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Llenos del Espíritu Santo
Declaración Sinodal Arquidiocesana
De Su Excelencia Monseñor Jerome E. Listecki
14 de septiembre, 2014
Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz
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Introducción
Durante el fin de semana de Pentecostés del 2014, más de quinientos delegados y
observadores se reunieron en representación de parroquias, sacerdotes, diáconos,
comunidades religiosas, seminaristas, escuelas católicas, instituciones de educación
superior y de la salud, como también representantes de los jóvenes de la Arquidiócesis
y observadores por parte de las denominaciones religiosas que colaboran con la
Iglesia Católica por el bien común de nuestra sociedad. Esta fue una oportunidad para
comprender un momento providencial en nuestra historia y, a través del proceso del
Sínodo Arquidiocesano, establecer las prioridades pastorales para el futuro de nuestra
Arquidiócesis.
Desde el mismo inicio del Sínodo, fue evidente para mí que la energía presente en este
evento era reflejo de la gracia de Dios en respuesta a nuestras oraciones. Aquello fue
más que una mera conversación o proceso organizacional. Fue un momento sagrado
generado por las oraciones de intercesión ofrecidas por todos nosotros. La obra del
Sínodo nació por medio de la oración que refleja nuestra confianza y fe en Dios. De
manera que, la implementación del Sínodo debe ser guiada por esta misma confianza
en el seguimiento del Espíritu de nuestro Señor que mueve a la Iglesia hacia adelante.
Por medio de la presente declaración, acepto las recomendaciones presentadas por los
delegados del Sínodo Arquidiocesano del 2014. Me impresionó, particularmente, el
amor profundo por la Iglesia de los delegados y su preparación para este evento. Los
delegados se preocuparon por ayudar a la Iglesia a crecer a través de la fe de nuestras
comunidades. Las dos primeras prioridades de cada área discutida durante el Sínodo
formarán parte del esquema central para la creación de nuestra visión pastoral para los
próximos diez o quince años.
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Preámbulo Teológico
Durante la Solemnidad de Pentecostés de 1960, el Papa San Juan XXIII proclamó: “El
gran acontecimiento del Concilio Ecuménico toma cuerpo y vida en la doctrina y en el
espíritu de Pentecostés”. La naturaleza y energía de la misión de la Iglesia de
proclamar la Buena Nueva es el Espíritu Santo, derramado sobre su Iglesia
continuamente a lo largo de la historia. El Espíritu Santo es el que enciende, renueva
y fortalece a aquellos a quienes nuestro Señor Jesucristo ha confiado la misión de
evangelizar a todos los pueblos. Es por ello que me siento confiado en decir que el
Sínodo del 2014 de la Arquidiócesis de Milwaukee es para nosotros un nuevo
Pentecostés.
En mi Carta Pastoral “¿Quién dicen ustedes que soy Yo?” asumí la pregunta que Jesús
hizo a sus apóstoles en Cesarea de Filipo como punto de partida para la reflexión
sobre la naturaleza de la Iglesia como misterio, sacramento y comunión. Simón
responde a la pregunta de Jesús con su profesión de fe: “Tú eres el Mesías, el Hijo del
Dios vivo” (Mt. 16, 16); y luego recibe un nombre nuevo – Pedro – y un rol
importante – la piedra sobre la cual el Señor construirá Su Iglesia. Al proclamar su fe
en Cristo Jesús como Dios y Mesías, Pedro habla en nombre de todos los creyentes de
los siglos por venir.
En el día de Pentecostés, Pedro, enviado por nuestro Señor Jesucristo a predicar al
Evangelio a toda creatura y ungido por el Espíritu Santo, se dirigió a una asamblea
vasta y diversa congregada fuera de aquella sala de arriba. En nombre de la
comunidad de los creyentes, proclama el mismo kerigma – Jesucristo es el Señor y
Mesías – que había profesado privadamente a Jesús y a los otros apóstoles en Cesarea
de Filipo. Sin embargo, muchos en Jerusalén quedaron perplejos por aquello que los
Apóstoles habían experimentado en Pentecostés. Fueron retados por la transformación
que se había llevado a cabo en aquella sala de arriba. Algunos se burlaron y acusaron
a los Apóstoles de haber bebido demasiado vino. Pedro tuvo el valor de defender la
acción del Espíritu Santo y proclamar la Fe: “Conviértanse y háganse bautizar en el
nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don
del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). Pedro surgió de aquella sala de arriba hablando por
la Iglesia, predicando la Buena Nueva y bautizando 3000 personas aquél día. Él
defendió las maravillas de la obra del Señor y profesó su fe en el Evangelio. Esta es la
fórmula de la evangelización que aún hoy permanece.
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De Cesarea de Filipo a Pentecostés, Simón Pedro es la voz unificadora de la fe que va
de proclamar la fe salvífica en Jesucristo a ser testimonio vivo de esta verdad de la
Iglesia para el mundo entero. De esta misma manera, nuestro proceso sinodal ha
seguido esta experiencia. En reuniones parroquiales y de distrito, los líderes y fieles
de la Arquidiócesis de Milwaukee compartieron y reflexionaron sobre su fe en
Jesucristo y la naturaleza de la Iglesia, creciendo a su vez en la fe y en el amor. El fin
de semana del Sínodo fue una “sala de arriba” fortalecedora en la oración y comunión
en la medida que los delegados convocados discernieron las prioridades futuras de la
arquidiócesis a la luz del Espíritu Santo. En este momento, nos disponemos, como
Simón Pedro y la Iglesia primitiva, a crecer y dar testimonio de nuestra fe en
Jesucristo con la misma pasión y propósito de aquélla mañana extraordinaria de
Pentecostés. La implementación del Sínodo será un verdadero eco del testimonio
valiente y edificante de Pedro en Jesucristo y la fe católica a un mundo que habla
muchas lenguas, que vive en una gran diversidad cultural y que está sediento de amor,
paz, propósito y alegría.
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Visión
Si bien confiamos los frutos futuros del Sínodo a nuestro Señor, también nos
atrevemos a soñar e imaginar el impacto que el Sínodo tendrá en la vida de nuestra
querida arquidiócesis. La misión de la arquidiócesis, como también es la de la Iglesia,
es la de evangelizar y llevar a todos a un discipulado Cristiano más profundo, de
modo que puedan experimentar la salvación a través de una relación con Jesucristo y
Su Iglesia. La parroquia es el centro de esta misión evangelizadora. Nosotros
concebimos todas nuestras parroquias creciendo como comunidades dinámicas de
discípulos donde:
La Eucaristía es celebrada con amor y entendida como fuente y culmen de
nuestra vida común en Cristo por un número creciente de católicos que
participan en la Misa Dominical.
Los católicos celebran regularmente el sacramento de la reconciliación,
encontrándose con la misericordia, el perdón y la conversión.
Nuestros niños, jóvenes y adultos son formados sólidamente en la belleza y la
verdad de la fe católica a través de nuestras escuelas y programas de educación
religiosa.
Los católicos conozcan y vivan las dimensiones personales y sociales de las
enseñanzas de la Iglesia.
Nuestras comunidades practican la hospitalidad e invitan a todos a donar su
tiempo, sus talentos y sus recursos.
Las vocaciones religiosas de todos los tipos son promovidas y nutridas entre
nuestros jóvenes, de manera que tengamos abundancia de sacerdotes, diáconos,
ministros laicos, religiosos, religiosas, parejas casadas, solteros y solteras que
estén bien formados y atiendan a las necesidades de la Iglesia y del mundo.
Vivamos un ecumenismo saludable y dinámico, uniéndonos a personas de otras
creencias y de buena voluntad en oración y servicio por el bien común.
A la luz del Sínodo, propongo una nueva declaración de la misión de la Arquidiócesis
de Milwaukee:
Proclamar el Evangelio de la muerte salvadora y resurrección de Jesucristo a
través del llamamiento, formación y envío de discípulos para ir y hacer nuevos
discípulos. Como pueblo, estamos llamados a encontrarnos con Jesús y crecer
como discípulos a través de la vida sacramental de la Iglesia.
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Contribuciones del Sínodo
En resumen, los delegados y observadores reflexionaron sobre ocho áreas misionales
principales – Liturgia, Diversidad Cultural, Evangelización, Formación, Doctrina
Social de la Iglesia, Matrimonio y Familia, Servicio y Liderazgo. En todas estas áreas,
el trabajo del Sínodo se enfocó en la necesidad que nuestra Iglesia local tiene por
renovar y enfatizar: el deseo de conocer acerca la fe (catequesis), la necesidad de ser
formado (formación) y cómo practicar nuestra fe (praxis).
En cada área misional existió el deseo por parte de todos los católicos de conocer su
fe (catequesis) para una mejor comprensión de las razones por la cual hacemos lo que
hacemos. El Catecismo de la Iglesia Católica ha sido un gran instrumento para
fundamentar nuestra fe, pero existe la necesidad de integrar este aprendizaje de un
modo que facilite la comunicación intergeneracional entre padres e hijos y que, a la
vez, se adapte y sea accesible a nuestra actual sociedad plena de avances tecnológicos.
La serie de videos “C4” producida por la arquidiócesis y conducida por el Obispo
Donald Hying es un ejemplo de material informativo ofrecido en un formato directo y
accesible.
Existe también el deseo de ser formado (formación) – la integración de la doctrina
en la vida interior de los fieles. Se trata la mystagogia, proceso continuo en la vida de
todos los creyentes que significa “profundizar en los misterios” – es decir, profundizar
en las verdades de la fe – la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Ser formado en la fe significa que la visión de la fe católica está bien integrada en la
vida de los fieles. Esta visión católica se encarna tanto en la propia oración como en la
propia respuesta a la familia, a la comunidad y al mundo entero.
Nuestra fe es para vivirla y nosotros estamos llamados a “practicar” la fe (praxis) –
vivir nuestra fe en el mundo. La gran misión consistió en predicar, enseñar y
bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Cristo envió sus
discípulos al mundo. Necesitamos ministros bien entrenados y competentes para que
nuestras comunidades puedan florecer y para que sus necesidades pastorales sean
atendidas. Los ministerios son un aspecto vital e importante del trabajo pastoral de las
parroquias. Desde el Concilio Vaticano II, el aumento de ministerios en la Iglesia ha
sido una bendición para la vida de nuestras parroquias. Si bien continuaremos
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enfatizando nuestros programas vocacionales para los ministros ordenados y
religiosos, es imperativo que proveamos programas educacionales/formativos
estructurados para ministerios laicales y de administración parroquial para el servicio
de la Iglesia. Nuestros ministros ordenados están llamados a trabajar
colaborativamente con el personal laico parroquial y con todos los ministros laicos
para el beneficio de nuestras comunidades.
Prioridades Pastorales
A continuación presento las prioridades pastorales que yo he identificado a partir de
los resultados del Sínodo. Estas prioridades han sido, ante todo, clasificadas según mis
objetivos principales de la Identidad Católica, la Evangelización y el Servicio, para
luego ser especificadas según las ocho áreas misionales principales discutidas en el
Sínodo.
He subrayado las prioridades pastorales que deberá tomar en cuenta la Comisión
Arquidiocesana para la Implementación Sinodal en cada área de misión. Estas
prioridades están basadas en las iniciativas votadas durante el Sínodo. Si bien las dos
iniciativas más votadas de cada área están incluidas aquí, no descuidaremos ninguna
de las demás iniciativas que fueron parte de las discusiones sinodales. La lista
completa de las iniciativas sinodales se encuentra en la página web arquidiocesana,
www.archmil.org.
Las prioridades pastorales serán discutidas en el siguiente orden:
La Identidad Católica
Liturgia
Diversidad Cultural
La Evangelización
Evangelización
Formación
Enseñanza Social de la Iglesia
Matrimonio y Familia
El Servicio
Servicio
Liderazgo
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Prioridades Pastorales – La Identidad Católica
Liturgia
La Misa Dominical está en el corazón de todo lo que hacemos como católicos.
Muchos quisieran crecer en el conocimiento y aprecio de la Misa. Otros católicos no
participan en la Misa Dominical con la misma frecuencia como lo hacían antes, pero
desearían volver. A la luz de estas realidades, nosotros como arquidiócesis:
Ofreceremos un esfuerzo concentrado en invitar católicos a retornar a la Misa a
través de la creación de parroquias hospitalarias y dinámicas que integren
buena predicación, buena música y ministros litúrgicos bien entrenados.
Nos comprometemos a usar y desarrollar recursos atractivos para la enseñanza
acerca de la Misa y las devociones.
Nos enfocaremos en el sacramento de la reconciliación a través de la iniciativa
“Él está Esperando” en la arquidiócesis.
Proveeremos formación y oportunidades para la práctica de los diversos tipos
de piedad popular, incluyendo la Adoración Eucarística, Procesiones
Eucarísticas, el Santo Rosario, el Capítulo de la Divina Misericordia,
meditaciones sobre las Sagradas Escrituras y lectura espiritual – lectio divina,
oración carismática, devociones Marianas – Nuestra Señora de Guadalupe y
Nuestra Señora de La Vang entre otras, y celebraciones litúrgicas según el
Tiempo Litúrgico – como las novenas, Las Posadas, Simbang Gabi, y el Vía
Crucis.
Primera Prioridad – 34% – Recursos de Enseñanza/Aprendizaje para la Misa
A través de recursos nuevos y atractivos, hacer de la enseñanza/aprendizaje sobre la
Misa – su estructura, simbolismo y significado – una prioridad en todos los programas
de formación parroquial y escolar, de niños a adultos.
Segunda Prioridad – 29% – Música, Mensaje y Ministerios
Dirigir nuestra atención principal y esfuerzos estratégicos al fin de semana, de manera
que la música, el mensaje y los ministerios formen un mensaje impactante, integrado
y evangelizador de la Buena Nueva, especialmente para aquellos que se han apartado
y los que están buscando.
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Prioridades Pastorales – La Identidad Católica
Diversidad Cultural
La diversidad es un factor integral de la identidad y misión de la Iglesia de “ir y
bautizar a todas las naciones”. La diversidad creciente de la Iglesia y de la sociedad en
general nos llama a entender y comprehender los dones de todas las culturas.
Actualmente, un gran número de parroquias comparten varias culturas y, en el futuro,
otras más lo tendrán que hacer. La Conferencia Episcopal llama a estas parroquias
“parroquias compartidas” (shared parishes). A la luz de estas realidades, nosotros
como arquidiócesis:
Desarrollaremos la conciencia necesaria, en todas las parroquias, para que se
transformen en comunidades de hospitalidad y que asuman la diversidad
cultural.
Ofreceremos el entrenamiento necesario a todo el personal y líderes
parroquiales para construir una conciencia y aprecio del trabajo colaborativo
con otras culturas en las “parroquias compartidas”.
Determinaremos medios para que los obispos y otros líderes anuncien y
denuncien aquellos asuntos de justicia social que impactan significativamente
las culturas minoritarias de nuestra arquidiócesis.
Estableceremos lineamientos y procesos para que las parroquias puedan
compartir sus recursos y tradiciones culturales y religiosas con otras parroquias
a modo que puedan enriquecerse mutuamente.
Primera Prioridad – 22% – Obispos comprometidos con la Justicia Social
Demostrar la preocupación por parte de la arquidiócesis por aquellos asuntos que
impactan gran parte de nuestra sociedad a través de un liderazgo fuerte y consistente,
el compromiso participativo y la presencia de los obispos en áreas relacionadas con la
justicia social, especialmente en asuntos como la pobreza, la inmigración y la
violencia con armas de fuego.
Segunda Prioridad – 21% – Proceso del Compartir Parroquial
Desarrollar un proceso global para emparejar parroquias diversas con otras con menos
diversidad y guiarlas en la construcción de relaciones respetuosas y de mutuo
beneficio como “parroquias compartidas” a través de oportunidades concretas de
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compartimiento continuo de sus tradiciones culturales y religiosas, asistencia
profesional de expertos, uso de la tecnología y de recursos financieros.
Prioridades Pastorales – La Evangelización
Evangelización
La evangelización está en corazón mismo del Sínodo y está relacionado con cada una
de las áreas examinadas por los delegados. La razón de ello es que la evangelización
está en el corazón de la Iglesia. La evangelización no es una mera actividad más de la
Iglesia de Cristo, sino que, de hecho, constituye su misma razón de ser, “su identidad
más profunda” (Pablo VI, Evangelii nuntiandi, # 14). A la luz de estas realidades,
nosotros como arquidiócesis:
Equiparemos a los líderes de toda la arquidiócesis para que puedan
implementar un liderazgo misionero inspirador y efectivo para la nueva
evangelización.
Implementaremos estrategias nuevas y creativas para formar y fortalecer la
identidad católica de los matrimonios, familias, parroquias y escuelas.
Estableceremos Consejos de Evangelización Distritales para compartir e
implementar estrategias y recursos para un mayor impacto y alcance.
Utilizaremos efectivamente todos los recursos tecnológicos actuales y
emergentes para la proclamación del Evangelio y la promoción de la identidad
católica.
Primera Prioridad – 23% – Proceso de Entrenamiento de Líderes
Implementar un “Proceso de Entrenamiento para el Liderazgo Estratégico” dirigido al
personal arquidiocesano, seminaristas, sacerdotes, diáconos, directores de escuelas,
empleados y líderes parroquiales basado en la visión, proceso, métodos y habilidades
del “Liderazgo Misionero para la Nueva Evangelización”.
Segunda Prioridad – 22% – Formación en la Fe e Identidad Católica
Implementar un proceso creativo y estratégico en las parroquias y en las escuelas para
la construcción de la identidad católica y la formación de personas y familias en las
verdades fundamentales de la fe católica.
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Prioridades Pastorales – La Evangelización
Formación
La formación es la integración de la doctrina en la vida interior de los fieles. Ser
formado en la fe es un proceso continuo de conversión interior que se lleva a cabo en
el contexto de la vida de la Iglesia, los sacramentos y la vida de oración personal. El
Sínodo ha recalcado la necesidad de una renovación de la formación cristiana a lo
largo y ancho de la arquidiócesis, que llegue a cada parroquia, a cada escuela y a cada
programa o iniciativa para la educación religiosa de nuestra iglesia local. A la luz de
estas realidades, nosotros como arquidiócesis:
Apoyaremos y fortaleceremos aquellos esfuerzos e iniciativas que promuevan
el entrenamiento y formación en la fe de los maestros de las escuelas católicas
y los catequistas parroquiales.
Ayudaremos a las parroquias para que se transformen en centros de buena
formación a través del entrenamiento de líderes, la provisión de recursos
basados en estrategias efectivas y la provisión de instrumentos de evaluación de
los programas de formación de adultos, jóvenes y niños.
Proveeremos oportunidades de formación para adultos, especialmente para
padres y abuelos, con el propósito de ayudarles a crecer en la fe, vivir vidas de
“discípulos” y disponerlos a comunicar esta fe católica a sus niños y niñas.
Ayudaremos a las parroquias a re-fortalecer sus iniciativas en el área de la
pastoral juvenil a través del entrenamiento local de adultos, la asistencia en las
iniciativas de colaboración inter-parroquiales y la cooperación en la
organización de eventos juveniles regionales.
Aumentaremos el número de oportunidades para que los adultos-jóvenes
puedan aprender acerca de la fe católica, celebrar esta fe a través de la Misa, los
sacramentos y las devociones y descubrir la relación de esta fe con su vida
diaria.
Primera Prioridad – 26% – Formación Universal y Efectiva en la Fe Asegurar que TODAS las parroquias y escuelas de la arquidiócesis tengan acceso a
una formación efectiva excelente para niños, jóvenes y adultos.
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Segunda Prioridad – 20% – Oportunidades para Jóvenes-Adultos Ofrecer oportunidades significativas, relevantes y atractivas a jóvenes-adultos a través
de las cuales puedan relacionar su fe con su vida diaria.
Prioridades Pastorales – La Evangelización
Enseñanza Social de la Iglesia
Nosotros los cristianos estamos llamados, como el Buen Samaritano, a cuidar de
nuestro prójimo. Tenemos la responsabilidad de ayudar a los más necesitados. Las
diversas maneras como podemos ayudar están descritas en la Enseñanza Social de la
Iglesia. Muchos católicos necesitan conocer y practicar estas enseñanzas. A la luz de
estas realidades, nosotros como arquidiócesis:
Apoyaremos y fortaleceremos los esfuerzos e iniciativas para proveer servicios
directos a los más necesitados.
Diseñaremos una iniciativa de formación multi-generacional, para el uso de
individuos, parroquias y escuelas, que explique los principios y prácticas de la
Enseñanza Social de la Iglesia.
Motivaremos la creación o expansión de oportunidades de servicio e
invitaremos a más personas a comprometerse en estas obras de la Iglesia.
Colaboraremos con otras agencias católicas para mejorar los servicios y
responder más efectivamente a las necesidades humanas en la arquidiócesis.
Primera Prioridad – 31% – Formación Multi-generacional de la Enseñanza
Social de la Iglesia
Desarrollar e implementar una formación multi-generacional de la Enseñanza Social
de la Iglesia que incluya catequesis, activismo y servicio.
Segunda Prioridad – 24% – Respuesta Coordinada a Problemas Sociales
Proveer una respuesta católica fuerte y coordinada en relación a los problemas
sociales de nuestras comunidades en la arquidiócesis.
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Prioridades Pastorales – La Evangelización
Matrimonio y Familia
Las parejas casadas y las familias enfrentan, actualmente, cambios significativos en
realidades culturales. Cada vez menos personas poseen una compresión verdadera del
matrimonio y la familia en nuestra sociedad. La unión del esposo y la esposa es un
signo del amor y alianza perdurables de Cristo con Su Iglesia. Cada bautizado está
llamado a ser un discípulo intencional de Cristo y a proclamar el Evangelio. Esto se
aplica no sólo a los individuos, sino también a las parejas y familias. Si bien ésta
parece una tarea difícil, la Iglesia, a través de los sacramentos, provee a las parejas
casadas y a las familias con la gracia y los recursos para ser evangelizadores en el
propio hogar y en el mundo. La familia es una “Iglesia doméstica” en la cual los
padres son los principales maestros de la fe. A la luz de estas realidades, nosotros
como arquidiócesis:
Desarrollaremos estrategias para ayudar a las familias con respecto al estilo
actual de vida ocupada y a descubrir maneras para mantenerse enfocadas en la
importancia de la fe en sus familias.
Implementaremos estrategias nuevas, creativas y efectivas para la
evangelización y apoyo de parejas comprometidas y casadas tanto a nivel
parroquial como a nivel arquidiocesano.
Lanzaremos una iniciativa global y multi-generacional (niños,jóvenes,
adolescentes, jóvenes-adultos y adultos) para enseñar el significado verdadero y
católico de la persona humana.
Expandiremos los programas y recursos pastorales para el cuidado de parejas y
familias, especialmente aquellas parejas, familias e individuos con dificultades,
los que han experimentado el divorcio, las familias con varias tradiciones
religiosas y las parejas que enfrentan problemas de infertilidad.
Primera Prioridad – 30% – Campaña “Construyendo Familias Católicas” Implementar la campaña “Construyendo Familias Católicas” que incluya estrategias
prácticas y fáciles de usar para que las familias puedan fortalecer y practicar su
identidad católica en el contexto de la cultura actual de la super-ocupación y
desintegración familiar.
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Segunda Prioridad – 18% – Apoyo a Parejas Comprometidas y Casadas Implementar estrategias nuevas, creativas y efectivas que provean apoyo a parejas
comprometidas y casadas a nivel parroquial y a nivel arquidiocesano.
Prioridades Pastorales – El Servicio
Servicio
El llamado a seguir a Jesús y convertirse en discípulo es un llamado a la comunidad.
Compartimos y construimos la comunidad a través de la donación de nuestro tiempo,
nuestros talentos y nuestros recursos. Las parroquias necesitan estar más enfocadas en
el recibimiento hospitalario de nuevos miembros, ayudándoles a discernir y a usar sus
dones en la construcción del reino y a compartir sus recursos financieros. Muchos
católicos no parecen darse cuenta que el servicio o mayordomía es una respuesta a ser
discípulos. A la luz de estas realidades, nosotros como arquidiócesis:
Recomendaremos que cada parroquia o grupo de parroquias establezcan una
comisión o comité de servicio/mayordomía para llevar a cabo la misión de esta
área.
Ofreceremos entrenamiento y recursos a los líderes parroquiales acerca de los
diversos aspectos del servicio/mayordomía.
Diseñaremos programas multi-generacionales sobre la teología y práctica del
servicio/mayordomía que puedan ser usados en parroquias y escuelas.
Proveeremos los medios para que las parroquias puedan compartir los recursos
y las estrategias más efectivas de servicio/mayordomía con otras parroquias.
Primera Prioridad – 27% – Entrenamiento para Grupos Parroquiales de Acción
Desarrollar programas y recursos educacionales para entrenar grupos pequeños y
activos de servicio/mayordomía/evangelización en cada parroquia, enfocados en la
invitación y hospitalidad interna y externa.
Segunda Prioridad – 23% – Programas Multi-generacionales
Desarrollar programas multi-generacionales acerca de la teología del
servicio/mayordomía que incluyan eventos y oportunidades de servicio.
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Prioridades Pastorales – El Servicio
Liderazgo Los delegados del Sínodo reconocieron y apoyaron la continuación de oportunidades
en el desarrollo del liderazgo. El ministerio de los sacerdotes fue reconocido como
esencial para la vida de la Iglesia. El ministerio importante del servicio ofrecido por
los diáconos fue también reconocido. El Sínodo resaltó de modo especial el liderazgo
laical en nuestra Iglesia local como algo de gran significado. Se propuso que el
ministerio sacerdotal estuviese más enfocado en responsabilidades pastorales y
espirituales y no tanto en tareas administrativas y que, por consiguiente, otros modelos
de administración parroquial sean desarrollados. A los diáconos permanentes se les
pidió que asumiesen responsabilidades y funciones ministeriales parroquiales y de
liderazgo adicionales. A la luz de estas realidades, nosotros como arquidiócesis:
Revisaremos el plan propuesto para el ministerio laical de manera que podamos
hacer recomendaciones acerca de su implementación y proponer fechas para la
adopción normativa del plan para la arquidiócesis.
Estudiaremos modelos emergentes de administración parroquial que sean
consistentes con nuestra tradición y leyes católicas de modo que podamos hacer
recomendaciones acerca de los modelos propuestos que puedan reducir la carga
administrativa en los sacerdotes.
Estudiaremos cuidadosamente los modelos recomendados a través de un comité
compuesto por miembros del Consejo Arquidiocesano de Sacerdotes y
miembros del Consejo Pastoral Arquidiocesano, quienes me presentarán la
propuesta final para mi consideración.
Propondremos un plan para la revisión de la formación diaconal de modo que
podamos determinar si es necesario realizar ajustes al programa que lo mejoren
y permitan la preparación de diáconos para nuevas áreas en el liderazgo
administrativo.
Primera Prioridad – 26% – Formación de Líderes Laicos
Apoyar, entrenar y formar ministros laicos calificados (posiciones pagadas en la
Iglesia) para el servicio de la Iglesia, con un énfasis en el desarrollo de roles de
liderazgo, especialmente para mujeres.
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Segunda Prioridad – 25% – Reducción de la Administración entre Sacerdotes
Aminorar la carga administrativa de los sacerdotes de manera que puedan enfocarse
en responsabilidades pastorales y espirituales.
Iniciativas Pastorales Actuales
Existen actualmente algunas iniciativas estratégicas que han sido establecidas para el
bien de la Arquidiócesis de Milwaukee antes del Sínodo. Tal como fue notado por los
delegados sinodales, es importante que estas iniciativas permanezcan como parte de
las responsabilidades pastorales y ministeriales de la arquidiócesis, ya que estos
programas e iniciativas sirven a segmentos específicos de nuestra arquidiócesis. Es
esencial, entonces, que estas iniciativas incorporen las prioridades del Sínodo en el
propósito de sus ministerios; la integración de estas prioridades enriquecerá la
efectividad de la implementación del Sínodo. Estas iniciativas son:
Cuidado de Todos los Niños de Dios
Uno de los esfuerzos más visibles e importantes de la arquidiócesis es la protección de
nuestros niños y niñas, de los jóvenes y de todos en la familia eclesial de cualquier
tipo de abuso o maltrato, especialmente del abuso sexual. La Arquidiócesis de
Milwaukee está comprometida a proveer y mantener ambientes y espacios seguros
para todos los niños y jóvenes. Para construir y fortalecer este compromiso, solicito
que un currículo nuevo y actualizado sea introducido en nuestros salones de clase y
programas de educación religiosa en el 2015. La continuación de la educación y
creación de conciencia entre los adultos sigue siendo una prioridad, de manera que
solicito que un nuevo programa para el entrenamiento de adultos sea introducido este
año. Estas iniciativas de ambientes y espacios seguros permanecen como un requisito
para todas las parroquias y escuelas. Los niños y jóvenes de hoy son nuestro futuro; es
nuestra obligación moral el hacer todo lo posible para ser buenos pastores y
permanecer vigilantes de su protección.
Escuelas Católicas de la Arquidiócesis de Milwaukee
Las escuelas católicas integran el desarrollo de la fe con la excelencia educacional.
Durante los últimos años, una iniciativa estratégica se ha enfocado en la
regionalización de las escuelas en varias partes como una manera de reducir la carga
administrativa, manteniendo la excelencia académica y el aumento de inscripciones.
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Solicito que la Oficina para las Escuelas continúe enfocándose en la construcción y
fortalecimiento del sostenimiento de las escuelas católicas en la Arquidiócesis de
Milwaukee a través de la creación de modelos regionales. La evaluación global de las
escuelas católicas en Milwaukee llamada “Luz para el Futuro” ha sido culminada.
Basándome en esta evaluación, nombraré un comité de trabajo para desarrollar un
modelo de gobierno para las escuelas católicas en el Condado de Milwaukee que
sistematice la concepción de identidad católica, calidad académica, liderazgo,
finanzas, edificios, tecnología y operaciones.
Ministerio Hispano
Con 33 parroquias con Ministerio Hispano, los hispanos representan el grupo étnico
que crece con mayor rapidez en la arquidiócesis. El Plan Arquidiocesano para el
Ministerio Hispano se enfoca en las realidades de las parroquias que sirven a los
hispanos católicos. Este plan reflexiona acerca de lo que se viene haciendo y aquello
que necesita ser expandido. Identifica prioridades y provee estrategias para las
parroquias. De modo que, solicito que este plan sirva como documento guía en la
expansión del ministerio hispano en la arquidiócesis y en la promoción de la plena
participación e integración de los fieles hispanos en la vida de la Iglesia.
Ministerio Católico Áfrico-Americano
El primer Plan Pastoral para los Católicos Afro-Americanos fue desarrollado en 1989,
en parte como resultado del Sínodo Arquidiocesano de 1987. Ahora, a partir de
aquella labor y de los resultados del Sínodo Arquidiocesano del 2014, es mi deseo
más sincero ver crecer y florecer el Ministerio para los Católicos Afro-Americanos en
nuestra arquidiócesis. De modo que, he solicitado al Obispo Auxiliar Donald Hying
que continúe sirviendo como mi delegado para la comunidad católica afro-americana
y que participe en el proceso de desarrollo de un Plan Pastoral que guíe a la
Arquidiócesis de Milwaukee en este ministerio tan vital. Esta planificación debe tener
en cuenta la diversidad que existe dentro de la misma comunidad católica afro-
americana, las contribuciones de los líderes y teólogos católicos afrodescendientes y
las contribuciones puntuales y prioridades desarrolladas por el Congreso Nacional
Católico Afro-Americano. La planificación debe ser global y debe involucrar a el
Ministerio de la Comisión Católica Afro-Americana, a los párrocos de parroquias con
afrodescendientes, a las órdenes religiosas y otros grupos que realizan trabajo pastoral
en comunidades católicas afro-americanas, y a otros líderes de la comunidad católica
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afro-americana, con el propósito de producir un Plan de Acción Pastoral a nivel
arquidiocesano y a nivel parroquial.
Ministerio para las Personas Sordas
El Consejo del Ministerio para las Personas Sordas ha comenzado a trabajar en un
plan que guíe una pastoral que responda a las necesidades y dones de la comunidad de
personas sordas católicas y sus familias. De modo que, solicito que el trabajo sobre
este plan sea completado para su aprobación e implementación esperando que la
Arquidiócesis de Milwaukee se convierta en un modelo de Ministerio para las
Personas Sordas, particularmente en el área de la evangelización, la pastoral sanitaria
y la formación.
Ministerio Asiático/Pacífico
Consciente de la importancia vital de los católicos asiáticos para la Iglesia en general,
el Subcomité para los Asuntos Asiáticos y de las Islas del Pacífico de la Conferencia
Episcopal de los Estados Unidos ha comenzado a trabajar en un plan nacional para el
Ministerio Asiático/Pacífico. Haciéndonos eco de esta misma preocupación pastoral,
solicito que continuemos participando en esta iniciativa de planificación e
involucremos a nuestro Consejo para el Ministerio Asiático/Pacífico y a otros en la
concretización de un plan pastoral que responda a las necesidades de muchas
comunidades asiáticas/pacíficas en nuestra arquidiócesis.
Relaciones Ecuménicas e Interreligiosas
Durante el Sínodo Arquidiocesano fuimos bendecidos con la presencia de muchos de
nuestros hermanos y hermanas de otras denominaciones y religiones, quienes
participaron como observadores del Sínodo. Jesucristo compartió su oración con
nosotros y nosotros la adoptamos como nuestra: “Que todos sean uno” (Juan 17, 21).
De modo que, para continuar esta larga historia de buenas relaciones con nuestros
hermanos y hermanas cristianos como también con aquellos de otras tradiciones de fe,
solicito que la arquidiócesis continúe su participación y liderazgo en la Conferencia
Interreligiosa del Área de Milwaukee y nos involucremos con la comunidad
interreligiosa global en el servicio y la educación para la promoción de la paz, la
harmonía y el entendimiento.
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Planificación Parroquial
Las parroquias vibrantes y efectivas son el fundamento de la vida católica de la
arquidiócesis y el lugar donde la mayoría de los católicos experimentan y se conectan
con la Iglesia. De modo que, solicito que las iniciativas de planificación parroquial
continúen con una fuerza renovada y global. Nuestra actual y futura planificación
pastoral debe incluir a toda la Arquidiócesis de Milwaukee y tratar las realidades
actuales y futuras de sacerdotes y laicos, el liderazgo sacerdotal y laical, el estado de
los edificios, el cuidado pastoral y sacramental, la viabilidad financiera entre otras
necesidades. La planificación debe ser continua y dinámica, dispuesta a examinar
modelos pastorales y administrativos nuevos y creativos que utilice los dones únicos
de varios líderes pastorales. Basándose en la planificación parroquial de 1997 y
siguiendo las recomendaciones del Plan Pastoral “Visión 2020”, solicito que esta
planificación pastoral continúe y sea incorporada a las prácticas pastorales,
espirituales y administrativas de la arquidiócesis, incluyendo las asignaciones y
nombramiento de sacerdotes.
Vocaciones
Nuestra vocación principal como católicos bautizados es, de hecho, una vocación
compartida por todos: ser santos. De manera que, es necesario crear un ambiente a
través del cual cada persona pueda realizar su propia vocación divina. En este sentido,
invitamos a todas las parroquias y escuelas a colaborar con la Oficina de Vocaciones
de la arquidiócesis, de modo que la invitación a responder al llamado de Dios al
sacerdocio encuentre apoyo en la comunidad y en familia. El rol del diácono
permanente ha sido una contribución significativa de la Iglesia post-conciliar y por
eso invitamos a continuar la promoción del diaconado. De igual modo, todos nos
hemos beneficiado de la labor de ministros laicos competentes en nuestra
arquidiócesis, tal como directores parroquiales, asociados pastorales entre otros. La
incrementación de roles ministeriales en parroquias y en las oficinas arquidiocesanas
es importante en nuestra atención a las necesidades del Pueblo de Dios. Invitamos a
todas las parroquias e instituciones a colaborar con las oficinas arquidiocesanas en la
promoción, educación y certificación de estos roles ministeriales para el servicio de la
Iglesia. Solicito que cada parroquia y escuela renueve la discusión y reflexión sobre
las vocaciones a través del Programa Catequético Vocacional Arquidiocesano K-12,
por el cual los católicos pueden comprender su propia vocación como parte integral de
la identidad católica.
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Recomendaciones
El Sínodo Arquidiocesano fue el resultado de una planificación comprehensiva y de la
preparación a través de la oración. La implementación de las recomendaciones del
Sínodo será el resultado de nuestro enfoque deliberado en las voces de los delegados
que representaron a los fieles de la Arquidiócesis de Milwaukee.
El haber sido parte de la preparación del Sínodo, del Sínodo mismo y de la revisión de
los resultados del Sínodo me ofreció una buena perspectiva de las recomendaciones y
prioridades para la Iglesia del sureste de Wisconsin.
Reflexionando sobre los resultados del Sínodo, tengo las siguientes observaciones
que, si bien no están directamente relacionadas con las prioridades por la que votaron
los delegados, necesitarán ser tratadas para la implementación exitosa de las
prioridades del Sínodo.
Así que, ofrezco los siguientes puntos para la consideración de la Comisión para la
Implementación del Sínodo Arquidiocesano y la de otras instancias consultativas de la
arquidiócesis.
Distritos/Decanatos
Actualmente, la Arquidiócesis de Milwaukee está organizada en 15 distritos, lo que
provee una estructura administrativa para las parroquias y para los sacerdotes. Cada
distrito tiene un Decano de Distrito, quien sirve como extensión de mi ministerio para
los sacerdotes y directores parroquiales de ese distrito. Mi experiencia durante estos
cuatro años y medio es que esta estructura es complicada. Solicito que se considere la
restructuración de los distritos en la arquidiócesis con el propósito de reducir su
número a 10 o 12, de manera que se pueda incrementar la comunicación y la
agrupación efectiva de parroquias para una mejor colaboración entre ellas.
Grupos Devocionales
A través de los años, una variedad de grupos devocionales y de oración han surgido en
nuestra arquidiócesis. Estos grupos ofrecen oportunidades de crecer en la vida
espiritual y en la fe a hombres y mujeres, jóvenes y adultos. Estos grupos han sido una
bendición en la promoción de la oración y devociones personales. Procurando el
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apoyo espiritual de las prioridades sinodales y de su implementación, sugiero la
convocación de una conferencia plenaria de estos grupos devocionales.
Grupos Fraternales
La arquidiócesis posee muchos grupos organizacionales que promueven y cultivan la
fe católica por causas evangélicas, caritativas y fraternales. Sugiero una reunión
general de estos grupos con el propósito de descubrir maneras de trabajar juntos en la
incorporación, apoyo y contribución en la implementación efectiva de las prioridades
del Sínodo a través de sus propios círculos de trabajo y benefactores.
Comunicación y Tecnología
Con el propósito de comunicar más efectivamente el mensaje del Evangelio en la
cultura actual, pudimos escuchar en el Sínodo acerca de la necesidad expresa por una
mejor comunicación, un uso más deliberado de métodos y medios modernos de
comunicación y la necesidad de la Iglesia del uso de la tecnología más avanzada en
comunicaciones. Sin duda, esto es necesario no solamente para la evangelización, sino
también para una administración efectiva.
De modo que, solicito que la Comisión para la Implementación del Sínodo
Arquidiocesano recomiende el nombramiento de un equipo de trabajo para la
Tecnología y la Comunicación que asiste tanto a la arquidiócesis como a las
parroquias en la integración de la tecnología en nuestros métodos comunicacionales,
examine tanto la tecnología como los software en la búsqueda de los modos más
efectivos y eficientes para una mejor comunicación de la arquidiócesis con las
parroquias y las escuelas y de la Iglesia con los fieles de la arquidiócesis.
Logo Arquidiocesano
Antes de Sínodo Arquidiocesano, se creó un logo para darle una marca distintica a
este evento. Con el propósito de simbolizar nuestro compromiso con la
implementación de las prioridades sinodales, solicito que el Logo del Sínodo sea
adaptado y se convierta en el Logo Arquidiocesano, incluyendo referencias a la
Trinidad: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este logo será expresión de la Iglesia
Católica en el sureste de Wisconsin y es mi esperanza que todas las parroquias,
escuelas e instituciones católicas usen este logo como manera de identificarse con la
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misión católica y, haciendo esto, se conviertan en un simbol de la presencia de la
Iglesia Católica en nuestras comunidades a través de la liturgia, las enseñanzas, la
caridad, la educación y el servicio.
Centro Pastoral Arquidiocesano
Confiando la obra de nuestro Sínodo arquidiocesano a María, Madre de la Iglesia,
solicito que consideremos dedicar nuestro centro pastoral al nombre de María, Madre
de la Iglesia. De esta manera, honraremos a María, Madre de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo.
Implementación de las Prioridades Pastorales
Esta Declaración Sinodal constituye la visión para la renovación pastoral de la
arquidiócesis que se desarrollará en las décadas por venir. De manera que, debemos
proceder de manera sistemática, gradual y coordinada. El camino a seguir será
monitoreado y facilitado por los miembros de la Comisión para la Implementación del
Sínodo Arquidiocesano (ASIC, por sus siglas en inglés) la cual queda oficialmente
constituida por este documento. Al igual que la Comisión Preparatoria del Sínodo, la
ASIC estará formada por clérigos, religiosos y laicos fieles distinguidos por su
prudencia y competencia pastorales y que, en la medida de lo posible, reflejen la
diversidad de carismas y ministerios del Pueblo de Dios. Ellos trabajarán en
colaboración con las parroquias, grupos de parroquias, distritos y oficinas de la curia
arquidiocesana. Servirán como una comisión coordinadora que evaluará la
implementación de las prioridades sinodales y nos mantendrá fieles a la
implementación de estas prioridades. De esta misma manera, nombraré a un Director
Arquidiocesano para la Implementación Sinodal quien reportará directamente a mí y
que será el coordinador del ASIC.
La implementación de las prioridades sinodales requiere de la participación de todos
en la Arquidiócesis. La obra del Sínodo no puede y no debe ser un trabajo exclusivo
del Centro Pastoral Arquidiocesano. Al contrario, cada parroquia, institución, escuela,
hospital e individuo debe estar envuelto según lo permita su posición, programas y
estatus de vida. Es importante que crezcamos y trabajemos unidos en la consecución
de estas prioridades y en el reconocimiento de la obra del Sínodo. Será tarea de la
ASIC el descubrir las oportunidades para la participación de todos. La energía del
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Sínodo quedó reflejada en el espíritu de aquellos delegados y observadores que
aceptaron aquel llamado. Es este mismo espíritu el que nos enciende y motiva a estar
mejor informados y transformarnos en católicos más activos.
Durante los meses previos al Sínodo e inclusive luego de éste, la comunicación
continua fue necesaria. La Comisión Preparatoria del Sínodo y el Secretario del
Sínodo pudieron establecer redes de contacto para el mantenimiento de una buena
comunicación. Los delegados sinodales de las parroquias y los contactos parroquiales
se convirtieron en miembros esenciales de estas redes. Dado el esfuerzo invertido en
el Sínodo por parte de estas personas, invito a los delegados sinodales de las
parroquias y a los contactos parroquiales a continuar sirviendo como receptores, junto
con los párrocos, administradores y directores parroquiales, de la información
continua acerca de la implementación del Sínodo. Por supuesto, para aquellos a
quienes estas funciones no sean posible, no es obligado. En estos casos, los párrocos,
administradores y directores parroquiales deberán proveer nuevas personas de
contacto al Director Arquidiocesano para la Implementación del Sínodo.
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Conclusión
Ante la tarea importantísima de implementar las iniciativas pastorales del Sínodo,
exhorto a todos los líderes y fieles de la Arquidiócesis de Milwaukee a unirse a mí en
oración, amor, celo y testimonio. Pudiéramos sentirnos intimidados ante la enorme
tarea que tenemos ante nosotros; pudiéramos sentirnos desanimados ante las
dificultades y retos que encaramos tanto en la Iglesia como en la sociedad; pero, como
Pedro y la Iglesia primitiva, hemos recibido la Gran Misión de evangelizar a toda
creatura y hemos sido ungidos por el Espíritu Santo. Como los Apóstoles en la
mañana gloriosa de Pentecostés, hemos abierto valientemente la puerta de la sala de
arriba y proclamado sin miedo a Jesucristo, crucificado y resucitado, como el nuevo
significado de la historia humana.
Confío toda la obra y frutos del Sínodo a nuestra Madre, la Santísima Virgen María,
quien dio a luz al Verbo encarnado y quien, junto a San Juan Evangelista, se mantuvo
al pie de la Cruz. Ellos guiaron a la Iglesia en oración cuando el Espíritu Santo
descendió como llama y ráfagas de viento en Pentecostés.
Dado en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, 14 de septiembre, 2014.
En agradecimiento por todo lo que Dios llevará a cabo a través de nosotros,
Su Excelencia Monseñor Jerome E. Listecki
Arzobispo de Milwaukee
Traducido del Inglés por Rev. Javier I. Bustos
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