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Talcott Parsons ([1952] 1984) EI sistema social, Madrid, Alianza Universidad, pp. 15-32. £1 marco de referencia de la acci6n y la teoria general de los sistemas de acci6n: cultura, personalidad y el puesto de 10s sistemas sociales El objeto de este volumen es la expOSlClOne ilustracion de un esque- 0 ma conceptual parael analisis de los sistemas sociales dentro de los ter- minos del marco de referencia de la accion. Se ha querido que s~a una obra teorica en un sentido estricto. No Ie conciernen directamente ni las gencralizaciones empfricas ni la metodologfa, aunque contendra, desde Illego, una cantidad considerable de ambas cosas. Natllralmente, e1 valor de un esquema conceptual como eI que se expone en esta obra consiste, en ultima instancia, en demostrar su utilidad en la investigaci6n empfrica. Sin embargo, no intentamos establecer en esta obra un resumen sistema- tico de nuestros conocimientos empfricos -10 que serfa necesario hacer en una obra de sociologfa general. Se centra en un esquema teorico. El tratamiento sistem:hico de sus utilizaciones empfricas tendra que ser em- prendido par separado. EI punto de partida fundamental es el concepto de 10s sistemas so- ciales de accion. En este sentido, la interacci6n de los actores individuales tiene lugar en condi~iones tales que es po sible considerar ese proceso de interacci6n como un sistema (en el sentido cientifico) y someterlo al mismo orden de analisis teorico que ha sido aplicado con exito a otros tipos de sistemas en otras ciencias. Los puntos fundamentales del. marco de referencia de la accion han sido estudiados por extenso en otro lugar y aquf solo necesitan ser bre- vemente resumidos 1. El marco de referencia se ocupa de la «orientacion» de uno 0 mas actores -en eI caso individual fundamental, organismos biologicos- hacia una situaci6n, que comprende a otros actores. El es- quema -relativo alas unidades de acci6n e interaccion- es un esquema rela(io.nal. Analiza la estructura y procesos de los sistemas constituidos par las relaciones de esas unidades con sus situaciones, incluyendo otras 1 Cf. especialmente Parsons y Shils. Values, Motives and Systems of Action, en Toward a General Theory of Action. Tambien Parsons, Structure of Social Action, y Essays in Sociological Theory, y, desde luego, Weber, Theory of Social and Economic Organization.

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Talcott Parsons ([1952] 1984) EI sistema social, Madrid,Alianza Universidad, pp. 15-32.

£1 marco de referencia de la acci6n y la teoriageneral de los sistemas de acci6n: cultura,personalidad y el puesto de 10s sistemassociales

El objeto de este volumen es la expOSlClOn e ilustracion de un esque- 0ma conceptual para el analisis de los sistemas sociales dentro de los ter-minos del marco de referencia de la accion. Se ha querido que s~a unaobra teorica en un sentido estricto. No Ie conciernen directamente ni lasgencralizaciones empfricas ni la metodologfa, aunque contendra, desdeIllego, una cantidad considerable de ambas cosas. Natllralmente, e1 valorde un esquema conceptual como eI que se expone en esta obra consiste,en ultima instancia, en demostrar su utilidad en la investigaci6n empfrica.Sin embargo, no intentamos establecer en esta obra un resumen sistema-tico de nuestros conocimientos empfricos -10 que serfa necesario haceren una obra de sociologfa general. Se centra en un esquema teorico. Eltratamiento sistem:hico de sus utilizaciones empfricas tendra que ser em-prendido par separado.

EI punto de partida fundamental es el concepto de 10s sistemas so-ciales de accion. En este sentido, la interacci6n de los actores individualestiene lugar en condi~iones tales que es po sible considerar ese procesode interacci6n como un sistema (en el sentido cientifico) y someterlo almismo orden de analisis teorico que ha sido aplicado con exito a otrostipos de sistemas en otras ciencias.

Los puntos fundamentales del. marco de referencia de la accion hansido estudiados por extenso en otro lugar y aquf solo necesitan ser bre-vemente resumidos 1. El marco de referencia se ocupa de la «orientacion»de uno 0 mas actores -en eI caso individual fundamental, organismosbiologicos- hacia una situaci6n, que comprende a otros actores. El es-quema -relativo alas unidades de acci6n e interaccion- es un esquemarela(io.nal. Analiza la estructura y procesos de los sistemas constituidospar las relaciones de esas unidades con sus situaciones, incluyendo otras

1 Cf. especialmente Parsons y Shils. Values, Motives and Systems of Action, enToward a General Theory of Action. Tambien Parsons, Structure of Social Action, yEssays in Sociological Theory, y, desde luego, Weber, Theory of Social and EconomicOrganization.

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unidades. En cuanto tal, no Ie concierne la estructura interna de las uni-dades, excepto en la medida en que afecte directamente al sistema re-lacional.

La situacion, por definicion, consiste en objetos de orientacion; aSl,la orientacion de un actor dado se diversifica frente a los diferentes ob-jetos y clases de ellos de que se compone su situacion. Resulta conve-niente, dentro de los H~rminos de la accion, clasificar el mundo de objetosen tres clases: «sociales», «flsico~» )t «cultural~s». Un objeto social esun' actor, que a su vez puede se,r cualquier otro actor individual dado(alter), el actor que se toma a Sl mismo como punto de referencia (ego),o una colectividad" que se considera como una unidad a los fines del an~-lisis de la orientacion. Los objetos flsicos son entidades emp1ricas queni «interactuan» con el ego ni «responden» al ego; son medios y con-diciones de la accion del ego. Los objetos culturales son elementos sim~bolicos de la tradicion cultural: ideas 0 creencias, s'lmbolos expresivos 0

pautas de valor, en la medida en que seallt considerados por el ego comoobjetos de la situacion y no se encuentren «internalizados» como ele-mentos cons'titutivos de la estruct~ra de la personalidad del ego. .

La «accion» es un proceso en el sistema actor-situacion que tienesignificacion motivaci~nal para el actor individual 0, en el caso de unacolectividad, para sus componentes individuales. Esto quiere decir que lao!ientacion de lo~ procesos de aceion correspondientes se relaciona con ellogro de gratificaciones 0 evitacion de privaciones del actor relevante,cualesquiera que estas sean a la luz de las estructuras relevantes de la per-sonalidad. Solo en la medida en que esta relacion con la situacion seamotivacionalmente relevante sera considerada, en esta obra, como accionen sentido tecnico. Se presume que la ultima fuente de energla 0 factor«esfuerzo»' de los procesos de accion procede del organismo, y consecuen-temente que, en un cierto sentido, toda gratificacion 0 deprivacion tieneuna significacion organica. Pero aunque se halle enraizada en ellas, laorganizacion concreta de la motivacion no puede sel: analizada -a los finesde la teoda de la accion- como necesidades organicas del organismo.La organizacion de los elementos de la aceion -a los fines de la teodade la accion- es, sobre todo, una funcion de la relaci6n del actor conSQ situacion y la historia de esa relacion, en el sentido de «experiencia».

AS1'definida, es una propiedad fundamental de, la accion no consistir"en «respuestas» ad hoc a «estimulos» particulares de la situacion; porel cbntrario, el actor desarrolla un sistema de. «expectativas» en relacioncon los diferentes objetos de la situacion. Estas pueden encontrarse estruc-turadas solo en relacion con las propias disposiciones de necesidad delego y con las posibilidades de gratificacion 0 deprivaci6n dependiente delas diferentes alternativas de la accion que el ego pueda emprender. Peroen el caso de los objetos $ociales se afiade otra dimnsi6n. Parte de laexpectativa del ego -en muchos casos, la parte mas crucial- consiste

en la reaCClon probable del alter a la accion posible del ego; reac-cion que puede anticiparse y, pOl' ello, afectar alas propias eleccionesdel ego.

Ahora bien, diferentes elementos de la situacion, en ambos niveles,llegan a tener «significados» especiales para el ego como «signos» 0

«slmbolos» que se convierten en relevantes para la organizacion de susistema de expectativas. De un modo particular, cuando existe interaccionsocial, los signos y los simbolos adquieren significados comunes y sirvende medios de comunicacion entre los actores. Cuando han surgido sis-temas simbolicos que sirven de medio para la comunicacion se puede ha-blar de los principios de una «cultura», la cual entra a ser parte de lossistema de accion de los actores relevantes.

Aqul solo nos conciernen los sistemas de interaccion que Uegan a estardiferenciados en un nivel cultural. tAunque el termino «sistema social»se pueda utilizar en un sentido mas elemental, esta posibilidad puede serignorada y -para nuestros fines- podemos concentrar nw!stra atencionen los sistemas de interaccion de una pluralidad de actores individualesorientados hacia una situacion y que comprenden un sistema de simbolosculturales ente,ndido en comun. I '

Un sistema social -reducido a los terminos' mas simples- consiste,pues, en un pluralidad de actores individuales que interactuan entre SIen una situacion que tienen, al menos, un aspecto fisico 0 de medio am-biente, actores motivados por una tendencia a «obtener un optimo de gra-tificacion» y cuyas relaciones con sus situaciones -incluyendo a los demasactores- estan mediadas y definidas por un sistema de simbolo.s cul-turalmente estructurados y compartidos.'

ASI concebido, un sistema social es solo uno de los tres aspectos de laestructuracion de un sistema total 'concreto de accion social. Los otrosdos aspectos son los sistemas de la personalidad de los actores individua-les y el sistema cultural que se establece en sus acciones. Cada uno deestos tres sistemas tiene que ser considerado como un fa co iridepend(~ntede organizacion de los elementos del sistema de la accion, en el sentido deque ninguno de ellos es teoricamente reducible a los terminos de nin-guno de los otros dos, ni a una combinacion de eUos. Cada uno es indis-pensable para los otros dos, en el sentido de que sin personalidades y sincultura no existida, ningun sistema social; 10 mismo puede' decirse delas relaciones logicas posibles entre cada uno de los sistemas y los otrosdos. Pero esta interdependencia e interpenetracion es alga muy diferentede la reducibilidad, que significada que las propiedades y piesos impor-tantes de una clase de sistema pudieran ser tea rica mente derivaaos denuestro conocimiento teorico de uno 0 ambos de los otros dos. EI marcode referencia de la accion es comun a los tres sistemas y este hecho haceque sean posibles ciertas «transformaciones» entre eUos. Pero en el nivelde teoda que se propone en esta obra los tres sistemas no constituyen un

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El sistema social

sistema u'nI'co' 1 '., 0 contrano sm embarg d' f'tt'orico. '0, po na a ltmarse en otro nivel

Dicho de otro modo: en el nivel actual d' '"nuestro conocimiento de la d' ,. dIe sistematlZaclOn teorica. mamica e os pro d . , 'mentarlO, Por ello nos vemo f d " cesos' e aCClOn es frag-

, ' s orza os a utI1tzar est t' d 'empmco, presentados descriptivamente en 1 ,. os IpOS e sIstemareferencia, como punto de refer . . d' os termmos de un marco depunto de referencia concebim enc{a m Ispensabl:. En relacion con estenismos» 2 que influy'en en el °fs ~s pr~cesos dmamicos como «meca-

, , «unclOnamiento> d l' LtaClon descriptiva del sistema ' " > e sIstema, a presen-d' empinco tiene que ser h h bIb

e. una sene ~e categorias «estructurales» d ec a so re a ~caJan las apropiadas construcCI'ones m t' " entro de las cuales se en-. . « 0 Ivacionales . -titUlr un conocimiento utiliz bl d 1 .» necesanas para cons-

Ad' a e e os mecanrsmosntes e seguir adelante en estos r bl .

del analisis de 10s sistemas d . , P 0 emas metodologicos generales. 1 e aCCIon con esoeci 1 f '1'SOCIa, es aconsejable decir 1 " b L a re erenCIa a SIstema

1 d 1 a go mas' so re 10s comp '1ta es e a accion en general E 1 'd onentes mas e emen-«disposiciones de necesidad» "d"In e se~tId? 'dmas general, el sistema de

Ie actor In IVI ual p ,aspectos e ementales 0 primarios' el as .. are.ce que tlene dosto «orientaciona1». El primero se'refi pefto «grat:fIcacIona1» y el aspec-con el mundo de obJ'etos' «10 q ebr~a «contenrdo» de su intercambio'1 1 ,ue» 0 tiene el actor . . ,e y 0 que Ie «cuesta» El' segund f 1 en su mteraCClOn concon el mundo de objet;s' las pa to ·se re diere a «como» de su relacionrelaciones. ' u as 0 mo os en que se organizan estas

, Subrayando el aspecto relacional od 'onentacion «catetica»' es decir' la'; ;~os, ;efenrnos al primero comocon el objeto u objet~s en cues~ion a~~1 IcacIor: ,d~ la relacion del egoentre «gratificacion-privacio' D p el eqUlhbno de su personalidad

1 ' n», e otra parte 1 ' --na» mas elemental y f d 1 ' a categona «orientacio-'d un amenta parece ser 1 ' ,sentI 0 mas general puede ser 'd d a «cognltIva», que en suaspectos relevantes de la sit . ,consi er

1a a como la «definicion» de 10s

1 uaClOn para os «inter d 1pues, e aspecto cognitivo de la' ., eses» e actor. Este estido de Tolman 3 Ambos aspe t one?taclOn; el mapa cognitivo, en el sen~

d ' ' c os tienen que estar .po ,na ser considerado como una unidad d .presentes en algo quedeclt, un «acto-unidad». e un SIstema de accion; es

,Pero 10.s actos no se realizan individuale~tan organrzados en sistemas. Lo im y sepa:adamente; 10s actosSIstema mas elemental tien portante es que, mc1uso en el nive1 (Ied . , e que entrar un cd'e SIstema». En 10s terminos dId omponente e «mtegracion

e marco e referencia de la accion, esta

integracion es una ordenacion selectiva de las posibilidades de orientacion.La situacion presenta objetos que son alternativamente posibles para lasnecesidades de gratificacion. Los map as cognitivos presentan alternativasde enjuiciamiento e interpretacion sobre cuales son los objetos y 10 que«significan», Tiene que haber una seleccion ordenada entre esas alterna-tivas. Se Ie puede dar el nombre de 6valJlaci6~ a este proceso de se-leccion ordenada. Exista, pues, un aspecto evaluativo en toda orientacionde la accion concreta, Los' componentes mas elementales de cualquier sis-tema de accion pueden reducirse, en consecuencia, al actor y su situacion,Respecto del actor, nuestro interes, se organiza en torno a los modos de suorientacion cognitivo, eatetico y evaluativo; respecto de la situacion, a mdiferenciacJon en objetos y c1ases de ellas.

Los tres modos basicos de la orientacion motivacional, junto con laconcepcion de un sistema de objetos, categorizan los elementos de la accionen el nivel mas amplio. Todos ellos se encuentran implicados en laestructura de 10 que se llama «expeetativa». Ademas de los interesescateticos, la definicion cognitiva de la situacion y la seleccion evaluativa,una expectativa tiene, como el mismo termino sugiere, un aspecto tem-poral en la orientacion hacia el desatrollo futuro del sistema actor-situa-cion y la memoria de las acciones pasadas. En este sentido, la orientacionhacia la situacion se encuentra estructurada con referencia a sus pautasde desarrollo, El actor esta «interesado» en ciertas posibilidades de esedesarrollo. Le importa como este se realice; Ie import a que se realicenunas posibilidades en lugar de otras. .

Esta dimension temporal de la preocupacion del actor por el des-arrollo de la situacion puede diferenciarse a 10 largo de la coordenadaactividad-pasividad. En un extremo de la coordenada, el actor puedesimplemente «esperar los acontecimientos» y no intentar activamente«haeer algo»; 0 puede intentar activamente controlar la situacion deaeuerdo can sus deseos 0 intereses. Se puede llamar «antici,pacion» alefitadio futuro del sistema actor-situacion en el que el actor solo tieneun interes pasivo; se puede llamar «meta» al estadio futuro que el actorintenta activamente alcanzar (induyendo la prevencion de los sueesosque el no quiere que acontezcan). La direccion de meta de la accion esuna propiedad fundamental de 10s sistemas de accion, como veremoscuando tratemos particularmente de las bases de la orientacion normati-va. Ahora bien, analiticamente ello se situa en el.nivel inmediatamente«inferior» al concepto de expectativa, a causa de'/la posibilidad logieade la orienta cion pasivamente anticipatoria. Ambos tipos tienen que serc1aramente distinguidos del «esdmulo-respuesta», porque este no haceexplicit a la orientacion hacia el desarrollo futuro de la situacion. Elesdmulo puede ser considerado como una cuestion de hecho, sin queafecte al analisis teorico, .

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El concepto fundamental de 10s aspectos «instrumentales» de la ac-cion solo es aplicable a 10s casos en que la accion tenga una positivaorientacion de meta. Este concepto formula las consideraciones acerca dela situacion y las relaciones del actor con ella, las alternativas que seIe abren al actor y sus posibles consecuencias, que son relevantes parael 10gro de una meta 4. (V' r

Hay que decir algo sobre el problema de la estructuracion ultima delas «necesidades de gratificacion». Es cierto que una teoria de la acciontendria que definirse eventualmente en torno a la unidad 0 pluralidadcualitativa de las necesidades ultimas geneticamente dadas y acerca desu clasificacion y organizacion. Particularmente, sin embargo, en unaobra sobre el nivel del sistema social de la teorfa de la accion, es muyconveniente observar escrupulosamente la regIa de la parquedad en esaszonas controvertidas. No obstante, es necesario presumir una polaridadultima en esta estructura de necesidades que se incorpora al conceptodel equilibrio gratificacion-privacion, y de la que se deriva una and-tesis como la de atracci6n-aversion. Ahora bien, a nuestros fines, no pa-rece necesario continuar en terminos muy generales mas alla de 10 yadicho y de algunas afirmaciones generales acerca de las relaciones entrela gratificaci6n de necesidad y los otros aspectos de la acci6n.

La principal razon de esto es que, en sus formas socio16gicamenterelevantes, las «motivaciones» se nos presentan como organizadas en elnivel de la personalidad. En este sentido, tratamos de estructuras masconcretas que son concebidas como productos de la interacci6n de 10scomponentes de necesidad geneticamente dados con la experiencia social.Las uniformidades en este nivel son las que tienen significacion empfricapara 10s problemas sociologicos. Para utilizar el conocimiento de esasuniformidades no es necesario, en general, desenredar 10s componentesgeneticos y experimentales que les sirven de base. La principal excepciona esta, afirmacion se presenta en conexion con 10s problemas de 10slfmites de la variabilidad social en la estructura de los sistemas socialesque pueden estar impuestos por la constitucion biologic a de la poblacionr~l~vante. Cuando surgen esos problemas es necesario, desde luego, mo-vdlzar todo 10 que se sabe para enjuiciar las necesidades de gratificacionmas especfficas.

4 En The Structure of Social Action, la exposicion del marco de referencia dela accion f~e hecha en ~ran parte e~ el, nivel de la direccion de meta y, por ello, un«fill», segun se Ie llamo alll, constltuyo un componente esencial del «acto unidad».Parece que es ~~cesario !levar el anaIisis a un nivel todavfa mas elemental, especial-mente par~ ,clanfIC~r el puesto en que tienen que encajar muchos de los problemas dela ,m~tlvaclOn ana.ltzados. de acuerdo con los terminos de la psicologfa moderna. Elanaltsls se ha realtzado slmplemente en un nivel mas generalizado. El acto unidad deT.he_Struct~re of Social Action es un caso especial de la unidad de accion segun sedlsena aqui y en Values, Motives and Systems of Action.

Un problema relacionado con el anterior es el de la relevancia nosolo de las necesidades de ratificacion, sino tambien de las capacidadeso habilidades. Sabemos que estas son muy diferentes entre 10s individuos.Pero a los fines te6ricos mas generales se puede aplicar la misma regIade parquedad. Lo razonable de este procedimiento se confirm a por elconocimiento de que las variaciones individuales son, en general, masimportantes que las que existen entre poblaciones grandes, hasta el puntode que es relativamente improbable que las diferencias mas importan-tes de 10~ sistemas sociales a gran escala esten determinadas por diferenciasbiologic as en las capacidades de sus poblaciones. Para la mayorfa de 10sfines sociologicos, la resultante de 10s genes y la experiencia vital es ade-cuada, sin intentar separar los factores.

Se ha senalado que incluso la orientacion mas elemental de la ac-cion en niveles animales, implica signos que son, al menos, el principiode la simbolizacion. Esto es inherente al concepto de expectativa, queimplica algun modo de «generalizacion» sobre las particularidades deuna situacion-estfmulo inmediatamente presente. Sin signos, el aspecto«orientacional» total de la acci6n no tendria ningun significado, inclu-yendo las concepciones de «seleccion» y, a su base, de «alternativas». Enel nivel humano se da el paso desde la orientacion de signa hacia la ver-dadera simbolizacion. Esta es la condicion necesaria para que aparezcala cultura.

En el esquema basico de la accion, la simbolizacion se encuentra im-plicada tanto en la orientacion cognitiva como en el concepto de evalua-cion. Una elaboracion mas amplia sobre el rol y estructura de 10s sistemasde sfmbolos implica considerar la diferenciacion en relacion con 10svarios aspectos del sistema de accion, y el aspecto de compartir los sfmbo-10s y su relacion con la comunicacion y la cultura. Este ultimo puede serconsiderado en primer lugar.

Cualquiera que sea la importancia de 10s prerrequisitos neurologicos,parece probable que la verdadera simbolizaci6n -como algo diPerente dela utilizacion de signos- no puede surgir 0 funcionar sin la interaccionde 10s actores, y que el actor individual solo puede adquirir sistemas sim-bolicos mediante la interaccion con objetos sociales. Resulta sugestivoque, al menos, este hecho se pueda conectar con el elemento de «dobledependencia» implicado en el proceso de interaccion. En las situaciones

• clasicas de aprendizaje animal, el al1imal tiene alternativas entre las quepuede elegir y desarrolla expectativas que pueden ser «desencadenadas»por ciertos signos 0 «senales». Pero el signa es parte de una situacionque es estable con independencia de 10 que el animal hace; el unkeproblema que se Ie present a al animal es el de si puede «interpretar» elsigna correctamente; por ejemplo, que el tablero negro significa comida,y el blanco sin comida. Pero en la interaccion social, las posibles «reaccio-nes» del alter pueden abarcar un orden considerable, y la seleccion dentro

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de ese orden depende de las acciones del ego. En este sentido, para que elproceso de interacci6n se estructure, el significado de un signo' tiene queser abstraido de 10 particular de la situaci6n. Es decir, su significado tieneque ser estable mediante un orden mas amplio de «condicionales», quecomprende las alternativas dependientes no solo de la acci6n del ego, sinotam bien de la del alter y las posibles permutaciones y combinaciones dela relaci6n entre ellas. I

Cualesquiera que sea los origenes y procesos de desarrollo de los sis-temas de simbolos, es bastante claro que la complicada elaborad6n de lossistemas de acci6n humanos no es po sible sin sistemas simb6licos relati-vamente estables en que la significaci6n no depend a predominantementede situaciones muy particularizadas. La unica implicaci6n mas importan-

. te d~ est~ generalizaci6n es, acaso, la posibilidad de comunicaci6n, porquelas sltuaclOnes de dos actores no son nunca identicas, y sin la capacidadde abstraer el significadG de las situaciones mas particulares la comunica-ci6n seria imposible. Pero, a su vez, esta estabilidad de un sistema desimbolos -estabilidad que' tiehe que dilatarse entre los individuos y atrav~s del tiempo- no podria probablemente mantenerse, a menos quefunclOnara dentro de un proceso de comunicaci6n en la interacci6n de' unapluralidad de actores. A ese sistema de simbolos compartidos que funcio-na en la interacci6n es a 10 que llamaremos aqui tradici6n cultural.

Existe una relaci6n fundamental entre este aspecto y la «orientaci6nnormativa» de la acci6n, como a menudo ha sido Hamada. Un sistemasimb6lico de significados es un elemento de orden «impuesto», por asidecirlo, en una situaci6n real. Incluso la comunicaci6n mas elemental noes po sible sin algun grado de conformidad con las «convenciones» delsistema simb6lico. Dicho de otro modo: la mutualidad de las expectativasesta orientada por el orden compartido de significados simb6licos. En lamedida ~n que las gratificaciones del ego Hegan a ser dependientes delas reaCClOnes del alter, se establece un criterio condicional acerca de lascondiciones que provocaran 0 no reacciones «gratificantes», y la relaci6ne?-tre est~s ~~ndi~iones y las. reacciones se torna, en cuanto tal, parte delSIstema sIgrufIcatlVO de la onentaci6n del ego hacia la situaci6n. La orien-tac~6n hacia u.n orden nQrmativo, y el entrelazamiento mutuo de expec-tatIvas y sanClOnes -que sera fundamental para nuestro analisis de lossistemas sociales- se encuentra enraizado por tanto en los fundamentosmas profundos del marco de referencia de la acci6~.

Es.ta rel~~i6n. funda~ental es tambien comun a todos los tipos y modosde onentaclOn lllteractIva. Pero, no obstante, es import ante establecerciertas diferenciaciones en la primada relativa de los tres elementos mo-dales (catetico, cognitivo y evaluativo) que han sido disefiados mas arriba.Se pu~de Hamar. va~or a un elemento de un sistema smb6lico compartidoque SIrve de cnteno para la selecci6n entre las alternativas de orienta-ci6n que se presentan intrinsecamente abiertas en una situaci6n.

En un cierto sentido, la «motivaci6n» consiste en la orientaci6n haciala m~ra' del equilibrio entre gratificaci6n-privaci6n del actor. Pero yaque la acci6n sin componentes cognitivos y evaluativos, en su orienta-ci6n es inconcebible dentro del marco de referencia de la acci6n, el terminomotivaci6n sera utilizado en esta obra incluyendo los tres aspectos, no soloel catetico. Mas desde este aspecto de la orientaci6n motivacional de latotalidad de la acci6n, en vista del rol de los sistemas simb6licos, es ne-cesario distinguir un aspecto de «orientaci6n de valor». Este aspecto no serefiere al significado del est ado de las cosas esperado por el autor para suequilibrio entre gratificaci6n-privaci6n, sino al contenido de los criteriosselectivos mismos. En este sentido, el concepto de orientaci6n de valores, pues, el instrumento l6gico para formular un aspecto central de la:1rticulaci6n de las tradiciones culturales en el sistema de acci6n.

Se sigue de la derivaci6n de la orientaci6n normativa y el rol de losvalores en la acci6n, segun se dijo mas arriba, que todos los valotes im-plican 10 que podria Hamarse una referencia social. En la medida en que10s valores son culturales, mas que puramente personales, son de hechocompartidos. Incluso si son idiosincraticos para el individuo, en virtud delas circunstancias de m genesis, los valores se definen en relaci6n con unatradici6n cultural compartida; 10 idiosincratico consiste en desviacionesde la tradici6n compartida y se define de esta manera.

Ahora bien, junto a la referencia social, los criterios de valor puedentambien diferenciarse por sus relaciones funcionales con la acci6n delindividuo. La referencia social implica, desde el lado motivacional, unasignificaci6n evaluativa de todos los criterios de valor. Pero la relevanciaprimaria de un criterio puede serlo para las definiciones cognitivas de lasituaci6n, para las «expresiones» cateticas 0 para la integraci6n del siste-ma de acci6n como un sistema 0 parte de el. De ahi que, por el lado dela orientaci6n, se pueda repetir la clasificaci6n tripartita de los «m.od~s»de orientaci6n como criterios cognitivos, criterios apreciativos y' cntenosmorales de orientaci6n de valor.

Procede una explanaci6n de estos terininos. La clasificaci6n, segUn seha dicho, corresponde a la de los modos de orientaci6n motivacional. Enel caso cognitivo no existe much a dificultad. Al aspecto motivacional Ieconcierne el interes cognitivo en la situaci6n y sus objetos; la motivaci6npara definir cognitivamente la situaci6n. Al aspecto de la orientaci6n devalor, por otra parte, Ie conciernen los criterios por los que evalua la .va-lidez de los enjuiciamientos cognitivos. Algunos de eHos -como los cnte-rios mas element ales de l6gica 0 adecuaci6n de la observaci6n- puedenser universales culturales, en tanto que otros elementos son culturalmentevariables. En cualquier caso se trata de una cuesti6n de evaluaci6n selec-tiva, de criterios de preferencia entre soluciones alternativas de p~oble-mas cognitivos, de interpretaciones alternativas de fen6menos y obJetos.

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El aspecto normativo de la orientacion cognitiva no ofrece dificultad.En el caso de la catexis, esto ya no es tan obvio. En un cierto sentido, des-de luega, la relacion del actor con un objeto 0 es 0 no es gratificante de.un modo concreto. Pero no hay que olvidar que esa gratificacion se pre-senta como parte de un sistema de accion en que 10s actores se encuen-tran, en general, normativamente orientados. No es posib1e que 10s crite-rios normativos de va1uacion carezcan de relevancia en esta cuestion.

Existe siempre una. cuestion sobre 10 correcto y apropiado de la orien-tacion en este respecto, por 10 que se refiere a 1a eleccion del objeto, y laactitud hacia el objeto. Ello, pues, implica criterios por 10s que se puedenhacer 1as selecciones entre 1as posibilidades de significacion catetica.

Finalmente, el aspecto evaluativo de 1a orientacion motivacional tam-bien tiene su contrapartida de orienta cion de valor. A la evaluacion Ieconcierne el problema de integrar los elementos de un sistema de accion;fundamentalmente, el problema de «usted no puede comerse el pastel ytenerlo al mismo tiempo». Ambos criterios de valor -el cognitivo y elapreciativo- son desde luego relevantes al respecto. Pero todo acto tieneambos aspectos: el cognitivo y el catetico. En consecuencia, la primadade los intereses cognitivos no resuelve el problema de integrar la accionconcreta sobre la base de la relevancia de los intereses catetico y viceversa.Tiene que haber por ello -en un sistema de accion- un foco import an-tisimo de criterios evaluativos que ni son cognitivos ni son apreciativos,sino que implican una sintesis de ambos aspectos. Parece apropiado lla-marles criterios morales. En un cierto sentido, constituyen 10s criterios enbase a los cuales son eva1uadas las mismas evaluaciones mas particulares.

Debe ser claro tambien que, a partir del caracter general de los sis-temas de accion, 10s criterios mora1es tienen, en este sentido, una relevan-cia social peculiar. Esto es asi porque todo sistema de accion es concreta-mente, en un aspecto, un sistema social, si bien el foco de 1a personalidades muy import ante a ciertos fines. La referencia moral no es en absolutoexclusivamente social, pero sin la referencia social no es posible concebirun sistema de accion concreto como integrado en un sentido total. En par-ticular, desde el punto de vista de cualquier actor dado, 1a definicion delas pautas de derechos y obligaciones mutuos, y de los criterios que losdirigen en su interaccion con los otros, es un aspecto crucial de su orienta-ci6n general hacia su situacion. A causa de esta relevancia especial parael sistema social, los criterios morales llegan a ser el aspecto de 1a orien-taci6n de valor que tiene mayor importancia directa para el socio10go.Tendremos que decir muchas cosas sobre 10s criterios morales en los ca-pitulos que siguen.

Aunque existe un paralelo directo entre esta clasificacion de las pautasde orientacion de valor y 1a clasificaci6n de las orientaciones motivaciona-les, es muy importante darse cuenta de que estos dos aspectos basicos (0componentes del sistema de acci6n) son independientes l6gicamente, no

Marco de referencia de la acci6n

en el sentido de que ambos no sean esenciales, sino en el de que el. con-tenido de las dos clasificaciones puede ser independientemente vanable.A partir del hecho de una sig.nific?cion cat.etic.a «psicol?g~camente» ,~adade un objeto, no se pueden mfenr los crlt~nos apreClatlVos. ~sp~~lhcossegun los cuales el objeto es evaluado, 0 vlce~ersa. La .claslflcaclOn delos modos de orientacion motivacional proporClOna esencla~mente u~ es-quema para analizar los «problemas» en los que el a.ctor tlene ~n .«mte-res». De otra parte, la orientacion del valor proporc1ona los cntenos de10 que constituyen «soluciones» satisfactorias a estos problemas. E1 claroreconocimiento de la variabilidad independiente de estos dos modos 0

criterios basicos de la orientacion se encuentra en 1a mism~ base de. unateoria satisfactoria en el campo de la «cultura y personahdad». Clerta-mente se puede decir que el fracaso en reconocer esta variabilidad inde-pendiente ha servido de base a muchas d~ficu~tades. en este. campo, par-ticu1armente la tendencia inestable de la ClenCla sOClal a oSCllar entre un«determinismo psicologico» y un «determinis~o cultural». Ciertament,ese puede decir que esta variabilidad independiente es. el funda~ento 10-gico de la significaci6n independiente de la teoria del sistema social £rentea 1a de la personalidad, de una parte, y a la de la cultura, de otra:,

Este problema quiza pueda ser b,revemente ,e~puesto e? relaclOn canel problema de la cultura. En la teotla antropologlca ~o. ~~lste 10 que pu-dieramos llamar un acuerdo absoluto en torno a la defmlClOn del conceptode cultura. Pero a los fines de este capitulo se pueden destacar tres notasfundamentales: primera, la cultura es transmitida; constit~ye una heren-cia 0 una tradicion social; segunda, la cultura es aprendzda; no es unamanifestaci6n, como contenido particular, de la constitucion genetica delhombre; y tercera, la cultura es compar.'ida. En es~e senti??, la ~ulturaes, de una parte, un producto de los sistemas de mteraCClOn social ·hu-mana, y, de otra, un determinante de esos sistemas. ., ,.

El primer punto -la transmisibilidad- sirve de cnteno mas lm-portante para distinguir la cultura respecto del sistema social, porque.}acultura puede ser difundida desde un sistema social a otro. En relaclOncon un sistema social particular 1a cultura es una «pauta» que se puedeabstraer tanto anaHtica como empiricamente de ese sistema social par-ticular.

Sobre la base del enfoque de la cultura que hemos realizado, las ra-zones generales de esta complicacion no hay que buscarlas muy lejos. Unsistema simb6lico tiene modos propios de integracion, que pueden serllamados «consistencia de las pautas». El ejemplo mas conocido es laconsistencia 16gica de un sistema cognitivo, si bien los estilos artisticos ylos sistemas de orientacion de valor estan sometidos a la misma clase decriterios de int~graci6n como sistema de pautas. Ejemp10s de esos siste-mas simb6licos son, desde luego, empiricamente conocidos, como en untratado filosofico 0 una obra de arte.

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Pero como parte integrante de un sistema concreto de interaccion so-cial, esta norma de integracion consistente de las pautas de un sistema cul-tural solo puede ser percibida aproximadamente, a causa de las tensionesque surgen de los imperativos de interdependencia con los elementos mo-tivacionales y situaciones de la accion concreta. Este problema puedeenfocarse a traves de ciertas consideraciones sobre el «aprendizaje» de unapauta cultural.

Esta expresion, muy comun en la literatura antropologica, parece quese deriva originalmente del modelo de aprendizaje de un contenido in-telectual. Pero se ha ampliado hasta Uegar a ser el termino comun parael proceso en virtud del cual viene a estar motivada la integracion exigidade un elemento de la cultura en la accion concreta de un individuo. Enestos terminos, uno puede aprender a leer una lengua, a resolver un pro-blema matematico mediante el uso del dlculo diferencial. Pero tambienuno puede aprender a conformarse con una norma de conducta 0 a valorarun estilo artfstico. El aprendizaje, en este amplio sentido, significa, pues, laincorporacion de elementos culturales pautados en los sistemas de accionde los actores individuales.

El analisis de la capacidad de aprender se situa, en consecuencia, £renteal problema del lugar que puede asumir el elemento cultural en cuestionen el sistema de la personalidad. Un aspecto de este problema es el de sucompatibilidad con los otros elementos de la cultura que el mismo indi-viduo ya ha aprendido 0 se espera que aprenda. Pero hay ademas otrosaspectos. Todo actor individual es un organismo biologico que actua enun medio. Tanto la constitucion genetica de un organismo como el mediosocio-cultural ponen limites a este aprendizaje, si bien estos limites sondiHciles de especificar. Y, finalmente, todo actor individual esta sometidoalas exigencias de la interaccion en un sistema social. Esta ultima con-sideracion es particularmente importante en el problema de la cultura,a causa de que una tradicion cultural es compartida. Esa tradicion tieneque ser «sostenida» por uno 0 mas sistemas sociales y solo se puede de-cir que «funciona» cuando forma parte de sus efectivos sistemas de accion.

En los terminos de la accion este problema puede ser recapituladocomo el de si un sistema cultural de pautas completamente consistentepuede estar en relacion con las exigencias tanto de las personalidades comodel sistema social, de tal manera que todos los actores individuales en elsistema social puedan encontrarse adecuadamente motivados para confor-marse completamente con los criterios culturales. Esto se puede simple-mente afirmar aquf, sin intentar demostrar que ese caso limite es incompa-tible con los imperativos funcionales fundament ales de las personalidadesy los sistemas sociales. La integracion del sistc:ma total de accion -parciale incompleta como eUa es- es una clase de «compromiso» entre las«tensiones por la consistencia» de sus componentes sociales, culturales yde Iii ·personalidad respectivamente, de tal manera que ninguno de eUos

se aproxima a la integracion «perfecta». Con respecto a la relacion entrela cultura y el sistema social, este problema tendra que ser 'expuesto conalgun detalle mas adelante. El problema crucial, por ahora, es que el«aprendizaje» y la «vida» de un sistema de pautas culturales por los actoresen un sistema social no puede ser entendido sin el analisis de la moti-vacion en relacion con las situaciones concretas, no solo en el nivel de lateoda de la personalidad, sino tambien en el nivel de los mecanismos delsistema social.

Existe un cierto elemento de simetda logica en las relaciones de lossistemas sociales con la cultura, de una parte, y con la personalidad, deotra; pero sus implicaciones no tienen que ser llevadas demasiado lejos.La mas profunda simetda reside en el hecho de que las personalidadesy los sistemas sociales son tipos de sistema empfrico de accion en los quelos elementos 0 componentes culturales y motivacionales se combinan, yson, por ello, en un cierto sentido, paralelos entre s1. La base de la inte-gracion de un sistema cultural es una consistencia de pauta, segun hem osvis to. Pero la integracion de la personalidad es su consistencia de pauta es-tructural mas la adecuacion funcional del equilibrio motivacional en unasituacion' concreta. Un sistema cultural no «funciona» sino como partede un sistema de accion concreto.

Hay que aclarar que la relevancia de la interaccion no es 10 que dis-tingue al sistema social del de la personalidad. Es necesario insistir en quela interaccion es tan constitutiva de la personalidad como del sistema so-cial. La base de la diferencia entre las personalidades y los sistemas socialesse basa mas bien en el foco funcional de la organizacion y la integracion.La personalidad es el si~tema relacional de un organismo vivo que inter-actua con una situacion; un foco integrativo es la unidad organismo-per-sonalidad como entidad empfrica. Los mecanismos de la personalidadtienen que ser entendidos y formulados en relacion con los problemas fun-cion ales de esta unidad. El sistema de relaciones sociales en que el actorse encuentra implicado no tiene simplemente significacion funcional, sinoque es directamente constitutivo de la personalidad misma. Pero inclusodonde estas relaciones esten socialmente estructuradas de un modo uni-forme para un grupo de individuos, de ahf no se sigue que los modosen que se estructuran estos «roles» uniformes sean constitutivos de cad auna de las diferentes personalidadesde la misma manera. Cada uno deestos roles se encuentra integrado dentro de un sistema de personalidaddiferente, y por eUo no «significa la misma cosa» en un sentido precisepara dos personalidades. La relacion de la personalidad con una estruc-tura de rol uniforme es de interdependencia e interpenetracion, mas node «inclusion», en donde las propiedades del sistema de la personalidadestan constituidas por los roles que se estima que Ie han «hecho».

Veremos que existen homologfas importantes entre la personalidady el sistema social. Pero se trata de homologfas, no de relaciones macro-

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cosmos-microcosmos; esta distincion es fundamental. Teniendo en cuen-ta estas consideraciones se desmiente la base de muchas dificultades dela psicologfa social -especialmente, cuando se ha intentado «extrapolar»desde la psicologfa indi'Q'idual para la interpretacion motivacional de losfenomenos de masas, 0, por el contrario, se ha postulado una «mente degrupo».

Se sigue de estas consideraciones que tanto la estructura de los siste-mas sociales como los mecanismos motivacionales de su funcionamientotienen que categorizarse en un nivel independiente tanto' de la personalidadcomo de la cultura. Dicho de un modo provisional, la dificultad surgecuando se intenta considerar la estructura social como una parte 4e lacultura, 0 cuando se intenta considerar la «motivacion social» como psico-logfa aplicada, en el sentido de que es una aplicacion directa de'la teorJ:ade la personalidad.

La formula correct a es diferente: los fundamentos de la teoria de lossistemas sociales -como los de la teorJ:a de la personalidad y de la cul-tura- son comunes a todas las ciencias de la accion. Lo cual es verdadpara todas ellas, no para alguna de ellas. Pero los modos en que se hande transformar estos materiales conceptuales en estructuras teoricas no sonlos mismos en los tres focos principales de la teorJ:a de la accion. La psi-cologia, como ciencia de la personalidad, no es la «base» de la teorJ:a delos sistemas sociales, pero es una rama principal del gran arbol de la teorJ:ade la accion; la teoria de los sistemas sociales es otra rama. La base comunno es la teorJ:a del individuo como unidad de la sociedad, sino la teorJ:a de .la aceion como «materia» de que se constituyen tanto los sistemas de lapersanalidad como los sistemas sociales. La tarea de los ultimos capftulossera documentar esta afirmacion, desde el punto de vista de analizar cier-tos aspectos de la interdependencia de los sistemas sociales respecto de lossistemas de la personalidad y de la cultura.

Esta obra se concreta -dentro del marco de referencia de la accion-en la teorJ:a de los sistemas sociales. Le conciernen la personalidad y lacultura, pero no en si misma, sino en cuanto inciden en la estructura yfuncionamiento de los sistemas sociales. Dentro de los sistemas de la ac-cion, el sistema social es -segun se ha sefialado- un foco independientede analisis teorico y de organizacion empirica real de la accion.

Ya que la organizaci6n empirica del sistema es un foco fundamental,tiene que ser la norma, por asi decido, la concepcion de un sistema socialempiricamente auto-subsistente. Si afiadimos la consideracion de una du-raci6n la suficientemente larga como para superar el espacio de una vidahumana individual normal, el reclutamiento por reproduccion bio16gicay la socializacion de la nueva generacion se con vier ten en aspectos esen-ciales del sistema social. Un sistema social de este tipo, que cumple todoslos prerrequisitos funcionales esenciales de una persistencia prolongada,sera l1amado una sociedad. No es esencial al concepto de sociedad que esta

no deb a ser, de ninguna manera, empiricamente interdependiente de otrassociedades, sino solo que contenga todos los puntos estructurales y funcio-nales fundamentales de un sistema que subsista independientemente.

Cualquier otro sistema social sera llamado; un sistema social «par-cial». Es obvio que la mayorJ:a de los estudios socio16gicos empiricos serefieren mas bien a sistemas sociales parciales que a sociedades totales. Locual es enteramente legitimo. Utilizando la sociedad como «norma» enla teorJ:a de los sistemas sociales se asegura que el esquema conceptualsitua explicita y sistematicamente el sistema social parcial en el ambitode la sociedad de que es parte. Ello hace improbable que elinvestigadordescuide rasgos esenciales de la sociedad de que forma parte el sistemasocial parcial; rasgos que son prerrequisitos de las propiedades de esteultimo. Va de suyo que es siempre de la mayor importancia que se espe-cifique el tipo de sistema que se esta utilizando como objeto del analisissocio16gicq -~i se trata 0 no de una sociedad-; y en caso de que no,que se especifique como el sistema social parcial se encuentra localizadoen la sociedad de que es parte.

Antes hemos sefialado varias veces que no nos encontramos en posi-ci6n de desarrollar una teorJ:a dinamica completa en el cargo de la acciony que, en consecuencia, la sistematizacion de la teorfa, en el estadio pre-sente del conocimiento, tiene que hacerse en tl~rminos «estructural-funcio-nales». Es aconsejable una breve elucidacioo del sinificado e implicacio-nes de esta proposici6n antes de entrar en el analisis sustantivo.

Se puede dar por sentado que a toda teorJ:a Ie concierne el analisis delos elementos de uniformidad en los procesos empiricos. Esto es 10 que or-dinariamente se entiende por interes «dinamico» de la teorfa. El problemaesencial es el de hasta donde ha llegado el desarrollo de la teorJ:a parapermitir transmisiones deductivas de un aspecto 0 estadio del sistema aotro, de modo que sea posible decir que si los hechos en el sector A sonW y X, los del sector B tienen que ser Y y Z. En algunas partes de lafisica y la quimica es posible extender muy ampliamente el campo em-pirico de ese sistema deductivo. Pero en las ciencias de la acci6n el cono-cimiento dinamico de este tipo es muy fragmentario, aunque en modoalguno inexistente.

En esta situaci6n existe el peligro de perder todas las ventajas de lateoria sistematica. Pero es posible conservar algunas de ellas y, al mismotiempo, proporcionar un esquema para que aumente ordenadamente elconocimiento dinamico. El nivel estructural- funcional de sistematizacionteorica se concibe y emplea aqui como este segundo tipo de teorJ:a.

En primer lugar, el empirismo puro y simple se supera mediante ladescripcion de los fen6menos como partes 0 procesos de sistemas empiricossistematicamente concebidos. La serie de categorJ:as descriptivas emplea-das ni es ad hoc ni ·de mero sentido comun, sino que es un sistema de con-ceptos cuidadosa y crfticamente elaborado que se puede aplicar de un

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modo coherente a todas Ias partes 0 aspectos relevantes de un sistema con-creto. Esto hace posible Ia comparabilidad y transmision de una parte 0estadio, 0 ambas cosas, del sistema a otro, y de sistema a sistema. Resultamuy importante que esta serie de categorias descriptivas sea tal que lasgeneralizaciones dinamicas que expliquen Ios procesos sean directamenteparte del sistema teorico. Esto es 10 que esencialmente resuelve el aspectomotivacional del marco de referencia de Ia accion. Al concebir Ios procesosdel sistema social como procesos de accion en el senti do tecnico ya expues-to, es posible conectar con el conocimiento de la motivacion desarroll~por Ia psicoIogfa modern a y, de ahi, por asf decirlo, ensanchar un enormereceptaculo de conocimientos·.

Particularmente importante es el aspecto «estructuraI» de nuestro sis-tema de categorias. Lo que pasa es que no nos encontramos en situacionde poder «captar» Ias uniformidades de Ios procesos dinamicos mas que deun modo casual. Pero para dar un Iugar a Ias que podamos cap tar ypara encontrarnos en Ia posicion mas ventajosa a fin de ampliar nuestroconocimiento dinamico, tenemos que tener un «cuadro» del sistema enque situarlas, de Ias relaciones dadas de sus partes en un estadio dado delsistema y, donde el cambio ocurra, de 10 que cambia, en que cambia y atraves de que orden de estadios intermedios. EI sistema de categorias estruc-turales es el esquema conceptual que proporciona este ambito para el ana-Iisis dinamico. A medida que se ampHa el conocimiento dinamico, Ia signifi-cacion explanatoria independiente de Ias categorias estructuraies se esfuma.Pero su funcion cientlfica es, sin embargo, crucial.

En consecuencia, a esta obra Ie concierne primariamente Ia categori-zacion de Ia estructura de Ios sistemas sociales, Ios modos de diferencia-cion estructural dentro de esos sistemas y Ios ordenes de variabilidad decada categoria estructural entre Ios sistemas. Precisamente porque nuestroconocimiento dinamico es fragmentario, es muy urgente para Ia sociologfael dirigir Ia atencion cuidadosa y sistematica a estos problemas. Pero almismo tiempo hay que aclarar que este interes morfologico no es un finen sf mismo, y que sus resultados constituyen un instrumento indispensa-ble a otros fines.

Si tenemos un sistema de categorfas suficientemente generaIizado parala descripcion y compar~cion sistematicas de la estructura de los sistemas,tendremos entonces un ambito dentro del cual podremos movilizar al maxi-mo nuestro conocimiento dinamico de los procesos motivacionales. Peroprecisamente en relacion con los problemas que son significativos para elsistema social, el conocimiento que tenemos es fragmentario y de valoranaHtico desigual. EI modo mas efectivo de organizarlo, a nuestros fines,es ponerlo en relacion con un esquema de puntos de referencia acerca oelsistema social. Aqui es donde aparece el muy discutido concepto de «fun-cion». Tenemos desde Iuego que «situar» estructuralmente un proceso di-namico en el sistema social. Pero ademas tenemos que tener una prueba

de la sig~ifi~a~io~, de las generalizaciones relativas al proceso. J;:sa prue-ba de la slgmfIcaclOn ~dopta la forma de la relevancia «funcionaI» derpro-~o. La prue~a Co~slste .en hacer Ia pregunta siguiente: ~cuales serianIas con~ecuenClas dlferenClaies para el sistema de dos 0 mas resultadosa~ter?atIvos de un. pr.oceso dinamico? Esas consecuencias encajaran en estos~ermlll07; mantemmlento de la estabilidad 0 produccion de cambio, dellltegraCI~)ll 0 quebrantamiento del sistema de alguna manera.

Al sHuar Ios procesos motivacionaies dinamicos en este contexto designificaci on funcional para el sistema, se da Ia base para Ia formulaciondel concepto de mecanismo, segun se ha presentado mas arriba. En este~entido.' Ia dinamica motivacional en la teoria sociologic a sirve, en primeralllstancla, para formular los mecanismos que «explican» el funcionamien-to de los sistemas sociales, en orden al mantenimiento 0 ruptura de unaspautas estructurales dadas: proceso tipico de transicion desde una pautaestructural a otra.

Semejan~~ mecanismo es siempre una generalizacion empfrica acercad~ la operaClOn de las «fuerzas» motivacionales en condiciones dadas. Ahorable?, la base anaH~ica de esas generalizaciones puede ser extremadamentevanable. A veces, sabemos empfricamente que Ia cosa marcha de este 0

aquel modo, en otros ~aso~, se necesita un fundamento mas profundo paraesta?lecer una gen~ra~lzaclOn -como en la aplicacion de las leyes esta-blecldas. del aprendlzaJe 0 en la operacion de los mecanismos de defensaen .el mvel de la per70nalidad. Pero la formulaci6n del problema moti-v~clOnal como mecamsmo es esencial para establecer la relevancia delmvel de conocimien~o mo.tivacional de que se dispone para resolver losp,rob~e?Jas del funclOnamlento de un sistema social. Para la utilidadclentIfIca de una generalizaci6n este problema de la relevancia es tan im-portante como el de la scilidez de la generalizaci6n misma.., Ahora vamos a disefiar la organizacion de este volumen. A continua-

cion de la muy breve presentacion, en este capitulo, de los puntos funda-me~tales del marco de referencia de la accion, el siguiente capftulo se ocu-pa~a. ?e los co~ponentes y puntos de referencia mas esenciales para elanahsls de los sIstemas sociales como tales, mostrando el modo mas generalen ,que. ~stos componentes llegan a estar organizados mediante la institucio-n.ahzaclOn de los roles. Seguiran tres capftulos sobre la estructura de losslste?Jas sociales. El primero de ellos se referira a los tipos principales de~ubslstema que entra~ a forn:ar par~e de sistemas sociales mas complejos;~l segundo y t~rc:~o llltentaran analIzar los modos de diferenciacion y losOl·denes de vanaclOn estructural de las sociedades.. Cuan?o hayamos e.s;ablecido este esquema para el analisis de los pro-:s~s ~~Clales ~~ :elaclOn con la estru~t,ura de los sistemas sociales y su

v"ltlabdl~~?, d1tl~lr~mos nuestra atenclOn al analisis del proceso mismo.",ste anallSls ~u?tlr~ ~dos capf~ulos; el primero se ocupara de los mecanis-1110Sde la sOClahZaClOn,es declt, el aprendizaje de las pautas de orientaci6n

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en los roles sociales; el segundo se ocupara del analisis de las tendenciashacia la conducta desviada y de los mecanismos del control social que tien-den a enfrentarse con ellas.

A los Capitulos 6 y 7 conciernen los aspectos motivacionales de laconducta social. Los dos capitulos siguientes se referiran a los aspectosculturales. Las pautas de orientacion de valor son tan fundamentales parael sistema social que trataremos de ellas a traves de todo el analisis ge-neral de la estructura social. Pero para completar el analisis de las rela-ciones de la cultura con el sistema social es necesario exponer de modoexplicito la posicion de los otros dos componentes de una tradicion cultu-ral: los sistemas de creencias 0 ideas y los subsistemas de stmbolos ex-presivos. Este sera el objeto de los Capitulos 8 y 9, respectivamente. J'Resulta arbitrario decidir si el aspecto motivacional 0 el cultural ha deser tratado en primer lugar. La eleccion que aqui se ha realizado se basaen el hecho de que al tratar de la estructura social, las pautas de orienta-cion de valor habian sido ya analizadas por extenso. Antes de avanzaren el analisis de las relaciones de la cultura con el sistema social, parecioaconsejable prestar atencion explicita al proceso motivacional al objetode hacer mas clara la significacion de estas otras dos clases de pauta cultural.

AI llegar a este punto haremos una pausa en el alto nivel de analisisabstracto sostenido, para aclarar 10 ya dicho sobre la base de un estudiodel caso: el analisis de ciertos aspectos importantes de la moderna prac-tica medica, considerada como un sistema social parcial. Despues de esto,se emprendera la ultima tarea teorica importante: el analisis del pro-blema del cambio social, con algunos ejemplos de tipos de procesos de-semejante cambio.

Se cerrara este libro con un muy breve inventario metodologico quese ocupara primariamente de la definicion del dominio de la teoria so-cio16gica y sus relaciones con otros esquemas conceptuales dentro del cam-po de las ciencias de la acci6n.