PARA VIVIR EL AÑO DE LA MISERICORDIA

1. Hacer camino con la mirada puesta en Jesús, en su corazón misericordioso y compasivo. Aprender de Él, de sus relaciones con las que personas que se le acercan, a mirar con cariño, a tender las manos para acariciar, abrazar y salvar, a caminar con otros.

2. Enamorarse de Dios y ponerse a la escucha de su

Palabra recuperando el valor del silencio par entrar en diálogo con Él y hacer nuestros sus sentimientos de ternura y compasión.

3. Celebrar agradecidos el sacramento de la

Penitencia y de la Eucaristía como lugares privilegiados de encuentro con la misericordia del Padre.

4. Valorar la peregrinación a los lugares jubilares

como experiencia de misericordia y estímulo para la conversión.

5. Abrir el corazón a aquellos que se encuentran en

el borde del camino, a los que viven en las periferias existenciales y abrir “nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos nuestros privados de dignidad”.

6. Redescubrir las obras de misericordia corporales y

espirituales, enseñanzas del mismo Cristo y de otros textos que están en la Biblia.

27 FORMACIÓN

PERMANENTE Pasionistas SCOR, enero 2016

HORIZONTES DE NOVEDAD DE LA VIDA CONSAGRADA

(Joäo Braz, Card. de Aviz)

1 – LOS RELIGIOSOS EM LUMEN GENTIUM

Presenta a los Religiosos como miembros de la Iglesia, una realidad plural, don que la Iglesia ha recibido, siguiendo los consejos evangélicos.

Sin concernir a la estructura jerárquica, pertenecen inseparablemente a su vida y santidad (44), al servicio de la perfecta caridad hacia Dios y hacia el prójimo (45).

Forma de presentar a Jesús en todas sus facetas y mostrar la ternura de Cristo (46). Testimonian que seguir a Cristo y vivir el evangelio realiza a la persona.

2 – EL DECRETO “PERFECTAE CARITATIS”.

Alcanzar la caridad perfecta por medio de los Consejos Evangélicos tiene su origen en la doctrina y el ejemplo del

Maestro y es signo de Reino (1). Desde los primeros tiempos de la Iglesia y

hasta hoy se va desarrollando. * Actualizar el seguimiento de Cristo como regla suprema.

* Observar el espíritu e intenciones de los Fundadores. * Participar en todos los aspectos de la vida de la Iglesia.

* Conocer las necesidades de la Iglesia para una inserción acertada.

* Promover como prioritaria la renovación espiritual de sus miembros y de sus comunidades.

* Adaptarse, sobre todo en misiones, a la cultura de los pueblos.

* Cultivar el Espíritu de Oración, ir a las fuentes de la espiritualidad cristiana.

* Mantener el constante contacto con la Sagrada Escritura. * Celebrar de corazón la liturgia sagrada y

sobre todo la Eucaristía. * Amar a los hermanos, a los pastores, a su misión.

3 – SIGNO DE COMUNIÓN EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO (VC41/58)

Vita Consecrata nos guía en la renovación conciliar de la Vida Religiosa. Valores permanentes de la Vida Consagrada como signo de comunión con la Iglesia.

+ Ser imagen y semejanza de la Santísima Trinidad (41) Misterio de Comunión. + Vivir el seguimiento de Cristo. Comunidad en torno a Jesús (42). + Reconocer la voluntad de Dios desde la Comunión fraterna. + Garantizar la calidad de la Oración por la unión con Dios. + Promover la dignidad de cada uno como riqueza comunitaria. + Vivencia permanente del “sentir con la Iglesia”. Espiritualidad de comunión. + Realizar un camino de Formación Continua durante toda la vida. + Algunos medios: Proyecto, discernimiento, revisión de vida, corrección fraterna. + Confianza en la responsabilidad de cada uno mediante el diálogo.

4 – EN LA ESCUELA DE COMUNIÓN.

En nosotros Dios ha puesto su mirada de amor y nos llama personalmente con la novedad de vivir los Consejos Evangélicos en el seguimiento.

La mirada de Dios es gratuita y la respuesta se da con libertad. La clave del seguimiento es el contacto con la Palabra de Dios y hacerla vida. Un seguimiento vivido en Comunidad.

a) Vida Consagrada a la medida de Dios y del ser humano. Sus miembros no están para ocuparse sobre todo de mantener obras y estructuras.

Buscar el sentido de la vida, descubrir el amor, por qué nos ha llamado. Vivir el Carisma que llevó al Fundador a vivir en libertad y alegría la santidad. Los tiempos han cambiado y se requiere nueva respuesta. ¿Cuál será la vida consagrada auténtica a la medida de Dios y a la medida del ser humano de hoy?

b) Dios es amor (1Jn.4,8.16). Y el ser humano también (Gn.1,27) El camino vocacional es una experiencia de amor. Marcó la dirección de nuestra vida. Hay que mantener la llama de la búsqueda. Experimentar la llamada de Dios significa percibir la presencia del amor, experimentar

su fuerza de atracción, sentir la necesidad de ser amor. No es sólo conocimiento (fe) o voluntad (moral), es todo el ser.

El misterio de la encarnación es manifestación del amor. Los tiempos son nuevos, arduos, complejos, marcados por progresos tecnológicos que permiten nuevas experiencias humanas y modifican nuestros parámetros y criterios. La misma fe asumió formas de cultura del pasado que hoy no se viven. “Todos vosotros sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues todos habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo habéis sido revestidos. Ya no hay distinción.... porque todos sois uno en Cristo Jesús (Gal 3,26-28). Ya no eres siervo sino hijo (Gal. 4,4)

Estamos llamados a un necesario cambio interior. Dar pasos hacia la espiritualidad de Comunión. En Filipenses 2,5-11 se nos explica que esto requiere “vencimiento”.

c) La kénosis como condición del amor. (Flp.2,5-11) El Hijo de Dios hecho hombre nos ha revelado y comunicado que Dios es Padre, Hijo y Espíritu y es un solo Dios y que da vida a todo lo creado. El himno Cristológico de Filipenses nos narra un vencimiento del Hijo con el fin de

encontrar la pequeñez de la persona. Sólo el amor es capaz de este movimiento. “Kénosis” presente en la encarnación, en la vida escondida de Nazaret, en el misterio de la Cruz.

Este es el amor que hay que vivir. Los discípulos que viven este amor divino y humano crean las nuevas condiciones para que el otro descubra y guste y quiera seguir el mismo camino. Se realiza la promesa hecha por Jesús en Mt. 18,20). Y que se hizo realidad en la primera comunidad cristiana (Hc.2,42)

CONCLUSIÓN:

+ La experiencia de Dios como Amor necesita volver a ocupar el centro de nuestra vida Consagrada de tal modo que el Carisma sea el espejo y el camino del discípulo. La belleza de todo carisma ha de verse como flor que se armoniza con otras en el jardín de la Iglesia.

+ Es necesario construir la vida comunitaria concentrando todas las fuerzas en el vivir la Palabra de Dios para comunicarla después a los hermanos como una experiencia real. Pasar de una espiritualidad individual a una espiritualidad de comunión.

+ Mejorar la experiencia de los Consejos Evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Simplificar el recorrido espiritual de comunión.

+ Recorrer el camino del Amor que es Dios, saliendo de nosotros mismos para acercarnos a cada uno.

EL VALOR DE UNO MÁS K. Kauter

- ¿Puedes decirme cuánto pesa un copo de nieve?

Le preguntó un pájaro carbonero a una paloma.

- Nada. Ni un ápice.

Le contestó la Paloma

Entonces el pájaro carbonero le contó

esta historia a la paloma.

- Estaba yo posado sobre la rama de un abeto, cerca del

tronco y empezó a nevar. No era una ventisca; era una

nevada suave y plácida como un sueño. Los copos de nieve

caían lentos, balanceándose en el aire. Como yo no tenía

otra cosa que hacer, fui contando los copos mientras caían

sobre la rama donde yo estaba posado. Cayeron exactamente

3.751.952. Cuando sobre la rama cayó el siguiente copo

(nada de peso, ni un ápice, como tú dices)

la rama se rompió.

Y dicho esto el pájaro carbonero se marchó volando.

La paloma, toda una autoridad en materia de paz desde

los tiempos de Noé, se puso a reflexionar.

Pasados unos minutos dijo:

- Quizá tan solo haga falta la colaboración de una persona

más para que la paz se abra camino en el mundo.