63

:0 - Missionkits.org | Defaultrc.missionkits.org/regnumchristi/espiritualidad/Documentos... · mayo 01 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30 ... la de ser consagrados

Embed Size (px)

Citation preview

MAYO 2012

¡Venga tu Reino!

mayo 01 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30 Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Mesías, dínoslo claramente». Jesús les respondió: «Ya se los he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y Él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y Yo somos uno». Palabra del Señor. Oración introductoria

Gracias, Señor, por este nuevo mes, dedicado a tu santísima madre. Ella supo escuchar y acoger siempre tu voz. Yo también creo en tu Palabra, confío en tu inmenso amor y misericordia y quiero seguirte, por eso te suplico humildemente que ilumines esta oración para saber mantenerme dentro de tu rebaño. Petición Señor, mi buen Pastor, permite que esta oración me lleve a conocerte y amarte más. Meditación ¿Cómo escuchar y reconocer la voz del Señor? «La primera forma de testimonio que suscita vocaciones es la oración, como nos muestra el ejemplo de santa Mónica que, suplicando a Dios con humildad e insistencia, obtiene la gracia de ver volverse cristiano a su hijo Agustín, el cual escribe: “Sin duda creo y afirmo que por sus oraciones Dios me ha concedido la intención de no anteponer, no querer, no pensar, no amar otra cosa que la realización de la verdad. Invito, por tanto, a los padres a rezar, para que el corazón de sus hijos se abra a la escucha del Buen Pastor, y hasta el más pequeño germen de vocación... se convierta en árbol frondoso, colmado de frutos para bien de la Iglesia y de toda la humanidad”. ¿Cómo podemos escuchar la voz del Señor y reconocerlo? En la predicación de los Apóstoles y de sus sucesores: en ella resuena la voz de Cristo, que llama a la comunión con Dios y a la plenitud de vida, como leemos hoy en el Evangelio de san Juan: “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano”. Sólo el Buen Pastor custodia con inmensa ternura a su grey y la defiende del mal, y sólo en Él los fieles pueden depositar absoluta confianza» (Benedicto XVI, 25 de abril de 2010).

Reflexión apostólica

«Es verdad que muchos males afligen a la humanidad, especialmente el mal del pecado y de sus lamentables consecuencias en el mundo. Un verdadero cristiano no puede recluirse en un optimismo ingenuo, cerrando los ojos ante estos males. Más bien debe reconocerlos y actuar para aliviarlos; pero ha de hacerlo siempre con la mirada y el corazón puestos en Dios, Señor de la historia, lleno de confianza en su amor, poder y sabiduría que, por caminos muchas veces paradójicos e incomprensibles, gobierna al mundo y a los hombres y los conduce, respetando su libertad, hacia la realización de sus designios divinos» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 276). Propósito Imitar la paciencia de Dios, siendo siempre comprensivo con los demás. Diálogo con Cristo

Gracias, Señor, por tu bondad y paciencia. Sé que no debo desaprovechar el tiempo ni las oportunidades para que tu mensaje de amor llegue a tantas ovejas que, aunque escuchan, no confían en la Buena Nueva de tu Palabra. Ayúdame a vivir enamorado de mi misión y, fortalecido con tu gracia, entregarme a ella con autenticidad y pasión, acogiendo a todas las personas que pongas hoy en mi camino.

«Dios no puede guardar a las almas cuando ellas voluntariamente se apartan de Él por

falta de confianza» (Cristo al centro, n. 513).

¡Venga tu Reino!

mayo 02 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 12, 44-50 En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en Aquél que me ha enviado; el que me ve a mí, ve Aquél que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, Yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo. El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras que Yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo sé que su mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha dicho». Palabra del Señor. Oración introductoria Jesucristo, creo en Ti; creo en el Padre que te ha enviado; creo en tu Palabra que es la luz que ilumina mi camino. Por eso quiero oírte y poner en práctica tu mandamiento, que me promete la vida eterna. Ayúdame a que mi oración me ayude a gustarla ya desde ahora. Petición Señor, que la luz de tu Palabra ilumine siempre mi conciencia. Meditación La luz de la Pascua derrota a las tinieblas. «El Señor nos llama a caminar en la luz. Cada uno de vosotros ha emprendido la más grande y la más gloriosa de las batallas, la de ser consagrados en la verdad, la de crecer en la virtud, la de alcanzar la armonía entre pensamientos e ideales, por una parte, y palabras y obras, por otra. Adentraos con sinceridad y de modo profundo en la disciplina y en el espíritu de vuestros programas de formación. Caminad cada día en la luz de Cristo mediante la fidelidad a la oración personal y litúrgica, alimentados por la meditación de la Palabra inspirada por Dios. […] Que la plegaria y la meditación de la Palabra de Dios sean lámpara que ilumina, purifica y guía vuestros pasos en el camino que os ha indicado el Señor. Haced de la celebración diaria de la Eucaristía el centro de vuestra vida. En cada Misa, cuando el Cuerpo y la Sangre del Señor sean alzados al final de la liturgia eucarística, elevad vuestro corazón y vuestra vida por Cristo, con Él y en Él, en la unidad del Espíritu Santo, como sacrificio amoroso a Dios nuestro Padre» (Benedicto XVI, 19 de julio de 2008).

Reflexión apostólica

«El amor misericordioso del Padre es más fuerte que todo el mal presente en el mundo y que toda miseria que lacera la propia alma. La vida de quienes se nutren de esta convicción irradia seguridad, paz y alegría, aun en medio del dolor y la oscuridad. La luz del amor de Dios ilumina el sendero de la vida y nos permite avanzar con serenidad y confianza» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 139). Propósito Invocaré al Señor a lo largo del día, pidiendo que su luz guíe todas mis acciones. Diálogo con Cristo Señor, el cirio pascual se ha ido consumiendo, derrochando su luz, invitándome a escuchar con atención, con amor, tu Palabra de salvación. ¿Cómo la he aprovechado? ¿Cómo me estoy preparando para recibir próximamente la luz del Espíritu Santo? ¿He sabido renunciar a todo lo que me puede apartar del amor? Ayúdame a que pueda decir siempre «sí al amor», en lo grande y en lo pequeño, para permanentemente seguir tu Luz y tu Palabra.

«Fíjense bien el fin que pretenden; actúenlo haciéndolo vida de su vida. Es muy triste ir como el ciego palpando a lo largo del muro; caminando a tientas como quien no tiene

ojos. Es necesario aprovechar la luz infinita del Sagrario» (Cristo al centro, n. 427).

¡Venga tu Reino!

mayo 03 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor Jesús, hoy que se celebra la Santa Cruz, en algunos países, quiero agradecerte el que hayas aceptado el anonadarte a Ti mismo para venir a salvarme. Que nunca me acostumbre o sea indiferente ante tu sacrificio en la cruz. Concédeme que en esta oración pueda percibir un poco más tu amor, vivo y verdadero, para buscar, con tu gracia, corresponderte. Petición

Jesucristo, dame tu gracia para cargar mi cruz con amor y paciencia, contemplándote siempre a Ti, que vas mostrándome el camino que debo seguir. Meditación Renovar nuestra fe en la vida eterna. «Dios se ha mostrado verdaderamente, se ha hecho accesible, ha amado tanto al mundo que “nos ha dado a su hijo Unigénito, para que quien cree en Él no se pierda sino que tenga vida eterna”, y en el supremo acto de amor de la cruz, sumergiéndose en el abismo de la muerte, la ha vencido, ha resucitado y nos ha abierto también a nosotros las puertas de la eternidad. Cristo nos sostiene a través de la noche de la muerte que Él mismo ha atravesado; es el buen Pastor, bajo cuya guía nos podemos confiar sin temor, ya que Él conoce bien el camino, ha atravesado también la oscuridad. […] Se nos invita, una vez más, a renovar con valor y con fuerza nuestra fe en la vida eterna, es más, a vivir con esta gran esperanza y a dar testimonio de ella al mundo: después del presente no está la nada. Y precisamente, la fe en la vida eterna da al cristiano el valor para amar aún más intensamente esta tierra nuestra y trabajar para construirle un futuro, para darle una esperanza verdadera y segura» (Benedicto XVI, 2 de noviembre de 2011).

Reflexión apostólica

«Una de las virtudes que Cristo practicó en grado heroico en el cumplimiento de su misión redentora fue la obediencia. Vivió esta virtud como una respuesta a la desobediencia del hombre al que venía a redimir. Su apertura y docilidad a la voluntad del Padre enmarcaron su vida desde el primer instante de su Encarnación hasta la hora suprema en que entregó su espíritu en las manos del Padre al morir en la cruz» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 203). Propósito Participar en una hora eucarística o hacer un acto de adoración a la Santa Cruz. Diálogo con Cristo

La cruz es el auténtico camino para acercarme verdaderamente a Ti, Señor. Lo que ofrece el mundo son laberintos que me debilitan y me alejan de la felicidad. No es fácil obedecer y seguir tu camino, porque necesariamente lleva a la cruz. Humanamente me asusta, me repugna, no me siento capaz, porque olvido que eres Tú quien, desde la cruz, me has dado ya toda la gracia, la fuerza y la luz que necesito para mi camino. Gracias por recordármelo.

«¿Cuál es el Cristo en quien has meditado?, ¿un Cristo en verso, idílico, inocuo, de escaparate?, ¿o un Cristo desfigurado por el dolor de la cruz, que no te niega nada, que no rehúsa despojarse de su gloria divina, que se hace hombre como tú, esclavo para ti,

pecado para ser castigado en tu lugar?» (Cristo al centro, n. 550).

¡Venga tu Reino!

mayo 04 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14 En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». Le dijo Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le replicó: «Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: “muéstranos al Padre”? ¿O no crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que Yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago Yo y las hará aún mayores, porque Yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, Yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre». Palabra del Señor. Oración introductoria Ven, Espíritu Santo, inspira este momento de oración, para descubrir o confirmar el camino, la verdad y el estilo de vida que me propone Cristo Resucitado y pueda vivir así, en plenitud, la voluntad de Dios. Petición Concédeme, Padre Bueno, vivir ese amor unitivo con Cristo, que Tú concedes a quienes te lo piden. Meditación Compartir la misma vida de Dios. «Hoy, como en todas las épocas, el mandato apostólico encuentra su fuente y su foco central en la proclamación del Hijo de Dios encarnado, que es la plenitud de la revelación divina y “el camino, la verdad y la vida”. El Salvador de toda la creación, y portador de la Buena Noticia para todos y el cumplimiento de los anhelos más profundos del hombre. La revelación definitiva de Dios que viene a nosotros en Jesucristo y que los creyentes de todo el mundo proclaman, se expresa de manera concreta en las Sagradas Escrituras y en la vida sacramental de la Iglesia. El poder salvífico de Cristo es proclamado también, en las vidas de los santos que han llevado con entusiasmo el mensaje del Evangelio y lo han vivido con fe entre sus hermanos y hermanas. La revelación cristiana, cuando es aceptada en libertad y por obra de la

gracia de Dios, transforma a los hombres y las mujeres desde el interior y establece una maravillosa, relación redentora con Dios, nuestro Padre celestial, a través de Cristo, en el Espíritu Santo. Este es el corazón del mensaje que enseñamos, este es el gran regalo que ofrecemos en la caridad a nuestro prójimo: compartir la misma vida de Dios» (Benedicto XVI, 17 de mayo de 2011). Reflexión apostólica

«La santidad a la que Dios llama por el bautismo no es otra cosa que el reproducir la fisonomía espiritual y moral de Cristo, camino, verdad y vida» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 67). Propósito Revisar la frecuencia de mi vida sacramental: confesión y comunión, ¿puede mejorar? Diálogo con Cristo El camino que debo seguir como miembro de la Iglesia y del Regnum Christi se resume en comunicar el amor de Cristo al mayor número de personas. Ésa es la voluntad de Dios para mi vida. Nada conseguiré si me afano equivocadamente por el dinero, el placer o el poder; al momento de rendir cuentas, los logros en estas áreas no sirven para nada. Por eso te doy gracias, Señor, por recordarme que no puedo dar lo que no poseo, sólo la gracia puede llevarme a crecer en el amor, que es lo que al final de la vida, va marcar mi destino en la eternidad.

«La santidad a la que Dios llama por el bautismo no es otra cosa que el reproducir la fisonomía espiritual y moral de Cristo, camino, verdad y vida»

(Cristo al centro, n. 1967).

¡Venga tu Reino!

mayo 05 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 14, 7-14 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». Le dijo Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le replicó: «Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: “Muéstranos al Padre”? ¿O no crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que Yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago Yo y las hará aun mayores, porque Yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, Yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre». Palabra del Señor. Oración introductoria Dios Padre, te pido por intercesión de tu Hijo Jesucristo, que me des la sabiduría y la fortaleza para dejar que el Espíritu Santo actúe en mí, para que esta oración sea un diálogo personal con tu Hijo Jesucristo, que me quiere decir lo mucho que me amas. Petición Señor, aumenta mi fe para vivir siempre como hijo tuyo. Meditación ¿Conoces al Padre? ¿Cuál es tu identidad? «¿Cuáles son nuestras raíces? Naturalmente, los padres, la familia y la cultura de nuestro país son un componente muy importante de nuestra identidad. La Biblia nos muestra otra más. El profeta Jeremías escribe: “Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza: será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto”. Echar raíces, para el profeta, significa volver a poner su confianza en Dios. De Él viene nuestra vida; sin Él no podríamos vivir de verdad. “Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo”. Jesús mismo se presenta como nuestra vida (cf. Jn 14, 6). Por ello, la fe cristiana no es sólo creer en la verdad, sino sobre todo una relación personal con Jesucristo. El encuentro con el Hijo de Dios proporciona un dinamismo nuevo a toda la existencia. Cuando comenzamos a

tener una relación personal con Él, Cristo nos revela nuestra identidad y, con su amistad, la vida crece y se realiza en plenitud» (Benedicto XVI, Mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011). Reflexión apostólica

«Al terminar su vida terrena, Jesucristo prometió enviar a los hombres al Espíritu Consolador, el Espíritu de amor, quien habría de llevarlos a la verdad completa» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 77). Propósito Orar para pedir la gracia de demostrar mi gratitud a Dios por su infinito amor, Diálogo con Cristo Gracias, Señor, porque no sólo me has hecho miembro de tu familia, sino que me permites tener una relación íntima con Jesucristo. La transformación de mi vida, en clave del amor, nunca la podré lograr sin tu gracia, sin la acción del Espíritu Santo en mi vida, por eso hoy te quiero ofrecer el propósito de orar, de orar mucho, para ser dócil a tu gracia.

«Es una amistad que exige una constante atención, un saber escuchar y un actuar fielmente, cueste lo que cueste, según le agrade al dulce “huésped del alma”»

(Cristo al centro, n. 811).

¡Venga tu Reino!

mayo 06 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos». Palabra del Señor. Oración introductoria Señor, Tú eres la vid que me sostiene, el dueño y guía de toda mi existencia. Sin Ti no puedo dar fruto. Poda todo aquello que estorbe mi crecimiento. Que esta oración me descubra lo que necesito purificar, mejorar y/o enmendar, para dar el fruto abundante que, con tu gracia, puedo dar. Petición Jesús, no permitas que me separe de Ti y me seque, porque entonces mi vida, no tendrá ningún sentido. Meditación Jesús está con nosotros. «En la parábola de la vid, Jesús nos dice: “Vosotros sois la vid”, sino: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos”. Y esto significa: “Así como los sarmientos están unidos a la vid, de igual modo vosotros me pertenecéis. Pero, perteneciendo a mí, pertenecéis también unos a otros”. Y este pertenecerse uno a otro y a Él, no entraña un tipo cualquiera de relación teórica, imaginaria, simbólica, sino casi me atrevería a decir, un pertenecer a Jesucristo en sentido biológico, plenamente vital. La Iglesia es esa comunidad de vida con Él y de uno para con el otro, que está fundada en el Bautismo y se profundiza cada vez más en la Eucaristía. “Yo soy la verdadera vid”, significa en realidad propiamente: “Yo soy vosotros y vosotros sois yo”; una identificación inaudita del Señor con nosotros, su Iglesia. Cristo mismo se presentó a Saulo, el perseguidor de la Iglesia, antes de llegar a

Damasco: “¿Por qué me persigues?”. De ese modo, el Señor señala el destino común que se deriva de la íntima comunión de vida de su Iglesia con Él, el Cristo resucitado. En este mundo, Él continúa viviendo en su Iglesia» (Benedicto XVI, 22 de septiembre de 2011). Reflexión apostólica

«La vida de gracia, el cristiano se une a Cristo como el sarmiento a la vid y la vida de Cristo se manifiesta en él. La vida de gracia comporta, ciertamente, la lucha permanente contra el pecado. Sin embargo, la vida de gracia es mucho más que la mera ausencia de pecado grave. La vida de gracia pide imitar a Cristo; pide ser consecuente con su presencia en el alma, actuando y comportándose como el mismo Cristo lo haría; pide identificarse con Cristo para pensar como Él, sentir como Él, amar como Él, vivir como Él» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 74). Propósito Ofrecer un sacrificio para que alguien que persiga a la Iglesia, tenga la experiencia de su amor. Diálogo con Cristo Jesús, ¿es mi oración egocéntrica? En vez de unirme confiadamente a Ti, buscando escuchar, contemplar y darte gloria, centro mi oración en repasar mis problemas, peticiones, dificultades, todo centrado en mí. Ayúdame a mantenerme como sarmiento, unido permanentemente a Ti, en tu Iglesia, para amarte con un amor real, fiel, maduro, que se manifieste en todas mis decisiones y en mi conducta diaria, así mi testimonio podrá acercar a quien se encuentra alejado de la vid verdadera. «Tenemos que ser hombres de profunda vida interior y de un gran espíritu de oración, especialmente a causa de nuestro desgaste apostólico en el contacto con el mundo y a

causa de nuestra convicción de que si no estamos unidos a la vid, no podremos dar frutos»

(Cristo al centro, n. 1461).

¡Venga tu Reino!

mayo 07 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 14, 21-26 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, Yo también lo amaré y me manifestaré a él». Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): «Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?» Le respondió Jesús: «El que me ama, cumplirá mi Palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la Palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto Yo les he dicho». Palabra del Señor. Oración introductoria

Jesucristo, Señor y Dios mío, te amo, quiero cumplir siempre tu Palabra y mi corazón está abierto para que hagas en él tu morada. Permite que este rato de meditación esté centrado en Ti, que no consienta distracciones ni me cierre a escuchar lo que hoy me quieres decir. Petición Espíritu Santo, hazme sentir tu voz para permanecer en Ti y ser testigo de tu amor. Meditación Nuestra Madre y modelo. «El Evangelio nos ofrece un retrato espiritual implícito de la Virgen María, donde Jesús dice: “Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada en él”. Estas expresiones van dirigidas a los discípulos, pero se pueden aplicar en sumo grado precisamente a aquella que es la primera y perfecta discípula de Jesús. En efecto, María fue la primera que guardó plenamente la palabra de su Hijo, demostrando así que lo amaba no sólo como madre, sino antes aún como sierva humilde y obediente; por esto Dios Padre la amó y en ella puso su morada la Santísima Trinidad. Además, donde Jesús promete a sus amigos que el Espíritu Santo los asistirá ayudándoles a recordar cada palabra suya y a comprenderla profundamente, ¿cómo no pensar en María que en su corazón, templo del Espíritu, meditaba e interpretaba fielmente todo lo que su Hijo decía y hacía? De este modo, ya antes y sobre todo después de la Pascua, la Madre de Jesús se convirtió también en la Madre y el modelo de la Iglesia» (Benedicto XVI, 9 de mayo de 2010).

Reflexión apostólica

«El amor a María y la confianza en ella encuentran su estímulo más poderoso y entrañable en estas verdades en las que resplandece el papel de María en la vida de la Iglesia y en la vida de cada uno de sus miembros, conforme al plan de salvación trazado por Dios nuestro Señor desde la eternidad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 131). Propósito Imitar la humildad y la discreción que caracterizaron la vida de María. Diálogo con Cristo

Gracias, Señor, por darme una madre como María, modelo de fe y fidelidad. Ella si supo acogerte en todo su ser. ¿Se asemeja mi disposición en la oración a la de María? ¿Mi trato, especialmente con mi familia, en este domingo, será un reflejo del estilo de vida de María? Contigo, lo fácil y lo difícil, es posible, por eso te pido que me ayudes a cumplir en cada momento tu voluntad. «No vale la pena vivir esta vida sin la amistad de Jesús, porque sin Él no hallarás jamás

la verdadera felicidad; recórrela de la mano de María, maestra de los apóstoles» (Cristo al centro, n. 593).

¡Venga tu Reino!

mayo 08 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «La paz les dejo, mi paz les doy. No se las doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: «Me voy, pero volveré a su lado». Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que Yo. Se los he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean. «Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que Él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre me ha mandado». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, mi corazón está hecho para vivir en paz y Tú eres la única, autentica, abundante y gratuita fuente de paz. Nada, ni el mundo, ni los problemas ni las dificultades pueden arrebatármela. Lléname de tu paz para poder difundirla en los demás. Petición Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, dame tu paz. Meditación Dios nos conoce, nos ama y nos da su paz. «Dios no pasa nunca y todos existimos en virtud de su amor. Existimos porque él nos ama, porque él nos ha pensado y nos ha llamado a la vida. Existimos en los pensamientos y en el amor de Dios. Existimos en toda nuestra realidad, no sólo en nuestra “sombra”. Nuestra serenidad, nuestra esperanza, nuestra paz se fundan precisamente en esto: en Dios, en su pensamiento y en su amor; no sobrevive sólo una “sombra” de nosotros mismos, sino que en él, en su amor creador, somos conservados e introducidos con toda nuestra vida, con todo nuestro ser, en la eternidad. Es su amor lo que vence la muerte y nos da la eternidad, y es este amor lo que llamamos “cielo”: Dios es tan grande que tiene sitio también para nosotros. Y el hombre Jesús, que es al mismo tiempo Dios, es para nosotros la garantía de que ser-hombre y ser-Dios pueden existir y vivir eternamente uno en el otro» (Benedicto XVI, 15 de agosto de 2010).

Reflexión apostólica

«Uno de los hábitos más fecundos y reconfortantes para el alma es el cultivo de la presencia de Dios a lo largo del día. Aunque la mente tenga que ocuparse en múltiples tareas, el corazón conserva como orientación fundamental el deseo de agradar a Dios en cada momento y de mantenerse en su presencia. Este mismo hábito permite descubrir con facilidad y prontitud la mano amorosa de Dios en toda circunstancia, y conservar una gran paz y serenidad en medio de cualquier dificultad o desolación» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 214). Propósito Pedir al Espíritu Santo que me haga testigo y misionero fiel del amor y de la paz. Diálogo con Cristo

Tu cercanía, Señor, en esta oración es causa de una paz y alegría inmensa, porque me siento amado, acompañado, sostenido. ¿Cómo agradecer tanto amor? Sí, lo sé, la paz y la alegría, cuando eres Tú la fuente, son expansivas, necesariamente y sin mérito propio, hacen también la diferencia en la vida de los demás. Qué don tan grande, ¡gracias! «Felicidad sin paz no la podrás tener y paz sin amor no la podrás encontrar. La paz la

produce el amor de Dios. Busca a Dios con locura, busca a Cristo su único Hijo, nuestro Redentor; ahí resolverás todos tus problemas»

(Cristo al centro, n. 659).

¡Venga tu Reino!

mayo 09 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, Él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y Yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos». Palabra del Señor. Oración introductoria

Padre, mi gran y buen viñador. Que esta oración me ayude a descubrir todo lo que tenga que «podar» en mi vida, para poder unirme plenamente a tu amada vid, Cristo, que me da la gracia para vivir en plenitud, como discípulo y misionero de su amor. Petición

Señor, dame la gracia de ser un sarmiento que viva siempre unido a Ti, para poder dar fruto. Meditación No estamos solos cuando nos atacan a causa de nuestra fe. «Él está con nosotros, y nosotros con Él. “¿Por qué me persigues?” Por tanto, es Jesús quien sufre las persecuciones contra su Iglesia. Y, al mismo tiempo, no estamos solos cuando nos oprimen a causa de nuestra fe. Jesús está con nosotros. En la parábola, Jesús continúa diciendo: “Yo soy la vid verdadera, y el Padre es el labrador”, y explica que el viñador toma la podadera, corta los sarmientos secos y poda aquellos que dan fruto para que den más fruto. Usando la imagen del profeta Ezequiel, como hemos escuchado en la primera lectura, Dios quiere arrancar de nuestro pecho el corazón muerto, de piedra, para darnos un corazón vivo, de carne. Quiere darnos vida nueva y llena de fuerza. Cristo ha venido a llamar a los pecadores. Son ellos los que necesitan el médico, y no los sanos. Y así, como dice el Concilio Vaticano II, la Iglesia es el "sacramento universal de salvación" que existe para los pecadores, para abrirles el

camino de la conversión, de la curación y de la vida. Ésta es la verdadera y gran misión de la Iglesia, que le ha sido confiada por Cristo» (Benedicto XVI, 22 de septiembre de 2011). Reflexión apostólica

«Hacer bien la meditación es una gracia de Dios; pero implica también una lucha personal. Es necesario el esfuerzo, la dedicación seria y constante, y hacer a un lado con decisión las distracciones, el sueño y los estados de ánimo que puedan obstaculizar la relación con Dios» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 229). Propósito Dar gracias a Dios con mi oración y mi apostolado porque, inmerecidamente, me ha llamado a su Iglesia. Diálogo con Cristo

La Palabra de Dios es la verdad. «Pidan lo que quieran y se les concederá». Señor, ¿por qué conociendo tu Palabra no la hago vida? ¿Por qué mi meditación frecuentemente no es auténtica oración? Sin Ti, mi vida es incompleta, sin Ti, la vida no tiene un sentido pleno, sin Ti, no puedo dar fruto, por eso hoy te pido tu gracia para que mi oración me lleve a compartir con los demás la alegría de haberte encontrado, de alegría de ser miembro de tu familia en la Iglesia y en el Movimiento Regnum Christi. «Mientras no encontremos a Dios, será el egoísmo el que siga guiando y mandando en

nuestra vida» (Cristo al centro, n. 660).

¡Venga tu Reino!

mayo 10 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-11 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo Yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que Yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, ¿cómo corresponder a tanto amor? ¿Cómo conservar en el corazón la alegría con la que colmas mi vida? ¡Ven, Espíritu Santo, lléname de tu amor para que pueda cumplir en todo tu voluntad, viviendo el mandamiento supremo de la caridad. Petición Señor, ayúdame a seguir el camino de mi felicidad, que es el de vivir la caridad. Meditación Cristo ha venido a este mundo para ser nuestro fundamento. «En cualquier necesidad y aridez, Él es la fuente de agua viva, que nos nutre y fortalece. Él en persona carga sobre sí el pecado, el miedo y el sufrimiento y, en definitiva, nos purifica y transforma misteriosamente en vino bueno. En esos momentos de necesidad nos sentimos a veces aplastados bajo una prensa, como los racimos de uvas que son exprimidos completamente. Pero sabemos que, unidos a Cristo, nos convertimos en vino de solera. Dios sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Lo importante es que “permanezcamos” en la vid, en Cristo. En esta breve perícopa, el evangelista usa la palabra “permanecer” una docena de veces. Este “permanecer-en-Cristo” caracteriza todo el discurso. En nuestro tiempo de inquietudes e indiferencia, en el que tanta gente pierde el rumbo y el fundamento; en el que la fidelidad del amor en el matrimonio y en la amistad es frágil y efímera; en el que desearíamos gritar, en medio de nuestras necesidades, como los discípulos de Emaús: “Señor, quédate con nosotros, porque anochece, porque las tinieblas nos rodean”; el Señor resucitado nos ofrece aquí un refugio, un lugar de luz, de esperanza y confianza, de paz y seguridad» (Benedicto XVI, 22 de septiembre de 2011).

Reflexión apostólica

«En el rezo del rosario se contemplan con amor, recogimiento y reflexión los principales misterios salvíficos de la vida de Cristo, desde su concepción virginal, pasando por su vida pública hasta su pasión, muerte y resurrección, viéndolos a través del corazón de aquella que le acompañó más de cerca. “Recitar el rosario es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo”» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 239). Propósito Con esperanza y confianza rezar hoy un rosario, fuente de paz y alegría. Diálogo con Cristo

Gracias, Dios mío, por tanto amor. Hoy que el mundo celebra a las madres, no puedo dejar de agradecerte por darme a tu santísima Madre. Por su intercesión quiero pedirte que sepa cambiar o eliminar todo aquello que me impida vivir el mandamiento de la caridad. La Iglesia, por medio del Regnum Christi, me sugiere muchos campos para concretar mi entrega a los demás. Te pido que sepa aprovecharlos, que responda con alegría y generosidad a tantos dones que me regalas día a día.

«En el rezo del rosario se contemplan con amor, recogimiento y reflexión los principales misterios salvíficos de la vida de Cristo, desde su concepción virginal,

pasando por su vida pública hasta su pasión, muerte y resurrección, viéndolos a través del corazón de aquella que le acompañó más de cerca. “Recitar el rosario es en

realidad contemplar con María el rostro de Cristo”» (Cristo al centro, n. 922).

¡Venga tu Reino!

mayo 11 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 12-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como Yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que Yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy Yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros». Palabra del Señor. Oración introductoria

Gracias, Jesús, por darme tu amor y amistad. Me pongo hoy ante tu presencia suplicándote humildemente que abras mi mente, mi voluntad y mi corazón, para dejar que la luz de tu Espíritu Santo ilumine mi oración. Petición

Señor, hazme capaz de salir de mí mismo para crecer en el amor a Ti y a los demás. Meditación ¿Qué es realmente la amistad? «La amistad es una comunión en el pensamiento y el deseo. El Señor nos dice lo mismo con gran insistencia: “Conozco a los míos y los míos me conocen”. El Pastor llama a los suyos por su nombre. Él me conoce por mi nombre. No soy un ser anónimo cualquiera en la inmensidad del universo. Me conoce de manera totalmente personal. Y yo, ¿le conozco a Él? La amistad que Él me ofrece sólo puede significar que también yo trate siempre de conocerle mejor; que yo, en la Escritura, en los Sacramentos, en el encuentro de la oración, en la comunión de los Santos, en las personas que se acercan a mí y que Él me envía, me esfuerce siempre en conocerle cada vez más. La amistad no es solamente

conocimiento, es sobre todo comunión del deseo. Significa que mi voluntad crece hacia el “sí” de la adhesión a la suya. En efecto, su voluntad no es para mí una voluntad externa y extraña, a la que me doblego más o menos de buena gana. No, en la amistad mi voluntad se une a la suya a medida que va creciendo; su voluntad se convierte en la mía, y justo así llego a ser yo mismo. Además de la comunión de pensamiento y voluntad, el Señor menciona un tercer elemento nuevo: Él da su vida por nosotros» (Benedicto XVI, 29 de junio de 2011). Reflexión apostólica

«El miembro del Movimiento busca entablar diálogos de amistad con Cristo en medio de sus actividades ordinarias: necesita ser contemplativo para poder conquistar las metas que su amor a Cristo y a los hombres le proponen» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 112). Propósito Dar prioridad a mi amistad con Cristo para, con su gracia, poder vivir para los demás. Diálogo con Cristo

«Señor, ayúdame siempre a conocerte mejor. Ayúdame a estar cada vez más unido a tu voluntad. Ayúdame a vivir mi vida, no para mí mismo, sino junto a Ti, para los otros. Ayúdame a ser cada vez más tu amigo», al pensar como Tú, al hablar como Tú y, sobre todo, al amar como Tú.

«¿Quién no puede amar a un amigo humilde y generoso? ¿Quién no puede amar a un ser que no es una teoría, no es un cuento; un ser histórico, real, que

ha existido y que existe y que por mí, por mi amistad y por el amor que a mí me tiene derramó hasta la última gota de su sangre para que yo tuviera la felicidad

eterna?» (Cristo al centro, n. 558).

¡Venga tu Reino!

mayo 12 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si el mundo los odia, sepan que me han odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, Yo los he separado del mundo. Acuérdense de lo que les dije: «El siervo no es superior a su señor». Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a Aquel que me envió». Palabra del Señor. Oración introductoria

Ser un elegido de Cristo, ¿tiene alguna influencia en mi vida? Permite, Señor, que esta oración taladre la dura costra de mi indiferencia. No puedo seguir absorto en la rutina, inmerso en el conformismo, ciego ante las injusticas del mundo. Ayúdame a descubrir en las dificultades una oportunidad para afianzar mi vida en Ti. Petición Señor, enséñame a recorrer el camino de la cruz, que es el camino del amor. Meditación Darse a sí mismo, lo más fácil y lo más difícil. «Hay una razón más para pensar que sea de nuevo el momento de abandonar con audacia lo que hay de mundano en la Iglesia. Lo que no quiere decir retirarse del mundo. Una Iglesia aligerada de los elementos mundanos es capaz de comunicar a los hombres –tanto a los que sufren como a los que los ayudan– precisamente en el ámbito social y caritativo, la fuerza vital especial de la fe cristiana. […] Sólo la profunda relación con Dios hace posible una plena atención al hombre, del mismo modo que sin una atención al prójimo se empobrece la relación con Dios. Estar abiertos a las vicisitudes del mundo significa por tanto para la Iglesia "desmundanizada" testimoniar, según el Evangelio, con palabras y obras, aquí y ahora, la señoría del amor de Dios. Esta

tarea, además, nos remite más allá del mundo presente: la vida presente, en efecto, incluye la relación con la vida eterna. Vivamos como individuos y como comunidad de la Iglesia la sencillez de un gran amor que, en el mundo, es al mismo tiempo lo más fácil y lo más difícil, porque exige nada más y nada menos que el darse a sí mismo» (Benedicto XVI, 25 de septiembre de 2011). Reflexión apostólica

«La abnegación es una virtud cristiana por la que la persona renuncia a su egoísmo y a todo aquello que constituye un obstáculo para amar mejor a Dios y a los demás» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 114). Propósito Colaborar en un proyecto apostólico en mi parroquia o en algún movimiento o asociación. Diálogo con Cristo

Jesús, tu Evangelio me recuerda que para seguirte tengo que recorrer el camino de la cruz, que no es otra cosa que el desprenderme de todo obstáculo que me impida amarte más y mejor. Ayúdame a seguirte el día de hoy, ofreciéndote mi cumplimiento esmerado y fiel a mi deber, el control de mis reacciones y la renuncia a todo lo que me impida donarme a los demás.

«A Cristo se le sigue sólo por un camino: el de la propia abnegación» (Cristo al centro, n. 2036).

¡Venga tu Reino!

mayo 13 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, hoy que se celebra a tu Madre, en la advocación de la Virgen de Fátima, me acerco a Ti en esta oración, necesito tu luz para a descubrir tu amor. Nunca dejes que me «acostumbre» a una vida de oración tibia, pasiva, egocéntrica. Ayúdame a mantenerme, como María, en plena comunión contigo. Petición

Jesús, dame la gracia de amarte del mismo modo como te amo María, en la oración, la entrega y las obras. Meditación La gran verdad: Dios me ama. «¿Cómo puede un joven ser fiel a la fe cristiana y seguir aspirando a grandes ideales en la sociedad actual? En el evangelio que hemos escuchado, Jesús nos da una respuesta a esta importante cuestión: “Como el Padre me ha amado, así

os he amado yo; permaneced en mi amor”. Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios. Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios. Si permanecéis en el amor de Cristo, arraigados en la fe, encontraréis, aun en medio de contrariedades y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona. Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo» (Benedicto XVI, 20 de agosto de 2011). Reflexión apostólica

«Ningún cristiano puede sentirse solo, desamparado o abandonado;

María le acompaña y le anima con su aliento y su calor de madre. A Ella acude en los momentos de peligro; Ella le conforta ante las dificultades; y le anima con la sencillez y sublimidad de su testimonio. Ella le asiste siempre con su poderosa intercesión» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 168). Propósito Invitar, con valentía y humildad, a acercarse al amor de Cristo a una persona cercana que esté deprimida. Diálogo con Cristo

Señor, me llamas a no quedarme pasivamente mirando cómo van las cosas del mundo, sino a imprimir, en las personas y en los sucesos, la fuerza de tu amor. Ayúdame a vivir a la altura de mi vocación cristiana. Bajo la protección de María y por el inmenso amor que me tienes, sé que lo puedo lograr. «María Santísima, Madre del buen consejo, que enseñó al corazón humano de su Hijo las virtudes de la bondad y la mansedumbre, alimente en cada uno de

ustedes estas dos dimensiones tan esenciales y características de la caridad cristiana»

(Cristo al centro, n. 1440).

¡Venga tu Reino!

mayo 14 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 9-17 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, dame a entender que el amor es la esencia del cristianismo, que éste debe ser mi distintivo como cristiano, no dejes que olvide la necesidad urgente de vivir a fondo el espíritu de caridad. Tú, que eres todo Amor, infunde en mi corazón, en esta oración, tu divino amor. Petición

Jesús, hazme comprender que la verdadera caridad cristiana se dirige a todos, sin distinciones ni medidas. Meditación Mi respuesta al Amor. «Precisamente ahora, en que la cultura relativista dominante renuncia y desprecia la búsqueda de la verdad, que es la aspiración más alta del espíritu humano, debemos proponer con coraje y humildad el valor universal de Cristo, como salvador de todos los hombres y fuente de esperanza para nuestra vida.

Él, que tomó sobre sí nuestras aflicciones, conoce bien el misterio del dolor humano y muestra su presencia amorosa en todos los que sufren. Estos, a su vez, unidos a la pasión de Cristo, participan muy de cerca en su obra de redención. Además, nuestra atención desinteresada a los enfermos y postergados, siempre será un testimonio humilde y callado del rostro compasivo de Dios. Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra. En esta vigilia de oración, os invito a pedir a Dios que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que él nos proponga» (Benedicto XVI, 20 de agosto de 2011). Reflexión apostólica

«La centralidad de Cristo y de su amor, corazón de la espiritualidad del Movimiento, conduce a otra característica muy importante: el dinamismo misionero» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 97). Propósito

Ser un auténtico testigo del amor de Dios al hacer hoy, en su nombre, una obra buena, aunque sea difícil. Diálogo con Cristo

El cristianismo es una llamada al verdadero amor, por eso estoy llamado a ser un auténtico testigo del amor. La caridad nunca debe limitarse a evitar el mal sino que debe concentrarse en hacer a todos el bien, brindándoles apoyo en todo lo que es posible y dando de lo propio con generosidad. Jesús, no dejes que me olvide que el sí amoroso a mi vocación cristiana debe también llevarme un sí a las demás personas, especialmente a las más cercanas. «Su entrega ha de ser sincera, su amor práctico en una vida santa, medido por el cumplimiento fiel de su deber y por una caridad y bondad sin límites para

con sus hermanos» (Cristo al centro, n. 1442).

¡Venga tu Reino!

mayo 15 Evangelio Lectura del santo Evangelio según san Juan 16, 5-11 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Me voy ya al que me envió y ninguno de ustedes me pregunta: “¿A dónde vas?” Es que su corazón se ha llenado de tristeza porque les he dicho estas cosas. Sin embargo, es cierto lo que les digo: les conviene que me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Consolador; en cambio, si me voy, yo se lo enviaré. Y cuando él venga, establecerá la culpabilidad del mundo en materia de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque ellos no han creído en mí; de justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán ustedes; de juicio, porque el príncipe de este mundo ya está condenado». Palabra del Señor. Oración introductoria

¡Ven, Espíritu Santo! Ayúdame a estar abierto a tus inspiraciones, a conservar en mi corazón la alegría de saberme amado por Ti para que, con gran confianza, siga con prontitud y docilidad lo que hoy quieras pedirme. Petición

¡Ven Espíritu creador, visita las almas de tus fieles y enciende en ellas el fuego de tu amor! Meditación Dios es fiel a su alianza, no quiere que nos perdamos. «La historia de la salvación, que culmina en la encarnación de Jesús y tiene su pleno cumplimiento en el misterio pascual, es una revelación conmovedora de la misericordia de Dios. En el Hijo se hace visible el “Padre de las misericordias” que, siempre fiel a su paternidad, “es capaz de inclinarse hacia todo hijo pródigo, toda miseria humana y singularmente hacia toda miseria moral o pecado”. La misericordia divina no consiste sólo en la remisión de nuestros pecados; consiste también en que Dios, nuestro Padre, a veces con dolor, tristeza o miedo por nuestra parte, nos devuelve al camino de la verdad y de la luz, porque no quiere que nos perdamos. Esta doble manifestación de la misericordia de Dios muestra lo fiel que es Dios a la alianza sellada con todo

cristiano en el bautismo. Al releer la historia personal de cada uno y la de la evangelización de nuestros países, podemos decir con el salmista: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor”» (Benedicto XVI, 18 de noviembre de 2011). Reflexión apostólica

«La Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, vive y actúa bajo la inspiración del Espíritu Santo. El Espíritu ilumina al Papa y a los obispos en su tarea de guiar al pueblo de Dios y derrama innumerables dones y carismas a lo largo de la historia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 159). Propósito Programar mi siguiente confesión para celebrar plenamente la fiesta de Pentecostés. Diálogo con Cristo

Espíritu Santo, Tú eres el guía y el artífice de la santidad, por eso te ofrezco en esta oración todo mi ser, ven hacer en mí tu morada, dame la gracia para acoger tus inspiraciones, sin límite ni reserva alguna, con humildad y celo por hacerlas fructificar, por el bien de los demás. «La donación auténtica requiere una atención permanente a la voz del Espíritu

Santo y una lucha y esfuerzo continuos por no negarle nada» (Cristo al centro, n. 1779).

¡Venga tu Reino!

mayo 16 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 15, 26–16, 4 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Consolador, que Yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo. Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho Yo». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, creo que estás presente aquí y ahora, dispuesto a derramar tu luz en mi oración. Tengo la confianza en que me darás la gracia que necesito para crecer en el amor y poder así dar el testimonio que puede acercar a otros a querer experimentar también tu presencia. Gracias por tu amor, por tu inmensa generosidad, te ofrezco mi vida y todo mi esfuerzo. Petición

Espíritu Santo, aumenta mi fe para que ninguna distracción me aparte del gozo de poder experimentar tu cercanía y tu amor. Meditación Dios está siempre cerca. «En el dolor, en el peligro, en la amargura de la incomprensión y de la ofensa, las palabras del Salmo abren nuestro corazón a la certeza consoladora de la fe. Dios está siempre cerca -también en las dificultades, en los problemas, en las tinieblas de la vida- escucha, responde y salva a su modo. Pero es necesario saber reconocer su presencia y aceptar sus caminos, como David huyendo humillado de su hijo Absalón, como el justo perseguido del Libro de la Sabiduría, como el Señor Jesús en el Gólgota. Y cuando, a los ojos de los impíos, Dios parece no intervenir y el Hijo muere, entonces es cuando se

manifiesta a todos los creyentes la verdadera gloria y el cumplimiento definitivo de la salvación. Que el Señor no dé fe, nos ayude en nuestra debilidad y nos haga capaces de creer y de rezar en toda angustia, en las noches dolorosas de la duda y en los largos días de dolor, abandonándonos con confianza a Él, que es nuestro “escudo” y nuestra “gloria”» (Benedicto XVI, 7 de septiembre de 2011). Reflexión apostólica

«El contacto asiduo y paciente con Cristo vivo en su palabra y en sus sacramentos, mediante la oración personal y la participación litúrgica, ha sido siempre la gran escuela para alcanzar el conocimiento experimental de su amor» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 31). Propósito Hacer una oración de agradecimiento a Dios por el don de mi fe, preferentemente ante el Santísimo. Diálogo con Cristo

Jesús, no dejes que la pereza o el desaliento dominen mi determinación de vivir siempre en tu presencia. Dame tu gracia y el amor que me mueva a hacer rendir todos los dones con los que has colmado mi vida. «¡Confía en la gracia de Dios! ¡Abre tu alma y tu vida a su efecto transformante

y renovador!» (Cristo al centro, n. 1793).

¡Venga tu Reino!

mayo 17 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver». Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: «¿Qué querrá decir con eso de que: «Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver», y con eso de que: «Me voy al Padre»?». Y se decían: «¿Qué significa ese «un poco»? No entendemos lo que quiere decir». Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: «Están confundidos porque les he dicho: «Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver». Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría». Palabra del Señor. Oración introductoria

Gracias, Señor, por recordarme que los momentos de confusión, de dificultad o de tristeza, son momentos para crecer, para amar más, para centrarme en lo esencial, para crecer en la fe y la confianza. Fortaléceme Señor, para salir de esta oración más unido a Ti. Petición Padre mío, ayúdame a vivir, y a trasmitir a los demás, la alegría de tu presencia. Meditación Orientados hacia la vida eterna. «Jesús cuando, dirigiéndose a sus discípulos, afirma: “volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría”. Son palabras que indican una propuesta rebosante de felicidad sin fin, del gozo de ser colmados por el amor divino para siempre. Plantearse el futuro definitivo que nos espera a cada uno de nosotros da sentido pleno a la existencia, porque orienta el proyecto de vida hacia horizontes no limitados y pasajeros, sino amplios y profundos, que llevan a amar el mundo, que tanto ha amado Dios, a dedicarse a su desarrollo, pero siempre con la libertad y el gozo que nacen de la fe y de la

esperanza. Son horizontes que ayudan a no absolutizar la realidad terrena, sintiendo que Dios nos prepara un horizonte más grande, y a repetir con san Agustín: “Deseamos juntos la patria celeste, suspiramos por la patria celeste, sintámonos peregrinos aquí abajo” […] Queridos jóvenes, os invito a no olvidar esta perspectiva en vuestro proyecto de vida: estamos llamados a la eternidad. Dios nos ha creado para estar con Él, para siempre. Esto os ayudará a dar un sentido pleno a vuestras opciones y a dar calidad a vuestra existencia» (Benedicto XVI, Mensaje para la XXV Jornada Mundial de la Juventud, 2010). Reflexión apostólica

«La experiencia del amor de Dios en Cristo tiende necesariamente a traducirse en vida. Para el cristiano, conocer en profundidad a Cristo es vivir en el amor, vivir para el amor, vivir de amor. Su vida no puede tener ya otra motivación, ni otro sentido, ni otra meta que el amor cristiano» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 33). Propósito Vivir hoy intensamente la caridad, como si fuera hoy mi último día. Diálogo con Cristo

Jesús, Tú me enseñas que el amor produce alegría y paz. Y, sólo puedo realizarme en el amor, en la entrega generosa y confiada a los demás. Ayúdame a hacer esta misma experiencia cada día, porque me has creado para recibir y dar amor. «No temas por tu futuro; déjalo en las manos de Dios. Si tú sigues colaborando con la gracia divina como hasta ahora, jamás correrá peligro tu perseverancia»

(Cristo al centro, n. 1799).

¡Venga tu Reino!

mayo 18 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 16, 20-23 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero Yo los volveré a ver, se alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, creo en Ti, espero y confío en tu gran misericordia y amor, por eso te suplico que esta oración me lleve a descubrir tu providencia en todos los sucesos de mi vida. Petición

Jesús, que no me falte nunca la fe, el amor, la esperanza, para gustar la verdadera alegría, que nace del amor y de la fidelidad a Ti. Meditación Permanecer siempre abiertos a la esperanza. «A la luz del Nuevo Testamento el mensaje se hace más explícito y claro: el creyente que atraviesa esa oscuridad es como el grano de trigo que cae en tierra y muere, pero para dar mucho fruto; o bien, retomando otra imagen querida por Jesús, es como la mujer que sufre con los dolores del parto para poder llegar a la gloria de haber dado a la luz una vida nueva. Queridos hermanos y hermanas, este Salmo nos enseña que, en nuestra oración, debemos permanecer siempre abiertos a la esperanza y firmes en la fe en Dios. Nuestra historia, aunque marcada a menudo por el dolor, las inseguridades y momentos de crisis, es una historia de salvación y de “restablecimiento de la suerte”. En Jesús termina nuestro exilio, toda lágrima se enjuga, en el misterio de su Cruz, de la muerte transformada en vida, como el grano de trigo que se destruye en la

tierra y se convierte en espiga» (Benedicto XVI, 13 de octubre de 2011). Reflexión apostólica

«En medio de los problemas del mundo y de las propias dificultades, el miembro del Regnum Christi no aparta su mirada ni su corazón de esta certeza. El amor misericordioso del Padre es más fuerte que todo el mal presente en el mundo y que toda miseria que lacera la propia alma» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 139). Propósito Al enfrentar una dificultad, pediré ayuda a Dios en vez de confiar sólo en mis propias fuerzas. Diálogo con Cristo

Señor, lo único que hace triunfar el mal es la desconfianza, el abatimiento ante los problemas, olvidando que Tú eres el Creador, el Dueño y Señor de la vida. Por eso puedo vivir la alegría en el dolor, porque por la fe y la esperanza, sé que todo tiene un sentido y que Tú nunca me dejas en el sufrimiento, y el mal y la injusticia nunca tienen la última palabra. ¡Gracias, Padre bueno, por la fidelidad de tu amor!

«En estas visitas lleven a Cristo sus anhelos, dolores, penas, sufrimientos, inquietudes, y pónganlos en el Corazón de Cristo para encontrar fuerza y luz en

el amigo del alma» (Cristo al centro, n.842).

¡Venga tu Reino!

mayo 19 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 16, 23-28 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, Tú dijiste que todo lo que pidiera en tu nombre me lo concederías. Te pido, Señor y Dios mío, la fe, la esperanza y el don de la caridad. Estas tres virtudes me bastan, con ellas puedo amarte, darte gloria, servirte y comunicarte a los demás. Petición

Jesús, te suplico me concedas aquello que más necesite para ser un discípulo y misionero de tu amor. Meditación La alegría de saber que Dios nos ama. «Después del gran descubrimiento de Jesucristo -nuestra vida, camino y verdad- entrando en el terreno de la fe, en “la tierra de la Fe”, encontramos a menudo una vida oscura, dura difícil, una siembra con lágrimas, pero seguros de que la luz de Cristo, al final, nos da una gran cosecha. Debemos aprender esto también en las noches oscuras; no olvidar que la luz está, que Dios ya está en medio de nuestras vidas y que podemos sembrar con la gran confianza de que el “sí” de Dios es más fuerte que todos nosotros. Es importante no perder este recuerdo de la presencia de Dios en nuestra vida, esta alegría profunda de que Dios ha entrado en nuestra vida, liberándonos: es la gratitud por el

descubrimiento de Jesucristo, que ha venido a nosotros. Y esta gratitud se transforma en esperanza, es estrella de la esperanza que nos da la confianza, es la luz porque los dolores de la siembra son el inicio de la nueva vida, de la grande y definitiva alegría de Dios» (Benedicto XVI, 13 de octubre de 2011). Reflexión apostólica

«El hombre que se afianza y se adhiere firmemente a la voluntad de Dios puede ser verdaderamente feliz ya en esta vida, porque ha hecho del amor de Dios el centro de la propia existencia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 144). Propósito Hoy hablaré a alguien sobre la confianza que tengo de que Dios siempre escucha mi oración. Diálogo con Cristo

Señor, dame la gracia de mantener siempre un buen humor, para poder ser ese testigo de la alegría al saberme amado por Ti. Ser misionero de la alegría y ser un misionero alegre, para los demás, que hermosa forma de poder corresponder a tanto amor que me das.

«Quien dice creer pero la fe no penetra, agarra y envuelve a toda su persona: su confianza, su fidelidad, su adhesión emocional, su asentimiento intelectual; no

sabe lo que es creer» (Cristo al centro, n. 986).

¡Venga tu Reino!

mayo 20 LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20 En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban. Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el Cielo y en la Tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto Yo les he mandado; y sepan que Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, permite que esta oración me lleve a ascender, a crecer en la fe, la esperanza y la caridad, para que con gran alegría cumpla todo lo que me has mandado, sabiendo que Tú estarás conmigo todos los días. Petición Que el gozo de tu ascensión, Señor, me lleve a centrar mi vida en el amor. Meditación Yo estaré con ustedes todos los días. «Precisamente con la resurrección de entre los muertos, él obtuvo "el primado sobre todas las cosas". Lo afirma Jesús mismo al aparecerse a los discípulos después de la resurrección: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra". Esta conciencia sostiene el camino de la Iglesia, Cuerpo de Cristo, a lo largo de las sendas de la historia. No hay sombra, por más densa que sea, que pueda oscurecer la luz de Cristo. Por eso, los que creen en Cristo mantienen siempre la esperanza, también hoy, ante la gran crisis social y económica que aflige a la humanidad; ante el odio y la violencia destructora que no dejan de ensangrentar a muchas regiones de la tierra; ante el egoísmo y la pretensión del hombre de erigirse como dios de sí mismo, que a veces lleva a peligrosas alteraciones del plan divino sobre la vida y la dignidad del ser humano, sobre la familia y la armonía de la creación» (Benedicto XVI, 13 de enero de 2009).

Reflexión apostólica

«El Regnum Christi quiere ser un cauce para que más personas respondan a la invitación de Dios a ir por el mundo como heraldos de su amor. Un estilo de vida así, exigente y comprometido, al tiempo que lleno de frescura y alegría, tuvo y ha tenido siempre una gran fuerza persuasiva» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 371). Propósito Renovar mi compromiso de anunciar a Cristo, con la palabra y mi testimonio de vida. Diálogo con Cristo Jesucristo, que hermosa misión me has encomendado. Poder cambiar la vida de los demás al darles a conocer tu Evangelio. Pero no seré un auténtico discípulo y misionero de tu Iglesia si no vivo mi misión con alegría, por convicción y, sobre todo, por amor, porque no es la doctrina o la enseñanza lo que atrae, sino la fuerza del amor que se refleja en la alegría. «Conviértete en un promotor de alegría y de bondad, poniendo toda tu persona al servicio de los demás, reservando una sonrisa amable para cada uno de tus

compañeros, especialmente para aquellos cuyo trato te cueste más» (Cristo al centro, n. 1456).

¡Venga tu Reino!

mayo 21 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 16, 29-33 En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: «Ahora sí nos estás hablando claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios». Les contestó Jesús: «¿De veras creen? Pues miren que viene la hora, más aún, ya llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque Yo he vencido al mundo». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, mi naturaleza ansía la paz, como la felicidad perfecta, pero frecuentemente equivoca los medios para lograrla. Hoy, tu Evangelio me llena de confianza porque me invitas a encontrarla en Ti. Dame la gracia de orar para experimentar tu cercanía y tu paz. Petición

Jesús, dame la docilidad para no buscar la paz en mis fuerzas o habilidades, sino en tu poder divino. Meditación La silenciosa luz de la verdad. «En los últimos dos, tres siglos, muchos han preguntado: “¿Pero eres realmente tu? ¿O el mundo debe ser cambiado de forma más radical? ¿Tu no lo haces?". Y han venido muchos profetas, ideólogos y dictadores, que han dicho: “¡No es él! ¡No ha cambiado el mundo! ¡Somos nosotros!". Y han creado sus imperios, sus dictaduras, su totalitarismo que habría cambiado el mundo. Y lo ha cambiado, pero de forma destructiva. Hoy sabemos que de estas grandes promesas no ha quedado sino un gran vacío y una gran destrucción. No eran ellos. Y así debemos creer de nuevo a Cristo y preguntarle: “¿Eres tu?". El Señor, de la forma silenciosa que le es propia, responde: “Mirad lo que yo he hecho. No he hecho una revolución cruenta, no he cambiado el mundo con la fuerza, sino que he encendido muchas luces que forman, mientras tanto, un gran camino de luz a través de los milenios"» (Benedicto XVI, 13 de diciembre de 2010).

Reflexión apostólica

«La decisión de seguir más de cerca a Cristo ayudándose de los medios que ofrece el Regnum Christi será siempre el resultado de una opción personal libre y espontánea, en un clima de paz y serenidad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 373). Propósito

Revisar mis actitudes y comportamientos para cambiar lo que me aleje de la luz de la verdad. Diálogo con Cristo

Señor, gracias por darme fe, esperanza y caridad, el día de mi bautismo, para hacerme capaz de obrar el bien, por amor a Ti y a los demás. Qué serenidad y confianza me da saber que Tú has vencido al mundo y estás conmigo, dándome esa paz, que con tu gracia, podré irradiar a los demás, especialmente a mi familia.

«La meta es dar a Cristo a la humanidad y darlo con honradez y hondura. Nuestra primera misión será ayudar al hombre para que sepa amar y vivir en paz»

(Cristo al centro, n. 1597).

¡Venga tu Reino!

mayo 22 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 17, 1-11 En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique, y por el poder que le diste sobre toda la humildad, dé la vida eterna a cuantos le has confiado. La vida eterna consiste en que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado. Yo te he glorificado sobre la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre, glorifícame en ti con la gloria que tenía, antes de que el mundo existiera. He manifestado tu nombre a los hombres que Tú tomaste del mundo y me diste. Eran tuyos y Tú me los diste. Ellos han cumplido tu Palabra y ahora conocen que todo lo que me has dado viene de ti, porque Yo les he comunicado las palabras que Tú me diste; ellos las han recibido y ahora reconocen que Yo salí de ti y creen que Tú me has enviado. Te pido por ellos; no te pido por el mundo, sino por éstos, que Tú me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío. Yo he sido glorificado en ellos. Ya no estaré más en el mundo, pues voy a ti; pero ellos se quedan en el mundo». Palabra del Señor. Oración introductoria

¡Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres! Este clamor de los ángeles también resuena en el tiempo pascual, porque Tú eres grande, Señor. Grande es tu poder. Tu sabiduría no tiene medida. Quiero alabarte y glorificarte con mi vida, especialmente en este momento de oración. Petición

Jesús, permite que no caiga en la tentación de las distracciones ni de las preocupaciones, para centrar mi oración en Ti. Meditación La opción por la vida con Dios. «Ese es el camino: la opción por la vida y la opción por Dios son idénticas. El Señor lo dice en el evangelio de san Juan: "Esta es la vida eterna: que te conozcan". La vida humana es una relación. Sólo podemos tener la vida en relación, no encerrados en nosotros mismos. Y la relación fundamental es la relación con el Creador; de lo contrario, las demás relaciones son frágiles. Por tanto, lo esencial es escoger a Dios. Un mundo vacío de Dios, un mundo que se olvida de Dios, pierde la vida y cae en una cultura de muerte. Por consiguiente, escoger la vida, hacer la opción por la vida

es, ante todo, escoger la opción-relación con Dios. Pero inmediatamente surge la pregunta: ¿con qué Dios? Aquí, de nuevo, nos ayuda el Evangelio: con el Dios que nos ha mostrado su rostro en Cristo, con el Dios que ha vencido el odio en la cruz, es decir, con el amor hasta el extremo. Así, escogiendo a este Dios, escogemos la vida» (Benedicto XVI, 2 de marzo de 2006). Reflexión apostólica

«La revisión periódica de la hoja de compromisos en la presencia de Cristo, es un eficaz estímulo para consolidar lo positivo y tomar resoluciones para mejorar las deficiencias» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 417). Propósito Para agradecerle a Dios su amor, aceptaré con alegría y confianza las dificultades de este día. Diálogo con Cristo

Señor, los compromisos de vida espiritual que me sugiere el Movimiento Regnum Christi son un estupendo medio para no caer en la disipación y en el sin sentido de la vida. Permite que esta oración, en la que doy gloria a tu presencia en mi vida, sea mi punto de partida para tener siempre esa sed de orar que me lleve a la convivencia plena y diaria Contigo, así no habrá problema o dificultad que me aparte de mi misión. «Movimiento Regnum Christi propone un estilo de vida cristiana; se presenta como un camino, entre otros para responder a la invitación de Dios a vivir la fe de la Iglesia de

manera integral, dinámica y entusiasta. Por eso, más que añadir compromisos, ayuda a vivir aquellos que derivan del bautismo»

(Cristo al centro, n. 1840).

¡Venga tu Reino!

mayo 23 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 17, 11-19 En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: «Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, Yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; Yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu Palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como Yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad. Tu Palabra es la verdad. Así como Tú me enviaste al mundo, así los envío Yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la verdad». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, gracias por este tiempo que puedo dedicar a la oración. Aunque no soy del mundo, las cosas pasajeras ejercen una fuerte atracción, pero creo y espero en Ti, porque eres fiel a tus promesas, por eso te pido la gracia de que me reveles la verdad sobre mi vida en esta oración. Petición

Señor, concédeme no tener en la vida otra tarea, otra ocupación, otra ilusión que ser santificado en la verdad. Meditación Transformación espiritual progresiva para ser uno con Dios. «Sabemos que al final –como vio claramente san Ignacio de Loyola– el único patrón verdadero con el cual se puede medir toda realidad humana es la Cruz y su mensaje de amor inmerecido que triunfa sobre el mal, el pecado y la muerte, que crea vida nueva y alegría perpetua. La Cruz revela que únicamente nos encontramos a nosotros mismos cuando entregamos nuestras vidas, acogemos el amor de Dios como don gratuito y actuamos para llevar a todo hombre y mujer a la belleza del amor y a la luz de la verdad que salvan al mundo. En esta verdad –el misterio de la fe– es en la que hemos sido consagrados, y en esta verdad es en la que estamos llamados a crecer, con la ayuda de la gracia de Dios, en fidelidad cotidiana a su palabra, en la comunión vivificante de la Iglesia. Y, sin embargo, qué difícil es este camino de consagración. Exige una continua “conversión”,

un morir sacrificial a sí mismos que es la condición para pertenecer plenamente a Dios, una transformación de la mente y del corazón que conduce a la verdadera libertad y a una nueva amplitud de miras» (Benedicto XVI, 19 de julio de 2008). Reflexión apostólica

«La Iglesia es, precisamente, la comunidad de los creyentes en Cristo. Dios “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” y, por ello, instituye la Iglesia, como “sacramento universal de salvación, que manifiesta y al mismo tiempo realiza el misterio del amor de Dios al hombre”» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 5). Propósito Hacer un examen de conciencia para ver cómo puedo dar mayor gloria a Dios con los dones que me ha dado. Diálogo con Cristo

Señor, dejo en tus manos mis preocupaciones. Ayúdame a confiar en tu providencia, para que la revisión de mis actitudes y comportamiento, me ayude a vivir lo que creo. Sé que Tú estás conmigo, pero frecuentemente se me dificulta compartir mi fe con los demás. Dame la fortaleza para hablar de Ti y de tu amor, especialmente a mi familia.

«[Cristo] Él quiere ser “verdad”, tu verdad, por la que luches y vivas» (Cristo al centro, n. 2064).

¡Venga tu Reino!

mayo 24 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 17, 20-26 En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: «Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como Tú, Padre, en mí y Yo en ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que Tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que Tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos y Tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo conozca que Tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí. Padre, quiero que donde Yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero Yo sí te conozco y éstos han conocido que Tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y Yo también en ellos». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor Jesús, en Ti se restaura la unidad perfecta con Dios. Podré participar en ella con el cumplimiento del mandamiento del amor, por eso te pido que envíes a tu Espíritu Santo para que esta oración me una más planamente a Ti y a tu Iglesia. Petición

Señor, ayúdame a descubrir qué puedo hacer para trasmitir tu mensaje de amor y unidad a los demás. Meditación La unidad es señal y muestra de amor. «Sabemos que Jesús en su oración durante la Última Cena dirigió también peticiones al Padre, súplicas que contienen al mismo tiempo un llamamiento a sus discípulos de entonces y de todos los tiempos. Quisiera en este momento referirme sólo una súplica que, según Juan, Jesús repitió cuatro veces en su oración sacerdotal. ¡Cuánta angustia debió sentir en su interior! Esta oración sigue siendo de continuo su oración al Padre por nosotros: es la plegaria por la unidad. Jesús dice explícitamente que esta súplica vale no sólo para los discípulos que estaban entonces presentes, sino que apunta a todos los que creerán en él. Pide que todos sean uno "como tú, Padre, en mí, y yo en ti, para que el mundo crea". La unidad de los cristianos sólo se da si los cristianos están íntimamente unidos a él, a Jesús. Fe y amor por Jesús, fe en su ser uno con el Padre y

apertura a la unidad con él son esenciales. Esta unidad no es algo solamente interior, místico. Se ha de hacer visible, tan visible que constituya para el mundo la prueba de la misión de Jesús por parte del Padre» (Benedicto XVI, 21 de abril de 2011). Reflexión apostólica

«La vida de los miembros se desarrolla en un marco de comunión espiritual y de caridad fraterna, como ocurre y ha ocurrido siempre en la Iglesia desde los inicios del cristianismo. Esta realidad se concreta, en la pertenencia a un equipo, que es un pequeño grupo de miembros que se ayudan y alientan mutuamente para vivir mejor y perseverar en su vocación cristiana y potenciar su actividad apostólica » (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 64). Propósito Fortalecer mi unidad con Dios en la oración, y con mi familia, en el diálogo continuo y fraterno. Diálogo con Cristo

Jesucristo, la unidad es la base para vivir el mandamiento de la caridad. Tú esperas que viva como los primeros cristianos, difundiendo mi fe, siendo un solo corazón y una sola alma con los demás. Quiero corresponderte pensando y hablando siempre bien de los demás, y buscando siempre construir, nunca destruir, lo que me lleve a una unidad sincera con los demás. «Que el espíritu de unión, de amor y caridad, de humildad y de piedad que irradie su manera de vivir sea el testimonio siempre vivo para el mundo de que vienen de Cristo

y son de Él» (Cristo al centro, n. 147).

¡Venga tu Reino!

mayo 25 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 21, 15-19 En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, Tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le respondió: «Sí, Señor, Tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le preguntó: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: «Señor, Tú lo sabes todo; Tú bien sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras». Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: «Sígueme». Palabra del Señor. Oración introductoria

Jesucristo, hoy me preguntas si te amo. Te respondo con todo mi corazón: ¡Sí, te amo! Quiero decírtelo no sólo con mis palabras, sino con mi vida toda: te amo, creo en Ti y en Ti confío. Petición

Señor, acrecienta en mi alma la virtud de la fe para amarte por encima de todas las cosas y amar a mi prójimo, como a mí mismo.

Meditación Ante la infidelidad, el poder del bien, de la verdad y del amor. «También en el ministerio de Pedro se manifiesta, por una parte, la debilidad propia del hombre, pero a la vez también la fuerza de Dios: el Señor manifiesta su fuerza precisamente en la debilidad de los hombres, demostrando que él es quien construye su Iglesia mediante hombres débiles. […] La tercera referencia al Primado se encuentra en el evangelio de san Juan. El Señor ha resucitado y, como Resucitado, encomienda a Pedro su rebaño. También aquí se compenetran mutuamente la cruz y la resurrección. Jesús predice a Pedro que su camino se dirigirá hacia la cruz. En esta basílica, erigida sobre la tumba de Pedro, una tumba de pobres, vemos que el Señor precisamente así, a través de la cruz, vence siempre. No ejerce su poder como suele hacerse en este mundo. Es el poder del bien, de la verdad y del amor, que es más fuerte que la muerte. Sí, como vemos, su promesa es verdadera: los poderes de la muerte, las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia que él ha edificado sobre Pedro y que él,

precisamente de este modo, sigue edificando personalmente» (Benedicto XVI, 29 de junio de 2006). Reflexión apostólica

«Aunque el Movimiento tiene estructuras e instituciones para facilitar la formación y el apostolado de sus miembros, su verdadera vida se identifica con la vida cristiana de sus miembros. En la medida en que ellos sean cristianos auténticos, hijos fieles de la Iglesia, apóstoles comprometidos, en esa medida el Regnum Christi tendrá vida y contribuirá a la implantación del Reino de Cristo en el mundo. Todo lo demás –centros, obras, instituciones, reglamentos–, son sólo medios y, por lo mismo, los emplea sólo en la medida en que contribuyen al cumplimiento de su misión» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 23). Propósito Hacer una visita a Cristo Eucaristía para pedirle perdón por todas mis infidelidades. Diálogo con Cristo

Jesús, decirte cuánto te quiero con palabras es fácil, lo complicado es demostrártelo permanente en mi quehacer diario. En el Regnum Christi tengo un medio estupendo para realizar mi vocación al amor, por medio de la vivencia de mis compromisos espirituales y apostólicos. Te ofrezco ser fiel a la oración, a la formación, al apostolado. Con tu gracia, lo puedo lograr. «No te lamentes por el pasado ni temas el futuro, sino vive el presente con fidelidad y

amor» (Cristo al centro, n. 511).

¡Venga tu Reino!

mayo 26 Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 21, 20-25 En aquel tiempo, Jesús dijo a Pedro: «Sígueme». Pedro, volviendo la cara, vio que iba detrás de ellos el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había reclinado sobre su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a traicionar?» Al verlo, Pedro le dijo a Jesús: «Señor, ¿qué va a pasar con éste?» Jesús le respondió: «Si Yo quiero que éste permanezca vivo hasta que Yo vuelva, ¿a ti qué? Tú, sígueme». Por eso comenzó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no habría de morir. Pero Jesús no dijo que no moriría, sino: «Si Yo quiero que permanezca vivo hasta que Yo vuelva, ¿a ti qué?». Ese es el discípulo que atestigua estas cosas y las ha puesto por escrito, y estamos ciertos de que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús y creo que, si se relataran una por una, no cabrían en todo el mundo los libros que se escribieran. Palabra del Señor. Oración introductoria

Jesús, creo en Ti. Confío en que siendo fiel a tus inspiraciones, viviendo tu mandamiento del amor, responderé al llamado de seguirte, que hoy me haces en el Evangelio. Te ofrezco esta oración para crecer, apoyándome siempre, y en todo, en tu gracia. Petición Jesús, sin Ti, no puedo hacer nada. Dame la gracia de la perseverancia. Meditación El Señor no deja de llamar. «La propuesta que Jesús hace a quienes dice “¡Sígueme!” es ardua y exultante: los invita a entrar en su amistad, a escuchar de cerca su Palabra y a vivir con Él; les enseña la entrega total a Dios y a la difusión de su Reino según la ley del Evangelio: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”; los invita a salir de la propia voluntad cerrada en sí misma, de su idea de autorrealización, para sumergirse en otra voluntad, la de Dios, y dejarse guiar por ella; les hace vivir una fraternidad, que nace de esta disponibilidad total a Dios, y que llega a ser el rasgo distintivo de la comunidad de Jesús: “La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros”. También hoy, el seguimiento de Cristo es arduo; significa aprender a tener la mirada de Jesús, a conocerlo íntimamente, a escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los sacramentos; quiere decir aprender a

conformar la propia voluntad con la suya» (Benedicto XVI, 10 de febrero de 2011). Reflexión apostólica

«Los miembros procuran edificar la Iglesia mediante la propia santificación y extender su irradiación en el mundo por su testimonio de coherencia cristiana, por el apostolado y por la participación activa, con espíritu evangélico, en las tareas del mundo, haciendo presente y operante a la Iglesia en todos los lugares y situaciones donde Ella está llamada a ser sal de la tierra» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 80). Propósito Hoy me olvidaré un poco de mí mismo para sólo buscar hacer felices a quienes me rodean. Diálogo con Cristo

Jesús, mi primer apostolado es el de mi propio testimonio, ¿mi vida comunica a los demás que estás vivo? Ayúdame a ser congruente con mi fe, que mi único anhelo sea el crecer en el amor a Ti y a los demás. Hazme un cristiano auténtico, porque sólo los cristianos verdaderos pueden ofrecer un testimonio de la fuerza transformadora del Evangelio y de la verdad de la Iglesia.

«La Iglesia necesita hoy y siempre el testimonio silencioso de los santos» (Cristo al centro, n. 1400).

¡Venga tu Reino!

mayo 27 PENTECOSTÉS Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23 Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: «La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo». Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdona dos; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar». Palabra del Señor. Oración introductoria

Ven, Espíritu Santo, llena mi corazón y enciende el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu Creador y renueva la faz de la tierra. Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; hazme dócil a tus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Petición

Espíritu Santo, mira mi vacío si Tú faltas, por eso te suplico vengas hacer en mi tu morada. Meditación Soy fruto de un acto de amor de Dios. «Finalmente, el Evangelio de hoy nos entrega esta bellísima expresión: “Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor”. Estas palabras son profundamente humanas. El Amigo perdido está presente de nuevo, y quien antes estaba turbado se alegra. Pero dicen mucho más. Porque el Amigo perdido no viene de un lugar cualquiera, sino de la noche de la muerte; ¡y la ha atravesado! No es uno cualquiera, sino que es el Amigo y al mismo tiempo Aquel que es la Verdad y que hace vivir a los hombres; y lo que da no es una alegría cualquiera, sino la propia alegría, don del Espíritu Santo. Sí, es hermoso vivir porque soy amado, y es la Verdad la que me ama. Se alegraron los discípulos, viendo al Señor. Hoy, en Pentecostés, esta expresión está destinada también a nosotros, porque en la fe podemos verle; en la fe Él viene entre nosotros, y también a nosotros nos enseña las manos y el costado, y nosotros nos alegramos. Por ello queremos rezar: ¡Señor, muéstrate! Haznos el don de tu presencia y tendremos el don más bello, tu alegría. Amén.»(Benedicto XVI, 12 de junio de 2011).

Reflexión apostólica

«La misión supone, además, que cada miembro del Movimiento se deje penetrar hondamente por el amor de Cristo a cada persona, fuente inspiradora de toda vocación y misión en la Iglesia; que, con la fuerza del Espíritu Santo, logre amar a cada persona con el mismo corazón de Cristo. Sólo así, su entrega tendrá los mismos matices de la entrega de Cristo: total, generosa, desinteresada, que mira sólo al bien de las personas a las que sirve» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 103). Propósito

Responder con prontitud y eficacia a las inspiraciones del Espíritu Santo, empezando por darme un tiempo para escucharlas en la oración. Diálogo con Cristo

¡Qué la paz esté con ustedes! El saludo de Jesucristo resucitado me motiva a orientar mi vida de un modo distinto, porque sé que hay más dicha en dar que en recibir, y quien da con alegría, da paz. Cuánto bien podría hacer, haciendo lo mismo que hago, pero con una actitud más alegre. Porque la alegría es generosa y busca el bien. Ayúdame, Espíritu Santo a entregarme con regocijo a mi vocación.

«Cada mañana han de pedir al Espíritu Santo que les renueve su amor y cada noche han de agradecer que se lo haya conservado»

(Cristo al centro, n. 1555).

¡Venga tu Reino!

mayo 28 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-27 En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre». Entonces él le contestó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven». Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme». Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!» Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: «Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios». Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: «Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible». Palabra del Señor. Oración introductoria

Oh Señor, yo también me atrevo a preguntarte, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Ayúdame a conocer tu voluntad en esta oración y a tener la luz y fortaleza para saberte responder con prontitud y generosidad. No quiero salir triste ni apesadumbrado de esta meditación, sino con la alegría de haber puesto mi vida en tus manos. Petición Concédeme Jesús, vivir el día de hoy de acuerdo a tu voluntad. Meditación Amor es el nombre propio de Dios. «En el diálogo con el joven, que poseía muchas riquezas, Jesús indica cuál es la riqueza más importante y más grande de la vida: el amor. Amar a Dios y amar a los demás con todo uno mismo. La palabra amor – lo sabemos – se presta a varias interpretaciones y tiene distintos significados: nosotros necesitamos un Maestro, Cristo, que nos indique su sentido más auténtico y más profundo, que nos guíe a la fuente del

amor y de la vida. Amor es el nombre propio de Dios. El apóstol Juan nos lo recuerda: “Dios es amor”, y añade que “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo”. Y “si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros”. […] Hoy vivimos en un contexto cultural que no favorece relaciones humanas profundas y desinteresadas, sino, al contrario, induce a menudo a cerrarse en sí mismo, al individualismo, a dejar prevalecer el egoísmo que hay en el hombre. Pero el corazón de un joven es por naturaleza sensible a amor verdadero. Por ello me dirijo con gran confianza a cada uno de vosotros y os digo: no es fácil hacer de vuestra vida algo bello y grande, es comprometido, ¡pero con Cristo todo es posible!» (Benedicto XVI, 3 de mayo de 2010). Reflexión apostólica

«La pobreza cristiana comporta, además, una actitud habitual de generosidad y desprendimiento personal para aliviar las miserias y privaciones de los demás, ofreciéndoles, juntamente con la ayuda material, un sincero aprecio, respeto y comprensión» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 199). Propósito Haré algo para compartir con otros mi fe en el gran amor que Dios nos tiene. Diálogo con Cristo

Señor, si Tú eres lo único necesario en mi vida, ¿por qué no invierto lo mejor de mi tiempo en vivir tu mandamiento del amor? Desde hoy quiero comprometerme más contigo. Te prometo ser generoso para dedicar lo mejor de mí a mi misión y a mi formación integral y reducir mi afán por lo material para tener un corazón alegre, caritativo y bondadoso con todos. Ayúdame a vencer mis obstáculos y mi falta de voluntad para poder cumplir con este propósito.

« Es preciso que se convenzan de esta verdad: sin su cooperación fiel y constante Jesucristo no puede hacer lo que tiene determinado hacer con ustedes»

(Cristo al centro, n. 409).

¡Venga tu Reino!

mayo 29 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 10, 28-31 En aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: «Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte». Jesús le respondió: «Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, gracias por darme la oportunidad de estar contigo en esta oración. Aunque me prometes retribuir el ciento por uno, hoy me conformo con poder experimentar tu cercanía para que mi corazón pueda amarte como al único totalmente amable; mi inteligencia pueda creer en Ti como en él único que no engaña y mi libertad pueda elegirte a Ti como lo único que colma mis ansias y anhelos. Petición Señor, dame el don de saber orar y encontrarme contigo en esta oración. Meditación ¿Por qué seguir el mandato de amor de Jesucristo? «Para una sociedad rica, un nuevo obstáculo para un encuentro con el Dios vivo está en la sutil influencia del materialismo, que por desgracia puede centrar muy fácilmente la atención sobre el “cien veces más” prometido por Dios en esta vida, a cambio de la vida eterna que promete para el futuro. Las personas necesitan hoy ser llamadas de nuevo al objetivo último de su existencia. Necesitan reconocer que en su interior hay una profunda sed de Dios. Necesitan tener la oportunidad de enriquecerse del pozo de su amor infinito. Es fácil ser atraídas por las posibilidades casi ilimitadas que la ciencia y la técnica nos ofrecen; es fácil cometer el error de creer que se puede conseguir con nuestros propios esfuerzos saciar las necesidades más profundas. Ésta es una ilusión. Sin Dios, el cual nos da lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar, nuestras vidas están realmente vacías. Las personas necesitan ser llamadas continuamente a cultivar una relación con Cristo, que ha venido para que tuviéramos la vida en abundancia» (Benedicto XVI, 16 de abril de 2008).

Reflexión apostólica

«Cada uno debe ser una llama que encienda el fuego del amor de Cristo en su entorno: ¡A Cristo le faltan brazos! ¡A Cristo le faltan pies! ¡A Cristo le faltan lenguas! Los apóstoles del Reino han de ofrecer los suyos incondicionalmente para trabajar por los intereses de Cristo y de su Iglesia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 100). Propósito Desprenderme de alguna posesión material para ayudar a un necesitado. Diálogo con Cristo

Señor auméntame la fe, auméntame mi amor a Ti, porque cuando hay fe sincera y amor verdadero, nada ni nadie será más importante en mi vida que el cumplir tu voluntad. Permite que sea tu discípulo y misionero para hacer partícipes a los demás de tu amor, de esa felicidad que sólo Tú puedes dar.

«Dios siempre te dará el ciento por uno en la vida. ¿Por qué temes? ¿Por qué no eres feliz?»

(Cristo al centro, n. 79).

¡Venga tu Reino!

mayo 30 Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 10, 32-45 En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos iban camino de Jerusalén y Jesús se les iba adelantando. Los discípulos estaban sorprendidos y la gente que lo seguía tenía miedo. Él se llevó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: «Ya ven que nos estamos dirigiendo a Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; van a condenarlo a muerte y a entregarlo a los paganos; se van a burlar de Él, van a escupirlo, a azotarlo y a matarlo; pero al tercer día resucitará». Entonces se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte». Él les dijo: «¿Qué es lo que desean?» Le respondieron: «Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria». Jesús les replicó: «No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado?» Le respondieron: «Sí podemos». Y Jesús les dijo: «Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado». Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: «Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos». Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, gracias por comprender y disculpar mi debilidad, porque al igual que los hijos de Zebedeo, no acabo de entender lo que significa amar desinteresadamente, a Ti y a los demás. Te pido perdón por las veces que me he buscado a mí mismo en la oración y por no servir a mis hermanos por amor. Petición

Señor Jesús, ayúdame a empezar este día con una nueva actitud de amor sincero a los demás. Meditación La misión no es un proyecto personal, es respuesta al llamado de Dios.

«¿Cuál es, pues, el camino que debe recorrer quien quiere ser discípulo? Es el camino del Maestro, es el camino de la obediencia total a Dios. Por esto Jesús pregunta a Santiago y a Juan: ¿estáis dispuestos a compartir mi elección de cumplir hasta el final la voluntad del Padre? ¿Estáis dispuestos a recorrer este camino que pasa por la humillación, el sufrimiento y la muerte por amor? Los dos discípulos, con su respuesta segura —“podemos”— muestran, una vez más, que no han entendido el sentido real de lo que les anuncia el Maestro. Y de nuevo Jesús, con paciencia, les hace dar un paso más: ni siquiera experimentar el cáliz del sufrimiento y el bautismo de la muerte da derecho a los primeros puestos, porque eso es “para quienes está preparado”, está en manos del Padre celestial; el hombre no debe calcular, simplemente debe abandonarse a Dios, sin pretensiones, conformándose a su voluntad» (Benedicto XVI, 20 de noviembre de 2010). Reflexión apostólica

«La soberbia introduce también una neta división entre el hombre y su prójimo. El soberbio no puede vivir en comunión ni en armonía con los demás; es incapaz de servirles, de colaborar con ellos, de reconocer sus logros, de comprender sus limitaciones y miserias, de perdonar sus faltas. Nadie vive tan solo como el hombre soberbio. La soberbia, fruto amargo del egoísmo, es enemiga radical de la caridad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 178). Propósito Revisar mi actitud y los motivos por los cuales participo, o no participo, en un apostolado. Diálogo con Cristo

Padre mío, para servir a los demás con amor, debo luchar incansablemente para dominar mi soberbia, necesito dejarme transformar por Ti. Estoy convencido de que mis proyectos son vanos, si no están respaldados por una vida humilde y un corazón generoso y desinteresado. Me creaste para ser santo, y la santidad no es sino una respuesta de amor en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande. «Como el aceite no puede compenetrarse con el agua aún estando en ella, así el alma

soberbia está en Dios, pero no llega a participar ni a compenetrarse con Dios» (Cristo al centro, n. 1328).

¡Venga tu Reino!

mayo 31 LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56 En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: «Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa Tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor». Entonces dijo María: «Mi alma glorifica al Señor *y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava*. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. *Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen*. Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, *destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes* y a los ricos los despidió sin nada. *Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo*, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre». María permaneció con Isabel unos tres meses, y se volvió a su casa. Palabra del Señor. Oración introductoria

María, hoy concluye el mes dedicado a honrarte. Gracias por tu compañía. Gracias por tu amor, tu calor y tu cercanía de Madre. Pongo en tus manos este momento de oración, ayúdame a hablar con tu Hijo, a alabarlo y glorificarlo, como lo hacías Tú. Petición María, condúceme hacia la transformación completa en Jesucristo. Meditación Los humildes experimentan la misericordia. «El relato evangélico de la Visitación nos muestra cómo la Virgen, después de la anunciación del Ángel, no retuvo el don recibido, sino que partió inmediatamente para ayudar a su anciana prima Isabel […] El Magníficat no es el cántico de aquellos a quienes les sonríe la suerte, de los que siempre van "viento en popa"; es más bien la gratitud de quien conoce los dramas de la vida, pero confía en la obra redentora de

Dios. Es un canto que expresa la fe probada de generaciones de hombres y mujeres que han puesto en Dios su esperanza y se han comprometido en primera persona, como María, para ayudar a los hermanos necesitados. En el Magníficat escuchamos la voz de tantos santos y santas de la caridad […] Quien permanece por largo tiempo cerca de las personas que sufren, conoce la angustia y las lágrimas, pero también el milagro del gozo, fruto del amor» (Benedicto XVI, 11 de febrero de 2010). Reflexión apostólica

«Un elemento más de estos preámbulos consiste en poner la meditación bajo el cuidado maternal de la Santísima Virgen, para que ella acompañe y sostenga con su maternal intercesión este importante acto del día» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 225). Propósito Llevar la Buena Nueva del Evangelio a un enfermo o a un necesitado. Diálogo con Cristo

Jesús, quiero terminar esta oración consagrándome a María. Quiero imitarla en ese abandono total a la voluntad santísima de Dios, en su fe fuerte, en su esperanza inquebrantable y en su caridad ardiente. No permitas nunca que me separe de mi madre María, porque ella es quien educa mi corazón en la escucha y en la generosidad, para saber ser humilde y dócil a las luces del Espíritu Santo.

«En el Magníficat de la Santísima Virgen encontrarás siempre una regla de oro para fundir en la humildad la grandeza de los dones de Dios con el sentido de pequeñez de

todo ser creado» (Cristo al centro, n. 1503).