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¿Qué sucede cuando morimos? Dios no nos ha dicho con exactitud lo que ocurre inmediatamente después de morir, pero nos da preciosas y grandísimas promesas de vida después de la muerte.
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Odisea Cristiana 1
2 Comunión de Gracia Internacional
CONTENIDO
4 ¿Qué sucede cuando
morimos?
8 ¿Creemos en el
Universalismo?
12 Y Dios me dijo:
“¡Eres Maravilloso!”
27 2° Campamento
Nacional Mexicano
3 EDITORIAL
Dios no excluye a la ciencia
11 Hmm…
16 DEL ESCRITORIO DE JOSEPH TKACH
Einstein y la Teología
19 REFLEXIONES
¿Qué sucedió en la cruz?
22 EL PROPÓSITO DE LA VIDA HUMANA
Aprendiendo a ser como
Cristo en la vida diaria
EL TURNO DE TAMMY
26 Confianza 31 Él conoce tu nombre
32 POEMA
La luz de tu amor
Portada: Dios no nos ha dicho con
exactitud lo que ocurre inmediata-
mente después de morir, pero nos da
preciosas y grandísimas promesas de
vida después de la muerte.
Odisea Cristiana NÚMERO 43 03-2013
Odisea Cristiana es publicada por
Comunión de Gracia Internacional - Grace Communion International, PO
Box 5005, Glendora, CA, 91740;
Copyright ©2013. Presidente: Joseph Tkach. Misiones hispanas en EEUU y México: Loren-zo Arroyo. Misiones en Centro y Sur América: Héctor Barrero. España: Pedro Rufián. Editor: John Halford. Jefe de Redacción: Michael Morri-
son. Editor edición en español: David Ágreda.
Si tiene preguntas sobre los temas tratados en esta revista o quiere saber donde están nuestras congrega-ciones, puede comunicarse a cual-
quiera de las siguientes direcciones: Argentina: Olavarría 4543, (1842) Bo Las Flores, Monte Grande- BA.
email: iduarg@gmail.com Tel. (011) 4295-1698.
Colombia: Calle 49 #26-11 Galerías, Bogotá. Teléfono: 3142825. Chile: Casilla 11, Correo 21, Santia-go. El Salvador: Calle Sisimiles 3155, San Salvador.
sansalvador.gcichurches.org/ España: Apdo. 185, 28600 Navalcar-nero, Madrid. Tel. 91 813 67 05 ó 626
468 629 comuniondelagracia.es Estados Unidos: P.O. Box 5005, Glendora, CA 91740-5005. Guatemala: Apartado 2489, Guate-mala. Honduras: Apartado 20831, Coma-yagüela. México: comuniongracia.org.mx Paraguay: Juan de Salazar 1257- Lambaré. Tel 595971316800 Perú: comuniondelagracia.pe
Email: josekasum1@yahoo.es
Resto del mundo: gci.org/churches web: http://comuniondegracia.org email: comunion.gracia@gmail.com facebook: ComuniondelaGracia twitter: @comuniongracia
COLUMNAS
Odisea Cristiana 3
Dios no excluye a la ciencia
uando hablamos de Ciencia y
Religión, muchos piensan
que estamos hablando de cosas
que se contradicen una a la otra,
pero en realidad, Dios no excluye
a la ciencia y la ciencia no necesi-
ta excluir a Dios. El problema es
que el término “religión” ha sido
mal usado y desvirtuado al punto
que puede causar una mala im-
presión en la mente de algunas
personas. Aunque para muchos la
religión puede representar algo
de gran valor y grandes prome-
sas, otros la consideran cosa de
charlatanes.
En ese sentido, la religión no es
muy diferente de las diferentes
disciplinas de la ciencia. La medi-
cina, por ejemplo, también tiene
sus propios charlatanes que ofre-
cen la cura para cualquier enfer-
medad, existen prácticas médicas
cuestionables, y algunos se apro-
vechan de la medicina para enri-
quecerse. Pero el hecho de que la
medicina puede ser mal usada
sólo testifica al hecho de que
tiene un valor intrínseco que es
desvirtuado al ser usada con
propósitos no apropiados. Así es
con la religión, a pesar de ser
mal usada, sigue existiendo la
“religión pura y sin mancha”
(Santiago 1:27).
Incluso Albert Einstein, aunque
no era un “creyente” en el senti-
do tradicional, fue un crítico firme
del ateísmo. De esto nos habla el
artículo “Einstein y la Teología”.
Uno de los campos en los que
hay mayor diferencia entre la
ciencia y la religión es en la ex-
plicación de qué sucede cuando
morimos. John Halford nos expli-
ca que, aunque la Biblia no nos
dice con exactitud lo que ocurre
“inmediatamente” después de
morir, nos da preciosas y grandí-
simas promesas de vida después
de la muerte.
¿Son estas promesas para to-
dos o sólo para unos pocos? Jo-
seph Tkach nos aclara que aun-
que Dios desea lo mejor para
todos, no todos lo aceptarán, por
eso no creemos en el universa-
lismo.
Una prueba de la existencia de
Dios la tenemos en nuestra rela-
ción personal con él, como nos lo
narra Wilfrido González. Es una
relación tan cercana que Tammy
Tkach nos dice que Él conoce tu
nombre y Michael Morrison nos
enseña a aprender a ser como
Cristo en la vida diaria. Esta rela-
ción con Dios es lo que se vivió
en el 2° Campamento Nacional
Mexicano, como nos lo relata
Samuel Mercado.
Ese gran amor de Dios se de-
muestra en lo que sucedió en la
cruz, como nos lo explica Rubén
Ramírez.
Disfrute su lectura.
El Editor
C
EDITORIAL
4 Comunión de Gracia Internacional
¿Qué podía decir que no fueran palabras vacías,
y sobre todo, que fuera cierto?
por John Halford
n funeral nunca es fácil,
pero éste iba a ser parti-
cularmente difícil. Janet pare-
cía ser una persona exitosa,
atractiva, con un vivo sentido
del humor. Pero su vida se
vino abajo.
Su esposo la abandonó en un
divorcio complicado. Su negocio
inmobiliario se desplomó. Luego
se enteró de que tenía cáncer
terminal. Era demasiado. Un día
fijó una nota a la puerta de su
garaje, diciendo: "Yo estoy aquí.
Pero llamen a los servicios de
emergencia primero". Luego to-
mó una escopeta y se mató. La
familia, aturdida y tratando de
dar sentido a la muerte de Janet,
la habían incinerado, como Janet
quería, pero también querían un
funeral. Y me pidieron que yo lo
oficiara.
El funeral fue muy concurrido y
estuvieron representadas todas
las partes del espectro religioso
con muchas ideas diferentes
acerca de Janet. Algunos estaban
convencidos de que ella estaba
en el cielo con Jesús. Otros
creían que estaba dormida, espe-
rando la resurrección. Algunos
probablemente creían que ella
estaba en el purgatorio (pero
seguramente no por mucho
tiempo, ya que era una cristiana
devota y sincera). Algunos esta-
ban convencidos de que, dado
que Janet se había quitado la
vida, Dios le había enviado direc-
tamente al infierno. Entonces,
¿quién tenía la razón? ¿O estaban
U
Odisea Cristiana 5
todos equivocados? ¿Qué, preci-
samente, ha dicho Dios que nos
sucede cuando morimos?
La muerte es una frontera a la
que con razón muchos temen
acercarse siquiera, y mucho me-
nos cruzar. Es, como escribió
Pablo, un enemigo (1 Corintios
15:26), y tratamos de mantener-
la lejos el mayor tiempo posible.
Pero con el tiempo nos conquista
a todos. ¿Entonces qué? La ma-
yoría de las personas tienen al-
gún tipo de creencia de que la
muerte no es el final. Entonces,
¿qué podía decir yo en este fune-
ral, que no fueran palabras va-
cías, y sobre todo, que fuera
cierto?
¿Qué dice la Biblia?
La respuesta no es lo muchos
esperarían. Dios no nos ha dicho
exactamente lo que ocurre inme-
diatamente después de morir. Él
nos ha dicho que, y a causa de
Jesús, tenemos la victoria sobre
la muerte. Jesús nos aseguró que
está deseoso de que nos unamos
a él en experimentar la vida de
una manera que nosotros los
mortales no podemos imaginar, y
su promesa es que esta nueva
vida va a durar para siempre.
Pero más allá de eso, la Biblia es
frustrantemente imprecisa en los
detalles. Sobre todo en los deta-
lles de lo que ocurre inmediata-
mente después de morir. Nótese
el énfasis en "inmediatamente".
Algunas escrituras indican que
los muertos están "dormidos", y
así, suponemos que no saben
nada hasta el momento de la
resurrección cuando Jesús regre-
se (1 Corintios 15:6, 1 Tesaloni-
censes 4:14). Sin embargo, otras
escrituras dan a entender que los
muertos están de alguna manera
conscientes y experimentan emo-
ciones.
Dios no nos ha dicho con
exactitud lo que ocurre inmedia-
tamente después de morir.
Pablo no tenía miedo a la muer-
te física. Había, en algún momen-
to de su vida llena de aconteci-
mientos, dado un "paseo de visi-
tante" en el cielo, transformando
su visión del mundo. La vida
"aquí abajo" se había hecho difícil
y estaba ansioso por comenzar la
siguiente etapa. Así que escribió
a los filipenses: "Mientras yo esté
vivo en este cuerpo, hay un buen
trabajo para mí. Si tuviera que
elegir ahora mismo, no sé qué
escogería. ¡Difícil elección! Sé
que el deseo de levantar el cam-
pamento aquí y estar con Cristo
es poderoso. Algunos días no se
me ocurre nada mejor" (Filipen-
ses 1:22-23, El Mensaje).
Pero, ¿qué quiso decir con "es-
tar con Cristo?" Él no lo explicó.
Juan, el autor del Apocalipsis,
también habla de "ver" el cielo.
"Yo vi debajo del altar las almas
de los que habían sido muertos
por causa de la palabra de Dios y
el testimonio que tenían. Ellos
clamaban a gran voz, diciendo:
“¿Hasta cuándo, Señor, santo y
verdadero, no juzgas a los habi-
tantes de la tierra y dejas sin
6 Comunión de Gracia Internacional
vengar nuestra sangre?" Después
a cada uno de ellos se le dio una
túnica blanca, y se les dijo que
esperaran un poco más, hasta
que el número de sus consiervos
y hermanos que iban a ser asesi-
nados, como ellos lo habían sido,
se completara" (Apocalipsis 6:9-
11).
Para complicar aún más el tema
están las propias palabras de
Jesús. Justo antes de morir, le
pidió al Padre que recibiera su
espíritu (Lucas 23:46). Poco an-
tes de eso, él hizo una promesa
al ladrón arrepentido que estaba
sufriendo la crucifixión a su lado.
Este hombre creía que, después
de la muerte, las personas bue-
nas van al "paraíso". Aunque no
había sido un buen hombre, se
dio cuenta de que Jesús sí había
sido, así que le pidió que lo re-
cordara en lo que sea que suce-
diera después. Jesús le aseguró:
"Hoy estarás conmigo en el pa-
raíso" (Lucas 23:43).
Como puedes ver, la Biblia no
nos da realmente una respuesta
específica no ambigua a la pre-
gunta de lo que nos sucede in-
mediatamente después de morir.
Sin embargo, deja claro que la
muerte es un punto de corte. Una
fase de tu existencia se termina y
otra fase está a punto de comen-
zar. Es como si Dios nos está
diciendo: "No te preocupes por
eso. Déjame a mí. Tengo las
cosas bajo control".
Jesús nos muestra cómo es. Lo
que la Biblia enfatiza es lo que el
teólogo NT Wright ha llamado "la
vida después de la vida después
de la muerte", en nuevos cielos y
una nueva tierra. Todas las pistas
para esta vida provienen de Je-
sús.
Cuando Jesús murió en la cruz,
el Padre recibió su espíritu, pero
tres días después, Jesús resucitó
y luego ascendió.
Él resucitó con un cuerpo. Un
cuerpo real, reconocible, con
genuinas partes corporales, no
una manifestación tenue y etérea
que podría hacer parecerse a un
cuerpo cuando quisiera hacerse
visible. Su cuerpo espiritual era
una nueva forma de vida, una
versión permanente y eterna de
lo que había sido antes, un ser
humano hecho inmortal. Sin de-
jar de cumplir con las limitacio-
nes de tiempo y espacio, Jesús
podía ir y venir desde las dimen-
siones que nosotros experimen-
tamos hasta aquellas que están
fuera de nuestro alcance, aunque
no necesariamente más allá de
nuestra imaginación.
La Biblia también nos dice que
lo que le sucedió a Jesús también
nos sucederá a nosotros. "Ahora
somos hijos de Dios, y lo que
seremos no se ha dado a cono-
cer. Pero sabemos que cuando él
aparezca, seremos semejantes a
él, porque le veremos tal como él
es" (1 Juan 3:2). Pero no es sólo
una cuestión de "verlo" tan glo-
rioso como puede ser. Apocalipsis
21 habla de nosotros viviendo
con Dios, de tener comunión él,
Odisea Cristiana 7
ése es el propósito para el cual
hemos sido hechos y la finalidad
para la que se nos ha dado la
salvación. Vamos a vivir con el
Dios trino en interminable amor,
alegría y paz. Se nos ha dado
promesas preciosas y grandísi-
mas, dice Pablo, y Dios va a ha-
cer más para nosotros que inclu-
so no podemos pensar en pedir o
imaginar.
Este, entonces, es el enfoque
de la Biblia cuando habla de la
vida después de la muerte: Jesús
mismo es el camino nuevo y vivo
(Hebreos 10:20). Nuestra nueva
vida sin duda será un descanso
de ansiedad, sentimientos de
culpa y de las limitaciones de
nuestros cuerpos frágiles. Pero,
aún más, estará llena de activi-
dad y experiencias, todo lo que
puedas desear en esta vida, y
mucho, mucho más. La eternidad
la pasaremos en una especie de
inframundo nebuloso, completa-
mente ajeno a todo lo que hemos
experimentado y todo lo que nos
gusta. "Ningún ojo ha visto, nin-
gún oído ha escuchado, ninguna
mente humana ha concebido lo
que Dios ha preparado para los
que le aman", escribió Pablo a los
corintios. Y añadió: "Pero Dios
nos las reveló a nosotros por el
Espíritu" (1 Corintios 2:9-10).
En este momento sólo tenemos
unos pocos vislumbres. Podemos
saborearlo cuando la experimen-
tamos las cosas maravillosas de
la vida ahora. El amor humano,
el logro duramente ganado, las
amistades profundas y los actos
de altruismo genuino. Esos mo-
mentos cuando pensamos: "Ojalá
la vida fuera siempre así" no dan
"vislumbres del futuro" a otro
tipo de existencia. Es la forma en
que se supone que debemos vi-
vir, la forma en que el mundo
podría ser y será un día. Esto nos
anima a unirnos a Jesucristo es-
perando, como dijo Pablo, con
"anticipación gozosa".
Así que, ¿podría ser que la anti-
cipación gozosa continúa de al-
guna manera inmediatamente
después de nuestra muerte físi-
ca? Aunque no debemos ser
dogmáticos, hay suficiente en las
Escrituras para mostrar que esta
es una fuerte posibilidad.
Esto es lo que pasaba por mi
mente mientras me preguntaba
qué decir en el funeral de Janet.
Decíamos adiós a un ser querido,
pero creo que Dios estaba dicien-
do: "Hola. Bienvenida no a tu
descanso eterno, sino al resto de
la eternidad".
Cuando se quitó la vida, Janet
se enfrentó a su último enemigo.
Nunca más se enfrentará a otro.
Sus días de dolor y desesperación
se han acabado. Cualquiera que
sea su estado actual, su futuro
está seguro en los brazos de un
Dios amoroso. Esto es lo que
aquellos que la amaban necesita-
ban saber. Salí a la capilla, ante
el público y dije: "En esta urna
pequeña está todo lo que queda
de Janet y que Dios no quiere."
Después les dije el resto de la
verdad. ◊
8 Comunión de Gracia Internacional
¿Creemos en el
Universalismo?
Por Joseph Tkach
lgunos afirman que la
teología trinitaria en-
seña el universalismo, la
creencia de que todos se-
rán salvados, sin tener en
cuenta si son buenos o ma-
los, si se han arrepentido o
no, si han aceptado o re-
chazado a Jesús, y que, en
consecuencia, no hay tal
cosa como el infierno.
Hay dos problemas con esta
afirmación que es un argumento
basado en una falacia lógica.
Primero, hay que aceptar que la
teología trinitaria no sostiene la
creencia en el universalismo. El
notable teólogo suizo, Karl Barth,
no enseñó el universalismo. Co-
mo tampoco lo hicieron teólogos
como Thomas F. Torrance y Ja-
mes B. Torrance.
En la Comunión de Gracia In-
ternacional enseñamos la teolo-
gía trinitaria, pero no el universa-
lismo. El universalismo es una
doctrina que no está basada en la
Biblia, que dice que al final todas
las almas, ya sean humanas,
angelicales o demoníacas, serán
salvadas por la gracia de Dios.
Algunos universalistas argumen-
A
Odisea Cristiana 9
tan que el arrepentimiento hacia
Dios y la fe en Jesucristo son
irrelevantes. Los universalistas
típicamente niegan la doctrina de
la Trinidad, y muchos universalis-
tas son unitarios.
El universalismo es una
doctrina que no está basada
en la Biblia, que dice que al
final todas las almas, ya sean
humanas, angelicales o
demoníacas, serán salvadas
por la gracia de Dios.
En contra del universalismo, la
Biblia enseña que hay salvación
solo en Jesucristo (Hechos 4:12).
En Jesucristo, que es el elegido
de Dios por nuestro bien, toda la
humanidad es elegida, pero eso
no significa necesariamente que
todos los seres humanos acepta-
rán al final el don gratuito de
Dios. Dios desea que todos ven-
gan al arrepentimiento, y ha
creado una humanidad redimida
para que tenga verdadera rela-
ción con él, pero la verdadera
relación nunca puede ser una
relación forzada. Creemos que,
en Cristo, Dios hace provisión
gratuita y justa para todos, inclu-
so para aquellos que al morir
parecen no haber creído el evan-
gelio todavía, pero todos los que
permanecen hostiles a Dios per-
manecen sin salvarse por su pro-
pia elección.
Los estudiantes cuidadosos de
la Biblia reconocen que, aunque
no necesitamos descartar la posi-
bilidad de que al final todos se
arrepentirán y recibirán el don de
Dios de la salvación, las Escritu-
ras no son concluyentes. Por lo
tanto no somos dogmáticos sobre
este tema.
El segundo problema es: ¿Por
qué la posibilidad de que todos
sean salvados provoca hostilidad
y acusaciones de “herejía”?
Los credos de la iglesia primiti-
va no eran dogmáticos sobre la
naturaleza del infierno. Las metá-
foras bíblicas para el infierno son
de llamas, de tinieblas de afuera
y de lloro y rechinar de dientes.
La intención de las mismas es
trasmitir a qué es semejante que
una persona esté perdida para
siempre, encerrada a sí misma
en su “mundo”, con su propio
corazón y deseos egoístas, re-
chazando obstinadamente la
fuente de todo amor, bondad y
verdad. Si se toman literalmente
entran en conflicto. Pero la inten-
ción de las metáforas es que no
se tomen literalmente, ilustran
varios aspectos del tema del que
traten. Lo que obtenemos de
ellas es que el infierno, sea lo
que sea, no es donde queremos
estar. Tener un ardiente deseo de
que toda la humanidad sea salva
y que ninguno sufra en el in-
fierno, no hace necesariamente a
una persona hereje. ¿Qué cris-
tiano no querría que todas las
personas que han vivido se arre-
pientan, reciban el perdón y ex-
perimenten la reconciliación con
Dios?
10 Comunión de Gracia Internacional
La idea de que toda la humani-
dad sea transformada por el Espí-
ritu de Cristo es sin duda de
desear. Eso es, de hecho, exac-
tamente lo que Dios desea. Él
quiere que todas las personas
vengan al arrepentimiento y no
sufran las consecuencias de re-
chazar su generosa provisión por
ellas. Dios quiere esto porque
ama al mundo (cosmos), como
leemos en Juan 3:16. Dios nos
dice que amemos a nuestros
enemigos, de la misma forma
que Jesús amó y sirvió incluso a
su traidor, Judas Iscariote, en la
Última Cena (Juan 13:1, 26) y en
la cruz (Lucas 23:34).
Sin embargo, la Biblia no ga-
rantiza que todos aceptarán ne-
cesariamente el amor de Dios.
Advierte que puede muy bien que
haya personas que rechacen su
perdón, rechazando la redención
y la adopción que Dios tiene para
ellos. Pero es difícil creer que
haya alguien que pueda tomar tal
decisión. Y es más difícil aún
imaginar que cualquiera persista
en rebelión, en contra de tener
una amorosa relación con Dios.
Como C.S. Lewis describió en El
Gran Divorcio: “Voluntariamente
creo que los condenados son, en
un sentido, rebeldes con éxito
hasta el fin, quienes han cerrado
las puertas del infierno desde su
interior”.
El Universalismo no debe con-
fundirse con el alcance universal
o cósmico de la efectividad de la
obra salvadora de Cristo. En Je-
sucristo, quien es el elegido de
Dios por nosotros, toda la huma-
nidad es elegida.
Eso no significa que podemos
decir por cierto que toda la hu-
manidad aceptará el don de Dios
al final. Pero podemos esperar
sin duda que lo hagan. De acuer-
do al apóstol Pedro, Dios “no
quiere que nadie perezca sino
que todos se arrepientan” (2
Pedro 3:9). Más aún, Dios ha
hecho todo lo posible para sal-
varnos de la terrible y horrible
situación que es el infierno.
Sin embargo, al final, Dios no
violará la decisión libre y persis-
tente de aquellos que voluntaria
y deliberadamente rechacen su
amor y se alejen de él. De hecho,
para controlar absolutamente sus
mentes, voluntades y corazones,
Dios tendría que deshacer su
humanidad, tendría que anular su
creación. Por supuesto, si Dios
hiciera eso, no quedará ser hu-
mano para recibir libremente el
valioso don de la gracia, que es
vida eterna en Jesucristo. Dios ha
creado y redimido a la humani-
dad para que tenga verdadera
Odisea Cristiana 11
relación, una relación con él que
no puede ser impuesta.
La Biblia no borra la diferencia
entre el creyente y el infiel, ni
tampoco lo debemos hacerlo
nosotros. Cuando afirmamos que
todas las personas están perdo-
nadas, salvadas y reconciliadas
en Cristo, queremos decir que
aunque todos pertenecemos a
Cristo, no todos están en comu-
nión con él. Aunque Dios ha re-
conciliado a todos consigo mis-
mo, no todos están confiando y
viviendo en esa reconciliación
todavía. Por lo tanto el apóstol
Pablo dice: “en Cristo, Dios esta-
ba reconciliando al mundo (cos-
mos) consigo mismo... Así que…
reconciliaos con Dios” (2 Corin-
tios 5:19, 20). Y esa es la razón
por la que nuestro ministerio no
es de condenación, sino de pro-
clamación de la obra acabada de
reconciliación de Cristo.
Nuestro enfoque es dar testi-
monio de la revelación bíblica y
de la enseñanza ortodoxa con
respecto al propio carácter, men-
te, corazón, propósito y actitud
de Dios para con todas las perso-
nas, manifestadas en Jesucristo.
Predicamos el señorío universal o
cósmico de Jesucristo y por eso
tenemos esperanza en la reconci-
liación cósmica de todos los crea-
dos de acuerdo a su imagen. Ya
que la Biblia nos dice que el de-
seo de Dios es que todos vengan
a él, en arrepentimiento, a recibir
su generoso y costoso perdón,
ese es nuestro deseo también. ◊
Yo confieso y profeso
que toda rodilla se doblará
y toda lengua confesará
que Jesucristo es el Señor.
Incluyendo los amputados,
los sordos y los mudos.
Richard Moszumanski
Cuanto más la oración se
convierte en una expresión
sin trabas, libre y natural,
de los deseos de nuestros
corazones, más real
se vuelve.
Ole Hallesby (1879 – 1961)
Cuando Cristo salió de la tum-ba, no fue solo un anuncio de
que hay otra vida y un más allá, fue un cambio de la historia por
un acto creador de Dios Todopoderoso. En este evento cósmico Dios estaba haciendo algo sólo comparable con lo
que había hecho en la primera creación.
Este fue el comienzo de una nueva era para el universo,
el punto de inflexión decisivo para la raza humana. En la
Resurrección de Jesucristo la nueva era había llegado, y este milagro estupendo significó el asalto de la historia y la trans-
formación del mundo.
-James S. Stewart Una fe a proclamar
Hmm…
12 Comunión de Gracia Internacional
Por Wilfrido González
s un día de trabajo
normal, suena el des-
pertador, me despierto pa-
ra ir a trabajar, y Dios me
dice: “¡Hola! ¡Qué alegría
estar junto a ti! ¡No hay
nada mejor que tu compa-
ñía! ¡Eres maravilloso!”
Pero yo no lo escucho.
Un poco aletargado, y con ga-
nas de seguir durmiendo, trato
de animarme pensando “debo
estar muy agradecido porque
tengo trabajo – un trabajo bien
pagado, no me puedo quejar –
gracias, Padre, gracias. ¡A darle!”
Me levanto, despierto a dos de
mis hijos (gemelos), luego me
meto a la regadera y poco a poco
me voy despabilando. “Gracias,
Padre, porque mi familia y yo
tenemos agua en abundancia, es
una gran bendición que yo sé que
en muchos lugares del mundo es
un bien muy escaso” Y Dios me
dice: “¡Estoy feliz! ¡Estoy feliz
por tu compañía!” Sé que El
me escucha pero en esos mo-
mentos yo no lo escucho a Él.
Ya un poco más despierto, des-
pierto por segunda vez a los ge-
melos y me aseguro de que se
levanten, nos saludamos con un
abrazo y un beso. “Gracias, Se-
ñor, por
mis hijos
– ayúda-
nos a mí y
a mi es-
posa a
criarlos, ya vez como muchos
papás batallamos para encaminar
bien a nuestros hijos adolescen-
tes” Y Dios me dice: “¡Te quiero
muchísimo, y a tus preciosos
hijos también!” Pero yo no lo
escucho…
Termino de alistarme, me aso-
mo a la recámara de mi hijo ma-
yor, veo que ya está despierto
tecleando algo en su computado-
ra. Hoy es su primer día de tra-
bajo (un trabajo de medio tiempo
en la Universidad donde él cursa
su carrera). “Gracias, Padre, por
darle la oportunidad a mi mucha-
chote de adquirir experiencia
laboral y ganar un poco de dinero
para algunos de sus gastos, te lo
agradezco de corazón” Y sé que
Dios me escucha pero yo a Él no
muy bien: “Hijito precioso,
¡cuánto disfruto tu compa-
ñía!”
Bajo a la cocina y los gemelos
ya están desayunando, saludo a
mi esposa con un beso. “Gracias,
Padre, por mi esposita. Te ruego
que la ayudes mucho pues a ella
E
Odisea Cristiana 13
le ha tocado sobrellevar la mayor
parte del tiempo las dificultades
que conlleva el criar a los hijos”.
Y Dios me dice: “Tu eres espe-
cial para mí, ¡siempre te llevo
en mi corazón!” Pero yo no lo
escucho.
Cuando estamos listos para salir
nos despedimos de mi esposa
con un beso y nos dirigimos a la
puerta, apenas abro la puerta de
madera oigo detrás de la puerta
de mosquitero un alegre bullicio:
Es Luna, nuestra pastor alemán,
que corre en círculos como loca
frente a la puerta mientras agita
la cola como si hubiera pasado
meses sin vernos. Abro la puerta
y veo esa peculiar sonrisa de
perro con su larga lengua col-
gando por un lado de su hocico y
dejando oír su agitada respiración
(“¡aj, ah-aj, ah-aj ah-aj, ah-aj,
ah-aj…!” – o algo así) y, cuando
salgo, ¡salta, corre en círculos
alrededor de mí y mueve la cola
con tanta fuerza que sus caderas
se mueven en sentido contrario
al movimiento de su cola, y a
veces me abraza una pierna
mientras sigue moviendo la cola!
¡Imposible contener tanta ale-
gría!
Entonces caigo en cuenta: ¡Dios
me está diciendo algo por medio
de mi linda y graciosa perrita!
¡Dios me está diciendo que para
Él mi compañía es un deleite
extremo, me está diciendo que
me ama INTENSAMENTE, que
disfruta cada segundo de mi pre-
sencia (sí, también de TU presen-
cia, y de la presencia de cada
uno de sus preciosos hijos, de
quienes anhela ser conocido y
amado como Él nos ama)!
Otras veces Luna va y agarra la
pelota desinflada que tiene como
juguete y me invita a jugar con
ella su juego favorito: Jalonear la
pelota. No siempre acepto su
invitación por las prisas pero
muchas veces procuro darme
tiempo y agarro una orilla de la
pelota y ambos disfrutamos lle-
14 Comunión de Gracia Internacional
nos de alegría jaloneando la pelo-
ta. Luna gruñe, “¡grrr!, ¡grrr!,
¡grrr!”, ¡y yo le sigo el juego gru-
ñendo también! ¿Por qué no?
Y por medio de estas sencillas
pero intensas manifestaciones de
amor se establece una sublime
comunicación entre Dios y yo. Es
como si Dios tuviera un juguete
(Luna) en su mano y con ese
juguete jugara conmigo. El invi-
sible Dios de amor me dice por
medio de algo visible: “¡Te quiero
muchísimo!, ¡qué delicia tenerte
junto a mí!” Y ahora sí lo “escu-
cho”, y le respondo: “Gracias,
gracias, mi amoroso Padre, mo-
mentos como este me conectan
contigo como si fueran una ven-
tana hacia tu gloria. Gracias por
mostrarme tu amor y hacerme
sentir tu presencia de esta mane-
ra tan sencilla pero tan sublime”
Dios creó infinidad de cosas o
seres que nos muestran la pro-
fundidad, la grandeza y la inten-
sidad de su amor por nosotros.
Pero me parece que de todas sus
obras escogió al “mejor amigo
del hombre” para poner en esos
animalitos su toque especial que
puede hacer vibrar las cuerdas
más profundas de tu corazón.
¿Quién te ama incondicionalmen-
te como lo hace tu perro? ¿Quién
te hace sentir que eres maravillo-
so, tratándote como un rey o
como una reina como lo hace tu
perro? ¿Quién quiere estar siem-
pre a tu lado como tu perro? ¿A
quién como a tu perro se le ale-
gra el corazón con tan solo verte
llegar?
Mi esposa y yo solemos comen-
tar en broma que Luna está “bien
loca”, y a veces se lo decimos a
ella misma: “¡LOCA, LOCA! ¡ES-
TAS MAS LOCA QUE UNA CA-
BRA!” Y ella, con sus gracias con-
firma lo dicho…
Y ¿quién creó al perro? Y ¿por
qué lo hizo así? ¿Puedes percibir
que Dios te está diciendo algo a
través de tu perro? (Sí, yo sé que
no todos tienen perro, que no a
todos les gustan los perros, y que
no todos los perros tienen el
Odisea Cristiana 15
mismo temperamento pero estoy
hablando de manera general – de
lo que comúnmente ocurre entre
un perro y su amo, ¿de acuer-
do?).
Así que yo, por mi parte, reco-
nozco en el maravilloso trato que
me da mi mascota canina el exu-
berante, intenso e incondicional
amor de mi Padre celestial. Y me
trae a la mente a una madre con
su adorado bebé en sus brazos:
Cómo lo besa, como lo alza y da
vueltas con él, y lo hace reír, y la
risa de su bebé es como un elixir
mágico que parece llevarla hasta
las nubes y enloquecerla de ale-
gría, y le dice “mi rey”, “mi bo-
doque”, “mi cielo”, “mi regalito
de Dios”… ¿acaso podría ser me-
nos intenso el amor de Dios por
nosotros, sus preciosos hijos?
El que Dios tenga semejantes
sentimientos por nosotros no es
solo una idea que se me ocurrió a
mí; Dios mismo describe lo que
siente por nosotros sus hijos
(representados por Efraím, el
primogénito de Israel), y dice por
medio del profeta Jeremías (én-
fasis mío): “¿No es Efraím hijo
PRECIOSO para mí? ¿No es niño
en quien ME DELEITO? Pues des-
de que hablé de él, me ha acor-
dado de él CONSTANTEMENTE.
Por eso SE CONMOVIERON MIS
ENTRAÑAS por él” (Jeremías
31:20)
Recordar estas palabras mien-
tras veo la efusividad de Luna me
ha ayudado a conocer mejor a
Dios: Es un Dios vibrante, es un
Dios exuberante, ¡es un Dios que
disfruta de mi compañía con una
intensidad que pareciera rayar en
la locura! Y yo quiero aprender a
amar así, como me ama Luna,
como me ama Dios. No es natu-
ral para mí, no es natural para mi
mente carnal pero el Espíritu
Santo me ayuda… ¡y me inspira
(entre otras cosas) por medio de
mi mascota!
¿Qué espero lograr con esta
reflexión? En primer lugar que, si
no lo habías visto asi, creas que
Dios mismo te dice por medio de
un simple animalito como el
perro, que te ama con esa
efusividad, con esa intensidad ¡y
de manera incontenible! En
segundo lugar, que se despierte
en ti una pasión semejante por
ese Dios personal, íntimo y
cercano.
Y, en tercer lugar, que el
resultado de lo anterior sea que
en ti se desborde ese amor hacia
los demás por si tal vez los
ayudes a conocer al Dios que te
trae tan “loco”. Porque este
mundo necesita más gente que
“enloquezca” por Dios. Y,
conforme haya en el mundo más
gente así de “loca”, entonces el
mundo ya no estará tan loco… y
será un mejor lugar para vivir
porque la presencia de Dios será
evidente en las vidas de sus
hijos, y lo que Cristo dijo hace
dos mil años llegará a ser
finalmente experimentado en
toda su plenitud por el mundo: El
hecho de que “el Reino de los
Cielos se ha acercado”. Amén. ◊
16 Comunión de Gracia Internacional
Einstein y
la Teología
l 14 de
marzo fue
el aniversario
de Einstein.
Nació hace 134
años. Einstein
siempre me
pareció una
personalidad
fascinante. Ha-
ce más de cien
años escribió un
ensayo descri-
biendo un postulado radical sobre
la naturaleza de la luz que le dio
la vuelta a la física convencional
de entonces y llevó al desarrollo
de la Teoría Quántica. Lo que
puede que se reconozca menos
es el impacto potencial que las
ideas de Einstein tuvieron en la
teología.
A la física y a la química se les
llaman “ciencias duras”. No por-
que sean difíciles, sino porque
esos fenómenos físicos respon-
den al método científico, adhi-
riéndose a predicciones demos-
trables por medio de experimen-
tos controlados que pueden pro-
ducir información precisa y cuan-
tificable. Disciplinas como la so-
ciología, las ciencias políticas y la
teología son menos exactas, más
difíciles de cuantificar y no pro-
ducen resultados fácilmente pre-
decibles fuera del medio experi-
mental. Se les
llama “ciencias
suaves”.
Einstein mos-
tró que las
ciencias duras
no lo son tan-
to, después de
todo. Se dio
cuenta de que
las que se
consideraban
ideas estable-
cidas sobre la naturaleza de la
materia eran demasiado simplis-
tas. La luz por ejemplo, se con-
duce en alguna forma enigmáti-
ca, como onda y como partícula.
Esta aparente paradoja desafiaba
toda explicación científica simple.
Einstein afirmó: “Lo que veo en
la naturaleza es una estructura
magnificente que podemos com-
prender solo muy imperfecta-
mente, y eso debe llenar a toda
persona que piense con un sen-
timiento de humildad”.
La idea de la luz actuando como
una onda y como una partícula es
todavía un concepto difícil de
entender. Es una idea que pare-
ciera pertenecer a las ciencias
suaves, no a la física.
A medida que los científicos se
han adentrado investigando en
los dominios de lo muy grande y
E
DEL ESCRITORIO DE JOSEPH TKACH
Odisea Cristiana 17
de lo incompresiblemente peque-
ño, han encontrado paradojas
incluso más extraordinarias.
Stephen Hawking, un físico teóri-
co contemporáneo brillante ha
escrito: “La física quántica es un
nuevo modelo de la realidad que
nos da una imagen del universo.
Es una imagen en la que muchos
conceptos fundamentales para
nuestra comprensión intuitiva de
la realidad no tienen ya significa-
do” (El Gran Diseño -The Grand
Design). De acuerdo a la física
Lisa Randall en su libro Llamando
en la Puerta del Cielo: Cómo la
Física y el Pensamiento Científico
Ilumina el Universo y el Mundo
Moderno (Knocking on Heaven’s
Door: How Physics and Scientific
Thinking Illuminate the Universe
and the Modern World): “Esta-
mos balanceándonos al borde de
los descubrimientos. Los experi-
mentos más grandes y excitantes
de la física de las partículas y de
la cosmología están de camino, y
muchos de los físicos y astróno-
mos con más talento del mundo
están centrados en sus implica-
ciones. Lo que los científicos en-
cuentren en la próxima década
podría dar claves que al final
cambiarían nuestro punto de
vista de la constitución
fundamental de la ma-
teria o incluso del mis-
mo espacio, y también
podrían proveer un cua-
dro más abarcador de la
naturaleza de la reali-
dad”.
Este es un tema fasci-
nante para la exploración. De
alguna forma me ha ayudado en
mi viaje hasta apreciar la natura-
leza trina de Dios. Cuando veo
que las paradojas existen en la
naturaleza, no es tan difícil para
mí aceptar que la naturaleza del
Creador de la luz parezca, a mi
limitada comprensión humana,
también paradójica de alguna
forma.
Albert Einstein no era un “cre-
yente” en el sentido tradicional,
aunque se consideraba a sí mis-
mo un agnóstico, fue un crítico
firme del ateísmo. Habría deplo-
rado las estridentes voces de
algunos científicos actuales que,
enfadados, insisten en que Dios
no existe. Él escribió: “Frente a la
armonía en el cosmos que yo,
con mi limitada mente humana,
soy capaz de reconocer, hay, sin
embargo, personas que dicen que
no hay Dios. Pero lo que me en-
fada en realidad es que me citen
para apoyar tales puntos de vis-
ta”.
Aunque Einstein no creía en un
Dios personal, nunca dejó de ir a
los servicios en la Universidad de
Princeton cuando se ofrecían
oraciones por los judíos prisione-
18 Comunión de Gracia Internacional
ros en los campos de concentra-
ción. Mantuvo: “Aunque las esfe-
ras de la religión y la ciencia, en
sí mismas, están claramente
alejadas la una de la otra”, hay
“fuertes relaciones reciprocas y
dependencias, como la aspiración
por la verdad derivada de la esfe-
ra religiosa”. Una vez explicó
que: “la ciencia sin la religión
está coja, la religión sin la ciencia
está ciega”.
Einstein murió en 1955. No son
solo las ciencias duras las que le
deben gratitud. Cuando se le
preguntó cómo llegó a su nuevo
gran descubrimiento, dijo: “Me
detuve delante del universo y
escuché”. Él mostró que ser un
científico no significa hacer todo
comprensible con absoluta certe-
za. Demostró que los grandes
nuevos descubrimientos en cono-
cimiento llegan solo cuando per-
mitimos que una realidad, mucho
más grande que nuestra com-
prensión previa permitiría, de-
termine cómo vamos a conocerla,
y cuando permitimos en humil-
dad que nos diga su naturaleza.
De esta forma, Einstein, sin du-
da, abrió la puerta para que al-
gunos reconocieran la legitimidad
de la llamada “ciencia suave” de
la teología; porque en teología
estamos delante de la Realidad
que excede con mucho a nuestra
comprensión. Pero cuando escu-
chamos en humildad en el lugar
donde Dios se ha dado a conocer
personalmente a sí mismo, po-
demos sin duda tener conoci-
miento real, sino absolutamente
abarcador, de Dios. Y ese lugar
es una persona: Jesucristo.
La teología cristiana no es anti-
científica y la ciencia no puede
ignorar una realidad más grande
que nosotros mismos, y más
grande que nuestro universo.
Hacerlo sería, bueno, no científi-
co. Como Einstein escribió: “Todo
el que esté seriamente interesado
en la búsqueda de la ciencia se
convence de que un espíritu está
manifiesto en las leyes del uni-
verso, un espíritu muy superior al
ser humano, y
uno ante el
cual nuestros
modestos po-
deres se deben
de sentir hu-
mildes”. ◊
Joseph Tkach
es Presidente de
Comunión de
Gracia Interna-
cional.
Odisea Cristiana 19
odo cristiano tiene en
alta estima la cruz de
Cristo; será porque en ella
murió el Salvador del
mundo, el redentor de la
humanidad, el Cordero de
Dios que quita los pecados
del mundo. Todo cristiano
también sabe que por medio de
ese instrumento de tortura desti-
nado para los más crueles delin-
cuentes de esa época, Jesús ter-
mina una obra planeada desde
antes de la fundación del mundo;
“Consumado es” son sus últimas
palabras con vida humana (Juan
20:30).
En Cristo Dios concibe a la
“humanidad santa y sin mancha”
(Efesios 1:4), creada a la “ima-
gen y semejanza” de su Creador
(Génesis 1:27); sin embargo, el
pecado empañó la imagen de
Dios y corrompió la naturaleza
humana engendrada por el mis-
mo Padre Celestial. Dios sabía
que esto iba a suceder, por eso la
obra redentora del Cristo de Dios
ha lugar en la historia y en el
mundo.
Pero, ¿Por qué la cruz? ¿Por qué
ese instrumento vil de tortura?
¿Qué tan delincuente fue Jesús?
¿Por qué Dios permitió que su
Hijo muy amado sufriera tan
cruel tormento? ¿Qué sucedió
realmente en ella?
Todas estas preguntas merecen
una respuesta:
Para Dios el tiempo no existe,
Él lo creó para el hombre, para
que en el lapso de menos de 100
años pudiera darse cuenta de que
es heredero de la misma gloria
de su Creador; fue concebido de
tal manera que aun siendo hu-
mano, pudiera vivir en santa
comunión con Dios, su Padre; sin
embargo, un día decidió separar-
se de quién dependía para hacer
su propia vida, lejos de su pro-
veedor, protector, y amante es-
poso.
Este hecho causó la muerte y la
oscuridad, y la humanidad se
corrompió a tal grado que el pro-
feta Jeremías afirmó: “El corazón
humano es lo más engañoso que
T
REFLEXIONES Por Rubén Ramírez Monteclaro
20 Comunión de Gracia Internacional
hay, y extremadamente perver-
so. ¿Quién realmente sabe qué
tan malo es?” (Jeremías 17:9)
La declaración del profeta la
podemos corroborar cuando le
damos un vistazo a la historia de
la humanidad, desde el rechazo
de Dios y el fratricidio de Caín,
hasta dos guerras mundiales,
rodeadas de tantas perversidades
y seguidas de ruindades, fraudes,
genocidios y maquinaciones de
daño de los unos a los otros,
cuando Jesús nos pide que nos
amemos en Espíritu y Verdad.
Esta humanidad muerta espiri-
tualmente, viviendo en la com-
pleta oscuridad que trae el recha-
zo de Dios; esta humanidad ale-
jada de Dios porque no permite
que se le diga qué es lo mejor
para sí y menos cuando la voz
sale de quien es su Creador. A
esta humanidad es a la que des-
ciende Dios en la persona de
Jesús, para adoptarla (Efesios
1:5) y hacer morada con ella: un
solo ser el Creador y lo creado.
Dios, al hacerse humano en la
persona de Jesús, vino a experi-
mentar en carne propia la decla-
ración del profeta Jeremías: “En-
gañoso es el corazón más que
todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?” (Jeremías
17:9 RV60).
El propósito inicial: sanar, res-
taurar y resucitar a una humani-
dad inmersa en sus perversida-
des, hacerla nuevamente apta
para la convivencia con su Crea-
dor.
El propósito final: ser un solo
ser Dios y la humanidad, tal co-
mo lo concibió desde antes que el
mundo existiera.
Así que, la encarnación, vida,
muerte, resurrección y ascensión
de Jesús cumple un propósito por
demás excelso y sin precedentes.
Esto engrandece la obra de Jesús
mi Salvador, quien me ha purifi-
cado y santificado; y ¿Cómo lo
logró?
Viviendo en la carne la perver-
sidad de la humanidad caída y
dejándola clavada en ese instru-
mento de tortura que es la cruz,
destinada para los más perversos
delincuentes, porque la humani-
dad era eso (Jeremías 17:9).
Veamos la cruz como el
instrumento empleado
por nuestro amoroso Padre
para que ahí se quedara mi
humanidad mala, pecadora
y depravada.
Demos respuesta a las pregun-
tas iniciales:
¿Por qué la cruz? ¿Por qué ese
instrumento vil de tortura? Por-
que era el instrumento destinado
a purgar los más viles y perver-
sos delitos del hombre.
¿Qué tan delincuente fue Jesús?
Cargó con todos los delitos y
perversidades de la humanidad
para poder expiarla plena y to-
talmente.
¿Por qué Dios permitió que su
Hijo muy amado sufriera tan
cruel tormento? Porque el amor
Odisea Cristiana 21
de Dios por la humanidad sobre-
pasa todo entendimiento. El amor
(ágape) de Dios es un amor de
un sólo sentido: dar, dar, dar… es
amar sin que la persona objeto
de ese amor no se merezca ese
amor
¿Qué sucedió realmente en la
cruz? En ella quedó clavada y
muerta la perversidad de la hu-
manidad. Después de ese día y
de ese hecho en particular, la
humanidad dejó de
ser lo que era: per-
versa, ruin y depra-
vada, para emerger
una nueva humani-
dad en la persona
del Cristo resucitado,
una humanidad dife-
rente, santa y sin
mancha, llena del
amor de Dios, de ese
amor cuyo objetivo
es dar, dar, dar…
Así es como Dios
ama y así es como
nosotros los humanos debemos
amarnos los unos a los otros, ya
que en Jesús somos los hijos
muy amados del Padre.
Esa es nuestra nueva naturale-
za: santa y sin mancha, en Cristo
Jesús.
Por eso, al conmemorar la
muerte y resurrección de Jesús,
llenémonos la mente y el corazón
de esa gratitud que merece el
amor de Dios “Pues Dios amó
tanto al mundo que dio a su úni-
co Hijo, para que todo el que
crea en él no se pierda, sino que
tenga vida eterna. Dios no envió
a su Hijo al mundo para condenar
al mundo, sino para salvarlo por
medio de él”. (Juan 3:16-17)
Veamos la cruz como el instru-
mento empleado por nuestro
amoroso Padre para que ahí se
quedara mi humanidad mala,
pecadora y depravada.
Pero más importante; veamos a
Jesús emerger de la tumba resu-
citado con una nueva humanidad
limpia, sin mancha ni
arruga para empezar
a vivir una vida en
santa comunión con
nuestro amoroso
Padre, quien en su
Hijo, nos dice: “uste-
des son mis hijos
amados”.
Vivamos esta reali-
dad, esta nueva hu-
manidad y procla-
memos fuertemente
que Dios nos ha lle-
vado a su reino, al seno mismo
de su naturaleza santa, a vivir
por siempre en su luz verdadera,
inaccesible para los humanos
antes de Cristo. Esa es nuestra
misión: mostrar a la humanidad
que vive en la oscuridad que Dios
nos ha limpiado y hechos santos,
para que pueda gozar de lo que
nosotros los cristianos ya esta-
mos disfrutando. Loor por siem-
pre a nuestro Dios. Aleluya.
Amén. ◊
Rubén Ramírez Monteclaro es
pastor regional de Comunión de Gra-
cia Internacional en Veracruz, México.
22 Comunión de Gracia Internacional
Aprendiendo a ser como Cristo en la vida diaria
uimos hechos para ser
como Jesús, pero,
¿cuál es la diferencia de
tratar de ser como Buda o
Confucio? ¿Cómo es el cris-
tianismo diferente de otras
religiones que animan a la
gente a imitar un persona-
je modelo muy respetado?
Es diferente de varias maneras.
La mayoría de las religiones en-
señan algún tipo de obras como
el camino de la salvación: decir
las oraciones correctas y hacer
las cosas correctas, esperando
que sea suficiente. Dan a enten-
der que la gente puede ser lo
suficientemente buena si se es-
fuerza lo suficiente.
Todos necesitamos la Gracia
El cristianismo enseña que to-
dos necesitamos la gracia, por-
que no podemos ser lo suficien-
temente buenos, no importa
cuánto nos esforcemos. El punto
de la gracia y del sacrificio de
Jesús, es que ninguna cantidad
de buenas obras o actos religio-
sos puede salvar a nadie. Si ese
camino podría haber sido diseña-
do, entonces Dios lo habría he-
cho. “Porque si se hubiera dado
una ley capaz de impartir vida,
entonces la justicia ciertamente
hubiera dependido de la ley”.
(Gálatas 3:21). El evangelio cris-
tiano enseña que nadie puede
ganar la salvación, y sin embar-
go, todos pueden tenerla, porque
Jesús nos la da gratuitamente.
Otra diferencia es que la mayo-
ría de las religiones nos dicen que
debemos cambiar nuestro com-
portamiento, y esperan que pon-
gamos todo nuestro esfuerzo. El
cristianismo dice que Dios mismo
proveerá el poder que necesita-
mos para cambiar nuestras vidas.
Nosotros, los humanos nos he-
mos metido en este lío, y no po-
demos rescatarnos a nosotros
mismos. El poder de la salvación
debe venir de Dios.
Nosotros no estamos tratando
de convertirnos en la imagen de
Cristo, dejamos que Dios lo haga
en nosotros. La Biblia describe
esto como el Espíritu Santo vi-
viendo en nosotros, Dios viviendo
en nosotros, o Jesús viviendo en
nosotros. El poder de cambiar
nuestro comportamiento viene de
Él, no de nosotros mismos. Es su
trabajo, no algo de lo que noso-
tros podamos tomar el crédito
correspondiente.
La mayoría de las religiones
motivan a la gente a través de
amenazas y el deseo de obtener
F
EL PROPÓSITO DE LA VIDA HUMANA Por Michael Morrison
Odisea Cristiana 23
recompensas. El cristianismo nos
motiva a través de la gracia y el
amor. Obedecemos a Dios no por
miedo, sino por amor y agrade-
cimiento por lo que ha hecho. Y
estamos seguros de que él nos
ha dado las mejores instrucciones
posibles sobre la manera de vivir.
El cristianismo dice que fuimos
creados con un propósito, y ese
propósito es la felicidad eterna
viviendo con Padre, Hijo y Espíri-
tu Santo, que son supremamente
amorosos. “En Tu presencia hay
plenitud de gozo; En Tu diestra
hay deleites para siempre” (Sal-
mo 16:11).
Jesús no es sólo un ejemplo de
cómo debemos vivir - es también
un ejemplo de lo que significa la
salvación. Él vive en la gloria
eterna, y dice que podemos
acompañarlo en esa gloria, si
confiamos en él.
El crecimiento espiritual
A través de los siglos, los cris-
tianos hemos encontrado varias
maneras de dejar que Dios haga
su obra en nuestras vidas. Dios
no nos obliga a amarlo - el amor,
por definición, tiene que ser dado
de buena gana, no se puede pro-
gramar en nosotros o ser forzado
a salir de nosotros. Tenemos que
escoger amarlo. Dios obra en
nosotros cuando nos sometemos
a él. "Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el
hacer, por su buena voluntad"
(Filipenses 2:13).
¿ Cómo permitimos a Dios que
haga su obra en nuestras vidas?
¿Cómo llegamos a ser más como
Jesucristo? De varias maneras:
En la adoración recordamos la
grandeza de Dios, su misericordia
y su deseo de hacer el bien en
nuestras vidas. Recordamos que
podemos confiar en él y que de-
pendemos de él, tal como lo hizo
Jesús.
En la oración, reconocemos que
dependemos de Dios, y le pedi-
mos la ayuda que necesitamos –
necesidades tales como comida,
intervención y cambio espiritual.
"Por nada estén inquietos; antes
bien, en todo, mediante oración y
súplica con acción de gracias,
sean dadas a conocer sus peti-
ciones delante de Dios" (Filipen-
ses 4:6).
En el estudio de la Biblia, po-
demos leer y pensar acerca de
las obras y palabras de Dios.
Jesús estudió las Escrituras y
utilizó sus palabras para ayudarlo
a resistir las tentaciones (Mateo
4:1-11). Dijo que los seres hu-
manos no vivimos "solamente de
pan, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios" (versícu-
lo 4). La vida espiritual necesita
alimento espiritual.
Aprendemos de nuestras inter-
acciones sobre la manera de ex-
presar amor, y crecer en el apre-
cio para las personas que tienen
talentos y habilidades diferentes
de las nuestras. Jesús creó la
iglesia no sólo para predicar el
evangelio, sino para ayudarnos a
crecer, porque eso también es
parte de su obra y su propósito.
24 Comunión de Gracia Internacional
En la iglesia, nos relacionamos
con otras personas que están en
el mismo programa de entrena-
miento centrado en Cristo.
En el servicio, en ayudar a los
demás, actuamos de la manera
en que Jesús lo haría. Aprende-
mos por experiencia que el servi-
cio nos da más satisfacción en la
vida que el egoísmo. Estar invo-
lucrado en la obra de Dios es el
sentimiento más satisfactorio de
todos, ya que será de valor
eterno. Cuando morimos, no
podemos llevar las cosas físicas
con nosotros, pero podemos lle-
varnos las relaciones con noso-
tros y continuarlas en la próxima
vida.
En las experiencias del día a día
de la vida, tenemos la oportuni-
dad de aprender a ser como Je-
sús, al elegir ser paciente, ser
considerado, ayudar a otros,
orar. En el trabajo y en nuestros
hogares, Jesús tiene algo que
decir acerca de lo que hacemos.
¿Qué pasa con las pruebas y
dificultades de la vida? Nos gus-
taría que se fueran, pero Jesús
nunca prometió eso. En cambio,
él nos prometió problemas: “En
el mundo tendrán aflicción” (Juan
16:33). “El siervo no es mayor
que su señor. Si a mí me han
perseguido, también a ustedes
los perseguirán” (Juan 15:20).
Ser como Jesús no es fácil.
Dios usa nuestras dificultades
como oportunidades de aprender.
Incluso Jesús tuvo que experi-
mentar problemas. "Aunque era
Hijo, aprendió obediencia por lo
que padeció" (Hebreos 5:8). Si
hasta Jesús tuvo que aprender a
través del sufrimiento, podemos
esperar que sea parte de nuestro
programa de entrenamiento,
también. Vamos a experimentar
problemas en la vida sigamos o
no a Jesús. No se trata de no
tener problemas , sino de apren-
der de esos problemas. ¿Reaccio-
namos a los problemas de la
manera en que Jesús lo haría, o
nos amargamos y buscamos
venganza?
Aprendemos más sobre el
amor, cuando amamos a las per-
sonas difíciles de amar, apren-
demos más acerca del perdón
cuando las personas pecan contra
nosotros. Nuestro carácter se
moldea más como Jesús no tanto
en los buenos tiempos, sino en
los tiempos difíciles. ¿Cómo reac-
cionamos ante los problemas?
No siempre entendemos por
qué Dios permite que la gente
sufra. No podemos ver nada
bueno o alguna lección que
aprender. Pero Dios nos asegura
que "en todas las cosas intervie-
ne Dios para bien de los que lo
aman, los que han sido llamados
de acuerdo con su propósito"
(Romanos 8:28). Puede que no
sepamos cómo - sólo tenemos
que confiar en él. Cualquiera que
sea la prueba, por lo menos po-
demos estar seguros de esto:
"Nuestros sufrimientos del tiem-
po presente no son comparables
con la gloria que habrá de reve-
larse en nosotros" (versículo 18).
Odisea Cristiana 25
Podemos estar seguros, incluso
en nuestras pruebas, que Dios
tiene algo maravilloso planeado
para nosotros. Nuestras pruebas
son sólo temporales, ¡pero la
gloria va a durar para siempre!
La Biblia nos advierte que va-
rias cosas pueden sofocar la obra
que Dios está haciendo en nues-
tras vidas. Podemos resistir a los
enemigos, pero tomará un cierto
esfuerzo.
En Lucas 8, Jesús contó una
historia acerca de las semillas en
diferentes tipos de suelo. En su
historia, la semilla representa la
palabra de Dios (versículo 11).
Algunas personas reciben el
mensaje del Evangelio con ale-
gría. "Ellos creen por algún tiem-
po, pero en el momento de la
prueba se apartan" (versículo
13). Se espera que el cristianis-
mo es viento en popa, pero eso
no es lo que Jesús promete.
"Cuando surgen problemas o
persecución a causa de la pala-
bra, luego tropiezan" (Mateo
13:21).
Otro grupo de personas son
como semillas que cayeron entre
las malezas. Aunque el mensaje
de Jesús empezó a crecer en su
vida, fue ahogado con el tiempo
por las malas hierbas. "Al conti-
nuar su camino son ahogados por
las preocupaciones de la vida, las
riquezas y los placeres, y no ma-
duran" (Lucas 8:14). Algunas
personas están tan distraídas por
las cosas de este mundo, que no
llegan a pensar en la vida eterna.
El evangelio no tiene resultados
en sus vidas, porque lo ignoran –
están demasiado "ocupados"
para ver la eternidad cualquier
momento. O se divierten con la
riqueza, o se frustran tratando de
hacer riquezas (ver también 1
Juan 2:16-17). De cualquier ma-
nera, no le dan a Dios todo el
tiempo. Están eligiendo la vida
mortal en lugar de la vida eterna.
Sin embargo, algunas personas
responden bien al mensaje: "La
semilla en buena tierra son los
que tienen un corazón noble y
bueno, que oyen la palabra, la
retienen, y por la perseverancia
dan fruto" (Lucas 8:15). La per-
severancia nos ayuda a crecer y
producir fruto. Nuestras decisio-
nes hacen la diferencia en lo que
el evangelio hace en nuestras
vidas. Necesitamos valorar la
vida eterna que Jesús nos ofrece
- y tenemos que actuar sabiendo
que es más valiosa que las re-
compensas temporales de esta
vida mortal.
Debemos amar a Dios más de
lo que amamos el dinero, los
placeres físicos, o el éxito que
este mundo ofrece. Esas cosas
son temporales, por lo que de-
bemos mantener nuestros ojos
en la meta de la vida eterna, con
felicidad eterna y significado
eterno.
Tenemos que decidir. Si quere-
mos una vida plena, una vida
satisfactoria, una vida agradable,
entonces tenemos que mirar a
Jesús como nuestro modelo, y
26 Comunión de Gracia Internacional
como el poder que puede cam-
biar nuestra vida. Dios quiere que
vivamos para siempre en amor y
alegría , y tenemos que confiar
en él para hacer el trabajo que ya
ha comenzado. Dios nos creó
para ser "a su imagen“ y envió a
Jesús para garantizarla para no-
sotros, podemos estar seguros de
que va a terminar su obra en
nuestras vidas. ¡Confía en él, y
permítele trabajar con más fuer-
za! ◊
Michael D. Morrison tiene un
doctorado del Seminario Teológico
Fuller. Es editor de Comunión de
Gracia Internacional, Jefe de
redacción de la revista Odisea
Cristiana, colaborador habitual de
dicha revista, instructor adjunto en la
Escuela de Posgrado de Teología
Azusa Pacific y Decano de la Facultad
y profesor de Nuevo Testamento en
Grace Communion Seminary.
También es pastor asociado de
NewLife Fellowship en Pasadena, Cali-
fornia, EEUU.
Lectura recomendada
¡El evangelio sí es
buenas noticias! y
sigue siendo para
siempre buena
noticia, la mejor
noticia imaginable,
para absolutamente
todos y todo. No es
solamente buena noticia para los
pocos que llegaron a conocer a Cristo
antes de morir; es buena noticia para
toda la creación; aun para todos
aquellos que murieron antes de
jamás haber oído acerca de Cristo.
Puedes leer en línea o descargar este
folleto en:
http://comuniondegracia.org/categor
y/literatura/
Confianza
“Confía en el SEÑOR
con todo tu corazón.”
Proverbios 3:5
¿Cómo se ve la confianza? Se ve
como un niño sentado tranquila-
mente en el regazo de su madre,
sabiendo que está seguro y que
todo está bien en su mundo. Se
ve como un niño que camina por
la calle de la mano de su padre,
sin preocuparse de a dónde van o
qué va a pasar más adelante. Es
saber que porque mi papá está
ahí, todo está bien. La confianza
es no tener ningún miedo, ningu-
na preocupación, ninguna ansie-
dad por el futuro, porque él está
contigo.
¿Qué significa “con todo tu co-
razón”? Tu corazón es todo de tí,
todo lo que eres: pensamientos,
decisiones, sentimientos, emo-
ciones, deseos, cuerpo y alma.
Podemos confiar en Dios con todo
lo que somos. Él no nos defrau-
dará, incluso si dejamos de ir
tomados de Su mano por un rato.
Podemos confiar en Él porque Él
nos ama, completamente y sin
condiciones. ◊
Tammy Tkach
Odisea Cristiana 27
2º Campamento
Nacional Mexicano Por Samuel Mercado
l segundo Campamento de
Crecimiento Cristiano e Inte-
gración se llevó a cabo en la pla-
ya de Guayabitos de los días 29
de Diciembre al 1º de enero de
2013. Este campamento ha teni-
do por objetivo fomentar la uni-
dad entre los jóvenes que asisten
regularmente a las congregacio-
nes de Comunión de Gracia In-
ternacional a lo largo
de toda la República
Mexicana.
El campamento tuvo
un doble enfoque en
esta ocasión, por un
lado se buscó el que
cada joven descubriera
que puede tener una
relación personal con
Jesucristo, eliminando
falsos conceptos que en
ocasiones se tienen
sobre Dios y sobre la
salvación. El otro tema
fue la continuación del
curso “Caminando con
el Maestro, El llamado
del Maestro” donde se
mostró que Cristo nos
llama a la salvación y a
servir con nuestros
dones aprovechando
nuestra personalidad,
experiencias y habilida-
des particulares, po-
E
28 Comunión de Gracia Internacional
niendo todo eso al servicio de la
obra de dar a conocer el evange-
lio.
En este campamento cinco jó-
venes decidieron comprometerse
con Cristo mediante el bautismo,
los cuales se efectuaron por el
joven pastor Natanael Cruz, asis-
tido por Samuel Mercado. Los
jóvenes bautizados fueron: José
Luis Lujano de Monterrey N.L.,
Enrique Isaac Iñiguez de Guada-
lajara, Jal., Fatima Rodriguez y
Fernanda Rodriguez, ambas de
la Cd. de México, y Paulina Reyna
Langarica de Tepic, Nayarit.
Tuvimos una asistencia de 32
personas incluyendo a los organi-
zadores, adultos jóvenes y adole-
centes. En esta ocasión 18 Jóve-
nes fueron beneficiados
con una beca otorgada por
la Fundación Jon Whitney,
organización que otorga
becas a jóvenes para asis-
tir a campamentos cristia-
nos, y muy seguramente
sin este apoyo muchos no
hubieran podido asistir
debido al costo del cam-
pamento y el transporte
adicional que deben cos-
tear ya que como se men-
cionó antes los jóvenes
provienen de diferentes
Estados y la mayoría de-
ben viajar en autobús
entre 6 y 10 horas, aun-
que algunos casos puede
extenderse el viaje de 12
a 16 horas.
Para recibir el año todos
fuimos a la playa y cada
uno compartió sus deseos
Odisea Cristiana 29
para los demás y su
agradecimiento para
con Dios. Fue una vela-
da muy emotiva y úni-
ca, y después de recibir
el año tuvimos una
cena especial con birria,
un platillo típico de
Jalisco.
En estos días además
de los temas tuvimos
actividades de integra-
ción, tiempo libre para
convivir y salir a cono-
cer el pueblo. Todos los
asistentes preparamos
nuestros desayunos,
comidas y cenas, y nos
encargamos de las acti-
vidades de limpieza.
También algunos
aprovecharon la opor-
tunidad para hacer un
recorrido en lancha a
mar abierto para ob-
servar a las ballenas
que en ésta época se
encuentran migrando
en el área.
El compañerismo que
se vivió fue excelente,
los jóvenes que ya
habían asistido al ante-
rior campamento pu-
dieron reencontrarse
con grandes amigos,
los jóvenes que fue su
primer campamento
pudieron sentir un
verdadero compañe-
rismo y aceptación en
el grupo y se formaron
grandes amistades.
30 Comunión de Gracia Internacional
El resultado
del campamento
es positivo, se
están levantan-
do líderes de
jóvenes de en-
tre ellos mis-
mos, algunos
proyectos loca-
les y otros na-
cionales para el
desarrollo de la
obra se están
concretando, los
jóvenes están
aceptando el llamado de ayudar
en el desarrollo espiritual de
otros jóvenes, hay quienes se
quieren preparar más y desarro-
llar sus dones en sus congrega-
ciones locales.
Agradecemos a Dios por la
oportunidad que nos ha dado en
este campamento de convivir
nuevamente y de poder aprender
más sobre el amor de Dios y su
voluntad para nuestras vidas.
Gracias a todos los que nos apo-
yaron para poder una vez más
haber realizado este proyecto.
Nuestro próximo campamento
será del 15 al 18 de Noviembre
de 2013. Si estás interesado en
participar y quieres mayor infor-
mación puedes escribirme a
isamuel.mg@gmail.com ◊
Escribe para Odisea Cristiana
Podemos ser una denominación pe-
queña, pero con mucha actividad en
cientos de congregaciones y decenas
de países. Saber “lo que está pasan-
do” puede ser una fuente de aliento e
inspiración. Nos ayuda a orar unos
por otros y ser renovados en nuestra
vida cristiana.
¿Tienes una historia inspiradora que
contar enfocada en algún aspecto de
la fe y la vida cristiana? Compártela.
¿Hizo tu congregación una actividad
evangelística con éxito? Escribe lo
que hicieron, cómo lo hicieron, que
resultados alcanzaron.
¿Conoces a una persona interesan-
te, un miembro de la iglesia que ha
tenido un fuerte impacto positivo
sobre ti? Cuéntanos sobre esa perso-
na.
De preferencia que sea un artículo
corto, sustancioso e interesante.
Alrededor de 700-900 palabras esta-
ría bien.
Si es posible, envíanos tu artículo
como un documento de Word adjunto
a un correo electrónico dirigido a
comunion.gracia@gmail.com. Asegú-
rate de incluir fotografías.
¡Estamos esperando tu artículo!
Odisea Cristiana 31
Él conoce tu nombre
a población del mundo es de
alrededor de siete billones.
De acuerdo con un artículo en la
wikipedia, aproximadamente una
quinta parte de todos los seres
humanos que han existido en los
últimos 6,000 años están vivos
hoy en día. Eso es un montón de
gente. Pero, ¿a cuántos de ellos
puedes nombrar? ¿A cien? ¿Qui-
nientos?
¿Cuántos nombres de todos los
miles de millones de personas
que han nacido en esta tierra son
recordados hoy? Todos esos
nombres se desvanecieron en
lápidas (si estuvieron en lápidas),
ahora están olvidados. Sólo los
nombres de los famosos y los
infames se pueden recordar, y
sólo algunos de ellos.
Qué triste es pensar en todas
las vidas durante los siglos perdi-
dos en las brumas de la historia.
Qué triste personalmente, pensar
que nadie se acordará de nues-
tros nombres o los nombres de
los que amamos. La realidad es
que, dentro de unos cien años
más o menos, se olvidarán nues-
tros nombres. Pero hay Uno que
puede recordar todos los nom-
bres de cada persona que haya
nacido. Dios sabe y recuerda
cada nombre de cada ser hu-
mano, y no sólo sus nombres,
sino todo acerca de ellos.
Dios sabe nuestros nombres,
incluso nuestro segundo nombre
y nuestro sobrenombre. Él cono-
ce cada pensamiento, cada lá-
grima, nos ve y nos escucha
cuando lo llamamos.
Parece que es una necesidad
básica – que queremos escuchar
nuestros propios nombres, y que-
remos que otros lo recuerden.
Cualquier persona que trabaja
con público te dirá que debes
aprender y decir el nombre de
una persona cuando hablas con
él o ella. Añade un toque perso-
nal a un argumento de venta. Oír
que su médico pronuncia su
nombre ayuda a que un paciente
se sienta atendido. No queremos
pensar que a los demás no les
importa lo suficiente como para
L
EL TURNO DE TAMMY Por Tammy Tkach
32 Comunión de Gracia Internacional
recordar quiénes somos. Por su-
puesto, a medida que envejece-
mos, ¡se hace más difícil recordar
nombres! A menudo tendrás que
preguntarlo, aunque conozcas a
la persona. ¡Y luego a veces no
podrás recordar los nombres de
tus hijos!
Este mundo parece impersonal
a veces. Puede ser un lugar triste
y solitario. Hay días en que todos
nos sentimos como si fuéramos
sólo un número, oscuro y sin
importancia. Nos preguntamos si
a alguien realmente le importa-
mos. Pero cada vez que una lá-
grima cae de mis ojos, Dios la ve.
Él entiende e incluso llora conmi-
go. Si no hay nadie en el mundo
a quien le importe, a Él sí. Saber
que Dios sabe mi nombre y nun-
ca se olvidará de lo que soy es un
pensamiento reconfortante.
¿La vida te trata mal? ¿Te sien-
tes un poco triste, solo, despre-
ciado? Dios lo sabe y se preocu-
pa. Él sabe tu nombre y conoce
su dolor. Él tiene tus lágrimas en
una botella (Salmo 56:8), y su
corazón es para ti. Incluso ha
escrito tu nombre en el libro de la
vida (Lucas 10:20).
La próxima vez que te sientas
como un número, que a nadie le
importas y nadie recuerda quién
eres, piensa en el que guarda tus
lágrimas, ha contado los cabellos
de tu cabeza (Lucas 12:7) y se
encarga de todas sus necesida-
des (Mateo 6:30). Él sabe tu
nombre y tú lo oirás cuando te
llame. ◊
Dios Trino,
cuán grande eres.
Pintas el cielo
en la oscuridad,
salpicándolo de estrellas.
A continuación,
muy suavemente,
un rayo de luz del sol
detrás de otro,
marca el comienzo
de la luz del día,
y la esperanza
de un nuevo comienzo.
Contigo cada día es
un nuevo comienzo.
Contigo cada momento
desborda con esperanza.
Tú que dijiste:
“Ustedes son
la luz del mundo”.
Permite que brille
tu amor en mí hoy.
Juntos, disipemos
la oscuridad y
muy suavemente,
un rayo de esperanza
detrás de otro,
pasemos la luz de Dios.
Iluminemos este mundo
con la luz de tu amor.
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