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El granjero y el perroUna historia conmovedora en un mundo humilde
Un granjero se encontraba en la cerca exterior de su campo, vendiendo
algunos perros de caza a los transeúntes.
Un niño se acercó al granjero y le preguntó:
- ¿Podría comprar uno de sus perritos?
- Son perros de caza – Respondió el granjero – Necesitarás algo de dinero
para poder comprar uno.
El niño volvió a su casa, rebuscó por cada cajón y saco varias monedas de su
bolsillo.
Con varias monedas en la mano, se las enseña al granjero y dice:
- Tengo 39 centavos, no es mucho pero, ¿Podría llevarme un perrito?
El granjero seguía mostrando un rostro frío y serio, inmediatamente al ver las
monedas, sintió compasión por el chico y se limitó a enseñarle a los perros.
El silbido se escuchó en todas las montañas circundantes, los perros acudieron
como un rayo a la llamada de su dueño.
El joven chico, acercó la cabeza a la valla, y entre gritos dijo:
- ¡Yo quiero ese!, ¡Yo quiero ese!
El granjero miró al perro con un gesto desagraciado, ya que era el más
pequeño y débil de todos.
- Ese perro no es el que tu buscas chico – Respondió el granjero mientras
agarraba el hombro del niño – Es un cachorro muy pequeño y débil, no
podrías jugar con el, ni correr por los prados.
El niño, con un rostro lleno de fuerza y coraje, miró fijamente al granjero
mientras se levantaba lentamente el pantalón, dejando mostrar una de sus
piernas con varias abrazaderas de acero a ambos lados de ella, que
llegaban hasta su zapato especial, desgastado por el uso.
Mirando al granjero le dijo:
- Como ve señor, yo tampoco corro tan bien que digamos, y el perrito
necesitará a alguien que lo comprenda.
Gracias por leer esta historia
Nadie esta solo en el mundo, solo hay que encontrar a la persona adecuada
que comprenda nuestra manera de verlo.
