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Del pánico al silencioUn puñado de imágenes le toma de nuevo
el pulso al planeta. estampas de situaciones límite para la humanidad y la naturaleza. 62
fotógrafos han sido reconocidos en el World Press Photo 08. Uno de ellos, Carlos Cazalis,
es mexicano. He aquí algunas postales de un mundo sacudido por la
belleza y el horror.
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Las imágenes premiadas del World Press Photo 08 estarán exhibidas en gran formato desde el 6 de agosto y hasta el 6 de septiembre.
Museo Franz MayerHidalgo 45, Centro Histórico. México, DF. Tel. 5518-2266
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Primer premio. Categoría: reportajes de información general. Chen Qinggang, China, Hangzhou Daily. Un grupo de rescatistas militares transportan a un sobreviviente del terremoto, Beichuan, China.
Tercer premio. Categoría: reportajes de información general. Wojciech Grzedzinski, Polonia, Napo Images para Dziennik. Imágenes del conflicto en Georgia.
Premio: World Press Photo del año. Anthony Suau, EU, Time. Crisis económica en EU. El detective Robert Kole se asegura de que los dueños de la casa hayan salido luego de que fueron lanzados por no cumplir con el pago de la hipoteca, Cleveland, Ohio.
Segundo premio. Categoría: reportajes deportivos. Mark Dadswell, Australia, Getty Images. Usain Bolt gana la final para hombres de los 200 metros planos en los Juegos Olímpicos de Beijing.
Tercer premio. Categoría: reportajes de información general. Olivier Laban Mattei, Francia, Agencia France-Presse. Un grupo de afectados por un ciclón en Myanmar reciben alimentos desde un helicóptero.
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Segundo premio. Categoría: retratos. Jérôme Bonnet, Francia, Corbis Outline para Le Monde 2. Dennis Hopper.
Primer premio. Categoría: historias noticiosas. Callie Shell, EU, Aurora Photos para Time. Una escena durante la campaña presidencial de Barack Obama.
Tercer premio. Categoría: reportaje temas deportivos. Tomasz Gudzowaty, Polonia, Yours Gallery / Focus Photo und Presse Agentur. Niño jockey, Mongolia.
Primer premio. Categoría: reportaje temas de naturaleza. Steve Winter, EU, National Geographic Magazine. Leopardos de nieve. Fuera de las sombras.
Primer premio. Categoría: reportaje en temas contemporáneos. Carlos Cazalis, México, Corbis. Indigentes en el centro de Sao Paulo, Brasil.
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Primer lugar del World Press Photo en la categoría Temas Contemporáneos
Por Alejandra del Castillo [email protected]
Cada día Carlos Cazalis los miraba dormir, pasaba junto a ellos en sus recorridos de noche y cuando iba del trabajo a su casa caminando por las calles de Sao Paulo, Brasil. A su paso, el fotógrafo mexicano descubría numerosos indigentes que se apoderaban de las entradas de los edificios para convertirlas en abiertas y breves habitaciones con el frío concreto por cama. Primero se preguntaba si estaban vivos o muertos, después comenzó a retratarlos.
Cazalis captó la miseria nocturna de los indigentes que duermen en las calles de Sao Paulo entre 2007 y 2008; con aquellas imáge-nes generó una serie fotográfica a la que tituló Sleepers y que trataría de vender, sin éxito… y sin imaginar que más tarde sería distinguida con el primer lugar del World Press Photo en la categoría Asuntos Contemporáneos.
emeequis conversó con Cazalis sobre sus vivencias en Brasil y lo que significa ser reconocido con uno de los premios más im-portantes de la fotografía periodística.
—¿Cómo fue retratar a los protago-nistas de la serie Sleepers?
—Al andar por las calles constantemente veía gente durmiendo en la banqueta, lo que ya es bastante cotidiano en cualquier grande urbe; al principio no le di importancia, hasta que noté a mucha gente, inclusive durmiendo cerca de mi casa, que estaba en un barrio que en ese momento era de clase alta.
Recuerdo haber visto a un tipo durmiendo tendido en el piso con un montón de graffiti arriba; lo vi una noche, luego volví al sitio y me di cuenta de que estaba viviendo ahí, que ese era su dormitorio. Le hice la foto, que es la más vieja de la serie. No fue sino hasta que ya casi me iba de Brasil que empecé a fotografiar más gente en la calle.
La foto que arranca el ensayo, que coin-cidentemente fue la última que tomé para la serie, es la de la persona envuelta en una especie de sábana blanca. Estaba trabajan-do con un chico que se llama Apu Gómez y pasamos por el Jockey Club, vi de reojo y me pregunté: ¿qué objeto es ese? Entonces retrocedimos y nos dimos cuenta.
Ese momento tuve una sensación bastante extraña porque parecía una momia, tenía que acercarme y siempre me daba temor que la gente se fuera a despertar y reaccionara de alguna manera. Lo más raro era la forma en la que estaba envuelto, yo me preguntaba si realmente era una persona, si iba a despertar, si no iba a despertar. De repente noté que tenía un agujero al lado de la cabeza para ver y fue ahí cuando empecé a pensar: ¿estará dormido o no?, ¿estará vivo?
El tipo estaba sentado en una silla y te-nía un portafolio detrás de él, era como una especie de broma… ¿Es un empresario al que secuestraron o es un empresario que está esperando para entrar temprano?
Fue algo muy extraño.—¿Cuáles son las tres imágenes más
significativas de su carrera y por qué?—Una, la que ganó el World Press Photo.Dos, un retrato que tomé antes de salir de
la universidad en Miami. Es de un estaduni-dense que se hacía pasar por cubano y que decían que estaba un poco loco. Creo era un indigente en la playa. Esa fue la primera foto que publiqué profesionalmente en México, en la revista Viceversa. Aunque no sea una gran foto, es un buen retrato.
Y tres, una de las fotos de la serie de Haití, cuando presencié la ejecución de un hombre. Con esa serie volví a la foto después de cinco años de ausencia. Tuve la suerte de salir de ahí y que se publicara el material.
—¿Qué siente cuando ve esas fotos, las de Haití?
—Una gran responsabilidad, por ser tes-tigo de lo que está pasando para que alguien más sepa, sea trascendente o no.
En ese momento lo más crítico para mí y Daniel Aguilar —de Reuters y el único fotó-grafo ahí, además de mí— era simplemente saber que ya había acabado una situación bélica y nosotros nos habíamos quedado en una parte del país donde supuestamente no estaba ocurriendo nada. Sólo me repetía: aquí están matando a alguien que presuntamente mato, robó, violó. Eso reafirmaba el hecho de
que Haití no tiene un Estado y la gente toma las cosas a su juicio. Es lo que tenemos que dar a pensar a la gente: cómo es que las cosas llegan a ese grado.
—¿Qué le dejó el haber ganado en el World Press Photo?
—Ganar el premio es una lotería, por haber hecho un gran esfuerzo como todos los demás. Es un gran honor, es a lo que uno aspira desde muy chico, pero el premio ya pasó, está ahí como un récord.
Diría que es fácil llegar arriba, lo difícil es quedarse. Y yo nunca he tenido la intensión de querer quedarme arriba, para mí lo más importante es que yo esté contento con lo que esté fotografiando.
Hago foto porque me gusta trabajar con la gente, me gusta salir a la calle, ver cosas nuevas, sentir cosas nuevas, entonces voy tras cualquier experiencia que sea sacarme de lo cotidiano y entrar en la vida de otros para simplemente ser testigo de cómo vive, poder absorber sentimientos, entender las cosas mejor, tener otros puntos de vista.
—¿Cuál ha sido la imagen más impac-tante que no pudo fotografiar?
—Pues ahora mismo, en Irán, salir con la cámara abiertamente era muchísimo riesgo para mí y para mi familia. Estoy pensando en volver en cuanto se pueda y participar. Y con “participar” me refiero a que cuando hago foto documental, yo trato de vivir la vida de mis sujetos con ellos, en su compañía, lo hago así porque no veo otra manera de entender lo que pasa.
—¿Qué proyectos tiene en puerta?—El de Irán sigue en pie. Los proyectos
urbanos también. Y estoy haciendo uno sobre José Tomás, el matador.
—¿Qué le gustaría fotografiar de México?
—La falta de agua en el Distrito Federal. En unos años los habitantes de esa ciudad se matarán a palos por el agua. Habrá un éxodo de los ricos y la capital será de los pobres. Iré a hacerlo si puedo y si consigo un patro-cinio. ¶
Carlos Cazalis
y sus modelos dormidos
