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LIBROS Y NOMBRES
DE CASTILLA-LA MANCHA
OCTOGÉSIMOSEPTIMA ENTREGA
87 Año III/ 11 de octubre de 2012
Eduardo Sánchez Beato (izqda.) y Baltasar
Magro. Foto David Pérez; La Tribuna
Baltasar Magro
La luz del Guernica
Roca ediciones, Barcelona, 2012
El periodista toledano Baltasar
Magro presentó en la Biblioteca de
Castilla-La Mancha el pasado 4 de
octubre su última novela La luz del
Guernica. El acto estuvo organizado
por la Librería Hojablanca. La
presentación corrió a cargo del pintor
Eduardo Sánchez Beato cuyo texto
reproducimos a continuación:
Muy difícil es hablar de un pintor, más
fácil es observar su pintura porque ella
sola dice más. Una exposición para un
artista es un motivo de unión con un
grupo de personas...” Así comienza el
escrito de presentación de mi primera
exposición individual, en 1967. Su
autor: Baltasar Magro Santana.
(Coincidencia en la escuela de
magisterio. Pintura, teatro (Pigmalión),
Bertolt Brecht, Beckett. Años de
inquietudes juveniles: Film Ideal,
Cuadernos para el diálogo,
Interpretación de los sueños de
Freud...Paseos por Toledo, el café
Español. Vuelo a Madrid, estudios de
periodismo, entrevista en el Alcázar de
Toledo. Televisión, Documentos TV.
Informe semanal y finalmente la
literatura: El círculo de Juanelo, En el
corazón de la ciudad levítica, La hora
de Quevedo, La luz del Guernica).
Estamos en la Biblioteca de Castilla La
Mancha, ubicada en el Alcázar de
Toledo, un lugar convertido durante
muchos años en símbolo franquista, en
un modelo de espíritu guerrero y, aquí
vamos a presentar un libro que nos
cuenta, pormenorizadamente, el proceso
de creación del alegato más contundente
contra la guerra que se haya pintado
nunca. Al menos, el más universalmente
conocido. ¿Es una paradoja o es la
Historia que toma su venganza? En este
palimpsesto histórico sobre el que
estamos sentados, conviven el Museo
Nacional del Ejército y la Biblioteca, la
pluma y la espada que diría Garcilaso.
Y esperemos que la pluma siempre esté
sobre la espada y sea capaz de
controlarla.
Y de pluma se trata, así que vamos a
hablar de tu libro, Baltasar. Que a eso
hemos venido. Arte y guerra; Picasso y
Mola: un encuentro en Italia, fabulado o
no pero, como dirían los italianos se non
é vero é ben trovatto, es el que inicia
una aventura apasionante, la mayor
aventura jamás contada: una aventura
de creación. Un Mola curioso,
aficionado a la fotografía y a la
arqueología. No sé las fuentes
documentales en las que te basas, ni
falta que me hace, pero desde luego, la
recreación del personaje es fantástica.
Picasso, llevado a Roma por Cocteau
para trabajar en su obra Parade,
colabora con Serge Diaghilev,
realizando los decorados y diseños de
figurines cubistas, conoce a Olga
Koklova que será su primera esposa y a
Stravinsky, descubre nuevos mundos y
aprovecha su estancia para ejercer de
turista. Aparece en Florencia, un sueño
para todo artista: Giotto, Boticelli,
Leonardo, Miguel Ángel, Ghiberti,
Brunelleschi... Y, Pedro Pablo Rubens,
con un mural impresionante: Los
desastres de la guerra, en el palazzo
Pitti. Un cuadro que posteriormente
estará muy presente en la mente de
Pablo Picasso durante la realización del
Guernica.
La novela dará un salto de 20 años,
de1917 a 1937 y nos encontramos con
un Picasso en París, en plena crisis
creativa. Ha estado tanteando maneras
de escapar de esa crisis buscando otras
posibilidades de expresión y termina
volcándose en la escritura, llevando
consigo una libreta en la que va
apuntando sus sensaciones, sus
pensamientos. Sus primeros escritos,
tras su ruptura con Olga, son de 1935.
Tristes y melancólicos.
Hoy es jueves y todo está cerrado, hace
frío alrededor del mundo hecho trizas y
una araña sobre el papel donde
escribo...
La luz del Guernica está salpicada de
estas viñetas ilustrativas que dan voz a
su protagonista y nos acercan a la
intimidad de sus pensamientos y de su
vida diaria. Son una clave necesaria
para su comprensión. En algunos no
dejan de aparecer rasgos de humor:
pg.167
Son ensayos de escritura automática,
surrealista, casi dadaísta.. No hay que
olvidar que el surrealismo también
influyó en Picasso, una esponja que
absorbía y transformaba cuanto tocaba y
contaminaba a quién se acercaba. No
dejaría ya de manifestar sus
pensamientos a través de la escritura,
pero el bache creativo (pictórico) estaba
allí.
Años antes había conocido y abordado
en la calle a Marie–Thérèse Walter, casi
una niña, casi un secuestro...Hoy en día
estaría procesado, como Polansky en
EEUU. Los acontecimientos se
suceden: el nacimiento de su hija Maya
que aceleró su ya complicada relación
con Olga, la petición de ayuda a
Sabartés, la guerra civil española y una
pre-cuela del Guernica, que dirían los
modernos: El Minotauro...
La novela nos acerca a la cotidianidad
del artista, nos muestra un Pablo
maniático, exigente, celoso de los
rastros que va dejando su existencia. Un
ejemplo: pag. 233
A partir de aquí, Baltasar Magro, nos
sitúa al personaje en el ambiente social
en que se mueve, en su entorno familiar,
con esa especie de corte que le rodea,
con las informaciones que le llegan de
la guerra española, las presiones que
recibe para que manifestara sus
simpatías por la república, algo que no
presentaba dudas. Ahí estaba su cómic
grabado Sueño y mentira de Franco.
En este contexto, Pablo recibe del
gobierno español el encargo de pintar
un mural para el pabellón de España en
la Exposición Universal de París.
Desde este momento el libro se
convierte en una maravillosa
descripción de todo el proceso creativo,
en el fondo, de cualquier proceso
creativo y de la ejecución del Guernica,
con pelos y señales. Las dudas, los
avances, los titubeos, sus numerosos
bocetos, los estudios previos, todo
queda fielmente reflejado. Es como si
nuestra mano siguiera los impulsos y los
trazos del genio. Una galería de
personajes pasean por la novela y por el
estudio de Grands-Augustins: Paul
Eluard, José Luis Sert, Luis Lacasa,
Juan Larrea, José Bergamín, Max Aub,
nuestro Alberto, Alberto Sánchez el
escultor toledano que estaba trabajando
en su El pueblo español tiene un camino
que le lleva a una estrella, y por
supuesto la imprescindible Dora Maar,
amante y fotógrafa que documentó día a
día los avances de la pintura.
No voy a seguir destripando el libro que
tiene un final sorprendente que cierra el
círculo comenzado con el encuentro
entre Picasso y Mola, ni tampoco voy a
decir si Picasso termina o no termina el
cuadro. Quizás continúa hoy vivo y
seguimos recreándolo y enriqueciéndolo
con miradas renovadas que prueban la
atemporalidad de la obra y la vigencia
de su alegato contra la violencia.
Para terminar no me resisto a recurrir a
una cita de María Zambrano en su libro
“Delirio y destino”:
Es peligroso mirar las imágenes, los
iconos, y tanto más peligroso según la
categoría de la “esencia” que apresan.
Siempre se supo: mirar una imagen
puede dejar hechizado a quien la mira;
puede ser mortal.
Y aún otra
Y sin embargo, no hay amor que no
cree una imagen, que no se alimente de
ella y no se dé, al mismo tiempo, como
en sacrificio.
Eduardo Sánchez Beato
Alcázar de san Juan (de
Cervantes) 1931-1939
Felipe Molina Carrión
Biblioteca Oretana, Puertollano, 2012;
240 pags
El texto que ahora presentó es fruto de una
recopilación de más de cinco años de
trabajo que comenzó en el año 2006,
cuando se me planteó, junto a otros
historiadores, la posibilidad de participar,
por parte del Patronato de Cultura de
Alcázar de San Juan, en la investigación
sobre el periodo republicano comprendido
entre 1931 y 1939 en nuestra ciudad.
Fruto de este esfuerzo, la revista Tesela,
editada por el Patronato de Cultura, publicó
dos de mis estudios “Cartas
Republicanas” (Alcázar de San Juan, 2007)
y “Alcázar de San Juan (1936 – 1939),
punto clave en la defensa de Madrid”
(Alcázar de San Juan, 2007), que tocaban
aspectos distintos sobre el periodo
anteriormente citado.
Mi trabajo no concluyó aquí; continuó con
mi participación en tres Congresos
Internacionales. El primero de ellos fue las
VI Jornadas de Historia Contemporánea
en la Facultad de Geografía e Historia de
la Universidad de Oviedo (10 al 13 de
marzo del 2008) con la comunicación
titulada “Las relaciones internacionales
después del Crack del 29 en la prensa de
Alcázar de San Juan (1931 – 1939)”; el
Segundo, en Barcelona, organizado por la
Universidad Autónoma, denominado
Congreso Internacional Europa, 1939:
El año de las Catástrofes (22 al 24 de abril
de, 2009), donde participé con la
comunicación “La lucha contra el
Fascismo desde la prensa de Alcázar de
Cervantes (1936 – 1939)”; el tercero, en
Barcelona, también organizado por la
Universidad de Barcelona, Congreso
Internacional sobre “La Dictadura
Franquista: La Institucionalización de
un Régimen”. Allí, junto con el
historiador, archivero y amigo Francisco
Atienza presentamos la comunicación “La
enseñanza en Alcázar de San Juan (1930
– 1950). Depuraciones Franquistas tras la
Guerra Civil. El magisterio como
ejemplo”. Esto me ha permitido presentar
ahora este estudio, obra de síntesis, donde
se analiza política, economía, sociedad y
cultura de este década de trasformaciones
para la ciudad, la provincia y el país.
No pretende ser el estudio definitivo sobre
la II República y la Guerra Civil en la
comarca alcazareña; para nada. Creo que es
un tema tan amplio que queda mucho por
hacer y mucho por investigar. Pero sí que
creo que puede darnos una serie de claves
de análisis donde nos explique las
esperanzas puestas por las gentes en la
llegada de la República; su posterior fracaso
y el desencadenamiento de la guerra y el
papel que desempeñó Alcázar de Cervantes
en el conflicto, como centro logístico y
nudo de transporte vital para la defensa de
Madrid y de la retaguardia republicana.
La dualidad de los nombres con los que
juega el título pretende referirse a estos dos
momentos; República y Guerra, pero sin
olvidar que no se puede comprender el uno
sin el otro, ni el otro sin el uno. La primera
vez que aparece Alcázar de Cervantes como
nueva designación de la ciudad en un
documento oficial es en un acta de una
sesión plenaria municipal del 5 de
diciembre de 1936. Ya en octubre del
mismo año el consejero comunista Emilio
Tajuelo había propuesto el cambio del
nombre a la corporación. El 5 de marzo de
1937 se debatió, apoyándose por
unanimidad Por ello invito a los lectores a
acercarse a este texto, no para sentar las
bases de lo investigado hasta la fecha, sino
para intentar conocer algo mejor su pasado
más próximo.
Además significaba para mí un reto
concurrir a la convocatoria de los VII
Edición de los Premios “Oretania,” que se
han arraigado en nuestra Comunidad, como
uno de los más prestigiosos galardones que
puede tener un investigador de lo social.
Por tanto, era para mí una necesidad poder
participar en esta convocatoria con este
estudio de momento histórico que presenta
un enorme Introducción del autor
La destrucción del Patrimonio
Artístico español
W. R. Hearst, el gran acaparador
José Miguel Merino de Cáceres
y Mª José Martínez Ruiz Eds. Cátedra, Madrid, 2012
El catedrático de la U.P.M. José Miguel
Merino de Cáceres ha dedicado gran parte
de su labor investigadora al expolio del
patrimonio artístico y arquitectónico
español. Se le conoce en Guadalajara por
su estudio sobre el monasterio de Óvila
(Trillo), fruto del cual ha sido el libro
"Óvila, setenta y cinco años después (de
su exilio)" (Editores del Henares, 2008).
También ha salido en los medios de
comunicación a finales de primavera por
sus acertadas declaraciones acerca de la
falsedad del claustro “de estilo románico”
de Palamós (Gerona).
La editorial Cátedra acaba de publicar su
obra “La destrucción del Patrimonio
Artístico Español”, de la que es coautora
María José Martínez Ruiz, profesora de
Historia del Arte de la Universidad de
Valladolid. El libro está dedicado a la
visión de William Randolph Hearst como
coleccionista compulsivo de arte en el
primer tercio del siglo XX, y de su agente
en España Arthur Byne, que compró para
él (y le revendió con buenas ganancias
numerosos ejemplos de arte español,
destacando (por arte y por su volumen)
los monasterios de Sacramenia (Segovia)
y el ya mencionado de Óvila (Trillo,
Guadalajara). Dice en la contraportada:
“He aquí el recuerdo de un rico legado
artístico que en una época, no tan lejana,
dejamos escapar”. Desgraciadamente, la
actividad de Hearst y sus agentes no fue
más que uno de los distintos casos de
expoliadores-compradores del patrimonio
español.
José Luis García de Paz
http://www.elheraldodelhenares.es/3-10-2012
Los símbolos en los confines de
La Mancha
Pascual Uceda Piqueras
Editorial: Asociación de Divulgaciones
e Investigaciones Históricas (ADIH)
Murcia, 2012; 174 pags.; 18 €
La muerte, valga la paradoja, es un
hecho vital. No hay vida sin muerte. Y
aunque sea cierto que a nivel molecular
e incluso celular, no hay grandes
diferencias entre la muerte humana, la
animal y la vegetal, sí es cierto que el
hombre es la única especie biológica
que conoce el hecho de que debe morir
inexorablemente y de ahí su deseo de
trascender. Esta trascendencia no radica
exclusivamente en permanecer en la
memoria de las gentes sino de acceder a
otro tipo de vida permanente, lo que trae
consigo la idea de otro mundo distinto,
regido por reglas eternas.
Muchos han sido los investigadores que
desde la aparición de las inscripciones
de Alatoz (Albacete) en 1996 se han
afanado en su desciframiento. Por ese
juego de casualidades nunca definidas y
menos aún comprendidas, el autor de
este libro se tropieza con ellas, y
utilizando similares mecanismos a los
empleados en la hermenéutica literaria
consigue adentrarse en los abismos
pluri-significativos del símbolo hasta
desentrañar su sentido. Les presentamos
un libro revelador, enigmático, pero a su
vez histórico; donde mediante un
complejo sistema de relaciones el autor,
no sólo logra poner al descubierto el
mensaje encriptado durante siglos en el
dintel de acceso a una antigua casa
situada en la comarca de La Manchuela
(entre Albacete y Cuenca); sino que
contribuye a rescatar del pasado la
memoria perdida de un pueblo. Página web de la Asociación de
Divulgaciones e Investigaciones Históricas
(ADIH)
María Antonia Ricas Peces
Conectada
Ed. CELYA, 56 pags. 10 €
Cuando el romanticismo de la rosa y el
cisne envejece y dormita en los verdes
hospicios poéticos del tiempo; cuando
los ojos «claros y serenos», los de
«dulce mirar», van floreciendo el sepia
de las fotografías ancestrales; cuando el
presente impone su aspereza de modos e
instrumentos, la Poesía -sustancia de
experiencia, aroma temporal, veneno
del olvido- hoza en la realidad en busca
de las trufas enterradas en los
desguazaderos de las pandemias
tecnológicas. Y, he aquí, que una
parcela de actualidad, el webcam,
irrumpe como escenario erótico, lejos
de los eufemismos cortesanos, muy
lejos de las ambigüedades amorosas.
Una promiscuidad informática, desnuda
de pudor, fresca de voces claras y
precisas, directa y lúbricamente
explícita, se engarza en una lírica de
versos ágiles e insinuantes, ligeros
como la mano que acaricia, sedosos
como los dedos que confortan.
«Conectada» es el título del libro. Y en
la producción de María Antonia Ricas
no es un libro aparte, no es un cambio
de orientación ni una variante en su
obra poética. Ni en su estilo -elegante,
culto, vigoroso- ni en su temática -lo
femenino, la sensualidad, el deseo- se
aprecia un distancia; miento, una
desviación, una impostura. Fiel a su
concepción de la poesía, fiel a su amor
por la palabra, fiel a sí misma en su
quehacer artístico, no desdeña el mito
contemporáneo de la comunicación
electrónica como no lo hizo con otros
mitos literarios de civilizaciones
antiguas y lejanas. Libre de prejuicios
localistas su escritura se universaliza
con el acopio de materiales de otras
culturas, exhibiendo su maestría en la
ductilidad de los diálogos y en la
asunción de las intimidades de cuantos
personajes devienen en interlocutores.
Si no hay discontinuidad sí hay salto.
Un salto cualitativo. El juego de los
sentidos -tan del gusto de María
Antonia- entra en una fase abiertamente
tácita: el sexo. Sin eufemismos ni
retóricas. Un ceremonial de entregas y
satisfacciones sostenido por la
inmediatez del webcam. Un lenguaje
donde el deseo satura toda evasiva
distracción de su objetivo, donde la
poesía gira en torno de su propio vértigo
sexual, donde la palabra es piel
intensamente erotizada. Así pues,
«Conectada» es una desemboca- dura
de esa corriente sensualista de la poesía
de María Antonia Ricas. Novedosa y
arriesgada pero impecable y absorbente.
Los poemas discurren con la velocidad
apasionada que la sangre invoca, incitan
y requieren con la urgencia del fuego de
los cuerpos. Y una vez leídos,
incorporados a la intimidad del lector,
abrasan la soledad de la imaginación
desprevenida.
Jesús Pino/ Prólogo del libro
Mª Antonia García de León
A 300 km. por hora
Ed. Cuadernos del Laberinto, Madrid,
2012; 92 pags.; 10 €
El pronombre hallado
La lectura de los poemas contenidos en
“A 300 kilómetros por hora” me
introduce en secuencias de celebración
cuyos orígenes me resultan familiares
en sus fuentes y encrucijadas,
predisponiéndome a la escucha poética
siendo parte aludida. A lo largo de
todas las épocas, las mujeres ingeniaron
estrategias para vadear cuatro mil focos
ardientes de persecución simbólica
patriarcal, de efecto omnipresente y
abrasivo sobre la consustancialidad
femenina. Aquellas antecesoras, que Mª
Antonia adjetiva valientes y que
podríamos datar desde el Neolítico,
fueron expulsadas de la historia y
despojadas de sus hechos y
contribuciones a la civilización, a causa
del insidioso malentendido de su
incapacidad genérica. La hegemonía
varonil, aferrada a todos los poderes,
levantó baluartes de distinto aspecto y
uso contra sus congéneres, como ellos
mismos dotadas de creatividad para
imaginar palabras, versos, gramáticas, o
construir elipses, músicas, faros y
astrolabios. En tal estado de certezas, ya
inamovibles, que nos despojaron de
referentes culturales de gran valor, este
libro vuelve a registrar con energía el
revolucionario Yo, conquistado en su
mayúscula femenina. Al adscribirlo su
autora a la condición de objeto
encontrado e instalar en él la voz de
Arquímedes, transparenta una
dimensión de tiempo y una tonalidad de
humor y paciencia investigadora
universalmente reconocible, aportando
novedad estética en atmósferas
particulares. La célebre exclamación
¡Eureka! subyace y se replica en eco
bajo las bóvedas del umbrío solar
arqueológico común. Nosotras venimos
de un Mundo Antiguo, es un verso
central, felizmente hallado, que nos
reclama como seres culturales con
derecho al libre vivir, a desear, soñar,
crear, elucubrar, deambular. La parte de
genealogía rescatada que aún se nos
debe en la transmisión del conocimiento
y de los saberes vitales, encuentra vuelo
en este libro por investidura poética en
otros personajes del yo de la viajera,
peregrina por lugares imaginarios de
culto feminista. Recibo la exultante
rienda suelta de asertividad y franca
alegría que guía el pulso de este libro en
su conjunto como si de una conjura
contra la opresión se tratara, como un
definitivo impulso de adiós a
repertorios y refinados modelos de
corsés, visibles o invisibles, todavía
amenazadores para nuestros cuerpos y
nuestra psique. Adueñarse del propio
yo individual e incluirlo en el simbólico
es un sentir metonímico, supone ser,
con toda justeza, parte de una de las
epopeyas de liberación más lentas en la
historia del mundo. ¿Slow-life,
adelantada al enunciado alternativo de
hoy mismo?. Convocándonos a
compartir la crónica de su viaje, veloz
en el deseo, aligerada de trabas en la
experiencia, contenida en las
emociones, Mª Antonia García de León
se convoca a sí misma para situarse
ante sus lectores con una nítida
determinación: sortear el prestigio
climático de ciertos pesimismos que han
asolado numerosas vidas. Lo que ella
nombra y disfruta como fe de vida
remite al valor concreto de decisiones
que permite a mujeres en muchas partes
del mundo -si somos capaces de
mantenernos en pie, avisa- sentir el
pulso de sus emociones por haber
tomado las riendas de sus vidas. A
grandes rasgos, esta es mi recepción tras
una primera lectura. He tratado de no
prefigurar el descubrimiento placentero
de avatares, paisajes y sentencias que
destilan los poemas. Sus climas han
sido elaborados con economía suficiente
para despertar la curiosidad indagatoria
en distintas direcciones, según las
afinidades sensibles que despierte en los
lectores. Por lo demás, como dijo la
genial Marosa de Giorgio, los libros
saben andar. El que aquí comienza se
independiza, abre su cuaderno de
bitácora, pone rumbo al azar de una
nueva travesía. Margarita Borja:
prólogo del libro
DIEGO SANZ: AUFHEBUNG. ED.
NAUSICAÄ, 2008.
FRANCISCA GATA AMATE: CINE NEGRO.
EDICIONES VITRUBIO, 2012
Uno de los placeres a los que renuncias,
por meterte a la vez en tantos
berenjenales, es encontrarte en la calle
Ancha con un amigo al que hace tiempo
que no ves y estar charlando con él una
hora. Con Diego Sanz (Albacete, 1958),
no renunciamos. Pasamos de los tres
cuartos. A Paqui Gata (Monesterio,
Badajoz) la he visto mucho por el
Parque, pero tampoco hemos podido
alargar la charla. Es lo que tiene una
ciudad como Albacete, que los circuitos
se cruzan con facilidad, pero cada uno
ha de atender a las exigencias del suyo:
la vana solicitación de la hora, que diría
Valle Inclán. Sin embargo, lo que sí
hemos podido es intercambiar los
últimos libros escritos, y de este modo
he prolongado la conversación callejera
con la de los poemas de cada uno de
ellos. Ambos se han marcado retos
similares: han escrito libros de género.
La metafísica y la literatura policiaca se
prestan más al ensayo y a la novela,
respectivamente, que a la poesía. Pero
hay antecedentes. Siempre hay
antecedentes. Así, a bote pronto, en
poesía metafísica me viene a la cabeza
el poema Momento de Juan Eduardo
Cirlot. Es el que más me gusta entre
otros muchos. En cuanto a intentos de
trasladar el mundo de la novela negra a
la poesía, recuerdo el libro Serie negra
de Luis Alberto de Cuenca. De todos
modos, tanto Diego Sanz como Paqui
Gata han afrontado sus retos sin
complejos y dejándose llevar por la
inspiración. Decía Valente que el poema
no admite aprioris, es decir,
imposiciones previas a su composición.
No parece que la elección previa del
tema haya encorsetado estos libros. En
todo caso, tengo que confesar que soy
un lector de poesía algo maniático y los
ritmos me distraen si no se ciñen a lo
que entiendo por tradición.
En las reflexiones con las que cierra su
poemario, Diego Sanz se pregunta si se
puede escribir un libro de poemas desde
la estricta racionalidad. Supongo que se
refiere a si se puede escribir poesía solo
con reflexiones abstractas, sin asidero
en los sentidos. Le hice a Gimferrer una
pregunta parecida hace muchos años.
Me señaló que Berceo, para explicar
cómo era el cielo, tuvo que recurrir a un
prado “verde e bien sencido”, para que
los lectores pudieran verlo. Porque la
poesía persigue la emoción y es más
fácil conectar con el sentimiento desde
los sentidos, es decir, desde las cosas
tangibles, que desde los simples
pensamientos. Es la función de los
símbolos. Contrariamente a lo que
pudiera colegirse de su pregunta, Sanz
utiliza los sentidos para ilustrar los
poemas y el personaje que nos habla
desde sus versos no es un erudito que
argumenta, sino un tipo como nosotros
que duda y que formula sus
interrogantes desde experiencias
cotidianas. Un ejemplo es la pieza que
da nombre al libro, Aufhebung: “Bajo la
plácida superficie de la verde laguna,/
se arremolinan los pensamientos
suicidas,/ atraídos por la aparente
quietud.// ¿Busca el ser, en el no ser, su
perfección?” La Aufhebung es una
palabra alemana intraducible, que
designa la cuarta y última fase de la
dialéctica hegeliana. Cada título y casi
cada pasaje del libro invitan a perseguir
relaciones entre el arte y la filosofía. A
mí, más que las erudiciones, me atraen
los poemas de Diego que más apelan a
los sentidos. Mi favorito es Saqqara,
desde el que nos habla un Faraón
enterrado: “Solo quiero volver a ser el
dios que fui”.
En cuanto al cine negro, es un
subgénero de lo policiaco. No le
interesa el enigma, averiguar quién es el
asesino, sino crear una atmósfera espesa
en la que el suspense se esconda tras el
humo de los cigarros, suene a jazz y se
enturbie con el alcohol de las bebidas.
Ya Luis Alberto de Cuenca, en su libro,
eliminaba referencias y llevaba la
cámara de la descripción a lo cotidiano,
para que el lector encontrase la emoción
en la sugerencia. Gata utiliza el mismo
sistema, aunque con poemas más
discursivos: nos ofrece historias que
recomponemos desde fragmentos de
conversación mezclados en una niebla
cinematográfica: “Ya sabes: mucho
tiempo para pensar sin pensar”. En la
mezcla asoman héroes del género y
citas que siguen siendo válidas en
medio de nuestra crisis: “Nadie había
visto nada, / la locura es común e
insolidaria”. Arturo Tendero
Presentación de 'La luz y el
misterio de las catedrales', de José
María Pérez, Peridis
Se ha presentado, a los medios de difusión,
en la Catedral de Cuenca el libro La luz y el
misterio de las catedrales, del que es autor
José María Pérez, Peridis, que descubre las
leyendas y secretos, el arte y la historia de
siete de las más importantes catedrales
españolas contados con amenidad y
conocimiento por el prestigioso arquitecto y
dibujante. Un recorrido por los templos de
Jaca, Santiago de Compostela, Lérida,
Barcelona, Burgos, Cuenca y Oviedo,
basado en el programa del mismo nombre
de TVE. El acto de presentación del libro
fue llevado a cabo por el propio autor, José
María Pérez, Peridis acompañado por el
capellán mayor de la catedral, y responsable
de Comunicación del Obispado, Miguel
Ángel Albares, que después realizaron una
exhaustiva visita expositiva de la catedral ,
con los medios de difusión asistentes. Todo
ello realizado con rigor, cariño y pasión
dignos de encomio y agradecimiento.
La Catedral de Santa María y San Julián de
Cuenca, según afirmó Peridis ha sido
considerada por algunos como “la primera
que en estilo gótico se erigió en España”.
Explicó como en 1902 se produjo el
derrumbe de la torre de campanas,
popularmente conocida como “del
Giraldo”, y como consecuencia final tras las
modificaciones consiguientes la catedral
estrenó fachada, que es la que tiene
actualmente.
Destacó el Arco de Jamete,- magnífica obra
del plateresco español- de Esteban Jamete-
versión conquense del francés Etienne
Jamet- realizado para conectar la catedral
con el claustro, excelente inclusión
renacentista en esta catedral gótica. Peridis
destacó allí la existencia de dos minúsculas
tallas de desnudos masculinos y aseguró
que “este hombre tuvo que haber estado en
Roma o conocer la obra de Miguel Ángel”.
El francés Jamet, nacido en 1515 en
Orleans, la ciudad de Juana de Arco es
descrito en la obra de Peridis como “sujeto
violento, pendenciero, bebedor y
maltratador”, aunque destaca que fue un
artista, “un artista asesino y pendenciero”, y
que “nadie lo diría viendo los ángeles,
vírgenes y santos que salieron de sus
manos”. Según refiere Peridis en su libro,
con veinte años, Jamete se vino a España y
en poco tiempo realizó un periplo por
Medina del Campo, Carrión de los Condes,
Valladolid, Madrid, Úbeda, Sevilla, Toledo
y otras ciudades, dejando muestra de su
habilidad y maestría trabajando en
importantes obras de grandes arquitectos
como Siloé, Vandelvira o Covarrubias.
El capellán mayor , Miguel Ángel Albares,
que tan activamente participó en la visita a
la Catedral destacó el retablo que pintó para
una de las capillas Fernando Yáñez de
Almedina (Ciudad Real), uno de los dos
discípulos españoles que trabajó en el taller
de Leonardo da Vinci, y que utilizó
pigmentos tradicionales, más duraderos de
los que empleó su maestro.
En el primer recorrido por las naves de la
Catedral, Peridis declara que “me llamaron
la atención las vidrieras modernas, que son
como reflejos de luminosos de los cuadros
del vecino Museo de Arte Abstracto de
Cuenca, fragmentos de un espíritu
renovador del arte que han salido volando
desde la Casas Colgantes hasta anidar en
los rosetones y los ventanales de la catedral
para disipar su tristeza y pintar de colorines
su vieja melancolía”. Son espectaculares y
majestuosos los efectos luminosos que se
producen en la catedral por la entrada de la
luz solar a través de sus vidrieras.
Añade Peridis que: “en la Catedral de
Cuenca solo quedaba una vidriera antigua
en buen estado, precisamente la que corona
el Arco de Jamete y las vidrieras modernas
han sido materializadas por la Escuela-
Taller de la catedral, bajo la dirección del
maestro vidriero Henri Dechanet a partir de
cartones pintados por artistas vinculados al
Museo Abstracto de la ciudad: Gerardo
Rueda, Gustavo Torner, Bonifacio Alonso y
el propio Henri Dechanet”.
LANZA 30/09/2012 José Belló Aliaga
Anales Seguntinos. Revista de
estudios del Centro de Estudios
Seguntinos de la Asociación
Cultural “El Doncel” de Amigos
de Sigüenza
Vol. IX, nº 26 (Sigüenza, 2011-12), 232 pp.
Contiene:
- MARTÍNEZ GÓMEZ-GORDO, Juan
Antonio, “Sigüenza en el centenario de
Layna Serrano”, pp. 7-10. Artículo
publicado anteriormente en el número 13 de
la ya desaparecida revista Ábside (abril de
1993), en el que daba a conocer la vida y la
obra del Cronista Provincial, con motivo
del centenario de su nacimiento.
- MARTÍNEZ TABOADA, Pilar, “40
aniversario del nombramiento de Cronista
Oficial de Sigüenza de Juan Antonio
Martínez Gómez-Gordo”, pp. 11-14. En
este breve trabajo, la también Cronista
Oficial de Sigüenza, ofrece un sentido
homenaje a la figura de su padre, el Dr.
Martínez Gómez-Gordo, al cumplirse los
cuarenta años de su nombramiento como
Cronista de la Ciudad de Sigüenza, que
tuvo lugar el 24 de marzo de 1972. Analiza
sus primeros trabajos acerca de los tres
personajes más significativos que han
conformado su obra: “El Doncel” D. Martín
Vázquez de Arce, D.ª Blanca de Borbón y
Santa Librada.
- MARTÍNEZ TABOADA, Pilar, “La
ciudad de Sigüenza a finales de la Edad
Media: fuentes para su estudio”, pp. 15-26.
Versa este trabajo sobre los vestigios de los
tres recintos amurallados que todavía
conserva Sigüenza, recientemente
analizados en su Plan Director: el románico,
cuya construcción principió el obispo D.
Pedro de Leucata a mediados del siglo XII
y concluyó el obispo D. Rodrigo a
principios del XIII (lienzos en que se abren
las puertas del Hierro y del Arquillo); el
gótico, de comienzos del siglo XIV, que
rodeó la catedral y sus dependencias con el
fin de defender los arrabales surgidos a los
largo del siglo anterior, y el tercer recinto,
de 1500 (siglo XVI), que sirvió de
protección a los primeros ensanches
renacentistas.
- DAVARA, Javier, “Un urbanismo
paradógico”, pp. 27-38. Habla este trabajo
de los contornos urbanísticos de Sigüenza,
desde la ciudad antigua y la medieval -
destacando la mole de su castillo fortaleza y
los espacios románico y gótico- hasta llegar
a la renacentista -donde sobresale la
imagen la catedral durante este periodo- y a
la posterior ilustrada -barrio de san Roque-
y el neoclásico paseo de la Alameda.
- SANTIAGO FERNÁNDEZ, Javier de,
“El programa epigráfico del monumento
sepulcral de Don Martín Vázquez de Arce
(El Doncel de Sigüenza)”, pp. 39-61. Trata
especialmente las inscripciones que
contiene la nacela que forma el borde de la
cama sepulcral y la que ocupa el centro de
arco -placa rectangular de alabastro-, que
son las más conocidas, además de otras tres,
existentes en la pintura del testero: en la
columna situada detrás del personaje que
abofetea a Jesús, en el zócalo que hay
detrás del Cristo arrodillado (a la derecha
de la escena), y en una filacteria que sujetan
dos personajes. Analiza casi
exclusivamente la autoría de dichas
inscripciones y la finalidad del mensaje
epigráfico.
- DONDERIS GUASTAVINO, Amparo,
“Invisible y olvidada: la historia de la mujer
a través del Archivo Municipal”, pp. 63-78.
Sobre todo en los Libros de Acuerdos
Municipales -el estudio se centra en el
periodo que abarcan los siglos XVI a XIX-,
el Catastro del Marqués de la Ensenada y en
los vecindarios y padrones de población.
Panaderas y beatas, en el primer momento;
hospitaleras, durante la Guerra de Sucesión,
a comienzos del siglo XVIII, y
abastecedoras de alimentos durante la de la
Independencia. Aparte el mundo de las
viudas y desasistidas y el desarrollo de la
educación y de la escuela gracias a la
Constitución de 1812.
- MARTÍN GALÁN, Manuel, “La familia
seguntino-atencina del padre Diego Laínez,
S. J.”, pp. 79-98. Colabora con esta
interesante contribución al esclarecimiento
de los orígenes familiares maternos,
judeoconversos, del ilustre teólogo
adnamantino, que tanto influyó en el
concilio de Trento.
- MARCO MARTÍNEZ, Juan Antonio, “La
iglesia parroquial de Miedes. Historia del
primer templo academicista en la diócesis
de Sigüenza”, pp. 99-119. Describe paso a
paso la evolución constructiva de este
templo (destructiva en mayo de 1834,
debido a un temblor de tierra que derribó su
torre), desde su origen románico (capilla
mayor), hasta su adaptación a los gustos de
la segunda mitad del siglo XVIII, con la
elevación y abovedo de su cuerpo principal,
que realizó el seguntino Julián Armero, por
valor de 27.800 reales, no sin algunas
“pegas” que dieron motivo al
establecimiento de un pleito ante el provisor
de Sigüenza, en el que se contó con las
declaraciones de Forcada, Díez y
Bernasconi, maestros encargados de su
revisión de la obra, motivado por el cantero
Ignacio Cavaría y que, tras llegar al
Consejo de Castilla, dio origen a la
realización de un nuevo proyecto de que
realizó el arquitecto Manuel Machuca.
- SALGADO PANTOJA, José Arturo, “La
iglesia románica de Carabias”, pp. 121-134.
Efectúa un análisis exhaustivo de las fases
constructivas de este templo, aprovechando
las últimas obras de restauración llevadas a
cabo en 1990, ayudado por la bibliografía
existente sobre el mismo, así como por la
documentación que custodia el Archivo
Histórico Diocesano de Sigüenza. Hace
especial hincapié en la “controvertida
reforma” que hizo Andrés Sáinz de
Cavanzo en 1711-1712.
- GARCÍA MUELA, Juan Carlos,
“Segontia”, una experiencia inolvidable”,
pp. 135-150. Contribuye al mejor
conocimiento de la prensa seguntina a
través de un detallado estudio de las tres
etapas por las que atravesó la vida de este
periódico de 16 páginas, surgido en 1956
bajo el patrocinio del Consejo Local de
F.E.T. y de las J.O.N.S., que contaba con
un cuadro de redactores constituido por
Ceferino Garcés, como director; Luciano
Varea, redactor jefe; Gerardo Relaño,
Mariano López, Quintín García y Dionisio
García (DIGAHER), como colaboradores y
los dibujos del artista Mariano de la
Concepción Torreira y, en el que en
contadas ocasiones colaboraban también
Agustín de Figueroa (Marqués de Santo
Floro), Natalia Figueroa y Alfredo Juderías.
- SÁNCHEZ DE TOCA CATALÁ, José
María, “Los desastres de la Guerra de la
Independencia en Sigüenza”, pp.151-164.
Da a conocer, fundamentalmente, la
verdadera naturaleza de la Guerra de la
Independencia (y su actividad en Sigüenza),
de la que se ha dicho que fue una guerra
civil, que José Bonaparte hubiera sido el
mejor rey, que Napoleón quería la felicidad
de los españoles y vino a erradicar el
absolutismo y la Inquisición, que la guerra
la ganaron los ingleses (dado que los
soldados españoles eran unos inútiles), que
las guerrillas eran partidas de bandoleros y
que lo único bueno fueron las Cortes de
Cádiz, aspectos con los que no se muestra
conforme.
- CARPINTERO LAGUNA, Gonzalo, “Las
vías pecuarias de Sigüenza”, pp. 165-172.
El término de Sigüenza cuenta con dos,
reconocidas oficialmente por el Organismo
Administrativo encargado de su gestión y
conservación: una, es un tramo de la
Cañada Real Soriana, y la otra, la Vereda de
Ganados, que describe
pormenorizadamente.
- ACITORES, Federico, “El nuevo órgano
de san Pascual de la catedral de Sigüenza”,
pp. 173-186. Tras una breve introducción y
la mención de los órganos que han existido
en la catedral, el autor del presente trabajo,
maestro organero, describe tanto exterior
como interiormente el nuevo órgano de san
Pascual, construido a expensas de
Gaudencio García García-Andrea y su
mujer Felisa Hernando Hernando.
- LÓPEZ DE LOS MOZOS, José Ramón,
“El pliego de gozos de santa Librada de la
iglesia de san Cucufate (Barcelona)”, pp.
187-194. Es decir, los “Gozos en Honor de
la Gloriosa Vírgen Santa Librada, Proto-
mártir de la cruz n el modo de morir en ella
clavada y pendiente como Jesucristo: que
se venera en la parroquial iglesia de san
Cucufate de Barcelona” (sin fecha).
- RANZ YUBERO, José Antonio y LÓPEZ
DE LOS MOZOS, José Ramón,
“Toponimia menor de Guadalajara:
Valdealmendras”, pp. 195-208. Continúan
la tarea iniciada hace años, mediante la que
analizan los más significativos topónimos
menores de los pueblos de la zona
seguntina, en este caso de Valdealmendras.
- LÓPEZ DE LOS MOZOS, José Ramón,
“Cajón bibliográfico seguntino (Agosto
2010-Febrero 2012)”, pp. 209-221.
Contiene más de un centenar de entradas
bibliográficas sobre libros, artículos en
revistas especializadas, revistas, folletos,
etc., de temática seguntina, y
- “Sigüenza cultural”, pp. 223-228.
Apartado en el que se recogen noticias
sobre las XXVI y XXVII Jornadas de
Estudios Seguntinos, personajes ilustres, un
In memoriam al pintor Máximo Robisco, la
inauguración de la Primavera Universitaria
Seguntina, así como una “Breve historia de
la Universidad de Sigüenza y de las
actividades universitarias”, debida Pilar
Martínez Taboada.
Una interesantísima muestra del saber hacer
cultural de la Fundación Martínez Gómez-
Gordo que, desgraciadamente, por falta de
ayuda económica, pero sobre todo de
interés, quizá no volvamos a ver más.
José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS