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Administración Pública de España La Administración Pública de España es el aparato de gobierno y gestión de los intereses públicos españoles . 1 La Constitución de 1978 declara en su artículo 103.1 que la Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho. Por su parte, el artículo 2 de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LRJAPyPAC ) establece que se entiende, a los efectos de esa Ley, por Administraciones Públicas la Administración General del Estado, las Administraciones de las Comunidades Autónomas y las Entidades que integran la Administración Local. Las Entidades de Derecho Público con personalidad jurídica propia vinculadas o dependientes de cualquiera de las Administraciones Públicas tendrán asimismo la consideración de Administración Pública. Estas Entidades sujetarán su actividad a dicha Ley cuando ejerzan potestades administrativas , sometiéndose en el resto de su actividad a lo que dispongan sus normas de creación. La estructura de la Administración Pública revela una auténtica pluralidad de administraciones con personalidad jurídica propia que no sólo incluye las Administraciones territoriales (Administración General del Estado , administraciones autonómicas y entidades locales ); sino también las llamadas Administraciones instrumentales o institucionales (Organismos públicos ) y las Administraciones corporativas (Colegios profesionales , Cámaras de Comercio , etc). Las Administraciones públicas, en su tarea de satisfacer el interés general, son titulares de una serie de potestades exorbitantes respecto a las personas jurídicas de naturaleza privada. Como contrapeso a tales potestades exorbitantes, las Administraciones están sometidas a un

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Administración Pública de EspañaLa Administración Pública de España es el aparato de gobierno y gestión de los intereses públicos españoles.1

La Constitución de 1978 declara en su artículo 103.1 que la Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación, con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho.

Por su parte, el artículo 2 de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LRJAPyPAC) establece que se entiende, a los efectos de esa Ley, por Administraciones Públicas la Administración General del Estado, las Administraciones de las Comunidades Autónomas y las Entidades que integran la Administración Local. Las Entidades de Derecho Público con personalidad jurídica propia vinculadas o dependientes de cualquiera de las Administraciones Públicas tendrán asimismo la consideración de Administración Pública. Estas Entidades sujetarán su actividad a dicha Ley cuando ejerzan potestades administrativas, sometiéndose en el resto de su actividad a lo que dispongan sus normas de creación.

La estructura de la Administración Pública revela una auténtica pluralidad de administraciones con personalidad jurídica propia que no sólo incluye las Administraciones territoriales (Administración General del Estado, administraciones autonómicas y entidades locales); sino también las llamadas Administraciones instrumentales o institucionales (Organismos públicos) y las Administraciones corporativas (Colegios profesionales, Cámaras de Comercio, etc).

Las Administraciones públicas, en su tarea de satisfacer el interés general, son titulares de una serie de potestades exorbitantes respecto a las personas jurídicas de naturaleza privada. Como contrapeso a tales potestades exorbitantes, las Administraciones están sometidas a un conjunto de límites y garantías propios del Estado de Derecho (sometimiento al Derecho, control judicial, garantías patrimoniales, etc).

Cada una de las administraciones está dotada de un conjunto de recursos económicos cuya gestión estará sometida al régimen presupuestario, económico-financiero, de contabilidad, intervención y de control financiero que establezca la norma correspondiente.

Cada Administración también cuenta con sus propios recursos humanos cuya regulación común se encuentra en el Estatuto Básico del Empleado Público.

Índice 1 Regulación

o 1.1 Regulación básica

o 1.2 Regulación de desarrollo

2 Organización

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o 2.1 Administraciones territoriales

2.1.1 Órganos de Cooperación

o 2.2 Administraciones instrumentales o institucionales

3 Patrimonio

o 3.1 Bienes demaniales

o 3.2 Bienes patrimoniales

o 3.3 Propiedades especiales

3.3.1 Bienes comunales

3.3.2 Montes vecinales en mano común

3.3.3 Patrimonio Nacional

4 Empleo público

o 4.1 Funcionario de carrera

o 4.2 Funcionario interino

o 4.3 Personal laboral

o 4.4 Personal eventual

o 4.5 Número de asalariados del sector público en España

5 Procedimiento administrativo

6 Régimen de contratación pública

7 Régimen de responsabilidad patrimonial

o 7.1 Características

o 7.2 Requisitos

7.2.1 Lesión resarcible

7.2.2 Imputación del daño

7.2.3 Relación de causalidad

8 Revisión en vía administrativa

o 8.1 Revisión de oficio

8.1.1 Revisión de actos y reglamentos nulos de pleno derecho

8.1.2 Revisión de actos anulables declarativos de derechos

8.1.3 Revocación de actos de gravamen

8.1.4 Corrección de errores materiales y aritméticos

o 8.2 Recurso administrativo

o 8.3 Tribunales administrativos

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o 8.4 Reclamación

9 Revisión en vía contencioso-administrativa

o 9.1 Objeto

o 9.2 Sujeto

o 9.3 Procedimiento contencioso-administrativo

9.3.1 Ordinario

9.3.2 Abreviado

9.3.3 Especiales

o 9.4 Régimen de recursos

9.4.1 Recurso de apelación

9.4.2 Recurso de súplica

9.4.3 Recurso de casación

9.4.4 Recurso de revisión

10 Referencias

o 10.1 Bibliografía

o 10.2 Notas

11 Véase también

12 Enlaces externos

Regulación

Regulación básica

La regulación básica de las Administraciones Públicas tiene como eje principal la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

No obstante, existen otras normas básicas que afectan a todas las Administraciones Públicas, como pueda ser la Ley 33/2003, de Patrimonio de las Administraciones Públicas; la Ley 38/2003, General de Subvenciones; la Ley 7/2007, del Estatuto Básico del Empleado Público; y la Ley 30/2007, de Contratos del Sector Público, entre otras

Regulación de desarrollo

En el ámbito estatal, y como supletoria para el resto de Administraciones, destacan la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado (LOFAGE); y la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno (LGob).

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En el ámbito autonómico, las Administraciones de las Comunidades Autónomas están sometidas a sus respectivas leyes autonómicas, en desarrollo de la regulación básica estatal antes mencionada.

En el ámbito local se produce una doble articulación de normas básicas estatales y autonómicas, sobre la que las entidades locales pueden desarrollar normativa de carácter reglamentario (ordenanzas, reglamentos orgánicos). Así pues, las entidades locales, carentes de potestad legislativa (que no reglamentaria) están igualmente sometidas a la Ley 7/1985 del 2 de abril, de Bases de Régimen Local, y a la legislación de su Comunidad Autónoma.

OrganizaciónArtículo principal: Organización de la Administración Pública de España

El entramado de Administraciones tiene un carácter descentralizado, heredado del modelo estatal que describe la Constitución de 1978. No existe, pues, un criterio de jerarquía que sitúe a unas sobre otras, sino que la distribución se realiza por vía competencial. La potestad administrativa se perfila en función de quién sea competente según las normas atributiva, tanto de nivel legal como constitucional.

Pese a la confusión a la que puede llevar el término, por Administración Pública se entiende el conjunto de Administraciones Públicas existentes, de manera que en realidad no existe una sola Administración Pública, sino una pluralidad de ellas que integran la estructura administrativa del Estado. En la España de finales del siglo XX, el número de Administraciones Públicas ronda las diez mil.

Según el artículo 3.4 LRJAP, cada una de las Administraciones públicas operan como personas jurídicas diferenciadas. No obstante, existe polémica en la doctrina sobre si directamente son persona jurídica, o más bien operan como tales.

Administraciones territoriales

Las Administraciones, en función del territorio sobre el que sean competentes, se clasifican en tres niveles. En primer lugar, está la Administración General del Estado, cuyas competencias se extienden por todo el territorio español. El segundo nivel está compuesto por las distintas Administraciones autonómicas. Sus competencias abarcan el territorio de la correspondiente Comunidad Autónoma. Finalmente, las Administraciones locales desarrollan sus competencias sobre el término municipal o provincial correspondiente, dependiendo de si se trata de un Municipio o de una Provincia.

Debe entenderse que los tres niveles se diferencian por ser jurídicamente diferentes, en la medida en cada uno de ellos posee personalidad jurídica propia. Es lo que se conoce como ente público, frente a la estructura interna de los mismo, los denominados órganos, considerados como cada una de las unidad funcionales del ente público.

Entendido esto, dogmáticamente se hace una división entre órganos centrales y periféricos, en función de su competencia sobre la totalidad del territorio de la

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administración a la que pertenecen, o bien sobre sólo una fracción de éste. No ha de confundirse el concepto de administración central con el de Administración General, ni tampoco la administración periférica con la Comunidad Autónoma o las entidades locales. Todos ellos tienen órganos centrales y suelen tener órganos periféricos

Órganos de Cooperación

Los órganos de cooperación de composición bilateral y de ámbito general que reúnan a miembros del Gobierno, en representación de la Administración General del Estado, y a miembros del Consejo de Gobierno, en representación de la Administración de la respectiva Comunidad Autónoma, se denominan Comisiones Bilaterales de Cooperación.

Los órganos de cooperación de composición multilateral y de ámbito sectorial que reúnen a miembros del Gobierno, en representación de la Administración General del Estado, y a miembros de los Consejos de Gobierno, en representación de las Administraciones de las Comunidades Autónomas, se denominan Conferencias Sectoriales.

Administraciones instrumentales o institucionales

Junto con los tres niveles administrativos territoriales, existe un abundantísimo y heterogéneo grupo de Administraciones con carácter puramente instrumental o institucional (Administración institucional), dependiente de una administración matriz. El carácter plural de las Administraciones territoriales permite que éstas puedan ser creadas con personalidad jurídica administrativa propia, diferente de la administración matriz, para el ejercicio de unas determinadas competencias. A diferencia de la Administración matriz o creadora, que tiene carácter político, la Administración instrumental o institucional posee un fuerte carácter burocrático.

PatrimonioEl patrimonio de la Administración tiene su regulación esencial en el artículo 132 de la Constitución, así como en la Ley 33/2003, de 3 de noviembre, del Patrimonio de las Administraciones Públicas (LPAP). Los bienes y derechos de dichas Administraciones pueden clasificarse, acorde al artículo 4 LPAP, en bienes de dominio público (o demaniales) y bienes de dominio privado (o patrimoniales). No se considera patrimonio de la Administración el dinero, los valores, los créditos y los demás recursos financieros de su hacienda ni, en el caso de las entidades públicas empresariales y entidades análogas dependientes de las comunidades autónomas o corporaciones locales, los recursos que constituyen su tesorería.2