejo han mejorado en losúltimos años (variedades, fechas de siembra, control demalezas, cosecha, etc.), el uso de fertilizantes en soyaha sido muy escaso. Resultados de investigacionesrealizadas en la región pampeana de Argentinademuestran la posibilidad de respuesta del cultivo anutrientes como fósforo (P) y azufre (S) (Díaz Zorita,2003).

Deficiencias nutricionales y respuestas a lafertilización Los nutrientes generalmente deficientes para el cultivobajo las condiciones de las distintas regionesproductoras de soya de Argentina son: nitrógeno (N), Py S. En los últimos años, a partir de la intensificación dela agricultura (mayores rendimientos y reducción deperíodos bajo pastura), se han observado en algunaszonas deficiencias de algunos nutrientes secundarios ymicronutrientes.

Nitrógeno

Si bien la soya presenta requerimientos muy elevadosde N, gran parte de este requerimiento es cubierto víafijación biológica (FBN). En la región pampeana se handeterminado aportes de N por FBN del orden del 30-70% de las necesidades totales de N del cultivo,dependiendo del nivel de N nativo del suelo y de lascaracterísticas climáticas del ciclo de crecimiento(González, 1996). Por lo tanto, la inoculación de lasemilla es una práctica indispensable, y de bajo costo,para lograr una adecuada provisión de N. Díaz Zorita(2004) determinó respuestas promedio a la inoculaciónde 806 kg/ha en 21 lotes sin historia de soya y de 342kg/ha en 28 lotes con historia previa de soya.

Evaluaciones realizadas en el centro-norte de BuenosAires (Scheiner et al., 1999) y el sur de Santa Fe(Bodrero et al., 1984) indican que si el establecimientode la simbiosis es exitoso, la soya no responde a lafertilización nitrogenada. Las experiencias confertilizaciones durante el periodo reproductivo,destinadas a proveer N durante el llenado de granocuando la actividad de los nódulos disminuye, hanmostrado resultados variables según la oferta de N delsuelo, el estado y crecimiento del cultivo y elrendimiento obtenido (Wesley et al., 1998; Scheiner etal., 1999; Ventimiglia et al., 1999).

FósforoLa respuesta de los cultivos a la fertilización con Pdepende del nivel de disponibilidad de este nutriente en

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CRITERIOS PARA EL MANEJO DE LA FERTILIZACION DE LA SOYA

Fernando García*

* Tomado de: García, F. 2005. Soja: Criterios para el manejo de la fertilización del cultivo. Informaciones Agronómicas 27:1-5. IPNI, Cono Sur.

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el suelo, pero también es afectada por otros factores delsuelo, del cultivo y de manejo del fertilizante. Losniveles críticos de P en el suelo, aquellos por debajo delos cuales se observan respuestas significativas a lafertilización, son menores para soya que para otroscultivos tales como alfalfa, trigo y maíz. Esta diferenciaha sido atribuida, entre otras causas, a cambiosgenerados en la rizosfera y al alto costo energético delos granos de soya (aceite + proteína). La Figura 1muestra la eficiencia de uso del P aplicado (kg de soyapor kg de P aplicado) en función del nivel de P (Bray)del suelo para 101 ensayos realizados en la regiónpampeana de Argentina entre 1996 y 2004. De acuerdoa la relación observada en la Figura 1, los suelos conniveles de P menores de 13-14 mg/kg presentaríanrespuestas rentables a la fertilización con P. Lasrecomendaciones de fertilización se basan en el nivel de

P y el rendimiento esperado (Echeverría y García,1998).

Azufre

En los últimos años se han observado respuestas a lafertilización con S en soya y en otros cultivos (maíz,trigo, canola, alfalfa, pasturas) en Argentina. Lasrespuestas se observan principalmente en suelosdegradados, con muchos años de producción continua(especialmente soya) y con historia de cultivos de altaproducción y en suelos arenosos de bajo contenido deMO (Martínez y Cordone, 1998; Martínez y Cordone,2000; Díaz Zorita et al., 2002). Estas respuestas se hanobservado tanto en el primer ciclo del cultivo conaplicaciones directas de S, como en el segundo cicloque tuvo aplicaciones de S en el cultivo antecesor,generalmente trigo. La Tabla 1 resume las respuestas aS observadas en cultivos de soya de primer ciclo endistintas redes de ensayos realizadas en los últimosaños. Sobre un total de 142 ensayos, 57 ensayosmostraron respuestas significativas a S (40%). Lasrespuestas a S varían entre 300 y 800 kg/ha según elsitio.

Si bien hay claros indicios de cuales son los ambientesde respuesta a la fertilización con S, aun no se disponede una metodología confiable para predecir los sitioscon respuesta probable a S (Gentiletti y Gutiérrez,2004). Un factor de importancia, aparte de los yaconocidos errores en el análisis de suelos y las bajascantidades de S necesarias para cubrir la demanda delcultivo, es la presencia de sulfatos (SO4) en el agua denapas superficiales. Algunas redes de ensayos hanpermitido determinar umbrales críticos de S comosulfato (S-SO4), a 0-20 cm de profundidad en pre-siembra, de alrededor de 10 mg/kg, con contenidosinferiores a este valor la respuesta a la aplicación de Ses altamente probable. Otra alternativa, actualmente enevaluación, es la caracterización de sitios deficientesdeterminando la concentración de S en grano delcultivo anterior.

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Figura 1. Eficiencia de uso de fósforo (P) en soya enfunción del contenido de P (Bray) en el suelo para101 ensayos en la Región Pampeana Argentina(1996-2004). Elaborado a partir de información deINTA, Proyecto INTA Fertilizar, FA-UBA, FCA-UNER y CREA Sur de Santa Fe. La línea horizontalindica una eficiencia de uso de 10-11 kg de soya porkg de P aplicado y la vertical el nivel crítico estimadode 13-14 mg/kg de P en el suelo.

Tabla 1. Sitios con respuesta a azufre en distintas redes de ensayos conducidas en los últimos años en Argentina.

Zona y Campaña Sitios con respuesta/ ReferenciaTotal sitios

Centro-Sur de Santa Fe, 2000/01 8/11 Martínez y Cordone (2003) Región Pampeana, 2000/01 y 2001/02 10/47 Díaz Zorita et al., 2002 Sur de Santa Fe y Sudeste de Córdoba 2001/02 1/6 CREA Sur de Santa Fe Córdoba, 2001/02 2/4 Rubione et al., 2002Sur de Santa Fe y Norte de Buenos Aires, 2002/03 4/6 Ferraris et al., 2004 Centro-Sur Santa Fe, 2003/04 13/19 Gentiletti y G. Boem, 2004 Sur de Santa Fe y Sudeste de Córdoba, 2003/04 17/44 CREA Sur de Santa Fe Sur de Santa Fe y Sudeste de Córdoba, 2003/04 2/5 CREA Sur de Santa Fe

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Las dosis de S recomendadas varían, según el nivel derendimiento esperado y la historia agrícola del lote,entre 10 y 15 kg/ha de S en soya de primer ciclo y entre15 y 20 kg/ha de S en aplicaciones en trigo para larotación trigo-soya. Otros nutrientes

La investigación y las observaciones de campo de losúltimos años no han demostrado respuestas consistentesy/o generalizadas a la aplicación de otros nutrientes.Los nutrientes que han demostrado mayoresposibilidades de respuesta en soya (además de N y P)son: boro (B), calcio (Ca), magnesio (Mg), molibdeno(Mo) y cobre (Cu).

La intensificación de la agricultura ha resultado en ladisminución de los niveles de bases (Ca y Mg) y pH enalgunos suelos, especialmente en el Norte de la regiónpampeana. En estos suelos se han encontradorespuestas significativas a la aplicación de enmiendascalcáreas y/o dolomíticas en alfalfa y soya. Se handeterminado bajos niveles de B, zinc (Zn) y Cu en elsuelo y en los tejidos de girasol, maíz y trigo. De estostres elementos, B y Cu serían los primeros a considerarpara el cultivo de soya. Otros trabajos han demostradola importancia de una adecuada nutrición con Mo ycobalto (Co) y respuestas en rendimiento cuando estosnutrientes se aplicaron con la semilla y el inoculante.

Aplicación de fertilizantes

En cuanto a la forma de aplicación, es recomendableevitar la aplicación de fertilizantes junto con la semilla,debido a la susceptibilidad de la soya y, en particular delas bacterias de los inoculantes añadidos a la semilla, alos efectos fitotóxicos generados por la disolución delos fertilizantes (salinidad, pH, amoníaco). Estosefectos sobre la semilla y las bacterias dependen delfertilizante utilizado y de la humedad del suelo. Losfertilizantes deben colocarse a unos 3-5 cm de la líneade siembra.

Experiencias realizadas en los últimos años en Iowa(EE.UU.) y en Argentina con soya en siembra directaindican que la aplicación de fertilizantes fosfatados alvoleo, 60-90 días antes de la siembra, puede resultar enrespuestas similares a las obtenidas con aplicaciones enlínea a la siembra. Las aplicaciones al voleo defertilizantes portadores de S son eficientes debido a lamovilidad del anión SO4 en el suelo.

La amplia disponibilidad en el mercado de fertilizantesportadores de P y S en forma simple o en mezclasfísicas y químicas facilita la elección de la fuente,forma y momento de aplicación. El costo por unidad de

nutriente aplicado es un factor importante en ladecisión. En los últimos años se ha difundido el uso de yeso(sulfato de calcio, SO4Ca) como fuente de S. El yesotiene un comportamiento similar a las otras fuentes deS en forma de sulfato si el tamaño de partícula delproducto es pequeño, debido que su solubilidad esmenor que la de otras fuentes de SO4. Por otra parte, sedebe ser muy cuidadoso al decidir la compra de yeso yaque en muchos casos estos productos presentanimpurezas no deseables.

Manejo de la nutrición de la soya y la fertilidad delsuelo

La expansión de la soya y la falta de nutriciónbalanceada han generado efectos negativos en lafertilidad del suelo. Un ejemplo evidente lo constituyela zona centro-sur de Santa Fe, donde la expansión delcultivo de soya produjo erosión y redujo drásticamentelos contenidos de materia orgánica (MO) y de Pdisponible en el suelo (Cordone y Martínez, 2004). Ladegradación resultante de la disminución del contenidode MO y del agotamiento de nutrientes del suelo afectala productividad de la soya y de otros cultivos a cortoplazo en zonas con historia agrícola prolongada, y amediano plazo en áreas de poca historia de agricultura.

Se debe tener en cuenta que en soya el aporte de N víaFBN no siempre resulta en un balance positivo de N enel suelo. Para producir un rendimiento de 4000 kg/ha lasoya debe absorber 320 kg/ha de N, sin embargo, seexportan aproximadamente 240 kg/ha de N con lacosecha. Si se considera que el 50% del N totalacumulado proviene de FBN, es decir 160 kg/ha de N,el aporte neto del N del suelo (N disponible a la siembray/o mineralizado luego de la MO) sería de más de 80kg/ha de N. De esta forma se reduce paulatinamente elcontenido de MO del suelo que es la principal reservade N en el suelo (95-99% del N total).

La reposición de N al suelo debería realizarse en otrocultivo, debido a que en soya se pretende maximizar laFBN (Cordone y Martínez, 2004). La reposición deotros nutrientes también puede realizarse víafertilización, pero los niveles de aplicación actuales sonmenores a los de extracción.

El manejo de la fertilización de la rotación cultivotrigo-soya constituye un excelente ejemplo de losefectos del manejo previo de la fertilidad del suelo en elcultivo de soya. Numerosas evaluaciones realizadas enlos últimos años han demostrado que la fertilizacióncon P y S en la rotación puede hacerse en la aplicaciónal trigo y esta aplicación sirve también para soya

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(Salvagiotti et al., 2005). Efecto residual de P se puedeprolongar por varios años (Berardo, 2003).

La Figura 2 muestra los rendimientos promedios desoya de primer ciclo de la Red de Nutrición de losCREA Sur de Santa Fe en el periodo 2001-2002 y2004-2005. Los cinco sitios incluidos en esta Redrecibieron los mismos tratamientos de fertilización enlas mismas parcelas desde el año 2000. Las diferenciasen la respuesta en rendimiento a los tratamientosfueron de 218 kg/ha en el periodo 2001-2002 y 633kg/ha en el periodo 2004-2005.

El mayor efecto encontrado en el periodo 2004-2005,más allá de las diferencias en condiciones climáticasentre campañas, indicaría que la soya estaríarespondiendo a la acumulación de fertilidad como ya seha observado en trigo y maíz en esta misma red deensayos. Debe aclararse que los tratamientos queincluyen aplicación de N, ésta solo se hizo a la siembrade trigo o maíz, la soya de primer ciclo nunca recibefertilización nitrogenada. En la misma Red de Nutrición de CREA Sur de SantaFe también se evaluó el efecto residual de lafertilización, o efectos de acumulación de fertilidad, enun ensayo de trigo-soya de la campaña 2004-2005(Figura 3). Este sitio recibió seis tratamientos defertilización durante cuatro años (2000-2003) en unarotación maíz-trigo-soya. En la campaña 2004-2005,todos los tratamientos recibieron la misma fertilización(86, 27 y 10 kg/ha de N, P y S, respectivamente).

Las diferencias entre los tratamientos observadas enrendimientos de trigo y soya de segundo ciclo se deben

exclusivamente al efecto de acumulación de fertilidad alo largo de cuatro años, a pesar de haber recibidofertilización NPS en la campaña 2004-2005. Lasdiferencias entre el tratamiento que recibió NPSdurante 4 años y el testigo son de 2204 kg/ha para trigoy de 559 kg/ha para soya de segundo ciclo. Estosefectos probablemente se deban no solamente al efectoresidual de N, P y S, sino también a efectos como:mayor producción de rastrojo, mayor desarrollo deraíces, más sustrato para la población microbiana delsuelo, etc. En síntesis, la fertilización puede ser una herramientaestratégica para aumentar el rendimiento y mejorar larentabilidad del cultivo de soya. El manejo de lanutrición y fertilización del cultivo se puede enfocarconceptualmente en manejo de la fertilidad del suelo ode la nutrición de la rotación.

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Figura 3. Rendimientos de trigo y soya de segundo cicloen el periodo 2004-2005 sobre parcelas querecibieron distintos tratamientos de fertilizaciónNPS en los cuatro años previos. El doble cultivotrigo-soya recibió una fertilización de 86, 27 y 10kg/ha de N, P y S, respectivamente, en todas lasparcelas. Ensayo El Fortín, Red de Nutrición CREASur de Santa Fe.

Figura 2. Rendimientos de soya de primer ciclo,promedios de cinco sitios, de seis tratamientos defertilización en las campañas 2001-2002 y 2004-2005.Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe. Lostratamientos de fertilización se repitieron durantecinco años en las mismas parcelas.

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