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¿QUÉ TAN RELIGIOSO ES EL COLOMBIANO? 57 Las religiones como mecanismo de regulación y compromiso social han formado parte fundamental en el desarrollo de la humanidad. Sus estructuras internas, complejas y estructuradas, son el sustento operativo y logístico óptimo para el cumplimiento de su misión: llevar la verdad que proclaman a todos los hombres. Estas comunidades son una estructura perfeccionada en el tiempo, hasta el punto de presentarse como naciones establecidas con sus propias constituciones y territorios reconocidos, como lo es el Vaticano. No podemos desconocer que el fundamento de una sociedad está basado en las creencias religiosas. Estar o pretender estar por fuera de ella es quedar sin piso de legitimidad del compuesto articulado de la misma sociedad. La población mundial divide sus preferencias religiosas entre el catolicismo, el islamismo y el protestantismo, sin desconocer situaciones como las de sus vertientes como el cristianismo o la ortodoxia. Es claro que estas instituciones han jugado un papel político importante en la historia de la humanidad, al punto de utilizar sus enseñanzas como herramientas de conquista y colonización. En Colombia, se presenta de manera general una preferencia por la religión Católica (denominada Apostólica y Romana, por su relación con la iglesia romana y los discípulos de Jesús), generada por la colonización española, ya que las comunidades precolombinas que presentaban otras formas de religiones fueron fuertemente disminuidas por las armas españolas para la imposición de la Iglesia Cristiana en América. Actualmente en nuestro país, la Constitución Política de 1991 crea la figura de la libertad de cultos, dando pie a la creación de nuevas iglesias y la llegada de pensamientos religiosos variados. (Se definirán como iglesias ¿QUÉ TAN RELIGIOSO ES EL COLOMBIANO? Carlos Muñoz y Camilo Herrera

¿Qué tan religioso es el colombiano?, Por Carlos Muñoz y Camilo Herrera

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¿QUÉ TAN RELIGIOSO ES EL COLOMBIANO?

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Las religiones como mecanismo de regulación y compromiso social hanformado parte fundamental en el desarrollo de la humanidad. Susestructuras internas, complejas y estructuradas, son el sustento operativoy logístico óptimo para el cumplimiento de su misión: llevar la verdadque proclaman a todos los hombres. Estas comunidades son una estructuraperfeccionada en el tiempo, hasta el punto de presentarse como nacionesestablecidas con sus propias constituciones y territorios reconocidos, comolo es el Vaticano.

No podemos desconocer que el fundamento de una sociedad estábasado en las creencias religiosas. Estar o pretender estar por fuera deella es quedar sin piso de legitimidad del compuesto articulado de lamisma sociedad. La población mundial divide sus preferencias religiosasentre el catolicismo, el islamismo y el protestantismo, sin desconocersituaciones como las de sus vertientes como el cristianismo o la ortodoxia.

Es claro que estas instituciones han jugado un papel político importanteen la historia de la humanidad, al punto de utilizar sus enseñanzas comoherramientas de conquista y colonización.

En Colombia, se presenta de manera general una preferencia por lareligión Católica (denominada Apostólica y Romana, por su relación conla iglesia romana y los discípulos de Jesús), generada por la colonizaciónespañola, ya que las comunidades precolombinas que presentaban otrasformas de religiones fueron fuertemente disminuidas por las armasespañolas para la imposición de la Iglesia Cristiana en América.Actualmente en nuestro país, la Constitución Política de 1991 crea lafigura de la libertad de cultos, dando pie a la creación de nuevas iglesiasy la llegada de pensamientos religiosos variados. (Se definirán como iglesias

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todos los templos o espacios físicos donde se ofrecen servicios religiosospor medio de un sacerdote o pastor que representa un concepto teológicoestablecido).

Dentro de su libertad religiosa2, nuestro país ha acogido de maneraimportante a las iglesias Cristiana3, Mormona, Masona y Judía, relegandoaún más las tradiciones teológicas precolombinas. Las estructuras formalesde estas religiones se parecen entre sí: un sacerdote mayor, que esrepresentante de una filosofía religiosa y que regula a los sacerdotesmenores, aquellos que tienen contacto directo con las comunidades ydifunden las ideas y principios de su iglesia. De alguna manera, presentanjerarquías institucionales piramidales como en las Fuerzas Armadas.

Para el caso de la Iglesia Católica, en Roma se encuentra la sedeprincipal, donde el Papa, máximo Pontífice, preside esta comunidad comorepresentante de Dios en la Tierra. Bajo esta figura se plantea un modeloescalafonado de cardenal a obispo, a monseñor, a párroco. Para que unciudadano, –sólo un hombre– pueda ser sacerdote, debe recibir unaestricta formación filosófica y teologal. Para esto existe el seminario deformación, que guarda cierta similitud con las universidades. El candidatose inscribe en el seminario y debe cubrir los costos de su educación, peroa diferencia de las universidades de todo el mundo, al egresar quedavinculado a una comunidad que le representa un sustento económico.Esto hace que la comunidad católica en Colombia tenga un importante

Distribución de las religiones en el mundo.

1 Martin Tzschatschel, “El Atlas de la fe, un viaje a través de las confesiones religiosas del mundo”,1996.

2 Artículo 19 de la Constitución Política de 1991.3 En los últimos tiempos está pisando con fuerza dentro de las filas cristianas el movimiento

pentecostal o carismático.

Fuente: Tzschaschel1

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parecido con las Fuerzas Armadas, no sólo en su estructura piramidalsino en su estructura de formación, capacitación, ascensos y sector deinfluencia según el nivel de la jerarquía. Es en este punto donde quedaclaro que la Iglesia Católica se presenta a su comunidad como unaestructura empresarial, pero con una importante diferencia en cuanto alproducto ofrecido. De alguna manera, se puede afirmar que el productoofrecido por las iglesias es un conocimiento determinado, que redundaen la formación de la fe.

¿CREEMOS EN DIOS?

La clara herencia jacobino-católica española es muy fuerte en Colombia.Comprender que nuestra población cree en un 98% en alguna forma dedios demuestra lo importante que es esta herencia en nuestras vidas.

Sin importar la fe que se profese, el colombiano cree que existe undios, que está más allá de lo material y que le genera una serie decondiciones de vida y lo regula entre el bien y el mal. Esta concepciónliga al ciudadano a un pensamiento católico apostólico, fortalecido por lainnegable importancia de la Iglesia Católica en Colombia, que va desdeel Concordato hasta la negociaciones de paz. Esta creencia enmarca alciudadano en un concepto moderno que concibe algunas situacionescomo fuera de su control.

La estructura urbana colombiana parte de la plaza española, enmarcadasiempre por el enfrentamiento de la Alcadía, como el poder humano, y laIglesia, como el poder divino. Otro ejemplo de esta religiosidad provienede los sicarios antioqueños de la década de los ochenta, quienes le pedíana la Virgen apoyo para cumplir con su misión.

¿Cree en Dios?

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EL PERFIL DEL CREYENTE

Si bien todos creemos en Dios, no todos creemos de la misma forma. 77de cada 100 colombianos son católicos, 5 son evangelistas, 4 afirmanque pertenecen a otro grupo y 22 dicen que no pertenecen a ningúngrupo. En menor participación, 6 de cada 1.000 son protestantes, 1 decada 1.000 es musulmán y 1 de estos, budista.

Este fenómeno multi-religioso es más acentuado en las nuevas gene-raciones que claramente son menos religiosas (3 de cada 10 personasentre 18 y 25 años no pertenecen a ningún grupo religioso). Esto tieneorigen en por lo menos tres factores principales: la secularización de la

Pertenencia a grupos religiosos en Colombia.

Pertenencia religiosa por grupos de edad.

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sociedad por el modelo educativo no católico, la libertad de culto de laconstitución de 1991 y los arquetipos internacionales a los que los jóve-nes están expuestos por los medios de comunicación y por la industriadel entretenimiento.

¿POR QUÉ DEJAMOS ATRÁS AL CATOLICISMO?

Si bien la influencia de factores externos, paradigmas y modas, la pérdidade creyentes del catolicismo romano se debe a la rigidez de su dogmasobre temas como el aborto, el homosexualismo, el divorcio o lasrelaciones sexuales; se debe a que la iglesia católica no ha logradomantener su poder fundamental en la población: ser la guía y el soporteespiritual del colombiano.

8 de cada 10 católicos y protestantes confían en la iglesia. 7 decada 10 jóvenes entre los 18 y 25 años, y 9 de 10 mayores de 55confían en la institución. Esta brecha muestra que el proceso, aunquelento, ha logrado causar mella en la imagen de la iglesia, lo cual esclaramente preocupante para el obispado. Es posible que esta pérdidade confianza se deba a que las personas cada vez encuentran menosrespuestas en la iglesia y en la religión. En la pregunta “si la iglesia leda las respuestas adecuadas a los problemas morales del individuo”,las respuestas nos dan una muy buena guía de análisis: 6 de cada 10colombianos afirman que sí les da las respuestas adecuadas a losproblemas morales: 1 de cada 2 menores de 25 años y 7 de cada 10mayores de 50 responden esto. El tema tiene fuertes raíces sociales:responden que sí a la pregunta 7 de cada 10 personas de estrato 1 y 5de estrato 6; en las proporciones, las personas con primaria terminaday universidad terminada. 6 de 10 católicos y 8 de 10 de evangelistasresponden positivamente.

En la pregunta sobre si la iglesia da respuestas a los problemassociales de hoy, los resultados son más interesantes: 5 de 10colombianos creen que la iglesia las da; 4 de cada 10 menores de 25años y 6 de 10 mayores de 55 años piensan así. El cambio por estratomuestra que en la delegación de los problemas sociales no esresponsabilizada la iglesia en los estratos altos (4 de 10), pero sí en losbajos (6 de 10), lo que muestra la racionalidad de esta respuesta.Mientras 7 de 10 protestantes y evangelistas responden positivamente,1 de 2 católicos lo hace. Sin confianza ni respuestas sociales oindividuales, el colombiano se la aleja de la iglesia –y en particular dela católica– sin dejar de creer en Dios. Esto tiene un precio muy grandeen nuestra sociedad: cuando tomamos a Dios como un ser superiorque podemos seguir sin una serie de códigos y formas, ocurre que no

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podemos diferenciar el bien del mal. 4 de 10 colombianos creen queel bien y el mal están bien definidos; 5 de 10 consideran que escircunstancial, y que el bien y el mal dependen de las situaciones enlas que se les mire. Esta brecha moral nos demuestra la guía espiritualde la iglesia en nuestra vida. La tipificación de esta posición es aúnmás preocupante: 42% de los colombianos cree que existen guíasabsolutamente claras sobre lo que son el bien y el mal, que estassiempre se aplican a todos, cualesquiera sean las circunstancias; el49% cree que nunca podrán existir guías absolutamente claras sobreel bien y el mal, pues lo bueno y lo malo dependen por completo delas circunstancias del momento; el 4% está en desacuerdo con las dosafirmaciones y el 5 % no sabe.

En el Atlántico y Bogotá, la mayoría de las personas piensa queexisten guías absolutamente claras sobre el bien y el mal, y que estas

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siempre se aplican a todos, cualesquiera sean las circunstancias,mientras la mayoría de las personas de las demás regiones del país piensanque nunca podrán existir guías absolutamente claras sobre lo que son elbien y el mal, y que lo bueno y lo malo dependen por completo de lascircunstancias del momento.

La mayoría de las personas de estratos 4 y 6 piensa que existen guíasabsolutamente claras sobre lo que son el bien y el mal, y que estas siemprese aplican a todos, cualesquiera sean las circunstancias. La mayoría de laspersonas los estratos 1, 2, 3, y 5 piensa que nunca podrán existir guíasabsolutamente claras sobre lo que son el bien y el mal, y que lo bueno ylo malo dependen por completo de las circunstancias del momento.

El 50% de hombres y el 47% de mujeres opinan que nunca podrán existirguías absolutamente claras sobre lo que son el bien y el mal, y que lo buenoy lo malo dependen por completo de las circunstancias del momento.

La mayoría de quienes se encuentran entre 18 y 45 años de edad opinaque nunca podrán existir guías absolutamente claras sobre lo que son elbien y el mal, y que lo bueno y lo malo dependen por completo de lascircunstancias del momento. La mayoría de los mayores de 55 años piensa

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que existen guías absolutamente claras sobre lo que son el bien y el mal, yque éstas siempre se aplican a todos, cualesquiera sean las circunstancias.

La mayoría de las personas que se encuentran en secundaria, enotro y en ningún nivel educativo cree que existen guías absolutamen-te claras sobre lo que son el bien y el mal, y que estas siempre seaplican a todos, cualesquiera sean las circunstancias. La mayoría delas personas de los demás niveles opina que nunca podrán existir guíasabsolutamente claras sobre lo que son el bien y el mal, y que lo buenoy lo malo dependen por completo de las circunstancias del momento.

Esto nos deja, por lo menos, las siguientes reflexiones: (1) a mayorestrato, mayor claridad sobre el bien y el mal, lo cual nos hace intuirque se presentan definiciones diferentes; (2) a menor edad, mayorsubjetividad sobre la moral, lo cual nos hace prever una sociedad sub-jetiva hacia el bien y el mal; (3) a mayor educación, mayor subjetivi-dad, lo que demuestra la secularización de este fenómeno que pareceestar sujeto a la mayor racionalidad de las personas. ¿Pero una socie-dad puede convivir sin esta claridad? Creemos que no.

¿DÓNDE ESTÁN LOS CREYENTES DE LAS RELIGIONES NOTRADICIONALES EN COLOMBIA?

Esta nueva ola de creencias está distribuida por el país y responde acaracterísticas muy claras: el 22% de los colombianos no pertenece aningún grupo religioso; el 67% es católico romano; el 1%, protestante; el7%, evangelista; el 0.01%, musulmán; el 0.01%, budista; el 3%, de otrareligión y el 2% no sabe.

Nunca podránexistir guías

absolutamenteclaras sobre lo que

son el bien y elmal. Lo bueno y lomalo dependen por

completo de lascircunstancias del

momento.

En desacuerdocon ambas.

No sabe.Existen guíasabsolutamenteclaras sobre lo

que son el bien yel mal. Éstassiempre se

aplican a todos,cualesquiera

sean lascircunstancias.

Nivel educativo

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En Atlántico, Noroccidente y Oriente del país, sin tener en cuenta lareligión católica, el protestantismo es la segunda religión que más adeptostiene. En las demás regiones es otra religión.

Estrato socio-económico.

El 4% de hombres y el 5% de mujeres son protestantes. Otro 4% de lasmujeres pertenece a otros grupos religiosos.

De las personas entre 36 y 45 años, la mayoría (sin tener en cuenta elcatolicismo) pertenece a otra religión, mientras en los demás rangos deedad pertenece al protestantismo.

Más de la mitad de los colombianos en todos los niveles educativospertenece a la religión católica.

En todos los estratos sociales el protestantismo es la segunda religiónque más adeptos tiene.

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¿CUMPLIMOS LOS MANDAMIENTOS?

En el Libro del Éxodo (capítulo 20) y en el Libro del Deuteronomio (capítulo5) se listan los 10 Mandamientos, que se constituyen el eje fundamental de lafe católica, ampliados por Jesucristo con el llamado DecimoprimerMandamiento: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Ya entreestos dos libros hay grandes diferencias, pero se nos enseñó en el colegio, enla iglesia y en nuestra casa que eran diez. El incumplimiento de estos pone alcatólico en pecado mortal. Es decir que si muriese no sería salvado a menosque, arrepentido, confesase sus pecados y cumpliera una penitencia. Cabe lapregunta: ¿qué tanto cumplimos los diez Mandamientos?

1. Amarás a Dios4: aunque el 95% de los colombianos dice que Dioses importante en su vida, esto cambia en diferentes segmentos5: el 90%de los colombianos de 18 a 25 años, el 98% de los mayores de 55; el97% del Noroccidente y el 91% de los bogotanos; el 96% de las personasdel estrato 1 y el 93% del 6; el 92% de los hombres y el 95% de las

Rangos de edad.

Nivel educativo.

4 Para establecer este mandamiento se usó la pregunta 196 del ECV.5 Se listan el mayor y el menor de cada segmento.

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mujeres; todas las personas no educadas y el 92% de los profesionalesdicen creer en Dios: la creencia es muy alta en nosotros.

2. No tomarás el nombre de Dios en vano6: este mandamiento vamás allá de lo que su texto dice. Según el catequismo, se refiere a que laspersonas sean justas, ya que el jurar por el nombre de Dios obedecía entiempos antiguos a que si la palabra no se cumplía, Dios la vengaría. El33% de los colombianos es justo con su prójimo; también el 38% de losmenores de 25 años y el 32% de los mayores de 55; el 28% de los queviven en Bogotá y el 40% de los que viven en Oriente; el 31 % de los queviven en el estrato 2 y el 45% de los del 5; el 35% de los hombres y 30%de las mujeres; el 80% de las personas no educadas y 27% de los que noterminaron primaria. Esto nos muestra que la justicia sobre laresponsabilidad de nuestra palabra es muy baja y es más fuerte en losjóvenes educados de estratos medios, lo cual llama la atención porquedemuestra un valioso cambio hacia el respeto por la palabra.

3. Santificarás las fiestas7: este mandamiento se refiere al cumpli-miento con la misa dominical. El 53% de los colombianos va a misa almenos una vez a la semana; lo mismo que el 41% de los menores de 25años y 71% de los mayores de 55; el 43% de los que viven en elSuroccidente y el 63% de los que viven en el Atlántico; el 37% de los queviven en el estrato 6 y el 65% de los que viven en el 4; el 45% de loshombres y el 61% de las mujeres; el 61% de los que no han terminadoprimaria y el 51% de los que la terminaron. Esto nos muestra que el co-lombiano ha dejado de frecuentar la misa semanal siendo esto un temade edad y de la clase media, ya que las clases bajas y las altas educadastienen asistencia frecuente.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre8: este mandamiento es unmecanismo de seguridad social. Se refiere a disciplina, formación yaseguramiento de la institución familiar. El 91% de los colombianos afirmaque honra a su padre y a su madre en la misma proporción en los rangosde edad; también lo hacen el 95% de los que viven en el Oriente y el86% de los que viven en Bogotá; el 95% del estrato 3 y el 82% del 2; el89% de los hombres y el 92% de las mujeres; y con igualdad por niveleducativo. Esto muestra la importancia de la familia en el colombiano yde su homogeneidad de prioridad por segmentos.

5. No matarás9: aunque nuestro país tiene altas tasas de homicidios,el colombiano no es asesino, pero sí es cada vez más dado a las formas“socialmente” aceptadas de muerte: el aborto, la eutanasia y el suicidio.El 78% de los colombianos no justifica ningún tipo de muerte; también lo

6 Para establecer este mandamiento se usaron las preguntas 25 y 26 del ECV.7 Para establecer este mandamiento se usó la pregunta 185 del ECV.8 Para establecer este mandamiento se usó la pregunta 13 del ECV.9 Para establecer este mandamiento se usaron las preguntas 210, 212 y 213 del ECV.

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piensan el 80% de mayores de 55 años y el 74% de menores de 25; el82% de quienes viven en el Atlántico y el 71% de los que viven en Bogotá;el 80% de los que viven en estrato 1 y el 72% del 6; el 77% de los hombresy el 79% de las mujeres; el 81% de los no educados y el 76% de losprofesionales. Esto muestra que hay una mayor aceptación de las formassociales de muerte en las élites del país.

6. No cometerás actos impuros10: este mandamiento inicialmentese refería a la infidelidad en el matrimonio (adulterio), pero se ha trans-formado cualquier forma de acto impuro hacia la institución naturaldel matrimonio, por esto el homosexualismo, la prostitución y el di-vorcio son un buen indicador. El 70% de los colombianos no justificalos actos impuros contra el matrimonio; tampoco el 66% de los meno-res de 25 años y el 77% de los mayores de 55; 66% de los que vivenen el Noroccidente ni el 75% de los del Atlántico; el 72% de los queviven en el estrato 1 ni el 66% de los que viven en el 5; el 70% de loshombres ni el 75% de las mujeres; el 76% de los no educados ni el68% de los bachilleres.

7. No robarás11: al igual que en el tema de la muerte, nuestra realidadsocial causa que este pecado sea muy frecuente y poco justificado. El76% de los colombianos no justifica ninguna forma de robo; tampoco el73% de los menores de 25 años ni el 77% de los mayores de 55; el 72%de los que viven en Noroccidente ni el 82% de los del Atlántico; el 77%de los que viven en el estrato 1 y el 80% de los del 6; el 76% de los noeducados y el 83% de los profesionales. Esto muestra que hay un mayorsentido de propiedad privada en los grupos donde ésta es más grande.

8. No dirás falso testimonio ni mentiras12: la mentira es uno de lospecados más frecuentes según la curia, ya que ha sido socialmenteaceptada como una herramienta positiva en sus formas de mentira blancao verdad a medias. El 82% de los colombianos no justifica las mentiras;tampoco el 80% de los menores de 25 años ni el 86% de los mayores de55; el 86% de los que viven en el Oriente ni el 82% de los delNoroccidente; el 82% de los hombres ni el 84% de las mujeres; el 82%de los no educados ni el 87% de los profesionales.

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros13: este es elmandamiento más difuso del decálogo de Moisés. Inicialmente noexistía ni en el Éxodo ni el Deuteronomio; surgió del mandamientosobre no codiciar a la mujer del prójimo y terminó refiriéndose amantener el alma tranquila de pensamientos inquietantes. El 80% delos colombianos se considera persona religiosa; también el 71% de los

10 Para establecer este mandamiento se usaron las preguntas 208, 209 y 211 del ECV.11 Para establecer este mandamiento se usaron las preguntas 205, 207 y 211 del ECV.12 Para establecer este mandamiento se usó la pregunta 206 del ECV.13 Para establecer este mandamiento se uso la pregunta 206 del Cuestionario del ECV.

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menores de 25 años y el 85% de los mayores de 55; el 91% de quienesviven en el Atlántico y el 74% de los bogotanos; el 82% de los delestrato 1 y el 77% de los del 6; el 76% de los hombres y el 83% de lasmujeres; el 73% de los no educados y el 81% de los profesionales.Esto demuestra que la espiritualidad puede ser formada en el sistemaeducativo, pese al fenómeno económico.

10. No codiciarás los bienes ajenos14: la codicia pone en riesgolos otros mandamientos y por ella estamos dispuestos a matar, a robar,a mentir, y aún a más si codiciamos lo que no merecemos. El 70% delos colombianos no justifica la codicia; tampoco lo hace el 66% de lomenores de 25 años ni el 72% de los mayores de 55; ni el 67% de losque viven en el Noroccidente ni el 77% de los del Atlántico; ni el 68%de los de estrato 3 ni el 74% de los de estrato 6; ni el 68% de loshombres ni el 72% de las mujeres; tampoco el 65% de los no educados

14 Para establecer este mandamiento se uso la pregunta 206 del Cuestionario del ECV.

ni el 74% de los profesionales. Los resultados muestran que la codiciaestá concentrada en las clases medias con deseo de movilidad social.

El colombiano promedio intenta cumplir ocho de los diez Mandamientos.Se pueden diferenciar cuatro grupos, según las prioridades dadas: en el primeroestá la creencia en Dios; en el segundo (superior a 9 de 10) están las normassobre relaciones (no robar, no matar, no mentir y honrar a la familia); en eltercero está la codicia (no consentir deseos ni codiciar bienes ajenos); en elcuarto están las acciones de Dios (no tomar su nombre en vano y santificar lasfiestas). Esto nos permite comprender por qué el colombiano es muy dado alrespeto de la propiedad ajena, a las relaciones con los demás y a sus relacionescon Dios. Así, en este orden: Dinero, Prójimo, Dios.

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Esta figura nos da más claridad al respecto. Es claro que existe una relaciónnegativa entre el nivel de satisfacción con la vida y el cumplimiento demandamientos que tienen los grupos líderes: como los bogotanos, los hombres,los menores de 25 años y los estratos altos.

¿A qué se debe esto? A dos factores fundamentales: el primero es que lasociedad hace que prime la propiedad privada; el segundo, la pérdida por eltemor a Dios. La propiedad privada es el reconocimiento que le hacemos auna persona sobre su propiedad de un bien. Esta es la base del modelocapitalista y de la democracia. La propiedad privada tiene tres característicasfundamentales: (1) es acumulable, (2) es negociable y (3) es auto-productiva.Por ejemplo, un terreno es acumulable porque se pueden tener más terrenos;es negociable porque se puede vender y es auto-productivo porque se puedesembrar o arrendar. Este concepto se ha insertado en nuestras relacionessociales bajo el soporte de la libertad y la libre personalidad. Claro, no sepuede cambiar de padres, pero sí negociar con la propiedad del otro. Pero lomás llamativo es la inserción de este concepto en las relaciones de pareja:“cuanto más, mejor”, “si me canso, la cambio”, “es un buen partido”.

El otro factor es la pérdida del temor de Dios. Si bien la iglesia construyósu dogma bajo el temor al castigo de Dios, con la llegada de los libros delNuevo Testamento se comenzó a trabajar con una doctrina menosdominante y más abierta, al punto que en Colombia 6 de cada 10 creeque hay vida después de la muerte y 9 de 10 creen que tienen alma.

CREENCIAS EN CIELO E INFIERNO

Lo curioso es cuando se analizan las creencias en el más allá: el castigo yel premio divinos. 6 de 10 colombianos creen en el Cielo y en el Infierno;

Nivel de satisfacción frente a cumplimiento de mandamientos.

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2 de 10 creen en el Cielo, pero no en el Infierno; 1 de 10 no cree enninguno. Si una persona no cree que la omnipresencia de Dios conllevaun castigo en la otra vida, quizá crea que esa pena será en esta vida; porlo tanto culpará a Dios de sus malos ratos y, algunas circunstancias, lorecordará para sus bienaventuranzas.

¿EL NIÑO DIOS, LOS REYES O PAPÁ NOEL?

Es poco prudente simplificar la discusión del impacto de la cultura en laeconomía a la tesis determinista de Weber o su antagonista de Marx,pero es claro que ambas instituciones se afectan mutuamente y que, quizá,su mejor expresión se encuentra en el fenómeno navideño.

La tradición católica celebra la natividad de Jesús la noche del 24 dediciembre. En algunos países –sobre todo en latinoamericanos– se estiladar regalos, costumbre que surge de la deformación de la tradición de losReyes, quienes, según las sagradas escrituras, son los que dan ofrendas alniño rey recién nacido. En el mundo entero esta fecha se ha transformadoen dos instancias fundamentales: el encuentro familiar y la mejor fechadel comercio. Esta tradición se celebra en países donde el catolicismo noes mayoritario logrando que la familia –como ha sido conocida enOccidente– se reúna y mantenga cálidos lazos. Pero no se puededesconocer que esta tradición tiene serios efectos de mercado, como lainflación de final de año y la presencia de pagos legales extras en lossalarios de los trabajadores. Igualmente, por efecto del trabajo demercadeo de Coca-Cola, la navidad de convirtió en roja y con un PapáNoel que se insertó en el mundo al mismo nivel que la popular marca.

Hay que aceptar que en 1931 Coca-Cola –o Haddon Sundblom, quepara el efecto es igual– llevó a Santa Clauss a ser el ícono que hoy es, partien-do de la imagen de San Nicolás, el obispo holandés que botaba monedas deoro por las chimeneas de los hogares pobres en su pueblo natal, y que en1804 ya era usado como imagen por la Sociedad Histórica de Nueva York.

¿Afecta la navidad a la economía? Claro que la afecta. ¿Y viceversa? Eneste punto las variables sociales causan desafortunados efectos en las pobla-ciones pobres con influencia de los medios de comunicación con contenidos

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extranjeros. Tal es el caso de Latinoamérica, que ha crecido con muchasseñales de televisión estadounidenses: ahora considera que la navidad esuna época de recibir y de dar, más que un momento espiritual. Por esto enestas fechas –más que en los otros días– se ven más personas pobres pidien-do ayuda en la calle; y en muchos de los casos los padres aprovechan a sushijos para lograr generosidad por medio de la lástima. La navidad nos hacegenerosos y nos lleva a ser “buenos”, como hábilmente lo expone BillWatterson en su tira cómica Calvin and Hobbes. En ella, un niño de 5 años ybastante inquieto debe evaluar si le arroja una bola de nieve a una niña y siSanta Clauss le traerá regalos por haber sido bueno. Esta sensibilidad es ma-nipulada por la población vulnerable (con razones obvias) y por los almace-nes que convocan a celebrar una navidad brillante, con cosas nuevas y llenade generosidad… tan sólo con el deseo de aumentar sus utilidades.

Al hacer un alto en esta desordenada reflexión vemos que una tradicióncatólica fue transformada por la combinación de los medios de comunica-ción, las herramientas del mercadeo, y la teoría del color en un escenariodonde la motivación causada por el orgullo y el egoísmo lleva a que las per-sonas deseen dar el mejor regalo, la mejor comida, tener la mejor decoracióny ser los más generosos para obtener el reconocimiento de su círculo social ylogra unir a la familia por una noche. Esta cadena de acontecimientos cognitivosdejan un vacío: ¿y la tradición qué?

Esta transculturalidad no es mala: es un punto de inflexión muy fuertecausado por lo que llamamos globalización. La idea católica de la navidad severá limitada a aquellos firmes creyentes que se acojan a la novena del Vati-cano. Este deberá luchar contra molinos de viento y con poca probabilidadde éxito para evitar que su costumbre desaparezca. La tradición como laconocemos cambiará, habrá más Papá Noel que Niño Dios o Reyes Magos.Pero, seguramente, los sacerdotes encontrarán cómo hacer el giro hacia laSantidad de San Nicolás para mantener el status quo en esta tradición.

¿Qué hacer? Nada: no hay que hacer nada. Intentar detener una transfor-mación cultural sería como creer que el sol gira alrededor de la Tierra. Hayque comprender que un cambio en la cultura local seguramente afectará lacultura universal. Esto tendrá serias implicaciones en los mercado y, si hayuna crisis económica, la costumbre se adecuará como ocurrió en los añostreintas en los Estados Unidos.

UNA REFLEXIÓN FINAL: ¿PECADO O DELITO?

El ser humano es sujeto de la dicotomía que es consecuencia de los con-trastes de la naturaleza: el día y la noche, el macho y la hembra, el frío yel calor. Esta presencia de antagonistas naturales ha llevado a que tanpronto se define un concepto, inmediatamente se crea su contrario.

¿QUÉ TAN RELIGIOSO ES EL COLOMBIANO?

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De aquí surge en las religiones originarias de la media luna fértil ladiferencia entre el bien y el mal. Cuando Abraham comenzó a proclamarla existencia de un único dios bondadoso y desarrolló una lucha contra elpaganismo, es decir contra los politeístas, unificó el bien bajo el manto deun dios omnipresente que podría saber si nuestras acciones eran buenaso no. Esto fue el pilar de la construcción de las sociedades de la Edad dePiedra en el Medio Oriente, pilar que ejerció un fuerte papel políticopara la creación de convivencia entre las entonces tribus nómadas. Lue-go, cuando Moisés le entregó a su comunidad las Tablas de la Ley, intro-dujo dos conceptos fundamentales: los Mandamientos y los pecados. Losmandamientos son los deseos sociales de Dios: aquellas normas que de-bemos cumplir para ser salvados y merecer la vida eterna. Los pecadosson el incumplimiento de esos mandamientos, faltas que limitan la posi-bilidad de obtener un sitio en el más allá.

Las normas divinas se erigen sobre el concepto de la omnipresenciade Dios y la existencia de la vida eterna. Esto genera sus antagonistas: elcastigo divino y el Infierno. La definición del bien y del mal sobre lasnormas divinas no sólo es el generador del concepto de pecado sino esun paso para la conceptualización de lo correcto y de lo incorrecto, y laabolición de los azares y de los puntos medios del actuar humano.

Cuando Jesús invocó un nuevo mandamiento, el amor filial, con elque planteó la bondad y la convivencia como ejes sociales fundamenta-les, dejó un nuevo antagonismo hacia el egoísmo y la competencia.

Cerca del siglo octavo la Iglesia Católica planteó la existencia de losdiferentes pecados relativos a los excesos, siendo particulares los pecadosveniales y sus consecuentes y redentoras obras de caridad. En esta mismadirección, Mahoma, después de muchas luchas contra el paganismo ára-be, impuso un concepto muy similar al católico por sus orígenes comu-nes. Pero adicionó un concepto diferenciador: la relación directa entre elcreyente y Alá, sin la necesidad de mediación eclesiástica. Al mismo tiem-po, en Oriente, diferentes creencias conceptuaron la presencia del Yin yel Yang y otras, la búsqueda del equilibrio y de la felicidad, fundamenta-dos por el respeto al prójimo. Por otra parte, los griegos y los romanos,siendo sociedades paganas, estructuraron formas políticas fundamenta-das en lo correcto y en lo incorrecto, partiendo de los logros individualesy no de la voluntad divina. Es claro que la propiedad privada no podía serrobada, pero sí ser aumentada por medio de botines de guerra o por elcomercio. Esta legislación aceptaba que las personas podían cometer ac-tos que molestaran a los dioses, pero sus actos no eran guiados por estos.Las civilizaciones mediterráneas, incluida la egipcia, por más que venera-ban dioses, dejaban a las personas el espectro de lo correcto y de loincorrecto y, por lo tanto, sus acciones y reacciones podían ser juzgadas y

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NUESTRA IDENTIDAD

castigadas en vida, aunque aceptaran la existencia de una vida ulterior.Finalmente, después de que Occidente se declarara católico, apostólicoy romano, surgió en Francia el Derecho Napoleónico, que abrió el espec-tro de avatares y probabilidades de combinación entre lo correcto y loincorrecto, sentado suficiente materia para la racionalidad en el actuarhumano y su juicio posterior.

Bien sea por norma divina o por norma humana, la mayoría de laspersonas actúan correctamente por miedo al castigo divino o al humano:el caso es que al final no actúa con libertad. Este concepto ha llevado aque nuestras sociedades sean presas del temor al castigo, situación quecomienza en el hogar, donde los padres usan el castigo como medio deformación. El temor está relacionado con la fragilidad del ser humano ycon su deseo de ser libre. (Es interesante el caso de México, en donde lalegislación no define como delito la fuga de prisión, ya que es innato alser humano querer ser libre). El miedo es el antagonista de su creador: lavenganza. El derecho está fundamentado en ésta y su forma legal, la res-titución y la reparación, logra que aquel que falte contra otro sea venga-do. Aparece, pues, un pilar clave en el ejercicio del bien y de lo correcto:la presencia de la autoridad, la encargada del cumplimiento de las nor-mas. Aquí las divinidades tienen por ventaja la omnipresencia (o del car-go de conciencia) frente a la necesidad de la presencia física de la autori-dad humana. Dios no pide pruebas, descargos o tribunales para saber sisomos buenos o no…

La duda persiste. ¿Por qué actuamos así? ¿No robamos porque es de-lito o porque es pecado? Si peco y rezo, ¿empato? Si la policía no me ve,¿puedo hacerlo? ¿Aceptamos lo bueno que tiene lo malo y lo malo quetiene lo bueno? Ciertamente los excesos no son buenos para nuestra con-dición frágil –más por salud que por otra cosa– pero la mayoría de loscatólicos actúan bien o mal y los más racionales actúan de forma correctao incorrecta: es decir que la influencia de la forma política es fundamen-tal en el espectro de la llamada moral pública. Todo delito es un pecado,pero no todo pecado es un delito. La infidelidad es claramente criticadapor la religión pero, en el marco secular, sólo es delito cuando se configu-ra como bigamia. Esto causa que los libros religiosos y las constituciones ycódigos confluyan en la creación de la moral pública, en la que el castigolegal y el rechazo social coartan la libertad extrema el sujeto. Esta migra-ción conceptual de lo bueno a lo correcto es mucho más que el abando-no de los dogmas religiosos: es parte del proceso de modernización y dela presencia de la motivación al logro sobre la solidaridad: es el triunfo dela competencia sobre la colectividad. El pecado es algo malo, pero efí-mero; el delito es una trampa en el mundo de la competencia.