84 Revista Dialogos Subjetividades Ciudadanias y Tecnologias Digitales Libre

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  • 1 EDICIN No. 84: LOS USOS Y LAS PRCTICAS DE LA COMUNICACIN ENERO JUNIO 2012. AO DE PUBLICACIN 2012.

    SUBJETIVIDADES, CIUDADANAS Y TECNOLOGAS DIGITALES

    Por: Andrs D. Fonseca1 y Roco Rueda Ortiz2 (Universidad Pedaggica Nacional, Colombia)

    Andrs David Fonseca Daz Universidad Pedaggica Nacional Colombia [email protected]

    Artista, investigador y profesor de la Universidad Pedaggica Nacional. Mg. en educacin (nfasis en arte y tecnologas) UPN. Actualmente es coordinador de los proyectos de arte del programa de educacin infantil de la UPN y se desempea como profesor e investigador en la Maestra en ciencias de la educacin de la Universidad de San Buenaventura. En dicha Universidad, coordina el seminario "Ciberculturas y cibersociedad" y es director de la investigacin "Educacin expandida, cultura digital y creatividad social" (2011-2012).

    Roco Rueda Ortiz. Universidad Pedaggica Nacional Colombia [email protected]

    Doctorado Interinstitucional en Educacin, Universidad Pedaggica Nacional, Bogot, Colombia; doctora en Educacin, Universidad de las Islas Baleares, Espaa. Magster en Tecnologas de la Informacin Aplicada, Universidad Pedaggica Nacional. Docente-investigadora.

    1 Magster en Educacin de la UPN (Bogot-Colombia). Profesor e investigador de la Universidad Pedaggica

    Nacional y de la Maestra en Ciencias de la Educacin de la Universidad de San Buenaventura. Activista digital y Dj/Vj; e-mail: [email protected] Blog personal: http://ciberciudadanias.blogspot.com/

    2 Doctora en Educacin Universidad de las Islas Baleares, Espaa. Magster en Tecnologas de la Informacin

    aplicadas a la Educacin, Universidad Pedaggica Nacional. Docente-investigadora Doctorado Interinstitucional en Educacin, Universidad Pedaggica Nacional, Bogot, Colombia: email: [email protected]

  • Resumen:

    Con base en una investigacin realizada con diferentes colectivos contraculturales en Colombia que usan intensivamente diversas tecnologas de la informacin y la comunicacin, se discute la emergencia de nuevas formas de participacin poltica y de creatividad social. Estas nuevas prcticas sociales tensionan no slo nuestros marcos de referencia sino el ejercicio de la poltica y la existencia misma, a travs de formas del compartir procomunes ligados a nuevas sociabilidades y a la creacin de formas de agenciamiento que resisten el actual curso del mundo. Dichos agenciamientos dan cuenta de la complejidad de esta vitalidad tecnosocial y de la convivencia de formas tradicionales y novedosas de organizacin social y poltica en nuestro contexto. Sin embargo, no se trata de una novedad idlica, es ambigua, y se producen en medio de una permanente tensin con la desgarradora individualizacin que jalona el actual capitalismo.

    Palabras clave: tecnologas de la informacin y la comunicacin, ciudadanas, subjetividad, poltica, educacin.

    Abstract:

    The findings showed here were fulfilled by a research with Colombian countercultural collectives that regularly use information and communication technologies. Such techno-social practices are seen as social innovation forms as long as they struggle against some prevailing

    standardizing cultural and political patterns, and show some alternative forms of commun-ity and knowledge creation. The conclusions are related to the new forms of sharing and spreading knowledge and some novel forms of political and social organization. Nonetheless, this is not an idealistic but an ambiguous novelty, constantly at stake due to the fragile social ties and the merchandizing of knowledge prevailing in the current capitalistic system.

    Keywords: Information and Communication Technologies, citizenships, subjectivity, politics, education.

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    1. Contexto de la investigacin

    Se trata de forzar los lmites de lo posible. No slo resistir sino tambin inventar,

    en actualizaciones de deseo, desde potencias deseantes, formas cada vez ms libres de amar,

    de trabajar, de estar, de pensar... entre algunos, entre muchos.

    Ana Mara Fernndez, 2008

    El texto que aqu se presenta, es producto de nuestro estudio Cultura Poltica, ciudad y ciberciudadanas, realizado entre la Universidad Pedaggica Nacional y la Universidad del Valle con el apoyo de Colciencias, durante el periodo 2007 -20093. Esta investigacin se propuso comprender cmo las tecnologas de informacin y comunicacin, en tanto ciberculturas, son un escenario complejo de interaccin entre sujetos y tecnologas, en el que se estn produciendo nuevas modalidades de constitucin de sujetos que configuran nuevas formas de cultura poltica y de educacin. Nuestro supuesto de partida fue que las categoras de ciudadana, cultura poltica, y de ciudad estn siendo interpeladas y tensionadas por las emergencias de la sociedad contempornea, y en particular por la manera en que experiencias singulares y colectivas en interaccin con los nuevos repertorios tecnolgicos estn configurando nuevos modos de ser, estar y actuar juntos.

    La tesis que sustent nuestro trabajo es que los nuevos repertorios tecnolgicos si bien son una de las formas predominantes de produccin y control actual, al mismo tiempo, son dispositivos

    3 En este estudio participaron personas vinculadas a los grupos de investigacin de Educacin Popular de la

    Universidad del Valle: Roco del Socorro Gmez, Julin Gonzlez, Armando Henao, Vivim Uns y Diana Giraldo. Del Colectivo de Comunicaciones NASA-ACIN fueron co-investigadores Vilma Almendra y Gustavo Ulcu. Del grupo Educacin y Cultura Poltica de la Universidad Pedaggica Nacional participaron: Luz Marina Suaza, Andrs Fonseca, Vladimir Olaya, Lina Ramrez, Yeimy Useche, Yeimy Crdenas y Roco Rueda O.

  • con potencialidad para la expansin de la subjetividad y del deseo, la toma de la palabra y del ejercicio ciudadano (ciudadanas alternativas, ciberciudadanas) y por lo tanto su incorporacin en las prcticas sociales configura nuevas formas de vida basadas en el compartir los mundos en comn. Se trata de experiencias ciudadanas con las que hoy nos relacionamos de manera compleja y cada vez ms inextricable, especialmente agenciadas por las generaciones jvenes, donde estn emergiendo escenarios posibles de y para la accin comn, la produccin y diseminacin de saberes y afectos. De ah que veamos que las tecnologas tengan un carcter poltico.

    La investigacin se propuso para el trabajo de campo la seleccin de seis experiencias en Colombia: 1 en el departamento del Cauca, en Santander de Quilichao: El tejido de Comunicaciones NASA-ACIN; una en Medelln: Corporacin Vamos Mujer (CVM) y 4 en Bogot: Niuton, Mefisto, La Cpsula y Chicas Linux. Se eligieron estos colectivos no slo por pertenecer a cierto rango etreo, socialmente considerado como joven, sino por sus apuestas sociales, polticas y culturales ligadas a una voluntad de conocimiento, de crtica y contracultura frente a la cultura establecida, esto es, por un carcter joven y renovador de la cultura poltica dominante.

    2. Metodologa

    La metodologa utilizada fue de corte cualitativo e intent hacer una etnografa multisituada (Marcus, 2001) que nos permitiera dar una mirada a la red de actores de los colectivos. No obstante, y como sucede en todo proceso investigativo, slo la empata con los sujetos involucrados, ciertos acuerdos y negociaciones permitieron una aproximacin mayor o menor a dichas experiencias y a sus redes de actores. As, con cada colectivo el proceso de investigacin exigi de los investigadores mayor peso en una u otra tcnica etnogrfica: en unos casos ms en las historias de vida colectiva en la experiencia, reconstruyendo la vida singular con personas clave a partir de observaciones participantes y entrevistas en profundidad. Adicionalmente se hizo un seguimiento a las metforas y a las obras como pginas web, blogs, revistas electrnicas, plataformas virtuales, que estos colectivos producen. El perodo de observacin fue 2008-2010.

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  • El seguimiento a las obras de estos colectivos y la observacin y anlisis de las metforas de trabajo en red, fue una posibilidad para conocer a cerca de los usos de los repertorios tecnolgicos y el trabajo social que desarrollan, pero tambin registrar y reconstruir la identidad digital distribuida de los colectivos en donde se evidencian claramente sus trayectorias y agenciamientos colectivos. Otro asunto que se tuvo en cuenta para la ruta metodolgica en esta investigacin fueron entrevistas con los personajes claves en donde se tena por objeto, reconstruir mediante una cronologa de hitos los hallazgos ms relevantes la memoria individual y colectiva de las experiencias en cuestin.

    Una de las cuestiones ms relevantes de este proyecto a nivel metodolgico, es el salto que damos de investigar la apropiacin de las tecnologas de la informacin en contextos escolares en donde son referentes los temas de alfabetizacin digital, como de estudio de brecha, acceso y cobertura de medios, a otras estrategias que vinculan las formas de cultura poltica novedosas, por ejemplo, las movilizaciones sociales globales a las que se adscriben los colectivos, su red de actores, la cultura de uso de los medios, la apuestas educativas que latentes y situadas, configuran un espacio de autoformacin y de creacin de nuevas posibilidades para el ejercicio ciudadano. Ahora bien, esta visin ampliada de las agencias colectivas, nos permita hacer eco de la formas de organizacin emergente que las tecnologas llegan a potenciar y consolidar.

    3. Paisaje Terico

    3.1 Composicin social bottom-up

    El doble proceso de globalizacin y el surgimiento de las identidades comunales, al lado del proceso de individuacin de las sociedades, est desafiando nuestras ideas sobre la subjetividad, la cultura y la poltica. Se trata de dos caras de un mismo proceso de modernizacin reflexiva (Beck, Guidens, Lash, 2001). La individualizacin, que a su vez representa la desintegracin de las certezas de la sociedad industrial, y por otro lado, la compulsin de encontrar y buscar nuevas certezas para uno mismo y para quienes carecen de ellas. El principio de ciudadana entra en conflicto con el de auto-identificacin. El resultado en parte es la crisis de legitimidad poltica y esta crisis involucra otra: la de las formas de sociedad civil. En trminos sociales diremos que

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  • hay un creciente poder de los actores sociales, de la agencia, en relacin con la estructura, pero tambin el lugar de las viejas estructuras sociales est siendo transformado, si no desplazado, en gran medida por estructuras informativas y comunicativas. De ah que autores como Castells (2007) sealen que el nuevo escenario comunicacional que proveen las diferentes tecnologas de la informacin y la comunicacin est configurando una esfera pblica global, la cual est ligada a un tipo de tecnologa que no est predeterminada en su forma por ninguna clase de predestinacin histrica o necesidad tecnolgica, sino que ser el resultado de un vieja lucha de la humanidad por la libertad o domino de nuestras mentes.

    En efecto, la ciudadana parece hoy no referirse a la poltica institucional, sino cada vez ms a la vida social, tanto en la vida cotidiana, local, del cara a cara, como a travs de nuevas formas de socialidad y comunalidad, que se estn produciendo, entre otros escenarios, en el ciberespacio (blogs, chats, listas de discusin, redes sociales virtuales, etc.). Dichas formas novedosas de prctica social se estn traduciendo tambin, en muchos casos, en un trnsito de polticas del tipo top-down hacia polticas informales del bottom-up. Por ello, como lo ha sealado Boaventura de Sousa (1998), es necesario ampliar el locus que la teora liberal ha asignado a lo poltico y por ende a la ciudadana, hacia sectores informales pues buena parte la poltica ocurre en las tramas de redes formales e informales, nacionales y transnacionales, donde aadimos, se entrelazan culturas y tecnologas. En consecuencia, tecnologas, cultura y poltica ms que

    mbitos separados, requieren mirarse de manera compleja y relacional (Rueda, R. 2007).

    Los modelos bottom-up movilizan ms a los procomunes y promueven ms la innovacin abierta entre los participantes de un colectivo, debido a que ejemplifican estructuras distribuidas de intercambio moduladas por la mediacin con tecnologas digitales y permiten expandir los recursos que tiene una comunidad de una manera ms rpida y constructiva que con modelos jerarquizantes del tipo top-down. Un ejemplo de estas dinmicas y modelos bottom-up apoyados en tecnologas de la informacin, son los laboratorios de experimentacin social, como son las comunidades de prctica, los medialabs, los hacklabs y los hackerspaces; en ellos se constituyen plataformas abiertas donde la interdisciplinariedad, la innovacin social, la experimentacin y la creacin de conocimiento opera intensivamente.

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  • En dicho contexto, el semblante de las seis experiencias seleccionadas para nuestro estudio, nos permiten pensar unas culturas alternativas de uso de los nuevos repertorios tecnolgicos, unas formas de reinvencin de la ciudadana y modelos emergentes de composicin social del tipo bottom-up que combinan las dinmicas locales y territoriales con apuestas ms globales. Cuando hablamos de modelos bottom-up, nos referimos concretamente a una estructura entre pares, que parte de abajo hacia arriba y que permite a los actores de determinado colectivo tomar decisiones y participar en conversaciones de una manera ms abierta y donde las jerarquas tienden a difuminarse, aunque como lo discutiremos en las conclusiones, no desaparecen del todo. La razn de ser de algunos de los agenciamientos ciudadanos que revisamos en el trabajo de investigacin, obligan a pensar en redimensionamientos de las figuras polticas de la representacin, que se identifican con modelos top-down, centralizados y burocrticos, distanciando la participacin ciudadana y dificultando articular el deseo y el poder de los ciudadanos.

    La singular potencia de los colectivos del estudio, adems de sus expresiones contraculturales y sus manifestaciones polticas en donde se ensayan formas de organizacin ms adecuadas al tiempo, a su subjetividad y a sus historias, empieza a entrever un tejido micropoltico emergente de escenarios, actores y prcticas que van configurando en diversas escalas exposiciones de procomunes marginalizados por visiones desarrollistas y de progreso, y por determinismos tecnolgicos enunciados por retricas polticas y mediticas del acceso a las tecnologas y de la brecha digital. El asunto de la exposicin del procomn es un asunto del que se hablar ms adelante, pero por el momento, diremos que por el ocaso de las instituciones modernas, por el quebrantamiento de algunas lgicas de participacin formal evidenciadas en la poltica tradicional, por la transformacin tecnolgica y el surgimiento de culturas digitales, las opciones de participacin y de generacin de comunidad y del trabajar en proyectos comunes, viene siendo en la sociedad contempornea una estrategia de participacin cada vez ms potente que subvierte la cultura poltica y modifica a las subjetividades en la medida en que otorga mayor virtualidad a sus ocurrencias e iniciativas y restituye el poder y el saber, posibilitando territorios de experimentacin colectiva.

    Tanto las novedosas emergencias de cultura poltica activadas por la profanacin de los

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  • dispositivos tecnolgicos, como los procesos de formacin y de trabajo liberado que instituyen las experiencias con las que trabaj esta investigacin, inducen a repensar los marcos de participacin ciudadana y los usos sociales de la tecnologas en un pas donde la heterogeneidad estructural de tiempos hbridos (tradicionales, modernos, postmodernos), la capacidad de filtraje de la innovacin es lenta y al mismo tiempo paradjica por la velocidad con que se ha incrementado e impulsado la incorporacin de tecnologas en todos los mbitos sociales. As mismo, los modos de implicacin en trabajo en comunidad demanda un esfuerzo y un tiempo que no muchas veces se despliega por la imperante tendencia al individualismo, la competencia y la sobrevivencia que afrontan estos sujetos. Pero a pesar de estas problemticas estructurales opera un resurgimiento por agenciar determinadas situaciones y participar en una escala local/global en el destino del mundo, haciendo posible a travs de diseos sociales cada vez ms participativos formas de educacin expandida, de ciudadana y de cultura poltica renovada.

    3.2 Poltica y tecnologas enredados

    El campo de la poltica y las tecnologas de la informacin y la comunicacin tiene dos entradas. Una se refiere al uso de dichas tecnologas en la poltica formal y que se conoce como gobierno electrnico (e-gobierno, gobierno en lnea). Aqu se enfatiza un modelo representativo de relacin entre el gobierno y los ciudadanos bajo la idea de que gracias a Internet los gobiernos realizan una administracin ms eficiente, transparente y cercana a los ciudadanos y que las organizaciones y los ciudadanos en general pueden incrementar la participacin democrtica; se trata entonces ms de una extensin de las concepciones y prcticas polticas tradicionales al ciberespacio y de un uso racional, instrumental de las tecnologas (Fuchs y Zimmerman, 2009). Este a pesar de la novedad tecnolgica mantiene un modelo del tipo top-down, jerrquico y descendente, que identifica a la mayora de instituciones modernas.

    La segunda entrada que ha tomado fuerza en los ltimos aos ha girado hacia la poltica informal de los procesos sociales tal y como Lechner (2002) y Boaventura de Souza (2003) la han caracterizado, donde la participacin democrtica se refiere menos al campo institucional y ms al de la comunicacin y de las prcticas sociales emergentes, autoorganizadas y autodirigidas, as como a las maneras como las tecnologas se transforman en dispositivos que

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  • favorecen la movilizacin para la accin poltica, proveen entornos para la interaccin y

    coordinacin de acciones en red y potencian la creacin y participacin de diversas esferas pblicas. Este modelo emergente o bottom-up, presenta un modelo de organizacin horizontal, conversacional y abierto a la innovacin social. El presente texto se inscribe en el camino que ha planteado esta segunda entrada, sin embargo, digamos algo por adelantado: estas nuevas tecnologas tiene un potencial rizomtico y los seres humanos en interaccin con ellas podemos construir ese rizoma, pero ste no se produce automticamente y por tanto debemos estar alertas frente a euforias y determinismos tecnolgicos. En qu consiste entonces ese potencial, cmo se materializa en sujetos y acciones concretas y cmo lo estamos observando en Amrica Latina?

    Entre los acadmicos latinoamericanos de las ciencias sociales existe cierto acuerdo en que los movimientos y colectivos sociales de resistencia en la red pueden imprimir un giro poltico en el rgimen de la propiedad social y el bien comn de la humanidad (Escobar, 2005; Lago et al., 2006; Tamayo, Len y Bush, 2005; Finquelievich, 2000). En este contexto, la comunicacin y las tecnologas han empezado a tomar un lugar de importancia en los movimientos sociales que antes no tenan. As por ejemplo, los movimientos antiglobalizacin o de resistencia global han mostrado formas de articularse en red y una capacidad de redimensionamiento de sus luchas a nivel territorial, a travs de formas de cooperar, y actuar en diversas redes, donde cada proceso local tiene su propio lenguaje y forma de coordinacin. As como estos movimientos sociales, existen tambin colectivos y grupos cuyas prcticas sociales se constituyen en torno a valores culturales, modos de vida y construcciones de sentido (ms all de intereses de clase o sectoriales) y en oposicin a modos de organizacin y comunicacin verticales, burocrticos y rgidos, diramos polticas top-down, de ah que se privilegie la adopcin de un tejido organizacional y comunicativo en red que no obedece directamente a regulaciones estatales, que exige altos niveles de interaccin y que en muchos casos, conjugan formas tradicionales y novedosas de poltica.

    Ahora bien, cmo entender esta novedad social y sus modos de generacin de vnculos, de conformacin de comunidades, de prctica social, de construccin de lo comn unido al uso intensivo de tecnologas de la informacin y la comunicacin? Es evidente que esta novedad social interpela nuestros marcos de referencia tradicionales y modernos y las teoras que les

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  • acompaaron. Si bien reconocemos que las teoras de la accin colectiva y de los movimientos sociales, abren la posibilidad de comprender estas nuevas formas de la poltica al introducir otros protagonistas y prcticas democrticas alternativas a las convencionales, as como una crtica al modelo especfico de racionalidad desarrollado por la modernidad, a nuestro modo de ver stas han observado los actores colectivos organizados alrededor de una identidad (en cierta forma homognea, lo cual permite organizar sus luchas polticas y culturales).

    Sin embargo, diferentes estudios en Colombia (Cf. Cubides, 2010; Delgado y Arias 2008) y nuestra propia experiencia investigativa con diferentes colectivos, a pesar de poder integrarse en una categora como contraculturales, y an en lo que se conoce como movimiento social,

    sus prcticas sociales no encajan o lo hacen de manera parcial en dicha conceptualizacin. stas parecen ser ms ambiguas y resbaladizas. De ah que preferimos acudir a una conceptualizacin doble. Por una parte, desde la subjetividad y el poder tal y como lo han sealado los postestructuralistas como Foucault y feministas de la ciencia y la tecnologa. Esta idea de subjetividad reconoce la heterogeneidad y que por tanto los sujetos sociales estn atravesados por relaciones de poder/resistencia y por lo cual la identidad tiene un carcter no homogneo ni transparente (Flrez, 2004).

    De otra parte, el concepto de multitud que sigue el camino de Spinoza, como lo han desarrollado Negri y Hardt (2000) y Lazzarato (2006) nos puede ser de utilidad aqu para comprender que si bien este socius es una energa social inestable y voltil, se constituye en una voz colectiva que hace resistencia al orden poltico y cultural con una potencialidad poltica insospechada. Se trata de una poltica que no es la convencional, representada en partidos; estos autores acuden al trmino de poltica menor para con ello destacar que no se trata de aquella de los proyectos de largo plazo, de clase, y tampoco responde ni a la masa ni al pueblo. La multitud no es ni el individuo, ni el colectivo, o grupo, es una tensin entre ambos y una multiplicidad de singularidades. La multitud articula afectos y experiencias que son la base para la accin poltica. Es algo situado en medio, es mltiple y al mismo tiempo conforma un cuerpo singular constituido de diversos intereses, experiencias, afectos y relaciones, sin una unidad homognea. La relacionalidad y la cooperacin establecen lo comn que a su vez enfrenta el reto poltico de la diferencia. No obstante esta multitud es tambin impredecible e inestable y creemos tiene el

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  • reto de enfrentar crticamente las desigualdades y ejercicios de poder que internamente le habitan (de ah la importancia de esta doble entrada conceptual y los aportes de las teoras de la subjetividad del postestructuralismo foucultiano y feminista).

    As la comprensin que hacemos de estos colectivos no es esencialista sino que asume la subjetividad en tanto construccin histrica, que adopta diversas posiciones y por lo tanto sus prcticas sociales ocurren en medio de unas historias, lugares y diferentes maneras y fuerzas de poder con las que estos sujetos sociales deben lidiar. Esto es, con las diferentes opresiones que como sujetos individuales y colectivos, les habitan (Galcern, 2009). As, por ejemplo, algunas mujeres indgenas que usan activamente los nuevos repertorios tecnolgicos para participar en luchas globales, lo hacen en medio de relaciones de subordinacin que hacen parte de su esfera comunitaria. O, jvenes artistas productores de obras de netart o de msica electrnica en redes globales de cooperacin y del software libre, que paralelamente deben contratarse en una empresa como desarrolladores de software en el modelo ms individualista y competitivo del mercado. Esto para sobrevivir y subvencionar sus obras libres, que luego donarn a su comunidad o red de artistas contraculturales. Tambin encontramos el caso de jvenes mujeres que participan en redes de software libre donde se plantea la libertad del conocimiento, el compartir y crear colectivamente, pero se trata de entornos fuertemente masculinos, competitivos, donde ellas deben luchar por su reconocimiento, aunque por cierto no se consideran feministas.

    En efecto, vemos que en estos sujetos sociales hay un cuestionamiento de las identidades tradicionales cerradas y opuestas y una apertura al reconocimiento de las diferencias, aunque como sealamos antes no sin ambigedades. Su identidad se construye en relacin a los sentidos y valores que convocan pertenecer a uno u otro colectivo, a veces por largo tiempo, otras de manera espordica. De esta manera, las tecnologas, no valen por s mismas, sino en cuanto agenciamiento cultural, vehiculizando lenguajes, actualizando nuevos soportes, movilizando acciones, articulando expresiones creativas, generando nichos a las obras, ensamblando realidades que desbordan los medios tradicionales de comunicacin (ms bien los actualizan y los remezclan como son las radios alternativas on-line).

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  • Ahora bien, estas nuevas formas de organizacin, se traducen tambin en novedosas prcticas educativas en las que se socializan y se comparten conocimientos, valores y experiencias, mbito en el que vemos tambin una potencialidad para repensar las ciudadanas y la poltica, en tanto consideramos que la accin educativa es, ante todo, una accin poltica.

    3.3 Educacin expandida y rediseo de medios.

    Las prcticas de educacin expandida operan en escenarios en donde las posibilidades de pensamiento e intervencin de lo real son cada vez ms obturadas por la institucionalidad y la formalidad de las prcticas de aprendizaje. Estas prcticas en donde se combina el autodidactismo, la creacin colectiva, las pedagogas p2p, son cada vez ms frecuentes e intensivas en colectivos emergentes y en los procesos de produccin cultural e innovacin social. Un imperativo prctico de estas iniciativas es la necesidad de transformacin social, de produccin de subjetividad y de creacin de alternativas concretas a las estructuras de formacin hegemnicas. Como el estado actual de las instituciones en donde acontecen prcticas educativas adolece en muy buena medida de la potencia y atrevimiento por implementar dinmicas de intervencin creativa, colaboracin y de pensamiento de la realidad, muchos de estos colectivos que participaron en este estudio, evidencian que sus dinmicas de formacin son autodidactas, y tienen la cualidad de constituir prcticas del compartir, instituyentes de comunidad, y donde se ponen en juego valores como el experimentar, el hazlo con otros, el hackear la realidad local y abrir la comunicacin y el saber al mundo.

    La nocin de educacin expandida a su vez participa de la ampliacin de las posibilidades de lo que implica crear conocimiento, estar y ensayar una realidad y producir una subjetividad. Son muchas estrategias empleadas por los colectivos para hacer de la educacin un acto de efectuacin social y subjetivo, como es el caso del colectivo el Niuton, jvenes investigadores de la web y de contenidos emergentes e interdisciplinarios, que construyen una comunidad que tiene como propsito repensar las posibilidades de las disciplinas, el arte, el diseo, la ciencia y la tecnologa, con el fin de problematizar aspectos de lo real y del mundo tecnosocial, bajo una ptica que induce ms preguntas que respuestas. Esta operacin educativa se ve materializada en un medio expandido de comunicacin digital y en la creacin de nuevas esferas pblicas que

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  • alimentan el debate ciudadano y contrastan en efecto las lgicas cerradas y acabadas de distribucin de conocimiento.

    En el caso de la Comunidad Nasa-Acin, se ensayan tejidos de formacin poltica, de trabajo creativo y liberado en torno a las problemticas que los afectan. Esto lo hacen a travs de radio comunitaria, la chiva net, de una plataforma en Internet y la construccin de dinmicas locales de apropiacin de las tecnologas de la comunicacin y la informacin en y con la comunidad. En las chicas Linux los procesos de educacin son extendidos a procesos de autoformacin y de confrontacin con los modelos dominantes de gnero, que movilizan a travs de reflexiones y acciones en torno a las implicaciones de la mujer en un mundo tecnologizado. Por otra parte, est Vamos Mujer, una comunidad de mujeres que con coraje movilizan escenarios performativos en la ciudad para la problematizacin de las prcticas tradicionales del gnero en la sociedad colombiana y establecen diversos espacios polticos y mediticos para la emergencia de saberes, de afectos y de visibilidades.

    Por ltimo est Mefisto y la Cpsula. El primero, con una revista digital acerca de las contraculturas y los urbanismos emergentes, al igual que una mquina de escritura (graffiti) en la ciudad. Mefisto ocupa un lugar relevante en la escena del graffiti en la ciudad de Bogot, adems instala una nueva grfica en donde se evidencian apropiaciones de la cultura popular de formas hbridas que abren y que confrontan al ciudadano de a pie. La Cpsula, colectivo pionero en Colombia en la apropiacin social de las tecnolgicas de la informacin, su trabajo educativo opera tambin en el mbito del autodidactismo y apropiacin de los repertorios para prototipos locales de produccin cultural. El caso de sus tres plataformas (una net radio, una web tv y un blog) y de las prcticas de streaming y de activismo social, resultan amplificando determinados contenidos audiovisuales con poca presencia en la ciudad y abriendo los espectros de participacin ciudadana y la consolidacin de los licenciamientos libres como copyleft y creative commons.

    Otro aspecto muy valioso en el trabajo de los colectivos es el rediseo de los medios (Gitelman, 2006) y la conformacin de ecologas de la participacin y de dinmicas de creacin colectiva (Casacuberta, 2003) en donde los bienes comunes - ya sean el conocimiento, el territorio, el gnero, los espacios de socializacin en la ciudad - son activados y potenciados para establecer dilogos ciudadanos y perspectivas de trabajo en comunidad. El asunto de los bienes comunes, es

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  • hoy un asunto que viene desplegando a nivel terico y en el mbito de las prcticas sociales oportunidades muy interesantes en lo que respecta al ejercicio ciudadano, dado que a partir de estas iniciativas se intuye que es desde el mundo en comn, donde surgen nuevos actores, antes marginados por las prcticas polticas tradicionales; aparecen escenarios concretos de produccin de contexto e inditas prcticas de politizacin de los malestares a travs de agenciamientos de produccin cultural.

    Los bienes comunes obtienen una reafirmacin colectiva y una distribucin abierta por las prcticas que ejercen los colectivos y activan un campo de accin y de resistencia que ampla los marcos de participacin y de cultura poltica a veces tan reacia a la transformacin. Son los mundos comunes, los que son objeto de creacin y de intervencin por estos colectivos emergentes y en los que basan sus propuestas y enunciados; y la gestacin de nuevos ordenes de realidad y la institucin de nuevas articulaciones con los escenarios ciudadanos, lo que se inclina a una suerte de ejercicio constante en donde allegan diversos ciudadanos, profesionales de diversa orientacin disciplinaria, que no se encuentran muy conformes con el estado actual de las cosas.

    Ahora bien, los procomunes que enuncian y visibilizan estos agenciamientos colectivos, participan a su vez de una economa frtil a los intercambios, a la remezcla de contextos y afectos y a la inmersin en escenarios educativos informales en donde las prcticas colaborativas se ven acentuadas por las lgicas p2p, escenarios horizontales donde emerge ms una performatividad que una representacin. La resistencia de estos colectivos es con la consuetudinaria delegacin del poder a otros, con la formalidad en la democracia y con las prcticas jerrquicas top-down muchas veces bien intencionadas de introduccin de los cambios va poltica pblica, estatal, va ordenamiento territorial o planteamiento jurdico.

    Para concluir este apartado, diremos que las prcticas de educacin expandida, la activacin y distribucin de los procomunes, la resistencias creativas operadas bajo el rediseo de medios, se constituyen en potentes referentes de actuacin ciudadana y de participacin poltica, dado que introducen experiencias de participacin abierta en comunidad en donde las subjetividades encuentran lugares en donde subvertir su existencia compartida, aprender de los otros y modelar prototipos de intervencin local que se expresa en usos creativos y geopoticas de la ciudad, en ampliacin de los contenidos y de los saberes de una comunidad, en potenciacin de la

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  • subjetividad y en problematizacin interdisciplinaria e intergeneracional de aquellos rdenes de la realidad que se perciben como inquebrantables e inmutables.

    3.4 Espacios hbridos y ciudadana.

    En el transcurso de la investigacin, fue evidente la importancia para muchos colectivos, de la vitalidad de habitar con otros y otras en espacios off-line, del cara a cara. La vitalidad de estos encuentros, de este intercambio de palabras y de miradas, donde se mezclan los cuerpos, se conspira y se tonifica el pensamiento, dota de mucha consistencia las experiencias en las que participan estos colectivos. En casi la totalidad de ellos, el espacio orgnico es quiz el activante de procesos que son amplificados en los escenarios virtuales, unos con un trabajo comunitario y orgnico ms intenso que otros, otros habitando las calles, las oficinas y agencias independientes y explorando la ciudad a travs de las fiestas, el arte urbano, los bares y los encuentros entre amigos.

    En nuestro estudio, podemos sealar que no hay una oposicin entre lo real y lo virtual (Lvy, 1999), sino que es un continuo, una especie de espacio hbrido que todo el tiempo se est retroalimentando mutuamente. Los flujos en las redes digitales y la constitucin de lugares son en igual medida potencializadores del activismo social y poltico que despliegan los colectivos. En el mbito de los flujos, se encuentran nodos, organizaciones con los cuales hacer red, hacer movimiento, vincularse desde lo local con lo global, como es el caso de la Chicas Linux, con la vinculacin en la comunidad de software libre a nivel internacional; el Niuton con la conformacin de redes como la Redcadsur y la Revista Leonardo; La Cpsula con la articulacin a los movimientos de cultura libre como el colectivo en Barcelona Platoniq. Por otro lado, en el nivel de los lugares se restituye la potencia de compartir con el otro, de intercambiar afectos, de habitar la ciudad que en muchos lugares de nuestro pas, viene siendo objeto de privatizacin y donde se da un decaimiento de las relaciones y de los vnculos sociales.

    Cada vez ms en la vida y cotidianidad de los sujetos, es decir, el espacio de sus relaciones, se desenvuelve en lugares hbridos o anfibios, espacios que coexisten y se interrelacionan. Y es este intersticio entre lo presencial y lo virtual en donde se pueden presenciar en un futuro muy prximo transformaciones de la ciudad y en el ejercicio de la ciudadana. Hoy disponemos de herramientas digitales de visualizacin y de coordinacin de acciones en tiempo real, que hace

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  • que los procesos de comunicacin sean cada vez incorporados a travs de un uso tctico en las acciones colectivas de los movimientos sociales y en general de la ciudadana. Son cada vez ms los ejemplos de esta incorporacin de un uso ciudadano de las tecnologas como el proyecto Hiperbarrio, Geomalla, Escoitar, Cartografas sonoras, Voces Mviles, No2somos+, Safari Urbis, entre otros.

    La pregunta que se plantea en relacin a los espacios hbridos y la ciudadana, es quiz la que se refiere a cules son las herramientas que potencian nuevos aprendizajes entre pares, visibilizan iniciativas ciudadanas y lgicas de participacin creativa en la ciudad. Si la pregunta es por las herramientas, es necesario que el diseo y en especial el design thinking y el urban social design aplicado a asuntos como la educacin y las experiencias urbanas, planteen un pensamiento estratgico y situado al respecto de problemticas locales y as poder expandir la esfera de las intervenciones y de los debates respecto a los mundos comunes. Esto es algo que est tomando cada vez ms presencia dentro del debate respecto a la relacin entre tecnologas y ciudadana y vemos cmo iniciativas, en especial las de cartografa social, empiezan a modelar prototipos de intervencin local y de visibilizacin de procomunes.

    La otra cuestin que a lo mejor resulta siendo un desafo en los prximos aos para muchos de estos colectivos tecnosociales que habitan el sur de Amrica, en la relacin subjetividad, tecnologas y ciudadana, es la que se refiere a la creacin colectiva de narrativas digitales, de experiencias gozosas de subjetivacin a travs de diferentes formatos como son los mapas, el audiovisual, las mediabiografas, lo performativo y lo sonoro, en donde se crea una riqueza insospechada en relacin a lo perceptual, la convivencia y el espacio de los vnculos; a la par, narrativas que cuando brotan, revitalizan las memorias de los barrios y de las subjetividades, memorias menores que han estado en la periferia, saberes olvidados de la contracultura y la rebelda, expresiones de resistencia y de creacin ante una percepcin fragmentada de la ciudad y de los procesos comunitarios. Un desafo importante, que desde una perspectiva de las epistemologas del sur (De Sousa, 2009) y del pensamiento poscolonial, de hacer presente lo ausente, de hacer sentir lo invisible y lo oculto por medio del dispositivo de la narracin y la performance, de ejercer un des-silenciamiento, una toma de la palabra y un encadenamiento de gestos, puede ser potente para repensar asuntos como los de las tecnologas sociales y apropiadas y erigir territorios de convivencia en la ciudad.

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  • 4. Conclusiones y hallazgos

    Con base en la investigacin realizada con diferentes actores sociales, jvenes en Colombia que usan intensivamente diversas tecnologas de la informacin y la comunicacin (Mefisto, la Cpsula, Chicas Linux, Comunidad NASA-ACIN, Corporacin Vamos Mujer) presentamos lo que consideramos es una emergencia de prcticas ciudadanas de saberes compartidos y, en particular, de nuevas formas de participacin poltica y de creatividad social, que se generan en el uso de dichas tecnologas. Dichos agenciamientos colectivos dan cuenta de la complejidad de esta vitalidad tecnosocial y de la convivencia de formas tradicionales y novedosas de organizacin social y poltica en nuestro contexto. Sin embargo, no se trata de una novedad idlica, es ambigua, dado que estas prcticas se producen en medio de una permanente tensin entre las formas de sostenibilidad, la renovacin del repertorio de prcticas sociales situadas y la desgarradora individualizacin que jalona el actual capitalismo. En consecuencia, vemos que en estos colectivos tambin se recrean formas de poder como lo han sealado los estudios feministas, pero no por ello, se deben condenar al fracaso o desechar, pues en sus prcticas sociales y cotidianas, creemos estn grmenes de transformacin social y poltica.

    As pues nos atrevemos a hablar del surgimiento de unas formas de creatividad poltica como una de las caractersticas de estas formas de agrupamiento y accin colectiva, y se expresa de diversas maneras. Una, en la articulacin entre formas heredadas de la poltica y formas emergentes, como se desarrolla de manera especial en este estudio en el colectivo NASA-ACIN y el colectivo Vamos Mujer. En dicha articulacin se dan cita diversas formas de accin y gestin donde se reproducen formas clsicas de la poltica formal, se recrean prcticas heredadas de trabajo asociado y emergen tambin novedosas formas de despliegue poltico como las que se advierten en el trabajo intensivo de formas expresivas y en relacin con los repertorios tecnolgicos para producir obras y para extender, vivificar y favorecer vnculos con individuos y con agentes sociales, organizaciones, gobiernos y movimientos locales y globales, que unos aos atrs apenas eran impensables. As mismo hay un uso de viejas y nuevas tecnologas que se adapta a las circunstancias y a los diferentes niveles de apropiacin de las mismas por los sujetos con los que establecen interacciones, como el caso de la Chiva net del colectivo Nasa-Acin para aquellos lugares donde no hay conexin a la red.

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  • Otra caracterstica es la configuracin de espacios hbridos on y off-line- de encuentro, del decir y del hacer individual y colectivo, del derroche de las formas, de la descentralizacin de jerarquas, de la resistencia creando, que funciona de manera instituyente. La construccin poltica de estos colectivos se sostiene en la edificacin de lazos colaborativos dentro y fuera de la red, en comunidades de significados (o marcos de interpretacin) y de proyectos-trayectos como posibilidad de entrar en dilogos con otros y construir horizontes de sentido comunes, modificando el mundo en sus formas de convivencia, en las maneras de estar juntos, en la pluralidad y en la mixtura de viejas y nuevas tecnologas y la afectacin de los espacios off y on-line como una manera de participar en diversas esferas pblicas contempornea.

    Una tercera condicin tiene que ver con la tensin marginalidad-inclusin, pues si bien algunos colectivos hacen parte de movimientos sociales y populares, cuya resistencia tiene que ver con una fuerte reivindicacin de los derechos ciudadanos, una lucha contra las diversas formas de injusticia y una bsqueda por compartir las experiencias de marginalidad sufridas en carne propia, tambin es cierto que, en otros casos, no existe propiamente este sentimiento de vivir en la marginalidad o la exclusin. Se trata de colectivos que diremos estn incluidos, de capas medias, con estudios universitarios, trayectorias profesionales en sus campos de formacin, y que siguiendo a Lazzarato (2006) y a Bifo (2007), podemos decir responden a esa capa social de los nuevos trabajadores inmateriales. Pero ellos y ellas no estn satisfechos con el estado de cosas, son sensibles a la injusticia y desigualdad de la sociedad contempornea y participan espordicamente en marchas o movilizaciones contra stas; se perciben siempre en relacin con otros local y globalmente y suean con un mundo mejor. Sin embargo, sus temas hoy tienen que ver con el medio ambiente, los derechos a la informacin y el conocimiento, la crtica al consumismo, las tecnologas de punta, pero tambin las locales, el rediseo tecnolgico, etc.

    Otro elemento es un novedoso uso del lenguaje (mediado o no mediado tecnolgicamente). Se trata de un lenguaje que instala un aprendizaje social, donde se incita a tener voz propia, que se traduce en algunos colectivos como el do it yourself, expresin que si bien paradjicamente en el actual mundo productivo y de los programadores tiene una carga de competitividad, eficientismo e individualidad, aqu se traduce en el desilenciamiento, o la toma de la palabra, a travs de intervenciones callejeras, posters, blogs, pginas webs, videos, donde las tecnologas

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  • devienen lenguajes ms cooperativos, ms horizontales, mltiples, y se mezclan con las metforas, ironas, sarcasmos, en fin, con el humor que es comn y al mismo tiempo singular en

    estas subjetividades sociales. Humor y toma de palabra que opera como un reencantamiento de las prcticas sociales locales-globales, inmediatas-diferidas que pueden conducirnos a novedosas formas de creatividad social.

    De otro lado encontramos prcticas de lo que algunos han denominado educacin expandida, a travs del aprendizaje entre pares, pero tambin a travs del encuentro intergeneracional que ha creado un suelo propicio para el reconocimiento de saberes y experiencias que provienen de diferentes tiempos, espacios y formas educativas. Las relaciones de autoridad y conocimiento se tensionan, y se aprende un nuevo lenguaje en medio de prcticas de fraternidad y amistad, removiendo a su vez modos de organizacin poltica en el interior de los colectivos, tensionando formas tradicionales de jerarqua y toma de decisiones colectivas. La educacin se considera como una prctica social expandida y colectiva, y no tanto como un proceso individual de aprendizaje. Este hecho cotidiano de aprender entre pares fomenta una inteligencia colectiva, que entendemos como lo dice Sloterdijk (2008), una inteligencia que es como el lenguaje y las emociones, no es la inteligencia de un sujeto, sino un entorno o un sistema de resonancia donde sujetos creadores son capaces de estar en contacto con muchos otros, trabajando de manera liberada y en espacios-tiempos diferentes, con una conciencia planetaria. Se trata de una educacin expandida que tambin concibe el conocimiento de otra manera. Para la mayora de los colectivos la relacin con las tecnologas est atravesada por una apuesta poltica de creacin de contenidos abiertos por oposicin a prcticas propietarias de los bienes comunes-, de acceso gratuito y que invitan a seguir creando, a la experimentacin y a la difusin del conocimientos (a travs de licenciamientos tipo Creative Commons, o Copy Left). Este asunto para nosotros moviliza no slo alternativas de co-existencia, sino que de alguna manera est promoviendo un descentramiento de las figuras modernas de disciplinamiento, alfabetizacin y formacin. Poner en entredicho, a travs de unas formas de ser y de trabajar, de pensar y de sentir, un conjunto de dinmicas sociales establecidas como las de autora, la recepcin o consumo, la propiedad intelectual, el trabajo individual y competitivo, es un ejercicio ciudadano, formativo y poltico que opera no slo confrontando los grandes relatos, sino estremeciendo los marcos existenciales de la subjetividad.

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  • Tanto el quehacer cultural y poltico de los sujetos sociales vinculados a movimientos sociales, como el de los que transitan principalmente en entornos ciberculturales estn promoviendo formas de hacer poltica aprovechando las potencialidades de los nuevos repertorios tecnolgicos. En algunos casos el peso y eje de accin lo tiene una poltica mayor o de proyecto en la que ubicamos a los movimientos sociales de mujeres por ejemplo y, para otros, se trata de una poltica menor, o del acontecimiento ligada a la cotidianidad, a las acciones incidentales, a los afectos y a los lazos de amistad. Sin embargo esto no quiere decir que una y otra poltica no se entremezclen, se confudan en algunos casos, donde de hecho aparecen a veces difusas, a veces de manera contundente en las historias de los sujetos sociales, las ofertas de sentido que cada poltica ofrece junto con sus prcticas sociales, valores y acciones. En ambos casos se trata de una poltica relacional, no del consenso, sino de redes de posicionamientos diferenciados, donde se instalan nuevas legitimidades de vida y accin conjunta, un entre, un nosotros que constituye formas emergentes de ciudadana y de cultura poltica que la academia est en mora de comprender y sobretodo en mora de entrar a participar activamente en ellas.

    Para concluir, diremos que las prcticas sociales de estos colectivos representan un ejercicio cultural y poltico, que es por cierto contradictorio, intermitente y ambiguo en sus acciones, entre otras por el carcter de heterogeneidad estructural de un pas como el nuestro, pero se pone en juego all la transformacin de la cotidianidad, de la vida social, en sus valores y objetivos prioritarios, as como la capacidad de convertir algo en global desde la habilidad de ensamblar informacin diversa y generar nuevas configuraciones de sentido y formas de habitar el mundo, como lo muestran en diferentes niveles y contenidos los colectivos presentados. Asistimos pues a la reconfiguracin de las relaciones entre cultura y economa, de las relaciones de poder y los conocimientos globales y locales y a la emergencia de subjetividades individuales y colectivas que se mueven entre las inequidades e injusticias estructurales de vieja data en nuestras sociedades y las seducciones del actual capitalismo y sus modos de capturar la fuerza y la vitalidad de nuestros cuerpos-mentes en aras del mercado y el consumo. De ah que sea necesario acudir a instrumentos conceptuales que nos permitan comprender estos fenmenos compuestos simultneamente nuevos y viejos y, al mismo tiempo, percibir la vitalidad de esta creatividad social que construye subjetividades en relacin a redes de posibilidades singulares

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  • pero tambin de accin de lo comn y donde lo poltico y por tanto el ejercicio ciudadano, estn ms all de la poltica y la ciudadana como las habamos comprendido.

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