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Era la final del campeonato. Y El trompo ese día jugaba el partido más importante del año.Aaron no había entrado a jugar hasta ahora, pero igual sentía tantos nervios, como si aquella fuera la Gran final del mundo.

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Aaron y sus amigos Eric y Ximena alentaban desde afuera, con banderas y trompetas. Ellos eran amigos inseparables que entre otras cosas, disfrutaban mucho de juegos on line y leer juntos historias de caballeros y princesas.

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Eso le sirvió mucho a Aaron cuando, faltando apenas 5 minutos para que terminara el partido, tuvo que entrar a jugar a la cancha por orden del técnico.

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—Pensá en lo que pasa en nuestros libros!— Le gritó desde afuera su amigo Eric. —Es como si tuvieras que rescatar a la princesa –agregó Ximena.Y eso hizo Aaron: pisó el césped, se concentró y escuchó las sabias palabras de su técnico que instantes antes de entrar le dijo:

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—Toma esta bola de fuego . Debes llegar al castillo y antes de que se ponga el sol, debes rescatar a la princesa Luz. Pero ten cuidado con el Gran Dragón. Si dudas sobre tus movimientos o sobre tu valor un solo instante, todo estará perdido—.

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Aaron jugó aquel partido como nunca. Eludió a fuertes caballeros, corrió por el puente y derribó la puerta del castillo hasta aproximarse al Gran Dragón.

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Y al enfrentarlo, no lo dudó. Con todas sus fuerzas y gran puntería lanzó la bola de fuego que derribó a la fiera y entró por una de las ventanas del castillo. Al ver a Gran Dragón atontado, la princesa corrió liberada hacia Aaron.

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Entre gritos de alegría, vivas y hurras de todos los vecinos de Parque Guarani que también habían ido al partido, Aaron comprendió lo que había pasado: había convertido el gran gol de la victoria. Su técnico era aquel viejo sabio, los caballeros de armaduras los jugadores rivales y el Gran Dragón el golero del cuadro visitante que saludaba desde adentro del arco.

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¡Qué bueno compartir tanta alegría con amigos!. Aaron vio llegar a Eric y Ximena corriendo con los brazos en alto.

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Gracias a su esfuerzo, la confianza y el aliento de sus amigos, había hecho realidad su sueño de meter un gol. Ahora a seguir viviendo más aventuras como esta, a disfrutar, a juegos on line y a leer muchos más cuentos de valientes caballeros.

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