Año1934

MARGINALES

Un libro del colombiano Luis López de Mesa

Caracas, septiembre, 1934. Bajo el signo de una am­plia espiritualidad y un amor sin límites para su patria colom­biana, este hombre hecho para la penetración psicológica delos hombres y de la tierra, nos dá un libro, en fondo cuyogeográfico encontramos grabado el paisaje de esta tierra ame­ricana, barro predestinado de donde salió el indio para com­binar la alquimia de la raza y para realizar en el período delcuatrocientos el equilibrio de Europa.

"De como se ha formado la nación colombiana" es unlibro hecho sosegadamente para mostrar un mundo que vá enconstante progresión geométrica hacia la cultura; sus princi­pios son de afirmación. Nos enseña al hombre de pensamien­to digno de entrar en la galería rodoniana de hombres deAmérica; el tesauro escondido para las lejanas generaciones deestos pueblos nuestros que ignoran muchos méritos y virtu­des, y a la tierra opulenta y bravía, con mucho de Atica ypoco de Cartago como cantaría un virgiliano moderno.

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Una Antología hahíame dado la visión de su tempera­mento, visión fugaz y olvidadiza, como lo que no nace delpropio razonar 'sobre el contenido espiritual. Pero justo esdecir que la lectura de su libro nos ha llevado desde las cimasandinas donde el cóndor hace gala de poderío, hasta dondelos ríos dividen la llanura en parcelas infinitas para el esfuer­zo. Geografía, zonas donde el hombre vierte su cornucopiade amor telúrico. Tierra de Canaán que espera la profecía delhombre nuevo. No se pinta las ciudades; se les busca el alma.No es vademécum de turismo sino mapa espiritual para losque desean conocer la re~lidad de Keiserling. Surgen las ciuda­des para decir como de Bogotá que es ombligo para repartir lasavia cultural y seno acogedor de la bandada provinciana queacude hacia dorados efectivos. Se habla de la provinciana ensu sino geográfico, en lo que es y puede ser, si el brazo rompesu corteza para sembrar, para extraer la semilla de oro, o paraque el mineral negro salte preñado de luz. Se agrupa en sínte­sis las tres grandes y clásicas porciones del globo; política físi­ca y económica. Combinando el medio alma de la tierra co­mo el alma de los hombres, se llega a conocer la volición delos tres elementos, o como modulan los franceses en frase cer­tera, de "la surface humaine".

y así lo blanco de las carabelas, es siempre presagiode la civilización ·se escribe que el Magdalena ha sido la víacultural del pueblo. Vía abierta hacia el corazón.caminos queandan enseño Pascal, trayendo en sus canales vibrátiles el ner­vio cósmico que le dá tonalidad a la vida. Y esa misma visiónme ha llevado sobre el Magdalena, surcado de vaporcitos enangustia de tráfico, haciendo competir las alas tenues de lospájaros con los aviones, para acercarme hacia el centro que escontorno a la vez de la región al diluirse como bálsamo desándalo, perfumándolo todo:

El libro me ha dado la idea profunda de este ethosque nos arraiga a la naturaleza de las cosas, que aquellos que

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sentimos el amor intelectual del filósofo nos encontramos co­mo nuestro gran Cecilia "oprimido a agasajos". Búscase la fi­losofía del alma colombiana, grande como la descubría nues­tro certero visionario en las tierras yen los hombres, materia­lidad de los mundos; en el signo de América, mito de Prome­tea libertado; y al querer concentrar el pensamiento difúnde­se; porque nuestra frondosa luz de meridiano es para exten­derse y no para concentrarse. Desde Bello no habíamos sen­tido el trópico calentando el cerebro de los hijos de esta tierrafundamental. Ideología nueva preocupada por los problemasingentes de la nacionalidad: geografía,fértil historia que hoyapasiona más que la vida de los hombres, la economía dandoal proceso fiscal la vértebra para sostener la armazón, las razassintiendo las afinidades electivas. Se tocan los límites denuestro fondo fáustico y aparecen: Virgilio con su libro paraque vuelvan las miradas materialistas del romano sobre la tierradesgarrada pero siempre fecunda; Bello remozando la ideolo­gía americana para que volviéramos también la mirada a loque teníamos de autóctono. de nativo, a la fauna y flora delvariado continente donde nacimos y realizaremos nuestrospropósitos de creación. Ensayo magistral de pedagogía. En­señar deleitando como requiere la modernidad. Se hace queel alma de las cosas hable como la lengua de los hombres ypor el esfuerzo del espíritu, es misión de la tierra manifestarsepara que sus hijos celebren sus fiestas bajo la pompa purísimade sus días. También muchos espíritus continentales quierenabrir rutas por donde pase el hombre condecorado a lucir lamoneda que simbolice armonía y valor en el mercado único.

La tierra americana es un inmenso valle donde espiganlos climas a los reinos de la naturaleza; aguas rompiendo laspiedras y agrandando sus cauces por todas partes, porquecomo escribía nuestro cronista Oviedo, no hay "amagamien­to de serranía, ni ceja de montaña que no brote cristalinosarroyos" para alargarse siempre fecundos con sus brazos quetodo lo vencen, alguna vez perdido para el esfuerzo, otro acer-

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cando su misión de acercar y a lo más "cantando la canciónde la sierra enorme" como escribía desde la provincia un ami­go, poeta en carta modeladora.

Todavía mucha tierra abarcada sólo con la imagina­ción porque a ella no se ha allegado la planta de los hombres.La naturaleza de nuestros pueblos afines se representa conmenos sombra que en La Vorágine y más claridad que el} Do­ña Bárbara, porque la técnica apoyada en problemas más ra­cionales que éticos, da a la estructura de las realidades quetropiezan a la esperanza, el filosofismo pragmático que debeencauzar el sentido de los habitantes de esta Arcadia feliz.

Artes y Letras

MARGINALES A UN IDEAL CREACIONISTA

Complemento a unas notas. Pablo Rojas Guardiaen el útimo suplemento de El Universal, nos trae la gratade tonificar el ambiente literario nuestro, con unas líneascomprensivas y de alcance sobre la obra y persona de Eduar­do Mallea. Se siente de no poder pergeñar otros tantospensamientos sobre el literato y ensayista argentino por notener a la mano otras de sus obras.

Con la misma ansia de comprensión y alcance para·nuestra cultura le vengo a añadir estas notas, nacidas del cá­lido mensaje que es para nosotros Mallea en los actuales mo­mentos, y a compendiar someramente el pensamiento, de sumás rutilante producción como es: Historia de una Pasión Ar­gentina. Había leído de Mallea algunos artículos espiritualesque ejercen en la prensa un incompleto contorno de la perso­nalidad, pero con la misma costumbre de andar siempre dedescubrimiento' en nuestras librerías, las que con un dina-

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mismo de acción propulsora' de radiación -sin perder su ca­rácter mercantil- nos traen, como los bajeles coloniales quetocaban dos o tres veces al año a nuestras costas -las penúlti­mas producciones de europeos y americanos, en sus tercerasediciones- encontré la obra de Mallea, cuando tal vez se hanagotado en los círculos donde viven los novísimos prismas delos que ven con el espíritu las llameantes auroras de nuestrospueblos sin sol de media noche.

La culpa no es nuestra. La tiene el largo trance incul­to del pasado que no daba para la cultura puerto de entradaen que los últimos libros seguían su alígero paso para otrasrutas dejándonos atrás, con la esperanza de volver, pero yaencanecidos, asimilados por los otros, injertados en el pensa­miento de los circunvecinos. Pero hoy esta roto aquel DiosTérmino que señalaba nuestra geografía con el mismo apela­tivo que daban los romanos a los pueblos bárbaros-hostes; ylos libros, muchos de ellos, en sus segundos viajes de circun­valación, tocan a nuestras playas y engrosan el pensamientonacional con la riqueza de sus vitalistas.

Nos salvó esa lumínica partícula de intuición que esel prisma más colorido de nuestra faceta nacional.

Historia de una Pasión Argentina en la vidriera de lalibrería se me asemejaba así como otra de las novelas de Zu­biría (Hugo, Wast); algo como pasatiempo; pintura, sin reper­cusiones, de los amores gauchos, algo que no tendría ni si­quiera la enseñanza panorámica de Don Segundo Sombra.

Pero así como los seres invisibles que enuncia en laportada, me atraía la obra de Mallea. Después de la lecturarecapacité sobre los pensamientos del autor. Como no iba atener la misma emoción de asombro que decía Platón, erael nacimiento del saber, cuando el prologuista Francisco Ro­mero, uno de los comentadores de la filosofía de más hondo

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sentido universal dentro del espiritualismo americano nos se­ñalaba que la obra asemejaba en la grandeza de pensamientoal Discurso del Método del Cartesius. y no se rebaja el para­lelo medido en lo que contiene de sabiduría, de búsquedade esas modalidades que encierran la metodología de un es­píritu que no se ha frustado en los caminos de la sabiduría,sino con el acento de una insospechable energía se fija enlas rutas, en los coloquios de la razón sobre las cosas, sobrelas contribuciones de las almas en la arquitectura de las ciu­dades, en los arquetipos de una nacionalidad de artistas es­condidas o superpuestas por la emoción ficticia de los hom­bres, y que no es la nacionalidad de uno de sus hombres quetrasunta armonía y quiere que ésta no esté escondida en elmarasmo de los paisajes rutinarios para la vista acostumbradade los nacionales.

Cultísimo el hombre que se imagina ideas en tornode los hombres y de las COSélS. Mallea espiritualista a loValery, discípulo de los manifiestos de sabiduría eterna quedejara para el tiempo Montaigne, tiene una castidad de senti­do y una frondosidad de puntos de vista que parece un desa­rraigado en la tierra de los mayores. Castidad de sentido esla emoción única del místico que cree en una sola idea deperfección y se angustia en cuerpo y espíritu de las munda­nales relaciones de los seres.

Mallea es de esta especie de idólatras del misticismo yde la perfección -no son antagónicos los términos y menoshoy que hay místicos de tantas carreras imperfectas- Casto elestilo, castidad resumida de prestancias y de ensoñacionesmartirizadas en sus viajes y estudios y en sus meditaciones deultramar -porque Mallea no es de los ensayistas que escribenalrededor de su cuarto- hace que atrapemos las preguntas desus pensamientos con la suave y agitada atención con que lee­mos las páginas de la ciudad de Dios y las confesiones agusti­nas. Hagamos algún balance para saber su esencia. Nocturno

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Europeo es la ensoñación nocturnal, la vivificación de la exis­tencia íntima del hombre que sale de la universidad america­na hacia la universidad europea, de lo particular lleno de unavocación espiritualista para sentir alter ego de la cátedra queha recibido desde las andanzas de aprendizaje: la Europamaestra y con ella Francia eterna, y se acerca a ellas -vientrede las madres del poema fáustico en el período en que seapuntala en las tierras de allá, la señora arquitectura de unaguerra -Oh! espíritu geométrico de Pascal- (yo escribía en unensayo sobre el Discurso del Método hace poco: las guerrassiempre han sido las matemáticas en función de muerte)- yeso que aún flotaban en el ambiente los últimos pensamientosdeslumbrantes de Briand y Stresmann.

Frente a la Concordia el hombre nocturnal americanoquiere acuñar su moneda de idealismo en el eje, del mundo"Porque unión de voluntades quería decir también en espíri­tu, esa educación prodigiosa de la materia a un sentido de laciudad" .

Pero hablemos de la Historia de una Pasión Argentina.En América, en nuestro país mismo hay una indagación de lanaturaleza por la inteligencia. Yo como lector he compren­dido con ternura estas supremas disquisiciones del hombre in­teiectual sobre la tierra que sustenta su cuerpo y su espíritu.

Para que comprendamos a Mallea, hay que hacer unavisión del derrotero de estos espíritus continentales, precisar­la, hacer una dimensión de como se aferra y palpita como ár­bol preparado para la fructificación el espíritu sobre la tierraamericana, rescoldo de tupida fiereza.

Recuerdo otras líneas escritas hace tiempo sobre elmismo tópico: un ensayista colombiano hombre de Estadoy avisor de las corrientes palpitantes de la recia nacionalidadneogranadina exaltó, en un libro poco conocido entre noso-

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tros, la altisonancia del destino colombiano por el amor a latierra: Cómo se ha formado la Nación Colombiana es la pun­tuación más emocionante de las tantas palabras que dele­trean el rubro de un país. Este libro ha dejado abierto en laconciencia la amplia vía por donde se inicia la fuerza incon­trastable del nacionalismo joven de Colombia y por dondeprogramáticamene una avalancha liberal fecundiza el organis­mo de la República del Magdalena.

Hablo de la afirmación si se puede decir filosófica yno de entusiasmo político que abarca más el sentido de lohumano, igual a la formación novelística real de Rivera o Ga­llegos, para pintar la lucha del hombre sobre la tierra, en elempalme místico donde se bifurca la civilización y la barbe­rie. Eran momentos en nuestro país que asistíamos a unaconferencia de auditorio ausente: se escribía, con la finísi­ma expresión de una punzante mirada espectral, sobre nues­tro territorio. Aparecía igualmente, y la ensalcé, como lomás íntimo de la literatura de aquellos días: Geografía Espi­ritual de Massiani.

Con esto podemos comprender mejor a Mallea. El"meditador argentino" no silencia su angustia frente a lo vi­sible ni lo invisible. Aunque sus pensamientos se queden enla silenciosa terquedad, el eco siempre romperá el ángulo es­trecho de una Patria para pregonar el sentido mayoritario dela argentinidad. Esto, en el plano místico, lo que se ahonde :con la suprema impaciencia del atormentado: crear el sentido-el sexto sentido tal vez de su país- de la misión espiritual desus hombres. Y lo busca en la plenitud de todos los pensa­mientas que surgen de la meditación sobre la realística pasiónargentina. El ensayista habla del gran estuario platense comoiniciación metódica, con la misma seguridad vital y humanacon que los egipcios ven su salvación en las inundaciones pe­riódicas del Nilo.

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Es la suavidad con que fina y novelescamente se pene­tra en las parcelas infinitas de la Venezuela de Doña Bárbara:un bongo remonta el Arauca, o el asombro con que se va mi­diendo el calado del barco en la gran cuenca orinoquensede Canaima.

La Bahía atlántica es el confortamiento de los prime­ros pasos de Mallea. Vida rural que se va acercando a la me­tropolitana de Buenos Aires. Sucesión de conciencias es eltrasplanto del hombre en los paisajes del alma argentina: elnacimiento de la conciencia como lo afirma el propio perso­naje de la odisea. Escuelas por donde se avisan los primerospasos de la cultura, y libros por donde se perfilan sus senti­mientos más humanos: no hace historial de los libros que loimpulsaron a la santa vocación de sus ensueños: sino la histo­ria de sus pasiones frente a estos libros. Y es el historial delmás supremo misticismo: Pasión de Blake, de Kierkegaard,pasión de Novalis y de Holderlin. Por estas rutas va a la mi­rada de la Argentina visible y del país invisible. Y aquí esque resume toda la fuerza del pensamiento caldeado por elbuceador de las Perlas que luce la Pasión Argentina. Y siguela locura del buscador de las corrientes que inundan de luz yfecundidad hasta la fria región de los estrechos. Y se mirapor momentos la furia también santa del hombre incompren­dido ante panoramas que solo se confiesan con su alma. Yfinalmente lanza sus parábolas henchidas de verdad sobrelos límites de su continente, del continente de los hombresque se sangran en las mismas verdades henchidas de verdor ...

Estas notas son de complemento.

Complementarse es necesidad de juventud.

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CHICANAN, DESTINO DE UN HOMBRE

El hombre era audaz y tenía en el corazón una estre­lla. Tenía la cabeza ancha sostenida por espaldas simétricasrevelando una estirpe sircaciana que no databa.

Pero la cara sonrosada y un cutis suave ahuyentabatodo temor. No recordaba ni en leyenda el nombre de sus pa­dres. Había nacido en la noche de una audaz aventura. Másen el corazón lleva una estrella y él sabía que en su cielo sehabía prendido como un recuerdo maternal. Los bancos dela escuela había suavizado aquella naturaleza que tal vez sehubiera perdido en los zarzales de la vida. Una página de lahistoria venezolana de la conquista había cuajado un lejanodeseo de aventura vivido en muchas horas de su mocedad. Lapiratería riovelezca de Raleigh, llevado de su animoso realis­mo había angustiado su alma y cuerpo hechos a la aventura,como el mar hiciera retozar la obra muerta de un gigantepresto a pa tir.

Todo se fundió en un deseo ardiente de reanimaraquella historia que ya se alejaba hacia lo desconocido. ElDorado, sugestión de una época, y de tantos hombres, volvióal tapete de la realidad. Creyó sinceramente en el país deloro. El se decía, por algo Colón tendió sus ojos al Sur.Por algo tantos años la mano ha ido metiendo en el corazónde la montaña, sus cinco dedos para presentir un tesoro.Algo hay, cuando varias mentes -cercanas y lejanas- se habíannublado en el optimismo de aquel sueño, dorado en el reflejodel metal puro. Hay algo entre esas selvas y montañas dondeel Roraima como un mito -el dios término- guarda su rique­za de algún tutankamen milenario. Y la fiebre que tanto sin­tieron los del Fare-West, se introdujo en el cuerpo de JuanCastellano con fa fuerza de una flecha indiana.

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Era la verdadera realidad de la vida. Habíase inscritoen la escuela de artes y oficios para aprender la técnica dela minería. Su sueño no le había hecho perder la necesidadde acumular cultura para su empresa. Ahora trabajaba enuna fábtica para ahorrar lo que gastaría. El llevaba en sí almismo tiempo de su sueño dorado un egoismo para llevar acabo lo que tanto había angustiado su corta vida. Queríaque el peligro fuera para el sólo, como la riqueza que amon­tonaba avaro el viejo Midas. Parecía el héroe de Ibsen tras­plantado a una naturaleza espléndida.

En los soliloquios que tenía en el cuartucho del ba­rrio obrero, se le aparecía en sueños, a través de su imagina­ción suramericana, una estrella que se le subía al pecho, mí­nima como un pedacito de diamante y luego agrandandose iba alejando hacia el Sur hasta perderse entre inmensosárboles cuyas copas se perdían en el cielo.

y le parecía que su cuerpo todo se elevaba en suges­tión de las mil y una noches, y como un perro arrastradohacia el amor, se perdía con la estrella en el pecho en la arbo­leda inmensa. Eran noches que a la par bella porque colorea­ban más un ensueño del Dorado, eran también angustiosas,porque casi en pesadilla, se levantaba extenuado creyendohaber ya realizado la audacia de la empresa. Y el cuerpo yel alma de las repetidas ensoñaciones se cansaban y venía lapalidez y la tristeza, síntoma de las gastadas energías.

Esperaba junio para emprender su empresa. Con unahorro de dos mil bolívares y el deseo agrandado con la largaespera, repletó su angosto baúl de viaje, único compañero dela odisea. Muy de mañana se acercó a la agencia de la Compa­ñía de "Navegación Venezolana" para apartar su pasaje. ElSan Vicente, zarpaba el día siguiente para puerto de orientey Ciudad Bolívar última meta cuasi-marítima del viaje. Apro­vechóel día en comprar herramientas necesarias para el labo-

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reo. Y en la tarde del otro, La Guaira le dio su saludo de des­pedida a aquel fugitivo de la ciudad que buscaba su epicentroen la selva.

El viaje, según el clásico decir, fue feliz. El vaporcitomás de río que de mar, se portó muy bien en el Caribe turbu­lento. El paisaje de mar que señala vida con su movimiento,su volar de pájaro y sus crepúsculos y albas quebrados en milcolores se adentró muy hondo en la pupila del hombre de latierra. El barbucha, rojo y negro, como novela de Sthendal,era un regocijo cosmopolita. Era un ambiente de mosaico.Parecía raro en un barco venezolano que todavía no trasplan­te materia viva hacia los ocultos matorrales del Sur a crearnovela de sangre que es color de vida. Pero en aquel barcoiban tantos ideales prontos a realizarse o a morir con la llega­da del sol, que en los ojos, en el hablar corrido en locura dejuventud, se veía la luz escondida en lo negro de las tinieblas.Hombres desnudos al dolor con un panorama interno del cualsus ojos no se apartaban como de un crucifijo a quien una vezse le ofreció la vida pronto a morir y hoy se invoca hastainconsciente.

Cuantos destinos varios al embate de las olas. La na­turaleza jugaba ajedrez con aquellos tantos hombres. Tiposraros sentaban su figura de otras razas en el medio del ban­quete. Algunos traían estampado en sus ojeras hondas el re­cuerdo de amores lejanos ya dejados. El tipo nuestro, carac­terístico por su salvaje individualismo, ahuyentado hacia los :extremos de las bandas, ya que el barco no lo podía dejarmás, miraba al horizonte con nostalgia y sentía el impulso deacercarse al grupo por un instinto sincero de conocer conquien andaba. Se jugaba pocker -trámite universal de cono­cerse los hombres- y el nuestro expuso parte de su destinocon el de los extraños en la tarjeta trasmisible. Pasaronnoches que los acercaba a las bocas del padre de las aguasdulces. El balance no dio tanta ganancia de dinero en quienes,

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a más iban en busca de él. El Orinoco roncaba como giganteque se .despereza. Las plagas cantaban su rúnica melodíaenferma. Los saurios despertaban de sus cansadas posicionespara embarcarse en las turbias aguas. Se sentía el vaho de laselva en la negrura que alumbraban los cocuyos.

El barco hab ía lanzado su cargamen to de ex-hombressobre piratas tierras de El Callao. Los caminos, que todavíaperdían su ruta en los matorrales, señalaban en sus hondona­das la naturaleza que pedía brazos y civilización. Estas men­tidas rutas que las lluvias todos los años estropeaban, apartóa los hombres que la incidencia había reunido antes en elbarco. La lluvia se eternizaba sobre las espaldas del caminan­te. La mula marcaba la señal del barro hasta dos cuartas arri­ba de los cascos. En algunas partes el cuarzo mostraba susdientes de oro para aumentar el deseo y afiebrar el espíritu.Nuestro hombre los recogía con una piadosa admiración. Enel mapire se unía el cuarzo con la carne y el cazabe. Era lacomposición del hombre minero. Alimento para el cuerpoy para el deseo insaciable. El camino se alargaba en pesadum­bre. La selva se amargaba en su vino que la emborrachaba, deolor y le daba fuerza a su vegetación. Las manos tanteabanlos bejucos que les dejaba una suavidad de culebra entre de­dos. Las flores se balanceaban con su rocío de barro salpi­cado. Se acercaba la meta de las operaciones. El poblado mi­nero acerca sus techos de zinc, donde campaneaban las gotasde la lluvia. 'La mula se paró con una amistad muy vieja a lasverjas de la casa-hotel que ostentaba en letras doradas:"La Increíble".

Amanecía en la selva. La luz del sol hacía arabescossobre el suelo. Las campánulas bullían de insectos raros quehacían perder el pensamiento. La selva inyectaba su virus deamor en las venas del recién llegado. Flores de un raro colordorado jugaban apuestas sobre el tapete de la tierra agrietada.Las hojas limpias por la lluvia mostraban el raro prestigio del

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oro. Había una espléndida claridad solar que maravillaba.Juan Castellano absorbía la esencia de la selva con una ansiaque casi rayaba en crueldad. Los pulmones se henchían en elpesado ambiente aromático. Tan ensimismado caminaba queno sentía el incómodo áspero que llevaba a la espalda: Elmapire y la batea. La ración para la soledad. Cerca se sentíael ruido de compañeros que no se habían visto lavando lasbateas. Pero él iba más allá donde se decía que se le perdióla veta al indio Manuel, que tiempo tuvo de recoger varias zo­nas antes que las fiebres dieran cuenta de él. Era un riachueloque llamaban El Caribe. Allí se le presentaba corto de aguacomo los vestidos de un avaro. En los alrededores la fuerzade la vegetación no había borrado los esfuerzos del hombre.Mostrabánse volcaneras que enrrumbaban el destino. Asentósus reales en la tupida maraña y el machete dejó limpio lamontaraz espesura. El barreno rompió un pedazo virgen quedejó en el aire un polvillo tenue y un lejano eco que parecíaque iba tumbando los viejos árboles. El aguijón le hería losdedos en amor de tantear los pedacitos de cochanos: enreda­dera de cundeamores conque le ataba el destino.

Lavó sobre las piedras del riachuelo algunas bateas detierra, que la corriente desmoronaba sin dejar nada que mos­trara su riqueza. La soledad contaba las horas en el grito delos monos. Castellano sudaba sin comprender cómo se lepasaban las horas. El barreno, pequeño había abierto unhueco muy grande. Sobraba todavía mucha tierra más pro­funda que mostraba la blancura del cuarzo deshecho por lapresión como en desentierro de un cementerio. Las últimasbateadas mostraron la leyenda de El Dorado. La mano casiloca tanteaba los granos como senos de mujer sana. El mis­terio se rompía en la alegría del hallazgo. El hombre habíasellado su destino con la púrpura del oro y casi loco llamó sumina "Chicanán" "Chicanán". Volvió al campamento cui­dando de tapar bien la marca de los pies. La tierra le daba lu­gar a ejercer su rico individualismo. La mañana sin sollo lle-

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vaba ya bien lejos del poblado. Un deseo insaciable lo acerca­ba como al lecho de la mujer que se ama. Las ranas que toda­vía no se habían erguido con el orgullo de los otros días cuan­do las pisoteó el hombre en ansia de conquista le señalabanel camino en una suavidad de silencio. Ahí estaba Chicanán.El oro como que había saltado en la noche con una fuerza depacto diablesco. Regado sobre el suelo, la lluvia había deja­do el tesauro escondido. Se apretujaban en una armoníaconfusa. Parecía mentira, de las varias bocas que habían de­jado los barrenos brotaba toda una riqueza bruta y selvática.El oro extasiaba la mirada rid ículamenteen el silencio de sel­va. Gravitaba en cada pepita parte del destino de Castellano.No era lo mismo que aquel oro descolorido que tanto mirabaen las casas de cambio del pasaje "Capitolio". Aquí el oro en­loquecía, dejaba atónito como una creación monstruosa.Al tomarlo asemejaba un ladrón, no obstante la patente quellevaba en el bolsillo. El cansancio de tantos días desleía elcrepúsculo de oro. Enloquecía al escoger. Se metía juntocon los cochanos, tierra estéril que el hombre en la casa delpoblado apartaba como una cosa maldita. Muchos días pa­saron y el oro aumentó la avaricia. Al mes la tierra cansadaescondió su piel de zapa para el deseo de Castellano. Barre­nó aquí y allá, y nada respondió en el silencio de la selva.Chicanán como una mujer voluble había dado parte de suamor al primer hombre y quedaba a las espaldas olvidada consu mutismo de oro. Fue un simple aluvión que brotó comopor encanto .bajo el destino de Castellano. Recorrió leguasde la comarca en busca de otra mujer que no aparecía a ofre­cérsele en pernada a su lucha tenaz. Comprendió que habíatocado la suerte por la cabeza calva. El vapor rojo y negrocomo una novela de Sthendal lo repatriaba a la ciudad conbastante oro. Había multiplicado casi cien veces sus peque­ños ahorros. El Dorado se daba por pedazos como la cabezade oro del cuento. Pero su destino se había cumplido con elesfuerzo del pensamiento: en Venezuela todo lo que se pisaes oro y es pan cuando se toca con las manos.

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COMO CREARSE UNA SANA CONCIENCIA ECONOMICA

y FISCAL

Caracas, marzo de 1936. La vida efectiva de las na­ciones tiene fundamento en las ciencias económico financie­ras. La economía sistematiza el pensamiento para librar en elcampo de la cultura y de la vida activa, la vida intensa quepresupone el obrar en sociedad colectiva. La cultura huma­nista se proyecta también en la creación cuando ejerce elfuncionamiento de la actividad, acorde a los problemas quese interpretan como necesario para el desenvolvimiento racio­nal de una nación. El mismo Platón sentiría la emoción de latécnica cuando contemplara los obreros de la cive, fabricar lashermosas tanagras y las obras de manos de los orfebres y lle­nar las barcazas para buscar hacia otros mundos el comercio,la vida fabril de un pueblo al que le modelaba para porvenir

.su espíritu estético. Las dos culturas actuales división eternadel árbol de la vida son: la teórica, filosófica, que arranca delembrión que se acuna en el oriente donde nace y recorre lahonda trayectoria del pensar y sentir; y la práctica que ejercelos postulados de la acción en la propia vida, y que en obrascreadas hace simbolizar lo que el pensamiento ha acumuladoen su largo trajinar.

La primera cultura de alta significación filosófica, esla que se ha estudiado un poco más entre nosotros sin adqui­rir aún los relieves de coordinación sistemática. En cuanto ala segunda, la social como ciencia que resuelve los grandesproblemas latentes de la humanidad, no la conocemos sinocomo cátedra de la rutina, sin ninguna proyección real. Esla ciencia que parece árida a la simple vista, pero que dá elpañal a la vida hormigueante de los pueblos, y que aquí ten­drá que desenvolver nuestros ideales industriales, encauzar los

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sectores hacia una orientación definitiva que en finalidadabarcará en un todo a la vida nacional.

Esta corta disquisición teórica en torno al problema dela cultura como significación de civilizadoras rutas, ha nacidode la tal actual disposición para la contratación de técnicosextranjeros que contribuyan en la labor reformadora y detanto problema complejo como son los que se refieren a lasciencias sociales.

Es un triunfo de las ideas democráticas en pugna porprocurar la mayor felicidad posible a la masa nacional en susrelaciones contractuales de trabajo y mejor obtención para elfisco, procurar que las fuerzas naturales de la economía nose pierdan o despilfarren, sino que contribuyan metódicamen­te a la formación de las rentas públicas.

Totalidad de carácter ha de tener el pueblo que quie­re trocar su estado de necesidad por el estado de libertad,aconsejaba Shiller en sus Cartas Estéticas al hombre. En estacruzada redentora estamos: la de hacer conciencia nacionalespecialmente conciencia sana de hacienda. Saber que el ma­nejo de las rentas es el manejo de tantas vidas venezolanasque combinan la riqueza telúrica con la riqueza social y sumejor bienestar ciudadano; que ambiciona un porvenir real yefectivo como base de su engrandecimiento posterior.

Esta masa nacional debe saber el por que de los pro­blemas económicos del país para que satisfecho contribuyacon su renta a su misma redención ciudadana.

La contratación de técnicos extranjeros para coor­dinar con las corrientes modernas de la economía y las finan­zas, el viejo armazón de nuestra legislación que atañe a ellas,pone sobre el tapete esta conclusión; el encontrarnos ayunosen los conocimientos de tan difícil materia. Por ello es de

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labor apremiante la creacion en el Ministerio del Ramo, deuna Biblioteca general de las ciencias sociales desde AdamSmith hasta los materialista y desde el clásico Lorenzo VonStein hasta Soligman, el gran americano puntual teórico delas finanzas actuales, que con su interpretación económica dela historia y sus obras sobre el Impuesto, ha dado materia deestudios a las naciones. Esta bibliografía puede ser encargadaa los mismos técnicos que nos vienen. Además la especializa­ción en los métodos americanos de los países australes, es devital importancia. Necesario se hace la consecución de la obraamericana en este sentido. En un todo crear una bibliotecametódica y amplia en concepciones generales para darse cuen­ta: lo" del verdadero sentido real de estas ciencias en sus rela­ciones con la vida social; y 20. la creación de un ambiente so­cial que conozca de las modificaciones y mejoras que con eltiempo se operen.

Podría añadirse a los dos técnicos especialistas de ha­bla hispana, que desarrollen y amplíen hasta que se puede de­cir en forma de clases universitarias, la visión sintética de losreformadores.

El sistema cotidiano de la práctica de los anterioresgobiernos a los que acompañó la suerte de las cuantiosas en­tradas por rentas de hidrocarburo los acondicionó a un stan­dard de vida nacional sin proyecciones progresistas de ningúngénero hasta no verla realizar de las teorías que hoy palpitanhasta lo más pequeños países del globo, en que la lucha paraafrontar sus planes de reforma tiene que hacerse con las id-easmás avanzadas y no con el sistema feudalista de las finanzaspatrias.

Las rmsiones Kemmerer en Cuba, Colombia, Perú,etc. han reformado igualmente las finanzas de dichos países,pero han encontrado también una tradición sustancial en mu­chas ideas madres que están de acuerdo a su psicología nacio-

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naI. La formación de una biblioteca social, es de gran urgen­cia en nuestro medio, que pecariamos hasta los técnicos quevienen ofreciéndoles un armazón de leyes para que asesorensus reformas sin tener para estudio y consulta una bibliogra­fía nacional y extranjera. Deben encontrar especialistas doc­trinarios para ayudarlos en lo que se refieren a las costumbresnacionales practicadas que hayan dado sus buenos resultados,enrumbando así las dos corrientes que necesariamente se en­contrarán. En una próxima tesis de grado apoyado en la ge­nial idea del americano Soligman, trató de interpretar econó­micamente nuestro pasado histórico. desde las hondas raicesespañolas hasta el régimen colonial, presentando después unaorien tación fiscal hasta ciertos fines; la creación del impuestoa la Renta y al Capital la modificación de la ley de impuestosucesoral para hacerla llegar a sus límites reales de mayor en­trada al fisco, y si el tiempo lo permite se hará una exposiciónde las orientaciones mineras y a la ley de trabajo.

Esfuerzo grande si se tiene en cuenta lo exiguo de labibliografía en nuestro país sobre ciencias sociales. Por ellose propone como fundamental para la formación de una sanaconciencia económico-fiscal, la creación de la Biblioteca en elministerio del ramo, que abarque la extensa obra de pensado­res sociales; será ella a no dudarlo, la simiente de futura ger­minación nacional en la disciplina organizadora de la hacien­da y base para posteriores estudios monográficos, en las re­formas del plan educacional servirá de estímulo para hacerun programa real de futuridad colectiva.en pro de una cienciaque es la coordinadora de la salud pública.

UNA SOCIEDAD GEOGRAFICA y ESQUEMA DE UNESTADO

Caracas, marzo de 1936. Contorneando la plenitudde la realidad venezolana, al margen para desarrollar el pro­grama de gobierno (programa que descubre las desnudeces y

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que mientras se extiende en sus articulados de acción futuraproyecta en nuestra imaginación la miseria, y agnosticismodel pueblo y de la tierra) que se ha trazado a la nueva políti­ca de reconstrucción nacional. están ciertas institucionesculturales, cuyo propósito mayor debería resumirse a la pro­posición entre sus miembros de temas de trascendencia social,plenos de advertencia para el futuro ensayo de creacionismoque marcará las rutas donde camine el pueblo venezolano. Sa­lir del marasmo histórico para entrar en la viva y palpitanterealidad muy nuestra. Comprender que son tantos los proble­mas de la nación que no abarcamos la concepción de si lacuestión social es una cuestión moral o viceversa. Entre lasinstituciones de una verdadera fortuna para tratar de desarro­llar un legítimo patrimonio, que no conocemos, está la defundar una organización geográfica venezolana. Este pensa­miento musitado a nuestro oido siempre en vigilia, tuvo alre­dedor de las cabezas el zumbido que señala la ruta de la abejacreadora. La mecánica social hace necesaria la división deltrabajo; resultante éste del esfuerzo íntimo combinado entretodos los copartícipes de la nacionalidad, obliga al mismoconglomerado a canalizar sus intenciones de mejor rendi­miento para no chocar sus vitalismos en esferas que no leson propias sino en la finalidad que alcanza. Nuestros gravesproblemas de agricultura, ganadería, de política agraria, delímites internacionales, de totalizar la verdadera riqueza natu­ral y hasta artificial del país, está en la creación de un insti­tuto, puede que anexo a la academia histórica, a la de cienciasfísicas y naturales, o sólo.

En otras partes, las sociedades geográficas prestan unasaludable labor a la economía y a la política general del país.A la economía, vg., en los países coloniales desarrollan unvasto plan de efectiva organización para no dejar un solo ápi­ce de terreno sin estudiar, en su provecho.

En política general dan siempre un claro paisaje derealidad al problema a que están especializados, recuérdese

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en el Perú el asunto de Leticia tan bien tratado por parte deun instituto similar; y nos admiramos que naciones comoInglaterra, en pleitos fronterizos coloniales, desplieguen unaactividad en torno de un punto mínimo o grande, con tantojuicio, con tanto sofisma, con tan inmenso imperio colonial.Pero lo hacen especializados por técnicos agrupados o institu­tos ya en labor desde antaño.

¿Conocemos nosotros profundamente el porqué Tri­nidad forma parte de Albión y cuáles han sido las causas queprodujeron tal desintegración?

¿Por qué sobre la isla de Patos tan cercana a nuestrolitoral de tierra firme, tiene la rubia Inglaterra pretensionesinjustificadas por la geografía y la historia del derecho públi­co, sin que Venezuela proteste o no sepa qué hacer? Igualespuntos en los límites con Colombia y Brasil. Fuera de la Can­cillería que es política, no tenemos un Instituto que esclarez­ca y haga popular nuestros problemas nacionales, internos yexternos. Yo recuerdo mucho un interminable pleito fronte­rizo que sostuvieron los Estados Bolívar y Anzoátegui acercade una isla o península que pedían perteneciera a uno de am­bos estados, fundamentando sus pretensiones en que cuandoel Orinoco crecía era una isla y cuando bajaba era una penín­sula. Se gastó energía y dinero en cantidad suficiente comopara dotar a cualquiera de estos Estados en un muelle perfec­to que subsanara con actividad y patriotismo los idealesregionalistas.

Compendiando nuestro sentir acerca de estas necesi­dades institucionales, que son las que mantienen en ciertosen tido las verticales líneas de una tradición nacional-en polí­tica constitucional, internacional, minera, agrícola, etc, comobases para la educación del pueblo, no debemos posponer lacreación de una Sociedad Geográfica Venezolana.

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Esquema de un Estado.

Un pueblo que vive es una accion que triunfa. Unideal de comunidad desarrollándose perpetuamente en unalínea paralela a su modo de sentir histórico. Vivir es una ru­ta. Los pueblos no se cansan de afincar sus calcañares, pordonde su instinto los hace caminar. El pueblo encarna a unEstado. Cualquiera de los veinte que forman esta unión vene­zolana con sus sorprendentes problemas estatales; incultura,o en un tono más elemental, por lo trágico, analfabetismo,árboles sin que ia mano haya desprendido los bejucos que leroban la savia necesaria a sus frutos; ríos que pasan soñolien­tos cantando en su mudez apacible, los sueños nevados, delTurimiquire ante la gente despreocupada, que pasa por supuente enorme, el que divide y une dos ciudades en plenalucha de amor por la creación futura; el mar gritando la rique­za de los astrales y de las pesquerías por exportar y por hacerprogreso en las costas; puertos bellísimos entre islotes que po­drían hacer de faros para alumbrar a los inmigrantes que ven­gan a sembrar o a educar.

El Estado simula en el arquetipo del mapa litográfico,un esbelto torreón que se asienta en las aguas dulces del Ori­noca y se hace de espumas caribes su encajes de nubes. Losríos contornean sus mesas y sabanas en busca de las aguasgrandes donde desaguar.

Ellos aspiran a que los naveguen, que rompa las héli­ces sus aguas dormidas o las quillas se impulsen por los vien­tos acunados en las velas; que se haga de sus márgenes las ri­cas "Piedras de Chispas" que un batallador transformó deconcha pétrea en feraces regiones. Digno ejemplo de seguir.

y entrando a las montañas una sola línea de cultivo,rica y preñada para los intereses del mañana.el cafeto desgra­na en manos diligentes de mujeres que rumian civilización,

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sus rubíes de cosechas. Pero no hay caminos que acerquenestos poblados a la vecina ciudad conquistadora, labor ímpro­ba para los futuros gobernantes del pueblo.

y si arriba los cafetos se caen por el peso enorme, enel fondo de las montañas corre la veta carbonífera que tienesus bocas, por allá lejano ...

Naricual, Capiricual, Las Minas ... donde el ferroca­rril ya envejecido acerca sus vagones para traer el oro negrode la hulla. Pero la labor ha aminorado por falta de plan eco­nómico que la totalice y la ponga en mercado con ansia deplenitud. Si se desarrolla este consumo calorífico, en las ciu­dades de primer orden, no desaparecerán los bosques de otrosestados haciendo más tragica la vida natural de ellos.

El habitante tiene su psicología de pueblo minero ycultivador. Le falta la enseñanza y fuerza de los capitalistasque requieren vivir de la renta sin trabajar con sistema y amorhacia la gran provincia. Todavía se ven las ruinas de una bi­blioteca pública que un civilizador quiso crear en la ciudadcapital. Han pasado los gobiernos y ni siquiera han pregunta­do por esas ruinas. Todavía se puede hacer una Instituciónbibliotecaria para las enseñanzas de las futuras generaciones.Este debería ser el primer paso de los gobernantes de hoy.Crear la educación provincial para enrumbar las mentes de loshabitantes hacia panoramas de conciencia ciudadana en losproblemas primarios de las necesidades del Estado; es mineroy agrícola y pecuario. Orientar hacia esta política nacional.

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MEMORANDUN SOBRE EL CARACTER DE LAS BECAS

1.- La educación en todos los países tiene fases complejasque es necesario tomar muy en cuenta para esclarecer la posi­ción directiva en lo que se relaciona a su proyección y mejo­ras. Y como todo, en último análisis se relaciona íntima­mente a la cuestión económica, se tiene en observancia laresponsabilidad del Estado, no solo en impartir la educación,sino también en que ésta sea dada a todo el mundo con las ca­racterísticas saludables que se debe acompañar al impartirla.

Nuestro país después de la Colonia, donde la instruc­ción estaba estrictamente asegurada a aquella clase que porfamilias y posición económica amplia podían gozarla, ya quea las restricciones de limpieza estaba unida la de los gastosque se acompañaban para la terminación y obtención de losgrados y títulos. En todo sentido la unidad y el poder del di­nero era de una influencia preponderante.

De esta situación irreal por su condición antijurídicay natural, se pasó por la acción de la revolución y las ideas delLibertador, a las ideas liberales, hasta que Guzmán Blancocon el célebre Decreto de fecha 27 de junio de 1870, la llevóhasta los límites que aún tiene, comprendiéndola en una sig­nificación amplia y generosa: la instrucción primaria es uni­versal, gratuita y obligatoria.

Estos tres términos constituyen la trilogía en que seasienta desde esa fecha la política educacional de la nación,de características potentes y que al observarlas como expre­sión del tiempo y la fuerza legal que contienen, siempre seráel eje sostenedor de la política educacional de hoy y del ma­ñana. Sobre estos puntos se van a desglosar importantes de­terminaciones, llevadas a cabo con el sano propósito de vir-

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tualizar la acción y alcance de la política educacional, sacán­dola del aspecto de apoyo particular, para llevarla a los lí­mites que supone una grandeza colectiva por su significaciónética, donde el Estado, consciente de su superioridad econó­mica frente a los particulares, trata de llevar al positivo alcan­ce, la fuerza de estas palabras en lo que se refieren a la ex­tensión de la educación nacional.

El primer concepto de educación primaria universal,tiene una profunda raigambre, desde que la revolución fran­cesa admitía como patrimonio general de los hombres, y es­pecialmente derecho del niño, a obtener por el estado comootro pan cotidiano, los principios que ya Condorcet, en suproyecto de educación popular, quería fueran talladas en elalma' de los hombres. No obstante hoy, en que las ideas deconfraternidad agrupan a los ciudadanos, no se nota la uni­versalidad del principio del decreto de Guzmán, por haber pa­sado ya a un concepto universal de derecho, de que todos loscomponentes de la comunidad, sin atender a nacionalidad,raza o religión, tienen las puertas de la escuela abiertas parael bautismo de redención analfabeta.

Los dos últimos conceptos, el gratuidad y obligatorie­dad de que habla la ley actual, similar al mismo decreto ante­rior abarcan dos términos sociales de positivo interés para lacolectividad.

Gratuidad explica que el Estado mantendrá por sí ycon sus propias rentas (las de la ley de Presupuesto) todos losgastos que presuponen, no solo la creación de escuelas, la edi­ficación escolar, sino también el mantenimiento constante yeficiente de sus institutos, con la dotación del personal do­cente y también el celador de que la educación esté impartidade acuerdo a los principios legales y reglamentarios. No ex­plica esto que el Estado mantenga un monopolio gratuito dela educación, ni quiere hacer entrar en propios institutos a

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toda la masa estudiantil con que cuenta el país, al contrario,da amplio márgen para que, aquellos con posibilidades econó­micas puede hacer de la instrucción una profesión comercialpura, ya que se mantiene el principio de la impartición porinstitutos privados la educación no solo primaria, sino secun­daria y especial, manteniendo solo el Estado la supervigilanciade dichos institutos.

Esta gratuidad no solo llega hasta el aspecto material,sino que todo aquello que tienda a la conformación espiri­tual moral de este todo que se llama población escolar de suRepública, debe el Estado buscarla para hacerla llegar a suscomponentes, de aquí los estudios que se hacen sobre losmejores métodos educacionales para adscribirlos a sus radiosde acción, el buscar técnicos para que ayuden a la mejor pro­yección de la educación nacional, el enviar igualmente a cen­tros alta cultura o medios adelantados en los regímenes peda­gógicos, a sus nacionales para que temprano vengan a aunarsus conocimientos adquiridos en el acervo de la cultura pa­tria. Estos son igualmente términos o acciones que abarca elconcepto de gratuidad. El Estado hace desembolsos grandespara que la masa estudiantil indirectamente se aproveche gra­tuitamente de los conocimientos adquiridos por otros, a losque se ha atendido en sus gastos para la perfección de susestudios.

Ahora, secuencia de este deber del Estado, de mante­ner esos centros para impartir la educación, proviene el deberdel niño de la asistencia a dichos centros. Esta asistencia dicela Ley, es obligatoria a los lugares donde gratuitamente se dainstrucción primaria.

Estos puntos de la Ley, uno de los primeros desen­vueltos legalmente en América, da que para la fecha de 1882,era que venía a ser institución fundamental en Francia, cam­bia por consiguiente la posición del pueblo y del Estado fren-

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te a uno de los más arduos problemas nacionales, el analfabe­tismo. De aquel Estado que mantenía abierta sólo a una élitela escuela, a la categoría actual de explanación popular, don­de el niño va seguro de recibir igualitariamente la enseñanza,sin tener en cuenta su posición monetaria.

La obligatoriedad es manifiesta. El Estado compulsaa los padres o a sus representantes legítimos, haciéndolos res­ponsables ante la conciencia popular de la falta de asistenciaa las escuelas. No hay duda que para llegar al estricto cumpli­miento legal, es necesario,no sólo un hábito verificado en unatradición, sino también (y esta es una de las razones de máspeso por la que esta prescripción legal no tiene las caracterís­ticas prácticas que el legislador ha querido darle en espírituy en. fuerza), una posición económica que pueda amparar alniño por lo menos en la consecución de sus útiles elementa­les. No hay que olvidar que la mayoría de nuestra poblaciónescolar está bastante carente de ello, primero, porque siendohijos en su mayor parte de trabajadores que sólo tienen unjornal exiguo, muchas veces entran los hijos por medio de sutrabajo en la ayuda (no obstante las prohibiciones de las le­yes de trabajo), para subsanar las necesidades familiares.

Expuestas estas premisas de positivo interés: la gratui­dad y la obligatoriedad legal de la escuela primaria, expon­dremos:

2.-Con un amplio espíritu de justicia distributiva, el Es­

tado Venezolano es uno de los países más liberales en cuantoal precepto de gratuidad de la educación, no sólo en la que eselemental, sino que la ha hecho extensiva para la educacióncompleta del hombre.

En nuestro país la educación secundaria, superior yespecial, es completamente gratis, para la comunidad estu-

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3.-

diantil. El Estado sostiene sus colegios Federales (que im­parten el bachillerato), sus Universidades y sus escuelas deArte y Oficios y Lenguas y de Comercio, donde el educandose encuentra con todo, en la relativa expresión económica ve­nezolana, pero con lo esencial. No pagará profesores, inscrip­ciones, exámenes, etc. Mayor amplitud del concepto de lagratuidad de la enseñanza no se encuentra en todos lospaíses.

Recorriendo las reglamentaciones y leyes de muchospaíses, donde la educación ha alcanzado en muchos los re­lieves de lo permanente y de lo extensivo, la educación la im­parte el Estado, pero tan limitadamente, que el alumno, espe­cialmente en los cursos superiores se encuentra con cuantio­sos gastos que hacer, que para muchos es imposible o por lomenos, es medio restringido para llegar a alcanzarlos.

El concepto de la distribución de las becas en lo rela­tivo a la enseñanza primaria, no es fiscal y va contra los prin­cipios elementales de la educación.

La organización administrativa de la enseñanza es unode los problemas más interesantes de la organización educa­cional de un país. No basta simplemente que el Estado cuen­te con sus partidas especiales para el sostenimiento de sus co­legios, que ese mismo Estado cuente con una masa estudiantilamplia o limitada, la pregunta está en cómo debe hacer técni­camente para que aquellas partidas vayan específicamente allenar la finalidad esencial del cometido, y que esa masa reci­ba en la justicia distributiva que aconseja la finanza, la,parteracional que es suficiente para la consecución de los idealeseducacionales. De ello se desprende en primer término la je­rarquización no sólo en el personal que la imparte, sino en lalógica jerarquización del estudiantado. En esta última parte

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la jerarquización consiste en un escalonamiento técnico, apar­tando cualquier concepto que va contra la determinación sus­tancial del estudiantado. En su esencia, la jerarquización co­mo la educación, es popular. Pero racionalmente técnica, lajerarquización se basa en escoger de lo global estudiantil, laparte que pueda dar mayor rendimiento y que en futuro, pue­da prestar sus servicios a la comunidad con el mismo espírituselectivo y amplio con el que se hizo la escogencia. ¿Comohace el Estado esta jerarquización en la enseñanza? Por me­dio de la protección oficial para que aquellos que han sido es­cogidos como los mejores puedan llevar a cabo sus estudiossatisfactorios y con una comodidad relativa.

No debe tomarse la gratuidad por el Estado, para quese lleve a cabo la consecución de los estudios de parte deaquellos que racionalmente no pueden hacerlo, como unasubvención a los necesitados.

Relacionando todo lo apuntado anteriormente,ve­mos la fuerza doctrinaria por lo justo de que el Estado dépensiones a aquellos estudiantes de escuelas superiores, yaque en ellos se aunan circunstancias que favorecen el concep­to de ayuda, y que en último análisis, la comunidad se apro­vechará de estos gastos que el Estado haga por ello.

Pero la distribución de becas en lo que respecta a laenseñanza primaria, choca con los puntos esenciales de lasleyes y con la moral ética que acompaña a esta determi­nación.

Las becas que se distribuyen en educación primariano responden a un concepto fiscal.

Las razones para mantener este principio son ele­mentales. El Despacho de Educación cuenta con la mayorpartida para el sostenimiento de las Escuelas Primarias.

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Cualquier desembolso que haga la Nación debe llevarsiempre una finalidad objetiva, ya sea con respecto a una fi­nalidad material como a una finalidad espiritual. Ninguna deestas dos finalidades se tiene en la distribución de becas deprimaria, primero, porque cuando la Ley habla de la gratui­dad explica fácilmente que el Estado debe responder a las ne­cesidades de la Escuela primaria en todo lo relativo a la laborde educandos y educadores, en este sentido, el Ministerio ha­ce grandes gastos en útiles, libros, folletos, etc., además de unprograma amplio de reformas por llevar el verdadero y genui­no concepto de la gratuidad en la escuela primaria, como se­rán las cooperativas escolares, los comedores y vestuarios pa­ra mitigar parte de ese dolor anónimo del desamparado y deaquel que por carecer de vestidos no puede asistir a la escuela.

Segundo, la distribución fiscal debe ser siempre igua­litaria, por lo menos en el sentido de la masa que la necesita.Sabemos por práctica y por la imposibilidad manifiesta, queesta distribución es totalmente parcial, ya que en la distribu­ción geográfica, la mayor parte está distribuida en Caracas,en donde por un complejo, está a mejor altura económicaque cualquier población del interior, hay desigualdad maní­fiesta. No se le dá a los más necesitados, por consiguiente notiene finalidad que se le encomienda. Con ella no se remedianinguna función escolar, por consiguiente, no garantizael desembolso.

Cuando el Estado impone sus exacciones lo hace to­talmente. Toda persona está obligada a ser contribuyente pa­ra la comunidad. El en sus gastos reparte estas contribucio­nes en los diferentes servicios que presta a esta comunidad.Entre ellas está el servicio educacional. Pero, lo debe hacertotalmente. Sin exclusiones. Así lo hace al garantizar la gra­tuidad y obligatoriedad de la escuela. Peca, por demasiadoliberal, al distribuir becas, a las que no le ha dado su carácterpositivo y práctico, en la escuela primaria, que viene a ser una

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ayuda alicuata y mal recompensada. Mejor y más jurídico,porque entra en el concepto general de la Ley, que los gastoscuantiosos que hacen por Becas de Primaria, sirve para au­mentar las escuelas de esta índole, función más equitativapara la masa venezolana, y más fructífera por cierto o la crea­ción de sus comedores escolares, bolsas de ayuda en cada es­cuela para los verdaderamente necesitados, consistente en ves­tidos, artículos escolares, etc., siendo esto más seguro en sudistribución, por cuanto serán sólo los necesitados que con­currirán a pedirlos.

Las becas de primaria no contribuyen al aumento ex­tensivo, ni intensivo de la educación y además va contra mu­chos razonamientos legales de los estatutos educacionales.

El Decreto de Guzmán procuraba por todos los me­dios el aumento de las escuelas primarias, fomentando cual­quier iniciación al respecto, creando los consejos de familiapara vigilar la buena marcha de los institutos y determinan­do con un cuidado especial, no solo las contribuciones que seles habían adscrito a la instrucción, sino habla además de lagravedad que encerraba la distribución de los gastos para elsostenimiento de la educación. No hablaba en ninguno desus articulado de ayuda o Becas para la educación primaria.El decreto constituía alIado de la universalidad y obligatorie­dad de la escuela, su gratuidad. Eso bastaba para la consecu­ción de los 'ideales de aumento de la educación en el país.

Además, el Estado debe propender en arraigar en elánimo del niño, el concepto, primero de gratuidad de éste pa­ra con él, los servicios que hace en la educación del país, de­be apartar por todas las razones posibles, la idea de la mendi­cidad que presupone el alcance de las becas actualmente, de­be propender en el afianzamiento de la responsabilidad de lospadres con respecto a la educación, en lo que supone los fue­ros del niño respecto a la obligación de los padres de mante-

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nerlos y de educarlos, llevando en su mente, que el estado pa­ternalmente y con un concepto de grandeza social, mantienesus colegios con la solicitud de un bienestar general a queíos padres no llegarían por lo amplio de la economía que pre­supone la educación en toda la República. Sólo en casos ex­cepcionales, cuando los padres no pudiesen ayudar al sosteni­miento de sus prendas y útiles personales es que el Estadovendría en socorro suyo, ya esto es una realización de la fun­ción benefactora de que el Estado está en deber de hacerla.

El caracter de las becas en todos los países, de un as­pecto completamente restringido, más como premio y conuna especialidad fundamental para asegurar la educación enaquellos valores que prestarán mañana un concurso efectivoen la realización de cualquier programa estatal, entre nosotrosha sido ello la idea y al ponerla en práctica, se ha procuradoque fuese a engrosar el acervo cultural superior, por ello sudistribución en los estudios de la alta cultura, tiene una signi­ficación ética latente, de mayores proporciones en cuanto asu finalidad y por que constituye un aparte en medio del pro­grama general de los estudios que se hacen desde la educaciónprimaria hasta la última.

Presuponiendo por consiguiente, que la obtención deuna beca por el Estado tiene que hacerse por concurso, estono podría realizarse en la escuela primaria, primera, porquesus grados tan elementales no pueden conducir al concurso,segundo, porque aún en la mentalidad del niño no hay losprincipios de seguridad y amplitud suficientes para garan­tizar una superioridad especial que contraste con las de losotros educandos. En una etapa de aprendizaje, donde la fun­ción de discriminación y razonamiento está todavía enlo inconsciente.

El Estado debe cuidar que sus gastos vayan a unaefectiva realización. La escuela primaria lo que realiza es el

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aprendizaje de lo elemental, que aunque sin duda,necesaria yfundamental para la comprensión de los problemas elementa­les de la comunidad, ellos vienen por una consecuencia lógi­ca, la gratuidad y obligatoriedad de la escuela primaria, a laque el Estado responde, como lo apuntamos anteriormente,con los cuantiosos gastos del Capítulo Escuelas Primarias.

De lo anterior deducimos, que se deben extinguir ladistribución de becas para primaria, propendiendo mejor alsostenimiento en estas mismas escuelas, de comedores escola­res, repartición de premios útiles, repartición de medios prác­ticos, elevando equitativamente el costo por alumno en la na­ción, en lo estricto y no con esa partida de becas, que por de­sigual en su distribución, choca con el principio de justicia ypor que además, la educación primaria virtualmente supone,que hasta en las más apartadas regiones del parámetro nacio­nal hayo debe haber escuelas, en Francia, una de las ayudaspara la escuela primaria es recoger los niños de apartados lu­gares y llevarlos en coches o prestarles las comodidades detraslado cuando no pueden hacerlo económicamente, mien­tras las becas en Bachillerato y Cursos de especialización, sir­ven para asegurar en medios centrales donde la educación deesa índole se imparte, la carrera de estudios a los favorecidos.

Además, vamos a diferenciar el concepto de Becas enla Educación Secundaria y Superiores, con respecto a las Pri­marias, para que se vea la razón suficiente de la extinción debecas de esta última clase.

Los estudios secundarios son admitidos en todos lospaíses como la primera parte de las carreras liberales, peroson en un sentido estricto la verdadera preparación del hom­bre en el aspecto técnico y creador.

Problema fundamental entre nosotros y también con­tinentalmente. Los estados en general atraviesan por situacío-

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nes económicas que no les permiten que la enseñanza tome elpuesto primario como solución por el Estado de la lucha con­tra el analfabetismo. Estando éste unido al problema de lacreación de una conciencia política sino a la formación de lanacionalidad, los dirigentes de las naciones tratan de llevarlaa cabo con ansia de perfeccionamiento. No obstante, las opo­siciones de carácter económico obstaculizan la realizacióncontinua. Sin embargo, su solución no tiene los relieves determinarse, porque va paralelo al crecimiento de la población,que presenta todos los años, un nuevo cuadro de materiaanalfabeta sobre el que tiene que trabajar la escuela.

De las tres clases de enseñanza que imparte el Estado,la primaria es la más importante, y ante la que está unido elEstado virtualmente. La educación común, escribe alguien,es considerada la función capital del Estado. Ella se relacionacon diversos aspectos de la vida social, ya sea contribuyendoal aumento de la capacidad productiva del Estado o al mejo­ramiento de las facultades de discernimiento de sus habitan­tes para apreciar con justo criterio los problemas sociales ypolíticos y seleccionar a los hombres que han de detentar susoberanía.

De un escritor argentino saco estos datos interesantesen lo que respecta a la disposición legal de la gratuidad: "Lagratuidad de la enseñanza común ha sido apreciada de diver­sas maneras en diferentes épocas y países. Algunas veces lagratuidad ha comprendido a todos los niños sea cual fuere sucondición económica (en Venezuela se practica esto, apunta­mos nosotros). En otros se le ha prodigado gratuitamente alos niños no pudientes".

En Italia no existe gratuidad absoluta. El Estado exi­ge una tasa especial a los niños que cursan cuarto y quintogrados elementales con la intención de seguir estudios supe-

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riores. En casi todos los demás países, excepción hecha enEstados Unidos y Sur-América, la gratuidad atiende a losniños pobres.

La matriculación en la escuela primaria venezolana,no se cobra, siendo una prestación administrativa que deberíatener una tasa especial. Nuestro Estado en la lucha contra elanalfabetismo debe apartar el concepto de la distribución deBecas, por ser un país que tiene necesidad de este desembolsopara proyectar más ampliamente la educación popular. Co­mentando la memoria de Educación Colombiana, escribe unperiódico: Preocupado el Ministerio por la pobre indumenta­ria de la mayoría de los escolares, en lo que atañe al calzado,concertó con la dirección de las penitenciarías federales unarreglo interesante: el Ministerio se comprometió a donardiez equipos de 'maquinarias para la fabricación de zapatosa cambio del trabajo de los penados, hasta que se reintegreel costo de aquellas maquinarias. El calzado así obtenido serepartirá entre los niños que lo necesitan.

La organización en Francia es simple e indica lo res­tringido de la ayuda oficial a los particulares.

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