21
El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana 95 no. 1: 95-117, enero-marzo de 1995 Natalia Bolvar Rafael HernÆndez Consuelo Martn Graziella Pogolotti Pedro Pablo Rodrguez Joaqun Santana Enrique Ubieta Miren Uriarte Rafael HernÆndez (moderador). QuisiØramos abrir una discusin, lo mÆs viva posible, en torno a los temas de la nacin y la identidad cultural, cuya significacin contemporÆnea es obvia. Empecemos por el principio, por el problema mismo de la nacin. Quisiera sugerirles, a manera de introduccin, un comentario acerca de un asunto controvertido: en quØ medida el componente popular en marca la construccin nacional. En otras palabras, hasta quØ punto entre los ingredientes de la nacin se encuentran elementos que pudieran considerarse negaciones del nacionalismo, no solamente polticas e ideolgicas, sino culturales en un sentido integral, y que de cierta manera resultan contradictorias con una concepcin de defensa de lo nacional. En quØ medida los representantes de sectores antinacionales son parte legtima, aunque negativa, de la nacin. Y en quØ medida la nacin misma es una construccin histrica que los involucra o los segrega. Pedro Pablo Rodrguez. Habra que considerar primero, por un problema metodolgico, que la nacin es una categora histrica. Creo que identidad es un tØrmino mÆs abarcador, tambiØn en el sentido histrico. Y para hablar de nacin habra que establecer la relacin entre identidad y nacin. Este es un tØrmino, la identidad, tomado de la psicologa. Es algo que existe en toda agrupaci6n humana desde que pretende autoidentificarse a s misma frente a otra. Por tanto, desde el surgimiento de la humanidad aparece la identidad en el individuo y tambiØn en los grupos sociales. La nacin, por consiguiente, para decirlo en el lenguaje de los socilogos, es una forma moderna de manifestarse las identidades o ciertas identidades, que no existieron as en otras Øpocas anteriores. Tu pregunta va muy dirigida a Cuba. Pero habra que plantearse el problema en tØrminos mÆs genØricos. Nacin e identidad

10 Mesa Nacion

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Literatura, poesia, cuba, temas.

Citation preview

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    9594

    no. 1: 95-117, enero-marzo de 1995

    Natalia BolvarRafael HernndezConsuelo Martn

    Graziella PogolottiPedro Pablo Rodrguez

    Joaqun SantanaEnrique UbietaMiren Uriarte

    Rafael Hernndez (moderador). Quisiramos abrir una discusin, lo ms vivaposible, en torno a los temas de la nacin y la identidad cultural, cuya significacincontempornea es obvia. Empecemos por el principio, por el problema mismo de lanacin. Quisiera sugerirles, a manera de introduccin, un comentario acerca de unasunto controvertido: en qu medida el componente popular en marca laconstruccin nacional. En otras palabras, hasta qu punto entre los ingredientes dela nacin se encuentran elementos que pudieran considerarse negaciones delnacionalismo, no solamente polticas e ideolgicas, sino culturales en un sentidointegral, y que de cierta manera resultan contradictorias con una concepcin dedefensa de lo nacional. En qu medida los representantes de sectores antinacionalesson parte legtima, aunque negativa, de la nacin. Y en qu medida la nacin mismaes una construccin histrica que los involucra o los segrega.

    Pedro Pablo Rodrguez. Habra que considerar primero, por un problemametodolgico, que la nacin es una categora histrica. Creo que identidad es untrmino ms abarcador, tambin en el sentido histrico. Y para hablar de nacinhabra que establecer la relacin entre identidad y nacin. Este es un trmino, laidentidad, tomado de la psicologa. Es algo que existe en toda agrupaci6n humanadesde que pretende autoidentificarse a s misma frente a otra. Por tanto, desde elsurgimiento de la humanidad aparece la identidad en el individuo y tambin en losgrupos sociales. La nacin, por consiguiente, para decirlo en el lenguaje de lossocilogos, es una forma moderna de manifestarse las identidades o ciertasidentidades, que no existieron as en otras pocas anteriores. Tu pregunta va muydirigida a Cuba. Pero habra que plantearse el problema en trminos ms genricos.

    Nacin e identidad

  • 96

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    En la medida en que se van conformando esas identidades, en un proceso que nose acaba, emerge esta categora histrica. Posiblemente, habr un momento en queno tenga sentido hablar de naciones. Histricamente, la nacin o las naciones nohan estado ni tienen que estar siempre vinculadas con las luchas populares. Cadaformacin social ha asumido sus propias maneras de irse desarrollando con esteproceso. La cuestin para los historiadores cubanos, o para la historia que se hahecho en Cuba a partir de los aos 60, y sobre todo desde los 70, es que se haplanteado como una verdad absoluta que la nacin cubana la formaban las luchaspopulares en el siglo XIX. De ah que exista casi una relacin de identidad entre laformacin y el desarrollo de la nacionalidad en el siglo XIX y los de las luchaspopulares. Con esto no quiero decir que est errado ese razonamiento tan repetidode que el proceso de la independencia, que iniciaron los cubanos de Oriente yCamagey, fue extendindose y a la vez transformndose en un movimiento lidereadopor sectores cada vez ms populares. No objeto esta idea. Pero si partimos delcriterio de que la Guerra de los 10 Aos fue el crisol de formacin de la nacionalidad,no se debe ignorar, como hace buena parte de la historiografa marxista cubanadespus de los aos 70, que este no es un proceso que arranca en el siglo XIX, sinoen el siglo XVI.

    La historiografa marxista cubana parti, al igual que la positivista -en particular,Ramiro Guerra- de aceptar la verdad que nos haba inculcado Francisco de Arangoy Parreo, es decir, que la historia de Cuba comenz en 1792. En Arango, esta erauna manera de decir que la historia de su grupo oligrquico comenz en 1792 -aunque esto tampoco es absolutamente cierto. En consecuencia, los siglos XVI yXVII han sido prcticamente olvidados por la historiografa cubana. Slo hay dos,entre los numerosos cultivadores de la historia de Cuba, que han tratado los ltimosaos del siglo XVI. Este es un proceso bastante complicado, pero que arranca desdeel propio choque cultural, histrico, de la conquista espaola con la poblacinaborigen y la relativamente rpida desaparicin fsica de esa poblacin aborigen.De manera que se inici la formacin de un pueblo nuevo en la Isla, producto deuna poblacin fundamentalmente migrante, que se va estableciendo en el pas. Nose trata de desconocer el proceso que cuaja y culmina en la lucha por crear unEstado nacional en el siglo XIX. Pero es hora de superar ese esquema, segn el cualla nacin es igual al Estado nacional. Otras disciplinas, consciente oinconscientemente, han seguido mucho a los historiadores en el criterio de identificarnacin con Estado nacional. Este es un momento importante en el proceso dedesarrollo de la nacin y de la identidad nacional en muchos lugares, pero nonecesariamente ni siempre ha sido as. En el caso cubano, la lucha por la creacinde un Estado nacional ha tenido una significacin decisiva en este proceso, pero lanacin no se puede reducir a ese momento. En la formacin de la nacin cubanatienen un papel decisivo los sectores de la oligarqua cubana, que aportan en primertrmino el propio reconocimiento de una identidad nacional, lo que se ha tendido aolvidar. Aunque a partir del final de la Guerra de los 10 Aos, y sobre todo en elsiglo XX, la burguesa azucarera cubana tendiera a jugar un papel antinacional, suhuella qued impresa en la nacionalidad cubana, as como sta se perme de rasgosde los elementos populares. La burguesa cubana nunca fue aristocrtica como laargentina en el siglo XX. Era populachera, como la burguesa venezolana -porqueun pas que vivi las guerras sociales que vivi Venezuela en el siglo XIX y en elXX, no puede tener una burguesa aristocratizante como la argentina, que es la quemuestra David Vias en sus novelas.

    A veces hemos esquematizado, al afirmar que solamente el elemento popular hasido el que ha conformado la nacin a partir del siglo XIX.

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    9796

    Graziella Pogolotti. Estoy totalmente de acuerdo con Pedro Pablo en que estamosante un proceso y que las categoras son discutibles. Me horripila, por esa razn,que a veces absoluticemos, dando una idea de nacin que produce una ciertasensacin de inmovilidad y permanencia. A menudo aludimos a un referente original,que desde mi punto de vista corresponde a una visin esencialmente idealista. Laidentidad empieza a manifestarse en el momento en que nos percatamos de unadiferencia. En todos los pases del mundo, tenemos documentos personales que sellaman carns de identidad. Qu contiene una carn de identidad? Una serie dedatos, en primer lugar fsicos. En segundo lugar, genealgicos. Y otros rasgosparticulares, como el grupo sanguneo. Qu es lo que revela ese conjunto? Puesrevela quin es una persona, teniendo en cuenta lo que tiene de particular, dediferente. Trasladado a lo nacional, se trata de un problema en cierto modo semejante.

    Desde el momento en que el habitante de Cuba empez a ser visto como criollo,cualquiera que fuera su origen, ya se estaba estableciendo y reconociendo unadiferencia. En el plano de la literatura nosotros tenemos un primer documento enel que esto se revela, y es el clebre poema Espejo de paciencia. Es decir, ya en fechatan temprana, el Espejo de paciencia cuenta una aventura en la cual aparecen, por unlado, ciertos rasgos de la naturaleza del pas, ciertos rasgos concretos, geogrficos yfsicos, que particularizan, y por otra parte una conducta equivalente que tambinindica una particularidad.

    Recuerdo haber ledo, hace muchos aos, cuando era estudiante en la Universidad,un libro de uno de los historiadores del siglo XVIII, Arrate, en una edicin que hizoJulio Le Riverend, en El Colegio de Mxico. En este texto tambin iban ponindosede manifiesto los rasgos propios de esa diferencia. Estamos ante un proceso en elque esa diferencia, esa particularidad, eso que ser despus una conciencia nacional,se va configurando poco a poco. Y es a travs del proceso de la historia que se vaconvirtiendo en un bien comn, asumido por el conjunto de la sociedad.

    Me impresion mucho un texto testimonial escrito por una matancera deprincipios de este siglo, Lola Mara Jimnez, que trata de reconstruir la historia deMatanzas desde el momento de la fundacin de la ciudad y de su desarrollo, atravs de la historia de su propia familia. Esta familia transita la poca de la Guerrade los Diez Aos sin que aparentemente este fenmeno histrico la toque, salvo enel caso del fusilamiento de los estudiantes de medicina, por que hay un matancerofusilado. Es slo cuando se llega a la Guerra del 95, a la reconcentracin de Weyler,cuando verdaderamente se introduce al nivel de texto el cambio de perspectiva.Slo entonces esa mujer, que est relatando su historia, empieza a hablarverdaderamente como cubana, como partcipe consciente del proceso. Es decir,que el proceso no se produce de una manera simultnea, sino que va creciendopoco a poco. Pienso que, en los orgenes, los componentes diversos de la sociedadcubana tambin tienen objetivos y actitudes diferentes. Era lo que repeta Bolvaral fraguar la idea de la independencia. El hablaba en nombre de aquellos que estabanpreparados para asumir las tareas, los cargos de direccin, en sus territorios, y queno. estaban limitados por su falta de formacin militar ni intelectual, ni por sucarencia de

    En otro texto de nuestra literatura -uno fundamental, a mi juicio- Cecilia Valds,de Cirilo Villaverde, se ilustra la superposicin de estos grupos. Esto se manifiestade una manera muy cruda. En esa sociedad, los objetivos de los esclavos no eranbsicamente ticos, sino una elemental aspiracin a alcanzar la libertad. Los diferentesintereses, las diferentes maneras de ser, las diferentes maneras de expresarse en elplano de la conciencia se van articulando poco a poco, van tomando fuerza al calorde la lucha, de los enfrentamiento s que se producen progresivamente, a travs de

  • 98

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    los cuales estos intereses, aspiraciones y objetivos, estas maneras de reconocerse,se convierten en propsitos comunes, y por lo tanto se convierten en un bien comn.

    En su proceso de desarrollo, que se inicia al implantarse la colonizacin en elpas, en esta isla distante de la justicia peninsular. se empieza, a pesar de la metrpoli,a tener relaciones con mucha otra gente con la cual no le estaba permitido tenerlas.Y estas relaciones significan contactos, intercambio de ideas conocimientos de otrasmaneras de ver el mundo. Y con el crecimiento estas relaciones va emergiendo ladiferencia, hasta el momento de las guerras de independencias, y posteriormente,con lo que sucede en la repblica neocolonial. Finalmente, en el proceso de lapropia Revolucin, se incorporan nuevos factores a la conciencia nacional, en elplano de la ideologa.

    Rafael Hernndez. Escuchando a Graciela, y antes a Pedro Pablo, pensaba quebajo las categoras de nacin e identidad, definidas tericamente de una manera uotra, se subsume la realidad de un proceso histrico concreto. Categoras que puedenestar muy bien definidas en un texto, como la de conciencia nacional pueden noestar abarcando la totalidad de las expresiones que esa conciencia nacional tiene enun momento determinado de la historia, en 1868 o en 1959. En cierto sentido,habra varias conciencias nacionales juntas, as como en la Revolucin coexistenvarias revoluciones, que funcionan en la imaginacin colectiva al mismo tiempo.Ahora bien, en qu medida la existencia de una estructura, de una estratificacino de una complejizacin de las formas de la conciencia nacional pueden hacemosentender de una manera ms compleja y rica el problema mismo de la identidad? Yhasta dnde esto nos permitira, desde un punto de vista metodolgico, entendermucho mejor estos problemas? Cuando planteaba inicialmente el problema de laintegracin de la nacin, recordaba una pregunta que me hicieron una vez: en qumedida los latifundistas y los delincuentes polticos que han estado en la historia deCuba, son o no parte de la nacin? Podra considerarse, formulada de esta manera,una pregunta escolstica. No es posible contar la historia de la nacin cubana sinque ellos estuvieran presentes. Pero una cierta visin de depuracin de la historia,a partir del sentimiento de independencia y la lucha por la soberana nacional, shacen que, mentalmente, se segregue y se divida la nacin de diferentes maneras,tratando de quitarle al grupo histricamente valorado como antinacional. Aunquela historia de la conciencia nacional no pueda contarse sin el anexionismo.

    Enrique Ubieta. Tanto es as que, al cabo de 35 aos de revolucin, esteanexionismo contina siendo un problema real, no planificado por manos extranjeras,sino con races propias del pas; por lo que, de alguna manera, s forma parte de lanacin.

    Retornando los planteamientos anteriores, habra que empezar por comprenderque la nacin es algo que aparece con el desarrollo y surgimiento del capitalismo enel mundo y forma parte del proceso de definicin de determinados mercados, delenguas comunes, de posibilidades de transporte y acceso a los productos, que exigeel incipiente mercado capitalista. En el caso de pases como Cuba, que son coloniasa las que se les ha amputado el pasado de forma violenta, pueblos nuevos al decirde Darcy Ribeiro, sucede un hecho paradjico. Determinadas relaciones deproduccin capitalistas anteceden al propio proceso de formacin de la nacin, novan juntos. Lo que ocurre primeramente es un proceso de diferenciacin sustentadoen el surgimiento de nuevas necesidades en un grupo dentro de la clase dominante,que ya empieza a considerarse diferente de lo criollo, aunque ha nacido en territoriocubano.

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    9998

    Retamar deca en uno de sus ensayos que si los negros y los indios se considerabandesde un inicio como otros, que ya tenan plena conciencia de su otredad, a loscriollos les cost algunos aos tomar conciencia de ello. Y ese proceso crea uncierto paralelismo en el proceso de autoconciencia. La identidad es un trmino queno slo reconoce algo que existe en s, sino cmo lo sentimos y lo asumimoscolectivamente.

    La identidad tambin tiene diferentes estadas y niveles. Desde el personal, quedeca Graziella, pasando por el familiar, el colectivo, el regional, en fin, el de gnero,hasta el nacional, el latinoamericano y, finalmente, la identidad de saberse uno unser humano. Y todos estos niveles, en sus diferentes sus tratos, son una manifestacincultural. Por tanto, el trmino de identidad cultural engloba todo.

    La identidad nacional no es ms que un nivel de esa identidad cultural del hombre.

    Miren Uriarte. Esta discusin me recuerda mucho la obra de Franz Fanon. Elcontexto en que todo esto tiene lugar es el del coloniaje, en la diversidad ideolgicade identidad que ese proceso trae. Se est forjando una identidad nacional, y sucontrario. A travs de todo ese proceso, de la primera formacin inicial que harecibido la persona, la toma de conciencia de ser cubano, de ser diferente a loespaol, va predominando. Ms tarde, el proceso de conciencia se convierte enalgo colectivo, ya podemos decir que es una conciencia nacional. Y ms adelantepriman otros intereses sobre los intereses de los espaoles, la idea de que s sepueden realizar, aparece el choque, y es en esa interaccin de contrarios como se vaproduciendo la lucha en el tiempo.

    Esto me lleva a la cuestin de si se incluye o no a ese contrario, que puede sernacional, en esa nueva definicin de quines somos. Yo dira que, por extensin, sse incluye, porque si no hubiera el contrario se acabara esa lucha, como se haacabado la lucha con el espaol, y ya no hay discusin sobre qu quiere decir ser ono ser. Constantemente a travs de la historia, existe ese contrario, y en cierta medidatiene que existir, mientras sea un proceso en el cual no haya una completaindependencia de ideas y de accin.

    Siempre me ha llamado la atencin cmo, a pesar de que la lucha anticolonialfue contra los espaoles, quedan pocos rasgos de esa lucha anticolonial en laconciencia nacional cubana de hoy. Ya eso no es una parte importante de la luchaque se forja alrededor del contrario. En 1902, se produjo una frustracin de esaformacin nacional, que en cierta manera sumerge la lucha anterior y la convierteen algo distinto, en trminos de la conciencia nacional.

    Me he preguntado cmo no ha continuado eso en Cuba, al igual que en otrospases, en Brasil o en los que fueron colonizados por los ingleses, donde esa luchacontina siendo el foco de la lucha por la nacin.

    Consuelo Martn. Quera aportar unas ideas en lnea con la pregunta de Miren.Creo que la identidad cubana, como proceso, siempre ha crecido bajo el influjo dela dependencia. Incluso todo lo que hemos estado analizando aqu revela que noslo existi ese contrario, sino que es imprescindible para la identidad. Desde elpunto de vista psicolgico, no puede haber identidad, si no hay actividad; si no hayotro, no hay yo: quin soy y por qu no soy el otro. En esa medida, a nivel personal,que puede ser extendible al sujeto individual y a travs de este al sujeto social, elcontrario es un elemento imprescindible.

    Ahora bien, el hecho de que ese otro, ese contrario, se convierta en el enemigo,visto como ese otro que me est haciendo dejar de ser yo, es lo que permite unalectura de esa historia, que revela justamente haber crecido bajo el influjo de ladependencia. Vaya tratar de casar esta idea con la aspiracin de Bolvar de ser

  • 100

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    latinoamericanos. Esta aspiracin de ser latinoamericanos tuvo un momentohistrico en el cual nosotros, aquellos que -como explicaba la doctora Pogolotti-estuvisemos preparados, bamos a dejar de ser venezolanos, bolivianos,colombianos, peruanos, cubanos. Y quin era el contrario, en el caso cubano? EraEspaa, porque ramos un pas colonizado. Pero cuando estamos a punto de,consolidar la independencia, se frustra. Entonces, para nosotros, eselatinoamericanismo, que puede ser anticolonialismo se traduce en antimperialismo,porque aparece ste nuevo elemento, y quizs eso sea lo que solape la posicin deEspaa, sustituida por el neocoloniaje. Y entonces Espaa, por otros elementosculturales de afinidad, que no tena la otra cultura nueva anglosajona, se quedacomo la madre patria, por la aparicin del antimperialismo como nuevo elementocontrario. Ese nuevo elemento nos hace crecer otra vez bajo el influjo de ladependencia, al frustrarse la independencia, y se convierte en el elemento queentorpece la identidad. Cuando triunfa la Revolucin, cul seria el nuevo patrnde la dependencia? Cul sera desde la identidad? Cmo pensar ese nuevo contrarioque se traduce en antimperialismo? Y la dependencia est en el conflicto que es yaun conflicto ms all de lo que pudiramos querer, y que se plasma en esa tensinpoltica y militar con Estados Unidos. Es palpable que el contrario ahora esjustamente este conflicto con los Estados Unidos.

    No estoy de acuerdo en que la identidad cultural engloba todas las dems. Sinsujetarme a ninguna estructura categorial, creo que la identidad nacional es unproceso complejo, que integra otros e involucra una serie de elementos aportadoresy creadores. Es decir, que no es una identidad producida, sino producente en smisma y que produce al otro, en tanto se define a s misma. Desde el punto de vistade la psicologa, los niveles seran somticos. Comparndolo con el individuo, enese proceso que empieza antes de nacer el individuo. Qu nombre le vamos a ponero por qu lo quiero tener. El individuo es todo lo que su familia, sus padres directos,su historia, su pas, quiere que sea. Ese individuo va a empezar a formarse a smismo a otro nivel, al nivel personal, que integra todo lo que le toca como hijo,hermano, nieto, y luego como padre, como abuelo, en los distintos momentos de suhistoria. La identidad integra el nivel social porque ese sujeto, en un cuerpo somtico,predeterminado, est sujeto por los elementos de la sociedad en que naci, es decir,por la historia de esa nacin, incluso por los lmites impuestos. Y as podra versetambin su identidad nacional. Me gustara quizs discutir si la identidad culturales la que engloba la identidad nacional; o si una expresin de la identidad nacionales la identidad cultural.

    Graziella Pogolotti. Yo s creo que la identidad cultural es una sntesis de todo lodems. Evidentemente, hay que partir de qu es lo que se entiende por cultura. Lacultura es algo que va ms all de la cultura artstico-literaria. En el sentido msamplio, la identidad cultural tiene ese valor de sntesis en la medida en que nosestamos moviendo, en el terreno de la conciencia, en el cual interviene, entre otrosfactores, algo tan importante como la memoria. La memoria, con toda su carga desubjetividad. La memoria no es la historia en sus casos objetivos, sino tal y como lavivimos, como nos ha sido transmitida por los distintos caminos de la tradicin,entre ellas la tradicin oral.

    Volviendo a la pregunta de Miren -por qu Espaa pasa tan rpidamente a unsegundo plano- vaya referirme a ancdotas que tienen que ver con esa memoria.Tuve la posibilidad de conocer a muchas personas que haban vivido el momentodel inicio de la Repblica, el trnsito de la colonia a la Repblica. Y lo que todasesas personas me referan, de una manera casi obsesiva, era un hecho simblico,que haba sido el cambio de las banderas en el momento de la intervencin americana.

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    101100

    Cuando se arri la bandera espaola, no subi la bandera cubana, sino la banderanorteamericana. Y eso qued grabado en el recuerdo de gente que tena 15, 16, 18aos, y que lo siguieron contando despus. Detrs de esa imagen simblica, vinotodo los dems, lo que nosotros conocemos. La Enmienda Platt y la forma en quese impuso, la violencia de la irrupcin econmica norteamericana. Vino tambin lainstauracin de modelos de poderes que se desarrollan y estn presentes en laRepblica, por distintas vas. Y que son una expresin diferente de ese otro al quenos tenemos que enfrentar para reafirmamos. Esto hace que el proceso de la repblica,desde el punto de vista cualitativo, adquiera una complejidad an mayor. Y por esoel espaol pasa a un segundo plano. El espaol desaparece con las autoridadesespaolas y queda aqu el espaol trabajador, el inmigrante nuevo que se mezclacon el pueblo. La cicatrizacin en ese aspecto es rpida porque el contrario, elenemigo, el que se levanta rpidamente con una fuerza, una presencia y una cercanaque el espaol no haba tenido, es el norteamericano.

    Rafael Hernndez. Quiero retomar algunos hilos que se han ido trenzando en laconversacin. Hemos dicho que la identidad es anterior a la nacin. Y que se tratade una categora ms amplia, que emerge primero, frente a la identidad del otro,tanto en trminos histricos como socio psicolgicos. A propsito, quisiera recordaruna expresin que ha estado presente en la memoria oral de que hablaba Graziella,la frmula negro de nacin para referirse a los oriundos de frica. Ah est tambin lanacin, otra nacin. Pero otra nacin que no entra aqu por donde mismo entran losespaoles, y que no es la nacin a la que corresponde el criollo. El negro, el denacin, que se convierte en cubano, se cubaniza, se asimila a una sociedad a la queha ido incorporndose progresivamente. Pero sobre todo, en el cambio del sigloXVIII al siglo XIX, irrumpe y llega a ser, en un momento determinado, una cantidaddemasiado grande de la poblacin para el sentir de los criollos, de los patriarcas. Elproceso de integracin y de identidad del africano a la nueva nacin, se produce apartir de los mismos procesos que aceleran la formacin de la conciencia y de laidentidad nacional a mediados del siglo XIX y que se relacionan con las luchas porla independencia?

    Natalia Bolvar. Cuando los africanos empezaron a venir aqu como esclavos enlas minas de cobre, que fueron los primeros que trajeron, se empezaron a cimarronearcon los indios. Ah aprendieron las propiedades de nuestra tierra. Ah se identificaroncon todo lo que les rodeaba, adonde ellos haban sido trados como esclavos. Apartir de cimarrones, palenques y ms tarde, en las cofradas y los cabildos, se fueforjando la identidad de ellos como negros trados de nacin, pero ya absorbidos almedio ambiente de aqu. Los negros y los mestizos libres trabajaban en el sectorartesanal y se conformaron en gremios, llamados cofradas. Todo esto era una formade subsistencia. Por eso adaptaron la religin, aunque no la adaptaron realmente,sino a su forma. Como me deca una vieja esclava, mis orishas tienen un nombre enyoruba y otro en espaol. Pero eso era una forma de conservar lo que haban tradode sus bailes, msica, comidas, formas de actuar. Como t dices, a partir del sigloXVIII, hay un gran crecimiento africano por el boom azucarero, porque nada de estopuede verse de espaldas al desarrollo socioeconmico del pas. El boom azucarerose produce a finales del siglo XVIII, con una gran inyeccin de esclavos, casi mediomilln, que entran a Cuba, sin contar los que entran ilegales. Y empiezan areadaptarse y a convertirse en negros cubanos, y algunos en esclavos libertas. Muchospudieron obtener su libertad. Y empiezan a conformar la nacionalidad cubana.Muchas negras se casaban con blancos -con apellidos como Bolvar, Arstegui,Gonzlez de Mendoza. Es muy difcil decir que nosotros tenemos una sangre

  • 102

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    espaola. Es muy difcil de distinguir. Estos negros, que tanto aportaron a la culturacubana, son parte de nuestra cultura cubana, en una forma nueva. Somos una isla,una sntesis de distintas vertientes, sin dejar fuera a los chinos ni a los judos, ni alos americanos que se establecieron en el siglo XVIII aqu en distintas fincas derecreo. Todo eso ha formado parte de nuestra cultura.

    El negro es fundamental. En la msica cubana es insoslayable la parte nacida dela msica negra y religiosa. Al igual que la pintura. Y esto ha influido en lo queviene a ser nuestra identidad nacional, donde siempre tenemos algo latente queproduce formas religiosas. Despus de ms de 300 aos y de una descendencia, yael africano es parte de la nacin. La religin afrocubana no es afrocubana, es cubana,porque ha sido readaptada a nuestra frtil imaginacin. Han acogido tanta cosa quees nuestra, producto de nuestra tierra y de nuestra imaginacin, que ya casi notienen nada que ver con lo que es su madre patria, frica. El negro no tiene nadaque ir a buscar a frica. Al contrario, los africanos tienen que venir a buscar aqu,donde subsiste lo que ellos tenan hace 500 aos, y que se ha preado all dedistintas influencias musulmanas. Aqu se conserva hasta la lengua intacta.

    Miren Uriarte. Me pregunto por qu el proceso del negro en Cuba no lleva a unproceso separatista, no necesariamente en referencia a frica, sino en referencia al mismo. Y aunque mantiene una lengua y una cultura verdaderamente significativa,no busca un proceso separatista.

    Rafael Hernndez. Es decir, por qu no ocurre como en el caso de los negrosnorteamericanos.

    Natalia Bolvar. El negro norteamericano no tuvo las condiciones de esclavitudque tuvo el negro aqu en Cuba; all hubo una separacin total. Es interesante verque la emigracin cubana en los EE.UU. ha influido en la bsqueda de las races delos norteamericanos. Conozco a negros en los EE.UU., que estn adoptando lareligin nuestra. Ellos fueron desarraigados completamente, mientras aqu en Cubano fue as. La esclavitud aqu tuvo otra significacin. En los EE.UU., a las mujereslas mandaban, digamos, para Louisiana y al marido para otro estado, los alejaban.Aqu les dejaban tocar sus tambores. Aunque el espaol pensara que estabandivirtindose, ellos estaban hacindole rezos a sus deidades. Los espaoles no losobligaron a que se deshicieran de sus piedras y caracoles, que es el fundamento delsanto, una cosa muy sencilla, que puede hacerse en el lugar de cada cual, se trata deuna adoracin que no requiere de un templo. Esa es una gran diferencia.

    Pedro Pablo Rodrguez. Creo que debemos dejar de llamar genricamente negros alos africanos. No es lo mismo un nigeriano, que un individuo del Calabar; es ladiferencia entre una cultura agrcola y una recolectora. Y los esclavistas, que conocana los negros mucho mejor que nosotros, saban perfectamente por qu preferan unesclavo de una determinada regin a otra. El reglamento de negros esclavos de1840 es un gran estudio sociolgico, que nos demuestra que conocan muy bien lasetnias africanas.

    Natalia Bolvar. Quisiera hacer un comentario ms. Por qu los africanos delCalabar se establecieron en las zonas portuarias, Matanzas, Crdenas y La Habana,y por qu hubo la sociedad secreta abaku, por qu trajeron a esos negros. Eran losnegros que mejor servan para la estiba, los ms fuertes, que ms aguantaban eltrabajo de la estiba y por eso es que se forman, en esos tres puertos, las sociedadessecretas abaku, El espaol, como dice Pedro Pablo, hizo un estudio de las

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    103102

    caractersticas de cada africano y de cada regin. Y los primeros esclavos que vinierona Cuba fueron del Congo y de Angola, no de la zona de Nigeria.

    Pedro Pablo Rodrguez. Este es un factor importante, porque aporta culturasdistintas. Tambin hay que recordar otros elementos. En primer lugar, Cuba sufreun corte violento en su evolucin histrica en los finales del XVIII, el boom azucarerodel que habla Natalia. La sociedad cubana hasta 1790 era una sociedad mucho msequilibrada, de una evolucin mucho ms natural. Se va desenvolviendo a partirde factores internos, no sufre violentas oleadas migratorias ni de Espaa ni defrica, y en buena medida tiene un lentsimo crecimiento vegetativo y muy pequeascantidades de poblacin inmigrante. Eso va conformando los principios de unaidentidad cultural. Comparto totalmente lo que dice la doctora Pogolotti. En 1790no hay una aplastante mayora de esclavos en el pas, hay una poblacin negra libre,cubana, nacida en Cuba, desde hace dos o tres generaciones, que tiene un pesosocial tan significativo. Nos olvidamos de que la aristocracia, la oligarqua, lasacarocracia -como dice Moreno Fraginals- los Arango y Parreo y su gente sededicaron a exterminar a este grupo, lo que cumplieron muy bien el Capitn GeneralTacn y sus sucesores, luego de la famosa sublevacin de la Escalera. Este sectorde la poblacin sencillamente fue absolutamente reprimido, perseguido y casiexterminado, en la medida en que eran portadores conscientes de una identidadcultural y en lo que podan aportar a una identidad nacional. No por gusto qued lafrase de ser ms malo que un Aponte, porque Aponte era cabeza de un cabildo yjefe del Batalln de Pardos y Morenos. Ese Batalln de Pardos y Morenos fuedistinguido por el Rey de Espaa, por haber tomado Pensacola y ayudado en lalucha en La Florida contra los ingleses, lo que mantuvo a La Florida del lado espaol.Estos no eran unos analfabetos, sino que tenan propiedades, y una conciencia queya pesaba en la memoria histrica de la sociedad, que empezaban a escribir y tenansus poetas, como Plcido. Este es un sector que es parte integral de la formacin dela cultura y de la nacin cubana y que comienza a ser echado a un lado muyconscientemente, y reprimido fsicamente, con violencia, a partir de los aos finalesdel XVIII, al igual que sucedi con el campesino blanco de La Habana. Esta oligarqualo empez a perseguir. Por esa razn el mejor tabaco de Cuba fue el de Pinar del Roy no el de La Habana, que fue siempre la zona veguera, de campesinos blancos.Cuando empieza el gran desarrollo esclavista, aqu hay dos grupos sgnificativos,sociolgicamente hablando, de esclavismo, el ingenio y la esclavitud domstica.Tenemos un gran estudio de Moreno acerca del ingenio, pero no lo tenemos sobrela esclavitud domstica, que es el que ms nos aporta en la formacin nacional,porque es el esclavo que convive con e! amo, que puede ser un seor riqusimo,pero tambin poda ser un hombre de relativamente modestos ingresos, nonecesariamente un hacendado, porque aqu esclavos tena todo el mundo, para queles hicieran las labores caseras. La historia de la esclavitud en Cuba difiere, por eso,de las otras Antillas y tambin de los Estados Unidos.

    ]oaquin Santana. Pedro Pablo y Natalia apuntaban que hay un factor compuestopor negros y mestizos, en el boom de la industria azucarera, y que se hace presentedesde entonces en la cultura cubana. Ese negro de nacin que llega en oleadassucesivas, se va aclimatando y asimilando, y dejando de ser un negro de nacin. Eltrmino de criollo originalmente proviene de ah, de la cra del negro. Despus se vageneralizando en un proceso de identidad del blanco, hasta que el trmino criollollega a utilizarse nica y exclusivamente para los blancos, olvidndose su origen.Este proceso de asimilacin y reproduccin de esclavos en Cuba, que ya no son denacin, sino nacidos en el pas, es un elemento a evaluar. El colonizador espaol,

  • 104

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    como el colonizador portugus, no vena acompaado de sus mujeres, y se mezclabacon las esclavas. No es como la colonizacin de Amrica del Norte, las trece colonias,a la que emigraban familias completas. El colonizador espaol es un cruzado, porqueAmrica es la nueva cruzada, es el que viene solo, a hacer la Amrica, incluso hastael siglo XVIII y el XIX, con la idea de regresar a Espaa. Pero aqu tiene que buscarcon quien vivir y al final termina haciendo familia, y no regresa a Espaa. Este esun elemento que hay que analizar al evaluar por qu aqu no se mantiene elsentimiento antiespaol con esa fuerza. En otros pases de Amrica Latina, a pesarde estar mucho ms distantes las guerras de Independencia, el sentimiento antiespaoles muy grande. Hay otros factores que influyen en esto, como la diferencia deproyectos nacionales. Nosotros consideramos primordialmente al independentismoy la separacin de Espaa, pero no hay que olvidar que a lo largo de todo el sigloXIX, que es un perodo muy grande de nuestra historia, se mantienen proyectosque no contemplan la separacin de Espaa, sino slo una cierta independencia,una cierta autonoma, bajo la tutela espaola. Estos proyectos alternativos a laindependencia son tan fuertes que en la primera Guerra de Independencia no selogra la incorporacin de todos los elementos de la Isla, porque todava actanestos proyectos alternativos, hasta que, posteriormente, por la prdica de Mart ypor las propias condiciones de la lucha, el papel de Espaa decay demasiado. Estodetermina que no haya una posicin de total rechazo con respecto a Espaa, apesar de que la guerra que se sostuvo en Cuba fue mucho ms cruel que la decualquier otro pas de Amrica Latina. Otro hecho que tambin hay que considerares que la emigracin espaola sigue llegando a Amrica, sobre todo a la Argentinay a Cuba, en el siglo XX, y en esta ltima etapa, la emigracin gallega y asturiana,especialmente, es altsima.

    Por otra parte, los trminos nacional y nacionalismo no son equivalentes. Cuandoanalizamos los proyectos que hay en Cuba a lo largo del siglo XIX, cada uno deellos puede ser evaluado como un proyecto nacional, aunque no necesariamentenacionalista. Afirmar que Cuba no tena burguesa nacional resulta un contrasentido.La burguesa cubana, la burguesa nacional, no era nacionalista, porque nacionalismopresupone un proyecto econmico, ideolgico, poltico, de total separacin eindependencia del pas con respecto a una metrpoli, econmica o poltica como elcaso de Espaa. Definiendo estos conceptos podemos ganar un poco en claridadpara esta discusin. En la historia de Amrica Latina, nos vamos a encontrarproyectos nacionales y proyectos nacionalistas. El populismo en Amrica Latina,como por ejemplo el de Pern o Crdenas, apuntan a proyectos nacionalistas, aunqueno todos los que se integran a ese proyecto estn pensando en los mismos trminos.

    Por ltimo, la influencia norteamericana se refuerza en el siglo XX, pero existedesde mucho antes, desde el momento en que Cuba prcticamente se convierte enel principal socio comercial de los EE.UU., de los plantadores, de los productoresde azcar, miel, pieles, del pas. El hecho mismo de que buena parte de los cubanosque trabajan en la industria tabacalera vaya a Tampa, a Cayo Hueso, formen ncleostan grandes, repercute tambin culturalmente. Y que sectores de la burguesa o lapequea burguesa no manden a estudiar a sus hijos a Espaa, sino a los EE.UU.Esto marca la influencia, por ejemplo, de la escuela de medicina norteamericana enCuba, junto con la francesa que tambin es muy fuerte. Recordemos que Finlayestudia buena parte de su vida en Estados Unidos.

    Rafael Hernndez. Las ltimas intervenciones tocan asuntos que nos permitensalir del siglo XVIII y XIX y entrar en el XX, en la contemporaneidad, incluyendo larepblica y la sociedad revolucionaria. Aqu mi pregunta es: qu significa la presenciade los EE.UU? Ms all de la crtica al american way of life, hay un grupo de elementos

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    105104

    definitivamente incorporados al modo de ser, a la cultura y a la conciencia delcubano, que no necesariamente son negativos, en el sentido de un proyecto socialni en el de la propia revolucin socialista. Cuba resulta, a mi modo de ver, una delas sociedades de este hemisferio ms cercana a la de los EE.UU. en trminosculturales. Pases y culturas como, digamos, la mexicana carecen no slo de unnivel de integracin nacional, sino de cercana a valores culturales norteamericanosque pueden ser considerados elementos de la modernidad, y que contribuyen aexplicar el surgimiento de un proces como el de la revolucin, en un pas tanestrechamente ligado a los norteamericanos y tan dependiente econmica ypolticamente de los EE.UU. Ese efecto de exposicin, desde la propia colonia,pero sobre todo durante toda la repblica, interacta con el nacionalismo, que sedefine como antagnico con los EE.UU. a nivel de la conciencia social. Elnacionalismo -o mejor sera decir, los nacionalismos- incluye elementos heterogneos e incluso espreos, de las dictaduras y sus idelogos. La dictadura de Machado ytambin la de Batista tenan determinados proyectos que no llegaron a integrarsecomo proyectos nacionales, pero cuya arquitectura no est exenta de interesesalternativos con determinados intereses norteamericanos. Algunos confunden estenacionalismo de grupos o sectores de la burguesa cubana, que defendan susintereses, con un nacionalismo revolucionario autntico, antimperialista en el sentidode Mart. El proyecto de turismo de la dictadura de Batista es un ejemplo interesante,si queremos entender hasta dnde llegaron determinados sectores de la burguesa yde esa dictadura respecto a construir un marco de poltica en su relacin con losEE.UU. y a preservar ciertos intereses de sectores fundamentales de la oligarquacubana. Cmo todo eso nos ayuda a problematizar el presente?

    Graziella Pogolotti. Esa presencia norteamericana est en la repblica y formamodelos, como el del american way of life, esa especie de sueo americano. El problemams grave es que esos modelos arrastran valores que socavan otra dimensin de laidentidad que forma parte de un cierto bien comn, aceptado aunque no practicado,que tiene que ver con una determinada eticidad.

    Quera referirme a los proyectos tursticos de la dcada del 50. Entonces seconfigur uno de los ms agresivos proyectos desnacionalizadores a travs delturismo, el engendro llamado Canal Va Cuba, que se paraliz porque produjo unagran conmocin nacional. Este consista en dividir en dos la isla de Cuba, crear unaespecie de zona libre en ambas mrgenes y en cierto modo panameizar este pas,con todas las consecuencias que semejante plan podra tener. Fue una expresindel grado de violencia que tenan algunos de esos proyectos que iban tomandocuerpo en esa dcada. Otro que tambin se conform consista en cerrar la curvadel malecn habanero, y construir una plataforma sobre la cual se establecera todauna lnea de hoteles para gran turismo. Es decir, destruyendo la imagen, la bellezade la ciudad de La Habana, sacrificando todos estos valores acumulados en aras dela expansin turstica, que tal como se anunciaba iba a resultar en una violentapenetracin.

    Rafael Hernndez. Les pedira ahora que pensramos en la identidad nacional delpresente, en relacin con todo ese pasado que arrastramos. Que es la identidadnacional hoy. Qu factores la afectan, no slo desde el punto de vista de la concienciasocial, sino de la estructura social, de las formas culturales, de las generaciones, delas diferencias o de las relaciones interraciales, que tienen que ver con esta concienciade la identidad nacional. Si la identidad implica necesariamente una forma deautoconciencia, en qu consisten los problemas que se relacionan con estaautoconciencia.

  • 106

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    Pedro Pablo Rodrguez. Hay muchos elementos que podran empezar a discernirseen relacin con los problemas que afronta la identidad nacional cubana en estosmomentos. Un problema englobador general es si existe un proyecto alternativopara el desarrollo de la identidad nacional cubana, por oposicin al tradicional quenos ofrecen las posiciones anexionistas o declaradamente pro norteamericanas y deregreso a un capitalismo dependiente. Pienso que Cuba ha tenido un poderoextraordinario en la modernidad, porque ha dispuesto de tres grandes proyectos demodernizacin. Uno fue el de la generacin de 1790 a 1820. Cada da que pasaencuentro a ese grupo ms reprobable -pero a la vez, ms admirable. Salieron aconquistar el mundo para esta isla; y en cierto modo lo lograron para su gruposocial, a costa de muchas cosas. Otro proyecto, grande y practicado, ha sido el de laRevolucin Cubana. Fue tambin una generacin arrastrando detrs a un pueblo,que lanz un gran proyecto, que ha tenido sus virtudes y sus defectos. Hay untercero, que no se lleg a poner en prctica, el que centramos en Mart. Quizs fueel ms equilibrado, en el sentido de que trat de encauzar al pas en las corrientesde su contemporaneidad y de su futuro inmediato, sin desconocer elementos propiosnacionales, ni la necesidad de insertarse en ese mundo. Pienso que el problema delproyecto de finales del siglo XVIII, su gran problema, como algunos de sus propiosprotagonistas empezaron a darse cuenta hacia 1810 o 1815, fue que para entrar enesa modernizacin, tenan que recurrir a cosas tan arcaicas como la esclavitud, quetermin por tragrselos. El gran problema del proyecto antimperialista socialistacubano despus del 59 es que nos at a un modelo, justamente en la poca histricaen que ste empezaba a manifestar tales elementos de crisis -sobre todo a partir delos aos 70, que es cuando realmente Cuba entra en serio en este modelo- que nofue capaz de superar. No creo que el socialismo fracasara en Europa por sus errores,sino porque enfrent crisis que no pudo superar. El capitalismo ha podido superaralgunas. El mundo est entrando en nuevas formas de organizacin dentro delcapitalismo, puesto que parece ser casi lo nico que hay, y est afrontando unanueva fase de su desarrollo, igual que se le dio entre 1890 y 1914. El mundocapitalista, que es el mundo de hoy, est entrando en esta nueva fase de su desarrollo,mientras que, lamentablemente, los revolucionarios del mundo no han sabido darsecuenta de que hay una crisis. Toda fase de desarrollo es al mismo tiempo una fasede crisis. La cuestin es cmo aprovechada para subvertir el sistema. Eso es algosingular que pasa en nuestra poca. Al mismo tiempo, nuestro pas no est pudiendoofrecer un verdadero modelo, un plan, de cmo insertarnos en este mundo,conservando no slo los rasgos nacionales que histricamente se han podido iracumulando, sino los ms recientes que se han incorporado en el sentido deafianzamiento de la nacin, de componentes elementales de la modernidad y deuna sociedad ms justa. Este es el reto mayor que enfrentan las generacionesactuantes en Cuba hoy. No se trata de un problema del gobierno, ni de algunosidelogos, ni de un individuo -es el principal problema de los cubanos, de laintelectualidad cubana contempornea. En otras palabras, se trata de cules son lasmaneras en que, sin perder rasgos nacionales ni la independencia poltica, ymanteniendo conquistas de justicia social elementalsimas que ha logrado el proyectode modernidad que se puso en ejecucin en los aos 60 y 70, el pas logra insertarseen su camino histrico. El mundo futuro, de los prximos diez o quince aos, no vaa ser ni siquiera el que estamos viviendo hoy. Estamos muy asustados porque vivimosel mundo unipolar, pero estoy convencido de que en el 2020 los EE.UU. ya no vana ser la gran potencia que son hoy. El mundo va hacia otras formas, hacia elmultipolarismo. La actual revolucin cientfico tcnica est transformando lasrelaciones sociales a un grado aceleradsimo; al mismo tiempo, las injusticias sociales

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    107106

    se profundizan, y los conflictos sociales del llamado Tercer Mundo se hacen cadavez ms violentos y alcanzan a sectores del llamado Primer Mundo. Luego, elcapitalismo entra en nuevas fases de su desarrollo. En esta llamada posmodernidad,en este posimperialismo o imperialismo de no s qu tipo, es necesario preguntarsede qu manera esta nacin, qu ha recorrido determinados caminos histrico y halogrado hoy resolver problemas que no pudo resolver en su proyecto de modernidaddel siglo XIX, ni en lo que fue el proyecto del siglo XX republicano, logradesenvolverse, no a expensas de lo que se disponga de afuera, sino de un proyectopropio. En estos momentos no tenemos un proyecto nacional elaborado, que nosmueva, ni importado, ni exportable, ante estas nuevas realidades que cada vez msse estn imponiendo en el mundo de hoy. Esto es lo ms grave, ms all de losproblemas que nos trae el turismo, las relaciones con los EE.UU. o con la comunidadcubana. Es necesario englobar todo esto en un proyecto de mucha mayor amplitud,como lo hizo la generacin de 1790. Y como lo hizo Mart, que se dio cuenta deque el mundo andaba en una nueva poca, y aunque fue un seguidor de los hombresdel 68, era un hombre de finales del siglo XIX. Este es el gran problema de lanacin cubana actual.

    Enrique Ubieta. Los que meditan sobre el futuro de Cuba, empiezan porreconsiderar la historia de Cuba, la historia del pensamiento cubano. Cuando laRevolucin Cubana triunfa, arrastra a su seno a pensadores no marxistas que aceptan,asimilan y se integran de alguna manera al socialismo, porque obviamente creo quehay algo en la trayectoria de estos pensadores y en la tradicin histrica de Cuba,que hace que no hayan sido totalmente ajenos a los principios proclamados por laRevolucin cubana, aun con los principios que esa tradicin sustentaba desdeposiciones no marxistas. En estos momentos se plantea la tesis de que ha habido enla historia de las ideas en Cuba un proyecto antimoderno, entendindose pormodernidad la proyeccin liberal burguesa clsica. Se identifica el reto antimodernoen la historia del pensamiento cubano del siglo XIX con la oposicin a las relacionesmercantiles, al avance del capitalismo. Ms que un proyecto antimoderno, piensoque ha existido -no slo en Cuba, sino en la tradicin del pensamientolatinoamericano- un antiproyecto de la modernidad, que tambin es moderno y quese nos impuso. No era una modernidad por alcanzar. Nosotros, los latinoamericanos,hemos pertenecido siempre a la modernidad. La modernidad no radica en las zonasmetropolitanas, sino que abarca al metropolitano y al colonizador, al rico y al pobre,al explotador y al explotado, es un sistema, aunque nosotros hemos vivido en ellado oscuro de la modernidad, le ha tocado a Amrica vivir en el lado oscuro de lamodernidad. En su seno ha surgido, como consecuencia de ello, un antiproyectomoderno. Este antiproyecto moderno coincide en alguna medida con los postuladosde la Revolucin Cubana. Por eso nosotros, cuando el ideal del socialismo europeose derrumb, nos hemos quedado mirando hacia nuestras propias races, y hemosencontrado cierta tradicin. En este mundo de hoy, los conflictos de clases no sehan eliminado en lo absoluto, sino que se han internacionalizado. Al globalizarse laeconoma a un nivel planetario, existen zonas altamente desarrolladas y otras muyempobrecidas, donde la conciencia nacional puede expresar posicionesrevolucionarias. Cerrar filas en tomo a un proyecto nacional no implica aislarnosdel mundo, sino un acrecentamiento de nuestra relacin con Amrica Latina y elTercer Mundo en general.

    Rafael Hernndez. T diras que la inmensa mayora de la gente que en Cubatiene menos de 40 aos vive su autopercepcin de la identidad como algo que los

  • 108

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    vincula con Amrica Latina o con el destino de otros pueblos, como totalidad,como nacin?

    Enrique Ubieta. En mi formacin en Cuba, yo he sentido el discursolatinoamericanista de la direccin de la revolucin, pero no he recibido, como eradebido, la historia de Amrica Latina, ni me han dado los elementos para que yorealmente me sienta un latinoamericano. Como cubano, vivo en una isla que notiene tradicin indgena, cuyo pasado est absolutamente roto en ese sentido. Mimirada y la de los cubanos siempre ha tendido a dirigirse ms hacia Europa y losEstados Unidos.

    Graziella Pogolotti. Me parece que el matiz no se encuentra precisamente en elgrado de conocimiento que se tenga acerca de Amrica Latina, sino en el campo delos valores. En los ltimos aos, el cubano ha tenido una alta valoracin dellatinoamericano, que no le viene a partir de su conocimiento, sino de la presenciade Amrica Latina entre nosotros. En la repblica haba cierto grado de informacinpoltica sobre la actualidad latinoamericana. Cuba era una tierra de exilio paraintelectuales latinoamericanos, algunos de ellos dirigentes polticos. El cubano tenauna buena valoracin de s mismo, pero tambin una valoracin respetuosa de loslatinoamericanos. En el plano de la conciencia, ste me parece un factor importantey compensatorio, generador de otras presencias que se estn moviendo en el planode los valores. Hay dos planos, uno que se adquiere mediante el conocimientoacadmico; y otro que es una especie de bien comn que circula en la sociedad pordistintas vas y que es tremendamente influyente. Es el plano de las influenciasindirectas, que pueden ir desde el discurso poltico hasta el cine que se proyecta,que tambin ejerce una influencia.

    Adems de lo latinoamericano, quisiera mencionar otros aspectos de inters enlo interno, como las relaciones entre el blanco y el negro, el problema racial. Nocreo que todos los vestigios del racismo se destruyan de un da para otro, sobretodo cuando tienen orgenes tan complejos. Es necesario verlo como un proceso,un modo tambin de asimilar los valores culturales. Hace un tiempo yo le un librocuyo ttulo, en el primer momento no me gust, pero que he acabado por entender.Es un libro de la pintora Zaida del Ro, que se llama Herencia clsica. Contiene unconjunto de lminas y oraciones populares, que vienen de las creencias. Cada lminaest acompaada de un breve texto donde se comenta, a partir de la tradicin oral,quin es el santo a que est dedicada cada una de esas oraciones. Esas historias lasasimilamos como una gran herencia clsica, son las mismas historias de la mitologagriega. Esas historias de los santos forman parte del bien comn de todos nosotros.Seamos o no practicantes, de la misma manera que yo s quin es la Virgen Mara yJesucristo, sin ser tampoco practicante catlica. Es que se ha asimilado como unacultura de todos nosotros. Esto ha sido un proceso, porque fue la cultura separada,histricamente menospreciada, subestimada, que se consideraba una expresin deatraso. Y tuvieron que venir los investigadores, los estudiosos, Don Fernando, loscreadores musicales, Alejo Carpentier, para ir colocndola en su lugar y lograndouna integracin cada vez mayor.

    La identidad va asumiendo un territorio mucho ms integrador en el plano de laconciencia y en el de los valores. Si seguimos por esa va podemos encontrar otrascosas en las cuales esas confluencias, ese reconocimiento de ser cubano se vaprofundizando y enriqueciendo. Este pas nunca ha tenido fronteras separadas. Yono tengo complejo de insularidad. Pienso que las islas tienen puertos, y que lospuertos son vas de comunicacin por excelencia. Yo viv muchos aos en una calleque se llamaba Pea Pobre. Y aunque las novelas de caballera estaban prohibidas

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    109108

    en Amrica, Pea Pobre sale de Amads de Gaula. Y as mismo el contacto, lacomunicacin, el intercambio. Cuba fue un pas de flota. El gran intercambio deaqu hacia all y de all hacia ac. Y una de las cosas que nos ha caracterizado es lacapacidad de sintetizar, de tomar un poco de todas partes y darle forma, de producirun cierto eclecticismo de acuerdo con nuestras condiciones concretas. Esto haocurrido a lo largo de los aos; as como la tendencia a deslumbramos y por lo tantoa mimetizar. La tendencia de mayor fuerza ha sido, en general, la de integrar, la deasimilar.

    Rafael Hernndez. Quiero pedirle a Miren y a Consuelo que se refieran a la cuestinde la identidad contempornea, desde el ngulo de la autopercepcin social. Y decmo esta percepcin se ve afectada en Cuba y fuera de Cuba, en los cubanosemigrados que se identifican como cubanos. Cmo se vive desde estos dos ngulos,esta doble direccin de la identidad, desde aqu y desde all, en la relacin mutua.

    Miren Uriarte. Me pregunto si la visin que hay aqu sobre Amrica Latina y lapercepcin de Cuba en Amrica Latina es verdaderamente una percepcin real.Una de las cosas que ms me ha impactado en el tiempo que llevo viviendo aqu escmo se van formando las ideas sobre el exterior, sobre la base de quines visitanCuba y de quines son las personas que podran ayudar a formular una perspectivabalanceada de lo que es Amrica Latina. Si entrevistamos hoya jvenes cubanos enCuba sobre su visin del otro, yo me pregunto si esa visin est conformada sobreunas bases que asumen que no todo el mundo que llega a Cuba de Amrica Latinason los amigos. Hay un esfuerzo muy serio por parte del gobierno cubano de resaltarla solidaridad con Cuba; pero eso no es necesariamente todo lo que hay en AmricaLatina, ni siquiera la mayora de lo que hay en Amrica Latina con relacin a lo queCuba significa. Mi opinin honesta es que Amrica Latina, con muy pocasexcepciones, ha abandonado a Cuba en los ltimos 30 aos. Ha habido excepciones,como Mxico, o Brasil recientemente. Pero la posicin de la mayora de las sociedadeslatinoamericanas ha sido Yo no me quiero meterme en los. Eso es parte de lacultura y de cmo esos pases nos ven. Los venezolanos o los colombianos quenosotros vemos en Cuba son muy diferentes a los que tienen poder en esos pases,a los que forman la opinin en esos pases. Puede ser que nos adelantemos a grandesconclusiones sobre cmo puede pensar .una juventud cubana en contacto con esossectores que verdaderamente no son solidarios con ella. Habiendo vivido en elexterior, opino que en Amrica Latina ha habido sectores solidarios, pero no hanconstituido el bastin de la solidaridad con Cuba.

    Consuelo Martn. Los estudios a los que la doctora Pogolotti haca referencia ibana buscar una expresin de identidad vista desde la autoimagen del cubano, de cmose concibe a s mismo. No se basaban en una expresin conductual, sino en cmoconsiderbamos nosotros mismos, los cubanos, qu ramos, qu imagen tenamosde nosotros mismos y de otros. Esos otros eran los latinoamericanos en sus distintasnacionalidades. Ese no es necesariamente un estudio de identidad, sino de percepciny auto percepcin, de imagen y autoimagen. Esos estudios muestran que no existeun sentimiento de subvaloracin del cubano. En la perspectiva que aporta laliteratura desde Don Fernando Ortiz, se puede apreciar cmo los adjetivoscualitativos que caracterizaban al cubano van evolucionando. La generacin de laRevolucin lo que tiene ms bien es una sobrevaloracin de s misma -que quizs,para los momentos de crisis, no sea algo tan bueno, porque puede esconderinseguridad. Este elemento se manifiesta tanto en el cubano en Cuba como en elcubano emigrado. La cuestin sera estudiar la conformacin de esta sobrevaloracin

  • 110

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    y su relacin con no subvalorar al otro. En Cuba no se expresa el desprecio ni eltrato despectivo en adjetivos negativos, peyorativos, hacia el latinoamericano -adiferencia de lo que ocurre en el cubano emigrado. Eso no necesariamente quieredecir que nosotros conocemos al latinoamericano. Por ejemplo, en el ao 92, cuandolas celebraciones propuestas por Espaa tuvieron un eco espantoso en AmricaLatina, los cubanos de esta generacin nos preguntbamos por qu. Desconocemosesas realidades latinoamericanas, que yo no circunscribira solamente a si apoyan ono, si son mas o menos solidarios con Cuba. Ciertamente, nosotros no despreciamosa los latinoamericanos que vienen aqu. Puede venir un latinoamericano turista,que est absolutamente en contra de nuestro proyecto social, y el cubano puedemantener un dilogo. En los valores de nuestra generacin hay una apropiacin dellatinoamericanismo. Pero para que eso perdure, se requiere el conocimiento de lascontradicciones, las nuestras y las de los pases latinoamericanos. Algunos otrosestudios de autoimagen, de cmo nos valoramos los cubanos, estn empezando aaportar valoraciones ms positivas del otro. Hay estudios que valoran alnorteamericano o al espaol, que, en determinadas cualidades, los considerasuperiores. No pasa as con el cubano que vive en Espaa. Esta autopercepcin esel eco de la realidad que estamos viviendo. Para la generacin ms joven que seest conformando, el momento ms importante desde el punto de vista del desarrolloontogentico de la autoconciencia es la adolescencia. Para esa generacinadolescente, el espaol que est ensendonos a desarrollar el turismo,ensendonos a desarrollar la economa, tiene necesariamente que ocupar unlugar muy diferente al espaol de la mulata y la alpargata. Viendo la identidadcomo proceso y momento de sntesis de esos modelos con los cuales uno seidentifica, al identificarme, me diferencio del otro, me pregunto quin soy, qu soy,a dnde voy. La identidad conduce, en los momentos de crisis, a un proceso dondeestas cosas se vuelven a enjuiciar, desde la posicin que nos ha tocado vivir. Quizsal adolescente le cueste hoy ms trabajo y tenga una mayor confusin. Pero comoadulto, estoy enjuiciando que una serie de cosas de la realidad estn cambiando, lasestoy viendo o las estoy sintiendo, a veces no a nivel racional. Hay contradiccionesque nosotros estamos viviendo. El deterioro econmico hace una vida cotidianams contradictoria, donde uno tiene que darse una explicacin a s mismo comociudadano, como pareja, como padre o como hijo, como actor social, como ungrupo o clase a la cual pertenezco, que existe, o se est forjando, desde la relacineconmica, poltica y social.

    En este momento, dadas todas esas condiciones histricas concretas en queestamos viviendo, la identidad sufre una impresin de angustia y de prdida -aunqueno necesariamente esto tiene que llevar a una prdida de identidad. En un procesodonde se difunde la sntesis de nuestra identidad, sta se ha venido consolidandosobre determinados presupuestos durante 35 aos de Revolucin. No podra explicarque esta identidad se perdiera de un da para otro. Ahora bien, s est siendo realmentecuestionada por individuos y por actores sociales determinados. La relacin con elotro, sea el latinoamericano, el europeo o el norteamericano, debe verse tambinafectada. Hasta qu punto se afectara es algo que tiene que ver con la preguntaque haca Miren.

    Joaqun Santana. Los cuentos populares son una de las vas que nos dan el estadode nimo de la gente. Recuerdo uno de un grupo de muchachos que estn en laescuela y la maestra les pregunta, Nios, que quieren ser cuando sean grandes?.Uno dijo que quera ser cosmonauta, otro quera ser maestro, otro mdico.Finalmente, uno dijo que quera ser extranjero. Pero ese yo quiero ser extranjeroindica que a nivel popular hay un sector de la poblacin cuya autoestima ha variado.

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    111110

    Y vari a partir de las condiciones especiales que nosotros estamos teniendo. Perotambin por la poltica, compulsionada por la situacin econmica que se estsufriendo. Hay quienes piensan que el negocio del siglo en Cuba es ser extranjero. Aesto se une quizs una visin idealizada de lo que el extranjero representa, incluidoel latinoamericano. Por un lado, pudiera decirse que se trata de la interiorizacin deun ideal latinoamericano; por otro lado, por la condicin insular de Cuba. En elcaso de los mexicanos, cuando tienen un problema fronterizo con el sur, ya hay unarazn para denigrar al otro. Chile y Argentina se pelean a menudo. Y lo mismo pasacon Per, Bolivia, Ecuador, con problemas que arrastran del pasado. En el caso deCuba, no ocurre as. Esa confrontacin, a veces cotidiana, que tienen otros pueblosde Amrica Latina, no la hemos experimentado. El latinoamericano que llega aques el husped, la persona a la que hay que darle o brindarle lo mejor.

    Rafael Hernndez. Pero no slo hay una relacin de confrontacin. Cuba es, encierto sentido, un pas fronterizo de los Estados Unidos. La porosidad de nuestrarelacin con los Estados Unidos tiene mucho ms de 2 500 kilmetros de frontera,que es la que tienen los mexicanos. En esa relacin, por una parte, hay un rechazoa los amagos hegemnicos constantes de los Estados Unidos; pero al mismo tiempouna fascinacin por ciertas cosas, y por el modo de hacer de los norteamericanosque a nosotros nos parece bueno. Por ejemplo, la idea de la eficiencia econmica,cmo debe conducirse un negocio para que sea rentable, los usos sociales de laciencia y la tcnica. En una ocasin el historiador Louis Prez me comentabaadmirado un artculo publicado por Lev Marrero en el ao 1958, en el peridico ElMundo, donde Lev hablaba de los grandes problemas nacionales y de lo mal queestbamos nosotros los cubanos. Pero su trmino de comparacin no era CostaRica -como est de moda ahora en algunas partes- sino los propios Estados Unidos.Era normal que se utilizara como patrn aquello que se consideraba bueno de losEstados Unidos.

    Miren Uriarte. Esta es una cuestin clave. A veces la poblacin en Cuba protestapor los apagones. y si uno le empieza a explicar a alguien que en Colombia y enRepblica Dominicana hay apagones, me ha respondido sencillamente: Yo no soyde Repblica Dominicana, yo no soy de Colombia. Es decir, que hay una separacinde experiencias muy marcada. Yo, que he vivido en los EE.UU., me encuentromuchas veces defendiendo lo que hay aqu, y tratando de explicar cmo es lasituacin real de la sociedad norteamericana. Hay mucha idealizacin de la sociedadnorteamericana; o por el contrario, una completa negacin de lo que puede serbueno en esa sociedad. Se pierde la complejidad de lo que quiere decir vivir en unpas como los Estados Unidos, con toda la panoplia de contradicciones y problemasde ser un latino. Por ejemplo, yo le he explicado a mucha gente aqu que en losEstados Unidos no importa el color de la piel, uno no es blanco si naci en un pasde Amrica Latina. Quisiera contar mi experiencia con el comportamiento de mihijo en una escuela en Cuba. El naci y creci en los Estados Unidos. Ahora asistea una escuela cubana. Un da me dijo: Mami, aqu todos los nios son negros olatinos. Porque l usa las categoras raciales que aprendi en el mundo en quenaci. All ningn latinoamericano se definira como blanco, aunque fuera rubio yde ojos azules. Ese tipo de explicacin acerca de la vivencia cotidiana y de la luchapor quin es uno en los Estados Unidos, es algo que aqu no se imaginan.

    Cuando uno viene de una sociedad ms homognea, es difcil imaginario. Param fue profundamente triste la experiencia de los balseros. Por delante de mi casapasaban montones de muchachos hacia lo que ellos crean que era una situacinmucho mejor. No puedo decir la cantidad de veces que llor, no por razones polticas,

  • 112

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    sino humanas. Esas personas nunca haban contemplado la contradiccin de lo queiba ser su existencia en otro pas.

    Quisiera comentar lo que considero el proceso de la comunidad cubana en losEE.UU. No veo a la comunidad cubana como algo tan sui generis ni especial. Hemostenido muchas discusiones sobre eso. Hay que verla dentro de un proceso, que es elproceso de la emigracin latinoamericana hacia los Estados Unidos. Pienso que nohay un solo proceso de asimilacin, sino varios, se trata de un proceso que ocurre avarios niveles. Algunos se complementan; otros nunca se completan. Los estudiososde este tema en los Estados Unidos los separan en varias reas: cultural, econmica,su participacin social, su capacidad de penetrar las estructuras sociales,organizativas, de esa sociedad; y la poltica, la participacin y la insercin poltica.Finalmente, su absorcin de los valores norteamericanos y de identidad. En el casode los cubanos, yo creo que en cierto sentido ha habido asimilacin parcial en casitodas esas, aunque muy diferente a la que ha ocurrido en otros grupos. Si vemos lainsercin estructural de la comunidad cubana en los Estados Unidos, no se trata deuna insercin estructural a la economa general, sino comienza por su propio enclave,por la construccin de su propio enclave tnico y econmico. Y eso lo ayuda adesarrollar toda una esfera social y cultural que apoya ese enclave econmico. Es loque conocemos hoy como la Pequea Habana o el Miami cubano. Pero esa insercinestructural verdaderamente se apoya sobre la existencia de una estructura econmicaen la ciudad de Miami, que se va penetrando por los cubanos emigrados de antesdel ao 1959. Sus conexiones de clase, sus capacidades, sus relaciones de clase, enrelacin con la sociedad norteamericana, los ayudan a crear esa estructura econmicaque apoya todo lo dems. Se ha visto su capacidad de defender cultural mente elidioma. La cultura cubana ha sido muy fuerte, quizs de las ms fuertes encomparacin con otros grupos latinoamericanos. La razn de eso es la existencia deeste enclave econmico. Prcticamente ningn otro grupo ha tenido eso, salvo ciertossectores de los mexicanos, Los puertorriqueos nunca lo han podido lograr. Otrosgrupos que han logrado este tipo de proceso han sido los judos, que s handesarrollado enclaves econmicos, los coreanos, los chinos. En comparacin conlos dems grupos latinos, los cubanos tienen otra experiencia cultural. Por esoproliferan en Miami, desde las escuelas cubanas hasta las organizaciones sociales.A nivel social se aprecia verdaderamente esa separacin. Es ahora, desde los aos80, que vemos a los cubanos empezar a penetrar las estructuras sociales de la ciudadde Miami, las estructuras blancas, como diramos nosotros all; asociaciones comola Liga Americana contra el Cncer, la Liga Cubana contra el Cncer. A nivel poltico,esto lo ha logrado el grupo que ms afinidad ideolgica ha tenido con el sistemadentro de los emigrados, que a la vez ha tenido un proyecto propio, que siemprehan sido el vehculo de la implementacin de la poltica norteamericana hacia Cubay su hilo conductor. En ese sentido, no es difcil definir el problema de la asimilacinpoltica, porque han tenido un proyecto propio en coincidencia con el de la sociedadreceptora. Ese no es el caso, por ejemplo, de un independentista puertorriqueo ode los mexicanos, con otro tipo de relacin poltica con su pas de origen.

    La identidad es el ltimo paso en ese proceso de asimilacin. Esta ha idoevolucionando a travs de la historia. Para el cubano que vive en Cuba, no es elmismo proyecto de identidad nacional que haba en el ao 59. Ha habido unabifurcacin. En la comunidad cubana, esa bifurcacin es fundamental. En laoposicin al nuevo proyecto predominante en Cuba es que se forma el exilio cubanoen Miami. Yo no dira que todos los cubanos que viven en Miami o en los EE.UU.incluso los cubanos contrarrevolucionarios, tienen una actitud plattista. Existe unnacionalismo de derecha dentro de la comunidad cubana. Es un nacionalismoenfermo, dada su situacin y en dnde se ubica, pero no es un proyanquismo ni un

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    113112

    plattismo. Los que estudian este tema deberan definido. Esto se traduce, porejemplo, en la oposicin que afronta Jorge Ms Canosa en su alianza con losnorteamericanos acerca de las medidas de agosto y la reclusin de los balseros enGuantnamo. Esta oposicin proviene de un sector de extrema derecha, que nonecesariamente es siempre proyanqui, aunque haya sido una derecha promovidapor los yanquis.

    Hay que diferenciar entre la identidad nacional y la identidad cultural. Cuandoalguien de aqu llega a Miami se maravilla por lo similar y por lo diferente. Igual quecuando alguien viene para ac. Yo me maravillo por la cantidad de cosas por lascuales me siento aqu completamente en casa y por las cuales no. Ha habido unaevolucin cultural diferente de ambos lados. Una forjada por la Revolucin y otrapor la presencia en otro pas. No creo que sea la experiencia nica de los cubanosque viven en los Estados Unidos, sino tambin de los que estn en Venezuela oPuerto Rico. En una gran proporcin, son biculturales. Yo me considero una personaque puede funcionar en ambas culturas. Y en estos momentos siento que estoyforjando una tercera, viviendo aqu, es casi una tercera cultura dentro de m. Laprimera se expresa en ser cubana de Miami, por haber crecido all, ya que sal deCuba con nueve aos. La segunda, la de poder funcionar dentro del sistemanorteamericano, de la vida cotidiana, como una persona norteamericana. Eso me loha posibilitado el biculturalismo. Esta tercera fase cultura de mi, vida consiste enque me estoy adaptando a una sociedad diferente a la que yo dej. Es un proceso deaculturacin, igual al que puede haber experimentado alguien que llega a los EstadosUnidos. Naturalmente, en mejores condiciones, porque hay muchos puntos dereferencia comunes.

    Rafael Hernndez. T sientes que la identidad cultural predominante en Miami,o en los enclaves cubanos, rechaza a la identidad cultural de los cubanos que lleganahora, de esos balseros que pasaron por delante de tu casa?

    Miren Uriarte. Se trata de un rechazo de clase, ms que cultural. Fue lo que pasdurante el Mariel. Sin embargo, un pintor o un intelectual cubano no tienen ningnproblema, ni sufre el mismo rechazo que un obrero.

    Rafael Hernndez. Una persona representante del sector popular, un trabajador,un joven cubano, que llega a Miami ahora, se puede sentir desajustado en relacincon la identidad cultural predominante all?

    Miren Uriarte. Seguramente. Podra suponerse que Cuba es culturalmente la mismadel ao 59 y que los que se fueron son los que cambiaron. En realidad, todoscambiaron, en diferentes direcciones. Tenemos muchos puntos de cercana, peroen otros hay que reconocerse, que volver a conocerse.

    Consuelo Martn. Quisiera aadir algo que Miren no ha dicho, quizs porque lodebe haber dado por descontado. Los cubanos que emigran no slo van a los EstadosUnidos, sino a otros pases. Y los que van a los Estados Unidos, no slo lo hacen aMiami, sino a muchos otros lugares de los Estados Unidos. Entre los que se radicanen Miami, no todos son iguales. Hay que reconocer la heterogeneidad de laemigracin, con sus races anteriores a 1959, sus contradicciones histricas desdeel siglo pasado. En el enclave de Miami, distintos grupos sociales pueden insertarsea diferentes niveles en la estructura de la sociedad receptora. La emigracin cubanaposterior a 1959 era la primera que portaba desde su origen determinados modelosnorteamericanos. Lleg all y se insert rpidamente. Cuando pas la etapa en que

  • 114

    G. M. Garca Prez, J. Ibarra, O. Pino Santos, J. Serguera, J. Valds Paz, R. Hernndez

    se dio cuenta de que no iba a regresar a Cuba, se coloc psicolgicamente en untiempo pasado. Empez a insertarse econmica y polticamente, a recrear susorganizaciones, a desarrollar el enclave y a solidificar elementos de identidaddespectivos hacia el latinoamericano, e incluso despectivos hacia el norteamericano.Esa etapa se extiende hasta el ao 73. Esa representacin de la comunidad comolos que tienen el poder, en particular el poder econmico, se ha conformado sobreuna identidad cuyo otro somos los cubanos que vivimos en Cuba. Su alteridad es supropia negacin. Ellos son cubanos en tanto son diferentes de nosotros, los cubanosde aqu. Cuando llega el grupo del Mariel, la visin de clase los identifica: Noparecen cubanos. Se parte de desconocer la evolucin histrica de la nacin cubana.Los del Mariel eran muy negros, muy pobres, muy cooperativos para ser cubanos, yno despreciaban a los otros latinos. No saban ingls, ni haban estudiado en losEstados Unidos para ser cubanos. Es la imagen del cubano de la clase alta de ladcada del 50, Y que incluye una serie de caractersticas que todava hoy predomina,en esa imagen de xito de la emigracin. Y en esa imagen los balseros que estnllegando ahora no pueden entrar.

    Aunque resulte una lectura clasista de la identidad, a los de all les puede parecerque no es cubano ese que no se les presenta como tal. Se trata de una percepcinahistrica, que se basa en una relacin social, econmica, poltica, y que vara segnlos distintos pases y lugares de asentamiento. Ese primer grupo tuvo caractersticasde exilio originalmente, y se sigue llamando as. Pero cuando en el 80, en un perodomuy breve de tiempo, lleg un gran nmero de personas que llevaban 20 aosviviendo en Cuba, ese grupo del exilio se siente por primera vez fracturado. Y esque Cuba ha evolucionado, de manera que ha producido a otra gente, que, aunqueno les parezcan cubanos, vienen de Cuba. El estigma del Mariel habra que estudiarloun poco ms. Aunque los marielitos, finalmente, se han ido insertando dentro delas reglas del juego. Como los pintores, llegan a ser reconocidos, en la medida enque nieguen al enemigo. Y quin es el enemigo? Ellos mismos. Desde la psicologade la identidad del emigrado, ellos estn negndose a s mismos. La sntesis de laidentidad del cubano en esta definicin de cubano-americano habra que estudiarla,qu elementos la componen y la definen. Los nios que salieron en el 59 no sesienten en el exilio, no tienen por qu vivir sobre la base de una retrica poltica,sino quieren una definicin personal, una autoimagen de cubano. Por otra parte, losque llegaron despus, en sucesivas emigraciones, se han insertado en esa sociedady se siguen definiendo como cubanos. Esta sntesis identificatoria del cubano-americano tiene de las dos culturas, la norteamericana y la cubana. Posteriormente,en los 90, se abre una nueva etapa. En el marco de la confrontacin entre Cuba ylos Estados Unidos, la realidad de Cuba est asumiendo el problema de la nacin yla emigracin, como parte de nuestra historia. Y a pesar de nuestras diferencias, lasrelaciones tienden -y veremos si la historia lo confirma- a normalizarse, as comolas expresiones de identidad de ambos pases. Si realmente al cubano se le otorgaun lugar normal en la poltica inmigratoria de los EE.UU., la excepcionalidad secuestionar considerablemente. Esa excepcionalidad hace al cubano diferente, porel lugar que le da la poltica inmigratoria. Si se va hacia la flexibilizacin de lapoltica de las regulaciones migratorias cubanas desde 1991, si hay acuerdos quesustentan y normalizan las relaciones con los Estados Unidos, y esto se haceextensivo a las personas que van hacia otros pases, se podr entrar en un procesode desideologizacin de la emigracin cubana posterior a 1959. Esta ser la realfractura de la imagen del cubano de Miami. Sobre qu se va a sustentar esarepresentacin del exilio? El emigrado podr seguir diciendo que su enemigo esCuba? O dir que ah est Cuba y yo soy cubano; y se podr dar cuenta, algn da,de que ese cubano que l cree que es nunca existi, el de la dcada del 60, salvo

  • El 26 de julio de 1953 en la cultura poltica cubana

    115114

    quizs la representacin histrica de lo que l pudo haber sido desde aqu, viviendoaqu -y no pudo lograr all. Puede sobrevenir una verdadera fractura detrs de unproceso de normalizacin de las relaciones migratorias cubanas hacia los pases dedestino y de la relacin de la nacin cubana con su emigracin.

    Rafael Hernndez. Parte de esa historia integral es la evolucin de la percepcinacerca del cubano que vive afuera, del que se va y de las motivaciones que loaniman desde el punto de vista de sus relaciones con la sociedad actual. Seguramente,los cubanos que salen ahora estn mucho ms cerca de los valores de la sociedadcubana. No slo por las razones fundamentales que t apuntabas, sino tambin porla manera en que mentalmente se relacionan con el pas que dejan atrs. Quizstambin esto sea parte de la normalizacin de la migracin en comparacin conotros pases de Amrica Latina.

    Finalmente, aunque no hemos resuelto todo el problema que plantea la cuestinde la nacin, ni las implicaciones de la identidad, estamos mucho ms cerca deentenderlos. Les agradezco que hayan estado aqu.

    Participantes

    Natalia Bolvar. Especialista en religiones cubanas. Miembro del Consejo editorialde TEMAS.

    Rafael Hernndez. Politlogo. Centro de Estudios sobre Amrica. Director deTEMAS.

    Consuelo Martn. Psicloga. Centro de Estudios de Alternativas Polticas de laUniversidad de La Habana.

    Graziella Pogolotti. Profesora y crtica de arte y teatro. Unin de Escritores yArtistas de Cuba.

    Pedro Pablo Rodrguez. Historiador. Centro de Estudios Martianos.Joaqun Santana. Filsofo. Universidad de la Habana. Miembro del Consejo

    editorial de TEMAS.Enrique Ubieta. Filsofo. Centro de Estudios Martianos.Miren Uriarte. Sociloga. Universidad de Massachussets, Boston.