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B L E X í A C I O S ”PUNTUAL Y CIRCUNSTANCIADA
D E L M ARAVILLOSO PA TROCINIO ,
Q U E D IS P E N S Ó
M A R I A SS.^^ D E L P I L A R
D E Z A R A G O Z A
A LOS MORADORES
D E E S T A C I U D A D A U G U S T A
E N I/A T A R D E D E L D I A 5 D E S E T I E M B R E
D E L A ñ o D E 1 7 9 8 .
L A P U B L I C A
D. EUSEBIO XIMENEZ PRESBIT.R A C IO N E R O S E C R E T A R IO D E L SANTO
T E M P L O M E T R O P O L IT A N O D E L
SALVADOR,
CON L IC E N C IA :-
E N Z A R A G . POR MARIANO MIEDES.
ANO M DCCCIV.
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VJiL¿ra tradición constante en la Ciudad de Zaragoza , contestada por los mas ancianos, que no habla memoria de que en el Templo de Maria Santísima del P i l a r hubiese jamas caido rayo ó centella alguna, aun en las tempestades mas deshechas; llegando algunos á afir*' mar que ni tampoco en todo eL distrito de su Parroquia. Este concepto común parece comprobarse bastantemente con el hecho de ver á diferentes personas de todas clases y estados, que se refugian ea aquel Sagrado Templo siempre que amenaza tem pestad; siendo muy singular lo que hasta el fin de su vida observó el M. R. P. Maestro Br. Josef Latre del Orden de M í-
(4) ^ _nimos •, pues este Religioso , respetable por su ancianidad , virtud, y ciencia , iba muy apresurado quando habia tronada hasta llegar á los límites de la Parroquia del P i la r , desde los quales ya moderaba su paso hasta la Santa Iglesia, en la que diferentes veces pernoctó , haciéndola siempre su asilo en el tiempo de las tempestades. ?
Providencia sin duda muy particular ha sido el que por tantos años hayan respetado las exhalaciones un Edificio , que por su grandeza y suntuosidad , por su inmediación al rio Ebro , y por la multitud de Torres y Cúpulas que lo adornan, parece según el orden natural mas expuesto á recibirlas; pero todavía es mas digno de admirar , que habiéndose introducido en la forma mas terrible y espantosa á tiempo que se hallaban en
\ 5 J ^él muchisimas personas, no causara en éstas el menor daño, como se acreditaipor el suceso siguiente,
Fué la tarde del dia Miércoles 5 de Setiembre del año de 179 8 muy tempestuosa en Zaragoza. Desde el principio de ella se formároa nubes , y hubo algunas Tronadas bastante respetables ; pero al caer de la misma se dexó ver entre el: Poniente y Mediodia una nube blanquecina , que en muy pocos minutos se tendió, y cubrió todo el O ri- zonte de la Ciudad , de forma que al toque de las Oraciones ya era una terrible y deshecha tempestad. Sus relámpagos y truenos atemorizaban , y eran tan continua-' dos y seguidos, que los caminantes y viageros hiciéron alto despavoridos á dos legu as, y ménos de la C iudad, pues creían que ésta se abrasaba toda. T a le s , y tan repe-
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tidas eran las exhalaciones que ve- ian llover sobre la misma, según despues informaron. E n medio de esta confusion, y á hora de las siete y quarto, poco mas ó menos, quando en el Coro de la Santa Iglesia de Nuestra Señora del P i l a r se can- taba la segunda Lección de los Maitines , y en sü Angélica Capilla la segunda Ave-M aria del segundo Misterio del Santísimo Rosario, se oyó repentinamente dentro del Templo un estallido tan espantoso y terrible, como pudiera causarlo una batería de gruesos cañones disparados dentro del mismo.
Efecto fué este ruido formidable de la violenta explosion de un globo de fu e g o , que introducido por la Cúpula , ó Media-naranja contigua á la Capilla de S. Joaquin, vino á estrellarse en la columna del centro de la Iglesia, por la parte que
^ ^ que mira al sitio , en que se adora el Santo Pilar. Deshecho a ll i , y dividido en diferentes ramos ó centellas , una se consumió al pie de la misma colum na, otra se dirigió á la citada Capilla de S. Joaquin , y haciendo unos pequeños rastBos se deshizo baxo del Sepulcro del G eneral Montemar; y otra finalmente se introduxo en el ámbito de la Santa Capilla de Maria Santísima del P i l a r , donde sus D evotos experi- mentáron los efectos prodigiosos de su amparo y patrocinio del modo mas singular y admirable.
Siempre es concurrida en á- quella hora h Capilla de Maria Santísima por rezarse en ella con la mayor devocion el Santo Rosario, pero la tempestad atraso eti dicha tarde muchas mas personas , que tal vez excederían de quinientas; disponieiidolro asi la providencia.
Divina , para que fuesen mas fos testigos de las misericordias de la Emperatriz de los Cielos. L o que alli pasó , especialmente por las muchas que se hallaban dentro de la Capilla Santa , no será fácil describirlo. L a fuerza electrica de a- quel terrible fuego las postró á todas con la mayor violencia contra el pavimento , sin perdonar al Capellán é Infantinos que estaban en €l sitio mas interior y cercano á la Santa Imagen ; siendo el prodigio primero que nada padecieran con golpe tan improviso , y tan vio lento, que á todos pareció haber sido sepultados en lo profundo del Panteon. Paró el Rosario, y solo se oyó un grito y clamor general, que invocaba á la V irgen Santísima. Un humo denso é impregnado de azufres , y otros materiales sulfúreos, ofendía la respi-
’ ( p )ración , en grado que parecía cortarla ; y algunas personas se vié- ron en aquel momento rodeadas de un fuego activo y voraz , como sucedió á la que para gloria deDios, y de su Madre Santísima escribe esta relación , que postrada en el suelo advirtió mucho calor, y que le quemaba demasiado en la rodilla derecha , en la que efectivamente le hizo dos ligeros señales, que le diéron escozor y que curar por unos d ias; habiendo sido este el daño mayor que ocurrió en tanta multitud de personas.
L a espantosa violencia de sa- mejantes exhalaciones dexará conocerse por los efectos que se ad- virtiéron en el C oro mayor de la Santa Iglesia; pues sin embargo de estar á una mas que proporcionada distancia , y defendido por el Altar mayor y columnas, del sitio
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^ ( I o) ^donde se estrelláron , al formída-* ble estallido casi todos los residentes cayéron , y el que menos quedó por un rato inclinado. Cesó, aunque por breve espacio,el canto de los Maytines , cosa que tal vez no habrá tenido exemplar; y asustados aquellos al oir los grandes lamentos en la Santa Capilla, saliéron varios, y entre ellos el Cura Párroco , á informarse de las desgracias que temían , habiéndose también providenciado exponer el SS.“ “ en la Capilla de la Parroquia , como se acostumbra en las grandes tempestades. Atónitos quedáron al ver, que con diferencia de pocos minutos volvió á continuar el Santo R o sario todo aquel devoto concurso, y que nadie se quexaba de daño alguno ; siendo una cosa bien digna de notar , que habiendo entre la multitud diferentes m ugeres, y
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algunas Señoras delicadas, ni siquiera una se desmayase.
Mas por quanto podria suceder, que algún incrédulo , ó necio , dudase á pesar de los efectos indicados, que el fuego se habia introducido en la Santa Capilla , y rodeado á tantas personas sin causar desgracia , como efectivamente hubo quien lo puso en duda quando acababa de suceder ; dispuso la providencia de Dios , que quedase allí señalado para monumento irrefragable y perpetuo del patrocinio de su Santísima Madre. Con efecto sobre la derecha entrando por la frente del Sagrado Tabernáculo, al lado de la puertecita, que solo sirve de adorno, se advirtió luego , y hoy se conserva sin alguna deformidad, el estrago que hizo la exhalación en el jaspe negro que forma la repisa, à un palmo escaso de altura del pa
vimento. En la proximidad de este sitio se hallaban arrodilladas muchas personas, como en el resto del Tabernáculo. Aquel fuego terrible anduvo y giró por medio de ellas sin duda; y por la verdad es mucho para efecto natural, que entre tantas ninguna fuera ofendida , y solo padeciera el jaspe.
M e haria interminable, si hubiese de referir por menor las cosas, que en aquel lugar sagrado ex- citáron la justa admiración de todos. D e tantos bronces dorados, y otros materiales de atracción , como rodean el suntuoso Taberna- culo de la Santísima V irgen , ni siquiera uno se halló tiznado, y solo se advirtió ligeramente chamuscada la figura de un A n gel, que está en el Tragaluz de la Santa Capilla, por donde se introduxo el fuego. L a Fábrica del T e m p lo , que se
creyó haber padecido muchísimo según la cantidad de escombros y trozos de ladrillo , de que se halló cubierto el pavimento, apenas necesitó unos ligeros reparos ; de forma que un Maestro Arquitecto de la primera nota ( i ) habiendo examinado en la mañana siguiente a- quel sitio con la mayor detención, no dudó afirmar , qué según los principios de su arte parecía impo-' sible que sin enorme lesión del E - dificio hubiese tantos cascotes y enrona , y que no apareciendo a- quella , debia atribuirse á una providencia extraordinaria su preservación. N i fue equivocado el con cepto , pues llegáron à juntarse mas de quarenta espuertas de escombros, que se desprendiéron de muchas molduras y cornisas, á las que
—------------------------------- ----- --------(i) Den Josef Tarza.
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alcanzó aquel espantoso fuego, el qual señalando en infinidad de partes , llegó á traspasar una colum na de veinte y dos palmos en quadro; pero todo no exigió mas reparación que la de emplearse e l Sobrestante de la Fábrica con unos peones por dos ó tres dias algunos ratos. (2)
N i el patrocinio de la R eyna ^e los Cielos se cixló tan solamente aquella tarde à defender los D e v o tos, que se acogiéron à ia presencia del Simulacro de su piedad. Se extendió también á los diferentes ángulos de la C iudad, en que se «xperimentáron los horrores de aquella furiosa y deshecha tempestad. E n el Convento de Padres Carmelitas Descalzos, llamado vulgar-
(2) A sí lo ba declarado el mismo Sobresm tants Ramón Lopez,
^ ( * s 3 ^fílente de S .J o se f, cayéron exhalaciones , y pasando por diversos aposentos no hiciéron el menor daño. En el Refectorio del Real Hospicio de la Misericordia cayéron asimismo al tiempo que se habian congregado para cenar los niños, en cuya multitud de mas de quatro- cientos no hubo desgracia alguna, aunque se halláron deshechos muchos platos. En la fachada de la Iglesia del Santo Hospital de Nuestra Seííora de Gracia apenas dexá-' ron que reparar. Y un P axar de Horno del A rrabal, que llegó á incendiarse de rayo , logró apagarse sin daño considerable. Estos fué- ron los rayos y centellas de que se tuvo noticia ; muchos mas sin duda serian los que se ignoraron; pero' ni de unos, ni de otros resultó desgracia alguna en una Ciudad tan populosa. Gracias al am paro, y
protección deM aria Santísima, que con predilección singular la escogió entre todos los Pueblos de la tierra para su morada y habitación, dexandonos su Sagrada Imagen sobre una Columna incontrastable, en que según la tradición piadosa es venerada hace diez y ocho sig lo s , y lo ha de ser hasta la consumación del m undo, á pesar de todos los conatos del Infierno.
Suceso pues verdaderamente m em orable, y digno de trasladarse á la posteridad por medio de los mármoles y bronces. Tal lo reconoció , entre otros muchos, el E x celentísimo Señor D . Luis de Pig- natelli Conde de Fuentes, quien tuvo el generoso pensamiento de hacerlo esculpir en una lámina, que perpetuamente lo representase, pero algunos inconvenientes estor- varon desgraciadamente su exe-
cucion. E l Ilustrísimo Cabildo lo dexó notado en sus Fastos Capitulares, y dispuso que en la Santa C a pilla de Maria Santísima se cantase una Misa solemne de gracias por beneficio tan singular , como asi se verificó con iluminación en el diaViérnes 7 de Setiembre de aquel año, asistiendo toda la Residencia, y numeroso concurso de Fieles con la mas exemplar y tierna devocion*
N o menos persuadidos los D e votos de Maria Santísima del P i l a r
del señalado beneficio , que debié- ron en aquella tremenda tarde á su Soberana Madre y P rotectora, de- termináron manifestarle de algua modo su debida gratitud y reconocimiento. Para ello dispusiéron un Rosario General con música, que se hizo con la mas edificante devocion á los ocho dias despues del suceso , en el M iércoles 1 2 de
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Setiembre del mismo año de 98. Salió por las calles que acostumbra , y á su vuelta se cantó en el Sagrado Tabernáculo de Maria Santísima el Santo Dios ó Trisagio, y una solemne S a lv e , en acción de gracias al Todo-poderoso por las misericordias , que se dignó dispensar en aquel lugar de propiciación, á ruegos de la que es M adre de la piedad ; cuya función autorizó el digno Prelado que entonces gobernaba esta Santa Iglesia el Ex."'“ S.' D on Fray Joachín Com pany, pues concedió 80 dias de Indulgencia á todos los Fieles que con la disposición debida concurriesen á lá misma; y á su exemplo concedió tam< bien 40 el IIl.” “ S ." D . Joachía Sánchez de Cutanda Obispo de Huesca.
Pero no se satisfizo la piadosa devocion de aquellos con esta sola
^ ( * 9 ) ^demostración. Creyéron que de- bian continuarla , y que un favor tan singular no correspondía sepultarse en el olvido. Asi lo hicié- ron con el mayor decoro posible en el año siguiente de 1 7 9 9 ; y alentados por el zelo religioso , y amor tierno y esemplar de los Z aragozanos hácia su D ivina Madre y Señora , concibiéron el proyecto de solemnizar mas estos cultos tan debidos , y aun de perpetuarlos , si les fuese posible , para memoria eterna de su gratitud. E l efecto va correspondiendo á sus piadosos deseos í pues en el día 5 de Setiembre d élo sq u atro últimos años han visto con el mayor consuelo de sus almas, que la A n g élica Capilla de Maria Santísima del P i l a r se ilumina á la mayor costa por la piedad de un D e v o t o , á quien el Cielo prospére ; que todo
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el dia j y hasta las diez de la noche 5 se halla visitada y freqüenta- da por inumerables Fieles de uno y otro sexo , que con la mayor edificación la rinden grac ias , é imploran sus piedades; que el Santo Rosario se hace tan serio , devot o , y exeraplar como exige la causa que lo motiva , asistiendo en él las Capillas de música de los dos Santos Templos Metropolitanos, que al regreso cantan el Sto, Dios, y la Salve con la mayor pompa y magestad; y finalmente que soportado el gasto no despreciable de esta solemne función , han adquirido ya quatro Vales Reales de á 150 pesos para Capital de su fundación estable y perpetua, á que aspiran ; teniendo la gloria de contar para ello entre sus bienhechores á los Serenísimos Señores Príncipe de A stu rias , é Infantes
D , Carlos, y D . Francisco clePauIa.Mas al paso que los alienta pa
ra continuar en la obra comenzada la religiosa piedad y devocion de los Zaragozanos y los Prelados á porfía autorizan y recomiendan estos cultos con Indulgencias 5 y gracias espirituales j pues el Em."'® Sr. D . Antonino Sentmanat Cardenal Patriarca de las Indias ha concedido l o o dias de Indulgen-^ eia á todos los que asistan debidamente á solemnizarlos. E l Exc.™® Sr. D . Ramón Josef de A rce digno Arzobispo de esta Sta, Ig lesia , é Inquisidor General ha concedido asimismo 80. E l 1 1 1 .""® Sr. D . A gustín Abad y Lasierra Obispo de Barbastro 40. E l 1 1 1 .'"° Señor D on Francisco Porro y Reynado Obispo de Tarazona 40. El 1 1 1 .'"° Señor D . Fr. L orenzo Alaguero Obispo de Jaca 40 ; y el 1 1 1 ."'° Sr* D . Fr^
Migue! de Santander Obispo Ami-. zonense Auxiliar de Zaragoza 40; y aun el expresado, lll.™“ Sr, A bad Obispo de Barbastro , y los 1 1 1 .'“°* Sres. D . Francisco Xavier Lizana Obispo de T e ru e l; D , Blas Joachín A lvarez Obispo de Albarracin ; y D . Juan Antonio Fíernandez de Larrea Obispo de Valladolid con- cediéron 40 dias por cada una de las Ave-M arias de este Rosario; y otros 40 por la asistencia: ea. la Salve.
Gloria pues sea dada á D io s , de quien proviene á los hombres todo buen pensanniento y deseo ; y si es indudable que su infinita bondad se complace en los obsequios y veneraciones , que se tributan á la que escogió entre todas, las criaturas para la alta é incomprehensible dignidad de Madre suya,,nosotros que tan obligados nos halla-
^ ( 2 3 ) ^mos á las misericordias de esta Señora ; que vivimos baxo su sombra y amparo, y logramos la inapreciable dicha de ser sus hijos predilectos 5 obsequiémosla, venerémosla con la recta y sincera voluntad que merece su mucha dignación hácia nosotros ; y nunca olvidemos la especial protección que nos dispensó en la memorable tarde del 5 de Setiembre de 179 8 . D e esta forma obligarémos nuevamente su piedad á que vele en nuestra custodia, y defendiéndonos en esta vida con el cariño de una tierna M adre, lograrémos que también lo sea por toda la eternidad.
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