2
sor Marielle Chrétien, cob formación A PROPÓSITO DE LA CARTA A LOS HEBREOS E n la homilía del 31 de mayo de 2014, el papa Francisco dirigiéndose a la asamblea decía: “La vida cristiana, es caminar hacia las promesas, algunas de ellas se conver- tirán en realidad. Es hermoso leer el capítulo 11 del epíteto a los Hebreos que relata el camino del pueblo de Dios hacia las promesas; cuánto amaban esas personas aquellas pro- mesas y las buscaban, incluso en el martirio. Ellos sabían que el Señor es fiel. La esperanza no decepciona jamás. Nuestra vida es: creer y ponernos en el camino”. Nuestro caminar está guiado por el mismo Jesús. Lo impor- tante es mantener los ojos fijos en Él para no engañarnos y para conservar la esperanza. “Corramos con resistencia la prueba que se nos propone, dice él, la mirada fija en Jesús, que es el origen y el fin de la fe. Renunciando a la felicidad que le había sido propuesta, él soportó la cruz despreciando la vergüenza de ese suplicio, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (He 12,2). Jesús está aquí presente como el jefe de fila, el entrenador de los atletas deportivos. Él dirige a sus discípulos en la vida de fe que los llevará a la victoria sobre el mal. Toda la vida cristiana, desde su inicio hasta su fin, está en estrecha relación con Cristo. Jesús es el Alfa y el Omega de todos los siglos. Él, que ha atravesado victoriosamente la prueba de la cruz, Él da la certeza del triunfo a los pobres que se apegan a Él por la fe. Él les indica el camino. Tal como dice el libro de Hebreos: “Mediten el ejemplo de aquel que ha soportado de

A PROPÓSITO DE LA CARTA A LOS HEBREOS · sor Marielle Chrétien, cob mación A PROPÓSITO DE LA CARTA A LOS HEBREOS E n la homilía del 31 de mayo de 2014, el papa Francisco dirigiéndose

  • Upload
    hadieu

  • View
    215

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

sor Marielle Chrétien, cob

formación

A PROPÓSITO DE LA CARTA A LOS HEBREOS

E n la homilía del 31 de mayo de 2014, el papa Francisco dirigiéndose a la asamblea decía: “La vida cristiana, es caminar hacia las promesas, algunas de ellas se conver-tirán en realidad. Es hermoso leer el capítulo 11 del

epíteto a los Hebreos que relata el camino del pueblo de Dios hacia las promesas; cuánto amaban esas personas aquellas pro-mesas y las buscaban, incluso en el martirio. Ellos sabían que el Señor es fiel. La esperanza no decepciona jamás. Nuestra vida es: creer y ponernos en el camino”.Nuestro caminar está guiado por el mismo Jesús. Lo impor-tante es mantener los ojos fijos en Él para no engañarnos y para conservar la esperanza. “Corramos con resistencia la prueba que se nos propone, dice él, la mirada fija en Jesús, que es el origen y el fin de la fe. Renunciando a la felicidad que le había sido propuesta, él soportó la cruz despreciando la vergüenza de ese suplicio, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios” (He 12,2).Jesús está aquí presente como el jefe de fila, el entrenador de los atletas deportivos. Él dirige a sus discípulos en la vida de fe que los llevará a la victoria sobre el mal. Toda la vida cristiana, desde su inicio hasta su fin, está en estrecha relación con Cristo. Jesús es el Alfa y el Omega de todos los siglos. Él, que ha atravesado victoriosamente la prueba de la cruz, Él da la certeza del triunfo a los pobres que se apegan a Él por la fe. Él les indica el camino. Tal como dice el libro de Hebreos: “Mediten el ejemplo de aquel que ha soportado de

juni

o ju

lio a

go

sto

2

01

8

07

la parte de pecadores una hostilidad tan grande que ustedes no se sentirán abrumados por el desaliento”Jesús es el camino. Sólo hay que seguirlo manteniendo los ojos fijos sobre Él. Iremos con Él al Reino eterno. Lo más difícil en la vida cristiana no es el heroísmo de un día, sino la perseverancia al ideal más elevado en la fidelidad.El padre Eugenio Prévost quiso que en sus comunidades los miem-bros observaran a su divino Maestro expuesto públicamente en el altar. Él mismo contempló a Jesús en el Santísimo Sacramento y les dio este ejemplo. Nosotros también lo vemos meditar en Jesús a través de sus diversos textos. Un día, en Jesús, el Pan de vida; otro día, Jesús, la Luz, o Jesús, el Buen Pastor, Jesús Padre; Jesús Víctima, Jesús Doctor, Jesús, el Santo de los santos; Jesús nuestro Rey; Jesús Legislador; Jesús nuestro divino Ejemplo; Jesús, la Vía; Jesús, la Verdad, Jesús, la Vida; Jesús, la Puerta; Jesús, la Viña que da la vida; Jesús, Hijo del Padre, etc. El padre Prévost adora a aquel que él aspira a seguir por la vía de la santidad. Él es su divino modelo. Hagamos como él y miremos, con confianza, la mirada fija en Jesús, a aquel que nos enseña a vivir de amor apasionado hasta la entrega de sí mismo y el perdón. Ese camino de vida lleva a la gloria eterna.

Jesús es el camino